viernes, 20 de junio de 2025

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO CORPUS CHRISTI CICLO C - 22 JUNIO 2025

 LA SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI

COMENTARIO

 

Corpus Christi, que en latín significa ‘cuerpo de Cristo’, es una fiesta de la Iglesia católica para celebrar la presencia de Cristo en la eucaristía, que tuvo lugar el Jueves Santo, durante la última cena, cuando Jesucristo convirtió el pan y el vino en su cuerpo y sangre, e invitó a los apóstoles a comulgar con él. En este día en que celebramos CORPUS CHRISTI, estamos llamados a entrar en un lugar donde el pan y el vino dejan de serlo para convertirse en permanente presencia de Cristo en la Eucaristía.

Insertarnos en Cristo comporta siempre salir enriquecidos, no de bienes materiales sino llenos de su Espíritu en el corazón y en el alma. Treinta minutos, escasos, no son suficientes ni dan cuenta del valor que encierra la Eucaristía. Pero, toda una vida cristiana, sería difícil de llevarla adelante sin el aprovisionamiento del pan único y partido.

La celebración surgió durante la Edad Media, cuando la religiosa Juliana de Cornillon comenzó a promover la idea de celebrar una festividad que rindiera homenaje al Cuerpo y la Sangre de Jesucristo presente en la eucaristía. Así, la primera celebración de Corpus Christi tuvo lugar en 1246 en la ciudad de Lieja, en la actual Bélgica. También se cuenta que, en 1263, mientras un sacerdote celebraba la misa en la iglesia de la localidad de Bolsena, en Italia, ocurrió que, al pronunciar este las palabras de consagración, de la hostia comenzó a brotar sangre. Este suceso, conocido entre la comunidad católica como “el milagro de Bolsena”, fue percibido como un evento santo, y acabó por afianzar la celebración del Corpus Christi. En el año 1264 el Papa Urbano IV finalmente instituye la fiesta del Corpus Christi en la bula Transiturus hoc mundo del 11 de agosto.

Es tan firme nuestra devoción hacia la Eucaristía...que lo manifestamos públicamente, sin temor ni vergüenza, ante un mundo que ensucia y empapela las paredes no precisamente con palabras de verdad que llamen y empujen al amor verdadero. Es tan convencido nuestro aprecio por la presencia del Señor en la Eucaristía...que necesitamos seguirle cuando, EL por delante, sale al asfalto en medio de ciudades y pueblos, de hombres y mujeres gritándonos: ¡DIOS ESTA AQUÍ!

Impresiona tanto la “reserva” del AMOR de DIOS en el Sagrario... que sale en CUSTODIA para que el mundo entienda que, sin Él, el ser humano, será un fracasado.

CORPUS... es el AMOR de DIOS a los hombres y - en trampolín- amor y servicio, generosidad y justicia, perdón y fraternidad... de los hombres con los propios hombres. Si el AMOR DE DIOS se hace cuerpo, por nosotros, nosotros somos urgidos por imperativo de Jesús Eucaristía a ser igualmente cuerpo visible de: justicia y del compartir, de alegría y de tolerancia, de respeto y de fe de reconciliación y de esperanza, de ilusión de coraje, de piedad y de compromiso continuado en pro de una sociedad que no tiene más esquemas sino el poder para tener.

R.P. Roland Vicente Castro Juárez

 

ANTIFONA DE ENTRADA Sal 80, 17

El Señor los alimentó con flor de harina y los sació con miel silvestre.

 

ORACION COLECTA

Oh, Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú, que vives y reinas con el Padre.

 

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Génesis 14, 18-20

En aquellos días, Melquisedec, rey de Salén, sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino, y le bendijo diciendo: «Bendito sea Abrán por el Dios altísimo, creador de cielo y tierra; bendito sea el Dios altísimo, que te ha entregado tus enemigos». Y Abrán le dio el diezmo de todo.


SALMO RESPONSORIAL (Sal 109)


Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

 

Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies». R.

 

Desde Sion extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos. R.

 

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, desde el seno, antes de la aurora». R.

 

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec». R.

 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11, 23-26

Hermanos: Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez les he transmitido: que el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y, pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía». Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; hagan esto cada vez que lo beban, en memoria mía». Por eso, cada vez que comen de este pan y beben del cáliz, proclaman la muerte del Señor, hasta que vuelva.

 

 ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Jn 6, 51

Aleluya. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo —dice el Señor—; el que coma de este pan vivirá para siempre. Aleluya.

 

 EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 9, 11b-17

En aquel tiempo, Jesús hablaba a la gente del Reino y sanaba a los que tenían necesidad de curación. El día comenzaba a declinar. Entonces, acercándose los Doce, le dijeron: «Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado». Él les contestó: «Denles ustedes de comer». Ellos replicaron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para toda esta gente». Porque eran unos cinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos: «Hagan que se sienten en grupos de unos cincuenta cada uno». Lo hicieron así y dispusieron que se sentaran todos. Entonces, tomando Él los cinco panes y los dos peces y alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron lo que les había sobrado: doce cestos de trozos.

 

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos a Dios Padre, que en la Eucaristía da el alimento a todo viviente.

