LA SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI
COMENTARIO
Corpus Christi, que en latín significa
‘cuerpo de Cristo’, es una fiesta de la Iglesia católica para celebrar la
presencia de Cristo en la eucaristía, que tuvo lugar el Jueves Santo, durante
la última cena, cuando Jesucristo convirtió el pan y el vino en su cuerpo y
sangre, e invitó a los apóstoles a comulgar con él. En este día en que
celebramos CORPUS CHRISTI, estamos llamados a entrar en un lugar donde el
pan y el vino dejan de serlo para convertirse en permanente presencia de Cristo
en la Eucaristía.
Insertarnos en Cristo comporta siempre
salir enriquecidos, no de bienes materiales sino llenos de su Espíritu en el
corazón y en el alma. Treinta minutos, escasos, no son suficientes ni dan
cuenta del valor que encierra la Eucaristía. Pero, toda una vida cristiana,
sería difícil de llevarla adelante sin el aprovisionamiento del pan único y
partido.
La celebración surgió durante la Edad
Media, cuando la religiosa Juliana de Cornillon comenzó a promover la idea de
celebrar una festividad que rindiera homenaje al Cuerpo y la Sangre de
Jesucristo presente en la eucaristía. Así, la primera celebración de Corpus
Christi tuvo lugar en 1246 en la ciudad de Lieja, en la actual Bélgica. También
se cuenta que, en 1263, mientras un sacerdote celebraba la misa en la iglesia
de la localidad de Bolsena, en Italia, ocurrió que, al pronunciar este las
palabras de consagración, de la hostia comenzó a brotar sangre. Este suceso,
conocido entre la comunidad católica como “el milagro de Bolsena”, fue
percibido como un evento santo, y acabó por afianzar la celebración del Corpus
Christi. En el año 1264 el Papa Urbano IV finalmente instituye la fiesta del
Corpus Christi en la bula Transiturus hoc mundo del 11 de agosto.
Es tan firme nuestra devoción hacia la
Eucaristía...que lo manifestamos públicamente, sin temor ni vergüenza, ante un
mundo que ensucia y empapela las paredes no precisamente con palabras de verdad
que llamen y empujen al amor verdadero. Es tan convencido nuestro aprecio por
la presencia del Señor en la Eucaristía...que necesitamos seguirle cuando, EL
por delante, sale al asfalto en medio de ciudades y pueblos, de hombres y
mujeres gritándonos: ¡DIOS ESTA AQUÍ!
Impresiona
tanto la “reserva” del AMOR de DIOS en el Sagrario... que sale en CUSTODIA para
que el mundo entienda que, sin Él, el ser humano, será un fracasado.
CORPUS... es el AMOR de DIOS a los hombres
y - en trampolín- amor y servicio, generosidad y justicia, perdón y
fraternidad... de los hombres con los propios hombres. Si el AMOR DE DIOS se
hace cuerpo, por nosotros, nosotros somos urgidos por imperativo de Jesús
Eucaristía a ser igualmente cuerpo visible de: justicia y del compartir, de
alegría y de tolerancia, de respeto y de fe de reconciliación y de esperanza,
de ilusión de coraje, de piedad y de compromiso continuado en pro de una
sociedad que no tiene más esquemas sino el poder para tener.
R.P.
Roland Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Sal 80, 17
El Señor los alimentó con flor de harina y los
sació con miel silvestre.
ORACION COLECTA
Oh, Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de
tu pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios
de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el
fruto de tu redención. Tú, que vives y reinas con el Padre.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Génesis 14, 18-20
En aquellos días, Melquisedec, rey de Salén,
sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino, y le bendijo diciendo: «Bendito
sea Abrán por el Dios altísimo, creador de cielo y tierra; bendito sea el Dios
altísimo, que te ha entregado tus enemigos». Y Abrán le dio el diezmo de todo.
SALMO RESPONSORIAL
(Sal 109)
Tú eres sacerdote
eterno, según el rito de Melquisedec.
Oráculo del Señor a mi
Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies». R.
Desde Sion extenderá el
Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos. R.
«Eres príncipe desde el
día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, desde
el seno, antes de la aurora». R.
El Señor lo ha jurado y no
se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec». R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera
carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11, 23-26
Hermanos:
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez les he
transmitido: que el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan
y, pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que
se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía». Lo mismo hizo con el cáliz,
después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; hagan
esto cada vez que lo beban, en memoria mía». Por eso, cada vez que comen de
este pan y beben del cáliz, proclaman la muerte del Señor, hasta que vuelva.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Jn 6, 51
Aleluya. Yo soy el pan vivo que ha
bajado del cielo —dice el Señor—; el que coma de este pan vivirá para siempre. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo
Evangelio según san Lucas 9, 11b-17
En aquel tiempo, Jesús hablaba a la gente del Reino y sanaba a los que tenían necesidad de curación. El día comenzaba a declinar. Entonces, acercándose los Doce, le dijeron: «Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado». Él les contestó: «Denles ustedes de comer». Ellos replicaron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para toda esta gente». Porque eran unos cinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos: «Hagan que se sienten en grupos de unos cincuenta cada uno». Lo hicieron así y dispusieron que se sentaran todos. Entonces, tomando Él los cinco panes y los dos peces y alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los iba dando a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron lo que les había sobrado: doce cestos de trozos.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Oremos a Dios
Padre, que en la Eucaristía da el alimento a todo viviente.
