jueves, 6 de febrero de 2014

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO V TIEMPO ORDINARIO CICLO A - 08 FEBRERO 2014

“USTEDES SON LA LUZ DEL MUNDO”
  


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías 58,7-10

Así dice el Señor: «Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, viste al que ves desnudo, y no te cierres a tu propia carne. Entonces romperá tu luz como la aurora, en seguida te brotará la carne sana; te abrirá camino la justicia, detrás irá la gloria del Señor. Entonces clamarás al Señor, y te responderá; gritarás, y te dirá: "Aquí estoy.". Cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía.»

SALMO RESPONSORIAL (Sal 111)

El justo brilla en las tinieblas como una luz

En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo.
Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos. R.

El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo.
No temerá las malas noticias,
su corazón está firme en el Señor. R.

Su corazón está seguro, sin temor.
Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 2,1-5

Yo, hermanos, cuando vine a ustedes a anunciarles el misterio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre ustedes me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado. Me presenté a ustedes débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que su fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5,13-16

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, con qué la salarán?. No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.».

CREDO NICENOCONSTANTINOPOLITANO

Creo en un solo DIOS, PADRE todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, JESUCRISTO, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz. Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó del cielo; y por obra del Espíritu Santo se encarnó de  María,  la  Virgen,  y  se  hizo  hombre.
Y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el ESPÍRITU SANTO, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo la iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén

PLEGARIA UNIVERSAL

Acerquémonos a Jesucristo, fundamento de nuestra fe y redentor de la humanidad y supliquémosle con confianza diciendo: Te rogamos, Óyenos.

1.- Por la Iglesia, El Papa y los Obispos, los sacerdotes y diáconos para que nunca dejen de anunciar y servir a Cristo con sus palabras y sus obras. Roguemos al Señor.

2.- Para que todos se animen a glorificar al Señor con su propia vida,  que su luz ilumine el camino del evangelio. Roguemos al Señor.

3.- Para que nunca se apague en nuestra vidas la fe, y que nuestras palabras transpiren la sabiduría de tu Palabra, vivida y trasmitida experimentada y testimoniada. Roguemos al Señor.

4.- Por los enfermos, los pobres, los que están sin trabajo o viven lejos de su casa, para que descubran en estos acontecimientos la cercanía del Señor y El los saque de esta difícil situación. Roguemos al Señor.

5.- Por los que disfrutan de las vacaciones, para que sea este un momento de pasar más tiempo junto al Señor, en la oración y la Eucaristía, poniendo en vela su espíritu ante la llamada de Dios. Roguemos al Señor.

Dios nuestro, que nos ha manifestado tu amor por medio de tu Hijo, que soporto nuestras debilidades y cargo con nuestros dolores, escucha las oraciones de tu pueblo y haz que, siguiendo el ejemplo de Cristo, compartamos los sufrimientos de nuestros hermanos y animemos a los que sufren iluminándolos con la luz de la esperanza. Por Jesucristo nuestro Señor.

COMENTARIO

Las dos pequeñas parábolas de la sal y de la luz que leemos en el evangelio de hoy enlazan directamente con el inicio del sermón del monte (las bienaventuranzas) y se dirigen a los mismos oyentes: a los discípulos. Las bienaventuranzas terminan diciendo: "Ustedes serán dichosos cuando...", y el texto de hoy comienza: “ustedes son..." Las bienaventuranzas nos definían al discípulo de Jesús; estas dos parábolas -que expresan el pensamiento de Jesús con imágenes muy familiares a los oyentes- indican cuál es la misión de los discípulos en el mundo, ante los hombres. La primera imagen es la de la sal. Los discípulos -y todos los seguidores de Cristo- son la sal de la tierra, de los hombres.
Una primera aplicación de la imagen nos la podría dar el culto: las víctimas, antes de ser sacrificadas, eran cubiertas totalmente de sal y, en este sentido, la misión de los discípulos sería la de disponer la tierra para ser aceptable a Dios. Pero la imagen de la luz que viene a continuación nos inclina a pensar que su sentido se toma principalmente a partir del uso doméstico y cotidiano de la sal (artículo imprescindible y de primera necesidad), usada para dar gusto, purificar y conservar. A partir de esta última cualidad, la sal habría pasado a significar la validez y perennidad de un contrato o de una alianza: el discípulo debe conservar y dar gusto al mundo de los hombres en su alianza con Dios. Y del mismo modo que lo hace la sal: de forma discreta y prácticamente sin aparecer a la vista. En Palestina se usaba sal procedente del mar Muerto, bastante impura y que podía perder el gusto; entonces no servía absolutamente para nada, como el discípulo que no realiza su misión. La segunda imagen es la de la luz, de fuerte raigambre bíblica. Dios es luz y Cristo es la luz del mundo. Los discípulos deben serlo en tanto que están unidos a Cristo, que forman su pueblo, el nuevo Israel. La casa de la gente sencilla, de una sola habitación, era iluminada por una lamparilla colgada en el techo u otro utensilio casero era utilizado como apagavelas; por eso podemos entender "meter una vela bajo el celemín" como sinónimo de apagarla. ¡No se enciende una luz para apagarla enseguida! Su misión es iluminar a todos los de casa.
El testimonio del Evangelio que dan los discípulos y las obras que realizan de acuerdo con este Evangelio -cuyo primer anuncio son las bienaventuranzas - deben ser luz para todos, para que los hombres conozcan quién es Dios y le den gloria. Con palabras de la segunda lectura: viendo las obras de los discípulos, los hombres tienen que ver "el poder de Dios" que actúa en los creyentes y deben sentirse atraídos hacia El.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 09: Santa Escolástica, virgen (MO) 1R 8, 1-9-13; Sal 131; Mc 6, 53-56.
Martes 10: 1R 8, 22-23.27-30; Sal 83; Mc 7, 1-13. Se puede celebrar la memoria de Nuestra Señora de Lourdes.
Miércoles 11: 1R 10, 1-10;  Sal 36;  Mc 7, 14-23.
Jueves 12: 1R 11, 4-13; Sal  105,  Mc 7, 24-30.
Viernes 13: San Cirilo, monje y San Metodio, Obispo (MO) 1R 11, 29-32; 12, 9; Sal 80; Mc 7, 31-37.
Sábado 14: 1R 12, 26-32; 13, 33-34; Sal 105; Mc 8, 1-10
Domingo 15: Domingo VI del TO Eclo 15, 16-21; Sal 118; 1Co 2, 6-10; Mt 5, 17-37.