 

1.- Por la Santa Iglesia, Cuerpo místico de Cristo que se alimenta de la Eucaristía, para que, comiendo del mismo pan, fomente la verdadera unidad entre todos los hijos de Dios. Roguemos al Señor.

 

2.- Por las instituciones civiles y religiosas que tienen por objetivo ayudar a los más necesitados, para que encuentren en el misterio Eucarístico un ejemplo de amor sin reservas y caridad sincera. Roguemos al Señor.

 

3.- Por los que sufren, ya sea por la escasez del pan material o por la dificultad de no poder recibir la comunión Eucarística, para que el Señor alimente sus necesidades materiales y espirituales. Roguemos al Señor.

 

4.- Por todos nosotros, quienes participamos del banquete de salvación que el buen Dios ofrece a sus hijos, para que, cuidando de nuestra vida de gracia, nos acerquemos con piedad y devoción a la Mesa del Señor. Roguemos al Señor.

 

Escucha, Señor, la oración de tu Iglesia, que observando el mandato de tu Hijo celebra el memorial de su obra, hasta que vuelva. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

 ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, concede propicio a tu Iglesia los dones de la paz y de la unidad, místicamente representados en los dones que hemos ofrecido. Por Jesucristo, nuestro Señor

 

 ANTIFONA DE COMUNION Jn 6, 57

El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él, dice el Señor.

 

 ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Concédenos, Señor, saciarnos del gozo eterno de tu divinidad, anticipado en la recepción actual de tu precioso Cuerpo y Sangre. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.

 

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 23: Gn 12, 1-9; Sal 32, 12-13. 18-19

Martes 24: Is 49, 1-6; Sal 138; Hch 13, 22-26; Lc 1, 57-66.80

Miércoles 25: Gn 15, 1-12. 17-18; Sal 104, 1-2.3-4. 6-7. 8-9; Mt 7, 15-20

Jueves 26: Gn 16, 1-12.m 15-16; Sal 105, 1-2. 4b-5; Mt 7, 21-29

Viernes 27: Ex 34, 11-16; Sal 22; Rm 5, 5b-11; Lc 15, 3-7

Sábado 28: Is 61, 9-11; Sal 15, 2, 1.4-5.6-7.8abcd; Lc 2, 41-51

Domingo 29: Hch 12, 1-11; Sal 33; 2Tm 4, 6-8.17-18; Mt 16, 13-19.

 

COMENTARIOS AL EVANGELIO

Lc 9, 11b-17

Paralelos: Mt 14, 13-21 - Mc 6, 34-44 - Jn 6, 1-13

 

1.- Texto. 

Retomamos el evangelio de Lucas, que a partir de hoy va a servirnos de hilo conductor. El texto está precedido y seguido por una misma pregunta: ¿quién es Jesús? Entre lo que unos y otros opinan, el autor intercala su propia opinión por medio de un relato en el que nos muestra a Jesús en acción.

Esta acción está hecha de acogida y preocupación por la gente. A la gente que le busca, Jesús les da cuanto él posee: su enseñanza y su poder curativo. Con posterioridad, Jesús no se desentiende de esa gente abandonándola a su propio destino, a pesar de que la lógica de la situación y del cálculo aconsejaría hacerlo. Lo imprevisible, el milagro, es el resultado de un comportamiento de estas características.

El relato lo conocemos también por los otros tres evangelistas. Pero en ninguno de ellos tiene el matiz pedagógico que tiene en Lucas. Fiel a su preocupación de profundizar en la instrucción cristiana, Lucas nos presenta a Jesús como modelo de comportamiento a imitar por el cristiano. Un modelo volcado siempre hacia los demás, preocupado e interesado por ellos, mirando antes por ellos que por sí mismo. 

Comentario. 

De la pluma de Lucas el Corpus de este año tiene un lema muy claro: Los demás como objetivo.

EU/A-H: Los demás como objetivo a descubrir, no a conquistar. Sensibilidad para el problema que el otro tiene. Delicadeza para saberse poner en el lugar del otro.

Los demás, más allá del círculo familiar. Estos en realidad forman parte de uno mismo. Los íntimos son la fuerza que tú tienes para dar acogida a los demás.

Los demás en concreto, con un rostro, con nombre y apellidos, con la fuerza de la proximidad geográfica.

Los demás como objetivo más allá del cálculo o del riesgo programado, más allá de los egoísmos que atenazan y limitan.

A partir de un comportamiento así es como puede acontecer el milagro de lo inesperado, de lo impensable incluso. Sólo si no se hace nada por los demás, es como nunca puede suceder nada que valga la pena.

ALBERTO BENITO - DABAR 1989, 29


 

2.- Los hechos históricos, en sí mismos, son realidades mudas. Hablan cuando alguien los interpreta. ¿Cuál es la interpretación de Lucas del hecho histórico de la multiplicación de los panes? El relato está configurado como un diálogo entre Jesús y los doce. Son éstos quienes lo inician con una respuesta razonable (v. 12). Jesús les propone otra (v. 13a). Los doce la consideran inviable, pero estarían dispuestos a poner los medios para hacerla viable (v. 13b). El diálogo se desarrolla, pues, en términos de propuestas y contrapropuestas normales; no hay nada que haga pensar en una intervención milagrosa, ni siquiera cuando Jesús pide a sus discípulos que hagan sentar a la gente (v. 14b).

