viernes, 6 de septiembre de 2013

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XXIII TIEMPO ORDINARIO CICLO C - 08 SETIEMBRE 2013

DOMINGO XXIII TIEMPO RODINARIO CICLO C – 08 OCTUBRE 2013




PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de la Sabiduría 9,13-18

Qué hombre conoce el designio de Dios? ¿Quién comprende lo que Dios quiere?. Los pensamientos de los mortales son mezquinos, y nuestros razonamientos son falibles; porque el cuerpo mortal es lastre del alma, y la tienda terrestre abruma la mente que medita. Apenas conocemos las cosas terrenas y con trabajo encontramos lo que está a mano: pues, ¿quién rastreará las cosas del cielo?. ¿Quién conocerá tu designio, si tú no le das sabiduría, enviando tu santo espíritu desde el cielo? Sólo así fueron rectos los caminos de los terrestres, los hombres aprendieron lo que te agrada, y la sabiduría los salvó.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 89 )

Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación

Tú reduces el hombre a polvo, diciendo:
«Retornad, hijos de Adán.».
Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó;
una vela nocturna. R.

Las siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca. R.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?.
Ten compasión de tus siervos. R.

Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Filemón 9b-10.12-17

Yo, Pablo, anciano y prisionero por Cristo Jesús, te recomiendo a Onésimo, mi hijo, a quien he engendrado en la prisión; te lo envió como algo de mis entrañas. Me hubiera gustado retenerlo junto a mí, para que me sirviera en tu lugar, en esta prisión que sufro por el Evangelio; pero no he querido retenerlo sin contar contigo; así me harás este favor, no a la fuerza, sino con libertad. Quizá se apartó de ti para que lo recobres ahora para siempre; y no como esclavo, sino mucho mejor: como hermano querido. Si yo lo quiero tanto, cuánto más lo has de querer tú, como hombre y como cristiano. Si me consideras compañero tuyo, recíbelo a él como a mí mismo.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 14,25-33

En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: «Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío. Así, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: "Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar." ¿O que rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.».

CREDO NICENOCONSTANTINOPOLITANO

Creo en un solo DIOS, PADRE todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, JESUCRISTO, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz. Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó del cielo; y por obra del Espíritu Santo se encarnó de  María,  la  Virgen,  y  se  hizo  hombre.
Y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el ESPÍRITU SANTO, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo la iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

PLEGARIA UNIVERSAL

Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras plegarias y atienda nuestras peticiones y digámosle: QUE MARIA, NUESTRA MADRE, INTERCEDA POR NOSOTROS:

1.- Por la Iglesia de Dios, para que, por medio de la Virgen María, ilumine y ayude a las personas que tienen dificultades en creer y buscan al Señor sinceramente.

2.- Por la unión de las Iglesias, para que todos los cristianos trabajemos juntos en unión con María nuestro Madre.

3.- Por los enfermos y necesitados de atención física o espiritual para que confíen en todos nosotros, que con la ayuda de la Virgen María les asistiremos.

4.- Por los vocaciones sacerdotales y religiosas, para que nunca falten en la Iglesia ministros que anuncien la Palabra y administren los Sacramentos.

5.- Por cada una de nuestras intenciones personales, para que Dios en su infinita misericordia nos conceda lo que le suplicamos con fe.

Señor  Dios todopoderoso y eterno, que sabes que apenas si conocemos las cosas de la tierra y con trabajo descubrimos el rastro de las del cielo, escucha nuestras oraciones y envíanos la sabiduría de tu Espíritu, para que como verdaderos de tu Hijo, llevemos nuestra cruz de cada día y unidos a él, sigamos fielmente tus caminos. Por Jesucristo nuestro Señor.

