viernes, 31 de enero de 2020

LECTURAS Y COMENTARIO IV DOMINGO CICLO A - PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO - 2 FEBRERO 2020


PRESENTACIÓN DE JESÚS AL TEMPLO (FIESTA DE LA CANDELARIA)


ORACION COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, rogamos humildemente a tu majestad que, así como tu Hijo Unigénito ha sido presentado hoy en el templo en la realidad de nuestra carne, nos concedas, de igual modo, ser presentados ante ti con el alma limpia. Por nuestro Señor Jesucristo.


PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Malaquías 3, 1-4. 23-24

Así dice el Señor: «Miren, yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí.  De pronto entrará en el santuario el Señor a quien ustedes buscan, el mensajero de la alianza que ustedes desean. Mirenlo entrar —dice el Señor de los ejércitos—. ¿Quién podrá resistir el día de su venida?, ¿quién quedará en pie cuando aparezca?? Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al Señor la ofrenda como es debido. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos.

SALMO RESPONSORIAL (23)

Quién es ese Rey de la gloria?.   Es el Señor.

¡Portones, alcen los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la gloria!. R.

¿Quién es ese Rey de la gloria?. -El Señor, héroe valeroso; el Señor, héroe de la guerra. R.

¡Portones, alcen los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la gloria!. R.

¿Quién es ese Rey de la gloria?. -El Señor, Dios de los Ejércitos: él es el Rey de la gloria. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos 2,14-18.

Los hijos de una familia son todos de la misma carne y sangre, y de nuestra carne y sangre participó también Jesús; así, muriendo, aniquiló al que tenía el poder de la muerte, es decir, al diablo, y liberó a todos los que por miedo a la muerte pasaban la vida entera como esclavos. Noten que tiende una mano a los hijos de Abrahán, no a los ángeles. Por eso tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser compasivo y pontífice fiel en lo que a Dios se refiere, y expiar así los pecados del pueblo. Como él ha pasado por la prueba del dolor, puede auxiliar a los que ahora pasan por ella.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 2,22-40.

Cuando llegó el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén, para presentarlo al Señor (de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor) y para entregar la oblación (como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones").
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre honrado y piadoso, que aguardaba el Consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu Santo, fue al templo.
Cuando entraban con el Niño Jesús sus padres (para cumplir con él lo previsto por la ley), Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz; porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones, y gloria de tu pueblo, Israel.
[José y María, la madre de Jesús, estaban admirados por lo que se decía del niño.
Simeón los bendijo diciendo a María, su madre: Mira: Este está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti una espada te traspasará el alma.
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana: de jovencita había vivido siete años casada, y llevaba ochenta y cuatro de viuda; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel.
Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la Ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.].

COMENTARIO

José y María llevaron a Jesús al templo de Jerusalén, también se conoce como "Día de la Candelaria". Este día también se celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada.
Esta costumbre tiene su origen en la celebración litúrgica de la fiesta de la purificación y la presentación del Niño Dios al templo. En tiempo de Jesús, la ley prescribía en el Levítico que toda mujer debía presentarse en el templo para purificarse a los cuarenta días que hubiese dado a luz. Si el hijo nacido era varón, debía ser circuncidado a los ocho días y la madre debería permanecer en su casa durante treinta y tres días más, purificándose a través del recogimiento y la oración. Ya que se cumpliera la fecha, acudía en compañía de su esposo a las puertas del templo para llevar una ofrenda: un cordero y una paloma o tórtola. Con respecto al niño, todo primogénito debía ser consagrado al Señor, en recuerdo de los primogénitos de Egipto que había salvado Dios. Lo mismo pasaba con los animales primogénitos.
José y María llevaron a Jesús al templo de Jerusalén. Como eran pobres, llevaron dos palomas blancas. Al entrar al templo, el anciano Simeón, movido por el Espíritu Santo, tomó en brazos a Jesús y lo bendijo diciendo que Él sería la luz que iluminaría a los gentiles. Después, le dijo a María que una espada atravesaría su alma, profetizando los sufrimientos que tendría que afrontar.
Así pues, el 2 de febrero de cada año, en nuestros pueblos, se recuerda esta presentación del Niño Jesús al templo, llevando alguna imagen del Niño Dios a presentar a la iglesia o parroquia. También ese día, se recuerdan las palabras de Simeón, llevando candelas (velas hechas de parafina pura) a bendecir, las cuales simbolizan a Jesús como luz de todos los hombres. De aquí viene el nombre de la “Fiesta de las candelas” o el “Día de la Candelaria”. En esta celebración se bendicen de acuerdo a la región, la imagen del Niño Dios y las candelas, que representan la luz de Cristo en los hogares. Las velas benditas se pueden prender cuando surjan las dificultades de la vida durante el año.
Es una fiesta que podemos aprovechar para reflexionar acerca de la obediencia de María y para agradecer a Jesús que haya venido a iluminar nuestros corazones en el camino a nuestra salvación eterna.

PLEGARIA UNIVERSAL

Hermanos oremos a Dios, que en Jesucristo nos muestra el camino de la salvación, y pidámosle por todos los hombres y sus necesidades espirituales y materiales. A cada petición diremos. R. ¡Que nuestros ojos vean tu salvación, Señor!.

1.- Por nuestra Madre, la Iglesia; para que haga brillar ante los hombres la luz de Cristo. Oremos. R.

2.- Por los que rigen los destinos de los pueblos: para que su labor sea siempre de servicio de Cristo. Oremos. R.

3.- Por los jóvenes de nuestra parroquia y de todas las comunidades cristianas: para que descubran que consagrar la vida a Dios dilata el corazón y da plenitud y fecundidad a la existencia. Oremos. R.

4.- Por los niños abandonados que no tienen lo necesario para vivir: para que encuentren el amor y la ayuda que necesitan para crecer sanos y felices. Oremos. R.

5.- Por nosotros aquí reunidos que recibimos la consagración bautismal, para que nuestra manera de vivir refleje la presencia del Señor en todos los ambientes que concurrimos. Oremos. R.

