jueves, 31 de enero de 2013

LECTURAS Y COMENTARIO DEL IV DOMINGO CICLO C - 03 FEBRERO 2013

¿RECHAZAR A JESÚS?



PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Jeremías 1,4-5.17-19

En los días de Josías, recibí esta palabra del Señor: «Antes de formarte en el vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te nombré profeta de los gentiles. Tú cíñete los lomos, ponte en pie y diles lo que yo te mando.
No les tengas miedo, que si no, yo te meteré miedo de ellos. Mira; yo te convierto hoy en plaza fuerte, en columna de hierro, en muralla de bronce, frente a todo el país: frente a los reyes y príncipes de Judá, frente a los sacerdotes y la gente del campo. Lucharán contra ti, pero no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte.».

SALMO RESPONSORIAL (Sal 70)


Mi boca contará tu salvación, Señor

A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre;
tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído, y sálvame. R.

Sé tu mi roca de refugio, el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú, Dios mío,
líbrame de la mano perversa. R.

Mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12,31–13,13

Ambicionen los carismas mejores. Y aún los voy a mostrar un camino excepcional. Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden. Ya podría tener el don de profecía y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada. Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve. El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.
Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El amor no pasa nunca. ¿El don de profecía?, se acabará. ¿El don de lenguas?, enmudecerá. ¿El saber?, se acabará. Porque limitado es nuestro saber y limitada es nuestra profecía; pero, cuando venga lo perfecto, lo limitado se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre acabé con las cosas de niño. Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es por ahora limitado; entonces podré conocer como Dios me conoce. En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La más grande es el amor.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 4,21-30

En aquel tiempo, comenzó Jesús a decir en la sinagoga: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.». Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?».. Y Jesús les dijo: «Sin duda me recitaran aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo"; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún.»
Y añadió: «Les aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Les garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.»
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.
COMENTARIO

La lectura de este domingo es complemento de la semana anterior. Comienza con una reacción más bien llena de simpatía: “Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios”.
Pero acaba con unas palabras de violencia: “Se pusieron furiosos y lo empujaron fuera del pueblo”. ¡Rechazar a Jesús!. ¡Rechazar a aquel que era el abrazo de Dios abierto para acoger a todos los hombres!.
Es tremendo, pero puede pasarnos también a nosotros. Y aunque no lleguemos a rechazarlos, el evangelio debe ponernos siempre en estado de alerta. ¿Por qué la gente de Nazareth pasa de la admiración al odio? Jesús debió sentir ironías mucho más fuertes que las que nos dice el texto y no vacila en sacar las consecuencias: las gracias de salvación que venía a ofrecerles las recibirán otros, como ocurrió con la viuda fenicia y con el leproso sirio, que fueron escuchados a pesar de no ser judíos. Esta apertura a los paganos les molesta; no pueden creer en ese hombre. A lo largo de los siglos, se rechazará a Jesús por otras razones, pero en la base de todas las repulsas estará el mismo rechazo fundamental que se nos sugiere aquí con la perplejidad de su auditorio: “No es más que el hijo de José”. Los que piensan que Jesús es sólo un hombre, aún cuando lo admiren mucho, no pueden darle en sus pensamientos y en su vida el lugar enorme que exige. Aceptan al hombre, pero rechazan al Hijo de Dios. Esto quizás no sea nuestro caso, pero buscamos acomodar a Jesús a nuestras ideas o a nuestro ambiente que equivale a rechazar su espíritu y por tanto a rechazarlo a él.
Ante las aperturas de la Iglesia, de un obispo o sacerdote surge nuestra reticencia y enfado: “Sería mejor que se dedicara a los buenos cristianos”. Cada vez que estrechamos el ofrecimiento de la salvación, rechazamos a Jesús. También podemos aceptar a Jesús de buena gana con tal de que le deje vivir tranquilos. Pero un acontecimiento que los pone ante una exigencia evangélica y les parece tan inadmisible hace que acuda la repulsa de nuestra parte: “¡No puedes pedirme eso!”. Empujan a Jesús“fuera de su pueblo”, fuera de su vida.
No hay nada tan desolador como ver tanta fe y hasta una vida tan larga de fidelidad, transformarse en desconocimiento, en abandono, en odio. Muchos cristianos tienen el gran peligro de escoger del evangelio lo que les conviene y aquello que les fastidia lo deja de lado. “Jesús se abrió paso entre ellos y se alejó”. Jesús pasa, con sus llamadas con sus ofrecimientos.
Generalmente es fácil decirle que sí; el evangelio no está hecho para hombres excepcionales, sino para los pequeños.
Pero cuando eso resulta más duro, no olvidemos que sólo él tiene “palabras de vida eterna”, seguirá su camino al encuentro de otros que tengan más fe y más coraje.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes:Hb 11, 32-40; Sal 30; Mc 5, 1-10.
Martes:Hb 12, 1-4; Sal 21; Mc 5, 21-43.
Miércoles:San Pablo Miki y compañeros, mártires (MO) Hb 12, 4-7.11-15; Ssal 102; Mc 6, 1-6.
Jueves:Hb 12, 18-19. 21-24; Sal 47; Mc 6, 7-13.
Viernes:Hb 13, 1-8; Sal 26; Mc 6, 14-29.
Sábado: Hb 13, 15-17.20-21; Sal 22; Mc 6, 30-34.
Domingo:Is 6, 1-2ª. 3-8; Sal 137; 1Co 15, 1-11; Lc 5, 1-11.