1.- Por la Santa Iglesia,
Cuerpo místico de Cristo que se alimenta de la Eucaristía, para que, comiendo
del mismo pan, fomente la verdadera unidad entre todos los hijos de Dios. Roguemos
al Señor.
2.- Por las instituciones
civiles y religiosas que tienen por objetivo ayudar a los más necesitados, para
que encuentren en el misterio Eucarístico un ejemplo de amor sin reservas y
caridad sincera. Roguemos al Señor.
3.- Por los que sufren, ya
sea por la escasez del pan material o por la dificultad de no poder recibir la
comunión Eucarística, para que el Señor alimente sus necesidades materiales y
espirituales. Roguemos al Señor.
4.- Por todos nosotros,
quienes participamos del banquete de salvación que el buen Dios ofrece a sus
hijos, para que, cuidando de nuestra vida de gracia, nos acerquemos con piedad
y devoción a la Mesa del Señor. Roguemos
al Señor.
Escucha, Señor, la
oración de tu Iglesia, que observando el mandato de tu Hijo celebra el memorial
de su obra, hasta que vuelva. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, concede propicio
a tu Iglesia los dones de la paz y de la unidad, místicamente representados en
los dones que hemos ofrecido. Por Jesucristo, nuestro Señor
ANTIFONA DE COMUNION Jn
6, 57
El
que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él, dice el Señor.
ORACION
DESPUES DE LA COMUNION
Concédenos, Señor, saciarnos del gozo eterno de tu
divinidad, anticipado en la recepción actual de tu precioso Cuerpo y Sangre.
Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
PALABRA
DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 23: Gn 12, 1-9; Sal 32, 12-13. 18-19
Martes
24: Is 49, 1-6; Sal 138; Hch 13, 22-26; Lc 1, 57-66.80
Miércoles
25: Gn 15, 1-12. 17-18; Sal 104, 1-2.3-4. 6-7. 8-9; Mt
7, 15-20
Jueves
26: Gn 16, 1-12.m 15-16; Sal 105, 1-2. 4b-5; Mt 7,
21-29
Viernes 27: Ex 34, 11-16; Sal 22; Rm 5, 5b-11; Lc 15, 3-7
Sábado
28: Is 61, 9-11; Sal 15, 2, 1.4-5.6-7.8abcd; Lc 2,
41-51
Domingo
29: Hch 12, 1-11; Sal 33; 2Tm 4, 6-8.17-18; Mt 16,
13-19.
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Lc 9, 11b-17
Paralelos:
Mt 14, 13-21 - Mc 6, 34-44 - Jn 6, 1-13
1.- Texto.
Retomamos el evangelio de Lucas, que a partir
de hoy va a servirnos de hilo conductor. El texto está precedido y seguido por
una misma pregunta: ¿quién es Jesús? Entre lo que unos y otros opinan, el autor
intercala su propia opinión por medio de un relato en el que nos muestra a
Jesús en acción.
Esta acción está hecha de acogida y
preocupación por la gente. A la gente que le busca, Jesús les da cuanto él
posee: su enseñanza y su poder curativo. Con posterioridad, Jesús no se
desentiende de esa gente abandonándola a su propio destino, a pesar de que la
lógica de la situación y del cálculo aconsejaría hacerlo. Lo imprevisible, el
milagro, es el resultado de un comportamiento de estas características.
El relato lo conocemos también por los otros
tres evangelistas. Pero en ninguno de ellos tiene el matiz pedagógico que tiene
en Lucas. Fiel a su preocupación de profundizar en la instrucción cristiana,
Lucas nos presenta a Jesús como modelo de comportamiento a imitar por el
cristiano. Un modelo volcado siempre hacia los demás, preocupado e interesado
por ellos, mirando antes por ellos que por sí mismo.
Comentario.
De la pluma de Lucas el Corpus de este año
tiene un lema muy claro: Los demás como objetivo.
EU/A-H: Los demás como objetivo a descubrir, no a
conquistar. Sensibilidad para el problema que el otro tiene. Delicadeza para
saberse poner en el lugar del otro.
Los demás, más allá del círculo familiar.
Estos en realidad forman parte de uno mismo. Los íntimos son la fuerza que tú
tienes para dar acogida a los demás.
Los demás en concreto, con un rostro, con
nombre y apellidos, con la fuerza de la proximidad geográfica.
Los demás como objetivo más allá del cálculo
o del riesgo programado, más allá de los egoísmos que atenazan y limitan.
A partir de un comportamiento así es como
puede acontecer el milagro de lo inesperado, de lo impensable incluso. Sólo si
no se hace nada por los demás, es como nunca puede suceder nada que valga la
pena.
ALBERTO BENITO - DABAR 1989, 29
2.- Los hechos históricos, en sí mismos, son
realidades mudas. Hablan cuando alguien los interpreta. ¿Cuál es la
interpretación de Lucas del hecho histórico de la multiplicación de los panes?
El relato está configurado como un diálogo entre Jesús y los doce. Son éstos
quienes lo inician con una respuesta razonable (v. 12). Jesús les propone otra
(v. 13a). Los doce la consideran inviable, pero estarían dispuestos a poner los
medios para hacerla viable (v. 13b). El diálogo se desarrolla, pues, en términos
de propuestas y contrapropuestas normales; no hay nada que haga pensar en una
intervención milagrosa, ni siquiera cuando Jesús pide a sus discípulos que
hagan sentar a la gente (v. 14b).