Dios todopoderoso y eterno, en tu Hijo hecho hombre y consagrado a ti, nos acogiste a todos los hombres como hijos tuyos; acoge benignamente nuestras suplicas y haz que sean realidad en nuestra vida. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedios, Señor, que te sean gratos los dones presentados por la Iglesia exultante de gozo, pues has querido que tu Hijo Unigénito se ofreciera como Cordero inocente por la salvación del mundo. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Por estos dones santos que hemos recibido, llénanos de tu gracia, Señor tu que has colmado plenamente el anhelo expectante de Simeón y así como el no vio la muerte sin haber merecido acoger antes a Cristo, concédenos alcanzar la vida eterna a quienes caminamos al encuentro del Señor. Por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 03: 2S 15, 13-14.30; 16, 5-13ª; Sal 3; Mc 5, 1-20.
Martes 04: 2S 18, 9-10.14b.24-25ª.30—19, 3; Sal 85; Mc 5, 21-43.
Miércoles 05: 2S  24, 2.9-17; Sal 31; Mc 6, 1-6. Santa Águeda, Virgen y mártir.
Jueves 06: 1R 2, 1-4.10-12; Sal: 1Cro 29, 10-12; Mc 6, 7-13. San Pablo Miki y compañeros, Martires.
Viernes 07: Eclo 47, 2-13; Sal 17; Mc 6, 14-29.
Sábado 09: 1R 3, 4-13; Sal 118; Mc 6, 30-34.
Domingo 10: Is 58, 7-10; Sal 111; 1Co 2, 1-5; Mt 5, 13-16.

COMENTARIOS A LA SEGUNDA LECTURA
Hb 2, 14-18

1.- El fragmento destaca que Jc, para traer la salvación a los hombres, ha asumido totalmente la condición humana. La salvación consiste en la liberación de la muerte (hasta aquel momento la muerte era un final inexorable: desde entonces es paso a la resurrección), que se ha producido porque JC, venciendo al pecado con su muerte, le ha quitado todo poder al diablo, que era dueño de la muerte (recuérdese el relato del Genesis: el diablo ha provocado el pecado, y la consecuencia del pecado ha sido la muerte).
JC, para poder liberar a los hombres del pecado (=para poder ser "pontífice"), tenía que ser totalmente como un hombre y presentar ante Dios la imagen de hombre perfecto, fiel a su voluntad hasta el final. De este modo, por una parte Dios puede contemplar su modelo de hombre libre del pecado, ruptura definitiva de la situación de pecado en que se hallaba la humanidad entera; y por otra, los hombres ven el camino al que están llamados realizado por uno que ha pasado por las mismas pruebas que ellos.
J. LLIGADAS- MISA DOMINICAL 1975, 3



1. Jesús, el Salvador, es uno de los nuestros; ha compartido nuestra sangre y nuestra carne y no se avergüenza de llamarnos hermanos (2,11.14). Hb dice con palabras propias lo mismo que nosotros queremos expresar con el tono entrañable de Navidad.
Jesús ha asumido todo lo humano: alegría, amistad, familia, sencillez. Ha asumido esto clavado esencialmente en nuestra sangre y en nuestra carne: dolor, limitación, sufrimiento, muerte. Más aún, aceptó a los hombres tal como son, limitados, mediocres, pecadores, con sus odios pequeños e irracionales; Jesús asumió a los hombres como hermanos, hasta en la terrible y absurda mezquindad que los lleva a matar al justo precisamente porque les habla de paz, de sinceridad, de vida limpia, de Dios.
Ya desde Belén Jesús aprendió cuán difícil es acoger a los hombres reales. Hb subraya todavía un último paso: Jesús sufrió también la angustia de la muerte (2,14-15; 5,7), resumen de todos los miedos humanos; la angustia del hombre que siente un anhelo infinito de vida y felicidad y se encuentra diariamente con sus desesperantes limitaciones hasta acabar en la amenaza total de aquel anhelo en la oscuridad de la muerte. Todo este misterioso y complejo mundo humano está dicho entrañablemente en el niño débil, ignorado, alabado y perseguido de Belén.
2. En el núcleo del misterio de su sencillez, Navidad es una sorpresa inesperada. A través de la experiencia humana vivida por Jesús, con sus sufrimientos, incomprensiones y muerte, consiguió el propio Jesús la perfección (2,10), la gloria y el honor (2,9) de entrar en comunión total con Dios (9,11-12), por la muerte halló la vida y nos liberó de la angustia de la muerte (2,9-15). Jesús empieza ya en Belén su inesperada revelación. El hombre sólo encuentra la verdadera vida en Dios, el único absoluto; esto comporta asumirlo todo tal como es. No es rehusando su propia vida o engañándose, sino asumiéndola como limitada y mortal, como el hombre se entrega a Dios hallando en él la vida verdadera. Belén es la recuperación del hombre. El hombre que vive en Dios aprende a no rehusar su vida humana y a amarlo todo y a todos, tal como son, excepto el pecado.
3. María es la humanidad que concibe al Hijo de Dios y lo arraiga en la tierra humana. Por María, Jesús se ha hecho uno de los nuestros, convirtiendo la vida humana en el más sublime acto de culto a Dios como Hijo suyo. Ella ha sido la primera en seguirle, acogiendo a Dios en la sencillez y generosidad de su vida.
G. MORA - LA BIBLIA DIA A DIA - Comentario exegético a las lecturas - de la Liturgia de las Horas - Ediciones CRISTIANDAD.MADRID-1981.Pág. 53 s.


viernes, 24 de enero de 2020

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO III T.O. CICLO A - 26 ENERO 2020


SEGUIR A JESÚS PARA ANUNCIAR EL REINO DE DIOS


ORACION COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, orienta nuestros actos según tu voluntad, para que merezcamos abundar en buenas obras en nombre de tu Hijo predilecto. El que vive y reina contigo.

PRIMERA LECTURA

Lectura de Isaías 8, 23b—9, 3.

En otro tiempo el Señor humilló el país de Zabulón y el país de Neftalí; ahora ensalzará el camino del mar, al otro lado del Jordán, la Galilea de los gentiles. El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de sombras, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín. Porque la vara del opresor, y el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián.

SALMO RESPONSORIAL (26)

El Señor es mi luz y mi salvación.

El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré?. El Señor es la defensa de mi vida; ¿quién me hará temblar?. R.

Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por todos los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor contemplando su templo. R.

Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 1, 10-13. 17

Hermanos: Les ruego en nombre de nuestro Señor Jesucristo: ponerse de acuerdo y no anden divididos. Estén bien unidos con un mismo pensar y sentir. Hermanos, me he enterado por los de Cloe de que hay discordias entre ustedes. Y por eso les hablo así, porque andan divididos diciendo: «Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Pedro, yo soy de Cristo.». ¿Está dividido Cristo?. ¿Ha muerto Pablo en la cruz por ustedes?.
¿Han sido bautizados en nombre de Pablo?. No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 4, 12-23

Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. Dejando Nazaret se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el Profeta Isaías:
«País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.».
Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: Conviértanse, porque está cerca el Reino de los cielos.
[Paseando junto al lago de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores.
Les dijo: Vengan y síganme y les haré pescadores de hombres.
Inmediatamente dejaron las redes y le siguieron. Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamo también.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron. Recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del Reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.

