viernes, 27 de julio de 2012

COMENTARIO DOMINICAL DEL 29 DE JULIO DEL 2012


¿TENEMOS HAMBRE?

1º LECTURA: Rey. 4, 42‑44: Comerán y sobrará
SALMO RESPONSORIAL: Sal 144: Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.

2º LECTURA: Ef. 4,1‑6: Un solo cuerpo, un Señor, una fe, un bautismo

EVANGELIO:   Jn. 6, 1‑15: Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron


La lectura del evangelio de Marcos (precisamente cuando se llega a la multiplicación de los panes) queda interrumpida durante cinco domingos por la del capítulo sexto del evangelio de Juan sobre el pan de vida.
-"Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos": Como antes de la proclamación de las Bienaventuranzas, Jesús sube a la montaña y se sienta en actitud de enseñar. Se acerca la Pascua y la gente se aglomera alrededor de Jesús, que plantea una pregunta que se parece a la de Moisés para con Yahvé ante el pueblo hambriento en el desierto (Nm 11, 13). El evangelista, inmediatamente, nos aclara que en boca de Jesús la pregunta tiene sólo un valor pedagógico.
-"Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces": Un muchacho con la comida de los pobres, el pan de cebada más asequible y unos peces secos.
-"Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió...": La acción de gracias se refiere a la bendición judía, pero la expresión de repartir los panes él mismo, recuerda la última cena de la narración sinóptica. No es extraño: la narración de la multiplicación de los panes en todos los evangelios, al relacionarse estrechamente con el alimento que recibe la nueva comunidad (la Eucaristía) recibió el influjo de su lenguaje. Las referencias mutuas entre multiplicación de los panes y Eucaristía están patentes en el arte cristiano de los primeros siglos.
-"Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada": Eco de la recogida del maná y también de los sobras del pan eucarístico. También se ha visto simbolizada en la recogida, la reunión de la Iglesia y, en las doce canastas, la obra de cada apóstol.
-"Este sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo": Una primera relación que se establece entre Jesús que da aquel alimento del pan es con Moisés, por cuya intercesión el pueblo recibió el maná. Pero también es posible la relación con el profeta Eliseo por el episodio de la multiplicación de los panes leído en la primera lectura. Seguramente que en las expectativas populares las figuras mesiánicas se mezclaban, por eso no es extraño que, a continuación, se hable de que querían "proclamarlo rey". Aquí hay una identificación entre el profeta parecido a Moisés y el Mesías rey. Jesús es visto por la gente de Galilea como aquel que viene a dar cumplimiento a las expectativas de salvación prometidas en el AT y, muy a menudo, representadas por medio de un banquete abundante.
Jesús sació a hombres que tenían hambre y reveló su misterio a partir de una realidad terrestre. El pan que repartió no era solo sobrenatural: no es posible revelar el pan de la vida eterna sin comprometerse realmente en las tareas de solidaridad humana. El amor a los pobres, lo mismo que a los enemigos, es el test por excelencia de la calidad de la caridad. Reconocer a los pobres el derecho a recibir el pan de vida es comprometerse hasta el final con las exigencias del amor y materializar en una nueva multiplicación de los panes a escala del planeta el gesto alimenticio iniciado por Cristo.
Pbro. Roland Vicente Castro Juárez

sábado, 21 de julio de 2012

COMENTARIO DOMINICAL DEL 22 DE JULIO DEL 2012


¿MIRO YO ASÍ A LA GENTE?

1º LECTURA Jer.  23, 1‑6: Reuniré el resto de mis ovejas y les pondré pastores.

SALMO: Sal 22: El Señor es mi pastor, nada me falta.

2º LECTURA  Ef. 2, 13‑18: Él es nuestra paz, él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa.

EVANGELIO  Mc. 6, 30‑34: Andaban como ovejas sin pastor.