COMENTARIO

Dice el evangelio que "mucha gente acompañaba a Jesús". El paso del Señor, con sus milagros admirables, con su enseñanza sorprendente, con su persona fascinadora, iba arrancando "seguidores", con toda la carga de entusiasmo y también de ambigüedad. “Si alguno viene a mí y no me ama más que...”. ¿A quién dijo esto Jesús? : “volviéndose a un gran gentío”,
Jesús pide que lo prefieran a él por encima de todo lo demás. El “cristiano” no se define como una persona que ha optado por una ideología, por unas creencias y unos principios, ni siquiera por un comportamiento.
No, el cristiano es esencialmente un hombre que un día comprendió que Jesús le pide que lo prefiera a él a todo lo demás.  Si él ve que esto es una locura, pero que es maravilloso, es que el amor ha entrado en su vida. No un amor, sino el amor en el cual y por el cual lo amará todo y lo vivirá todo. Hay que multiplicarse en “todo”, porque mientras que con Jesús se viva algo parcial, con “peros” y con “condiciones” se estará dando vuelta en torno a la fe cristiana, pero sin entrar en ella. 
A esta indispensable reflexión es a la que aluden las dos parábolas sobre la torre y la batalla. Incluso hay que hacer notar que para seguir a Jesús uno debe sentarse a calcular, pues seguirlo no siempre es fácil... Pero quizás sea una tentación insistir demasiado sobre todo en unas perspectivas desalentadoras: “Llevar la cruz... renunciar a sus bienes...” No, hay que ir directamente a la declaración de amor: “Jesús, quiero amarte por encima de todo”. Si nuestra declaración es todavía tímida y vacilante no nos preocupemos. Se lo decimos a uno que no dejará de seducirnos mil veces más de lo que nosotros    intentaremos   amarlo.  Es  una escalada absolutamente única del amor que se apoya en dos seguridades tan firmes como una roca. La primera es esa invitación a Cristo a amarlo por encima de todo lo demás. Es él el que ha lanzado la idea. El es más que todo y está por encima de todo porque lo es todo. Amarle exige un corazón inmenso y un ansia enorme de vivir, no una rendición a nuestra tarea de hombres. 
Nuestra segunda seguridad: los ejemplos. Hace dos mil años que muchos hombres y mujeres vienen diciéndole a Jesús: “Te prefiero a todo lo demás” ¿Ha habido acaso uno solo que haya quedado decepcionado? ¿Uno solo de los que creyeron realmente en ese amor, de los que intentaron vivirlo realmente? Algunos de ellos, los santos canonizados, nos han dado un ejemplo bien visible. Otros, millares y millares, dirán algún día que hacer esta apuesta por el amor de Cristo no siempre resultó fácil, pero a qué otra cosa puede verse convidado un hombre en esta tierra que sea más ambicioso y más plenificante? Jesús el que nos lo aconseja. ¡Su amor nos va a costar!..
Muchos vacilaremos; no son muchos los que hoy le dicen al Señor “quiero preferirte a todo lo demás”, al menos por lo que de ordinario se ve y se escucha. Pero miremos ante todo el amor que podríamos vivir con Jesús y entonces echemos nuestros cálculos, permaneciendo a la luz de este amor. ¡A qué renunciar, qué cruz llevar, a qué otro amor habrá que decir que no si no lo podemos vivir junto a Jesús?
No se podrá seguir a Jesús cargado de maletas, ni tampoco cantando todo el tiempo. Pero ¡Qué sol es el que nos acompañará en el camino! Lo ha prometido Jesús  con una seguridad asombrosa: “El que me sigue no anda en la tinieblas”.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 09: Col 1, 24—2, 3;  Sal 61;  Lc  6,   6-11.
Martes 10: Col 2, 6-15; Sal 144; Lc 6, 12-19.
Miércoles 11: Col 3, 1-11; Sal 1 44;  Lc 6, 20-26.
Jueves 12: Col 3,  12-17;  Sal  150; Lc  6,  27-38.
Viernes 13:   San Juan Crisóstomo, Obispo y doctor de la Iglesia (MO) 1Tm 1, 1-2.12-14; Sal 15; Lc 6, 39-42.
Sábado 14: La Exaltación de la Santa Cruz (F) Nm 21, 4b-9; (o bien Flp 2, 6-11) Sal 77; Jn 3, 13-17.
Domingo 15: Ex 32, 7-11.13-14; Sal 50; 1Tm 1, 12-17; Lc 15, 1-32.