COMENTARIO

En el evangelio de hoy podemos distinguir claramente tres partes: a) la presentación de Jesús que predica en Galilea; b) el mensaje que predica; y c) la elección de los discípulos.
a) La actividad de Jesús empieza cuando Juan fue "entregado" (más que "arrestado"): su misión de precursor termina de modo semejante a la del propio Jesús. Ante esta noticia Jesús se retira a la región de Galilea, estableciendo en Cafarnaún el centro de su actividad.
La predicación de Jesús se inicia en la "Galilea de los gentiles", es decir, en una región donde la situación religiosa del pueblo era más precaria, debido a una gran cantidad de población pagana. Los primeros destinatarios de la predicación de Jesús van a ser, por tanto, los que están más necesitados de ella, y los que aún no conocen la "luz" de la revelación porque viven en las "sombras" del paganismo. Y, a través de estos paganos, la predicación de Jesús se dirige a todas las naciones.
b) El mensaje de Jesús es el mismo que Mateo pone en labios del Bautista: "Conviértanse, porque está cerca el Reino de los cielos" (Mt 3,2). Aunque las palabras sean las mismas, el evangelista Mateo nos irá mostrando que el contenido no es idéntico. Subrayemos, en primer lugar, que Jesús no vincula la conversión a un bautismo, ni se pone a predicar en el desierto, sino entre la gente de su pueblo. Estas palabras de Jesús no son más que el inicio de su ministerio de la palabra, que los siguientes capítulos de Mateo irán desarrollando. El mensaje de Jesús se resume en esta frase: está cerca el Reino de los cielos. El Reino de Dios (o de los cielos), expresión ya existente en el pueblo de Israel, se contrapone a todos los demás reinos o poderes humanos que pretenden un dominio total sobre el pueblo de Israel -también al poder que se ofrecía a Jesús en sus tentaciones-, y expresa el deseo de que sea Yahvé quien reine. Este reinado de Dios, dice Jesús, "está cerca"; de hecho comenzó ya con El: Dios reina ya en Jesús y quiere reinar en cada hombre. Esto tiene una exigencia práctica muy concreta: convertíos.
c) Estrechamente unido a la proclamación del mensaje, vemos el seguimiento de los discípulos (Mt y Mc nos lo presentan de forma muy esquemática, y no sabemos qué tiempo transcurrió entre el inicio de la predicación y la elección de los discípulos). De todos modos, lo que más nos interesa es el significado de la expresión "seguir a Jesús": en primer lugar se trata de una llamada personal hecha por el propio Jesús que en el evangelio de hoy va seguida por una respuesta inmediata; para los discípulos esto supondrá ser -como Jesús- testigos del Reino de Dios. Habrá también mucha gente que, atraídos por la autoridad de su palabra o por sus curaciones (cfr. 4,25) seguirá a Jesús; pero el propio Jesús les hará caer en la cuenta de que ser discípulo significa olvidarse de sí mismo, cargar la propia cruz y seguirle (cfr. 16,24).

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos a Jesús que, hecho hombre e identificado con los más pequeños de la tierra, ha disipado nuestras tinieblas y nos invita a la conversión, porque su reino ya está entre nosotros. R. Escúchanos, Señor.

1.-   Para que el Papa Francisco, guiado por el Espíritu Santo, siga promoviendo la sinodalidad dentro de la Iglesia, el ecumenismo entre las religiones y la reconciliación entre todos los pueblos. Oremos. R.

2.- Para que las comunidades cristianas del mundo vivamos unidas en medio de nuestras diferencias y así nuestro testimonio de fraternidad haga resplandecer la luz de Cristo en las oscuridades de la humanidad. Oremos. R.

3.- Para que los gobernantes del mundo promuevan el desarrollo, el respeto y la igualdad entre todos los ciudadanos, como fundamento de la justicia y de la paz. Oremos. R.

4.- Para que las familias, mediante el diálogo y la comprensión recíproca, puedan superar las tensiones y desencuentros, que impiden a los niños y jóvenes creer sanos y felices. Oremos. R.

5.- Para que nosotros, como Jesús, no despreciemos a nadie y hagamos opción preferencial por los hermanos marginados, desatendidos y descartados por la sociedad. Oremos. R.

Padre bueno, acoge las suplicas que te hemos presentado para que podamos vivir como hijos tuyos y en hermandad sincera entre nosotros ya que por el Espíritu somos miembros del Cuerpo glorioso de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.


ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, recibe con bondad nuestros dones y al santificarlos, haz que sean para nosotros dones de salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Concédenos, Dios todopoderoso que cuantos hemos recibido tu gracia vivificadora nos gloriemos siempre del don  que nos haces. Por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes  27: 2S 5, 1-7.10; Sal 88; Mc 3, 22-30.
Martes  28: Santo Tomas de Aquino, presbítero y doctor de la Iglesia. 2S 6, 12b-15.17-19; Sal 23; Mc 3, 31-35.
Miércoles  29: 1S 7, 4-17; Sal 88; Mc 4, 1-20.
Jueves  30: 2S 7, 18-19.24-29; Sal 131; M 4, 21-25.
Viernes 31: San Juan Bosco, presbítero. 2S 11, 1-4ª.5-10ª.13-17; Sal 50; Mc 4, 26-34.
Sábado  01:  2 12, 1-7ª.10-17; Sal 50; Mc 4, 35-41.
Domingo 02: La Presentación del Señor. Mal 3, 1-4; Sal 2; Hb 2, 14-18; Lc 2, 22-40.


COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mt 4, 12-23
Par.: Mc 1, 16-20

1.- En la presencia de Jesús en Galilea, Mateo ve el cumplimiento de la gran profecía mesiánica de Isaías. Jesús es la luz que brilla en las tinieblas. A un país desilusionado y sin horizonte Jesús le devuelve la ilusión y la esperanza. ¿Cómo? Haciendo presente el Reino de Dios, la vieja alternativa de la que Israel había sido portador en los remotos días de los Jueces, cuando Israel era distinto de los demás pueblos y vivía la pura alegría de vivir, porque Yahvé era el centro de gravedad de todo su quehacer histórico.
Ante esta alternativa que vuelve, Jesús pide un cambio radical de categorías. Este cambio empieza tomando cuerpo con el seguimiento de Jesús. Sígueme: así suena la invitación de cualquier líder de cualquier organización. Esta es también la invitación que Jesús nos hace. ¿Qué pasaría si, al igual que Pedro, Santiago y Juan, también nosotros la secundáramos? (Pedro y sus compañeros son llamados aquí a ser cristianos, no a ser apóstoles). Hacerlo equivaldría a tener una función social: "ser pescadores de hombres". De momento no conocemos el alcance de esta función.
Empezaremos a conocerla el próximo domingo. Hoy nos basta con dar un voto de confianza a un Jesús que sigue diciéndonos a todos y cada uno: Venid y seguidme. La experiencia tiene que ser fascinante.
DABAR 1978/11


2.- La situación es una invitación a marchar con Jesús en el más estricto sentido de la palabra marchar. Invitación a un proyecto y no a una renuncia. Invitación a hacer algo, no a dejar algo, a la ilusión y no a la tristeza, y que esta llamada se enmarca en los horizontes del mundo y no en las estrecheces de un enclave.
A. BENITO - DABAR 1987/11


"Reino de los cielos" es lo mismo que "reino de Dios". Los judíos evitaban por respeto el nombre de Dios y en su lugar hablaban de "los cielos". La palabra "reino" evoca más bien una realidad estática, por eso sería preferible hablar de "Reinado de Dios".
El advenimiento de este reinado libera a los hombres de la esclavitud del pecado (1. 21). El reinado de Dios ha comenzado ya en JC, su Hijo, que ha venido al mundo para cumplir toda la voluntad del Padre. Cuando Dios sea "todo en todos" (/1Co/15/27ss), al fin de los tiempos, el Reinado de Dios llegará a su plenitud y se cumplirán todas las promesas mesiánicas, habrá paz y justicia y se manifestará que Dios ha querido reconciliar todas las cosas en la sangre de su Hijo. Mientras tanto, la Iglesia es la señal de que ya ha comenzado y está todavía en curso, el Reinado de Dios. Ella ha de proclamarlo y ha de ser en el mundo el instrumento de su continua actualización. Pero la Iglesia no es el mismo Reinado de Dios, antes al contrario, la gran tentación de la Iglesia es querer presentarse ante los hombres como si lo fuera. De ahí arrancan todos los triunfalismos que desconocen la eficacia de la cruz de Cristo.
EUCA 1987/06


"Y al instante le siguieron" El episodio se ubica a las orillas del lago, por donde Jesús caminaba y donde los hombres estaban entregados a su trabajo. La llamada de Dios llega a los hombres en su entorno corriente, en su puesto de trabajo. Ningún escenario "sagrado" para la llamada de los primeros discípulos; simplemente el paisaje del lago y el fondo de las duras tareas cotidianas. Nos encontramos con dos relatos paralelos; primero, la llamada de Pedro y Andrés, y, luego ("yendo más adelante"), la llamada de Santiago y de Juan. La repetición le permite al evangelista insistir en lo que le interesa. (...). Pero los rasgos esenciales -y que definen cabalmente la figura del discípulo (el resto del evangelio no hará otra cosa que precisarla)- son cuatro.
Primero: carácter central de Jesús. La iniciativa es suya (vio, les dijo, los llamó); no es el hombre el que se constituye a sí mismo discípulo, sino Jesús quien transforma al hombre en discípulo. Además: el discípulo no es llamado para asimilar una doctrina, ni siquiera ante todo para vivir un proyecto de existencia, sino para solidarizarse con un persona ("seguidme").
En primer plano está la adhesión a la persona de Jesús. Tan es así, que el discípulo evangélico no inicia un aprendizaje para convertirse a su vez en maestro; permanece siempre discípulo, y el Maestro es uno solo.
Segundo: el seguimiento de Jesús exige un profundo desprendimiento. La llamada de Pedro y Andrés y la llamada de Santiago y Juan están construidas siguiendo la misma estructura y con un vocabulario sustancialmente idéntico. Existe, sin embargo, una diferencia no despreciable; en el primer relato se dice que dejaron "las redes"; en el segundo, que dejaron "la barca y al padre". Tenemos, pues, un crescendo: desde el oficio a la familia. El oficio representa la seguridad y la identidad social; el padre representa las raíces de uno.
Tercero: el seguimiento es un camino. Partiendo de la llamada de Jesús, se expresa en dos movimientos (dejar y seguir), que indican un desplazamiento del centro de la vida. La llamada de Jesús no instala en un estado, sino en un camino.
Cuarto: el seguimiento es misión. Dos son las coordenadas del discipulado: la comunión con Cristo ("seguidme") y una carrera hacia el mundo ("os haré pescadores de hombres"). La segunda nace de la primera. Jesús no coloca a sus discípulos en un espacio separado y sectario; los envía por los caminos de los hombres.
Más adelante se comprenderá que el camino del discípulo es la cruz, lo cual significa que la ley que debe guiarle es la solidaridad universal.
BRUNO MAGGIONI - EL RELATO DE MATEO - EDIC. PAULINAS/MADRID 1982.Pág. 48