Sólo el v. 16 rompe el desarrollo normal,
introduciendo la intervención milagrosa de Jesús. Literariamente hablando, se
trata de una intervención inesperada. Esto quiere decir que Lucas no está
interesado en resaltar lo extraordinario de la escena, aunque indudablemente lo
presupone.
ENTREGA/CSO Una vez más, Lucas ha elaborado el
relato en perspectiva catequética. Catequesis a los doce (=los guías) sobre
cómo tienen que actuar en la comunidad cristiana. Esta actuación no debe ser el
desentendimiento (¡que se las arreglen como puedan!, cfr. v. 12), por muy
comprensible y razonable que pueda éste parecer. Su actuación debe ser la
entrega, la disponibilidad, la búsqueda de soluciones, por muy costosas que
éstas sean. Es entonces cuando se produce el milagro. El milagro de una
comunidad donde no hay necesidades, donde todo fluye a raudales y que incluso
sobra.
En realidad, la óptica de Lucas en este
relato (a diferencia de los otros evangelistas) no es la eucaristía. Y, sin
embargo, su relato puede leerse en un día significativamente eucarístico. La
Eucaristía, como Jesús la entendió, es la gran señal de una comunidad en torno
a una misma mesa, donde a nadie le falta nada y donde todo es alegría de vivir.
DABAR 1977, 37
3.- El contexto vital del relato originario
es una comunidad que espera la ayuda y la salvación de Jesús en el que ve la
plena realización escatológica. Se trata del mundo teológico palestinense que
esperaba la salvación definitiva con el retorno de Jesús. Hay que recordar las
más antiguas celebraciones litúrgicas fuertemente impregnadas de la espera
escatológica. El relato de hoy se apoya en la espera cristológica y
escatológica. Antes han preguntado... quién es éste...? (9,9), hay después la
confesión de Pedro (9, 20). La multiplicación de los panes prepara la
manifestación cristológica de 9, 28-36.
En el texto, Jesús se presenta como
"redentor" que anuncia el reino y cura a los enfermos. Acoge al
pueblo con su palabra y con sus obras. El gesto de dar de comer a la gente le
presenta como "redentor" que está siempre con los suyos.
El pueblo se confía a Jesús, pero los
discípulos no tienen la misma confianza. A través del servicio de los
apóstoles, el pueblo se reúne en comunidad del reino de Dios. Con todo este
relato no presenta sólo al Jesús histórico, sino la experiencia de fe de la
comunidad primitiva que en la eucaristía ha encontrado al Señor.
El es quien da y se da. Los discípulos
distribuyen en su nombre.
Así cumplen el mandato de Jesús: dadles
vosotros de comer. Jesús va más allá de toda espera humana. No da palabras sino
que se da a sí mismo, quiere encontrar al hombre en sus necesidades concretas,
quiere saciar el hambre de las profundas exigencias humanas. El es el pan
"partido" y "compartido" que debe continuar en la vida de
los discípulos.
P. FRANQUESA - MISA DOMINICAL 1986, 11
4.- EU/ALIENACION
Si la exégesis de los relatos de la
multiplicación de los panes es exacta, plantea un problema grave a la
conciencia del cristiano que lleva en su corazón la preocupación por sus
hermanos hambrientos. Las comunidades primitivas dan, en efecto, la impresión de
haber suavizado el gesto concreto de Cristo saciando el hambre de una multitud
hambrienta, en un proceso de idealización y de espiritualización bastante
grave. Al orientar la óptica del relato hacia el simbolismo eucarístico (v. 16;
cf. Jn 6), la experiencia escatológica o la significación misionera (tema de la
recogida de los restos para darlos a los ausentes), etc., los primeros
cristianos dan a algunos la impresión de que se evadían de las exigencias del
hambre para refugiarse en un reino que no es de este mundo, en el que se recibe
un pan que no está sumergido en las contingencias de aquí abajo, donde no será
necesario preocuparse del alimento cotidiano.
Esta concepción es evidentemente falsa y
distorsiona gravemente el pensamiento de Jesús. Por otra parte, éste no ha
instituido una Iglesia cuya misión estaría reducida a saciar los cuerpos. Si
los primeros cristianos dieron al relato una interpretación eucarística, esto
se debe a que la saciedad de los cuerpos está estrechamente ligada a la
saciedad de los corazones. En efecto, el pan eucarístico sólo sacia el corazón
del hombre animándole a amar mejor a sus hermanos y a procurarles el pan que no
tienen.
El pan eucarístico no enriquece: empobrece,
puesto que sólo puede ser comido por aquellos que se abren a la voluntad del
Padre. Y nos permite unirnos a los pobres en su lucha contra el hambre y sus
causas precisamente porque nos hace pobres espiritualmente.
De este modo, la participación en el pan
eucarístico de nosotros, ricos, debe hacernos cada vez más desprovistos,
arrancarnos a los bienes perecederos y a su esclavitud. La liturgia del pan de
la vida eterna es una llamada incesante a una mayor pobreza.
MAERTENS-FRISQUE - NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA
CRISTIANA IV - MAROVA MADRID 1969.Pág. 319 ss.