Sólo el v. 16 rompe el desarrollo normal, introduciendo la intervención milagrosa de Jesús. Literariamente hablando, se trata de una intervención inesperada. Esto quiere decir que Lucas no está interesado en resaltar lo extraordinario de la escena, aunque indudablemente lo presupone.

ENTREGA/CSO  Una vez más, Lucas ha elaborado el relato en perspectiva catequética. Catequesis a los doce (=los guías) sobre cómo tienen que actuar en la comunidad cristiana. Esta actuación no debe ser el desentendimiento (¡que se las arreglen como puedan!, cfr. v. 12), por muy comprensible y razonable que pueda éste parecer. Su actuación debe ser la entrega, la disponibilidad, la búsqueda de soluciones, por muy costosas que éstas sean. Es entonces cuando se produce el milagro. El milagro de una comunidad donde no hay necesidades, donde todo fluye a raudales y que incluso sobra.

En realidad, la óptica de Lucas en este relato (a diferencia de los otros evangelistas) no es la eucaristía. Y, sin embargo, su relato puede leerse en un día significativamente eucarístico. La Eucaristía, como Jesús la entendió, es la gran señal de una comunidad en torno a una misma mesa, donde a nadie le falta nada y donde todo es alegría de vivir.

DABAR 1977, 37


 

3.- El contexto vital del relato originario es una comunidad que espera la ayuda y la salvación de Jesús en el que ve la plena realización escatológica. Se trata del mundo teológico palestinense que esperaba la salvación definitiva con el retorno de Jesús. Hay que recordar las más antiguas celebraciones litúrgicas fuertemente impregnadas de la espera escatológica. El relato de hoy se apoya en la espera cristológica y escatológica. Antes han preguntado... quién es éste...? (9,9), hay después la confesión de Pedro (9, 20). La multiplicación de los panes prepara la manifestación cristológica de 9, 28-36.

En el texto, Jesús se presenta como "redentor" que anuncia el reino y cura a los enfermos. Acoge al pueblo con su palabra y con sus obras. El gesto de dar de comer a la gente le presenta como "redentor" que está siempre con los suyos.

El pueblo se confía a Jesús, pero los discípulos no tienen la misma confianza. A través del servicio de los apóstoles, el pueblo se reúne en comunidad del reino de Dios. Con todo este relato no presenta sólo al Jesús histórico, sino la experiencia de fe de la comunidad primitiva que en la eucaristía ha encontrado al Señor.

El es quien da y se da. Los discípulos distribuyen en su nombre.

Así cumplen el mandato de Jesús: dadles vosotros de comer. Jesús va más allá de toda espera humana. No da palabras sino que se da a sí mismo, quiere encontrar al hombre en sus necesidades concretas, quiere saciar el hambre de las profundas exigencias humanas. El es el pan "partido" y "compartido" que debe continuar en la vida de los discípulos.

P. FRANQUESA - MISA DOMINICAL 1986, 11


 

4.- EU/ALIENACION 

Si la exégesis de los relatos de la multiplicación de los panes es exacta, plantea un problema grave a la conciencia del cristiano que lleva en su corazón la preocupación por sus hermanos hambrientos. Las comunidades primitivas dan, en efecto, la impresión de haber suavizado el gesto concreto de Cristo saciando el hambre de una multitud hambrienta, en un proceso de idealización y de espiritualización bastante grave. Al orientar la óptica del relato hacia el simbolismo eucarístico (v. 16; cf. Jn 6), la experiencia escatológica o la significación misionera (tema de la recogida de los restos para darlos a los ausentes), etc., los primeros cristianos dan a algunos la impresión de que se evadían de las exigencias del hambre para refugiarse en un reino que no es de este mundo, en el que se recibe un pan que no está sumergido en las contingencias de aquí abajo, donde no será necesario preocuparse del alimento cotidiano.

Esta concepción es evidentemente falsa y distorsiona gravemente el pensamiento de Jesús. Por otra parte, éste no ha instituido una Iglesia cuya misión estaría reducida a saciar los cuerpos. Si los primeros cristianos dieron al relato una interpretación eucarística, esto se debe a que la saciedad de los cuerpos está estrechamente ligada a la saciedad de los corazones. En efecto, el pan eucarístico sólo sacia el corazón del hombre animándole a amar mejor a sus hermanos y a procurarles el pan que no tienen.

El pan eucarístico no enriquece: empobrece, puesto que sólo puede ser comido por aquellos que se abren a la voluntad del Padre. Y nos permite unirnos a los pobres en su lucha contra el hambre y sus causas precisamente porque nos hace pobres espiritualmente.

De este modo, la participación en el pan eucarístico de nosotros, ricos, debe hacernos cada vez más desprovistos, arrancarnos a los bienes perecederos y a su esclavitud. La liturgia del pan de la vida eterna es una llamada incesante a una mayor pobreza.

MAERTENS-FRISQUE - NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA IV - MAROVA MADRID 1969.Pág. 319 ss.