Estos versículos inauguran, en la versión de Mateo, el primer ministerio de Cristo en Galilea. Cristo encuentra en este momento de su vida la voluntad de su Padre en una serie de circunstancias. Entre ellas el mensaje y el ministerio del Bautista. Jesús acaba de hacerse bautizar por él (Mt 3, 13-17) porque advierte, sin duda, que está más próximo a la voluntad de Dios haciéndose discípulo del Bautista. Pero sus opciones se precisan todavía más: se hará rabí itinerante recogiendo la antorcha abandonada por Juan (v. 1; ya se advertirá la diferencia de este versículo con Mc 1, 14) pero considerando debía dejar Judea y el valle del Jordán, predilectos por Juan, para irse hacia las ovejas perdidas: las gentes del Norte y de Galilea.
* * *
Así, en el despertar de la conciencia de su misión, Cristo se encuentra en el papel de rabí predicando, fiel al mensaje de conversión del Bautista (cf. v. 17, comparado con Mt 3, 2), pero decidido a llevar ese mensaje, si no a los paganos propiamente dichos, al menos a unos judíos de tal forma implicados en las tinieblas del paganismo, que ya no tienen de judío más que el nombre.
Mateo es particularmente sensible a esa intención universalista que aparece ya en la primera opción de Jesús.
Siente la necesidad de justificarla a sus contemporáneos que creían que el Reino sería tan sólo anunciado a los judíos que habían permanecido más puros. He aquí la razón por la que el primer evangelista introduce los vv. 13-16 y la cita de Is 8, 23-9, 1. Por otro lado, modifica ligeramente esa cita introduciendo en ella la palabra "sentados" en las tinieblas (v. 16), como para reforzar más aún la impresión de que las regiones sirio-palestinenses están realmente incrustadas en el paganismo.
Así, la fidelidad de Cristo al mensaje del Bautista se complementa con una gran autonomía respecto a su maestro esenio.
No quiere reunir en torno a Sí sólo a los "puros" que se reunían en torno al Bautista, ni a los discípulos perfectamente sumisos agrupados alrededor de los doctores y de los sabios. Quiere que su mensaje alcance a todo el mundo y en cualquier situación que cada cual se encuentre. Por eso no duda en romper con Juan, no sobre el fondo del mensaje, sino sobre la manera de predicarlo.
Deja Judea, no impone un rito bautismal y se hace ambulante para estar seguro de encontrar a todos los hombres y todas las situaciones en que se puedan encontrar. Evidentemente, Cristo toma conciencia del universalismo de su mensaje y sabe adoptar los medios más adecuados para encontrarle el máximo de posibilidades.
* * *
Dentro del marco de las circunstancias que se imponen a él y orientan su elección, Cristo se decide, pues, en favor del plan universalista de Dios. Y no se contenta con forjarse una formulación intelectual, sino que inmediatamente que puede adopta las disposiciones requeridas para trasladar esa idea a conducta, no dudando para ello en realizar las necesarias rupturas respecto a las comunidades de "puros" y respecto a los "practicantes" de Judea. Las exigencias misioneras actuales, ¿no deberían impulsar a nuestras parroquias y a nuestras asambleas eucarísticas a despojarse un tanto para abrirse a quienes no se sienten afectados por el mensaje cristiano?
MAERTENS-FRISQUE - NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA I - MAROVA MADRID 1969.Pág. 288



jueves, 16 de enero de 2020

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO II T.O. CICLO A - 19 ENERO 2020



ÉSTE ES EL CORDERO DE DIOS, QUE QUITA EL PECADO DEL MUNDO


ORACION COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que gobiernas a un tiempo cielo y tierra, escucha compasivo la oración de tu pueblo y concede tu paz a nuestros días. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías 49, 3. 5-6

«Tú eres mi siervo (Israel) de quien estoy orgulloso.». Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel, tanto me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza: Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.

SALMO RESPONSORIAL (39)

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Yo esperaba con ansia al Señor: él se inclinó y escucho mi grito; me puso en la boca un cántico nuevo, un himno a nuestro Dios. R.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y en cambio me abriste el oído; no pides sacrificio expiatorio, entonces yo digo: «Aquí estoy.». R.

Como está escrito en mi libro: «para hacer tu voluntad.». Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R.

He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios: Señor, tú lo sabes. R.

SEGUNDA LECTURA

Comienzo de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 1, 1-3

Yo, Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo, por voluntad de Dios, y Sóstenes, nuestro hermano, escribimos a la Iglesia de Dios en Corinto, a los consagrados por Jesucristo, al pueblo santo que él llamó y a todos los demás que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo Señor nuestro y de ellos.
La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con ustedes.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Juan 1, 29-34

En aquel tiempo, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquél de quien yo dije: «Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo.» Yo no lo conocía, pero ha salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel.
Y Juan dio testimonio diciendo: He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma y se posó sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que ha de bautizar con Espíritu Santo. Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios.

COMENTARIO

Juan Bautista vio venir a Jesús hacia él y habló de él. ¡Cuántas veces no Sabemos "mirar" a las gentes que viven con nosotros: no los juzgamos correctamente, nos quedamos con las apreciaciones superficiales. Muchas personas del tiempo de Jesús no captaron "Quien" era El.
-"He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo". Para los judíos que le escuchaban, la alusión era clara. Lo es menos para nosotros. Los judíos sacrificaban animales para la purificación de los pecados, según la ley de Moisés. La gran fiesta de los judíos era la Pascua, en la que se sacrificaban gran cantidad de corderos. Jesús se identifica aquí con el "Salvador" con aquel que "carga sobre sí nuestros pecados". ¡Y va hasta el derramamiento de sangre! Esto no ha sido un asunto insignificante, sino un gran combate sangriento.
"El pecado del mundo", en singular. Ese singular es significativo. Jesús carga sobre él y hace desaparecer el conjunto de los pecados del mundo, la totalidad del pecado de la humanidad. Gracias, Jesús. ¿Cómo podría yo ayudarte, Señor, en esa gran labor? En primer lugar luchando contra el mal en mí... Y luego luchando contra el mal donde quiera que este se encuentre y yo pueda hacerlo.
-Detrás de mí viene uno que es antes de mí, porque era primero que yo. Históricamente, humanamente, Juan ha sido concebido y ha nacido antes que Jesús. Pero hay que superar las apariencias, las evidencias. De hecho Juan Bautista percibe el origen divino de Jesús: ¡"era primero que yo"! El nacimiento "según la carne" en Belén, no es sino el eco de otro nacimiento eterno, "El es Dios, nacido del Padre, antes de todos los siglos".
Contemplemos, cuanto sea posible, la "Persona" de Cristo, que es divina, eterna, que preexistía desde siempre. Es en verdad el Verbo de Dios, el Hijo, engendrado, "no creado", que aparece humanamente en el tiempo, un día de la historia humana, en un lugar del planeta. Te veremos, pues, nacer, crecer, morir en un pequeño país del Oriente Medio, pero fundará una Iglesia para representarle, en todos los tiempos y en todos los lugares. La Iglesia es la continuación de la Encarnación.
-Yo vi el Espíritu descender del cielo y posarse sobre Él. Jesús está investido, lleno, desbordante... del Espíritu. Es el Hijo de Dios. Detrás de las particularidades banales de ese "ciudadano de Nazaret", se esconde todo un misterio. Su persona no se limita a lo que aparenta. "Creen conocerle, pero hay en El un secreto: su personalidad está sumergida en Dios... En medio de ustedes está Aquel a quien ustedes no conocen".
-Es aquel que bautiza (sumerge) en el Espíritu Santo. No olvidemos que la palabra griega "baptizo" significa "yo sumerjo". Los primeros cristianos, como Juan Bautista, bautizaban sumergiendo totalmente al candidato al bautismo en el agua de un río. ¡Espíritu, sumérgeme en ti!