5.- Comentario. Nos hallamos ante un relato.
La ocasión está propiciada por el gentío que se ha reunido en torno a Jesús.
Dada la hora, los doce aconsejan a Jesús que despida al gentío para que éste
pueda proveer a sus necesidades de alojamiento y comida. Ya tenemos, pues, al
primer personaje del relato: los doce.
Representan la razón, la lógica. Entra en
escena el segundo personaje: Jesús. Proveed vosotros. Representa la sinrazón,
la ilógica. Dos personajes, pues, representando dos papeles, dos posturas
contrapuestas. El resto del relato lo conocemos,. Cada personaje representa su
papel parcamente, escuetamente. El autor del relato no nos distrae con
curiosidades sino que va derecho al resultado: todos comieron y aún sobró,
tantos cestos cuantos personajes razonables: doce.
Desde el comienzo de su obra, el autor del
tercer evangelio viene insistiendo en lo siguiente: fíate de Dios y acontecerá
lo que parecía absurdo e imposible. Ha propuesto dos modelos: María (cfr.
/Lc/01/38) y Pedro (/Lc/05/05). Ahora vuelve a insistir en lo mismo, poniendo
como modelo al propio Jesús. Fíate de Dios y acontecerá lo que te parecía
imposible. Esta es la razón de ser de este relato. Fíate de Dios.
DABAR 1983, 32
6.- El gesto de la multiplicación de los
panes constituye uno de los signos reveladores más importantes de todo el
evangelio. Como es habitual en Lucas, la figura de Jesús comienza a
manifestarse también aquí a partir de la doble perspectiva de las palabras y
los hechos: abre ante los hombres el camino del reino que ofrece la salud o
vida nueva (9, 11). Sobre ese fondo, ligeramente precisado, viene a revelarse
el signo de los panes.
La esperanza en el banquete constituía uno de
los grandes elementos de la apocalíptica tradicional. El apocalipsis de Isaías
precisaba: "Y preparará Yahveh Sebaot para todos los pueblos un festín de
suculentos manjares, un festín de vinos generosos" aluden a la felicidad
del que recibe el pan del reino (Lc 14, 15) o cuando afirman que Jesús anhela
ansiosamente la comida del reino que se acerca (Lc 22,16).
Sobre este fondo se precisa todo el contenido
del signo de los panes. Los que siguen a Jesús han tenido que prescindir de las
seguridades que el mundo les ofrece: entra la noche y están solos; sienten
hambre y no disponen de comida, pues se encuentran lejos del poblado (9, 12).
Pues bien, en medio del desierto, a la llegada de la noche, Dios repite los
antiguos prodigios de la historia de su pueblo; aunque los hombres piensen
estar solos y perdidos, Jesús se encuentra en medio de ellos repartiendo su
misterio a manos llenas: enseña, cura, ofrece el alimento.
Es difícil encontrar una imagen más valiosa
del sentido y de la obra de Jesús. Los que le siguen tienen que arriesgarse,
dejando atrás el mundo antiguo, su seguridad y su comida. Pero, una vez que ya
lo han hecho no necesitan decir nada: Jesús sabe su necesidad y les ayuda.
No interesa demasiado la manera concreta en
que el signo se realizó. Lo que importa es que Jesús dio de comer
abundantemente al pueblo. Lo que importa es que su gesto vino a suscitar entre
los suyos el entusiasmo mesiánico de forma que los hombres descubrieron que el
banquete del reino ya ha empezado a realizarse. Parece como si de pronto se
hubieran rasgado los antiguos niveles de las cosas; da la impresión de que el
mundo de los pobres y perdidos de la tierra se termina y surge la verdad
definitiva de la vida.
A manera de conclusión, quisiéramos señalar
con brevedad los elementos más valiosos del signo de los panes:
a) en primer lugar, el gesto constituye una
revelación escatológica; por medio de Jesús, Dios se está mostrando como aquél
que ofrece el alimento de la vida al pueblo.
b) En el gesto se desvela el poder de los
apóstoles; por sí mismos son incapaces de ofrecer comida al pueblo (9, 13);
sólo cuando reciben el pan que les regala el Cristo pueden alimentar
verdaderamente al pueblo.
c) Dentro de una vivencia eclesial el milagro
se ha convertido en anticipo y señal de la eucaristía; el mismo comportamiento
de Jesús que pronuncia la bendición, parte el pan y lo ofrece a los hombres nos
dirige en esta dirección; por eso, aquel comer juntos en la tensión de la
esperanza escatológica, se ha venido a convertir en el signo fundamental de la
iglesia.
d) Todo esto nos lleva finalmente hacia otro
plano: la comida fraternal y abundante donde los dones del reino se ofrecen a
todos los salvados debe anticiparse en la comida de la tierra. Eso significa
que los bienes de este mundo son los medios, los manjares de un banquete en el
que todos se encuentran invitados; por eso, en una sociedad donde la injusticia
separa brutalmente a los unos de los otros es muy difícil recordar el gesto de
la multiplicación de los panes y celebrar de verdad la eucaristía. Jesús ha
invitado a todos con unos mismos panes (en la multiplicación y en la eucaristía);
los bienes del banquete del reino son comunes. Pues bien, una sociedad donde
los hombres se roban mutuamente la comida (se oprimen mutuamente), está
indicando que no sigue a Jesús ni desea tender hacia el banquete de su reino.