Marcos pone aquí dos fotos: Jesús con sus discípulos y Jesús con la gente. Jesús formador de hombres, escucha a sus elegidos que vuelven de su primera misión es la única vez que Marcos los llama apóstoles, sin duda para subrayar su nueva relación con Jesús. Ellos cuentan y cuentan; Jesús les escucha con una atención llena de amistad; se han convertido en sus colaboradores, que pronto atraerán a él a la gente.
Y esto nos orienta hacia la segunda foto, la más importante: Jesús está rodeado de gente y él la mira. Su mirada me remite a mis propias miradas: ¿es así como miro yo a la gente? Marcos dice: “Les dio lástima de ellos”. En el evangelio esta expresión nos revela siempre una verdadera conmoción llena de cariño. Y Marcos nos da la razón de esta actitud: Jesús los ve “como ovejas sin pastor”. Diríamos para la gente de hoy de la que formamos parte nosotros mismos: hombres desorientados que no saben por qué sufren y por qué viven. He aquí por qué a pesar de su enorme fatiga y de su necesidad de descanso en medio del pequeño grupo de los discípulos, Jesús se entrega a aquella gente y se pone a “enseñarla con calma”. Vendrá más tarde el milagro de la multiplicación de los panes, pero no es por el pan material por lo que ha venido Jesús. Sí, él les dará  de comer y más tarde incluso será su pan de vida en la eucaristía. Pero para que comprendan lo que él es y lo que les trae, en primer lugar es preciso que les hable. Ser Jesús para la gente es mirarla como él, con un corazón lleno de cariño y hablarle del  sentido de la vida. ¡Impulsando la vida!. El hecho de que haya en nuestra civilización tan avanzada tantos hombres que mueren de hambre o que se ven azotados por la guerra, demuestra que los jefes que dirigen actualmente el mundo no miran a la gente, sino que cuentan una y mil veces sus armamentos.
¿Entonces?. ¡No podemos nada! Meditar sobre “Jesús y la gente” no cambiará al mundo. Más  vale  que  mire  a  mí  alrededor  a las pocas personas que puedo ayudar y quizás instruir. Eso hay que hacerlo desde luego; mirar a lo lejos es a veces una evasión, pero cuando nos encerramos en la única preocupación por los que están cerca, dejamos que el  mundo  vaya  errando  sin pastores.  ¿Quién puede gritar el evangelio sobre los techos sino los cristianos?  ¿Quién sabrá que Jesús está ahí, entre nosotros, para salvar al mundo, si los cristianos se callan?  El bienestar de la gente se juega en las elecciones, en las asambleas, en las discusiones sobre las leyes y los presupuestos, en los combates  por los  indefensos,  en  los medios de  comunicación  que  crean la  opinión pública.
Mantenerse lejos de todo eso para ir a refugiarse junto a Cristo es engañarse sobre Cristo. Cuando él miraba a la gente, se sentía lleno de cariño, pero de un cariño que lo comprometía. Habló  con  calma  a  la  gente  y  murió  por  ella. Ser discípulos suyos es intentar hablar a la gente por todos los medios.  Y son muchos. Es entrar en las grandes acciones contra la ignorancia, el  hambre, la  injusticia.  Sólo  el  amor que se compromete habla de Cristo.
Pbro. Roland Vicente Castro Juárez

domingo, 15 de julio de 2012

COMENTARIO DOMINICAL DEL 15 DE JULIO DEL 2012


TODO EL MUNDO PREDICA

 

1° LECTURA: Amós 7, 12‑15: Ve y profetiza a mi pueblo

SALMO:   Sal   84: Muéstranos, Señor, tu misericordia      y danos tu salvación.