 

5.- Comentario. Nos hallamos ante un relato. La ocasión está propiciada por el gentío que se ha reunido en torno a Jesús. Dada la hora, los doce aconsejan a Jesús que despida al gentío para que éste pueda proveer a sus necesidades de alojamiento y comida. Ya tenemos, pues, al primer personaje del relato: los doce.

Representan la razón, la lógica. Entra en escena el segundo personaje: Jesús. Proveed vosotros. Representa la sinrazón, la ilógica. Dos personajes, pues, representando dos papeles, dos posturas contrapuestas. El resto del relato lo conocemos,. Cada personaje representa su papel parcamente, escuetamente. El autor del relato no nos distrae con curiosidades sino que va derecho al resultado: todos comieron y aún sobró, tantos cestos cuantos personajes razonables: doce.

Desde el comienzo de su obra, el autor del tercer evangelio viene insistiendo en lo siguiente: fíate de Dios y acontecerá lo que parecía absurdo e imposible. Ha propuesto dos modelos: María (cfr. /Lc/01/38) y Pedro (/Lc/05/05). Ahora vuelve a insistir en lo mismo, poniendo como modelo al propio Jesús. Fíate de Dios y acontecerá lo que te parecía imposible. Esta es la razón de ser de este relato. Fíate de Dios.

DABAR 1983, 32


 

6.- El gesto de la multiplicación de los panes constituye uno de los signos reveladores más importantes de todo el evangelio. Como es habitual en Lucas, la figura de Jesús comienza a manifestarse también aquí a partir de la doble perspectiva de las palabras y los hechos: abre ante los hombres el camino del reino que ofrece la salud o vida nueva (9, 11). Sobre ese fondo, ligeramente precisado, viene a revelarse el signo de los panes.

La esperanza en el banquete constituía uno de los grandes elementos de la apocalíptica tradicional. El apocalipsis de Isaías precisaba: "Y preparará Yahveh Sebaot para todos los pueblos un festín de suculentos manjares, un festín de vinos generosos" aluden a la felicidad del que recibe el pan del reino (Lc 14, 15) o cuando afirman que Jesús anhela ansiosamente la comida del reino que se acerca (Lc 22,16).

Sobre este fondo se precisa todo el contenido del signo de los panes. Los que siguen a Jesús han tenido que prescindir de las seguridades que el mundo les ofrece: entra la noche y están solos; sienten hambre y no disponen de comida, pues se encuentran lejos del poblado (9, 12). Pues bien, en medio del desierto, a la llegada de la noche, Dios repite los antiguos prodigios de la historia de su pueblo; aunque los hombres piensen estar solos y perdidos, Jesús se encuentra en medio de ellos repartiendo su misterio a manos llenas: enseña, cura, ofrece el alimento.

Es difícil encontrar una imagen más valiosa del sentido y de la obra de Jesús. Los que le siguen tienen que arriesgarse, dejando atrás el mundo antiguo, su seguridad y su comida. Pero, una vez que ya lo han hecho no necesitan decir nada: Jesús sabe su necesidad y les ayuda.

No interesa demasiado la manera concreta en que el signo se realizó. Lo que importa es que Jesús dio de comer abundantemente al pueblo. Lo que importa es que su gesto vino a suscitar entre los suyos el entusiasmo mesiánico de forma que los hombres descubrieron que el banquete del reino ya ha empezado a realizarse. Parece como si de pronto se hubieran rasgado los antiguos niveles de las cosas; da la impresión de que el mundo de los pobres y perdidos de la tierra se termina y surge la verdad definitiva de la vida.

A manera de conclusión, quisiéramos señalar con brevedad los elementos más valiosos del signo de los panes:

a) en primer lugar, el gesto constituye una revelación escatológica; por medio de Jesús, Dios se está mostrando como aquél que ofrece el alimento de la vida al pueblo.

b) En el gesto se desvela el poder de los apóstoles; por sí mismos son incapaces de ofrecer comida al pueblo (9, 13); sólo cuando reciben el pan que les regala el Cristo pueden alimentar verdaderamente al pueblo.

c) Dentro de una vivencia eclesial el milagro se ha convertido en anticipo y señal de la eucaristía; el mismo comportamiento de Jesús que pronuncia la bendición, parte el pan y lo ofrece a los hombres nos dirige en esta dirección; por eso, aquel comer juntos en la tensión de la esperanza escatológica, se ha venido a convertir en el signo fundamental de la iglesia.

d) Todo esto nos lleva finalmente hacia otro plano: la comida fraternal y abundante donde los dones del reino se ofrecen a todos los salvados debe anticiparse en la comida de la tierra. Eso significa que los bienes de este mundo son los medios, los manjares de un banquete en el que todos se encuentran invitados; por eso, en una sociedad donde la injusticia separa brutalmente a los unos de los otros es muy difícil recordar el gesto de la multiplicación de los panes y celebrar de verdad la eucaristía. Jesús ha invitado a todos con unos mismos panes (en la multiplicación y en la eucaristía); los bienes del banquete del reino son comunes. Pues bien, una sociedad donde los hombres se roban mutuamente la comida (se oprimen mutuamente), está indicando que no sigue a Jesús ni desea tender hacia el banquete de su reino.