PLEGARIA UNIVERSAL

Hermanos, elevemos al Padre Dios nuestra alabanza por el inmenso don de hacernos hijos suyos en Cristo Jesús. Respondemos. R. Padre, te alabamos y te damos gracias.

1.- Por el Papa, los Obispo, sacerdotes y agentes de pastoral, que guiados por el Espíritu nos ayudan a vivir con alegría nuestra vocación cristiana. Oremos. R.

2.- Por la continua asistencia que el Espíritu ofrece a los gobernantes del mundo, que orientan las naciones hacia la construcción de una sociedad justa y fraterna. Oremos. R.

3.- Por las familias que viven unidas en Cristo y educan a sus hijos con el testimonio de su vida y la transmisión gozosa de su fe. Oremos. R.

4.- Por todos los bautizados que son conscientes de la altísima dignidad a la que han sido elevados como hijos de Dios y miembros del Cuerpo del Señor, la Iglesia, nuestra comunidad cristiana. Oremos. R.
5.- Por todos los pobres, los enfermos y los que sufren cualquier otro tipo de quebranto, que unidos a los sufrimientos de Cristo, sienten esperanza y reciben al ayuda de quienes estamos a su lado. Oremos. R.

6.- Por nosotros, que tenemos la dicha de participar en la Eucaristía de hoy y ser reavivados en la conciencia de ser hijos amados de Dios y hermanos entre nosotros. Oremos. R.

Padre bueno, acoge nuestro reconocimiento humilde de tus dones y ayúdanos a vivir lo que te hemos pedido. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Señor participar dignamente en estos sacramentos, pues cada vez que se celebra el memorial del sacrificio de Cristo, se realiza la obra de nuestra redención. Por Jesucristo neutro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Derrama, Señor, en nosotros tu Espíritu de caridad, para que hagas vivir concordes en el amor a quienes has saciado con el mismo pan del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 20: 1S 15, 16-23; Sal 39; 1Co 1, 1-3; Jn 1, 29-22.
Martes 21: Santa Inés, Virgen y Mártir. 1S 16, 1-13; Sal 88; Mc 2, 23-28.
Miércoles   22: 1S 17, 32 –51; Sal 143; Mc 3, 1-6.
Jueves 23: 1S 18, 6-9; 19, 1-7; Sal 55; Mc 3, 7-12.
Viernes 24: San Francisco de Sales, obispo y Doctor de la Iglesia. 1S 24, 3-21; Sal 56; Mc 3, 13-19.
Sábado 25: La Conversión de San Pablo, Apóstol. Hch 22, 3-16 (o bien: Hch 9, 1-22); Sal 116; Mc 16, 15-18.
Domingo 26: Is 8, 23b-9, 3; Sal 26; 1Co 1, 10-13.17; Mt 4, 12-23.

COMENTARIOS AL EVANGELIO
Jn 01, 29-34

Juan presta su última declaración solemne sobre la identidad de Jesús: el Cordero de Dios, el Hijo de Dios. Se anuncia así las dos dimensiones fundamentales en las que Jesús se va a dar a conocer a lo largo del cuarto evangelio.
En el conjunto de la obra el texto de hoy tiene la función de anticipar puntos de vista, situaciones y tensiones que serán desarrollados con posterioridad. Por eso, su alcance sólo se percibe con el discurrir de las páginas del evangelio.
Un ejemplo ilustrativo lo constituye la primera de las afirmaciones sobre el Cordero. En el capítulo 19 el autor sitúa la muerte de Jesús coincidiendo con las horas en que se sacrificaban en el Templo los corderos de Pascua que cada familia consumiría en casa durante la noche en recuerdo de la liberación de la opresión. La frase "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" adquirirá todo su sentido en el decurso de ese cap. 19, donde aparecerá claro el punto de vista del autor del cuarto evangelio: Jesús se da a conocer como Hijo en cuanto Cordero.
Comentario. A la hora de representarse a Zeus, el Señor de los humanos, los antiguos griegos lo hacían por medio del águila, el cetro y el rayo. Estos símbolos dejan traslucir una concepción generalizada entre los humanos: Dios supervisa, manda y fulmina. En continuidad con las primeras páginas de la Biblia, el autor del cuarto evangelio concibe al Señor de los humanos asumiendo y sufriendo las condiciones humanas. La concepción divina del cuarto evangelio va más en la línea del acercamiento que de la exaltación. En vez del esquema: Jesús es Hijo porque es Cordero, el cuarto evangelio adopta este otro: Jesús es Cordero porque es Hijo.
Escribo este comentario cuando acaban de ser asesinados en San Salvador seis jesuitas, una madre y su hija. Un asesinato en regla, programado y patrocinado. Estos seis hombres y estas dos mujeres han hecho radicalmente suyo el camino del Dios revelado en Jesús. Corderos a semejanza del Cordero que quita el pecado del mundo, ellos nos afianzan paradójicamente en la certeza de que el porvenir es de la liberación con la que el Dios revelado en Jesús se ha comprometido. Cuando al levantar la hostia consagrada el sacerdote proclama "este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo", se está proclamando una certeza, un camino y un compromiso, gracias a los cuales la esperanza tiene sentido.
A. Benito - Dabar 1990/10




Jesús es el Cordero de Dios porque ha sido elegido por Dios para iniciar el éxodo de nuestra libertad, y así como en otros tiempos los israelitas fueron librados de la muerte y de la esclavitud por medio de la sangre de un cordero, razón por la que celebran la Pascua de generación en generación, así también nosotros hemos sido librados, en Cristo y por la sangre de Cristo, de la esclavitud de la ley, del pecado y de la muerte.
Cristo es nuestra Pascua y el Cordero de Dios, el verdadero, el de la Alianza Nueva. No es casual que según la cronología de Juan, Jesucristo padeciera y muriera en la cruz precisamente cuando los sacerdotes sacrificaban en el templo de Jerusalén los corderos pascuales.
Eucaristía 1987/05