2° LECTURA: Ef. 1, 3‑14: Nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo

EVANGELIO: Mc. 6, 7‑13: Los fue enviando


Es posible recibir estas recomendaciones de Jesús de dos maneras. En primer lugar, fijándonos en que: Jesús llama a los doce, los envía de dos en dos, les da sus consignas. Los vamos siguiendo en su trabajo y decimos: “Se necesitan apóstoles, es bueno ser apóstol”. Siente uno ganas de interesarse por la misión, de ayudar a los misioneros; no hay que negarse a darle a Dios un hijo o una hija si Dios lo pide. Otra reacción: sentirse mucho más directamente comprometido. Cuando se sitúa este texto en todo el evangelio de Marcos, se da uno cuenta de que es uno de los puntos con que se acentúa una línea continua: el aspecto misionero de la obra de Jesús. Desde el primer momento, llama a los cuatro: “Les  voy a hacer pescadores de Hombres”. Organiza luego el grupo de los doce y los manda a misionar.  Y su última palabra les abre horizontes inmensos: “Vayan al mundo entero a predicar el evangelio”.  Sobre todo ello puede construirse la idea de que se necesitan especialistas del apostolado, obispos, sacerdotes, misioneros, religiosas y dejamos de lado a la mayoría de cristianos. Hay una doble lógica que compromete a todo cristiano. Si ama de verdad a Cristo, ¿cómo se va a quedar sin voz para él, sin gestos para él? “Nos urge el amor de  Cristo”, decía san Pablo,  que no se dirigía tan sólo a los “responsables”. Y también nos urge el amor de nuestros hermanos.  
Es bueno tener fe, creer en Cristo, ser llamado a una vida de luz y de amor en este mundo y luego a una vida eterna de gozo. Es bueno saberse y sentirse amado por Dios y tener la experiencia de perdón. Pero ¿cómo no sentir ganas de compartir todo esto? ¡Pues eso es precisamente el impulso “apostólico”!. Pero dijimos: “Es asunto del clero”. El compromiso masivo de los laicos es de hace poco y todavía hay muchos que vacilan. ¿Acaso quiere decir esto que todo el mundo tiene que ponerse a predicar? Si; y de hecho todo el mundo predica. Cuando Jesús envía a  los  primeros  apóstoles se preocupa enormemente de su estilo  de  vida,  convencido  de  que  se enseña sobre todo por la manera de portarse. Pensando en ello puede decir; todo el mundo predica. Un hombre triste, una empleada poco responsable, las personas avaras, los que  se  complacen  en roer  la fama del prójimo, si son conocidos como cristianos, ¡predican!, pero contra la religión: “Si  frecuentar  la Iglesia  es eso...”. Por lo contrario un cristiano honesto, servicial, que tiene una luz en sus ojos, dice ya muchas cosas sin hablar.  Y puede hacerse escuchar cuando se presenta la ocasión.  A veces hay que predicar directamente. Es una pena que el pudor nos retenga cuando estamos al borde de un anuncio explícito de Cristo. Hay que recordar que somos el pueblo de Dios y somos llamados a ocuparnos de la fe y de la misión y que todos somos responsables en la Iglesia de Cristo.
Cuando contemplamos a Jesús enviando a sus primeros apóstoles a misionar, debo decir: “Señor, ¡eso  va  para  mí!”. Se oye  a muchos cristianos criticar, quedándose en la orilla: “La Iglesia debería hacer esto... La Iglesia debería haber hecho aquello...”. Bien; eso es bueno para empezar a participar. Pero hay que ir más lejos, hay que meterse en la corriente misionera de la Iglesia, porque tú eres el trozo de la Iglesia; en parte gracia a ti es como ella hace esto o deja de hacer lo otro. La Iglesia no puede ser verdaderamente misionera más que donde es misionera la totalidad de cristianos.
R.P. Roland Vicente Castro Juárez

viernes, 6 de julio de 2012

COMENTARIO DEL DOMINGO 08 DE JULIO DEL 2012


SE EXTRAÑABA DE SU FALTA DE FE

 

1° LECTURA:  Ez. 2, 2‑5: Son un pueblo rebelde, sabrán que hubo un profeta en medio de ellos

SALMO:   Sal  12.  Nuestros ojos están en el Señor,  esperando su misericordia.
2° LECTURA: 2Cor. 12, 7b‑10: Presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo

EVANGELIO Mc. 6, 1‑6: No desprecian a un profeta más que en su tierra


Cuando oímos esta observación de Marcos: “Se extrañaba de su falta de fe”, sentimos cierto temor: ¿y yo? ¡Bienaventurado temor, porque nunca estaremos bastantes atentos a la salud  de nuestra  fe; vivir alguna cosa con Jesús depende por entero de la fuerza de nuestra confianza en  él. Podríamos decir que estamos repitiendo, pero es el evangelio el que se repite; no ha sido escrito más que para eso: despertar, nutrir, hacer progresar nuestra fe en Jesús. Esa fe es nuestra mirada sobre él, nuestro trato con él, nuestra unión con él, el medio de amarlo cada vez más, sin “escandalizarnos nunca de él”, como nos advierte también aquí Marcos. Lo que ocurrió en Nazareth puede sucedernos a nosotros. Había venido “a su patria”, o sea, a su misma casa, y es precisamente esta familiaridad con él la que hace a esos hombres de Nazareth, una pequeña aldea en donde todo el mundo se conoce muy bien, ciegos y sordos. Impresionados por este hecho, Jesús les recuerda el refrán: “Sólo en su tierra desprecian a un profeta”.  Nos lo dice también a nosotros: aquí está la intención de este relato de Marcos. Creemos conocer a Jesús.
Él forma parte de nuestra vida, por así decirlo. Respecto a los no-creyentes nosotros somos paisanos  suyos, hemos  tratado  siempre  con  él. Algunas veces esta familiaridad con él nos cansa, la lectura del evangelio nos aburre; es algo bien conocido. Porque hacemos lo que nunca deberíamos hacer: una lectura distraída, despreocupada. El evangelio merece algo más. Merece el esfuerzo de  meditación  que  hacemos en este momento para reventar toda esa familiaridad y desembocar en el asombro: ¡Señor, qué difícil eres de conocer!. Allí comienza la aventura. Salimos de la aldea en donde Jesús era tan conocido que nadie se interesaba por él. Sentimos que hemos de deshacernos de estas ideas rutinarias.  Nos parecía que esas ideas nos hacían vivir algo con él. Pero alimentaban tan pobremente nuestra fe que “Jesús no podía hacer ningún  milagro por nosotros”. Si nos preguntamos por el vigor de nuestra fe, hay aquí un test muy  fácil: cuanto más fuerte es, más lo busca. Jesús puede entonces ser  Jesús para nosotros; conociéndolo mejor, le pedimos más. Su decepción de Nazareth debe afectarnos muy profundamente: “Se extrañaba de su falta de fe”. Señor, ¡Me gustaría tanto no decepcionarte! Cuando abrimos el evangelio con hambre de conocer a Jesús mucho más, descubrimos los horizontes  de  sus  tres  países: es de Nazareth, ciertamente, pero también  es de  la Trinidad y ahora de  la  resurrección.   Habita en Dios  y cohabita con todos los hombres. Ese ir y venir entre Dios y los hombres, cuando uno está cerca de él, produce vértigo algunas veces: “¿De dónde le viene esto?”. Vislumbra que creer en él es un camino largo y difícil pero, ¿en qué camino quedaríamos más colmados?.
Pbro. Roland Vicente Castro Juárez

