LA POBRE
VIUDA HA ECHADO MÁS QUE NADIE
COMENTARIO
En la segunda parte de este evangelio,
Jesús quiere llevarnos a un terreno que nos da miedo: el terreno de la
generosidad loca. La generosidad la practicamos todos, pero una generosidad
sensata. Jesús se entretiene observando a la gente que va echando dinero en una
de las trece alcancías del templo. Comprueba que “muchos ricos echaban en
cantidad”, pero eso le dejaba bastante frío. Y de pronto su vista se clava en
algo muy diferente: la ofrenda de una pobre viuda. Y les revela este gesto loco
a sus discípulos, menos a tantos a las cosas porque no pueden, como él, pasar
por encima de las apariencias: “En verdad les digo, esa viuda, que es pobre, ha
echado en la alcancía más que nadie” (Exactamente dos "leprosos" que
era la moneda más pequeña). ¡Curiosa aritmética! Por un lado, grandes
cantidades, por el otro unos centavos. Sin embargo, Jesús afirma, esas
moneditas valen más que las buenas monedas de los demás. Y entonces saltan las
dos palabras que tanto nos disgustan porque nos culpabilizan y nos echan en
cara muchas cosas: lo superfluo y lo necesario. A uno le gustaría sentirse
generoso cuando da, sobre todo cuando da mucho. Tenemos ganas de ser un poco
locos y dar muchas de nuestras cosas a los necesitados: ropa, muebles o dinero,
pero nos retiene un enorme cable: “¿Y si mañana nos faltase?”. Entonces se
apaga la hermosa antorcha de la generosidad.
Es que ese fuego no puede arder más que con
la fe. La viuda a la que admira Jesús es de una pobreza que nos da realmente
miedo, pero es rica en una fe que le da ganas de reír al desaparecer sus
últimos céntimos. Solamente la fe es capaz de extorsionar el miedo a la escasez
¡Y eso cuesta! “Su Padre, dice Jesús, conoce sus necesidades. Cuando oren,
digan: danos hoy nuestro pan de cada día”. A nosotros nos gustaría añadir: “Y
el pan de mañana”. Mañana ¿seguiré todavía en mi puesto de trabajo? ¿Tendré una
pensión suficiente? ¿Quién sabe si me caerá encima un accidente, una enfermedad
grave? Esos pensamientos no son un buen terreno para que podamos cultivar allí
la generosidad.
Pero Jesús nos mira: “En verdad les digo;
ella ha echado de lo que le hace falta, todo lo que tenía para vivir”.
Imposible no pensar en el mismo Jesús, que también va a darlo todo. La pobre
viuda es el último personaje que el evangelio pone ante nosotros antes de la
pasión. ¿Nos habíamos dado cuenta de que esta mujer es una de las imágenes más
hermosas de Jesús? Ella rechaza nuestros cálculos de lo necesario, nuestros
miedos a carecer el día de mañana y hace que explote el don y la fe: “Dios mío,
lo doy todo porque no tengo miedo de nada”. Por eso precisamente la admira
Jesús; porque es de su misma raza. ¿Dónde encontrar la fuerza para avanzar por
el camino de esa locura? En la fe. Hay que abandonar la fe teórica y asustadiza
para hundirse en verdaderas experiencias de fe. Mientras nuestra fe siga
flirteando con nuestros miedos, nos quedaremos en una generosidad demasiado
“sensata”.
R.P. Roland Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Sal 87, 3
Llegue hasta
ti mi súplica, inclina tu oído a mi clamor, Señor.
ORACION COLECTA
Dios de poder y misericordia, aparta, propicio, de nosotros toda
adversidad, para que, bien dispuestos cuerpo y espíritu, podamos aspirar
libremente a lo que te pertenece. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del primer libro de los Reyes 17, 10-16
En aquellos días, el profeta Elías se puso en
camino hacia Sarepta, y, al llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí una
viuda que recogía leña. La llamó y le dijo: «Por favor, tráeme un poco de agua
en un jarro para que beba». Mientras iba a buscarla, le gritó: «Por favor,
tráeme también en la mano un trozo de pan». Respondió ella: «Te juro por el
Señor, tu Dios, que no tengo pan cocido; me queda solo un puñado de harina en
el cántaro y un poco de aceite en una vasija, y ahora estaba recogiendo un poco
de leña, para ir a prepararlo para mi hijo y para mi comeremos luego moriremos.