Cristo no es el cordero que eligen los hombres y ofrecen en el Templo para que Dios perdone sus pecados, sino el Cordero que Dios elige para quitar el pecado del mundo. En el salmo responsorial de hoy (/SAL/039) se contrapone el culto exterior, los sacrificios y las ofrendas, al culto interior que compromete la persona del oferente como víctima de su propio sacrificio; es decir, en el cumplimiento de la voluntad de Dios. Y éste es el culto que Dios desea. Por eso Cristo que es el Cordero de Dios, el Sacrificio que Dios acepta, es también el Siervo de Yavé que Dios elige para que cumpla toda su divina voluntad. El autor de la carta a los Hebreos ve la superioridad del sacerdocio de Cristo sobre todo otro sacerdocio vétero-testamentario, precisamente en la identidad que en él se da entre el Sacerdocio y la Víctima. En esta misma carta se pone en boca de Cristo, apenas llegado a este mundo, las palabras de nuestro salmo responsorial: Holocaustos y sacrificios por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo a hacer, ¡Oh Dios!, tu voluntad (/Hb/10/06-07). La obediencia de Cristo, el Siervo de Yavé, se consuma en el sacrificio de Cristo, el Cordero de Dios.
Eucaristía 1972/12




4.- Texto. El autor lo sitúa al día siguiente de la declaración prestada por Juan (1,15-18) y de la subsiguiente investigación por parte de la comisión nombrada por la autoridad central (1,19-28). Se parte de una situación en movimiento: Jesús viniendo hacia Juan. El texto lo configuran las palabras de Juan, primero presentando al personaje que se le acerca (vs. 329-31) y después prestando declaración en favor del mismo (vs.32-34). El texto, sin embargo, carece de auditorio. El auditorio es extraliterario: el lector, es decir, nosotros. 
Sentido del texto.
1.-Presentación de Jesús (vs. 29-31). Cordero proporcionado por Dios para la nueva pascua liberadora de la humanidad. El pecado, en singular, consiste en oponerse a la vida que Dios comunica, frustrando así el proyecto sobre el hombre. En el v.30 Juan recuerda al lector que Jesús es el proyecto de Dios sobre y para el hombre. Lo mismo que la comisión de Jerusalén (cfr. 1,26), tampoco Juan conocía a Jesús. Su actuación es preparatoria, imperfecta, el agua es su símbolo. De esta manera, los que son de Israel, los que no frustran el proyecto de Dios, podrán reconocer quién es Jesús.
2.-Juan prestando declaración en favor de Jesús (vs 32-34). En el conflicto judicial luz-tinieblas, Juan declara en favor de Jesús. El es un testigo ocular de que Jesús es la realización y culminación del proyecto de Dios.
El espíritu de Dios que se cernía sobre los comienzos de la creación (cfr. Gn/1/2), aletea ahora sobre Jesús, plenitud del proyecto divino. Este proyecto trasciende, se escapa al entramado de conocimientos y relaciones humanas. Por eso Juan no lo conocía. Pero ahora ya puede prestar declaración en favor suyo; ahora ya puede afirmar que el proyecto del viejo soñador genesíaco es una realidad. Es una realidad en Jesús: él es el Hijo de Dios. Y puede afirmar también que el proyecto está presto para ser una realidad en nosotros: sumergiéndonos en el Espíritu de Dios que Jesús irradia y difunde, también nosotros somos capaces de nacer de Dios, de ser sus hijos (cfr. Jn. 1,12).
Dabar 1981/11




5.- Juan Bautista ha desviado hábilmente la atención de las investigaciones sobre su persona hacia la de Cristo, una personalidad que ya está presente, pero que todavía no es "conocida" (Jn. 1, 26).
(...) El relato primitivo está, pues, centrado en torno al conocimiento de la personalidad divino-humana de Cristo. Está en el mundo, pero nadie tiene posibilidad de conocerle (Jn. 1, 26).
El mismo Juan no puede reconocerle por sus propias fuerzas (Jn. 1, 31, 33), y en ese sentido, es el más pequeño en el Reino (Mt. 11, 8-10; Lc. 7, 28; Jn. 5, 33-36). Pero Juan ha recibido por una revelación divina lo que sus conocimientos humanos no podían enseñarle: Cristo es el "Hijo de Dios" (v. 34). De hecho, Juan el evangelista ha prolongado con su propia mirada la de Juan el Bautista y presta a este último la contemplación a la que él mismo había llegado. Juan Bautista ha recibido al menos una inteligencia nueva de tres textos proféticos como Is. 11, 2; 42, 1-7 y 61, 1 en el momento en que estaba bautizando a Cristo. La inteligencia de estos textos le ha permitido comprender que ese bautismo adquiría el alcance de una investidura mesiánica. En la declaración del Bautista, la "bajada del Espíritu" sobre Cristo no tiene más que un alcance mesiánico, pero en la pluma del cuarto evangelista el Espíritu es realmente persona divina y fuerza divinizadora (Jn. 15, 26).
Juan Bautista concluye su testimonio diciendo que ha descubierto realmente al "Elegido de Dios" o al "Siervo" de Dios de Is. 42, 1 (v. 34). Pero Juan el evangelista aprovecha la ambigüedad de la palabra aramea empleada para ir más allá del pensamiento del Bautista y prestarle la frase: "He visto al Hijo de Dios".
Juan Bautista designa a Cristo con la palabra aramea "talia" (vv. 29 y 35). Pensaba sin duda en el "Siervo" anunciado en Is. 42, 1-2, texto importante al que se refiere el testimonio del Bautista. Con ello anunciaba que Cristo era, en efecto, ese servidor que, al inaugurar los tiempos mesiánicos, iba a recuperar un Espíritu que permitiría no volver a pecar. Este "Siervo" iba a "quitar" realmente el pecado del mundo (v. 29).
Pero "talia" puede traducirse también por cordero. Juan el evangelista, o la comunidad cristiana, estaba sensibilizado para el tema del Cordero pascual y divino y por su papel de expiación (Ap. 14, 1-5; 7, 15; 22, 3; Jn. 19, 36; cf. Act. 8, 32; 1 Pe. 1, 18-19). Una vez más, por tanto, el evangelista prolonga el testimonio del Bautista y llega hasta la personalidad divina del Mesías, apenas presentida por Juan Bautista.
El Evangelio sitúa, pues, el conocimiento de la personalidad de Cristo en tres planos: el de los judíos, que no conocían a Cristo; el del Bautista, que le conocía como el Mesías y le administra la necesaria investidura; el del evangelista, finalmente, que mediante hábiles juegos de palabras, a que es muy aficionado, descubre la divinidad del Señor.
* * * *
Desde Jn. 1, 29 a Jn. 2, 11 nos encontramos ante una especie de tratado de la iniciación a la fe, que vale tanto como reflexión doctrinal sobre el catecumenado o sobre el nacimiento de una vocación.
En efecto, todo gira en torno a la palabra "ver". Hay que "ver" los sucesos, a las personas que nos rodean y hay que aprender a conocerlas. La verdad es que no se las conoce, están entre nosotros y no las vemos, o nos equivocamos respecto a lo que son (1, 32; 2, 9). Las vemos, pero no las miramos.
La primera condición de cualquier paso hacia la fe es ese sentido de observación de la gente y de las cosas: "Tú, ¿quién eres, qué dices de ti mismo?" (1, 19, 22). Pero una vez considerada esta pregunta no se le da una respuesta más que al final de una lenta conversión de la mirada, conseguida gracias a Dios.
Este es el itinerario de la fe de Bautista que, al principio, no conoce (1, 31, 33); después descubre a Jesús como Mesías, Cordero o servidor (1, 29, 32), y por fin lo descubre en su personalidad humana-divina (1, 34). También es este el camino que siguen Juan y Andrés (/Jn/01/33-39, Evang. 2 ciclo), que empiezan viendo a Jesús-Cordero (1, 36) y terminan por ver dónde mora (1, 39), es decir, por comulgar con su intimidad, con sus relaciones con el Padre. La vocación de Natanael tiene el mismo desarrollo: ve a Jesús como simple hijo de José, únicamente en la dimensión humana de su existencia (1, 43), después lo que ve como Mesías (1, 49), pero el camino no llegará a su fin hasta el día en que le vea en la cruz, Dios e Hijo del hombre al mismo tiempo, ensalzado y destrozado. Finalmente, María pasa por las mismas etapas: ve a su Hijo como un simple taumaturgo (Jn. 2, 1-11, Evang. 3er. ciclo) capaz de ayudar a sus amigos y percibe la gran distancia que la separa todavía de la fe en el Hijo muerto y resucitado en la hora de su gloria.
La fe del bautizado y la vocación del militante o del ministro arrancan, pues, del análisis de los sucesos y de las situaciones concretas y humanas. Pero tienden a interpretar estos hechos y a descubrir en el misterio pascual del Hombre-Dios el mejor significado que hay que dar a las cosas. Queda entonces penetrar "tras" (1, 37; 1, 43) este Hombre-Dios, o "atestiguarlo" (1, 34).
MIRADA/VOCACION: Encaminarse así, no obstante, no puede hacerse más que en el diálogo con Dios y abriéndose a su influencia. Juan lo subraya en varias ocasiones, mostrando cómo la mirada de Cristo sobre sus discípulos transforma la mirada de estos. Es esa mirada que cambia a Simón en Pedro (1, 42), que cambia de doctor de la ley en creyente a Natanael (1, 47-48). Progresar en la fe y en la vocación no se puede hacer, pues, más que recibiendo las cosas y las personas como dones de Dios; la vocación no es cosa nuestra, surge del encuentro y de la acogida.
Maertens-Frisque - Nueva Guía de la Asamblea Cristiana II - Marova Madrid 1969.Pág. 34 Ss