AL MAESTRO EN SU DIA


EL MAESTRO CREADOR [1]

0. Introducción.

Son muchos los conceptos que se le dan al maestro[2] pero entre ellos hay que destacar la que nos interesa: hombre que consagra su vida a la profesión educativa.  El maestro es una de las formas que hay de ser educador. El educador es el que realiza  una función pedagógica, cualquiera que ésta sea. El maestro es quien dedica toda su vida a esta profesión, es decir, el profesional y técnico de la educación[3]. Constituye el órgano decisivo de la educación. Esta consagración personal le llevará a tratar de conocer y buscar unos objetivos y a desplegar unos medios que son los que le ayudará en la sistematización del trabajo por parte del maestro, que es uno de los principales aspectos que diferencian esta función la del educador.

Son muchos los autores que opinan que la principal misión de los maestros es proporcionar instrucción a sus alumnos y otros creen que esta es la única misión, que tiene, es difícil poder separar tajantemente la gestión instructiva de la educativa. Ser maestro es una de las formas de ser educador. Si entendemos la educación como  perfeccionamiento de las facultades específicamente humanas, resulta simple la imagen de un maestro que sólo se preocupe de almacenar más y más conocimientos útiles, en la mente de sus alumnos (resultado de una función puramente instructiva).

1. Breve historia.

El origen de la profesión de maestro se pierde en los orígenes históricos.

Aquellos hombres que en los diferentes pueblos poseían cierta cultura general o profesional, procuraban reunirse con algunos discípulos a los que transmitían sus conocimientos, casi siempre aquellos que les serían útiles más tarde para poder vivir de un modo adecuado en su propia comunidad. Los contenidos formativos solían tener fundamentalmente una orientación social.

En Grecia durante el período denominado clásico, se le encomendaba a unos esclavos (pedagogos[4]). Luego venía el gramatista[5] , el citarista[6], el paidotriba[7]. El Roma, durante los primeros siglos, el padre de familia era en cada hogar un auténtico educador de los hijos, los cuales también recibían numerosos cuidados educativos por parte de la madre. En la época clásica la educación dependía exclusivamente de los maestros, cuyos nombres y funciones eran el ludi magister o litterator[8], el grammaticus[9]  y el rethor[10].

En la Edad Media tenemos noticias de magníficos maestros dedicados por entero a la profesión en las escuelas catedralicias y catequísticas y en los centros de cultura superior, como las universidades. En la baja Edad Media algunos municipios se preocuparon por abrir escuelas públicas para la enseñanza de las artes liberales. Sus maestros eran de ordinario bachilleres titulados que solían impartir sólo los primeros rudimentos culturales.

Pero los maestros tal como los concebimos hoy, aparecen en realidad durante la Edad Moderna. Surgen primero los “preceptores de príncipes” y, más tarde, cuando se va imponiendo la escuela común y popular y, sobre todo, cuando el estado paso a regir la instrucción publica, los maestros de oficio”

Últimamente, el papel del maestro es uno de los más necesarios para cualquier sociedad, aumentando cada vez más sus necesidades y el grado o nivel de la formación requerida para el ejercicio dela profesión.