Respondió Elías: No temas. Prepáralo como has dicho, pero primero hazme a mí un
pan pequeño y tráemelo; para ti y para tu hijo lo harás después. Porque así
dice el Señor Dios de Israel: "El cántaro de harina no se vaciará, la
vasija de aceite no se agotará, hasta el día en que el Señor envié la lluvia
sobre la tierra". Ella se fue, hizo lo que le había dicho Elías, y
comieron él, ella y su hijo. Ni el cántaro de harina se vació, ni la vasija de
aceite se agotó, como lo había dicho el Señor por medio de Elías.
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 145)
Alaba, alma mía, al Señor.
Que mantiene su fidelidad perpetuamente, que
hace justicia a los oprimidos, que da pan a los hambrientos. El Señor liberta a
los cautivos. R.
El Señor abre los ojos al ciego, el Señor
endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a
los peregrinos. R.
Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna
el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sion, de edad
en edad. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta a los hebreos 9,24-28
Cristo ha entrado no en un santuario
construido por hombres -imagen del auténtico-, sino en el mismo cielo, para
ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros. Tampoco se ofrece así mismo
muchas veces como el sumo sacerdote, que entraba en santuario todos los años y
ofrecía sangre ajena si hubiera sido así, tendría que haber padecido muchas
veces, desde el principio del mundo. De hecho, Él se ha manifestado una sola
vez, al final de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí
mismo. Por cuanto el destino de los hombres es morir una sola vez. Y después de
la muerte, el juicio. De la misma manera. Cristo se ha ofrecido una sola vez
para quitar los pecados de todos. Después aparecerá por segunda vez, ya no en
relación con el pecado, sino para salvar a los que lo esperan.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Mt 5, 3
Aleluya. Dichosos los pobres en el
espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo
Evangelio según san Marcos 12, 38-44
En aquel tiempo, Jesús enseñaba a la gente y
les decía: «¡Cuidado con los escribas!. Les encanta pasearse con amplio ropaje
y que les hagan reverencias en la plaza; buscan los asientos de honor en las
sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de la
viuda, con pretexto de largos rezos. Es- tos recibirán una sentencia más
rigurosa». Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a
la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó
una viuda pobre y puso dos monedas de poco valor. Llamando a sus discípulos,
les dijo: «Les aseguro que esa pobre viuda ha puesto en el arca de las ofrendas
más que nadie. Porque los de- más han echado de lo que les sobra, pero ella, en
su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir».
PLEGARIA
UNIVERSAL
Oremos unidos a
todos los cristianos, por nosotros, por la Iglesia y por el mundo. Digamos: R. Te
rogamos, óyenos.
1.- Por la Iglesia, para
que siguiendo a Jesús pobre dé testimonio con su vida y con sus obras en medio
del pueblo. Oremos. R.
2.- Por todos los
católicos, para que, al igual que la viuda del evangelio, demos, desde nuestra
riqueza o pobreza, todo lo que tenemos para la construcción del Reino de Dios.
Oremos. R.
3.- Por los que nos
gobiernan, para que lo hagan con justicia, con rectitud, pensando siempre en el
bien de la gente, especial- mente de los más pobres y excluidos.
Oremos. R.
4.- Por los pobres, los
enfermos, los migrantes, los que viven so- los, por las viudas, para que
experimenten la presencia de Cristo a través de la solidaridad de los hermanos.
Oremos. R.
5.- Por cada uno de
nosotros, para que nos dejemos convertir por la Palabra Dios, para que no
vivamos por las apariencias, sino
con transparente corazón. Oremos. R.
Te alabamos señor,
porque mantienes tu fidelidad perpetuamente, porque tu Hijo nos ha redimido y
porque nos congregas en tu casa para alabarte y glorificarte. Por Jesucristo,
nuestro Señor. R. Amén.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Mira
con bondad, Señor, los sacrificios que te presentamos, sacramentalmente con
piadoso afecto lo que actualizamos, de la pasión de tu Hijo. Él, que vive y
reina por los siglos de los siglos.