COMENTARIOS A LA BIBLIA LITURGICA NT - EDIC MAROVA/MADRID 1976.Pág. 1303 s.


 

7.- ¿Entiendes lo que ésto significa?

Fuente: Catholic.net

Autor: P . Sergio A. Córdova

Hay, en Tierra Santa, un pueblecito llamado Tabga. Está situado junto a la ribera del lago Tiberíades, en el corazón de la Galilea. Y se halla a los pies del monte de las Bienaventuranzas. La Galilea es una región de una gran belleza natural, con sus verdes colinas, el lago de azul intenso y una fértil vegetación. Este rincón, que es como la puerta de entrada a Cafarnaúm, goza todo el año de un entorno exuberante. Es, precisamente en esta aldea, donde la tradición ubica el hecho histórico de la multiplicación de los panes realizada por Jesús.

Ya desde el siglo IV los cristianos construyeron aquí una iglesia y un santuario, y aun hoy en día se pueden contemplar diversos elementos de esa primera basílica y varios mosaicos que representan la multiplicación de los panes y de los peces.

Pero hay en la Escritura un dato interesante. Además de los relatos de la Pasión, éste es el único milagro que nos refieren unánimemente los cuatro evangelistas, y esto nos habla de la gran importancia que atribuyeron desde el inicio a este hecho. Más aún, Mateo y Marcos nos hablan incluso de dos multiplicaciones de los panes. Y los cuatro se esmeran en relatarnos los gestos empleados por Jesús en aquella ocasión: “Tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos –dio gracias, nos dice san Juan—, los partió y se los dio a los discípulos para que se los repartieran a la gente”.

Seguramente, los apóstoles descubrieron en estos gestos un acto simbólico y litúrgico de profunda significación teológica. Esto no lo adviertieron, por supuesto, en esos momentos, sino a la luz de la Última Cena y de la experiencia post-pascual, cuando el Señor resucitado, apareciéndose a sus discípulos, vuelve a repetir esos gestos como memorial de su Pasión, de su muerte y resurrección. Y, por tanto, también como el sacramento supremo de nuestra redención y de la vida de la Iglesia.

Año tras año, el Papa Juan Pablo II escribe una carta pastoral dirigida a todos los sacerdotes del mundo con ocasión del Jueves Santo, día del sacerdocio y de la Eucaristía por antonomasia. El año pasado la hizo extensiva a toda la Iglesia, convirtiéndola en una carta encíclica para todo el orbe católico: “Ecclesia de Eucharistia”. Yo invitaría a todos los que vean este artículo de hoy a leer y a meditar en el contenido espiritual tan rico y profundo de este documento brotado del corazón mismo de Juan Pablo II.

“La Iglesia vive de la Eucaristía”. Así inicia el Papa su meditación. “Esta verdad no expresa solamente una experiencia cotidiana de fe, sino que encierra en síntesis el núcleo del misterio de la Iglesia”. Y a continuación tratará de hacernos comprender, valorar y vivir esta afirmación inicial.

En efecto, la Eucaristía es el sacramento por excelencia de la Iglesia –y, por tanto, de cada uno de los bautizados— porque brotó del amor redentor de Jesucristo, la instituyó como sacramento y memorial de su Alianza con los hombres; alianza que es una auténtica redención, liberación de los pecados de cada uno de nosotros para darnos vida eterna, y que llevó a cabo con su santa Pasión y muerte en el Calvario. La sangre y el agua que brotaron del costado traspasado de Cristo sobre la cruz nos hablan de este mismo misterio.
El Sacrificio eucarístico es –recuerda el Papa, tomando las palabras del Vaticano II— “fuente y culmen de toda la vida cristiana”. Cristo en persona es nuestra Pascua, convertido en Pan de Vida, que da la vida eterna a los hombres por medio del Espíritu Santo.
Juan Pablo II nos confiesa que, durante el Gran Jubileo del año 2000, tuvo la grandísima dicha de poder celebrar la Eucaristía en el Cenáculo de Jerusalén, en el mismísimo lugar donde la tradición nos dice que fue realizada por Jesucristo mismo la primera vez en la historia. Y varias veces ha traído el Papa a la memoria este momento de gracia tan singular. El Papa sí valora profundamente lo que es la Eucaristía. En el Cenáculo –nos recuerda el Santo Padre— “Cristo tomó en sus manos el pan, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros” (Eccl. de Euch., nn. 1-2).

Estos gestos y palabras consacratorias son las mismas que empleó Jesús durante su vida pública, en el milagro de la multiplicación de los panes. Si Cristo tiene un poder absoluto sobre el pan y su naturaleza, entonces también podía convertir el pan en su propio Cuerpo, y el vino en su Sangre.

Y decimos que la Eucaristía es el “memorial” de nuestra redención porque –con palabras del mismo Santo Padre— “en ella está inscrito de forma indeleble el acontecimiento de la pasión y muerte del Señor. No sólo lo evoca, sino que lo hace sacramentalmente presente. Es el sacrificio de la Cruz que se perpetúa por los siglos”. Esto, precisamente, significa la palabra “memorial”. No es un simple recuerdo histórico, sino un recuerdo que se actualiza, se repite y se hace realmente presente en el momento mismo de su celebración.