2. Funciones del Maestro.

Debido a los adelantos científicos y técnicos muchos están tentados a considerar que la función del maestro tiene que perder su importancia en virtud de la efectividad de las máquinas de enseñar y demás ingenios mecánicos. Aparte, se repite hasta la saciedad  la máxima didáctica que recuerda que el principal agente de la educación es el alumno y no el maestro, que si aquél (el alumno) no quiere, la formación no puede realizarse, que la educación es, sobre todo, autoeducación, etc..

Que el alumno trabaje y que por este trabajo se vaya  completando su formación, constituye la base de la nueva sistemática educativa. Será efectivamente buen maestro aquél que sepa motivar a sus alumnos hacia la reflexión y la actividad, el que consiga desterrar de la clase la indiferencia ante el trabajo y cualquier sensación de rutina. Es indudable que el recuerdo de aquél tipo de maestro preocupado exclusivamente de su palabra, que se esmera en la explicación y que gusta de escuchar de su propia verborrea ha sido una de las causas principales de la crisis del concepto tradicional de maestro.

Los nuevos adelantos no pretenden quitarle la dignidad o categoría al maestro, pues su cometido sigue siendo necesario y muy interesante. El maestro continúa procurando el enriquecimiento cultural y formal de aquellas nuevas generaciones que se le encargan y, precisamente en una época en que el superdesarrollo técnico amenaza con suprimir la provechosa relación educativa, su presencia entre los niños y jóvenes puede incluso ser más necesaria que antes. Hoy, efectivamente, el diálogo maestro-alumno se hace de todo punto imprescindible.

Las funciones del maestro podrían establecerse de este modo:
-          Programación del trabajo diario en el que profesores y alumnos ejercitarán su autonomía y aceptarán sus responsabilidades tomando decisiones adecuadas para la realización concreta del trabajo.
-          Establecimiento de relaciones con los alumnos a fin de conocer sus necesidades, intereses, dificultades y aptitudes con el fin de organizar el trabajo de acuerdo con las condiciones personales de cada estudiante.
-          Enseñanza en sentido estricto en la que incluyen dos funciones principales : la motivación de los alumnos y la información. Igualmente la información se refiere a dos contenidos fundamentales, el contenido (ideas y problemas) y las técnicas de  trabajo.
-          Ayuda individual a los alumnos, es decir, orientación subsiguiente para la realización más eficaz en su trabajo.
-          Control del rendimiento de cada escolar y del grupo en conjunto del que tenga la responsabilidad el maestro.
-          Replanteamiento del trabajo, de tal manera que los alumnos más capaces  puedan seguir ampliando o profundizando su aprendizaje, mientras que los que no hayan alcanzado los objetivos puedan volver sobre los mismos, aunque con materiales diferentes que eviten el tedio y la rutina de la repetición.

3. Cualidades o condiciones del maestro.

A pesar de las dificultades que existen en el ámbito se pueden hablar de dos las cualidades que se le dan a los maestros:
-          El maestro convive con sus alumnos y los forma
-          El maestro instruye a sus alumnos.

3.1. El maestro convive con sus alumnos y los forma.

A esto cometido le corresponde la capacidad para conocer un método práctico (natural) y científico a sus alumnos. Conocer al alumno es una premisa primera y fundamental para una correcta formación de su personalidad; este conocimiento que formalizará la comprensión de indefinidas situaciones violentas que suelen presentarse en clase o el entendimiento de conductas inexplicables a primera vista.

Tenemos también la paciencia, amor y alegría. Son cualidades muy necesarias, pues su carencia causará múltiples incomodidades al maestro. La función del magisterio es dura: largas horas encerrados con niños o jóvenes con grados de vitalidad en cada uno de ellos; si no fuera por una fuerte dosis de paciencia será muy difícil hacerlos avanzar por la senda de la cultura. La autoridad del maestro se ejercita por el amor, o mejor dicho el amor es conditio sine qua nom del maestro. No es bueno para el maestro una excesiva seriedad, un exagerado afán por ser respetado, tampoco blando o indolente pues no podrá realizar nunca la actividad educativa[11]. Debe suscitar confianza, optimismo, alegría, tareas que no se pueden realizar si se hacen en un ambiente severo y triste.

La ecuanimidad es otro factor importante en el maestro, pues debe mostrar imparcialidad con los alumnos dentro y fuera de la clase. Es posible que haya simpatías y antipatías, pero no se debe dejar llevar públicamente por esos sentimientos, aunque para ello tenga que sostener una auténtica lucha interior.

