viernes, 27 de octubre de 2017

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XXX TIEMPO ORDINARIO CICLO A - 29 OCTUBRE 2017

AMARÁS AL SEÑOR, TÚ DIOS Y A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO


ORACION COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, aumenta nuestra fe, esperanza y caridad, y para conseguir tus promesas, concedes amar tus preceptos. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura del Libro del Éxodo 22, 21-26

Esto dice el Señor: No oprimirás ni vejarás al forastero, porque forasteros fueron ustedes en Egipto. No explotarás a viudas ni a huérfanos, porque si los explotas y ellos gritan a mí yo los escucharé.
Se encenderá mi ira y les haré morir a espada, dejando a sus mujeres viudas y a sus hijos huérfanos.
Si prestas dinero a uno de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no serás con él un usurero cargándole intereses.
Si tomas en prenda el manto de tu prójimo se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque no tiene otro vestido para cubrir su cuerpo, ¿y dónde, si no, se va a acostar?. Si grita a mí yo lo escucharé, porque yo soy compasivo.

SALMO RESPONSORIAL (17)

Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza.

Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza, Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R.

Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte. Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos. R.

Viva el Señor, bendita sea mi Roca, sea ensalzado mi Dios y Salvador. Tú diste gran victoria a tu rey, tuviste misericordia de tu ungido. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 1, 5c-10

Hermanos: Saben cuál fue nuestra actuación entre ustedes para su bien. Y ustedes siguieron nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la Palabra entre tanta lucha con la alegría del Espíritu Santo. Así llegaron a ser un modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya.
Desde su comunidad, la Palabra del Señor ha resonado no sólo en Macedonia y en Acaya, sino en todas partes; su fe en Dios había corrido de boca en boca, de modo que nosotros no teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los detalles de la visita que los hicimos: cómo, abandonando los ídolos, les volvieron a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que os libra del castigo futuro.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 22, 34-40

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron a Jesús y uno de ellos le preguntó para ponerlo a prueba: Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?
Él le dijo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser.».
Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él:
«Amarás a tu prójimo como a ti mismo.». Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas.

COMENTARIO

 En las escuelas teológicas de la época se discutía cuál era el mandamiento que se debía poner a la cabeza de la lista. Un escriba hace a Jesús la pregunta para ponerlo a prueba; es decir, quiere probar la capacidad del nuevo Maestro y conocer su opinión sobre un debate de moda. Jesús cita en primer lugar dos textos del AT. Uno del Deuteronomio (6. 4-8) y otro del Levítico (19. 18). Los dos pasajes ocupaban el centro de la espiritualidad de Israel, sobre todo el primero, que se recitaba por la mañana y por la noche, se lo bordaba en las mangas de los vestidos y se lo escribía en los dinteles de las puertas. Pero, aunque en su respuesta cita textos conocidos y ya existentes, Jesús aparece nuevo y original frente a las opiniones corrientes. Para él, el mandamiento del amor a Dios y al prójimo no es simplemente el mandamiento que hay que colocar a la cabecera de la lista, sino que cualquiera otra ley que quiera presentarse como voluntad divina debe ser expresión de este doble amor. Con ello Jesús se distancia del legalismo.
En segundo lugar, Jesús universaliza el concepto del prójimo. El judaísmo, especialmente en tiempo de Jesús, se debatía en el particularismo, si bien no faltaban intentos de universalismo; el prójimo era el correligionario o a lo más el simpatizante; pero de ningún modo el extranjero y el pagano. En cambio, para Jesús, prójimo es todo el mundo, incluido el extranjero y hasta el desconocido. Prójimo es cualquiera que es objeto del amor de Dios; es decir, todos. En cambio, es permanente la tentación de delimitar el concepto de prójimo o, en cualquier caso, de hacer una clasificación, como si algunos hombres contasen y otros no. Más la novedad de Jesús estriba ante todo en haber unido los dos mandamientos. En la capacidad de mantenerlos unidos es como se mide la verdadera fe. Hay como dos tendencias en el espíritu humano, y ellas se disputan también el alma cristiana: la tendencia que acentúa el primado de Dios (por tanto, la oración, la relación con él, la conversión interior y personal) y la tendencia que, en nombre de Dios, llama la atención hacia el hombre (por tanto, la justicia, la lucha por un mundo más justo, la toma de posición frente a las estructuras de nuestra sociedad). La primera se diría más religiosa; la segunda, más política.
No obstante, semejante juicio es por lo menos superficial y expeditivo; lo religioso, como lo político, tiene significados más complejos. El evangelio quiere que se unan las dos tendencias. Jesús ha mandado amar al prójimo como a sí mismo; por lo tanto, hay que comprometerse en la liberación del hombre.
Pero en la lucha generosa por el hombre es preciso afirmar el primado de Dios, al que hay que amar con todas las fuerzas y que debe ocupar el primer puesto en nuestro corazón. Tan es así, que el amor de Dios se inculca sin medida ("con todo el corazón"), pero no el amor del prójimo ("como a sí mismo").

PLEGARIA UNIVERSAL

Suba nuestra oración a Dios Padre que nos ama con infinita misericordia y oremos por toda la humanidad. R.- Padre nuestro, escúchanos.

1.- Por la Iglesia universal, que sea “una Iglesia en salida” como nos dice el Papa Francisco, y todos nos sintamos misioneros. Roguemos al Señor.

2.- Por todos los gobernantes de la tierra, que se esfuercen sin descanso por crear un mundo menos violento, donde el mandamiento del amor de como fruto la justicia. Roguemos al Señor.

3.- Por los misioneros y misioneras en el mundo entero, que reflejen en sus vidas el rostro de Jesús, acogedor y misericordioso. Roguemos al Señor.

4.- Por nuestra comunidad y las comunidades de nuestra unidad pastoral, para que crezcan en su compromiso misionero aquí y a través de los proyectos solidarios que mantenemos. Roguemos al Señor.

Padre nuestro, acoge nuestra oración para que nuestra vida sea reflejo de tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Vuelve tu mirada, Señor, sobre las ofrendas que te presentamos para que nuestra celebración sea para tu gloria y tu alabanza. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Lleva a su término en nosotros, Señor, lo que significan estos sacramentos; para que un día poseamos plenamente cuanto celebramos ahora en estos ritos sagrados. Por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 30: Rm 8, 12-17; Sal 67 Lc 13, 10-17.
Martes 31: Rm 8, 18-25; Sal 125; Lc 13, 18-21
Miércoles 01: Ap.  7, 2-4.9-14; Sal 23; 1Jn 3, 1-3; Mt 5, 1-12a
Jueves 02: Jb 19, 1.23-27ª; Sal 24; Flp 3, 20-21; Mc 15, 33-39; 16, 1-6.
Viernes 03: Is 58, 6-11; Sal 1; 1Co 12, 31-13, 13; Mt 11, 25-30.
Sábado 04: Rm 11, 1-2ª.11-12.25-29; Sal 93; Lc 14, 1.7-11.
Domingo 05: Ml 1, 14b-2, 2b.8-10; Sal 130; 1Ts 2, 7b-9.13; Mt 23, 1-12


COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mt 22, 34-40
Par: Mc 12, 28-34