COMENTARIOS A LA BIBLIA LITURGICA NT - EDIC
MAROVA/MADRID 1976.Pág. 1303 s.
7.- ¿Entiendes lo que ésto significa?
Fuente: Catholic.net
Autor: P . Sergio A. Córdova
Hay, en Tierra Santa, un pueblecito llamado
Tabga. Está situado junto a la ribera del lago Tiberíades, en el corazón de la
Galilea. Y se halla a los pies del monte de las Bienaventuranzas. La Galilea es
una región de una gran belleza natural, con sus verdes colinas, el lago de azul
intenso y una fértil vegetación. Este rincón, que es como la puerta de entrada
a Cafarnaúm, goza todo el año de un entorno exuberante. Es, precisamente en
esta aldea, donde la tradición ubica el hecho histórico de la multiplicación de
los panes realizada por Jesús.
Ya desde el siglo IV los cristianos
construyeron aquí una iglesia y un santuario, y aun hoy en día se pueden
contemplar diversos elementos de esa primera basílica y varios mosaicos que
representan la multiplicación de los panes y de los peces.
Pero hay en la Escritura un dato interesante.
Además de los relatos de la Pasión, éste es el único milagro que nos refieren
unánimemente los cuatro evangelistas, y esto nos habla de la gran importancia
que atribuyeron desde el inicio a este hecho. Más aún, Mateo y Marcos nos
hablan incluso de dos multiplicaciones de los panes. Y los cuatro se esmeran en
relatarnos los gestos empleados por Jesús en aquella ocasión: “Tomando los
cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición
sobre ellos –dio gracias, nos dice san Juan—, los partió y se los dio a los
discípulos para que se los repartieran a la gente”.
Seguramente, los apóstoles descubrieron en
estos gestos un acto simbólico y litúrgico de profunda significación teológica.
Esto no lo adviertieron, por supuesto, en esos momentos, sino a la luz de la
Última Cena y de la experiencia post-pascual, cuando el Señor resucitado,
apareciéndose a sus discípulos, vuelve a repetir esos gestos como memorial de
su Pasión, de su muerte y resurrección. Y, por tanto, también como el
sacramento supremo de nuestra redención y de la vida de la Iglesia.
Año tras año, el Papa Juan Pablo II escribe
una carta pastoral dirigida a todos los sacerdotes del mundo con ocasión del
Jueves Santo, día del sacerdocio y de la Eucaristía por antonomasia. El año
pasado la hizo extensiva a toda la Iglesia, convirtiéndola en una carta
encíclica para todo el orbe católico: “Ecclesia de Eucharistia”. Yo invitaría a
todos los que vean este artículo de hoy a leer y a meditar en el contenido
espiritual tan rico y profundo de este documento brotado del corazón mismo de
Juan Pablo II.
“La Iglesia vive de la Eucaristía”. Así
inicia el Papa su meditación. “Esta verdad no expresa solamente una experiencia
cotidiana de fe, sino que encierra en síntesis el núcleo del misterio de la
Iglesia”. Y a continuación tratará de hacernos comprender, valorar y vivir esta
afirmación inicial.
En efecto, la Eucaristía es el sacramento por
excelencia de la Iglesia –y, por tanto, de cada uno de los bautizados— porque
brotó del amor redentor de Jesucristo, la instituyó como sacramento y memorial
de su Alianza con los hombres; alianza que es una auténtica redención,
liberación de los pecados de cada uno de nosotros para darnos vida eterna, y
que llevó a cabo con su santa Pasión y muerte en el Calvario. La sangre y el
agua que brotaron del costado traspasado de Cristo sobre la cruz nos hablan de
este mismo misterio.
El Sacrificio eucarístico es –recuerda el Papa, tomando las palabras del
Vaticano II— “fuente y culmen de toda la vida cristiana”. Cristo en persona es
nuestra Pascua, convertido en Pan de Vida, que da la vida eterna a los hombres
por medio del Espíritu Santo.
Juan Pablo II nos confiesa que, durante el Gran Jubileo del año 2000, tuvo la
grandísima dicha de poder celebrar la Eucaristía en el Cenáculo de Jerusalén,
en el mismísimo lugar donde la tradición nos dice que fue realizada por
Jesucristo mismo la primera vez en la historia. Y varias veces ha traído el
Papa a la memoria este momento de gracia tan singular. El Papa sí valora
profundamente lo que es la Eucaristía. En el Cenáculo –nos recuerda el Santo
Padre— “Cristo tomó en sus manos el pan, lo partió y lo dio a sus discípulos
diciendo: Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será
entregado por vosotros” (Eccl. de Euch., nn. 1-2).
Estos gestos y palabras consacratorias son
las mismas que empleó Jesús durante su vida pública, en el milagro de la
multiplicación de los panes. Si Cristo tiene un poder absoluto sobre el pan y
su naturaleza, entonces también podía convertir el pan en su propio Cuerpo, y
el vino en su Sangre.
Y decimos que la Eucaristía es el “memorial”
de nuestra redención porque –con palabras del mismo Santo Padre— “en ella está
inscrito de forma indeleble el acontecimiento de la pasión y muerte del Señor.
No sólo lo evoca, sino que lo hace sacramentalmente presente. Es el sacrificio
de la Cruz que se perpetúa por los siglos”. Esto, precisamente, significa la
palabra “memorial”. No es un simple recuerdo histórico, sino un recuerdo que se
actualiza, se repite y se hace realmente presente en el momento mismo de su
celebración.
