jueves, 24 de agosto de 2017

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XXI TIEMPO ORDINARIO CICLO A - 27 AGOSTO 2017

TU ERES PEDRO Y TE DARÉ LAS LLAVES DEL REINO DE LOS CIELOS


ORACION COLECTA
Oh Dios, que unes los corazones de tus fieles en un mismo deseo, inspira a tu pueblo el amor a tus preceptos y y la esperanza en tus promesas, para que, en medio de las vicisitudes del mundo, nuestros corazones estén firmes en la verdadera alegría. Por nuestro Señor Jesucristo

PRIMERA LECTURA

Lectura del Profeta de Isaías 22, 19-23

Así dice el Señor a Sobna, mayordomo de palacio: Te echaré de tu puesto, te destituiré de tu cargo. Aquel día llamaré a mi siervo, a Eliaquim, hijo de Jilquias: le vestiré tu túnica, le ceñiré tu banda, le daré tus poderes; será padre para los habitantes de Jerusalén, para el pueblo de Judá. Colgaré de su hombro la llave del palacio de David: lo que él abra nadie lo cerrará, lo que él cierre nadie lo abrirá. Lo hincaré como un clavo en sitio firme, dará un trono glorioso a la casa paterna.

SALMO RESPONSORIAL (137)

Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para ti. Me postraré hacia tu santuario, daré gracias a tu nombre. R.

Por tu misericordia y tu lealtad, porque tú promesa supera a tu fama. Cuando te invoqué me escuchaste, acreciste el valor en mi alma. R.

El Señor es sublime, se fija en el humilde y de lejos conoce al soberbio. Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 11, 33-36

¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento el de Dios!. ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos!.
¿Quién conoció la mente del Señor?
¿Quién fue su consejero?.
¿Quién le ha dado primero para que él le devuelva?.
Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por los siglos. Amén.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 16, 13-20

En aquel tiempo llegó Jesús a la región de Cesarea de Felipe y preguntaba a sus discípulos: ¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?.
Ellos contestaron: Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.
Él les preguntó: Y ustedes, ¿quién decís que soy yo?.
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús le respondió: ¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.
Te daré las llaves del Reino de los Cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado  en  el  cielo, y  lo  que  desates  en la tierra, quedará desatado en el cielo.
Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.

PLEGARIA UNIVERSAL

Pidamos a Dios todopoderoso y eterno, que nos conceda orar con tal confianza que merezcamos obtener lo que pedimos.

1.- Por la Sana Iglesia de Dios, para que el Señor la mantenga firme hasta el fin de los tiempos. Roguemos al Señor.

2.- Por las autoridades: para que bajo su gobierno todos los pueblos progresen en paz, libertad y concordia, glorificando a Cristo, nuestra esperanza. Roguemos al Señor.

3.- Por los enfermos, emigrantes y desterrados, por los que se sienten oprimidos en su trabajo o carecen de el: parra que el Señor sea su ayuda de su Hijo. Roguemos al Señor.

4.- Por cuantos estamos aquí reunidos, por todas nuestras intenciones; para que el Señor nos guarde a todos en la fe y nos reúna en el reino de su Hijo. Roguemos al Señor.

Padre de misericordia y Dios de todo consuelo, que tanto amaste al mundo que le dice a tu Hijo Unigénito; escucha las oraciones que te hemos presentado y danos tu salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Por el único sacrificio de Cristo, tu Unigénito, te has adquirido, Señor, un pueblo de hijos; concédenos propicio los dones de la Unidad y de la paz en tu Iglesia. Por Jesucristo  nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Te pedimos Señor, que lleves en nosotros a su plenitud la obra salvadora de tu misericordia; condúcenos a perfección tan alta y mantennos en ella de tal forma que en todo sepamos agradarte. Por Jesucristo nuestro Señor.

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COMENTARIO

La región en que tiene lugar la escena se encuentra al noreste de Galilea de los paganos. Mateo no solamente muestra interés por el tema cristológico, que sin lugar a dudas es el central, sino también por la Iglesia. Nos habla de ello en términos explícitos y quiere llamar nuestra atención sobre su pertenencia a Cristo ("mi Iglesia") y sobre su perenne estabilidad. La Iglesia es una casa construida sobre roca, aunque se apoya en la fragilidad de los hombres. Por tanto, una estabilidad atormentada, inquieta. El destino de la Iglesia es como el de Cristo: un camino en la contradicción. Y no se trata solamente de enemigos externos; dentro de la Iglesia habrá siempre pecadores; por eso la Iglesia tiene necesidad de "atar y desatar"; continúa el pecado; por eso debe continuar el perdón. Dentro del motivo cristológico y del motivo eclesial es como se han de entender las palabras dirigidas por Jesús a Pedro. Son palabras afines a otros dos textos célebres: Lc 22. 31ss. y Jn 21. 15-17. Por lo demás, el evangelio entero de Mt. muestra interés por Pedro. No importa aquí saber si se trata o no de una inserción redaccional del evangelista. El hecho es que estos vv. Están aquí y que su presencia confiere un significado particular a este texto.
La función de Pedro se define con tres metáforas: la piedra, las llaves, atar y desatar. Para comprender la primera expresión podemos recurrir a otro texto de Mt (7, 24-27): Pedro es la roca que mantiene firme a la Iglesia. En otras palabras, es el punto alrededor del cual se constituye la unidad de la comunidad. La segunda metáfora es todavía más clara: dar las llaves significa confiar una autoridad verdadera y plena. Finalmente, la tercera metáfora (atar y desatar) tiene el sentido de permitir y prohibir, de separar y perdonar. En conclusión, el texto atribuye a Pedro títulos y prerrogativas que a lo largo de la Biblia se atribuyen al Mesías. Es como decir que la autoridad de Pedro es vicaria; él es imagen de otro, de Cristo, que es el verdadero Señor de la Iglesia. Más precisamente porque es imagen de Cristo, la autoridad de Pedro es plena e indiscutible.  No obstante, hay todavía otro punto que hemos de observar con particular atención; no es ciertamente casual la presencia en el mismo fragmento de dos aspectos aparentemente en contraste: la fe de Pedro y su incomprensión del misterio de Jesús: la autoridad confiada a Pedro y el reproche que le hace Jesús. El tema es de fondo, hasta el punto de que recorre todo el fragmento bajo la forma de contraste entre debilidad y gracia. También los otros dos textos citados Evidencian el mismo contraste; por una parte, la debilidad de Pedro; por otra, su carácter de punto de referencia. Luego, los evangelistas subrayan intencionadamente este contraste para acentuar que por gracia, en virtud de una elección divina y no por dones naturales, es Pedro la roca sobre la cual funda Cristo la Iglesia.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 28: 1Ts 1, 1-5.8b-10; Sal 149; Mt 23, 13-22.
Martes 29: 1Ts 2, 1-8; Sal 138;  Mc 6, 17-29.
Miércoles 30: Eclo 3, 17-24; Sal 15; Flp 3, 8-14; Mt 13, 31-35.
Jueves 31: 1Ts 3, 7-13; Sal 89; Mt 24, 42-51.
Viernes 01: 1Ts 4,  1-8;  Sal 96; Mt  25, 1-13.
Sábado 02: 1Ts 4, 9-11; Sal 97; Mt 25, 14-30.
Domingo 03: Jr 20, 7-9; Sal 62; Rm 12, 1-2; Mt 16, 21-27.


COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mt 16, 13-20

Paralelos:
Mc 8, 27-30   Lc 9, 18-21

1.- La región en que tiene lugar la escena se encuentra al noreste de Galilea de los paganos. Sin ser totalmente una tierra extranjera, la región participa mucho de esta condición. Si a esto se añade el contexto precedente que habla de la prevención contra la enseñanza específicamente religiosa judía, tendremos que concluir que Mateo está presentando y escribiendo en clave y perspectiva de una nueva realidad religiosa.
Esta nueva realidad va a recibir en este texto el nombre de Iglesia de Jesús (v.18). Es la primera vez que el término Iglesia aparece en el evangelio de Mateo para designar la comunidad de discípulos de Jesús, es decir, la comunidad de creyentes en él.
El término griego empleado es el mismo que la traducción griega del A.T., llamada de los Setenta, emplea para traducir pueblo, asamblea, congregación.
En el texto de hace dos domingos escuchábamos de labios de los discípulos el reconocimiento de Jesús como Hijo de Dios (Mt 14. 33). Es el mismo reconocimiento que escuchamos hoy de labios de Simón. Este reconocimiento distingue al discípulo de la gente.
"¿Quien dice la gente... quién decís vosotros que soy yo?" Mateo sigue operando con la división claramente introducida a partir del capítulo de las parábolas.
PEDRO/PIEDRA: El reconocimiento de Simón adquiere la condición de fundamento o cimiento sólido. A esta condición debe Simón su sobrenombre de Pedro. Algo del juego de palabras del texto griego puede percibirse también en castellano: Pedro-piedra.
Sobre este cimiento, consistente en el reconocimiento de la identidad divina de Jesús por el hijo de Jonás, se levanta la comunidad o pueblo creyente. Por tratarse de un cimiento sólido, el edificio construido sobre él ofrece totales garantías. Esto es lo que quiere expresar la imagen recogida en la frase "el poder del infierno no la derrotará". El edificio es inexpugnable a la destrucción y a la muerte. Esta misma idea de la consistencia de un edificio construido sobre cimientos sólidos la ha expresado Jesús con otra imagen diferente en /Mt/07/25: "Vinieron las lluvias, se desbordaron los ríos y los vientos soplaron violentamente contra la casa; pero no cayó, porque estaba construida sobre un verdadero cimiento de piedra".
INFIERNO/HADES: A decir verdad, el término "infierno" no es la traducción más adecuada del término "hades" empleado en el texto griego. En la mitología clásica el hades es la mansión de los muertos, el lugar de la muerte, equivalente al "sheol" de los judíos.
A propósito del v. 19 hay que hacer notar que en él no se identifican Iglesia y Reino de Dios. Recuérdese que la expresión Reino de los cielos es la formulación judía de la expresión Reino de Dios. A su vez, Reino de Dios no se equipara tampoco con el cielo del más allá. Lo mismo que en el v. 18 se habla de la Iglesia como de un edificio, el v. 19 concibe también el Reino de Dios como un edificio. Ambos edificios son diferentes, pero están comunicados entre sí. El cauce de comunicación es el reconocimiento de la identidad divina de Jesús por el hijo de Jonás. Probablemente es así como hay que interpretar la imagen de las llaves. Ese reconocimiento confiere el poder de perdonar, del que Pedro es garantía en su condición de cimiento del edificio.
Comentario. El discípulo que Mateo va poco a poco diseñando tiene su núcleo en la respuesta a una pregunta sobre Jesús. "¿Quién decís que soy yo?". La pregunta es la misma ayer y hoy. La respuesta a ella dará la medida del discípulo.
La superioridad de Pedro en la respuesta a esta pregunta no estriba en la respuesta en sí. La respuesta en efecto, es la misma que la dada por los demás discípulos hace dos domingos (ver Mt 14. 22-23). La superioridad de Pedro reside más bien en conferir garantía de solidez a lo que los demás descubren. Por ello mismo el modelo de Iglesia que el texto de hoy sugiere, leído el texto en el contexto global del evangelio de Mt, es tal vez el inverso al habitualmente practicado.
A. Benito, Dabar 1990 43



2. PEDRO/I: CASA CONSTRUIDA SOBRE ROCA AUNQUE SE APOYA EN LA DEBILIDAD DE LOS HOMBRES
Mateo no solamente muestra interés por el tema cristológico, que sin lugar a dudas es el central, sino también por la Iglesia. Nos habla de ello en términos explícitos y quiere llamar nuestra atención sobre su pertenencia a Cristo ("mi Iglesia") y sobre su perenne estabilidad. La Iglesia es una casa construida sobre roca, aunque se apoya en la fragilidad de los hombres. Por tanto, una estabilidad atormentada, inquieta. El destino de la Iglesia es como el de Cristo: un camino en la contradicción. Y no se trata solamente de enemigos externos; dentro de la Iglesia habrá siempre pecadores; por eso la Iglesia tiene necesidad de "atar y desatar"; continúa el pecado; por eso debe continuar el perdón. Dentro del motivo cristológico y del motivo eclesial es como se han de entender las palabras dirigidas por Jesús a Pedro.
Son palabras afines a otros dos textos célebres: Lc 22. 31ss. y Jn 21. 15-17. Por lo demás, el evangelio entero de Mt muestra interés por Pedro. No importa aquí saber si se trata o no de una inserción redaccional del evangelista. El hecho es que estos vv. están aquí y que su presencia confiere un significado particular a nuestra perícopa. La función de Pedro se define con tres metáforas: la piedra, las llaves, atar y desatar. Para comprender la primera expresión podemos recurrir a otro texto de Mt (7. 24-27): Pedro es la roca que mantiene firme a la Iglesia. En otras palabras, es el punto alrededor del cual se constituye la unidad de la comunidad. La segunda metáfora es todavía más clara: dar las llaves significa confiar una autoridad verdadera y plena.
Finalmente, la tercera metáfora (atar y desatar) tiene el sentido de permitir y prohibir, de separar y perdonar. En conclusión, el texto atribuye a Pedro títulos y prerrogativas que a lo largo de la Biblia se atribuyen al Mesías. Es como decir que la autoridad de Pedro es vicaria; él es imagen de otro, de Xto, que es el verdadero Señor de la Iglesia. Mas precisamente porque es imagen de Xto, la autoridad de Pedro es plena e indiscutible. No obstante, hay todavía otro punto que hemos de observar con particular atención; no es ciertamente casual la presencia en el mismo fragmento de dos aspectos aparentemente en contraste: la fe de Pedro y su incomprensión del misterio de Jesús: la autoridad confiada a Pedro y el reproche que le hace Jesús. El tema es de fondo, hasta el punto de que recorre todo el fragmento bajo la forma de contraste entre debilidad y gracia. También los otros dos textos citados (Lc 22. y Jn 21.) evidencian el mismo contraste; por una parte, la debilidad de Pedro; por otra, su carácter de punto de referencia. Luego, los evangelistas subrayan intencionadamente este contraste para acentuar que por gracia, en virtud de una elección divina y no por dones naturales, es Pedro la roca sobre la cual funda Xto la Iglesia.
Bruno Maggioni, El Relato de Mateo, Edic. Paulinas/Madrid 1982.Pág. 173



3.- El relato se encuentra centrado en torno al doble intercambio de títulos entre Jesús y Pedro. Este aplica al primero el título de Mesías; aquél responde atribuyendo al segundo el título de Piedra y confiriéndole los poderes mesiánicos de las llaves. Pedro rehúsa aplicar a Xto el título de Siervo paciente, Xto replica atribuyéndole el título Piedra de escándalo.
Maertens-Frisque, Nueva Guia de la Asamblea Cristiana V, Marova Madrid 1969.Pág. 300



4.- Contexto. Desde 15, 21, Mateo ha dotado a la dialéctica Jesús-viejo Pueblo de una delimitación geográfica. Desde entonces demuestra interés por situar a Jesús en territorio no típicamente judío. De esta manera Mateo recalca la existencia de un nuevo Pueblo de dimensiones universales y que no deberá reproducir la doctrina de fariseos y saduceos (cfr. Mateo 16, 12). En los versículos del cap. 16 inmediatamente anteriores al Evangelio de hoy, Mateo centra su atención en la principal línea dirigente del viejo Pueblo.
Texto. El autor ya no estructura el texto partiendo de Jesús solo, para después ir dando entrada a unos y otros. El texto de hoy está estructurado desde el comienzo a partir de Jesús y sus discípulos conjuntamente. Se trata de una novedad importante en la técnica de composición de Mateo.
En consonancia con esta novedad, la forma literaria es coloquial desde el comienzo. La conversación gira en torno a la persona de Jesús (¿quién es Jesús?). El tema es también una novedad en lo que llevamos de evangelio.
La conversación adquiere su momento culminante en el diálogo entre Pedro y Jesús. En lo que llevamos de obra es la segunda vez que Pedro aparece como personaje activo. La primera fue hace dos domingos (Mt. 14, 22-33). En aquella ocasión la actuación de Pedro fue negativa. Mateo lo resaltaba no haciéndole participe del reconocimiento que el resto de discípulos hizo de Jesús (cfr. Mt. 14, 32-33). Es en esta segunda actuación cuando Pedro hace el reconocimiento que entonces no hizo. Este reconocimiento le vale la felicitación de Jesús y el reconocimiento a la recíproca por parte de Jesús: Tú has dicho de mí que soy el Mesías; yo digo de ti que eres la Piedra.
Sentido del texto. La novedad en la técnica de composición pone de relieve al nuevo Pueblo de Dios al margen del viejo. A partir de ahora, el autor quiere dedicar su atención a esbozar un modelo positivo de Pueblo de Dios. Hasta ahora ha desarrollado más bien un modelo negativo: el del viejo Pueblo. Y lo ha hecho con una finalidad didáctico-preventiva: el nuevo Pueblo no deberá reproducir ese modelo, pero tiene el peligro de hacerlo. Con el texto de hoy Mateo comienza su tarea de esbozar un modelo positivo de Pueblo. El Pueblo de Dios debe nutrirse de la búsqueda y del encuentro con Jesús; del hallazgo fascinado y fascinador de su persona.
Búsqueda sosegada, contemplativa, hecha de silencios activos, de aperturas disponibles, de docilidad dolorosa, de pasión indeficiente. El encuentro tendrá lugar. Imprevistamente, imprevisiblemente, cuando a lo mejor el esfuerzo de la carne y de la sangre menos lo podía imaginar. ¡Tú eres el Hijo de Dios! En el momento tal vez en que veamos horrorizados cómo, pese a todos nuestros esfuerzos, no sólo no nos hemos aproximado al fin, sino que incluso parezca que nos hemos alejado de él, tal vez en ese mismo instante experimentaremos la fuerza del Padre. ¡Tú eres el Hijo de Dios! El Pueblo de Dios debe nutrirse de este encuentro, debe vivirse desde él, pero no debe decirlo, no debe alardearlo (v. 20). Esto está bien para el proselitismo, pero el Hijo de Dios no es vendible como un producto (cfr. Mt. 23, 15).
Este Pueblo así nutrido es la Iglesia de Jesús. Y esta Iglesia tiene en Pedro su fuerza, su autoridad. La autoridad de confesar quién es Jesús, y en cuanto tal confesor es refrendado por el mismo Dios. Ciertamente Mateo nos presenta un Pedro incuestionable (cfr. exégesis de hace dos domingos a propósito de Mt. 14, 22-33), pero ciertamente presenta un Pedro imprescindible.
Dabar 1981, 46