Por eso –continúa el Papa— la Eucaristía es “el don por excelencia, porque es el don de sí mismo (de Jesucristo), de su persona en su santa humanidad y, además, de su obra de salvación.
Ésta no queda relegada al pasado, pues todo lo que Cristo es y todo lo que hizo y padeció por los hombres participa de la eternidad divina y domina así todos los tiempos… Cuando la Iglesia celebra la Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de su Señor, se hace realmente presente este acontecimiento central de salvación y se realiza la obra de nuestra redención” (Eccl. de Euch., n. 11).

Ojalá, pues, que en esta fiesta del Corpus Christi, que estamos celebrando hoy, todos valoremos un poco más la grandeza y sublimidad de este augusto sacramento que nos ha dejado nuestro Señor Jesucristo, la Eucaristía, el maravilloso don de su Cuerpo y de su Sangre preciosa para nuestra redención: “Éste es mi Cuerpo. Ésta es mi Sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres, para el perdón de los pecados. Haced esto en memoria mía”.

Que a partir de hoy vivamos con una fe mucho más profunda e intensa, y con mayor conciencia, amor y veneración cada Eucaristía, cada Santa Misa: ¡Gracias mil, Señor, por este maravilloso regalo de tu amor hacia mí!

 

 

PROPUESTA DE CANTOS EL SANTISIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO 2025  CICLO C – (22 JUNIO 2025)

 

01.- REUNIDOS EN NOMBRE DEL AMOR (Francisco Palazón)

REUNIDOS EN EL NOMBRE DEL SEÑOR,

QUE NOS HA CONGREGADO ANTE SU ALTAR,

CELEBREMOS EL MISTERIO DE LA FE

BAJO EL SIGNO DEL AMOR Y LA UNIDAD [BIS]

 

1.- Tú, Señor, das sentido a nuestra vida,

tu presencia nos ayuda a caminar,

tu palabra es fuente de agua viva

que nosotros, sedientos, a tu mesa venimos a buscar.

 

2.- Purifica con tu gracia nuestras manos,

ilumina nuestra mente con tu luz,

que la fe se fortalezca en tu palabra,

y tu cuerpo, tomado en alimento, nos traiga la salud.

 

02.- ALREDEDOR DE TU MESA (Francisco Palazón)

ALREDEDOR DE TU MESA VENIMOS A RECORDAR (BIS)

QUE TU PALABRA ES CAMINO, TU CUERPO FRATERNIDAD,

QUE TU PALABRA ES CAMINO, TU CUERPO FRATERNIDAD.

 

1.- Hemos venido a tu mesa

a renovar el misterio de tu amor,

con nuestras manos manchadas

arrepentidos buscamos tu perdón.

 

2.- Juntos y a veces sin vernos,

celebramos tu presencia sin sentir

que se interrumpe el camino

si no vamos como hermanos hacia Ti.

 

03.- PRESENTAMOS NUESTROS DONES (Mariano Fuertes)

1.- Presentamos nuestros dones,

este vino y este pan;

frutos que nos dan los campos,

frutos son de tu bondad.

 

Presentamos las ofrendas,

de nuestra comunidad;

destinadas a los pobres,

a la Iglesia y al altar.

TOMA ESTE PAN, HAZLO TU PAN,

TOMA ESTE VINO, HAZLO TU VINO;

TRANSFÓRMALOS,

EN TUS MANOS, SEÑOR [BIS]

 

2.- Este pan y este vino,

frutos de nuestra labor;

es la ofrenda que te hacemos

en respuesta a tu amor.

 

Toma nuestros pobres dones,

tan humildes como son;

bendecidos por tu mano,

multiplícalos, Señor.

 

04.- TE OFRECEMOS SEÑOR (Francisco Palazón)

TE OFRECEMOS, SEÑOR,

ESTE PAN Y ESTE VINO;

QUE EN TU CUERPO Y TU SANGRE

QUEDARÁN CONVERTIDOS.

 

1.- Con el vino y el pan,

te ofrecemos el fruto de nuestro trabajo;

la ilusión de vivir,

el placer y el dolor,

la alegría y el llanto.

 

2.- Juntamente, Señor,

te ofrecemos la vida que Tú nos has dado;

la esperanza, la fe y el amor,

que nos hace sentirnos hermanos.

 

05.- ACERQUEMONOS TODOS AL ALTAR (Francisco Palazón)

ACERQUÉMONOS TODOS AL ALTAR

QUE ES LA MESA FRATERNA DEL AMOR,

PUES SIEMPRE QUE COMEMOS DE ESTE PAN

RECORDAMOS LA PASCUA DEL SEÑOR.

 

1.- Los hebreos, en medio del desierto, comieron el maná,

nosotros, peregrinos de la vida, comemos este pan;

Los primeros cristianos ofrecieron su cuerpo como trigo;

nosotros, acosados por la muerte, bebemos este vino.

 

2.- Como Cristo hecho pan de cada día, se ofrece en el altar

nosotros entregados al hermano comemos de este pan;

Como el cuerpo de Cristo es uno solo por todos ofrecidos

nosotros olvidando divisiones bebemos este vino.