1. LA ORIGINALIDAD DE LA RESPUESTA DE JC ES PONER A UN MISMO NIVEL AMBOS PRECEPTOS. MAS AUN: DECLARARLOS INSEPARABLES Y CONSTITUTIVOS DE UN MISMO CENTRO Y PUNTO DE APOYO. LEY/AT. LOS MAESTROS DE LA LEY DISTINGUÍAN ENTRE PRECEPTOS (365) Y PROHIBICIONES (248).
Mientras en el texto paralelo de Mc el que pregunta a Jesús es un hombre que busca la verdad y "no está lejos del Reino de Dios" (Mc 12. 34), aquí, lo mismo que en Lc (10. 25), los que interrogan lo hacen con ánimo de tentarle (cf. 16. 1; 19. 3; 22.18). Se trata de un grupo de fariseos que entran a la carga después del fracaso de los saduceos.
La pregunta tiene pega, era una cuestión muy debatida en las escuelas rabínicas. Los maestros de la Ley distinguían entre preceptos y prohibiciones, éstas eran 365 en total y aquéllos 248. Por tanto, era urgente reducir todo ese fárrago legal a una sola fórmula breve y comprensible, a un mandamiento principal de la Ley. Pero esto no era nada fácil. Respondiendo a la misma cuestión el rabino Hillel (hacia el año 20 a. C.) había pronunciado esta famosa sentencia: "No hagas a otro lo que no quieras para ti: esto es toda la Ley. Lo demás es simplemente su explicación".
La originalidad de la respuesta de Jesús no está en subrayar como precepto fundamental y primero el amor a Dios, pues todos los judíos reconocían la absoluta prioridad de este precepto que recitaban dos veces al día (cf. Dt 6. 4-5). La novedad está en que Jesús coloca a un mismo nivel el precepto del amor al prójimo; más exactamente, en la declaración de que ambos preceptos son inseparables y constituyen un mismo centro y punto de apoyo de toda la Ley y los profetas.
Pretender separar en la vida cristiana el mandamiento del amor a Dios y del amor al prójimo sería tan absurdo como intentar separar en Cristo lo humano y lo divino. En ambos casos cabe una distinción, pero nunca una separación.
Eucaristía 1990/49



3.- 613 preceptos, en su mayoría negativos. En efecto, 365 eran prohibiciones (el mismo número de los días del año) y 248 imposiciones (entonces se creía que los miembros del cuerpo humano sumaban esa cantidad exacta).
Era difícil orientarse en aquel barullo de disposiciones insignificantes mezcladas con normas importantes.
El equívoco de fondo consistía en vanagloriarse de haber recibido de Dios, con preferencia a otros pueblos, un mayor número de leyes, y en creer que tener la conciencia en regla era cuestión de cantidad de normas respetadas y prácticas cumplidas.
Alessandro Pronzato, El Pan del Domingo Ciclo A, Edit. Sígueme Salamanca 1986.Pág. 225



4.- La Ley y los profetas penden de estos dos mandamientos. Como la puerta gira sobre su quicio. No se trata, por tanto, de establecer una distinción entre los mandamientos o prescripciones de la Ley. Si la Ley expresa la voluntad de Dios es imposible establecer distinciones. Jesús afirma que todo lo demás, que al hombre le es exigido desde la Ley, debe ser deducido de estos dos mandamientos. Estamos, por tanto, ante el necesario principio unificador que resuelve tanta dispersión legal o ritual.
Comentarios a la Biblia Litúrgica NT, Edic Marova/Madrid 1976.Pág. 1072



5.- Nos hallamos en un contexto de controversia. Los diversos adversarios proponen cuestiones a Jesús para comprometerle. Ahora es el turno de un experto en la Ley del grupo de los fariseos.
La cuestión que propone a Jesús es típica entre los expertos en la Ley. Se había llegado a establecer una lista de 248 mandamientos y 365 prohibiciones. Ante este cúmulo, muchos expertos hacían afirmaciones que se acercaban a la de Jesús.
La pregunta por el mandamiento "principal" de la Ley supone que Jesús debe responder sobre los mandamientos escritos en los libros atribuidos a Moisés. La respuesta de Jesús pone en un mismo plano dos mandamientos, los dos tenidos por principales, de modo que hace de ellos uno solo: amar a Dios y amar al prójimo.
Los libros de la Ley y de los Profetas son el compendio escrito de la alianza de Dios con Israel. Pues bien, el que ama a Dios y ama al prójimo cumple todos los mandamientos contenidos en esta alianza. El amor es la única manera de ser fiel a la alianza, de responder al amor de Dios.
J. M. Grane, Misa Dominical 1993/13


miércoles, 18 de octubre de 2017

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XXIX TIEMPO ORDINARIO CICLO A - 22 OCTUBRE 2017

DEN AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR Y A DIOS LO QUE ES DE DIOS


ORACION COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, te pedimos entregarnos a ti con fidelidad y servirte con sincero corazón. Por nuestros Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura del Profeta Isaías 45, 1. 4-6

Así dice el Señor a su Ungido, a Ciro, a quien lleva de la mano: Doblegaré ante él las naciones, desceñiré las cinturas de los reyes, abriré ante él las puertas, los batientes no se le cerrarán. Por mi siervo Jacob, por mi escogido Israel, te llamé por tu nombre, te di un título, aunque no me conocías.
Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí no hay Dios. Te pongo la insignia, aunque no me conoces, para que sepan de Oriente a Occidente que no hay otro fuera de mí. Yo soy el Señor y no hay otro.

SALMO RESPONSORIAL (95)

Aclamad la gloria y el poder del Señor.

Canten al Señor un cántico nuevo, canten al Señor, toda la tierra. Cuenten a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones. R.

Porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza, más temible que todos los dioses. Pues los dioses de los gentiles son apariencia, mientras que el Señor ha hecho el cielo. R.

Familias de los pueblos, aclamen al Señor, aclamen la gloria y el poder del Señor, aclamen la gloria del nombre del Señor, entren en sus atrios trayéndole ofrendas. R.

Póstrense ante el Señor en el atrio sagrado, tiemble en su presencia la tierra toda. Digan a los pueblos: «el Señor es rey, él gobierna a los pueblos rectamente». R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 1, 1-5b

Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los Tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. A vosotros, gracia y paz. Siempre damos gracias a Dios por todos nosotros y los tenemos presentes en nuestras oraciones.
Ante Dios, nuestro Padre, recordamos sin cesar la actividad de nuestra fe, el esfuerzo de su amor y el aguante de su esperanza en Jesucristo nuestro Señor.
Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os ha elegido y que cuando se proclamó el Evangelio entre ustedes no hubo sólo palabras, sino además fuerza del Espíritu Santo y convicción profunda, como muy bien saben.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 22, 15-21

En aquel tiempo, los fariseos se retiraron y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron unos discípulos, con unos partidarios de Herodes, y le dijeron: Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad; sin que te importe nadie, porque no te fijas en las apariencias. Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar impuesto al César o no?
Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús: ¡Hipócritas!, ¿por qué me tentáis? Enseñadme la moneda del impuesto.
Le presentaron un denario. Él les preguntó: ¿De quién son esta cara y esta inscripción?. Le respondieron: Del César. Entonces les replicó: Pues páguenle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