viernes, 25 de enero de 2013

LECTURAS Y COMENTARIO III DOMINGO CICLO C - 27 ENERO 2013


HOY SE CUMPLE LA ESCRITURA


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Nehemías 8,2-4a.5-6.8-10.

En aquellos días, el sacerdote Esdras trajo el libro de la Ley ante la asamblea, compuesta de hombres, mujeres y todos los que tenían uso de razón. Era mediados del mes séptimo. En la plaza de la Puerta del Agua, desde el amanecer hasta el mediodía, estuvo leyendo el libro a los hombres, a las mujeres y a los que tenían uso de razón. Toda la gente seguía con atención la lectura de la Ley. Esdras, el escriba, estaba de pie en el púlpito de madera que había hecho para esta ocasión. Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo –pues se hallaba en un puesto elevado– y, cuando lo abrió, toda la gente se puso en pie. Esdras bendijo al Señor, Dios grande, y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: «Amén, amén.» Después se inclinaron y adoraron al Señor, rostro en tierra.
Los levitas leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicando el sentido, de forma que comprendieron la lectura. Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que enseñaban al pueblo decían al pueblo entero: «Hoy es un día consagrado a nuestro Dios: No hagan duelo ni lloren.» Porque el pueblo entero lloraba al escuchar las palabras de la Ley.  Y añadieron: «Vayan, coman buenas tajadas, beban vino dulce y envíen porciones a quien no tiene, pues es un día consagrado a nuestro Dios. No estén tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza.».

SALMO RESPONSORIAL (Sal 18 )

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel 
e instruye al ignorante. R.

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón; 
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R.

La voluntad del Señor es pura 
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R.

Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12,12-30.

Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. El cuerpo tiene muchos miembros, no uno solo. Si el pie dijera: «No soy mano, luego no formo parte del cuerpo», ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el oído dijera: «No soy ojo, luego no formo parte del cuerpo», ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el cuerpo entero fuera ojo, ¿cómo oiría? Si el cuerpo entero fuera oído, ¿cómo olería?.
Pues bien, Dios distribuyó el cuerpo y cada uno de los miembros como él quiso. Si todos fueran un mismo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Los miembros son muchos, es verdad, pero el cuerpo es uno solo. El ojo no puede decir a la mano: «No te necesito»; y la cabeza no puede decir a los pies: «No os necesito.» Más aún, los miembros que parecen más débiles son más necesarios. Los que nos parecen despreciables, los apreciamos más. Los menos decentes, los tratamos con más decoro. Porque los miembros más decentes no lo necesitan. Ahora bien, Dios organizó los miembros del cuerpo dando mayor honor a los que menos valían.
Así, no hay divisiones en el cuerpo, porque todos los miembros por igual se preocupan unos de otros. Cuando un miembro sufre, todos sufren con él; cuando un miembro es honrado, todos se felicitan. Pues bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro.
Y Dios les ha distribuido en la Iglesia: en el primer puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el tercero los maestros, después vienen los milagros, luego el don de curar, la beneficencia, el gobierno, la diversidad de lenguas. ¿Acaso son todos apóstoles? ¿O todos son profetas? ¿O todos maestros? ¿O hacen todos milagros? ¿Tienen todos don para curar? ¿Hablan todos en lenguas o todos las interpretan?.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1,1-4;4,14-21.