ANTIFONA DE COMUNION Sal 22, 1-2
El Señor es mi pastor, nada me
falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes
tranquilas.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Alimentados con este don sagrado, te damos gracias, Señor, invocando
tu misericordia, para que, mediante la acción de tu Espíritu, permanezca la
gracia de la verdad en quienes penetró la fuerza del cielo. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 11: Tt 1, 1-9; Sal 23; Lc 17, 3-6
Martes 12: Tt 2, 1-8, 11-14; Sal 36; Lc 17, 7-10
Miércoles 13: Tt 3, 1-7; Sal 22; Lc 17, 11-19
Jueves 14: Flm 7-20; Sal 145; Lc 17, 20-25
Viernes 15: 2Jn 4-9; Sal 118; Lc 17, 26-37
Sábado 16: 3Jn 5-8; Sal 111; Lc 18, 1-8
Domingo 17: Dn 12, 1-3; Sal 15; Hb 10, 11-14, 18; Mc 13,
24-32
COMENTARIOS AL
EVANGELIO
Mc 12, 38-44
Par: Lc 21, 1-04
La viuda ha dado de su indigencia, en
oposición a los ricos que dan de su poder y de sus privilegios. En este aspecto
contradice el proverbio según el cual nadie da lo que no tiene; esta mujer, en
cambio, solo posee lo que ha dado.
¿Se puede ver en ella una imagen de Dios? Si
Este no nos hubiera dado más que de su abundancia, estaría perfectamente
representado por los donantes ricos y no por el óbolo de la viuda; en este caso
carecería de sentido la importancia que Jesús atribuye al gesto de la mujer
necesitada que ofrece parte de lo que ella necesita. ¿Y si Dios, a su vez,
diera también de lo que, por ser parte de El, necesita? ¿Si nosotros
renunciáramos a otra clase de dones para contentarnos solamente con sus actos
manifestados en Jesucristo? Tal vez comprenderíamos entonces que ser Dios es
servir y dar, no de lo que uno tiene, sino de lo que es. Jesús, pobre y al
servicio de todos, no es un paréntesis en la vida de Dios, sino la
manifestación de la propia condición de Dios; Jesús no es el turista rico,
incluso desbordante de simpatía, que viene a visitar las tierras
subdesarrolladas de la humanidad; es el servidor de todos, el esclavo por
antonomasia, pues su modo de ser Dios es la pobreza.
MAERTENS-FRISQUE
NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA VII - MAROVA MADRID 1969.Pág. 253
2.- Texto. El texto del domingo pasado estaba
dominado por la coincidencia de puntos de vista entre Jesús y un letrado. A
continuación de ese texto Marco resalta, en cambio, una discrepancia
fundamental entre Jesús y los letrados a propósito del concepto del Mesías (Mc.
12, 35-37). Marcos hace de esta discrepancia una cuestión pública. Este
carácter público se mantiene en la crítica a los letrados con que se abre el
texto de hoy. Critica a su afán de honores y de reconocimiento público, critica
su ambición y a su mucho rezar.
En la traducción litúrgica las dos últimas
críticas (ambición y mucho rezo) han sido unificadas en una sola: devoran los
bienes de las viudas con pretexto de largos rezos. De acuerdo, sin embargo, a
los mejores códices es preferible desdoblar ambas críticas: devoran los bienes
de las viudas y oran largamente para aparecer. En contraste con tanta
apariencia y tanto afán de reconocimiento. Marcos selecciona una experiencia
vivida por Jesús frente a los cepillos del Templo. De acuerdo a un
procedimiento literario ya conocido porque ha sido el empleado en las sesiones
docentes de camino hacia Jerusalén, la experiencia vivida por Jesús le sirve a
Marcos para introducir el tema de enseñanza a los discípulos.
Comentario. No perdamos la perspectiva del
conjunto, es decir, la llegada del Reino de Dios en la muerte-resurrección de
Jesús. Esta perspectiva se debe a Marcos, que reflexiona y selecciona episodios
en función de ella.
A la luz de esta perspectiva hay actitudes y
comportamientos que valen para el seguidor de Jesús y otros que no valen para
ese seguidor. Entre los que no valen están el afán de honores y de
reconocimiento, la ambición y el mucho rezar. Entre los que valen están la
espontaneidad y ausencia de cálculo. Estas, espontaneidad y ausencia de
cálculo, no se aprenden: surgen, salen, brotan, cuando lo que realmente importa
es morir-resucitar como y con Jesús. Esto es ser discípulo de Jesús. Lo otro es
piedad y honorabilidad, incluida la teológico-académica. Me gusta esta sesión
doctrinal de Marcos por lo escueta, gráfica y poco convencional.