5.- Saliendo de Betsaida (Mc 8, 22) y remontando el valle del Jordán, Jesús se retira con los "doce" a la región de Cesárea de Felipe, al pie del monte Hermón. El Maestro quiere disponer de tiempo y de un lugar tranquilo para iniciar a sus discípulos en el misterio de su persona. Para introducir el tema, Jesús comienza preguntando qué han oído ellos sobre su persona y su misión, de la gente.
Y cada uno de los discípulos dice lo que ha oído al respecto. Según sus respuestas, hay que pensar que la gente se había formado un concepto ciertamente elevado de Jesús: pero no había reconocido en su persona al Mesías prometido, al parecer porque no veía nadie que su comportamiento se ajustase a los prejuicios mesiánicos populares.
Jesús no hace ningún comentario y no valora la encuesta sobre la opinión de la gente; pues lo que realmente le importa en estos momentos es conocer hasta dónde le han comprendido sus discípulos y qué piensan éstos de él.
Todos han respondido a la primera pregunta según lo que han oído a la gente; pero a la segunda responde únicamente Pedro según lo que ha sido revelado por el Padre. Nadie puede penetrar en el misterio de la persona de Jesús sin la ayuda del Padre (cf. 25ss). Algunos comentarios ponen en duda que la confesión de Pedro sobre la divinidad de Jesús fuera ya tan explícita en esta ocasión.
Adviértase que Mateo sigue ordinariamente el esquema del evangelio según Marcos, y que éste en el lugar paralelo no menciona las palabras "Hijo de Dios vivo". Tampoco las menciona Lucas (9, 20; cfr. Mc 8, 29). Es muy posible que Mateo anticipe aquí lo que sólo sería un hecho después de la experiencia pascual de la resurrección: la fe en la divinidad de Jesús y el reconocimiento de que él es el Señor.
Que el conocimiento que Pedro tenía de Jesús no superara con mucho a la opinión de la gente en aquella ocasión, parece probable si tenemos en cuenta su comportamiento en la escena inmediata (vv. 21-23). Pedro confesaría entonces que Jesús era el Mesías; pero la idea que tenía del Mesías estaba sin duda viciada con todos los prejuicios de sus paisanos galileos.
La solemne bienaventuranza que pronuncia Jesús en favor de Pedro enlaza con la confesión de éste de que Jesús es "el Hijo de Dios vivo". Estas palabras de Jesús y la promesa del primado que hace seguidamente, se encuentran, por otra parte, sólo en el texto de Mateo. Por esta razón parece que deben situarse igualmente en un momento posterior a la Resurrección. En general, Mateo se interesa más por una ordenación temática que cronológica.
D/ROCA: Jesús conoce la misión que va a encomendarle a Simón; por eso le da también el nombre apropiado. Se llamará Pedro, es decir, "roca". En el A.T se llama "roca" a Yavé, también a Abrahán (Is 51, 1ss). Yavé es roca por su fidelidad, porque no le falla al creyente que funda en él su vida. Abrahán y Pedro sólo pueden ser roca por su fe y por su confianza en Dios.
Jesús elige a Pedro como fundamento de su iglesia. Jesús quiere construir algo nuevo desde el fundamento; su iglesia no es un apaño del viejo Israel. Y esta iglesia que Jesús edifica es suya, no de Pedro y de sus sucesores.
Las "puertas del infierno" o "poder del infierno" son, para los judíos, el poder de la muerte, que retiene sin vida a los difuntos. Es el poder de la destrucción. Jesús promete que su iglesia sobrevivirá, no obstante las fuerzas de la destrucción y de la muerte. Poseer "las llaves" en sentido bíblico significa tener autoridad suprema en la casa, en este caso, dentro de la Iglesia. "Atar y desatar" se refiere a la potestad de interpretar auténticamente una ley o una doctrina; pero, sobre todo, a la de expulsar y admitir en la comunidad eclesial. Todo ese poder debe ejercerse con un espíritu de servicio, sin olvidar que la iglesia es de Cristo, y que el fundamento de cualquier fundamento es, en definitiva, el Señor.
Eucaristía 1987, 41



6.- -Lo que la gente opina de Jesús
Y yo, ¿que es lo que digo de Jesús? La pregunta sobre Cristo es la más actual, la más importante. Los contemporáneos de Jesús no llegaban a abarcar totalmente su misterio y habitualmente se equivocaban sobre su profunda identidad.
Para llegar a ese descubrimiento de toda la hondura de su ser-región inaccesible a nuestras investigaciones humanas. Se precisa una lenta, frecuente y perseverante relación. Una persona enamorada no descubre en un solo día todas las cualidades de la persona amable.
¿Cuánto tiempo paso cada día con Cristo?
"Nadie puede decir Jesús es Señor sino en el Espíritu Santo".



¿Quién es éste a quien obedecen el viento y el mar? ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre? Jesús pregunta qué opinión tienen los hombres de él. El interrogante que Jesús abre en esta ocasión sigue abierto para todos los hombres de todos los tiempos. ¿Y vosotros, quién decís que soy yo? La respuesta solamente puede darse desde dos puntos de vista.
El punto de vista de los hombres, la apreciación humana sobre este personaje de la Historia, y el punto de vista de Dios, el de la revelación y el conocimiento sobrenatural. Pedro personifica la confesión cristiana de la fe; el Mesías, el Hijo de Dios.
Pero esta confesión cristiana "no procede de la carne ni de la sangre", es decir, no es posible llegar a través de la lógica y de la razón humana, Se hace posible únicamente gracias a la revelación del Padre. Sí, la fe viene de fuera. El hombre, por muy inteligente que sea, es radicalmente incapaz de acceder a lo que es dominio misterioso de Dios.
"Mi Padre te lo ha revelado." Mi Padre: esa relación fundamental de Jesús con ese otro a quien llama Padre, esa unión esencial con el Padre: "mi Padre y Yo somos uno", y al mismo tiempo esa distinción. Nos deja entrever el abismo infinito de su persona.



viernes, 18 de agosto de 2017

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XX TIEMPO ORDINARIO CICLO A - 20 AGOSTO 2017

“MUJER, ¡QUE GRANDE ES TU FE!”.


ORACION COLECTA

Oh Dios, que has preparado bienes inefables para los que te aman, infunde tu amor en nuestros corazones para que, amándote en todo y sobre todas las cosas, consigamos alcanzar tus dote en todo y sobre todas las c osas, consigamos alcanzar tus promesas que superan todo deseo. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías 56, 1. 6-7

Así dice el Señor: Guarden el derecho, practiquen la justicia, que mi salvación está para llegar y se va a revelar mi victoria.
A los extranjeros que se han dado al Señor, para servirlo,  para amar el nombre del Señor y ser sus servidores, que guardan el sábado sin profanarlo y perseveran en mi alianza: los traeré a mi Monte Santo, los alegraré en mi casa de oración; aceptaré sobre mi altar sus holocaustos y sacrificios, porque mi casa es casa de oración y así la llamarán todos los pueblos.

SALMO RESPONSORIAL (66)

Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros: conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. R.

Que canten de alegría las naciones, porque riges la tierra con justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra. R.

Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 11, 13-15. 29-32

Hermanos: A ustedes, gentiles, les digo: Mientras sea su apóstol, haré honor a mi ministerio, por ver si despierto emulación en los de mi raza y salvo a alguno de ellos.
Si su reprobación es reconciliación del mundo, ¿qué será su reintegración sino un volver de la muerte a la vida?.
Los dones y la llamada de Dios son irrevocables.
Ustedes, en otro tiempo, desobedecieron a Dios; pero ahora, al desobedecer ellos, han obtenido misericordia.
Así también ellos que ahora no obedecen, con ocasión de la misericordia obtenida por ustedes, alcanzarán misericordia.
Pues Dios nos encerró a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 15, 21-28

En aquel tiempo, Jesús salió y se retiró al país de Tiro y Sidón.
Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: Ten compasión de mí, Señor Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo.
Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: Atiéndela, que viene detrás gritando.
Él les contestó: Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel.
Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió de rodillas: Señor, socórreme.
El le contestó: No está bien echar a los perros el pan de los hijos.
Pero ella repuso: Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos. Jesús le respondió: Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas. En aquel momento quedó curada su hija.

COMENTARIO

La cananea es una madre. Detrás de cada madre Jesús veía a María. No se muestra demasiado duro con la madre de Santiago y Juan cuando ésta le pide para ellos las plazas de ministros (Mt 20, 20).
Cura con cariño a la suegra de Pedro. Se siente conmovido por la viuda de Naín que acaba de perder a su hijo. Creo que esto  hace comprender mejor lo que va a ocurrir entre Jesús y aquella madre cananea. Es el judío ante la pagana; no quiere tratos con ella.
Esto resulta antipático, sobre todo para los jóvenes que soportan mal estas historias de razas diferentes y religiones distintas: ¿Está Dios por todos, sí o no?. Este universalismo de hoy, profundamente simpático corre sin embargo el peligro de quedarse en teorías. No es posible ensamblar tan fácilmente las diferencias hay que arreglar las cosas poco a poco y de forma progresiva. Jesús aceptó totalmente la condición humana, incluidos sus límites y la búsqueda a veces  difícil de la voluntad del Padre.
Nosotros estamos siempre dispuestos a juzgar a Dios: ¿Por qué un pueblo elegido? ¿Por qué Jesús quería deshacerse de la cananea? Porque Jesús, judío, entra en el plano de la salvación tal como lo conoce por las Escrituras de su pueblo y ese plano comprende dos datos perfectamente claros: 1). Dios quiere salvar a todos los hombres; 2).
Pasando por los judíos. En este momento, Jesús sólo se siente enviando a “las ovejas perdidas de Israel”.
Pero está aquella madre. Algunos  se   imaginan   que Jesús se se hacía el indiferente para hacer  que  creciera  la fe de la cananea (!). Eso es rechazar el misterio de la encarnación. Jesús es un hombre y se siente sencillamente desconcertado ante aquella situación como cualquier hombre. ¿Mantenerse a distancia?. ¿Escucharla para que lo deje en paz, como le sugiere los discípulos?. Ellos se muestran más bien molestos y despreciativos que preocupados por los planes de Dios.
Es una madre. Jesús empieza a ablandarse y le da al menos lo que puede darle: la gentileza de un diálogo: “Deja primero que los hijos se alimenten. No está bien quitar el pan a los hijos para echárselo a los perritos, a los que no están preparados para recibir la salvación.
La cananea comprende perfectamente el matiz amistoso: en la casa todos quieren a los perritos. Es lista, es madre y siente un impulso loco hacia aquel que puede salvar a su hija: “Los perritos se comen las migajas”.
Aquel grito de fe desarma a Jesús. La cananea acaba de romper en él un límite. Con una fe tan humilde y tan fina que no le ha dicho: “Desobedece”; ella ha comprendido y entra con él en los designios  del Padre: “Si, Señor, cuídate primero de los hijos, pero no tardes en preocuparte de esos perritos que quizás creen más en ti”. Jesús realiza entonces el gesto que va a marcar la preeminencia total de la fe.
Lo que ocurre con la cananea nos revela que en adelante todo va a depender de la fe.  Los judíos tenían la precedencia, la cananea era una madre desconcertante; pero sólo importó una cosa, la misma que importará en adelante: “Mujer, ¡qué grande es tu fe!”.

PLEGARIA UNIVERSAL

Confiando en el amor misericordioso del Padre, que abre sus brazos para acoger a todos los hombres, pidamos por nosotros y por el mundo entero diciendo: Padre, escúchanos.

1.- Por la Iglesia: para que presente ante el mundo el rostro acogedor del Padre para con los pobres, los que sufren, los que dudan los que se equivocan. Padre, escúchanos.

2.- Por las familias que se encuentran en dificultades económicas, por los matrimonios que están en peligro de romperse: para que encuentren ayuda y apoyo en los hermanos. Padre, escúchanos.

3.- Por los que viven sumergidos en el mundo de la droga, delincuencia, marginación, miseria: para que encuentren el camino y el valor necesario para salir de esta situación. Padre, escúchanos.

4.- Por nosotros; para que celebremos con fe esta eucaristía y vivamos con agradecimiento por la misericordia que Dios nos ofrece. Padre, escúchanos.

Padre de bondad y Dios de todo consuelo que tanto amaste al mundo que le diste tu Hijo Unigénito, muéstranos tu misericordia y danos tu salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta, Señor, nuestros dones, en los que se realiza un admirable intercambio, para que al ofrecerte lo que tú nos diste; merezcamos recibirte a ti mismo. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Señor, después de haber recibido a Cristo en estos sacramentos, imploramos de tu misericordia que, transformados en la tierra a su imagen, merezcamos participar de su gloria en el cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 21: Jc 2, 11-19; Sal 105; Mt 19, 16-22.
Martes 22:   Jc 6, 11-24ª; Sal 84; Mt 19, 23-30.
Miércoles 23: Jc ,  6-15; Sal  20;  Mt 20, 1-16.
 Jueves 24: Ap 21, 9b-14; Sal 144; Jn 1, 45-51.
Viernes 25: Rt 1, 1.3-6. 14b-16.22; Sal 145; Mt 22, 34-40.
Sábado 26: Rt 2, 1-3.8-11; 4, 13-17; Sal 127; Mt 23, 1-12.
Domingo 27: Is 22, 19-23; Sal 137; Rm 11, 33-36; Mt 16, 13.20.


COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mt 15. 21-28
3-1.

Vale la pena fijarse en la capacidad de admiración de Jesús ante la fe de los paganos. Parece como si lo desarmara. Y no le duele confesar que "en Israel no he encontrado en nadie tanta fe" (Mt 8. 10). Fe, aquí, es confianza, es apertura a su persona y a su poder. Y esta fe -que se dirige a Jesús- tiene su motor y extrae su fuerza de la propia necesidad: la situación de la hija "endemoniada", el criado "que está en cama paralítico y sufre mucho" (Mt 8. 6). Quién sabe: quizás nosotros diríamos que es una petición interesada, que el movimiento no es tan puro como debería... Pero es desde nuestras situaciones vitales que vamos a Jesús y confiamos en él. Quizá el punto de partida no sea lo bastante puro; ¡pero si el movimiento nos lleva hacia él sinceramente...! Ya se cuidará de purificarlo, si es necesario - "No está bien echar a los perros el pan de los hijos" Aprendamos a admirarnos de la fe de los de fuera, de la gente sencilla. Y aprendamos a confiar en los movimientos sinceros de nuestro corazón.
J. TOTOSAUS
MISA DOMINICAL 1987/16

2.- La distribución de los panes sigue normalmente: Jesús ha ofrecido pan a quien lo ha querido y no hay suficiente gente para terminar con las provisiones (Mt 14. 13-21), hasta el punto de que se llenaron doce canastos con las sobras.
Lo que sigue a la distribución responde a la pregunta de por qué comieron tan pocos y dejaron tantas sobras. Esta respuesta es doble: por una parte, los fariseos ponen bastantes obstáculos ante quienes desean comer el pan merced a su reglamentación de las abluciones (Mt 15. 1-20); por otra parte, a los paganos se les niega el acceso a esas sobras (v. 24). El pasaje de hoy desarrolla esta última consideración.
MAERTENS-FRISQUE
NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA V
MAROVA MADRID 1969.Pág. 277