 

3.- Como ciegos en busca de la aurora, dolientes tras la paz

buscando tierra nueva y cielos nuevos, comamos este pan.

Acerquémonos todos los cansados, porque Él es nuestro alivio

y siempre que el desierto nos agobie, bebamos este vino.

 

06.- BENDITO SEAS SEÑOR (Francisco Palazón)

BENDITO SEAS, SEÑOR,

POR ESTE PAN Y ESTE VINO

QUE GENEROSO NOS DISTE

PARA CAMINAR CONTIGO,

Y SERÁN PARA NOSOTROS

ALIMENTO EN EL CAMINO.

 

1.- Te ofrecemos el trabajo,

las penas y la alegría,

el pan que nos alimenta

y el afán de cada día.

 

2.- Te ofrecemos nuestro barro

que oscurece nuestras vidas

y el vino que no empleamos

para curar las heridas.

 

07.- EUCARISTIA, MISTERIO DE AMOR (Alfonso Luna)

1.- Eucaristía, misterio de amor,

Eucaristía, comida del pan.

Hoy le comemos en esta mesa,

hoy nos unimos al comulgar.

 

CRISTO ESTA AQUÍ, VINO AL ALTAR

DIOS ES COMIDA QUE SE NOS DA. (BIS)

 

2.- Eucaristía es su regalo,

Eucaristía es su gran don:

en esta mesa lo celebramos

todos unidos en comunión.

 

3.- Tu vida, joven tiene sentido

cuando te acercas a comulgar;

en esta fiesta Cristo te invita:

Dios es comida, comparte tu pan.

 

4.- En esta mesa de los hermanos

Dios nos entrega todo su amor.

Jesús te invita a dar tu vida,

a abrir tus manos y el corazón.

 

08.- EL SEÑOR ME AMO (Alfonso Luna)

EL SEÑOR ME AMÓ POR SU GRAN BONDAD

EL SEÑOR ES BUENO PARA MÍ;

EL SEÑOR ME AMÓ POR SU GRAN BONDAD

EL SEÑOR ES BUENO PARA MÍ.

 

1.- Tú con tu voz cántale,

Él es tu Dios;

Él es bueno con nosotros.

2.- Es el Señor, ámale,

Él es tu Dios;

Él es grande con nosotros.

 

3.- Él es Jesús, ámale,

con tu corazón;

Él es joven con nosotros.

 

09.- FIESTA DEL BANQUETE (Carmelo Erdozain)

FIESTA DEL BANQUETE, MESA DEL SEÑOR,

PAN DE EUCARISTÍA, SANGRE DE REDENCIÓN.

 

1.- Este Pan que nos das por manjar

es el Pan de unidad y de fraternidad.

 

2.- Hacia Ti vamos hoy, a tu altar

Tú nos das la ilusión en nuestro caminar.

 

3.- Escuché su voz en mi caminar,

conocí al Señor en la fracción del Pan.

 

4.- Pan de vida eterna, Cuerpo del Señor

Cáliz de la Alianza, fuente de Salvación

 

10.- BANQUETE SAGRADO (Francisco Palazón)

Invitados al banquete del Señor,

compartimos nuestra vida y nuestro pan,

con su Sangre y con su Cuerpo

inundados de su amor,

nuestras manos se entrelazan para dar.

 

OH BANQUETE SAGRADO,

PAN DE VIDA ETERNA,

PAN DEL POBRE Y HAMBRIENTO,

QUE VA CAMINANDO SEDIENTO DE PAZ. (BIS)

 

Tu entrega amorosa en comunión,

es prodigio que renueva nuestro ser,

asumidos por tu gracia,

consumidos por tu luz,

fortaleces nuestros pasos al andar.

 

11.- EL PAN DE VIDA (Brotes de Olivo)

TU ERES, SEÑOR, EL PAN DE VIDA,

MI VIDA SIN TI NO SERÁ VIDA.

 

"El pan que yo os dará ha de ser mi propia carne".

Contigo vivirá cuando coma de tu pan.

Aquel que cree en ti tiene ya la vida eterna

si como de tu pan de tu vida gozara.

 

"Mi Padre es quien os da verdadero pan del cielo

y a la tierra bajo para el mundo alimentar".

 

Quien come de tu pan no padecerá más hambre.

Quien bebe de tu sangre ya no tendrá sed jamás.

 

12.- TE CONOCIMOS AL PARTIR EL PAN (Joaquín Madurga)

1.- Andando por el camino,

te tropezamos, Señor,

te hiciste el encontradizo,

nos diste conversación;

tenían tus palabras

fuerza de vida y amor,

ponían esperanza

y fuego en el corazón.

 

TE CONOCIMOS, SEÑOR

AL PARTIR EL PAN,

TÚ NOS CONOCES, SEÑOR

AL PARTIR EL PAN. (bis)

 

2.- Llegando a la encrucijada,

tú proseguías, Señor,

te dimos nuestra posada,

techo, comida y calor;

sentados como amigos

a compartir el cenar,

allí te conocimos

al repartirnos el pan.

 

3.- Andando por los caminos,

te tropezamos, Señor,

en todos los peregrinos

que necesitan amor,

esclavos y oprimidos

que buscan la libertad,

hambrientos, desvalidos,

a quienes damos el pan.