A. BENITO - DABAR 1988, 56
3.- En este texto aparecen letrados y
fariseos, hombres de muchas leyes y largos rezos, como exploradores sin
escrúpulo de las pobres viudas. Haciendo ostentación de su saber y de su piedad
deslumbran a la gente sencilla, siendo las viudas indefensas y piadosas las
víctimas más frecuentes de estos estafadores. Por eso Jesús denuncia el engaño
y abre los ojos a los incautos.
Acabada su enseñanza, el Maestro se marcha al
atrio de las mujeres, en una de cuyas salas, la "sala del tesoro",
había trece cepillos en donde se recogían las limosnas para el culto. Jesús
observa en silencio el comportamiento de la gente, ve que algunos ricos echan
grandes cantidades haciendo ostentación, Jesús no se deja impresionar. En
cambio, se conmueve al ver pasar a una pobre viuda que sólo echa dos reales
(exactamente dos "leprosos" que era la moneda más pequeña).
Jesús llama a sus discípulos y comenta
elogiosamente la conducta de la pobre viuda.
Pues ella ha echado todo lo que tenía para
vivir, mientras los otros han tirado en el cepillo de lo que les sobra. Los que
dan aquello que les sobra dan sólo dinero, incluso hacen a veces negocio con
sus limosnas. Pero, si uno da lo que le hace falta, da su medio de vida, esto
es, da la vida. El verdadero sacrificio agradable a Dios no consiste en dar lo
que tenemos, sino en dar nuestras propias vidas.
EUCARISTÍA 1982, 51
4.- La importancia de esta perícopa está en
la toma de posición de Jesús frente a los representantes de la teología oficial
de la sinagoga de Jerusalén. La parábola ataca la vanidad, la ambición y la
descarada explotación que los escribas hacen de los socialmente débiles. Se
hacen pagar las enseñanzas y oraciones. Marcos ofrece un cuadro a base de los contrastes
entre Jesús y los escribas y fariseos. A la actuación interesada de los
fariseos opone la actitud de la viuda que da todo lo que tiene y demuestra su
total confianza en Dios.
La ofrenda de la viuda es el cumplimiento del
primer mandamiento. La viuda deja a Dios la preocupación de la vida. Hace una
elección clara entre Dios y la riqueza. Esta opción es posible porque confiar
en Dios y amar a los hermanos es más importante que todas las cuestiones de
dinero. Es el criterio fundamental para la vida de los discípulos de Jesús. Es
llegar a vivir libre en el reino de Dios. La viuda no pide ni espera ningún
milagro, ni se contenta con recitar el primer mandamiento, sino que lo vive y
practica. No sólo está cerca del reino (Mc 12, 34), sino que está dentro. Lo
importante no es dar mucho o poco, sino darse a sí mismo. Jesús es el que lo da
todo y se da a sí mismo. Se ha entregado a sí mismo por los hombres.
PERE FRANQUESA - MISA DOMINICAL 1985, 21
5.- En Jerusalén, los últimos días de la vida
de Jesús, las dos escenas que aquí leemos unidas, y que se relacionan por la
referencia a las viudas, tienen un cierto sentido como de resúmenes de aspectos
importantes de la enseñanza y de la misma actuación de Jesús.
La primera escena refleja la tensión que a
menudo hubo entre Jesús y los escribas, una tensión probablemente amplificada
en las polémicas y a veces duros enfrentamientos entre la primera comunidad
cristiana y el judaísmo. Lo que Jesús no soporta de la actuación de los
escribas (que no debían ser todos: cf. domingo pasado) es la exhibición de su
conocimiento de la voluntad de Dios y de su piedad: los ropajes y los asientos
en las sinagogas son signos de esta exhibición. Y aún soporta menos que de esto
quieran sacar provecho y preeminencia sobre la demás gente. Y finalmente, el
extremo último de todo esto es que algunos lleguen a aprovecharse de ello para
actuar directamente en contra de aquellos que Dios más ama, los pobres. La
segunda escena viene a resumir lo que Dios valora de las actuaciones humanas.
Frente a los ricos que dan mucho, Jesús
valora lo que da la viuda pobre. Y valora sobre todo el hecho de que aquella
viuda "ha echado más que nadie", porque ha dado algo que era muy
importante para ella, a diferencia de los ricos que daban de lo que les sobraba.