3. ORA/PERSEVERANCIA: NECESIDAD DE "LUCHAR" CON DIOS EN EL TERRENO DE UNA ORACIÓN PERSEVERANTE:/Mt/07/07.
Es una oración de petición que arranca de una fe profunda en que Dios, en este caso Jesús, puede hacer lo que se le pide, y de una confianza ilimitada en que lo hará. La fe es el distintivo esencial del cristiano. Una fe que recibe lo que quiere, porque lo que quiere es la voluntad de Dios. La "lucha" que esta mujer mantiene con Jesús, que la rechaza una y otra vez, resulta paradigmática. Está en la línea de lo mandado por Jesús: "pedid... buscad... llamad..." Esto es lo que define sustantivamente al hombre. De ahí la necesidad de "luchar" con Dios en el terreno de una oración perseverante. La cananea obtuvo lo que pedía porque se mantuvo en esa actitud de esencial pobreza. Ante ella aparece la palabra de Dios: "...recibiréis, ...hallaréis, ...se os abrirá" (7. 7). Tres aspectos que definen a Dios (como los tres anteriores habían definido al hombre). Dios y el hombre puestos frente a frente y haciendo cada uno lo que le es propio.
COMENTARIOS A LA BIBLIA LITURGICA NT
EDIC MAROVA/MADRID 1976.Pág. 1030

4.- -Texto. Mateo da en él un paso importante hacia adelante, pues la escena no tiene lugar en Israel sino en el extranjero. En términos de sociología religiosa judía esto significa que la escena se desarrolla en el territorio pagano. Toma cuerpo así lo que Mateo había insinuado cuando, al presentar la actividad de Jesús, citaba el texto de Isaías que habla de Galilea de los paganos (MT. 4, 15). Los paganos están ahora aquí, de la mano de una mujer que vivía en el actual y atormentado Líbano. Viene designada como cananea, término especialmente evocador para un judío, por cuanto encarna todo lo que de seductor y peligroso había tenido el paganismo para la fe yavista.
El texto está lleno de sorpresas. Una extranjera da a Jesús el título típicamente judío de hijo de David. Con este título ha introducido Mateo la ascendencia de Jesús (Mt. 1,1). El título resuena cuando Mateo acaba de presentar a Jesús saliendo de territorio judío tras el cuestionamiento de algo tan esencial y sagrado para los judíos como es el comportamiento en consonancia con la tradición (ver Mt. 15, 1-20).
Las sorpresas continúan con el silencio de Jesús primero y su respuesta después a la demanda de los discípulos. Esta respuesta, que se encuentra en el v. 24, es repetición del mandato de Jesús a los doce de ir en busca de las ovejas perdidas de Israel. Leída después de la escena anterior sobre la tradición, la respuesta es, cuanto menos, sorprendente.
Una tercera sorpresa es la presentación de la mujer en el v. 25 con el gesto típico judío de adoración a Dios, gesto característico en el evangelio de Mateo para expresar la actitud creyente ante Jesús.
La cuarta sorpresa es la respuesta de Jesús a la mujer. "No está bien quitarle el pan a los hijos para echárselo a los perros".
Jesús hace suyo el afrentoso y despreciativo apelativo de perros, que los judíos aplicaban a los paganos. ¿Lo hace suyo aceptándolo o ironizándolo? La frase la escuchamos fuera del territorio judío, donde Jesús se encuentra tras su cuestionamiento de la tradición judía.
La quinta y última sorpresa es la reacción de la mujer pagana, que no aspira a suplantar, sino sencillamente a participar.
Todo este conjunto de sorpresas, especialmente elaboradas por Mateo, no parecen tener otra función que la de preparar y resaltar la frase final de Jesús. "¡Qué grande es tu fe, mujer!" Es la frase que el lector de Mateo presentía y esperaba. Ella ratifica la caída del muro de separación entre judíos y paganos.
Un mundo religioso cerrado en sí mismo queda aquí superado y derrumbado; surge otro de todos y para todos.
-Comentario. Es difícil encontrar en cualquiera de los cuatro evangelios una imagen de Jesús tan judía como la que nos ofrece Mateo en este texto. La lógica de la encarnación está aquí llevada al máximo de identificación con la historia concreta de unas gentes. Paralelamente es difícil encontrar otro texto como éste en el que la quiebra de esa historia concreta sea tan clamorosa. Mateo lo ha conseguido con una imagen de mujer sencillamente asombrosa.
Ella, que no es miembro del Pueblo de Dios, encarna el ideal de lo que debe ser un miembro del Pueblo de Dios.
La consecuencia es lo arriesgado del manejo de conceptos y términos tales como Pueblo de Dios e Iglesia, porque ni están todos los que son ni son todos los que están. Pasaba ayer y pasa hoy.
Dos citas de Pablo pueden ayudarnos a entender las líneas de este texto. "Toda diferencia entre judío y no judío ha quedado superada, pues uno mismo es el Señor de todos, y su generosidad se desborda con todos los que le invocan" (Rom. 10, 12). "Todos vosotros, los que creéis en Cristo Jesús, sois hijos de Dios... Ya no hay distinción entre judío y no judío, ni entre esclavo y libre, ni entre varón y mujer. En Cristo Jesús, todos sois uno" (Gál. 26, 28).
A. BENITO
DABAR 1990/42

5.- Contexto. El domingo pasado asistíamos a una dramatización de la difícil y arriesgada situación de los doce. La mentalidad nacional-religiosa y cerrada de los pastores de la Ley de Dios ponen en peligro la vida de Jesús. (Mt. 14, 1-12) y la de los doce (Mt. 14, 22-23). Esa misma mentalidad determina continuos desplazamientos de la gente buscando a los nuevos pastores (Mt. 14, 34-36). A continuación de estos dos últimos versículos Mateo introduce otro de los presupuestos-clave de la mentalidad cerrada: la defensa unilateral y monolítica de la Tradición (Mt. 15, 1-20). El otro presupuesto es la Ley: tus discípulos hacen lo que no está permitido en sábado (Mt. 12, 2). ¿Por qué se saltan tus discípulos la tradición de nuestros mayores? (Mt. 15,2). Lee detenidamente Mt 15, 1-20.
Texto. Comienza con la misma fórmula de desplazamiento de hace dos domingos (lee Mt 14, 13). Salió de allí (la traducción litúrgica ha pasado por alto el adverbio). El punto de salida es más que un espacio geográfico; es la situación de cerrazón reflejada en el texto inmediatamente anterior. También es más que un espacio en el mapa el punto de llegada: Tiro y Sidón no son Israel. Mateo quiere poner de manifiesto el sentido de la afirmación hecha en la explicación de la parábola del grano y la cizaña: El campo es el mundo (Mt 13, 38). El misterio escondido se desvela en acción. El pueblo de Dios es universal, abarca más que Israel. Este aspecto fundamental se resalta todavía más en la caracterización de la protagonista: una mujer cananea. En la tradición judía Canaán es el símbolo de lo no judío, de la irreligiosidad.CANAAN/SIMBOLO
Y, sin embargo, el desarrollo del relato es paradójico. Los discípulos y Jesús actúan en la más estricta línea judía. Los discípulos piden a Jesús que despida a la mujer (extrañamente la traducción litúrgica ha convertido la petición de despido en lo contrario). Jesús recuerda algo que ya les había dicho a los doce en Mt. 10,6: sólo a Israel. Sus frases son de un realismo hiriente: No está bien echar a los perros el pan de los hijos.
Los perros son los no judíos. Pero funciona como insulto. Incluso la propia protagonista da por válido el presupuesto: También los perros se comen la migajas que caen de la mesa de sus amos. Todo se desarrolla, pues, dentro de la más puras coordenadas de la religiosidad tradicional. Jesús y los doce se parecen a los pastores de la Ley de Dios. El desenlace del relato rompe con la sorpresa del desarrollo anterior. Este desenlace contrasta con el de la sinagoga de Nazaret (No pudo hacer allí muchos milagros por su falta de fe, Mt 13, 58) y empalma con lo narrado a propósito de un centurión romano en Mt 8, 5-13 (en ningún israelita he encontrado tanta fe Mt. 8, 10). El campo, efectivamente, empieza a ser el mundo. El Pueblo de Dios abarca, no excluye.
Comentario. El texto de hoy es un buen ejemplo ilustrativo del quehacer literario de Mateo y de la necesidad de leer siempre un texto dentro de su contexto (recuerda Mt. 15, 1-20) se imponen las siguientes preguntas: ¿quiénes son los perros y quiénes los amos? Mejor aún: ¿tiene sentido seguir hablando de perros y de amos? Nos hallamos ante un texto cuyo recurso literario es la paradoja y la ironía. Un texto vigoroso por sus contrastes y desarrollo imprevisto, por su lenguaje nada atenuado. Equiparando a Jesús y a los doce con los pastores de la Ley, que inmediatamente antes les habían acusado, el autor consigue poner el dedo en la llaga por el procedimiento del absurdo. Detrás de la defensa apasionada de la Ley de Dios y de la tradición por parte de los pastores se esconde, entre otras cosas, una infravaloración de las personas.
Mujer, qué grande es tu fe. Esta frase rompe los esquemas religiosos hasta ahora vigentes en el Pueblo de Dios. A partir de aquí ya no tiene sentido hablar de Pueblo de Dios en un sentido limitado de raza o nación; ya no hay perros ni amos, judíos ni griegos, siervos ni libres, varones ni hembras (cfr. Romanos 10,12 y Gálatas 3, 28). Nacionalidad, condición social y sexo quedan eliminados como factores determinantes de pertenencia al Pueblo de Dios. Son los mismos tres factores que excluye el autor del cuarto evangelio en una enigmática formulación de su prólogo. Lee Jn 1, 12-13. La elección misma de una mujer para protagonista del relato es un hecho en sí mismo significativo. Si alguien no tenía voz en el interior del Pueblo de Dios, eran precisamente las mujeres. Eligiendo a una mujer primero, extranjera después, y cananea por último, Mateo acaba con todos los esquemas hasta entonces vigentes.
A partir de ahora lo que determina la pertenencia al Pueblo de Dios es la fe en Jesús, la adhesión a su persona. No olvidamos nunca que, en el contexto de Mateo, esta fe significa la relativización de la Ley y de la Tradición, importantes y necesarias, por supuesto, pero nunca prioritarias ni con valor de absolutos. Olvidar esta relativización tiene el riesgo, entre otros, de reducir la fe en Jesús a un pietismo personal.
Ahora que estamos mayoritariamente de vacaciones tenemos más tiempo para reflexionar sobre todas estas cosas.
A. BENITO
DABAR 1987/42