COMENTARIO

Si estas en contra del impuesto, estás contra los romanos; si estás a favor del impuesto, estás contra Dios. Para comprometer a Jesús, le tienden una trampa en la que no tiene más remedio que caer. El país vive bajo la ocupación romana y los judíos hacen de ello un asunto religioso. Sobre esto quiere reflexionar el evangelio: la religión y la política. Los partidarios de Herodes son colaboracionistas y andan al acecho de cualquier palabra imprudente que les permita denunciar a Jesús como agitador. Pero los fariseos, y prácticamente todo el pueblo judío, detestan a los romanos como opresores y como paganos. Pagar el impuesto es reconocerse sometido a un emperador pagano. ¿Y no es eso obrar contra Dios?
Tú, que te dices Mesías, no puedes aceptar esto: ¿no estás en contra del impuesto? Jesús deshace el equívoco: se sirven de la moneda del César, aceptan esta situación del país ocupado: entonces lo que es del César devuélvanselo al César. Así, Jesús distingue la religión de la política. No hay como se hace a veces cortando la vida en dos: por un lado, el terreno del César, la política; y por otro, el terreno de Dios, la religión. No, la religión y la política son distintas, pero trabadas entre sí.
Hay ciertamente dos terrenos, o mejor dicho múltiples terrenos. Y en primer lugar, el de Dios que lo engloba todo. Den a Dios lo que es de Dios, quiere decir: vean de qué manera todo en tu vida guarda   relación   con   Dios en política lo mismo que en todo cuanto hacemos. Una luz muy clara sobre los problemas de fe y política y sobre muchos problemas.
Porque en el interior de la soberanía total de Dios hay muchos terrenos en donde tenemos que ejercer nuestra libertad: la vida personal, la familia, la empresa, la sociedad. No cuestión de cuestión de vivir todo a nuestro capricho, declarando por ejemplo que tal comportamiento político es el único cristiano.
Hay la tentación de poner a Dios en los argumentos electorales o en las pasiones políticas. No, se trata del César, no de Dios. Dios está lo mismo a la derecha que a la izquierda. Pero la tentación contraria es igualmente mala: intentar evadirse junto a Dios, lejos de todo compromiso colectivo. Entonces huimos del amor a nuestros hermanos, porque es en gran parte mediante la acción política como es posible hacer que progrese la justicia social y la calidad de vida.
Permanecer bien guarecido, decir muchas oraciones y dejar que en el país las cosas vayan de cualquier manera no es ser piadoso, sino egoísta. Se ha utilizado la respuesta de Jesús de muchas maneras. Creo que el principio que se deduce de ella permite rechazar la separación completa entre la fe y la política, aunque evitando cuidadosamente la amalgama: ninguna política puede ligar a Dios, pero todas las políticas tienen que rendirle cuentas.

PLEGARIA UNIVERSAL

Confiados en Dios, que cuida con solicitud e todo lo que ha creado, presentémosle nuestras necesidades.

1.- Por el Papa Francisco, los obispos y sacerdotes de la Iglesia para que entreguen al pueblo de Dios la riqueza del evangelio. Roguemos al Señor.

2.- Por los líderes políticos, para que promuevan el bien común y guíen las naciones con sabiduría. Roguemos así Señor

3.- Por todos los misioneros, para que sean signo de amor, de compromiso, de lucha por la vida en medio de sus comunidades. Roguemos al Señor.

4.- Por todos los que sufren soledad, incomprensión, enfermedad, falta de trabajo y cárcel; para que encuentren consuelo y ayuda en Dios y en nosotros Roguemos al Señor.

5.- Por los jóvenes de nuestra comunidad, para que asuman la invitación del Papa a ser discípulos misioneros, siempre en salida al encuentro de la parroquia, para que gocen en la presencia de Dios. Roguemos al Señor

Padre, que nos perdonas sin cesar; concédenos crecer en el amor para poder ser en verdad hijos tuyos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

 Concédenos, Señor, ofrecerte estos dones con un corazón libre, para que tu gracia pueda purificarnos en estos misterios que ahora celebramos. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

La participación frecuente en esta eucaristía nos sea provechosa, Señor, para que disfrutemos de tus beneficios en la tierra y crezca nuestro conocimiento de los bienes del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 23:   Rm 4, 20-25; Sal: Lc 1, 69-75; Lc 12, 13-21.
Martes 24: Rm 5, 12.15b.17-19.20b-21; Sal 39; Lc 12, 35-38.
Miércoles 25: Rm 6, 12-18; Sal 123; Lc 12, 39-48.
Jueves 26: Rm 6, 19-23; Sal 1; Lc 12, 49-53.
Viernes 27: Rm 7, 18-25ª; Sal 118; Lc 12, 54-59.
Sábado 28:   Nm21, b-9; Sal 83; Flp 2, 5-12; Jn 3, 11-16.
Domingo 29: Ex 22, 20-26; Sal 17; 1Ts 1, 5c-10; Mt 22, 34-40.


COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mt 22, 15-21
Par: Mc 12, 13-17   Lc 20, 20-26

Los fariseos presentan a Jesús un problema o, mejor, un dilema aparentemente insoluble. Jesús relativiza el insoluble problema introduciendo a Dios en el horizonte del problema. Pero lo sorprendente de Jesús es que cuando introduce a Dios no lo hace para hablar de Él o porque quiera discurrir sobre Él. Es curioso lo poco que habla de Dios Jesús sea cual sea el evangelio que tomemos. Es como si se hubiera adelantado al problema hermenéutico actual de las mediaciones del lenguaje. Jesús no hace discursos sobre Dios, ni siquiera lo erige en objeto de reflexión. Jesús, sencilla- mente, vive desde Dios, habla con Él, lo presiente y lo siente. Para Jesús, Dios es Alguien y no algo.
Alguien con el que cuenta en cualquiera de los momentos y de los enredos. Alguien con el que se convive.
Nacionalismo, colaboracionismo. ¿Se paga el impuesto al César o no se paga? Un enredo humano, tan real y cruel que causó muchas disensiones y se cobró muchas vidas. Pero, ¿qué pasaría si Dios fuera para nosotros Alguien tan entrañable como lo fue para Jesús? ¿Qué sería de nuestros enredos? Ya sé que en nombre de Dios se mata. Pero también sé que ese dios debe ir con la minúscula de nuestros dioses, hijos del integrismo y de la mentalidad cerrada. Desde el NT sólo sé que Dios va con mayúscula. Imaginemos no que existe Dios sino que Él es Alguien junto a nosotros. A lo mejor resulta que nuestros enredos se relativizan de tal manera que se volatilizan. Y entonces nos topamos con lo que empieza a valer la pena.
A. Benito, Dabar 1987/51