Actuando de esta manera, y a semejanza de lo
que hizo la viuda de la primera lectura, aquella mujer ha mostrado confiar
absolutamente en Dios y ponerse totalmente en sus manos. Es lo mismo que Jesús
hará en Getsemaní: aceptar la voluntad de Dios, confiando absolutamente en él y
poniéndose totalmente en sus manos.
JOSEP LLIGADAS - MISA DOMINICAL 1994, 14
PROPUESTA DE CANTOS DOMINGO XXXII DEL TIEMPO ORDINARIO (CICLO B -
(10 DE NOVIEMBRE 2024)
TEMA: “ESA POBRE VIUDA HA ECHADO MAS QUE NADIE ”
01.- ESTE
PUEBLO MIO TUYO Y NUESTRO (Grupo Siembra)
1.-
Llegó el momento de empezar,
nuevos
caminos a buscar,
en
medio de este pueblo nuestro,
que
busca su libertad.
Sembraremos
semillas de igualdad,
lucharemos
por la fraternidad.
Y
EN ESTE PUEBLO MÍO, TUYO Y NUESTRO,
NOS
ENCONTRAREMOS
BUSCANDO
LA VERDAD.
Y
VOLVEREMOS COMO LA MAÑANA
QUE
A LA NOCHE ACLARA EN SU DESPERTAR.
2.-
Con fuego ardiente hay que alumbrar
los
corazones inflamar
de
amor por esta tierra nuestra
que
tenemos que guardar.
De
su seno mi pueblo nacerá,
nuestros
brazos con calor lo abrigarán.
3.-
Un hombre nuevo va a nacer
mi
pueblo empieza a florecer,
con
nueva fuerza está creciendo,
con
gritos fuertes va subiendo.
Y
a su paso el odio queda atrás
y
en sus ojos brilla la verdad.
02.- UNIDOS
EN LA VIDA (Joaquín Madurga)
UNIDOS
EN LA VIDA
EN
UN MISMO TRABAJAR
NOS
UNIMOS EN LA FIESTA
COMPARTIENDO
EL MISMO PAN.
1.-
La semana nos ha unido
en
el trabajo y sudor
la
Eucaristía nos junta
con
Cristo en el amor.
2.-
Los esfuerzos de los hombres
buscando
un mundo mejor
son
los esfuerzos de Cristo
que
trae la salvación.
3.-
Los que abrís surco en la vida
a
golpe de trabajar
sois
invitados por Cristo
a
repartiros su pan.
03.- DICHOSO
EL QUE AMA (Cesáreo Garabain)
ERES MI RIQUEZA, ERES MI SEÑOR.
ERES LA ALEGRÍA, DE MI CORAZÓN.
No son más dichosos los que tienen más poder,
los atormentados por la sed de poseer.
No son más dichosos los que más dinero tienen,
los que siempre van buscando su interés.
No son más dichosos los mendigos del placer,
los que al agua turbia vienen a calmar su sed.
No son más felices los esclavos de la envidia,
los que olvidan sonreír y agradecer.
Los que siembran odios en lugar de hacer el bien,
los que ganan siempre y tienen miedo de perder.
No son más felices los hinchados y engreídos,
que desprecian lo pequeño en su altivez.
Mucho más dichosos los que aman la verdad,
los que van brindando su alegría y su bondad.
Los que nos ofrecen el amor de cada día
y reciben el amor de los demás.
04.- PAN
SABROSO (Carmelo Erdozain)
Pan sabroso del trigal,
vino nuevo de amistad,
hoy le llevamos, le presentamos,
ellos serán sacramento y manjar.
Presentemos al Señor
como ofrenda, nuestro amor,
nuestro trabajo, nuestro descanso:
ellos serán, nuestra humilde oblación.
Le llevamos al Señor
la pobreza y el dolor,
nuestras cosechas, nuestras ofrendas,
ellas serán, nuestra liberación.
05.- SABER
QUE VENDRAS
1.-
En este mundo que Cristo nos da,
hacemos
la ofrenda del pan,
el
pan de nuestro trabajo sin fin,
y
el vino de nuestro cantar.
Traigo
ante ti nuestra justa inquietud,
amar
la justicia y la paz.
SABER
QUE VENDRÁS, SABER QUE ESTARÁS,
PARTIENDO
A LOS POBRES TU PAN. (2V.)
2.-
La sed de todos los hombres sin luz,
la
pena y el triste llorar,
el
odio de los que mueren sin fe,
cansados
de tanto luchar.