6. J/JUDIO.
Sentido del relato. Este comienza con la expatriación de Jesús. El lector no puede menos de recordar aquello de que "sólo en su patria y en su casa desprecian a un profeta" (Mt. 13, 57). Pero lo curioso del caso es que en estas circunstancias Mateo nos presenta a un Jesús perfectamente judío. Otro dato a tener en cuenta: la extranjera interpela a Jesús en términos exquisitamente judíos.
A la vista de estos datos el lector se arma un auténtico lío, pues, por un lado, Jesús, el judío, en su tierra cuestiona lo judío, fuera de ella reproduce y se aferra a aquello que ha cuestionado. Y, por otro, mientras los judíos se escandalizan de Jesús (cfr. 13, 57 y 15, 12), una extranjera ve en él un judío.
De este lío no saldremos nunca o lo haremos muy artificialmente si no vemos el relato como una maestra pieza irónica de Mateo, quien precisamente quiere cuestionar y eliminar eso de judío-extranjero, religioso-pagano. Porque esto significaba ser judío: ser religioso; y esto significaba ser extranjero: ser pagano. En el engranaje de la obra el relato de hoy funciona como pieza irónica. ¡Esta es su clave de lectura! Y como quien no quiere la cosa, el autor, sirviéndose del recurso de introducir en el relato a los discípulos, invita a éstos, invita al nuevo Pueblo a evitar funcionar con fáciles esquematizaciones y encasillamientos de la gente.
DABAR 1981/45




jueves, 10 de agosto de 2017

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XIX TIEMPO ORDINARIO CICLO A - 13 AGOSTO 2017

EL VIENTO AMAINÓ


ORACION COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, a quien podemos llamar Padre, aumenta en nuestros corazones el espíritu filial, para que merezcamos alcanzar la herencia prometida. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura del Libro primero de los Reyes 19, 9a. 11-13a

En aquellos días, al llegar Elías al monte de Dios, al Horeb, se refugió en una gruta. El Señor le dijo: Sal y aguarda al Señor en el monte, que el Señor va a pasar.
Pasó antes del Señor un viento huracanado, que agrietaba los montes y rompía los peñascos: en el viento no estaba el Señor. Vino después un terremoto, y en el terremoto no
estaba el Señor. Después vino un fuego, y en el fuego no estaba el Señor. Después se escuchó un susurro.
Elías, al oírlo, se cubrió el rostro con el manto y salió a la entrada de la gruta.

SALMO RESPONSORIAL (84)

Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

Voy a escuchar lo que dice el Señor. Dios anuncia la paz. La salvación está ya cerca de sus fieles y la gloria habitará en nuestra tierra. R.-

La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra y la justicia mira desde el cielo. R.-

El Señor nos dará la lluvia y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos. R.-

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 9, 1-5

Hermanos: Como cristiano que soy, voy a ser sincero; mi conciencia, iluminada por el Espíritu Santo, me asegura que no miento. Siento una gran pena y un dolor incesante, pues por el bien de mis hermanos, los de mi raza y sangre, quisiera incluso ser un proscrito lejos de Cristo.
Ellos descienden de Israel, fueron adoptados como hijos, tienen la presencia de Dios, la alianza, la ley, el culto y las promesas. Suyos son los patriarcas, de quienes, según lo humano, nació el Mesías, el que está por encima de todo: Dios bendito por los siglos. Amén.

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 14, 22-33

Después que se sació la gente, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla mientras él despedía a la gente.
Y después de despedir a la gente subió al monte a solas para orar. Llegada la noche estaba allí solo.
Mientras tanto la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. De madrugada se les acercó Jesús andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma.
Jesús les dijo en seguida: ¡Animo, soy yo, no tengan miedo!.
Pedro le contestó: Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua. Él le dijo: Ven.
Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: Señor, sálvame.
En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: ¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?.
En cuanto subieron a la barca amainó el viento.
Los de la barca se postraron ante él diciendo: Realmente eres Hijo de Dios.

COMENTARIO

En la Iglesia y en toda existencia cristiana las cosas se desarrollan siempre entre la confianza y el miedo. Es lo que nos indica el evangelio de Jesús caminando sobre las aguas. El miedo.
Una barca lejos de la orilla y amenazada por el oleaje, el viento contrario, la noche ¡Y un fantasma!. Aquellos hombres, a pesar de estar bien curtidos, gritan de espanto. La confianza. La noche pasa, se reconoce a Jesús. ¡Camina sobre el mar!.
Les habla: “¡Soy yo! ¡No tengan miedo!. Y a Pedro: “¡Ven!”. Juego de la confianza y del miedo. Pedro empieza a caminar sobre las aguas. Pero tiene miedo y se hunde: “¡Sálvame!”. Jesús lo coge: “¡Por qué has dudado!”.
Cuestión clave de nuestra reflexión de hoy. La respuesta será el impulso de confianza total hacia la que se dirige todo el texto: “¡Tú eres el Hijo de Dios!”.  Este milagro resulta molesto, parece inútil (los otros milagros curan). Pero hay que ver en él una lección capital: es un milagro-revelación. Simboliza nuestros miedos más hondos y las cimas de nuestra confianza, cuando nuestra fe es vivida por nosotros como una experiencia: “Realmente eres el Hijo de Dios”. ¿He hablado de símbolo para insinuar que el milagro no tuvo lugar y que se trata tan solo de una enseñanza en imágenes sobre la confianza?.
No, aquellos hombres vieron ciertamente a Jesús caminando sobre las aguas y comprobaron cómo amainaba el viento. Jesús hizo aquello  por ellos, para robustecer su confianza: “¡Aquí estoy. No tengan    miedo!”. Ahora,  releído por nosotros ese mismo suceso nos hace  pensar en nuestra confianza en Jesús. En la vida tranquila creer en Jesús es un evangelio bonito: Nos gusta lo que él dice, sentimos ganas de hacer lo que él exige, sobre todo cuando habla del amar.
Llega la tempestad, la noche del sufrimiento físico, la noche del fracaso, de la traición, de la vejez. ¿Cómo creer que Jesús va a sacarnos de estas aguas?. El milagro de ayer puede hacerse milagro para nosotros. El mismo Jesús - ¡El mismo!- está allí y nos habla: “No tengas miedo”.
Y nos dice: “¡Ven!”. Escuchar a comprender ese ¡ven! Es sentir en nosotros un calor de confianza, como si fuera calcio en nuestras venas. Le pedimos poder acercarnos a él, hacia un poco de solidez y de calma y él nos dice: “¡Ven!”. Si la batalla contra el miedo es ardua, sentimos sobre nosotros su mirada de mansa severidad: “¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?”. Nos lo dice a nosotros y se lo dice a la Iglesia; el simbolismo de la barca es natural; la Iglesia está azotada por las olas, pero él está allí. Cuando llegamos a escuchar esa voz que nos dice: “No tengas miedo”, ¿Es que van a cambiar las cosas?. No necesariamente aunque a veces sea así. Pero nosotros sí que cambiamos y llevamos lo que nos parecía imposible de llevar.
“Tú eres el Hijo de Dios; contigo caminaré sobre estas  aguas del miedo y del sufrimiento”.
No puedo llegar más lejos; sólo aquel que ha realizado esta experiencia de confianza sabe lo que quiere decir: “El viento amainó”.