Por eso –continúa el Papa— la Eucaristía es
“el don por excelencia, porque es el don de sí mismo (de Jesucristo), de su
persona en su santa humanidad y, además, de su obra de salvación.
Ésta no queda relegada al pasado, pues todo lo que Cristo es y todo lo que hizo
y padeció por los hombres participa de la eternidad divina y domina así todos
los tiempos… Cuando la Iglesia celebra la Eucaristía, memorial de la muerte y
resurrección de su Señor, se hace realmente presente este acontecimiento
central de salvación y se realiza la obra de nuestra redención” (Eccl. de
Euch., n. 11).
Ojalá, pues, que en esta fiesta del Corpus
Christi, que estamos celebrando hoy, todos valoremos un poco más la grandeza y
sublimidad de este augusto sacramento que nos ha dejado nuestro Señor
Jesucristo, la Eucaristía, el maravilloso don de su Cuerpo y de su Sangre
preciosa para nuestra redención: “Éste es mi Cuerpo. Ésta es mi Sangre, sangre
de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los
hombres, para el perdón de los pecados. Haced esto en memoria mía”.
Que a partir de hoy vivamos con una fe mucho
más profunda e intensa, y con mayor conciencia, amor y veneración cada
Eucaristía, cada Santa Misa: ¡Gracias mil, Señor, por este maravilloso regalo
de tu amor hacia mí!
PROPUESTA DE CANTOS EL SANTISIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO 2025 CICLO C – (22 JUNIO 2025)
01.- REUNIDOS
EN NOMBRE DEL AMOR (Francisco Palazón)
REUNIDOS
EN EL NOMBRE DEL SEÑOR,
QUE
NOS HA CONGREGADO ANTE SU ALTAR,
CELEBREMOS
EL MISTERIO DE LA FE
BAJO
EL SIGNO DEL AMOR Y LA UNIDAD [BIS]
1.-
Tú, Señor, das sentido a nuestra vida,
tu
presencia nos ayuda a caminar,
tu
palabra es fuente de agua viva
que
nosotros, sedientos, a tu mesa venimos a buscar.
2.-
Purifica con tu gracia nuestras manos,
ilumina
nuestra mente con tu luz,
que
la fe se fortalezca en tu palabra,
y
tu cuerpo, tomado en alimento, nos traiga la salud.
02.- ALREDEDOR
DE TU MESA (Francisco Palazón)
ALREDEDOR
DE TU MESA VENIMOS A RECORDAR (BIS)
QUE
TU PALABRA ES CAMINO, TU CUERPO FRATERNIDAD,
QUE
TU PALABRA ES CAMINO, TU CUERPO FRATERNIDAD.
1.-
Hemos venido a tu mesa
a
renovar el misterio de tu amor,
con
nuestras manos manchadas
arrepentidos
buscamos tu perdón.
2.-
Juntos y a veces sin vernos,
celebramos
tu presencia sin sentir
que
se interrumpe el camino
si
no vamos como hermanos hacia Ti.
03.- PRESENTAMOS
NUESTROS DONES (Mariano Fuertes)
1.-
Presentamos nuestros dones,
este
vino y este pan;
frutos
que nos dan los campos,
frutos
son de tu bondad.
Presentamos
las ofrendas,
de
nuestra comunidad;
destinadas
a los pobres,
a
la Iglesia y al altar.
TOMA
ESTE PAN, HAZLO TU PAN,
TOMA
ESTE VINO, HAZLO TU VINO;
TRANSFÓRMALOS,
EN
TUS MANOS, SEÑOR [BIS]
2.-
Este pan y este vino,
frutos
de nuestra labor;
es
la ofrenda que te hacemos
en
respuesta a tu amor.
Toma
nuestros pobres dones,
tan
humildes como son;
bendecidos
por tu mano,
multiplícalos,
Señor.
04.- TE
OFRECEMOS SEÑOR (Francisco Palazón)
TE
OFRECEMOS, SEÑOR,
ESTE
PAN Y ESTE VINO;
QUE
EN TU CUERPO Y TU SANGRE
QUEDARÁN
CONVERTIDOS.
1.-
Con el vino y el pan,
te
ofrecemos el fruto de nuestro trabajo;
la
ilusión de vivir,
el
placer y el dolor,
la
alegría y el llanto.
2.-
Juntamente, Señor,
te
ofrecemos la vida que Tú nos has dado;
la
esperanza, la fe y el amor,
que
nos hace sentirnos hermanos.
05.- ACERQUEMONOS
TODOS AL ALTAR (Francisco Palazón)
ACERQUÉMONOS
TODOS AL ALTAR
QUE
ES LA MESA FRATERNA DEL AMOR,
PUES
SIEMPRE QUE COMEMOS DE ESTE PAN
RECORDAMOS
LA PASCUA DEL SEÑOR.
1.-
Los hebreos, en medio del desierto, comieron el maná,
nosotros,
peregrinos de la vida, comemos este pan;
Los
primeros cristianos ofrecieron su cuerpo como trigo;
nosotros,
acosados por la muerte, bebemos este vino.