Excelentísimo Teófilo: Muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros, siguiendo las tradiciones transmitidas por los que primero fueron testigos oculares y luego predicadores de la palabra. Yo también, después de comprobarlo todo exactamente desde el principio, he resuelto escribírtelos por su orden, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.
En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza de] Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan. Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido.
Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor.». Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: «Hoy se cumple esta Escritura que acaban de oír.».

COMENTARIO
  
Comenzamos este domingo el evangelio según san Lucas. La lectura de hoy tiene dos  partes: los primeros versículos corresponden a la introducción que Lucas puso a su obra y los  restantes narran la primera aparición en público de Jesús. 
La primera parte es una declaración de intenciones por parte del autor. Nos dice por qué escribe y para qué escribe, a la vez nos da cuenta de su metodología de trabajo. Todo ello con el gusto retórico, a veces exagerado, de la época.
La segunda parte del texto de hoy comienza con una indicación sobre la fama, docencia y aceptación de Jesús en las sinagogas de Galilea. Este resumen inicial, con un Jesús impulsado por el Espíritu, ambienta y sirve de telón de fondo. Lo concreto nos lo aporta un lugar familiar para Jesús: Nazareth. Servicio religioso de los sábados en la sinagoga, con sus plegarias, lecturas e invocaciones. Lucas se fija en la segunda de las lecturas que se hacían, la tomada de los profetas. Cualquier asistente varón podía hacerla, por iniciativa propia o por invitación del jefe de la sinagoga. A Jesús se le entrega el rollo de un profeta concreto. El lector gozaba de cierta libertad para leer más o menos cantidad de texto.
Jesús lee más bien poco: no llega a un versículo y medio. Se trata de Isaías 61, 1-2. Lo lee puesto en pie, como era preceptivo. Devuelve después el rollo al maestro de ceremonias y se sienta para explicar la lectura. También cualquier asistente podía tener la homilía. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Desde que Jesús se pone en pie para leer hasta que da comienzo a su homilía la descripción de Lucas es minuciosa. Los gestos, las palabras, los movimientos: todo queda consignado en su más mínimo detalle. Todo parece pensado para realzar el momento, para marcar su importancia. Las palabras de Jesús resuenan impresionantes: Hoy han escuchado el cumplimiento de este pasaje de la Escritura.
Jesús hace suyo el programa anunciado por el profeta en una acción movida por el Espíritu Santo. Se presenta como Salvador, especialmente del hombre más necesitado y marginado, del que más siente la propia miseria. Esto significa que, para la iglesia primitiva y para Lucas, la venida de Jesús supone el cambio decisivo de la historia, el cumplimiento de toda la esperanza.
La visión conjunta de los dos textos, que acabamos de presentar nos lleva a tres conclusiones principales: a) En el principio está el hecho de Jesús; nosotros debemos aceptarle como aquél que viene desde Dios y nos transmite la fuerza de su Espíritu. b) Aceptar a Jesús significa actualizar su obra de liberación para los hombres; sólo quien sigue su gesto y ayuda a los enfermos, libera a los cautivos y proclama el evangelio para todos los pobres de la tierra, sólo ése habrá entendido el mensaje de Jesús, según san Lucas. c) Pero, a la vez, un auténtico cristiano está obligado a "conocer la solidez de la enseñanza" que recibe (1-4); para eso ha escrito Lucas su evangelio, recogiendo las tradiciones de su tiempo; para eso debemos conocerlo y meditarlo.
Pbro. Roland Vicente Castro Juárez

miércoles, 16 de enero de 2013

LECTURAS Y COMENTARIO DEL II DOMINGO TO CICLO C 20 ENERO 2013


LA BODA EN CANÁ DE GALILEA



PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías (62,1-5):

Por amor de Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que rompa la aurora de su justicia, y su salvación llamee como antorcha. Los pueblos verán tu justicia, y los reyes tu gloria; te pondrán un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor. Serás corona fúlgida en la mano del Señor y diadema real en la palma de tu Dios. Ya no te llamarán «Abandonada», ni a tu tierra «Devastada»; a ti te llamarán «Mi favorita», y a tu tierra «Desposada», porque el Señor te prefiere a ti, y tu tierra tendrá marido. Como un joven se casa con su novia, así te desposa el que te construyó; la alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará tu Dios contigo.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 95)

Cuenten las maravillas del Señor a todas las naciones

Canten al Señor un cántico nuevo, 
canten al Señor, toda la tierra;  
canten al Señor, bendigan su nombre. R.