2. D/ABSOLUTO. PORQUE CREEMOS EN UN SOLO DIOS, CREEMOS QUE NADA NI NADIE MÁS ES DIOS.
-Dad al César lo que es del César.
Una interpretación apresurada y sesgada del evangelio ha simplificado la cuestión, reduciéndola al ámbito de la Iglesia y del Estado, el poder temporal y el espiritual, como si el hombre tuviera que ser el botín de uno de esos dos poderes. Y no es así. La cuestión que los judíos plantean a Jesús es una cuestión política: ¿se puede y se debe pagar el tributo impuesto por los romanos? ¿se puede aceptar el dominio imperialista de Roma? ¿Hay que resignarse en una situación de colonialismo? Jesús no entra en la cuestión teórica, puesto que en la práctica los judíos ya han aceptado el hecho imperialista al aceptar la moneda romana. Por eso Jesús les pide que enseñen una moneda, para que reconozcan que la pregunta está respondida en la praxis.
Si viven sometidos, ese es su problema. Pero no hay ninguna razón para que el hombre se someta a ningún poder. Y así Jesús, respondiendo a lo que no habían preguntado, les ayuda a recobrar la conciencia de la dignidad humana. Si la organización humana necesita la existencia y concentración de poderes, todos los poderes están limitados y no pueden ser absolutos. Y así Jesús sentencia: dad al César lo que es del César. Pero sólo lo que sea del César, no todo lo que el poder pretende con todo su aparato coercitivo.
-Dad a Dios lo que es de Dios.
Esto significa, por de pronto, que no todo es del César, o sea, que el poder del Estado no es absoluto. En el lenguaje político los límites del poder radican en la soberanía popular, en el reconocimiento y declaración de los derechos humanos. En un lenguaje religioso se dice que los poderes del Estado y en general cualquier poder está limitado por la soberanía de Dios, que es quien ha creado al hombre a su imagen y semejanza. Así lo expresa el profeta Isaías en el texto que hemos escuchado: "Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí no hay dios". La existencia de Dios, el Absoluto, es la negación de cualquiera otro que pueda presentarse como absoluto. Sólo hay un Dios, todo lo demás no es Dios. Ni es Dios la idea que los hombres podamos fabricarnos de Dios, ni siquiera la idea que la Iglesia tiene de Dios. La existencia de Dios aparece, pues, como la condición de posibilidad de la libertad y autonomía de la persona frente a los poderosos y poderes de este mundo, políticos o religiosos. La fe en Dios es la legitimación de toda desobediencia civil y religiosa, de la objeción de conciencia frente a toda imposición. Porque creemos en un solo Dios, creemos que nada ni nadie más es dios.
Eucaristía 1987/49



3.- El impuesto al César recordaba a los judíos que eran un pueblo dominado por los extranjeros, por los paganos. Y esto era una afrenta al Pueblo de Dios. Frente a la cuestión del impuesto se adoptaron en Israel diversas actitudes: Mientras los saduceos (los colaboracionistas de aquellos tiempos) no tenían inconveniente en pagar y someterse a un poder que los privilegiaba, los fariseos lo hacían de mala gana y los zelotes se negaban en absoluto. Estos últimos, nacionalistas exaltados, habían hecho de ello una cuestión de conciencia. Creían que pagar al César era tanto como negar que Dios es el único Señor de Israel.
La pregunta era comprometedora en extremo y estaba formulada con la peor intención. Ponía a Jesús entre la espada y la pared, entre los saduceos y los zelotes, entre el César y el pueblo, entre la autoridad de Dios y el poder temporal.
Evidentemente no hay que suponer que Jesús no llevaba consigo ni siquiera un denario (una moneda de plata equivalente a unos diez duros), menos aún que no lo hubiera visto nunca. Si les pide que le enseñen un denario es sólo para poner en evidencia su hipocresía y su mala intención. Pues si llevan dinero del César, si lo utilizan corrientemente en la vida, es claro que reconocen de hecho su autoridad. Y si es así, ¿por qué han de negarse a pagar sus impuestos? Era un principio generalmente admitido por todos que el poder político se extendía tanto como el curso de la moneda. Según este principio, diríamos hoy que no es posible aceptar los dólares americanos sin reconocer de hecho su autoridad. Aunque Jesús no dice expresamente qué es del César y qué es de Dios, es claro que no todo es del César. Y en este sentido Jesús pone coto a cualquier absolutismo y recorta la autoridad del estado. Por otra parte Jesús critica también cualquier concepción teocrática que identifique los intereses y los derechos de una nación con la misma voluntad de Dios. Pone también límites a cualquier clericalismo. Digamos que la respuesta de Jesús condena por igual la deificación del estado y la suplantación de Dios por los que dicen representarlo.
Euca 1987/49



4.- Los evangelios de hoy y del próximo domingo son dos escenas de controversia, en las que los fariseos buscan el modo de comprometer a Jesús en sus palabras, con el fin de hallar un motivo para acusarlo. El episodio de hoy gira en torno al tributo al César, el del próximo domingo sobre el mandamiento más importante de la Ley, y entre ambos se encuentra la pregunta de los saduceos sobre la resurrección de los muertos.
El censo de la población y el impuesto personal -que todos, excepto los niños y ancianos, estaban obligados a pagar- eran los signos más claros de la dominación romana sobre Palestina. Los partidarios de Herodes aceptaban esta situación. En el extremo contrario, los zelotas, por motivos religiosos, se negaban a pagar el impuesto y practicaban una resistencia activa: su único rey era Yahvé, y el dominio del emperador era para ellos intolerable. Los fariseos, por su parte, estaban especialmente preocupados por la observancia de la Ley y, mientras el poder romano no se enfrentase directamente con ella, solían aceptarlo.
La pregunta, por tanto, estaba puesta para que -tanto si respondía de modo afirmativo como negativo- Jesús quedase malparado ante las masas populares simpatizantes de los zelotas o ante el poder romano.
Las primeras palabras que se le dirigen serían un magnífico elogio de Jesús si hubiesen sido dichas con sinceridad. La mayor alabanza que podía hacerse de un maestro consistía en decir que era veraz y fiel en la interpretación de la Ley y que se comportaba libremente en su trato con las personas. Jesús se da cuenta inmediatamente de que, aparentando interés por una cuestión actual, lo que pretenden es hacerle caer en una trampa. Así, después de ponerlos en evidencia -"¡Hipócritas!, ¿por qué me tentáis?"-, hace que los mismos que han formulado la pregunta queden implicados en la respuesta.
Efectivamente, los que en la vida cotidiana admiten la moneda acuñada por el César, reconocen de este modo su soberanía sobre ellos y legitiman así los impuestos que pagan.
La respuesta de Jesús concentra su fuerza en la segunda parte: "a Dios lo que es de Dios", recordando en primer lugar que el centro de su misión es la predicación del Reino. Conceder a Dios lo que es de Dios supone darle la primacía y colocar al César en su justo lugar. Con esta respuesta, Jesús se distancia tanto de los zelotas, que querían una sociedad teocrática, como del emperador romano, que divinizaba su poder y su persona, excediéndose en sus atribuciones.
J. Roca, Misa Dominical 1981/19



5.- JC no se mete en si el César tiene derecho a gobernar, sino que reconoce que, como demuestra la moneda, en realidad gobierna, y por tanto exige tributos. Pero añade a este reconocimiento la afirmación de que hay que pagar a Dios lo que es de Dios: y ningún israelita se atrevería nunca a afirmar (y a lo largo del evangelio la cosa queda clara) que haya algún dominio humano que quede fuera del poder de Dios. La respuesta, pues, no es ninguna teoría política, ni establece una división de competencias entre el César y Dios, ni responde lo que hay que hacer en caso de contraposición entre las exigencias del César y las de Dios. Si se mira el conjunto del evangelio, se ve como JC presta una atención muy limitada a dar respuestas a las concretas cuestiones de la realidad temporal, anunciando, siempre que se plantea una cuestión de este tipo, que lo que cuenta es la fidelidad a Dios, y que todo el interés debe estar centrado en el Reino de Dios que viene y que es superior a cualquier poder humano. En este sentido, aquí se podría recordar la afirmación -Mt 6. 24- de que nadie puede servir a dos señores (Cf. "Comentario Bíblico San Jerónimo, vol III, pág. 259).
J. Lligadas, Misa Dominical 1978/19