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso, que tanto amó al mundo que le dio a su Hijo Único.

1.-  Por la santa Iglesia de Dios: para que la unidad, la caridad mutua y el fervor reinen entre nosotros. Roguemos al Señor.

2.-  Por la humanidad, para que cesen en el mundo las guerras,  las divisiones, los odios, los recelos y las discordias,  y recuperémosla esperanza en el amor.  Roguemos al Señor.

3.- Por los que, conociendo el amor sufren los frutos del egoísmo: la soledad, la opresión, el desamparo: para que encuentren en su camino quienes les comprendan y ayuden. Roguemos al Señor.

4.- Por nosotros mismos: para que, abandonando todos los ídolos: prestigio, consumismo… amemos a Dios con un corazón indiviso. Roguemos al Señor.
5.- Para que, saliendo de nuestra mediocridad, sepamos llevar a plenitud la fe recibida en el bautismo, caminando hacia la santidad que Dios espera de nosotros. Roguemos al Señor.

Padre que imitemos a tu Hijo, que paso por la vida haciendo el bien, llevando así a plenitud la ley; que te amemos a ti sobre todas las cosas y a nuestros hermanos como a nosotros mismos. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que le has dado a tu Iglesia para que pueda ofrecértelos, y transformarlos en sacramento de nuestra salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION
La comunión en tus sacramentos nos salve, Señor, y nos afiance en la luz de tu verdad. Por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 14: 1Cro 15, 3-4.15-16; 1-2; Sal 131; 1Co 15, 54-57; Lc 11, 27-28.
Martes 15: Ap 11, 19ª; 12, 1.3-6ª; 10ab; Sal 44; 1Co 15, 20-27ª; Lc 1, 39-56.
Miércoles 16: Dt 34, 1-12; Sal 65; Mt 18, 15-20.
Jueves 17: Jos 3, 7-10ª.11.13-17; Sal 11|3ª; Mt 18, 21—19,1
Viernes 18: Jos 24, 1-13; Sal 135; Mt 19, 3-12.
Sábado 19: Jos 24, 14-29; Sal 15; Mt 19, 13-15.
Domingo 20: Is 56, 1.6-7; Sal 66; Rm 11, 13-15.29-32; Mt 15, 21-28.

COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mt 14, 22-33
Par: Mc 6, 45-52   Jn 6, 16-21

1. J/PEDAGOGIA EN LA FORMACIÓN DE LOS DISCÍPULOS.
-Formación de los discípulos. Jesús enseña con las palabras. Pero sobre todo es un auténtico maestro en la escuela de la vida. Hace que sus discípulos se embarquen en la aventura de su seguimiento y aprendan de su vida con él. La pedagogía de la vida cuando se goza del acompañamiento de Jesús es más eficaz que muchos discursos.
En el episodio anterior, multiplicación de los panes, Jesús había tenido que animar a sus discípulos a implicarse con la multitud (/Mt/14/13-21).
Ellos querían dejarlos ir simplemente. Jesús les provocó: "Dadles vosotros de comer". Y aprendieron que cinco panes y dos peces bastaban cuando eran compartidos. La comida llegó a todos ("comieron todos") y esa comida produjo plenitud, bienestar ("hasta quedar satisfechos"). Jesús les había invitado a acercarse a la muchedumbre hambrienta y a no inhibirse. Así los discípulos pudieron comprender con sorpresa sus enormes posibilidades. Era un autodecubrimiento gozoso en medio de la gente. Los problemas de los hombres no hay que echarlos solamente sobre los hombros de Jesús, sino que pueden acercarse a ellos solidariamente con él. ¡Los discípulos se sintieron colaboradores del Reino! Pero esta vez la lección va a ser más dolorosa. Aunque al final resulte igualmente gozosa, Jesús "apremia" a sus discípulos a que suban a la barca y se separen de la gente, mientras él los despedía y oraba. También en esta ocasión quiere aclararles su situación, ayudarles a autodescubrirse, empujarles a una auténtica relación con él. La propia verdad puede ser dura, pero siempre resulta liberadora. Cuando estaban con la multitud los discípulos aprendieron que debían ser colaboradores de Jesús; cuando se alejan solos comprenderán que llevan dentro la duda y el miedo, que necesitan reconocer la presencia amiga de Jesús. Es ésta la grandeza y la miseria de los enviados de Dios. (...) En la formación de los que siguen a Jesús esta experiencia es tan necesaria como la de la multiplicación de los panes.
Tarde o temprano, una o muchas veces tendremos que enfrentarnos a nuestros miedos y dudas, con nuestras frustraciones y cansancios, con nuestra profunda angustia y ganas de abandonar. ¡Esa verdad es liberadora! Esos somos también nosotros. Si habíamos creído otra cosa al ser capaces de alimentar a una muchedumbre, nos habíamos equivocado. Pero la presencia de Jesús está asegurada todos los días hasta el fin del mundo. Cuando nos invita a no tener miedo, cuando nos agarra de la mano, cuando llega a la serenidad y la calma, recibimos como gracia comprender que nuestra misión no se basa en nuestra grandeza sino en su fidelidad absoluta. El discípulo conoce a la vez su propia verdad y la Verdad salvadora.
JOSÉ MARÍA ALEMANY
DABAR 1990/41

2. FE/DUDA: LA DUDA PARECE SER UN INTEGRANTE CONTINUO Y SIEMPRE PRESENTE EN LOS QUE QUIEREN VIVIR SU FE DÍA TRAS DÍA.
En este relato, lo mismo que en el que le precede (la multiplicación de los panes), los discípulos ocupan un puesto importante. No son pasajes directamente relacionados con la teología del discipulado, pero sí que encierran una relación directa con la postura del que quiere acercarse a Jesús. La fe en él pasará por la superación y asimilación de la duda. La fuerza del viento y el peligro de la vida son temas para dibujar la situación de dificultad que presupone el reino de Dios y el esfuerzo necesario para superar la actitud de duda. Pero la idea dominante no es el peligro en el que se encuentran los discípulos, ni su inquietud; Mt concentra su relato en la persona de Cristo, cuyos discípulos van a descubrir nuevamente, en el esfuerzo y la duda, su autoridad soberana y su voz apaciguadora. El progresivo acercamiento a la realidad que es Jesús supone un continuo estar a la escucha de la Palabra en una actitud fuerte de superación.
Este diálogo de Pedro con Jesús exclusivo de Mt, parece presentar a Pedro como un prototipo de discípulo por su amor a Jesús y por la insuficiencia de su fe. No es aquí un líder que haya captado mejor que otros su relación con Jesús, sino que se hace portador de la situación en que se encuentra "todo" discípulo. La duda parece ser un integrante continuo y siempre presente en los que quieren vivir su fe día tras día.
Pedro es aquí la figura del que confunde el entusiasmo un tanto presuntuoso con la fe, y no se da cuenta que debe su salvación más a un gesto salvador de Jesús, como lo hace observar el mismo Maestro (v. 31). Si la fe conlleva una gran carga de duda, también contiene la promesa del apoyo de Jesús a todo el que cree. Dios no solamente rehabilita al hombre por la muerte de Jesús, sino que también lo salva, es decir, lo acompaña en su caminar diario (cf Rm 5.)
v 33:Aunque como expresión hay que situarla en una elaboración tardía, la confesión de Pedro encierra la confianza fundamental que el creyente y toda la Iglesia, pone en la persona de Jesús.
Esta es la revelación que diariamente hace Jesús y acepta el creyente. Sin ella es imposible construir el camino de la fe. Dios y hombre coinciden en la tarea.
EUCARISTÍA 1978/37

3. J/SEÑOR.PIDE ADHESIÓN INQUEBRANTABLE DE FE EN MEDIO DE LAS CRISIS. EL DISCÍPULO DEBE FIARSE TOTALMENTE DEL SEÑOR AUN EN MEDIO DE LAS CRISIS.
Jesús se revela a la comunidad de sus discípulos en medio de las dificultades y los confirma en la fe, liberándolos del temor y de la duda. El episodio paradigmático de Pedro, propio de Mt quiere destacar que el discípulo es invitado a fiarse totalmente del Señor, también en las situaciones que ponen en crisis la adhesión inquebrantable de fe.
Jesús viene de su experiencia de oración en el monte; ello pone de relieve la importancia de ese encuentro misterioso con los discípulos: Jesús se les acerca como Señor. Jesús es el Señor que controla el peligro ("amainó el viento") y es el salvador ("extendió la mano, lo agarró") eficaz de la comunidad en medio de las pruebas.
J. FONTBONA
MISA DOMINICAL 1990/16