3.2. El maestro instruye a sus alumnos.

Este segundo cometido tiene las siguientes  condiciones:

Cualidad intelectual. No es que precise de una inteligencia brillante, pero si de un mínimo de orden y claridad mental para poder dominar los contenidos científicos del nivel respectivo de enseñanza, así como de las diferentes relaciones que tiene  con las diferentes áreas del saber humano.

La capacidad para el planteamiento y programación del trabajo del curso, mensual, semanal, diario. Esto debe llevarlo a permanecer en constante formación en lo que se refiere a contenidos y técnicas de trabajo.

Capacidad pedagógica específica, por la que sepa llegar con su palabra o sugerencia a la mente infantil, adaptándose a los modos de comprender de los alumnos. Es uno de los factores más importante para el maestro. Debe tener facilidad de ponerse a la altura de aquellos que han de recibir la ilustración correspondiente y esto se logrará en la medida que sepa hacer buen uso de la capacidad didáctico-expresiva, privilegio del verdadero maestro.

4. Formación del maestro.

Desde el siglo XVIII hasta hoy hay un claro motivo de preocupación por parte de las autoridades de los diversos países. A partir de la Revolución Francesa los estados consideran necesario controlar el desenvolvimiento educativo de todos los ciudadanos desde los primeros años de escolaridad. Consideran que es necesario que el que va a impartir los conocimientos debe estar adecuadamente preparado y es así como aparece las escuelas para maestros primarios. Junto a esta necesidad, hay que decir que el desarrollo industrial impone un nuevo tipo de instrucción, lo que exige una preparación técnica que garantice la formación permanente de los obreros. De otro lado el desarrollo de las ciencias pedagógicas y el descubrimiento de diversos aspectos evidentemente atractivos en las mismas impusieron un estudio sistemático. Las grandes ventajas que ofrecían estos principios didácticos va a propiciar que la experimentación pedagógica se desarrolle a buen paso.

Hoy se consideran tres aspectos fundamentales:

Sólida cultura general  que va a permitirle la fácil comprensión y delimitación de innumerables problemas humanos.

Cultura profesional o pedagógica. La serie de conocimientos, ya teóricos, ya prácticos deben facilitar al educador la difícil tarea de transmitir nociones, experiencias, hábitos, actitudes, destrezas e ideales de vida en los educandos. Debe ser iniciado en todos los métodos experimentados de enseñanza. Deben ser puestos al tanto de todos los trabajos más recientes sobre la sicología infantil y juvenil y tener la posibilidad de observar ellos mismos a los niños y adolescentes.

Amplia experiencia práctica. Cuando se tienen contacto directo con los alumnos se presenta la oportunidad de conocer algunos aspectos de formación que deben ser mejorados.

El maestro creador hoy[12].

En los últimos años y con mayor énfasis en los últimos meses se habla con insistencia sobre el nuevo rol del docente, es decir del docente facilitador, rol que está más de acorde con  los nuevos enfoques pedagógicos y el proceso de modernización educativa que se vive en el país. El maestro si quiere perfeccionarse y conocer nuevas fuentes de inspiración, estudia, consulta, investiga y se ejercita pues nunca cree haber llegado a la cumbre del saber. Quien verdaderamente se siente maestro, experimenta la necesidad de excursionar constantemente por los campos de la pedagogía moderna y auscultar el pensar de otros maestros.

Según Carl Roger, coautor de la Teoría de la Realización Personal, facilitar el aprendizaje consiste en “liberar la curiosidad, permitir que las personas evolucionen según sus propios intereses, desarrollar el sentido de indagación, abrir el camino hacia la pregunta y a exploración, reconocer que todo está en proceso de cambio”

En la nueva visión de la educación, el maestro cumple un rol mucho más interactivo para facilitar el aprendizaje, orientando, preguntando, desafiando, cuestionando, incitando, provocando al alumno, pero siempre considerando en cualquier materia que enseñemos, en cualquier actividad que dirijamos, que debemos actuar como educadores y pensar que nuestra misiva no es sólo informativa sino también formativa.  La misión del maestro es educar por medio de la enseñanza y para ello debe tener mente adulta, para saber dirigir, orientar el corazón del niño o el adolescente y comprender mejor a sus educandos.

Como podemos apreciar, el maestro moderno, facilitador, constructivista, es un docente que tiene que trabajar mucho más antes de la clase y durante la clase se va a convertir en un “espectador simpático” que orienta, estimula, cuestiona, provoca, etc,... pero lo hace siempre con el mejor propósito. En la nueva visión de a educación, el maestro desempeña un rol mucho más activo e interactivo. Cuánta diferencia con el maestro tradicional que sólo trabaja durante la clase, porque en ese momento lo hace todo: pasa lista, toma pruebas, revisa cuadernos, dicta, explica, escribe en la pizarra, controla la disciplina, da órdenes, evalúa en forma oral o escrita, etc...