6. - Algún historiador ha dicho de etapas recientes de nuestra Iglesia que estaba más interesada en conquistar el Estado que la sociedad. Imponerse desde poderes similares a los del César o usar su brazo secular no es el estilo de Jesús. Si los modos de los poderes de este mundo nos cautivan, esa seducción es peor que una persecución. No se puede convertir al Dios de Jesús en César de este mundo. Él se negó a ello.
No falta quienes deducen de este pasaje que es preciso que cada uno ocupe su sitio, que la Iglesia vuelva al puro campo religioso: al culto litúrgico. A Dios lo que es de Dios y al poder político todo lo demás. Pero la acción de Jesús no fue ésta. Además de no ser ni siquiera sacerdote judío, cambió el vocabulario dándoles a las palabras culto, sacrificio, templo, etc., un sentido nuevo. No se trata de la religión, se trata de Jesús.
Usar a Dios como elemento integrador de una comunidad o como bandera de lucha parece tan viejo como la religión misma. La frase: "Dios está de nuestra parte" viene a significar: "nosotros tenemos la razón". También en nuestros días, a pesar de la secularización, se sigue repitiendo, ya sea con motivo de una guerra o de un partido de fútbol. Defender a Dios ha sido el eslogan de todas las inquisiciones y cruzadas de todos los tiempos. En realidad, eran y son muy otros los intereses defendidos.
Eucaristía 1990/48



7.- Este pasaje pertenece al relato de las "tentaciones" a las que escribas, fariseos y saduceos someten a Cristo. Los partidarios de Herodes formulan el primer ataque con la esperanza de que Jesús pronunciará alguna palabra que pueda ser atentatoria contra el César.
a) A la pregunta de los herodianos: "¿está permitido pagar el impuesto al César?", que no posee ningún derecho divino a reinar sobre el pueblo porque no es de la raza de David, Cristo responde con un argumento "ad hominem": puesto que los fariseos y sus discípulos aceptan la autoridad y los beneficios del imperio romano, que soporten también las prescripciones y las exigencias.
Lejos de pronunciarse sobre la legitimidad del poder, Jesús se limita a precisar que ha sido aceptado y, por consiguiente, merece obediencia.
Como los inquisidores se encuentran de esta forma no sólo reducidos al silencio, sino confirmados además en su celo pro-romano, Cristo añade: "y dad a Dios lo que es de Dios". La obediencia cívica no constituye un obstáculo para los deberes para con Dios. La enseñanza es doble: la autoridad civil tiene derecho a la obediencia, sobre todo de parte de quienes se aprovechan de las ventajas que lleva consigo (Rm 13. 1-8; Tt 3. 1-3; 1 P 2. 13-14).
Pero esta obediencia no puede ser un obstáculo a la obediencia que se debe a Dios. b) Intercalando este episodio a continuación de la parábola del festín, Mateo introduce una interpretación suplementaria (Mt 22. 1-14). La parábola del festín subraya la negativa con que muchos responden al llamamiento de Dios; al relatar a continuación el triple enfrentamiento de los herodianos, de los saduceos y de los fariseos, el evangelista caracteriza las tres actitudes de rechazo que la Iglesia-asamblea puede encontrar. Algunos están de tal forma ligados a un "César" que les es imposible reconocer al Señor; otros no pueden admitir un más allá para la vida presente; otros, finalmente, se envuelven, al igual que los fariseos, en una intransigencia de tal calibre y en una pureza tal que no pueden significar a la Iglesia de "todo el que llega". Mateo prepara así el capítulo 23 de su evangelio, en el que Cristo maldice a esos oponentes, y el cap. 24, en el que Jesús anuncia la nueva asamblea y la "bendición" de los nuevos congregados (Mt 23. 34), opuesta a la "maldición" de quienes han rechazado la invitación (Mt 23.), y la nomenclatura de los congregados (Mt 25.).
No existe, pues, una verdadera oposición, basada en el Evangelio, entre lo que es del César y lo que es de Dios. En efecto, el Reino de Dios no se sitúa fuera de los reinos terrestres, puesto que éstos son asumidos por Dios en JC. Querer dar a Dios lo que le es debido implica, pues, que se dé al César lo que le pertenece. El Reino de Dios no es de este mundo en el sentido de que no es uno más de los reinos de acá abajo; pero sí está en el mundo en el sentido de que es extensible a todas las realezas terrestres. Por tanto, no se puede ser cristiano auténtico al margen de las realidades.
La Iglesia no tiene, pues, por qué disputar a las realezas terrestres un espacio que tiene reservado para ella: ocupa ya todo el espacio del mundo, puesto que significa de manera visible la humanidad reconciliada con Dios. Por otra parte, tampoco tiene por qué ejercer su dominio sobre el mundo profano y secularizado.
Y no será transformando a este último en cristiandad, sino enviándole sus miembros, como se hará extensible a él y significará para él su salvación final en JC.
Maertens-Frisque, Nueva Guia De La Asamblea Cristiana VII, Marova Madrid 1969.Pág.186 S.



8.- La respuesta de Jesús es del todo inesperada y coge de sorpresa a sus interlocutores. Es una respuesta que se sustrae a la lógica de tomar partido. No es una respuesta evasiva. Evita el dilema, mas no por miedo a comprometerse. Lleva el razonamiento a mayor profundidad, al centro inspirador, a saber, la justa concepción de la dependencia de Dios y, por tanto, la justa libertad frente al estado.
Evidentemente, con su respuesta Jesús no coloca a Dios y al César en el mismo plano. En las palabras "Dad al César lo que es del César, pero a Dios lo que es de Dios", el acento me parece que cae en la segunda parte. La preocupación de Cristo es ante todo salvaguardar en toda situación política los derechos de Dios.
También están los derechos del estado; pero cuando el estado permanece en su sitio, estos derechos se truecan en deberes de conciencia. Sin embargo, hay que apresurarse a añadir que el estado no puede erigirse en valor absoluto; ningún poder político: romano o no, cristiano o no, puede arrogarse derechos que competen sólo a Dios, ni puede absorber el corazón entero del hombre, ni reemplazar su conciencia ("pero a Dios lo que es de Dios").
Bruno Maggioni, El Relato De Mateo, Edic. Paulinas/Madrid 1982.Pág. 231



9.- Censo o contribución por cabeza que, como súbditos del imperio romano, tenían que pagar todos los judíos una vez entrados en la adolescencia y hasta los sesenta o sesenta y cinco años. Para la conciencia nacional judía, fogueada por el movimiento zelota, este censo era absolutamente intolerable. De ahí el carácter de trampa en que se quiere atrapar a Jesús: o afirma en público el derecho del César y pierde el afecto de un pueblo resignado a los hechos pero simpatizante con los zelotas, o lo niega, lo que en aquellas circunstancias significa una incitación a la resistencia, que era inmediatamente sofocada por constituir un delito de rebeldía contra Roma.
Partidarios de Herodes (herodianos): su táctica política habitual era el servilismo sin condiciones a las órdenes de Roma. Sin llegar a este servilismo, los fariseos no extremistas eran también partidarios del poder constituido, siempre que éste no se enfrentase con la Ley de Dios. Tanto unos como otros tienen ya hecha su propia opción y no pretenden cuestionarla: son partidarios del statu quo, impuestos al César incluidos.
Dabar 1978/56

viernes, 13 de octubre de 2017

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XXVIII TIEMPO ORDINARIO CICLO A - 15 OCTUBRE 2017

A TODOS LOS QUE ENCUENTREN CONVÍDENLOS A LA BODA


ORACION COLECTA

Te pedimos, Señor que tu gracia continuamente nos preceda y acompañe, de manera que estemos dispuestos a obrar siempre el bien. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura del Profeta Isaías 25, 6-10a

Preparará el Señor de los Ejércitos para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera; manjares enjundiosos, vinos generosos. Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el paño que tapa a todas las naciones. Aniquilará la muerte para siempre.
El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros, y el oprobio de su pueblo lo alejará de todo el país —lo ha dicho el Señor—. Aquel día se dirá: Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara: celebremos y gocemos con su salvación. La mano del Señor se posará sobre este monte.