4.- Jesús marchaba sobre las aguas como Señor del mar. Así nuestra historia se halla en estrecha relación con la anterior. En la multiplicación de los panes, Jesús se había dado a conocer como el Mesías a la muchedumbre. Caminando sobre el mar, al estilo de una teofanía o cristofanía, Jesús se revela a los discípulos que le reconocen como el Hijo de Dios. Se da incluso el paso importante que va, desde el Mesías, a la confesión del Hijo de Dios. Un notable progreso en la fe. Al lector del evangelio de Mateo no debe sorprenderle esta confesión de fe de los discípulos. Nuestro evangelista ha afirmado la filiación divina de Jesús explícita o implícitamente en otras ocasiones: la voz que se dejó oír desde el cielo con ocasión de su bautismo, la historia de las tentaciones, la confesión de los espíritus malos e, implícitamente, cuando se habla de la filiación divina de los discípulos (5,9. 16. 45.48), que deriva de la de Jesús (6,9).
Pudiéramos tener la impresión de que este milagro tiene como finalidad única la demostración de la divinidad de Cristo. En otra ocasión (ver el comentario a 8, 1-4) dijimos que los milagros evangélicos no tienen esa finalidad. También en nuestro caso, el milagro es predicación y anuncio del evangelio, porque es provocado por la necesidad en que se ven los discípulos. Como consecuencia de haberla remediado Jesús de forma tan milagrosa surge el reconocimiento de Jesús como el Hijo de Dios.
Dijimos que nuestra historia tiene aspecto de teofanía. En el Antiguo Testamento, aunque sea en textos poéticos, se describe la soberanía de Yahvéh recurriendo también al dominio que tiene sobre las olas del mar "...por el mar fue tu camino, por las grandes olas tu sendero" (/Sal/077/20), "...camina sobre las alturas del mar" (/Jb/09/08). La marcha de Jesús sobre las aguas le coloca al mismo nivel en que era puesto Yahveh en el Antiguo Testamento. Habla por sí misma de la divinidad de Cristo. Pero nuestra historia pone de relieve al mismo tiempo una peculiaridad singular: este Hijo de Dios recurre con frecuencia a la oración; en la que pasa largas horas: "subió al monte para orar. Entrada ya la noche..."
Exactamente es lo que recoge la fe cristiana al confesarlo verdadero Dios y verdadero hombre. Con necesidad de recurrir con frecuencia a la oración, como todo mortal, y dando el ejemplo de su necesidad para el hombre.
FE/PERFECTA-IMPERFECTA: La segunda gran lección de nuestra perícopa gira en torno a la figura de Pedro. Quiere poner a prueba la palabra de Jesús, que ya se les ha presentado en su categoría divina con la frase "Yo soy", "...si eres tú..." La fe de Pedro busca su apoyo más en el milagro que en la palabra de Jesús. Fe, por tanto, muy imperfecta, porque la verdadera fe se halla determinada por una abertura total a Dios y una confianza absoluta en su palabra, aun en las necesidades más extremas de la vida. La fe imperfecta ("hombres de poca fe") es precisamente aquella que se acepta como consecuencia de algo extraordinario y milagroso. Ante las fuerzas de las olas Pedro dudó. Una duda que equivale a falta de fe, falta de confianza en la palabra de Dios o de Jesús, como en el caso presente (no debió dudar de la palabra de Jesús). Pedro comienza a caminar hacia Jesús (v. 29) y, sin embargo, la violencia del viento y de las olas le hace dudar y comienza a hundirse (v. 30). Dos rasgos que parecen excluirse: caminar hacia Jesús y hundirse. La paradoja se resuelve diciendo que, desde que comenzó la duda, dejó de caminar hacia Jesús.
La actitud de Pedro es verdaderamente paradigmática. En ella se personifica y simboliza todo caminar hacia Jesús. Un caminar que no está exento de dudas (28, 17; Rom 14, 1.23) porque, junto a la certeza y seguridad absolutas que la palabra de Dios garantiza, está el riesgo de salir de uno mismo hacia lo que no vemos. Sólo una fe perfecta, como la de Abraham -salió de su tierra hacia lo desconocido, fiándose exclusivamente en la palabra de Dios-, supera el riesgo humano en la seguridad divina. El riesgo de la fe está precisamente en que a nuestros pies les falta la arena, como en las grandes resacas... y entonces nos vemos suspendidos en el vacío. Entonces el único grito apropiado es el lanzado por Pedro: "Señor, sálvame". Acudir a Jesús convencidos de lo que significa y realiza su nombre: "salvador" (1, 21).
COMENTARIOS A LA BIBLIA LITURGICA NT
EDIC MAROVA/MADRID 1976

5. MAR/MAL.
a) La victoria de Dios sobre las aguas es un tema muy importante de la cosmogonía judía. El pensamiento bíblico ha heredado, en efecto, de las viejas tradiciones semíticas la idea de una creación del mundo en forma de un combate entre Dios y las aguas, hasta que el poder creador de Dios se impuso a las aguas y a los monstruos del mal que contenía (Sal 103/104, 5-9; 105/106, 9; 73/74,13-14; 88/89, 9-11; Hab 3, 8-15; Is 51, 9-10). Incluso la historia de la salvación aparece como una victoria de Yahvé sobre las aguas: tal es el significado de la victoria sobre el mar Rojo (Sal 105/106, 9) y de la victoria escatológica sobre el mar (Ap 20, 9-13).
Ahora bien: el poder de Cristo sobre las aguas impresionó evidentemente a los primeros cristianos, que vieron en el relato de la tempestad calmada (Mt/08/23-27) y en el caminar sobre las aguas (nuestro Evangelio) la manifestación de quien vuelve a reanudar la obra de la creación y la lleva a su plena realización triunfal. El Día de Yahvé debía ser un día de victoria sobre las aguas (Hab 3, 8-15; Is 51, 9-10); Yahvé está, pues, entre nosotros, para completar esa obra (cf. v. 33). El caminar sobre las aguas es, por tanto, una especie de epifanía del poder divino que reside en Cristo.
b) Pero la victoria de Cristo sobre las aguas se sitúa en un momento decisivo de la vida de Cristo. Su vida de rabbí itinerante, ídolo de las multitudes, no conduce a nada. Al confrontar los pobres resultados de ese ministerio con la voluntad salvífica de su Padre (cf. la oración del v. 23), Cristo cambia de política y se dedica a la formación intensiva de un grupo de apóstoles -y de Pedro en particular- separado de la multitud.
La formación de estos apóstoles persigue dos objetivos: enseñarles a utilizar los poderes mesiánicos de Cristo tal como se los transmitiría un día y enseñarles a tener confianza en El.
El episodio de la marcha sobre las aguas responde a este doble objetivo: Cristo convence a Pedro de que posee realmente los poderes que le permitirán vencer al mal (simbolizado por las aguas sobre las que Pedro camina) (vv. 28-29). Cristo enseña igualmente a Pedro que esa victoria no dimana de un poder mágico, sino que depende de la fe (vv. 30-31).
La victoria sobre las fuerzas del mal es ofrecida, pues, al cuerpo apostólico, con la condición de que a ese poder conferido sobre tales fuerzas correspondan una fe y una adhesión confiadas a la persona de Cristo.
Lo mismo que en la primera lectura, la victoria sobre las fuerzas del mal aparece, por tanto, como una posibilidad ofrecida al hombre en Jesucristo.
Afirmar que Cristo ha vencido al imperio del mal es, en realidad, reconocer a la obra de Cristo sus dimensiones cósmicas. Hasta El existía una solidaridad en el pecado que afectaba a toda la creación. En adelante queda abierta una brecha en el círculo de esa solidaridad. Con Cristo se rompe ese lazo cósmico en beneficio de otra solidaridad: la del amor.
Injertado en ese dinamismo de amor, el cristiano no es solo vencedor de sí mismo y de las zonas oscuras de su persona, su victoria tiene realmente una repercusión cósmica: ha vencido realmente al mundo, ha dominado realmente a los elementos lo mismo que Cristo y Pedro han dominado al mar.
La misión del cristiano en el mundo consiste, efectivamente, en destruir el influjo del imperio del mal en todos los terrenos en que se sigue manifestando y hasta en la muerte que parece ser hasta ahora su mejor sirvienta.
La Eucaristía alimenta al cristiano para el combate efectivo de cada día, puesto que le hace copartícipe de la victoria sobre Satanás y sobre la muerte.
MAERTENS-FRISQUE
NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA V
MAROVA MADRID 1969.Pág. 253