6.- -"Al día siguiente Juan Bautista vio venir a Jesús hacia él y dijo:" Señor, enséñanos a ver. Señor, enseñanos a no quedarnos con las apariencias.
¡Cuántas veces no sabemos "mirar" a las gentes que viven con nosotros: no los juzgamos correctamente, nos quedamos con las apreciaciones superficiales. Muchas personas del tiempo de Jesús no captaron "Quien" era El.
-"He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo". Para los judíos que le escuchaban, la alusión era clara. Lo es menos para nosotros. Los judíos sacrificaban animales para la purificación de los pecados, según la ley de Moisés. La gran fiesta de los judíos era la Pascua, en la que se sacrificaban gran cantidad de corderos.
Jesús se identifica aquí con el "Salvador" con aquel que "carga sobre sí nuestros pecados". ¡Y va hasta el derramamiento de sangre! Esto no ha sido un asunto insignificante, sino un gran combate sangriento.
"El pecado del mundo", en singular. Ese singular es significativo. Jesús carga sobre él y hace desaparecer el conjunto de los pecados del mundo, la totalidad del pecado de la humanidad. Gracias, Jesús.
¿Cómo podría yo ayudarte, Señor, en esa gran labor? En primer lugar luchando contra el mal en mí... Y luego luchando contra el mal donde quiera que este se encuentre y yo pueda hacerlo... Me siento pobre y débil para hacerlo; Ven en mi ayuda.
Ayúdame, Señor, a ser salvador contigo, en mi ambiente, en mi familia, en mis responsabilidades.
-Detrás de mí viene uno que es antes de mí, porque era primero que yo. Históricamente, humanamente, Juan ha sido concebido y ha nacido antes que Jesús. Pero hay que superar las apariencias, las evidencias.
De hecho Juan Bautista percibe el origen divino de Jesús: ¡"era primero que yo"! El nacimiento "según la carne" en Belén, no es sino el eco de otro nacimiento eterno, "El es Dios, nacido del Padre, antes de todos los siglos".
Quiero entretenerme contemplando, cuanto sea posible, la "Persona" de Cristo, que es divina, eterna, que preexistía desde siempre. Es en verdad el Verbo de Dios, el Hijo, engendrado, "no creado", que aparece humanamente en el tiempo, un día de la historia humana, en un lugar del planeta.
"Eterno se inscribe en la evolución, y lo sucesivo, y lo pasajero... Te veremos, pues, nacer, crecer, morir. El omnipresente se limita a un solo lugar y acepta no pisar sino una parcela de la Tierra, un pequeño país del Oriente Medio. Pero fundará una Iglesia para representarle, en todos los tiempos y en todos los lugares. La Iglesia es la continuación de la Encarnación.
-Yo vi el Espíritu descender del cielo y posarse sobre Él. Jesús está investido, lleno, desbordante... del Espíritu. Es el Hijo de Dios. Detrás de las particularidades banales de ese "ciudadano de Nazaret", se esconde todo un misterio. Su persona no se limita a lo que aparenta. "Creéis conocerle, pero hay en El un secreto: su personalidad está sumergida en Dios... En medio de vosotros está Aquel a quien vosotros no conocéis". -Es aquel que bautiza (sumerge) en el Espíritu Santo. No olvidemos que la palabra griega "baptizo" significa "yo sumerjo". Los primeros cristianos, como Juan Bautista, bautizaban sumergiendo totalmente al candidato al bautismo en el agua de un río.
¡Espíritu, sumérgeme en ti!
Noel Quesson - Palabra De Dios Para Cada Dia 1 - Evang. De Adviento A Pentecostes - Edit. Claret/Barcelona 1984.76 S.