Proclamen día tras día su victoria, 
cuenten a los pueblos su gloria, 
sus maravillas a todas las naciones. R.

Familias de los pueblos, aclamen al Señor,
aclamen la gloria y el poder del Señor, 
aclamen la gloria del nombre del Señor. R.

Póstrense ante el Señor en el atrio sagrado, 
tiemble en su presencia la tierra toda. 
Digan a los pueblos: «El Señor es rey, 
él gobierna a los pueblos rectamente.».R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12,4-11.

Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu. Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar. A éste le han concedido hacer milagros; a aquél, profetizar. A otro, distinguir los buenos y malos espíritus. A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de interpretarlas. El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como a él le parece.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san  Juan 2,1-11:

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo: «No les queda vino.».
Jesús le contestó: «Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora.».
Su madre dijo a los sirvientes: «Haced lo que él diga.». Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dijo: «Llenen las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba. Entonces les mandó: «Saquen ahora y llévenselo al mayordomo.»
Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo: «Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora.»
Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él.

COMENTARIO

Juan alude a la madre de Jesús en el milagro de Caná de Galilea que es una aldea de Galilea, mencionada tres veces en el evangelio de Juan (2,1; 4,46; 21,2). Un día, en aquella aldea, se celebraban unas bodas (Jn 2,1a). María estaba entre los invitados a su celebración, quizá era pariente. La invitación se extendió también a Jesús y a sus discípulos (v. 2).
Según las costumbres del AT, las fiestas de la boda duraban normalmente siete días (Gén 29 27, Jue 14,12; Tob 11,20), pero podían prolongarse durante dos semanas (Tob 8,20; 10,8). Y eran lógicamente la ocasión de un alegre banquete (Gén 29,22; Jue 14,10, Tob 7,14), servido de ordinario en casa del esposo (cf Mt 22,2). Por tanto, se necesitaba tener una buena provisión de vino. Y esto fue lo que falló en Caná (v. 3a).
El malestar de la situación no se le pasó de largo a la atención femenina de María, que puso al corriente de ello a su Hijo (v. 3b). Después de una respuesta un tanto enigmática (v. 4), Jesús escuchó la petición de la madre y convirtió en vino copioso el agua contenida en las seis tinajas, puestas allí para las purificaciones rituales que los judíos realizaban antes de sentarse a la mesa (vv. 6-10). De esta forma Jesús dio comienzo a sus prodigios y fue aquél el signo que suscitó la fe incipiente de los discípulos en él como Mesías (v. 11).
Todo esto constituye el núcleo de lo que ocurrió en Caná, durante aquel banquete de bodas que estuvo a punto de terminar con una amarga desilusión.
Juan está en disposición de penetrar en el sentido arcano que se escondía en aquel episodio de las bodas de Caná. Justamente él lo define como un signo (v. 11), es decir, como un hecho que en sus apariencias exteriores remite a una realidad más intima, más oculta, inherente en definitiva al misterio mismo de la persona de Jesús. Podemos decir que:
-El milagro de Caná nos invita a profundizar en el sentido y el misterio de la obra de Jesucristo. El primer "signo" conduce  hacia la contemplación y la comprensión del signo central de la muerte-resurrección, y del  signo que es el amor-unidad de la comunidad (Jn 17, 20-23).
-La valoración de todo lo que de positivo hay en la alegría de la vida de los hombres, no  como realidad neutra o, menos aún, peligrosa, sino como realidad positiva en la vida  humana, capaz de manifestar el don de Dios.
-La urgencia de una dedicación de los cristianos y de las comunidades cristianas a  promover la alegría que proviene de la vida auténtica de la comunión con los demás, del  amor conyugal y familiar, de la participación en un pueblo, de la confianza en Dios.
Pbro. Roland Vicente Castro Juárez

viernes, 11 de enero de 2013

LECTURAS Y COMENTARIO DEL DOMINGO 13 DE ENERO DEL 2013


EL BAUTISMO DE JESÚS


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del profeta Isaías 42,1-4.6-7

Así dice el Señor: «Miren a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará, hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas. Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan en las tinieblas.».