SALMO RESPONSORIAL (22)

Habitaré en la casa del Señor, por años sin término.

El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar: me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. R.

Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. R.

Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.  R.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en 1a casa del Señor, por años sin término. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 4,12-14.19-20

Hermanos: Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy entrenado para todo y en todo: la hartura y el hambre, la abundancia y la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta. En todo caso hicieron bien en compartir mi tribulación.
En pago, mi Dios proveerá a todas sus necesidades con magnificencia, conforme a su riqueza en Cristo Jesús.
A Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 22, 1-14

En aquel tiempo volvió a hablar Jesús en parábolas a los sumos sacerdotes y a los senadores del pueblo, diciendo: El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a los convidados, pero no quisieron ir.
Volvió a mandar criados encargándoles que les dijeran: tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas y todo está a punto. Vengan a la boda.
Los convidados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios, los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados: La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían.
Vayan ahora a los cruces de los caminos y a todos los que encuentren, convídenles a la boda. Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. [Cuando el rey entró a saludar a los comensales reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?.
El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los camareros: Atenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos.].

COMENTARIO

En todas las misas en momentos previos a la comunión se nos recuerda esta gran parábola de las invitaciones: Dichosos los invitados a la cena del Señor. Pero Mateo el moralista no tarda en ponernos en alerta: ¡desgraciados los que rechazan la invitación y desgraciados los que vienen sin hacer un esfuerzo por ser dignos de ella!
De todas las formas, complace detenerse un poco en la alegría y en la dicha: el reino de Dios se parece a un Dios que celebrada la boda de su Hijo. Al decir esto Jesús, pensaba en muchas cosas. En el Padre y en la muchedumbre de los hombres. Y en él, el hijo del rey y el hermano universal. El, que no está solamente entre el Padre y los hombres, sino vuelto al Padre y dado a los hombres, uniendo a Dios y a la humanidad en unas bodas inauditas. No hay nada tan alegre como unas bodas; no deberíamos perder nunca esta visión de la fiesta inmensa del evangelio que abre a todos las puertas de Dios. Jesús insiste en el empeño del Padre en decirnos: ¡Vengan, todo está preparado! Envió criados... Volvió a enviar criados... Dijo a los criados: Vayan a las salidas de los caminos y a todos los que encuentren invítenlos a la boda. El que no se siente alegremente invitado por Dios no conoce a Dios. Entonces, ¿por qué lo rechazan? Mateo esboza algunas razones y Lucas las concreta: Uno se marchó a su finca, dice Mateo, otro a sus negocios. Y Lucas: Acabo de comprar un campo... Acabo de comprar una yunta de bueyes... Acabo de casarme...Podríamos decir que se trata de muy buenas razones: ¡Cuantos cristianos rechazan finalmente las invitaciones de Dios con buenas razones!. Ahora la parábola no se dirige a los judíos amenazados de verse sustituidos por los paganos, sino que se dirige a los cristianos que dicen: He dejado la práctica religiosa, he dejado de rezar. Y viene las razones, a veces dramáticas, pero de ordinario lo que escucho se parece bastante a lo que dice la parábola: Estaba demasiado preocupado por esto..., por aquello... Puesto que hacen estas reflexiones, la situación de ustedes no es ésta. Pero estemos atentos; Dios siempre ofrece sus invitaciones.  Podríamos pensar que hay aquí dos parábolas: la de la invitación general y los rechazos, y la del invitado que es expulsado de la fiesta. En realidad, se trata de la idea de invitación, pero tan amplia que al final hay en la sala buenos y malos, como nos indica también las parábolas de la cizaña y de la red, con las que Jesús quiere señalar que hasta el final los invitados de Dios, sean los que fueren, tendrán una oportunidad de hacerse buenos.  Y termina con una alusión a nuestro comportamiento de invitados. Estamos en la sala nupcial es la Iglesia, es la asamblea dominical, es el banquete eucarístico. No falta la llamada al examen de nuestro corazón: Reconozcamos que somos pecadores... Y antes de la comunión: Cordero de Dios, ten piedad de nosotros; danos un traje de boda.

PLEGARIA UNIVERSAL

Hermanos, oremos al Señor nuestro Dios, rico para todos los que lo invocan.

1.- Por el Papa Francisco, por la Iglesia, para que Dios de la sabiduría que nos ayude a todos a entrar en el gran banquete del Rey de Reyes. Roguemos al Señor.

2.- Para que Dios suscite en su Iglesia vocaciones para presidir el banquete eucarístico y animar la fe de las comunidades. Roguemos al Señor.

3.- Por los gobiernos de las naciones para que movidos por deseos de paz procuren la justicia y trabajen por la reconciliación de los pueblos. Roguemos al Señor.

4.- Por los que viven en la pobreza para que el Señor sea su fuerza en las pruebas y el amor de los hermanos alivie sus sufrimientos. Roguemos al Señor.

5.- Por todos los que viven en nuestra parroquia para que Dios proteja sus familias y sus trabajos, los guarde en su amistad y los haga crecer en generosidad. Roguemos al Señor.

6.- Por los difuntos de la parroquias y de nuestras familias y para que el Señor los siente a la mesa de las bodas del cielo. Roguemos al Señor.

Señor, Dios nuestro, concédenos lo que tu bien sabes que necesitamos. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Con estas ofrendas, Señor, recibe las suplicas de tus hijos, para que esta eucaristía celebrada con amor nos lleve a la gloria del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Dios soberano, te pedimos humildemente que, así como nos alimentas con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos hagas participar de su naturaleza divina. Por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 16: Rm 1, 1-7; Sal 97;  Lc 11, 29-32
Martes 17: Rm 1, 16-25; Sal 18; Lc 11, 37-41
Miércoles 18: 2Tim 4, 9-17ª; Sal 144; Lc 10, 1-9.
Jueves 19: Rm 3, 21-30ª; Sal 129; Lc 11, 47-54.
Viernes 20: Rm 4, 1-8; Sal 31; Lc 12, 1-7.
Sábado 21: Rm 4, 13.16-18; Sal 104; Lc 12, 8-12.
Domingo 22: Is 45, 1.4-6; Sal 95; 1Ts 1, 1-5b; Mt 22, 15-21.

COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mt 22, 1-14

1.- Mateo recalca fuertemente la posición de los que no aceptan el banquete. Deliberadamente "no se preocupan" del asunto y se vuelven a sus negocios. Incluso con sangre fría arremeten contra los mensajeros. La crítica que esto supone a la actitud de los jefes del pueblo es de toda dureza. Se describe una situación límite para poner en guardia al posible lector. Para el que ha recibido el don de la fe es de todo punto necesario responder con la vida a ese don, de lo contrario él mismo se autodestruye.
El mensaje de Jesús es para todos y a todos se llama al convite que es la fe. No hay situación, cualquiera que sea, que discrimine ante este don de Dios. Jesús recoge la herencia universalista del profetismo llevándola hasta sus límites. Mas aún, no hay selección en cuanto a la postura moral de los participantes ya que hasta los malos pueden llegar a participar de la fe si aceptan a Jesús. Para ser buen creyente no es imprescindible ser ya bueno moralmente. Más todavía, a muchos les estorba su "bondad" para llegar a Dios. v.14: No hay en esta sentencia, un tanto oscura de por sí, ninguna clase de discriminación. A muchos, a todos (polloi), se ofrece el reino pero no todos tienen la limpieza de corazón para dar una respuesta de fe honda. Esto hace que el creyente se encuentre en una sana y creadora tensión de cara al Reino, para no dormirse en una vanidad o seguridad que le podría ser nociva.
Eucaristía 1978/47



2. --El Reino de Dios es un banquete de bodas.
Una idea que destaca en el evangelio de hoy es que el Reino de Dios es un banquete. Es algo que no conviene olvidar en un mundo y en una cultura que ha criticado a la religión como algo que aliena al hombre y va contra sus tendencias más naturales, como si se opusiese a su felicidad. Y esto no es así en la Palabra de Dios y, por tanto, en la fe cristiana. Otra cosa puede ser el camino y hasta la meta para conseguir esa felicidad. Ahí puede haber y hay discordancias profundas y opuestas. Pero quede claro que la felicidad es la meta del hombre para el sentido cristiano de la vida.
-El traje de fiesta.
Los exegetas no dan una explicación convincente y unánime. ¿Es la gracia? Parece que no, porque allí entran buenos y malos. ¿Es una nueva mentalidad? En este caso nos parece excesivo el castigo que se le propina. ¿Es que era un boicoteador de la fiesta y eso va contra lo más fundamental del Reino, rechazándolo y negándolo? Habría que preguntárselo a Jesús, y mientras tanto, la cuestión queda abierta. Yo me inclino a pensar que se trata de una actitud contra la Buena Nueva de la fe y la fiesta, que se opone de frente al Reino de Dios. Una especie de pecado contra el Espíritu Santo, contra lo más sagrado del hombre y de Dios, que sería la fe, la fiesta y la felicidad.
Martínez De Vadillo, Dabar 1987/50



3. EL REINO DE DIOS NO SE HACE CON GENTE BUENA SINO CON GENTE UTÓPICA. SV/CONDENACION/NUMERO "MUCHOS SON LOS LLAMADOS". DESGRACIADAMENTE ESTA FRASE SUELE SER CITADA PARA SUSTO Y TORMENTO DE CONCIENCIAS.
Una vez más, Mateo no está seguro de que el nuevo Pueblo no vaya a caer en los defectos del antiguo Pueblo. La segunda parte de la parábola es un aviso en serio de que no hay Pueblo de Dios por descontado. Más aún, en tiempos del autor el nuevo Pueblo empezaba ya a dar señales de convertirse en antiguo. Y de la pluma del evangelista brota la tinta de la desilusión: "muchos son los llamados, pocos los elegidos". Desgraciadamente esta frase suele ser citada para susto y tormento de conciencias.
Suele ser citada como prueba de que son más los que se condenan que los que se salvan. ¡Es ya hora de olvidar esta interpretación! Jesús no hablaba en clave ética. Jesús no hablaba en clave de buenos y malos, de salvación y condenación eternas, de cielo e infierno. Jesús hablaba en clave de utopía. A hacer realidad la utopía estamos llamados todos, pero ¡qué pocos se creen que la utopía pueda ser realidad! (=Muchos son los llamados, pocos los elegidos). La Iglesia de Jesús no se hace con gente buena (la bondad no es patrimonio de la Iglesia, sino de la conciencia. Y la conciencia es patrimonio de creyentes y de ateos). La Iglesia de Jesús se hace con gente utópica.
Dabar 1981/53



4. VESTIDO/SIMBOLISMO: JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDOS COMO PARA ASEMEJARSE MAS A LA HUMANIDAD PECADORA FRENTE A LA MUERTE: Ga 3. 27-28: Ef 4. 24: Col 3. 10-11: Gn 3. 11.
El tema del traje nupcial recuerda el del vestido y su significado simbólico en el orden de la salvación. El vestido humaniza el cuerpo, ayuda a situarse entre los semejantes, le saca a uno del anonimato. De ahí que sea con toda normalidad signo de la alianza entre Yahvé e Israel: cual un esposo, Dios extiende el paño de su manto sobre su esposa (Ez 16). Pero ésta es infiel y se muestra a todo el que llega: su vestido se deteriora, a no ser que Dios se lo quite y vuelva a dejar de nuevo a su esposa en el anonimato y la desnudez.
En la cruz, Jesús es despojado de sus vestidos como para asemejarse más a la humanidad pecadora frente a la muerte, que da al traste con todas las falsas seguridades y las apariencias.
Pero muy pronto revestirá, en la resurrección, la gloria divina que vive en Él. "Revestirse de Cristo" o "revestirse del hombre nuevo" (/Ga/03/27-28; /Ef/04/24; /Col/03/10-11), representa, pues, participar en ese orden de la salvación que engloba el desprendimiento y la resurrección de Jesús. Esta participación en plenitud está reservada a la escatología, cuando toda la humanidad se revestirá de la incorruptibilidad y estará engalanada para presentarse ante su Esposo eterno (Ap 21. 2).
Pero hay que revestirse del atuendo nupcial antes de participar en el banquete eucarístico. O, dicho de otro modo: esa participación es una fuente de exigencias morales que el invitado debe honrar mediante los desprendimientos que se imponen.
Maertens-Frisque, Nueva Guia De La Asamblea Cristiana Vii, Marova Madrid 1969.Pág. 164