2.-
Como Cristo hecho pan de cada día, se ofrece en el altar
nosotros
entregados al hermano comemos de este pan;
Como
el cuerpo de Cristo es uno solo por todos ofrecidos
nosotros
olvidando divisiones bebemos este vino.
3.-
Como ciegos en busca de la aurora, dolientes tras la paz
buscando
tierra nueva y cielos nuevos, comamos este pan.
Acerquémonos
todos los cansados, porque Él es nuestro alivio
y
siempre que el desierto nos agobie, bebamos este vino.
06.- BENDITO
SEAS SEÑOR (Francisco Palazón)
BENDITO
SEAS, SEÑOR,
POR
ESTE PAN Y ESTE VINO
QUE
GENEROSO NOS DISTE
PARA
CAMINAR CONTIGO,
Y
SERÁN PARA NOSOTROS
ALIMENTO
EN EL CAMINO.
1.-
Te ofrecemos el trabajo,
las
penas y la alegría,
el
pan que nos alimenta
y
el afán de cada día.
2.-
Te ofrecemos nuestro barro
que
oscurece nuestras vidas
y
el vino que no empleamos
para
curar las heridas.
07.- EUCARISTIA,
MISTERIO DE AMOR (Alfonso Luna)
1.-
Eucaristía, misterio de amor,
Eucaristía,
comida del pan.
Hoy
le comemos en esta mesa,
hoy
nos unimos al comulgar.
CRISTO
ESTA AQUÍ, VINO AL ALTAR
DIOS
ES COMIDA QUE SE NOS DA. (BIS)
2.-
Eucaristía es su regalo,
Eucaristía
es su gran don:
en
esta mesa lo celebramos
todos
unidos en comunión.
3.-
Tu vida, joven tiene sentido
cuando
te acercas a comulgar;
en
esta fiesta Cristo te invita:
Dios
es comida, comparte tu pan.
4.-
En esta mesa de los hermanos
Dios
nos entrega todo su amor.
Jesús
te invita a dar tu vida,
a
abrir tus manos y el corazón.
08.- EL SEÑOR
ME AMO (Alfonso Luna)
EL
SEÑOR ME AMÓ POR SU GRAN BONDAD
EL
SEÑOR ES BUENO PARA MÍ;
EL
SEÑOR ME AMÓ POR SU GRAN BONDAD
EL
SEÑOR ES BUENO PARA MÍ.
1.-
Tú con tu voz cántale,
Él
es tu Dios;
Él
es bueno con nosotros.
2.-
Es el Señor, ámale,
Él
es tu Dios;
Él
es grande con nosotros.
3.-
Él es Jesús, ámale,
con
tu corazón;
Él
es joven con nosotros.
09.- FIESTA
DEL BANQUETE (Carmelo Erdozain)
FIESTA
DEL BANQUETE, MESA DEL SEÑOR,
PAN
DE EUCARISTÍA, SANGRE DE REDENCIÓN.
1.-
Este Pan que nos das por manjar
es
el Pan de unidad y de fraternidad.
2.-
Hacia Ti vamos hoy, a tu altar
Tú
nos das la ilusión en nuestro caminar.
3.-
Escuché su voz en mi caminar,
conocí
al Señor en la fracción del Pan.
4.-
Pan de vida eterna, Cuerpo del Señor
Cáliz
de la Alianza, fuente de Salvación
10.- BANQUETE
SAGRADO (Francisco Palazón)
Invitados
al banquete del Señor,
compartimos
nuestra vida y nuestro pan,
con
su Sangre y con su Cuerpo
inundados
de su amor,
nuestras
manos se entrelazan para dar.
OH
BANQUETE SAGRADO,
PAN
DE VIDA ETERNA,
PAN
DEL POBRE Y HAMBRIENTO,
QUE
VA CAMINANDO SEDIENTO DE PAZ. (BIS)
Tu
entrega amorosa en comunión,
es
prodigio que renueva nuestro ser,
asumidos
por tu gracia,
consumidos
por tu luz,
fortaleces
nuestros pasos al andar.
11.- EL PAN
DE VIDA (Brotes de Olivo)
TU
ERES, SEÑOR, EL PAN DE VIDA,
MI
VIDA SIN TI NO SERÁ VIDA.
"El
pan que yo os dará ha de ser mi propia carne".
Contigo
vivirá cuando coma de tu pan.
Aquel
que cree en ti tiene ya la vida eterna
si
como de tu pan de tu vida gozara.
"Mi
Padre es quien os da verdadero pan del cielo
y
a la tierra bajo para el mundo alimentar".
Quien
come de tu pan no padecerá más hambre.
Quien
bebe de tu sangre ya no tendrá sed jamás.
12.- TE
CONOCIMOS AL PARTIR EL PAN (Joaquín Madurga)
1.-
Andando por el camino,
te
tropezamos, Señor,
te
hiciste el encontradizo,
nos
diste conversación;
tenían
tus palabras
fuerza
de vida y amor,
ponían
esperanza
y
fuego en el corazón.
TE
CONOCIMOS, SEÑOR
AL
PARTIR EL PAN,
TÚ
NOS CONOCES, SEÑOR
AL
PARTIR EL PAN. (bis)
2.-
Llegando a la encrucijada,
tú
proseguías, Señor,
te
dimos nuestra posada,
techo,
comida y calor;
sentados
como amigos
a
compartir el cenar,
allí
te conocimos
al
repartirnos el pan.
