viernes, 22 de noviembre de 2013

LECTURAS Y COMENTARIO DE DOMINGO XXXIV T.O.CICLO C - 24 DE NOVIEMBRE 2013

¿PUEDE JESÚS SER NUESTRO REY?.
  


1. Antes de la Misa se distribuyen velas a los fieles y se enciende el cirio pascual colocado sobre el altar, igual que durante el tiempo pascual. Después del signo de la cruz y el saludo inicial, el celebrante se dirige con estas o semejantes palabras:

En comunión con el Santo Padre Francisco, que concluye hoy en Roma el Año de la fe, también nosotros queremos dar cumplimiento al camino, personal y comunitario que hemos vivido. Demos gracias a nuestro Señor por el tiempo de renovación que nos ha concedido. Junto con la Iglesia universal, reflexionemos también sobre cómo la hemos vivido y si se ha renovado nuestro compromiso por la fe. La solemnidad de Jesucristo Rey del Universo alarga la perspectiva de nuestra reflexión y nos remite a aprovechar la certeza de la fe en la promesa de que el Señor nos ha hecho y que conservamos en nosotros con la esperanza que no decepciona.

2. Sigue el acto penitencial con la aspersión de los fieles
(para recordar el bautismo como inicio del camino de la fe).

3. Liturgia de la Palabra (XXXIV Domingo del Tiempo Ordinario, Año C, Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo.

PRIMERA LECTURA

Lectura del segundo libro de Samuel 5,1-3

En aquellos días, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David y le dijeron: «Hueso tuyo y carne tuya somos; ya hace tiempo, cuando todavía Saúl era nuestro rey, eras tú quien dirigías las entradas y salidas de Israel. Además el Señor te ha prometido: "Tú serás el pastor de mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel."».
Todos los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver al rey, y el rey David hizo con ellos un pacto en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 121)

Que alegria cuando me dijeron: “vamos a la casa del Señor”

Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!.
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R.

Allá suben las tribus, las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
aL celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1,12-20

Damos gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 23,35-43

En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús, diciendo: «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.»
Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.».
Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: «Éste es el rey de los judíos.».
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.».
Pero el otro lo increpaba: «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada.»
Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.»
Jesús le respondió: «Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.».

EL CREDO

a) Después de la homilía, el celebrante introduce a los fieles con estas o semejantes palabras:
Hace un año, al inicio del Año de la fe, nos ha sido entregado el texto del Símbolo de la fe. Nuestra tarea no era solamente aprender la fórmula del Credo de memoria. San Agustín dice: “estas breves fórmulas son presentadas a los fieles  para que, creyendo, se rindan ante Dios, rendidos ante él vivan rectamente, viviendo rectamente purifiquen su corazón y, una vez purificado el corazón, comprendan lo que creen”.
Hoy devolvemos el Credo. Con las velas encendidas, recordando el bautismo como inicio del camino de nuestra fe y la misión de todo cristiano de darla en testimonio, queremos profesar solemnemente en la Iglesia, comunidad de los creyentes, nuestra adhesión a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo..

b) Se encienden las velas con el cirio pascual.

El celebrante dice:

Reciban la luz de Cristo.

c) El celebrante reza la oración:

En el bautismo se hicieron luz en Cristo.
Caminad siempre como hijos de la luz
para que perseverando en la fe,
puedan salir al encuentro del Señor que viene,
con todos los santos, en el reino de los cielos.

d) Toda la comunidad canta o reza solemnemente el Credo.

CREDO NICENOCONSTANTINOPOLITANO

Creo en un solo DIOS, PADRE todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, JESUCRISTO, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz. Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó del cielo; y por obra del Espíritu Santo se encarnó de  María,  la  Virgen,  y  se  hizo  hombre.
Y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el ESPÍRITU SANTO, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo la iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

e) Se termina con la siguiente oración:

Dios nuestro Padre,
Escucha a tus hijos que profesarn juntos
La fe de su bautismo
Dales siempre la ayuda de tu gracia.
Iluminalos cada dia con la luz de la fe.
Guialos con el Espiritu Santo
Por los caminos de este mundo,
Para que encuentren a sus hermanos,
Y sean los evangelizadores que necesitas
Para hacer conocer la buena nueva
De la savlacion
Entonces todos los hombres
Reunidos en un solo rebaño
Conducido por un solo pastor,
Tu Hijo Jesús,
Recibiran en herencvia la dicha
Y el descanso preometido
A aquellos que se dejan guiar hacia ti,
Que eres Dios y vives por lso siglos de los siglos.

PLEGARIA UNIVERSAL

Queridisimos hermanos, invoquemos a Cristo, el Rey del Universo, sea unanime nuestra oracion, en esta unidad de fe, que el Espiritu Santo genera en nuestros corazones. Digamos juntos:
R.- Escuchanos, Señor.