5. PD/V/SENTIDO. LA PALABRA DE JESÚS ES APTA PARA DAR EL SENTIDO PROFUNDO DE TODAS LAS COSAS. ES INCLUSO LA ÚNICA CAPAZ DE EXPRESAR EL SENTIDO DE LA VIDA.
Nosotros no podemos hacernos una idea de la resonancia que debió tener en la conciencia de los judíos de la época, convertidos o no al Evangelio, la toma y la destrucción por los romanos de la capital judía, de "Jerusalén, la Ciudad del Gran Rey" (5. 35).
Este derrumbamiento había afectado dolorosamente al sentido patriótico de todos los judíos y más todavía al sentido religioso, a su fe en las promesas divinas.
El otro acontecimiento es más actual, pero continúa desde hace mucho tiempo: es el fracaso que los predicadores del Evangelio han sufrido en el medio judío, sobre todo en Palestina. Pablo, que experimentaba más que otros muchos sus dolorosas consecuencias, sintió el carácter trágico de este hecho (Rm 9. 1-5; 10. 1-4, etc.); un hecho que hería, además, el sentimiento de solidaridad nacional y ponía a prueba la fe en la eficacia de la palabra de Dios.
La parábola evangélica es una meditación sobre estos acontecimientos. Es el fruto de esa confrontación entre la existencia y la Palabra, en que consiste lo más profundo de la vida de la fe. Para decirlo en lenguaje de hoy, puede decirse que esta parábola es una especie de "revisión de vida" que hace el evangelista ante sus oyentes. Su fe considera ante ellos los acontecimientos dolorosos que afectan al corazón de todos; esa fe los ve y llega a juzgarlos y a apreciar su sentido divino, y examina, en fin, qué proceder ha de adoptar ella para que la vida sea más conforme a la Palabra oída.
Todo ello ha de ser contemplado más de cerca. Hay ya un primer hecho evidente: para hallar el sentido de la actualidad, el evangelista acude a la Palabra de Jesús. De hecho, la parábola que va a buscar en el pasado de Israel la explicación de todas las cosas, es una palabra de Jesús: "Jesús se puso a hablarles en parábolas" (v. 1). (...) Mateo demostraba que la palabra de Jesús es apta para dar el sentido profundo de todas las cosas; que es incluso la única capaz de expresar el sentido de la vida. Si hay fracaso de la Palabra, explica Jesús, no es más que momentáneo, ya que la sala del banquete se llenará completamente; este rechazo parcial es debido al libre rechazo de los primeros invitados. En cuanto al aniquilamiento de la ciudad, es el castigo a la incredulidad del pueblo y al trato infligido a los enviados de Dios.
Louis Monloubou, Leer Y Predicar El Evangelio De Mateo, Edit. Sal Terrae Santander 1981.Pág. 256



6. EV/ALEGRIA: VESTIDO DE FIESTA. NO COMO QUIEN VA A UNA OBLIGACIÓN O ENTIERRO.
Es preciso salir a los caminos del mundo para anunciar a todos -"malos y buenos" dice el evangelio- la Buena Noticia del amor de Dios, de la vida de Dios, que Él quiere para todos los hombres, el amor y la vida que Jesús quiere comparar con un gran convite de boda (para asistir al cual, dice Jesús, la única condición es ir con vestido de fiesta, es decir, no como quien va a una obligación -o a un entierro- sino a una alegre e importante fiesta.
J. Gomis, Misa Dominical 1987/19



7.- Muchos son los llamados y pocos los elegidos. A propósito de la traducción de esta frase se impone una observación. El adjetivo muchos es la manera semítica de decir todos. Un caso similar se encuentra en las palabras de la cena del Señor esta es mi sangre... que va a ser derramada por muchos=todos (Mt 26, 28). La frase final de la parábola no significa que unas personas sean llamadas y otras no. Para evitar malentendidos una buena traducción sería la siguiente: Todos son llamados, pero pocos escogidos.
Al margen de la traducción, el sentido de la frase no tiene nada que ver ni con las vocaciones sacerdotales ni con la predestinación ni con la salvación eterna. La frase significa sencillamente que todos estamos llamados a construir el Reino de los cielos aquí en la tierra, pero que no todos lo construimos.
Alberto Benito, Dabar 1990/50



Había uno en el banquete sin traje de fiesta, y una vez descubierto es arrojado a las tinieblas atado de pies y manos.
Sin duda se apoya aquí Jesús en algún detalle histórico y costumbrista que desconocemos. Porque no se iba a hacer esto con aquellos pobres que fueron llamados por los caminos con urgencia, y es lógico suponer que no tenían traje de fiesta. ¿Es que les rogaron a todos que se pusieran unos trajes de fiesta que les proporcionaron y éste despectivamente no quiso hacerlo? Fuera lo que fuera aquí se quiere insinuar algo. Y es que para pertenecer al Reino de Dios hay que poner algo de nuestra parte. Dios invita y hasta pone el traje y todo lo demás. Pero algo se le exige al hombre. ¿Qué? Sinceridad, buena voluntad, apertura a Dios y los hermanos, frutos. Dios pone lo más, sin duda, que es su llamada y su gracia, pero hay algo imprescindible que tiene que poner el hombre. Porque Dios, que quiso crear al hombre sin el hombre, no quiere salvar al hombre sin el hombre (·Agustín-SAN). Nos hizo libres y quiere que ejerzamos la libertad. Dios llama, pero el hombre ha de responder. Esto nos lleva a la conclusión de la parábola: "Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos". Esto es así, pero no por culpa de Dios.
Dabar 1978/55



9.- Estas líneas de J. Jeremías pueden sernos útiles para situar la parábola del banquete -la última de las dirigidas "a los sumos sacerdotes y a los senadores del pueblo"- en el ambiente en que fue pronunciada: "el anfitrión que daba una recepción podía distinguirse de modo espectacular por el número de sus invitados o, de forma más real, por el buen servicio a sus huéspedes... El invitado esperaba que le fuesen comunicados los nombres de los restantes comensales y que, independientemente de la invitación anterior, fuese llamado el mismo día del banquete por mensajero". (·JEREMIAS-JQ, Jerusalén en tiempos de Jesús, pp. 110-111)
La situación que se ha creado con el advenimiento del Reino en la persona de Jesús puede ilustrase con lo que se describe en la parábola. En primer lugar se destaca la importancia del que llama: "un rey" -la mentalidad popular pensaba inmediatamente en Dios- y de la fiesta que celebra: "la boda de su hijo". El punto que merece subrayarse con mayor insistencia son las reiteradas invitaciones, en primer lugar a sus amigos que ya habían sido convidados (llamados) anteriormente. En la invitación que se les dirige ("Todo está a punto. Venid a la boda") resuenan las palabras que inician y resumen la predicación de Jesús: "Está cerca el Reino de los cielos: convertíos" (cfr. Mt 4, 17).
Pero, a la hora de la verdad, los primeros invitados se desentienden. Tratándose del rey, rechazar su invitación y maltratar a sus enviados, es una muestra clara de estar contra él. La reacción del anfitrión es doble: a) Convidar a todos, malos y buenos, a la fiesta y llenar así la sala del banquete. Esto debía ser una gran bofetada para los que no habían querido acudir a la boda. B) Terminar con los que han rechazado la invitación y prender fuego a la ciudad. Parece que la parábola seguiría un orden más lógico sin los versículos 6 y 7, y así Lucas los desconoce totalmente. Seguramente son fruto de la reinterpretación que la iglesia mateana hace de la parábola después de la destrucción de Jerusalén, el año 70, a la que aquí se alude; y los malos tratos al segundo grupo de enviados pueden referirse a la actuación del judaísmo con los primeros cristianos.
El versículo 10 ("La sala del banquete se llenó de comensales") sería el final de la parábola. El nuevo pueblo de Dios se ha reunido abriendo a todos sus puertas: a buenos y malos. Pero los últimos versículos -una parábola de juicio- indican que del hecho de pertenecer a la comunidad eclesial no se sigue automáticamente la entrada en el Reino, sino que es necesaria una transformación personal, expresada con la imagen del traje de fiesta. El rey-juez excluye a quien no lo lleva y su situación expresa la desaparición de aquel que, por culpa propia, ha sido excluido de la salvación.
Y el texto evangélico termina con una sentencia generalizadora, en su origen seguramente independiente de la parábola: la llamada de Dios es para todos, pero exige una respuesta que no todos dan.
J. Roca, Misa Dominical 1981/19