3.-
Andando por los caminos,
te
tropezamos, Señor,
en
todos los peregrinos
que
necesitan amor,
esclavos
y oprimidos
que
buscan la libertad,
hambrientos,
desvalidos,
a
quienes damos el pan.
13.- DANOS DE
TU PAN (Joaquín Madurga)
DANOS
DE TU PAN, SEÑOR,
DANOS
DE TU PAN (BIS)
QUE
ES COMO EL AMOR, TU PAN,
ES
COMO EL AMOR;
CUÁNTO
MÁS SE DA, SEÑOR,
MÁS
ABUNDARÁ (BIS)
1.-
Siento pena de la gente
que
va errante como oveja sin pastor,
tengo
miedo desfallezcan
si
no encuentran un apoyo en su aflicción.
2.-
Cinco panes y dos peces
compartidos
con amor con los demás,
son
el signo del milagro
que
en el mundo logra la fraternidad.
3.-
Repartid con los hermanos,
repartid
con los hambrientos vuestro pan,
y
en la mesa de los hombres
para
todos habrá pan hasta sobrar.
14.- YO SOY
EL PAN DE VIDA (S. Toolan)
1.-
Yo soy el Pan de Vida
el
que viene a Mí no tendrá hambre,
el
que cree en Mí no tendrá sed.
Nadie
viene a Mí si mi Padre no lo atrae.
YO
LO RESUCITARÉ, YO LO RESUCITARÉ,
O
LO RESUCITARÉ, EN EL DÍA FINAL.
2.-
El Pan que Yo daré
es
mi Cuerpo, Vida para el mundo.
El
que siempre coma de mi Carne,
vivirá
en Mí como Yo vivo en mi Padre.
3.-
Yo soy esa bebida
que
se prueba y no se siente sed.
El
que siempre beba de Mi Sangre
vivirá
en Mí y tendrá la vida eterna.
4.-
Sí mi Señor, yo creo,
que
has venido al mundo a redimirnos.
Que
Tú eres el Hijo de Dios,
y
que estás aquí para darnos nueva vida.
15.- BENDITO,
BENDITO (Popular)
1.-
Bendito, bendito, bendito sea Dios,
los
ángeles cantan y alaban a Dios,
los
ángeles cantan y alaban a Dios.
2.-
Yo creo, Dios mío, que estás en el altar,
oculto
en la hostia te vengo a adorar,
oculto
en la hostia te vengo a adorar.
3.-
Espero, Jesús mío, que en tu suma bondad
Poder
recibirte con fe y caridad
Poder
recibirte con fe y caridad.
4.-
Por el amor al hombre moriste en una cruz
Y
al cáliz bajaste por nuestra salud
Y
al cáliz bajaste por nuestra salud.
5.-
Jesús, rey del cielo, que está en el altar
Su
cuerpo, su sangre nos da sin cesar
Su
cuerpo, su sangre nos da sin cesar.
6.-
Entre sus ovejas está el Buen Pastor
En
vela continua lo tiene el amor
En
vela continua lo tiene el amor
16.- CANTEMOS
AL AMOR DE LOS AMORES
Cantemos
al amor de los amores.
Cantemos
al Señor.
Dios
está aquí:
venid,
adoradores,
adoremos
a Cristo Redentor.
¡GLORIA
A CRISTO JESÚS!
¡CIELOS
Y TIERRA,
BENDECID
AL SEÑOR!
¡HONOR
Y GLORIA A TI,
REY
DE LA GLORIA!
¡AMOR
POR SIEMPRE A TI,
DIOS
DEL AMOR! (bis)
2.-
Por nuestro amor oculta en el sagrario
su
gloria y esplendor;
para
nuestro bien
se
queda en el santuario,
esperando
al justo y pecador.
3.-
¡Oh, gran prodigio del amor divino!
¡Milagro
sin igual!
¡Prenda
de amistad,
banquete
peregrino,
do
se come al Cordero Celestial!
17.- MARIA,
LA MADRE BUENA (Kairoi)
LAm REm
Tantas
cosas en la vida nos ofrecen plenitud,
SOL
DO MI
y
no son más que mentiras que desgastan la inquietud
LAm REm
Tú
has llenado mi existencia al quererme de verdad
FA MIm
yo
quisiera Madre Buena amarte más.
LAm REm
En
silencio escuchabas la palabra de Jesús
SOL DO MI
y
la hacías pan de vida meditando en tu interior,
LAm REm
la
semilla que ha caído ya germina y está en flor
FA MIm
con
el corazón en fiesta cantaré.
DO REm
FA DO-SOL7 DO
REm FA DO-SOL7-DO
Ave
María, Ave María Ave María, Ave María
LAm REm
desde
que yo era muy niño has estado junto a mi
SOL DO MI
y
guiado de tu mano aprendí a decir si
LAm REm
Al
calor de la Palabra nunca se enfrió mi fe
FA MIm
en
la noche más oscura fuiste luz
LAm REm
No
me dejes Madre mía , ven conmigo a caminar
SOL DO MI
y
quiero compartir mi vida y crear fraternidad
LAm REm
muchas
cosas en nosotros son el fruto de tu amor
FA MIm
la
plegaría más sencilla cantaré
DO REm
FA DO-SOL7
Ave
María, ave María
DO REm
FA DO-SOL7-DO
Ave
María, ave María