En conclusión, el maestro debe crear las condiciones para que los alumnos desarrollen sus capacidades y valores como personas dentro de un marco de relaciones más sociales, más humanas de afecto y de respeto preparándolos y ejercitándolo para que aprenda a tomar decisiones.

Frente a determinada problemática y vivir en armonía dentro de la sociedad, para la vida, para la paz y en solidaridad.                                                                                                                                   
                                                                                  Roland Castro Juárez, Pbro.


PERFIL DEL EDUCADOR.

Tradicional.

- Proporcionaba instrucción.
- Se evalúa a sí mismo.
- Preocupación por su palabra.
- Transmisión de conocimientos.
- Formaba bajo una orientación social.
- Esmerado por la explicación.
- Escucha su propia verborrea.

¿Cómo queremos que sea un maestro hoy?

- Agente de cambio.
- Capacidad para motivar la reflexión.
- Actividad.
- Rol activo e interactivo.
- Preocupado-dialogante.
- Mayor relación con los alumnos.
- Orientador.
- Seguimiento y control a sus alumnos.
- Capacidad didáctico-expresivo.
- Sólida cultura general.
- Cultura profesional pedagógica.
- Amplia experiencia práctica.
- Docente facilitador.
- Estudioso, investigador, consultor.
- Excursionador, auscultador.
- Formadores.
- Constructivista.

PROFESOR, EDUCADOR, MAESTRO


Normalmente se les toma como sinónimos, pero los profesores, educadores y maestros tienen grandes diferencias entre ellos. Un profesor da un curso y luego se va a casa. Un educador da un paso más allá y se preocupa por la formación personal de sus estudiantes. Un maestro ha sobrepasado ambas descripciones. No solo da su curso y se preocupa por sus alumnos, se compromete con ellos porque entiende que la mejor manera de asegurarnos un mundo mejor es teniendo mejores habitantes en las próximas generaciones.

Educar es una responsabilidad social muy importante y no puede ser tomada a la ligera.

EL PROFESOR

Un profesor (o charlista) es una persona que da un curso. Es decir, cumple con su responsabilidad primaria de impartir cierto conocimiento y de generar ciertas notas para los registros de cierta institución educativa. Los profesores, saben que ésta es la posición más cómoda, típica de un profesional que se encuentra a sí mismo al frente de un aula por cuestión de suerte o destino. En una sociedad en la que actualmente nos encontramos en una lucha por no abandonar los valores morales, rescatar la vocación de los profesores debería ser una meta muy importante para los próximos años. Los cursos de capacitación y actualización deben ser reestructurados para satisfacer esta necesidad creciente.

Recuerda que los jóvenes usualmente confían más en sus profesores que en sus padres y caerás en la cuenta de la importancia de asumir una mayor responsabilidad social para con los estudiantes.

EL EDUCADOR

Llamamos educadores a aquéllos que han dado un paso adelante y que no solo se preocupan por sus cursos sino también por quienes los reciben durante las clases. Mas un educador no está siempre preparado para algunas situaciones. Por eso, la consejería y la preparación apropiada y constante son las siguientes cosas en las que hay que pensar para mejorar la capacidad de los educadores para impartir sus propios cursos. Muchas veces los alumnos aparecen con casos muy difíciles (y estremecedores) cuando vienen en busca de consejo. Nuestra mayor recomendación es contactar algunos profesionales de otras áreas como apoyo.

Creemos que hoy un educador debe aprender acerca de liderazgo, motivación y sicología. Acercarse a alguna comunidad religiosa suele ayudar también mucho a aprender a dar consejos desde un ponto de vista más transcendental. Incluso si no eres una persona creyente, deberías tener muy presente la religión como una opción de respaldo moral.

Un educador se convierte pronto en una persona apreciada en la organización. Su capacidad y compromiso, más la relación personal que pronto desarrolla con sus estudiantes, indican que entiende que ninguna persona aprende apropiadamente de alguien en quien no confía. Un buen educador está preparado para detectar problemas de aprendizaje, desempeño, comunicación o conducta en sus estudiantes sin evadir su responsabilidad ante esto. Por el contrario, se le suele ver conversando con su alumno al final de la clase o en su tiempo libre y acerca de estas situaciones. Hemos incluso oído casos en los que la participación del profesor ayudó a detener el abuso o maltrato del que un estudiante estaba siendo víctima.