 

13.- DANOS DE TU PAN (Joaquín Madurga)

DANOS DE TU PAN, SEÑOR,

DANOS DE TU PAN (BIS)

QUE ES COMO EL AMOR, TU PAN,

ES COMO EL AMOR;

CUÁNTO MÁS SE DA, SEÑOR,

MÁS ABUNDARÁ (BIS)

 

1.- Siento pena de la gente

que va errante como oveja sin pastor,

tengo miedo desfallezcan

si no encuentran un apoyo en su aflicción.

 

2.- Cinco panes y dos peces

compartidos con amor con los demás,

son el signo del milagro

que en el mundo logra la fraternidad.

 

3.- Repartid con los hermanos,

repartid con los hambrientos vuestro pan,

y en la mesa de los hombres

para todos habrá pan hasta sobrar.

 

14.- YO SOY EL PAN DE VIDA (S. Toolan)

1.- Yo soy el Pan de Vida

el que viene a Mí no tendrá hambre,

el que cree en Mí no tendrá sed.

Nadie viene a Mí si mi Padre no lo atrae.

 

YO LO RESUCITARÉ, YO LO RESUCITARÉ,

O LO RESUCITARÉ, EN EL DÍA FINAL.

 

2.- El Pan que Yo daré

es mi Cuerpo, Vida para el mundo.

El que siempre coma de mi Carne,

vivirá en Mí como Yo vivo en mi Padre.

 

3.- Yo soy esa bebida

que se prueba y no se siente sed.

El que siempre beba de Mi Sangre

vivirá en Mí y tendrá la vida eterna.

 

4.- Sí mi Señor, yo creo,

que has venido al mundo a redimirnos.

Que Tú eres el Hijo de Dios,

y que estás aquí para darnos nueva vida.

 

15.- BENDITO, BENDITO (Popular)

1.- Bendito, bendito, bendito sea Dios,

los ángeles cantan y alaban a Dios,

los ángeles cantan y alaban a Dios.

 

2.- Yo creo, Dios mío, que estás en el altar,

oculto en la hostia te vengo a adorar,

oculto en la hostia te vengo a adorar.

 

3.- Espero, Jesús mío, que en tu suma bondad

Poder recibirte con fe y caridad

Poder recibirte con fe y caridad.

 

4.- Por el amor al hombre moriste en una cruz

Y al cáliz bajaste por nuestra salud

Y al cáliz bajaste por nuestra salud.

 

5.- Jesús, rey del cielo, que está en el altar

Su cuerpo, su sangre nos da sin cesar

Su cuerpo, su sangre nos da sin cesar.

 

6.- Entre sus ovejas está el Buen Pastor

En vela continua lo tiene el amor

En vela continua lo tiene el amor

 

16.- CANTEMOS AL AMOR DE LOS AMORES

Cantemos al amor de los amores.

Cantemos al Señor.

Dios está aquí:

venid, adoradores,

adoremos a Cristo Redentor.

 

¡GLORIA A CRISTO JESÚS!

¡CIELOS Y TIERRA,

BENDECID AL SEÑOR!

¡HONOR Y GLORIA A TI,

REY DE LA GLORIA!

¡AMOR POR SIEMPRE A TI,

DIOS DEL AMOR! (bis)

 

2.- Por nuestro amor oculta en el sagrario

su gloria y esplendor;

para nuestro bien

se queda en el santuario,

esperando al justo y pecador.

 

3.- ¡Oh, gran prodigio del amor divino!

¡Milagro sin igual!

¡Prenda de amistad,

banquete peregrino,

do se come al Cordero Celestial!

 

17.- MARIA, LA MADRE BUENA (Kairoi)

LAm                       REm

Tantas cosas en la vida nos ofrecen plenitud,

        SOL                                              DO            MI

y no son más que mentiras que desgastan la inquietud

                LAm                              REm

Tú has llenado mi existencia al quererme de verdad

            FA                                 MIm

yo quisiera Madre Buena amarte más.

 

 

        LAm                         REm

En silencio escuchabas la palabra de Jesús

        SOL                            DO                 MI

y la hacías pan de vida meditando en tu interior,

LAm                            REm

la semilla que ha caído ya germina y está en flor

            FA                                 MIm

con el corazón en fiesta cantaré.

 

 

DO      REm     FA   DO-SOL7  DO      REm  FA   DO-SOL7-DO

Ave María,   Ave María                 Ave María,    Ave María

                  LAm                       REm

desde que yo era muy niño has estado junto a mi

        SOL                              DO     MI

y guiado de tu mano aprendí a decir si

 

                  LAm                              REm

Al calor de la Palabra nunca se enfrió mi fe

            FA                                 MIm

en la noche más oscura fuiste luz

 

                  LAm                       REm

No me dejes Madre mía , ven conmigo a caminar

SOL                                    DO    MI

y quiero compartir mi vida y crear fraternidad

 

                  LAm                              REm

muchas cosas en nosotros son el fruto de tu amor

            FA                                 MIm

la plegaría más sencilla cantaré

 

DO      REm     FA   DO-SOL7

Ave María,   ave María

DO      REm  FA   DO-SOL7-DO

Ave María,    ave María