SALMO RESPONSORIAL ( Sal 28)

El Señor bendice a su pueblo con la paz

Hijos de Dios, aclamen al Señor,
aclamen la gloria del nombre del Señor,
póstrense ante el Señor en el atrio sagrado. R/.

La voz del Señor sobre las aguas,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica. R/.

El Dios de la gloria ha tronado.
En su templo un grito unánime: «¡Gloria!».
El Señor se sienta por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno. R/.

SEGUNDA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 10,34-38

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas, anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos.
Conocen lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.».

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 3,15-16.21-22

En aquel tiempo, el pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: «Yo los bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él los bautizará con Espíritu Santo y fuego.».
En un bautismo general, Jesús también se bautizó. Y, mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto.».

COMENTARIO

Celebramos con la Iglesia universal el bautismo del Señor y una de las cosas que llama la atención es que cuando los evangelistas describen este hecho, su atención no se centra tanto en el rito purificador del agua como en la acción del Espíritu Santo que desciende sobre él. Sin duda, quieren dejar bien claro desde el comienzo que Jesús, el protagonista de las páginas que van a seguir, es un hombre lleno del Espíritu de Dios que le hace invocar a Dios como Padre y le urge al servicio de los hermanos necesitados.
Nuestra sociedad actual no parece demasiado abierta al Espíritu de Dios. Pero, sorprendentemente, cuando los hombres se cierran al Espíritu, caen esclavos de una multitud de "pequeños espíritus". Estamos asistiendo entre nosotros a un renovado interés por la parasicología, la astrología, el tarot, el ocultismo y los horóscopos. Hace poco a lo dicho por el calendario Maya y el fin del mundo. Y no siempre es curiosidad científica o puro pasatiempo.
Con frecuencia, la fe es sustituida por las más curiosas supersticiones y, a falta de verdadera espiritualidad, se nos infiltra, de mil maneras, toda clase de "espiritismos". Incluso estamos observando el renacimiento de recetas, métodos, fórmulas y caminos de salvación donde se intenta, de manera mágica, poner al Espíritu Santo al servicio de nuestros deseos. Más de un sacerdote ha tenido que catequizar actitudes paganas de creyentes que van a la iglesia en pos del agua de cáliz, aceite bendito, agua bendita para ritos mágicos, etc...
Cuando la religión es utilizada desde una actitud no religiosa y la invocación al Espíritu  Santo se reduce a asegurar la "obtención de favores", la fe queda vacía de su verdadero contenido. Abrirse al Espíritu es otra cosa. Se trata de acoger humildemente la presencia creadora de Dios en nosotros.
Dejarse purificar y modelar por el Espíritu que animó toda la actuación de Jesús. Vivir desde la fe la experiencia de un Amor que nos envuelve y nos hace invocar a Dios como Padre y acercarnos a los otros como hermanos.
Los verdaderos "favores" del Espíritu Santo son los frutos que suscita en nosotros: "amor, alegría, paz, tolerancia, agrado, generosidad, lealtad, sencillez, dominio de sí" (1Cor 12, 06-11).
Terminemos este comentario evangélico subrayando el "hoy" característico de Lucas, que aparece en la cita sálmica -"Hoy te he engendrado"- y que vuelve a aparecer un poco más adelante en el sermón de Nazaret. Tomando sus distancias frente a una fe evangélica demasiado exclusivamente orientada hacia la salvación futura, Lucas subraya la prioridad del presente.
Es "hoy" cuando Jesús es Mesías-Salvador de su pueblo; "hoy" cuando entabla el combate contra los "enemigos"; "hoy" cuando se entrega a Dios...
 "Hoy" es también cuando las palabras de la Escritura se cumplen para todos aquellos que participan en la unción regia de Jesús, reciben la efusión del Espíritu y entablan en torno a él el "gran combate".
El tema del hoy de la acción divina toca fácilmente el corazón de los cristianos contemporáneos; Lucas nos ofrece la ocasión de subrayar este tema, de impulsar a los cristianos a vivirlo más.
 Pbro. Roland Vicente Castro Juárez

viernes, 4 de enero de 2013

LECTURAS Y COMENTARIO DEL DOMINGO DE EPIFANÍA DEL SEÑOR 06 ENERO 2013


VENIMOS DE ORIENTE A ADORAR AL REY


PRIMERA LECTURA

Lectura de la Carta de Eclesiástico 3, 2-6. 12-14.

Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha.
Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas. La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados.

SALMO RESPONSORIAL ( Sal 127, 1-2.3.4-5)

Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos.

Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás, dichoso, te irá bien. R.
Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa. R.

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la Carta a  los Colosenses 3, 12-21.

Hermanos: Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión.
Sobrellévense mutuamente y perdónense, cuando alguno tenga quejas contra otro.
El Señor les ha perdonado: hagan ustedes lo mismo.  Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada.
Que la paz de Cristo actúe de árbitro en su corazón; a ella han sido convocados, en un solo cuerpo.  Y sean agradecidos. La palabra de Cristo habite entre ustedes en toda su riqueza; enséñense unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente.
Cantad a Dios, denle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.
Y, todo lo que de palabra o de obra realicen, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Mujeres, vivan bajo la autoridad de sus maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amen a sus mujeres, y no sean ásperos con ellas.
Hijos, obedezcan a sus padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperen a sus hijos, no sea que pierdan los ánimos.

EVANGELIO

Lectura del Santo evangelio según San Lucas 2, 22-40

Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor  y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.
Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor.
Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:  «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.»
Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él.
Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -         ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.».
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido, y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones. Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él.

COMENTARIO

Se celebra la fiesta de la Epifanía o manifestación de Cristo a los paganos. En lenguaje popular, la fiesta de los Reyes Magos. Lucas coloca a unos judíos pobres y marginales (los pastores) como los primeros adoradores de Jesús. Mateo, en cambio, coloca a unos paganos, mientras que los judíos relevantes, que han sido informados de este nacimiento, permanecen indiferentes, y los poderosos del momento se asustan y decretan una persecución.
Ciertamente seria un error buscar en este relato concreciones históricas (si la estrella era un cometa, si los magos tenían unos libros que hablaban de aquel nacimiento...). Mateo quiere transmitir un mensaje importante, y es este mensaje el que hay que escuchar y saborear.
Parte de la idea que el nacimiento de cada persona está marcado por el nacimiento también de una estrella. Y la fama que los mejores astrólogos y escrutadores de estrellas eran los sabios mesopotámicos y persas. Y a partir de aquí nace el relato: unos hombres de países alejados, sin relación con las promesas de Israel, han sido suficientemente abiertos como para darse cuenta de que nacía una estrella diferente de las demás (la "estrella que se alza en Jacob", de Nm 24,17), que les indicaba algo que valía la pena hallar, un "Rey de los judíos que ha nacido". Se han puesto en camino hacia el país de los judíos (el texto no nos dice que la estrella les guíe) y allí se encuentran con la indiferencia y nerviosismo de los que ellos imaginaban que más contentos tendrían que estar. Herodes se asusta, mientras que los responsables de la religión de Israel les indican fríamente lo que dicen las profecías.
A partir de aquel momento, la escena se llena de fuerza. La estrella aparece y les guía, y les conduce al lugar donde está el niño. Su reacción es "una inmensa alegría" y el inmediato homenaje a aquel niño que tiene como única característica el hecho de estar, como toda criatura, con su madre (algo parecido a las "señas" de las que hablaban los ángeles de Lucas: "un niño envuelto en pañales"). Los regalos que ofrecen realizan el homenaje de todos los pueblos al Mesías, llevando a cabo el sentido profundo y auténtico de lo que leíamos en la primera lectura y en el salmo.
El relato tiene, pues, un doble mensaje básico: que Jesús es el Mesías esperado, en el que se realizan las promesas hechas a Israel; y que todos los pueblos de la tierra son llamados a compartir, en plano de igualdad, estas promesas, y a reconocer este Mesías universal.
Pbro. Roland Vicente Castro Juárez