Así es, un educador debe estar listo para todo. Es parte del trabajo. Punto.

EL MAESTRO

Por último, debemos decir que un maestro es un educador graduado con honores. No solo tiene el respeto, cariño y confianza de sus estudiantes. Pronto notará gente viniendo a él para preguntarle si puede educar a sus hijos.

Tan romántico como pueda sonar, un maestro siempre deja una marca en cada salón de clases que pisa y en cada alma que toca. Tiene lo que se necesita: amor por la gente, amor por su trabajo y respeto por el curso que debe impartir.

PERFIL DEL EDUCADOR.

Tradicional.

- Proporcionaba instrucción.
- Se evalúa a sí mismo.
- Preocupación por su palabra.
- Transmisión de conocimientos.
- Formaba bajo una orientación social.
- Esmerado por la explicación.
- Escucha su propia verborrea.

¿Cómo queremos que sea un maestro hoy?

- Agente de cambio.
- Capacidad para motivar la reflexión.
- Actividad.
- Rol activo e interactivo.
- Preocupado-dialogante.
- Mayor relación con los alumnos.
- Orientador.
- Seguimiento y control a sus alumnos.
- Capacidad didáctico-expresiva.
- Sólida cultura general.
- Cultura profesional pedagógica.
- Amplia experiencia práctica.
- Docente facilitador.
- Estudioso, investigador, consultor.
- Excursionador, auscultador.
- Formadores.
- Constructivista.
- Discreto




[1]  BIBLIOGRAFIA GENERAL :  D.P. AUSUBEL - E.V. SULLIVAN  El desarollo infantil, Paidós, Ibérica 1983; G. GATTI , “Educación Moral” en F. COMPAGNONI - G. PIANA - S. PRIVITERA (Dir), Nuevo Diccionario de Teología Moral, Ediciones Paulinas, Madrid 1990, 512-527; B. HÄRING, Shalom. El sacramento paz de la reconciliación , Herder, barcelona 1981, 195-209;K. HÖRMANN, Diccionario de Moral Cristiana , Herder, Barcelona 1985, 329-334; L. KOHLBERG, Essays on moral development, Harper and Row, San Francisco 1981, 2 vols; ENCICLOPEDIA ILUSTRADA CUMBRE, Voz “Maestro” Editorial Cumbre, México 1959; tomo VII (M) 19-21; L. LUZURIAGA, Diccionario de pedagogía, Editorial Losada, Buenos Aires 1966, 3ª edición124-140;   A. POBLADOR DIÉGUEZ, Voz “Maestro” en GRAN ENCILOPEDIA RIALP GER, Rialp, Madrid 1989713-716; M. VIDAL, Diccionario de ética teológica, Verbo Divino, Estella 1991, 190-199.
[2]  Hombre que destaca en alguna faceta cultural; hombre que lleva la dirección de un taller o de una obra de tipo manual, u hombre que consagra su vida a la profesión educativa cf. A. POBLADOR DIÉGUEZ, “Maestro”... , o.c, págs 712-713.
[3]  Aún cuando dentro de la educación se ve a los sujetos responsables de la educación com son los padres, los poderes públicos, la comunidad escolar dentro de la cual se encuentran los maestros, padres y alumnos,  nos interesa la figura del maestro en sí. Por ello en virtud del objetivo del tema omotimos a los restantes y nos quedamos con el educador.
[4]  El encargado de velar por la conservación de las buenas costumbres en los pequeños y conducirlos hasta los maestros especializados.
[5]  Les enseñaba a leer, escribir y contar.
[6]  Les enseñaba la úsica y el ritmo.
[7]  Les enseñaba y dirigía los ejercicios gimnásticos.
[8]  Proporcionaba una instrucción que podría denominarse de primera enseñanza.
[9]  Atendía la primera fase de la enseñanza secundaria.
[10]  Se hacía cargo del joven cuando éste tenía 16 años, le preparaba para la correcta  pronucniación y escritura de discursos, es decir para la elocuencia.
[11] L. LUZURIAGA, Diccionario de pedagogía,  o.c. pág. 128-129
[12] Extractado de Prof. L. GUIJA N, “Acercca del nuevo rol del docente”en REVISTA EDUCATIVA LORESA, Editrorial LORESA, Santa Beatriz, Lima , Junio 1996, 17-18; Idem “El enfoque CONSTRUCTIVISTA, otro intento de explicación..”, o.c. págs. 3-5.