En
la patena de nuestra oblación
acepta
la vida Señor.
06.-
EUCARISTIA MISTERIO DE AMOR (Alfonso Luna)
Eucaristía, misterio de amor,
eucaristía, comida de pan.
Hoy le comemos en esta mesa,
hoy nos unimos al comulgar.
CRISTO ESTA AQUÍ, CRISTO AL ALTAR
DIOS ES COMIDA QUE EL NOS DA (2v).
Eucaristía, es su regalo,
eucaristía es su gran don;
en esta mesa lo celebramos
todos unidos en comunión.
CRISTO ESTA AQUÍ, CRISTO AL ALTAR
DIOS ES COMIDA QUE EL NOS DA (2v).
Tu vida toda, tiene sentido
cuando te acercas a comulgar;
en esta fiesta Cristo te invita;
Dios es comida, comparte tu pan.
CRISTO ESTA AQUÍ, CRISTO AL ALTAR
DIOS ES COMIDA QUE EL NOS DA (2v).
07.- CREO EN
JESUS (Carmelo Erdozain)
CREO EN JESÚS, CREO EN JESÚS,
ÉL ES MI AMIGO, ES MI ALEGRÍA,
ÉL ES MI AMOR.
CREO EN JESÚS, CREO EN JESÚS,
ÉL ES MI SALVADOR.
1.- Él llamó a mi puerta
me invitó a compartir su heredad
seguiré a su lado
llevaré su mensaje de paz.
2.- Ayudó al enfermo
y le trajo la felicidad
defendió al humilde
combatió la mentira y el mal.
3.- Día y noche, creo en Jesús
Él está a mi lado, creo en Jesús
sigo sus palabras, creo en Jesús
doy por Él la vida, creo en Jesús
es mi Salvador.
4.- Enseñó a Zaqueo
a partir su hacienda y su pan
alabó a la viuda
porque dio cuanto pudo ella dar.
5.- Aleluya, creo en Jesús
Él es el Mesías, creo en Jesús
Él es mi esperanza, creo en Jesús
vive para siempre, creo en Jesús
es mi Salvador.
08.- VIVE
DIOS (Leonardo Caro)
Cuando sientas que se queman
tus entrañas por amor
y te entregas al llamado sin temor.
Cuando están en armonía
voluntad y corazón,
te iluminas y en tu cuerpo vive Dios.
VIVE DIOS, POR SIEMPRE VIVE DIOS,
EN TU VIDA Y EN TU HISTORIA VIVE DIOS.
VIVE DIOS, POR SIEMPRE VIVE DIOS.
POR TU MUERTE Y POR TU GLORIA VIVE DIOS.
Cuando estás en la penumbra
aguardando lo peor
y desprecias la existencia y su valor.
Si no encuentras un sentido,
anda y busca en tu interior
y verás que aún en tu cuerpo vive Dios.
09.- SANTA
MARIA DEL AMEN (J.A. Espinoza)
MADRE
DE TODOS LOS HOMBRES,
ENSÉÑANOS
A DECIR AMÉN.
Cuando
la noche se acerca
y
se oscurece la fe.
Cuando
el dolor nos oprime
y
la ilusión ya no brilla.
Cuando
aparece la luz
y
nos sentimos felices.
Cuando
nos llegue la muerte
y
Tú nos lleves al cielo.
010.- CANTICO
DE MARIA (A. Mejia)
MI
ALMA GLORIFICA AL SEÑOR, MI DIOS,
GÓZASE
MI ESPÍRITU EN MI SALVADOR.
EL
ES MI ALEGRÍA, ES MI PLENITUD,
EL
ES TODO PARA MÍ.
Ha
mirado la bajeza de su esclava,
muy
dichosa me dirán todos los pueblos
porque
en mí ha hecho grandes maravillas
El
que todo puede, cuyo Nombre es Santo.
Su
clemencia se derrama por los siglos
sobre
aquellos que le temen y le aman;
desplegó
el gran poder de su derecha,
dispersó
a los que piensan que son algo.
Derribó
a los potentados de sus tronos
y
ensalzó a los humildes y a los pobres;
los
hambrientos se saciaron de sus bienes
y
alejó de sí vacíos a los ricos.
Acogió
a Israel su humilde siervo,
acordándose
de su misericordia,
como
había prometido a nuestros padres,
Abraham
y descendencia para siempre.