1.- Por la Santa Iglesia Católica, para que siempre fiel a su Maestro, Jesucrsto, anuncie a todo el mundo la salvación recibida. Escuchanos, Señor

2.- Por nuestro Papa Francisco, el Obispo N, los presbiteros y diaconos para que acompañados por el Espiritu Santo profesen valerosamente la fe en el Salvador. Escuchanos, Señor

3.- Por los laicos dedicados al cuidado pastoral, para que se dejen guiar por tu Palabra, que ilumina y salva. Escuchanos, Señor

4.- Por nuestras familias, para que inspirados por ti, sepan afrontar con fe y amor reciproco las dificultades y pruebas de la vida. Escuchanos, Señor

5.- Por nuestros queridos difuntos, para que la fe en el Cristo resucitado que los animaba durante la vida terrena se transforme en la certeza de estar con él en su Reino. Escuchanos, Señor

6.- Por nosotros aquí presentes, para que sepamos seguir a Cristo y nos hagamos portadores de su Evangelio a las personas con que nos encontramos en el camino de nuestra vida. Escuchanos, Señor

Señor Jesucristo, Rey del Universo, vuelvete propicvio a estos fieles tuyos; ellos  confian solo en ti: reanima en ellos la fe y haz que esten siempre dispuetos a profesarla. Tú que vies y reinas por lo ssiglos de los siglos.

COMENTARIO

Con esta celebración terminamos el ciclo litúrgico C y que mejor que celebrando a Jesucristo, Rey del universo. La realeza de Cristo es un dato del evangelio, pero no es fácil ver qué es lo que aporta a nuestras vidas de hoy. ¿En qué sentido puede Jesús ser nuestro Rey?.
Partamos  de la noción de realeza: se caracteriza por su relación con la realidad política, o sea con un poder en la ida colectiva. Un rey era la felicidad o la desdicha de sus  súbditos por su buena o mala política. ¿Tiene una política Jesús rey?
Algunos creen que en el evangelio pueden encontrarse todos los elementos para ella. Aplicándolos, tendríamos a Jesús como rey.
En la práctica las cosas no han ido muy bien. A lo largo de toda la historia de la Iglesia a Jesucristo se le ha vinculado con regímenes conservadores o ideologías de izquierda. Pero para la mayoría de los cristianos, el evangelio no tiene nada que ver con la política ¿Jesús es rey?.
¡Perfectamente!.  No se trata más que de los “corazones”, de una relación muy especial y muy privada con Jesús. Dejemos para “los otros” la política sucia y villana.
 Si las estructuras colectivas hacen desgraciados a muchos hermanos nuestros, nosotros cantaremos cánticos y haremos magníficas plegarias por la paz
y el bienestar del mundo. Como vemos, esquematizando las cosas en su mas alto grado, se trata de dos tentaciones opuestas: vincular a Jesús a una política o llevarlo muy lejos de toda política. ¿Es  posible salir de este dilema?. Creo que si, en la medida en que nos dejemos empapar de las bienaventuranzas, que son la carta magna de la “política”  de Jesús: “Más vale ser pobre que egoístamente rico y explotador de los pobres”.
Los políticos se reirán de eso. Lógico. Pero también nos reímos nosotros cuando los políticos nos dicen que es posible que muchos hombres vivan juntos de una forma justa y feliz (tal es la definición de la política) sin cambiar los corazones. Así es como Jesús será realmente nuestro rey. No sólo reinando en los corazones, sino en unos corazones cambiados.  Es preciso que los cristianos tomen más conciencia de la importancia de las realidades colectivas, y por tanto de la política, para la felicidad de muchos, sobre todo de los pobres, de los indefensos. Entonces es cuando el evangelio revela su fuerza social. No ofrece un régimen político ideal, pero critica sin cansancio todos los regímenes concretos. 
Forma hombres capaces de concebir mejores regímenes y sobre todo capaces de comprometerse.
Cuando los hombres superan sus problemas personales para intentar construir sobre las bienaventuranzas un mundo  más  fraternal,   allí reina  Jesucristo.

7. Antes de la Misa o después de que termine, se pueden exponer, en un lugar preparado para ese fin, al lado del altar, las reliquias de los santos (el patrono del lugar). Se reza la letanía de todos los santos u otra oración adecuada (una oración al patrono del lugar), pidiendo la fe viva para la comunidad cristiana y la fuerza para profesarla. Sigue la bendición con las reliquias y la despedida.


PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 25: Dn 1, 1-6-20; Sal ; Dn 3, 52-56; Lc 21, 1-4.
Martes 26: Dn 2, 31-45; Sal: Dn 3, 57-61; Lc 21, 5-11.
Miércoles 27: Dn 5, 1-6.13-14.16-17.23-28; Sal; Nd 3, 62-67; Lc 21, 12-19.
Jueves 28: Dn 6, 12-28; Sal; Dn 3, 68-74; Lc 21, 20-28.
Viernes 29: Dn 7, 2-14; Sal: Dn 4, 75-81; Lc 21, 20-28.
Sábado 30:   San Andrés apóstol (F) Rm 10, 9-18; Sal 18; Mt 4, 18-22.
Domingo 01 Dic.: Domingo I de Adviento. Is 2, 1-5; Sal 121; Rm 13, 11-14; Mt 24, 37-44.