miércoles, 1 de julio de 2015

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XIV TIEMPO ORDINARIO CICLO B - 5 JULIO 2015

SE EXTRAÑABA DE SU FALTA DE FE



ORACION COLECTA

Oh Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída, concede a tus fieles la verdadera alegría, para que quienes han sido librados de la esclavitud del pecado alcancen también la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Ezequiel 2,2-5

En aquellos días, el espíritu entró en mí, me puso en pie, y oí que me decía: «Hijo de Adán, yo te envío a los israelitas, a un pueblo rebelde que se ha rebelado contra mí. Sus padres y ellos me han ofendido hasta el presente día. También los hijos son testarudos y obstinados; a ellos te envío para que les digas: "Esto dice el Señor." Ellos, te hagan caso o no te hagan caso, pues son un pueblo rebelde, sabrán que hubo un profeta en medio de ellos.».

SALMO RESPONSORIAL (Sal 22)

Misericordia, Señor, misericordia

A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores. R.

Como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos en el Señor,
Dios nuestro, esperando su misericordia. R.

Misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios;
nuestra alma está saciada del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12,7b-10

Para que no tenga soberbia, me han metido una espina en la carne: un ángel de Satanás que me apalea, para que no sea soberbio. Tres veces he pedido al Señor verme libre de él; y me ha respondido: «Te basta mi gracia; la fuerza se realiza en la debilidad.» Por eso, muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo. Por eso, vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por Cristo. Porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 6,1-6

En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos.
Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: «¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?»
Y esto les resultaba escandaloso.
Jesús les decía: «No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa.»
No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

COMENTARIO

Cuando oímos esta observación de Marcos: “Se extrañaba de su falta de fe”, sentimos cierto temor: ¿y yo? ¡Bienaventurado temor, porque nunca estaremos bastantes atentos a la salud  de nuestra  fe; vivir alguna cosa con Jesús depende por entero de la fuerza de nuestra confianza en  él. Podríamos decir que estamos repitiendo, pero es el evangelio el que se repite; no ha sido escrito más que para eso: despertar, nutrir, hacer progresar nuestra fe en Jesús. Esa fe es nuestra mirada sobre él, nuestro trato con él, nuestra unión con él, el medio de amarlo cada vez más, sin “escandalizarnos nunca de él”, como nos advierte también aquí Marcos. Lo que ocurrió en Nazareth puede sucedernos a nosotros. Había venido “a su patria”, o sea, a su misma casa, y es precisamente esta familiaridad con él la que hace a esos hombres de Nazareth, una pequeña aldea en donde todo el mundo se conoce muy bien, ciegos y sordos. Impresionados por este hecho, Jesús les recuerda el refrán: “Sólo en su tierra desprecian a un profeta”. Nos lo dice también a nosotros: aquí está la intención de este relato de Marcos. Creemos conocer a Jesús.
Él forma parte de nuestra vida, por así decirlo. Respecto a los no-creyentes nosotros somos paisanos  suyos, hemos  tratado  siempre  con  él. Algunas veces esta familiaridad con él nos cansa, la lectura del evangelio nos aburre; es algo bien conocido.  Porque  hacemos  lo   que nunca deberíamos hacer: una lectura distraída, despreocupada. El evangelio merece algo más. Merece el esfuerzo de  meditación  que  hacemos en este momento para reventar toda esa familiaridad y desembocar en el asombro: ¡Señor, qué difícil eres de conocer! Allí comienza la aventura. Salimos de la aldea en donde Jesús era tan conocido que nadie se interesaba por él. Sentimos que hemos de deshacernos de estas ideas rutinarias.  Nos parecía que esas ideas nos hacían vivir algo con él. Pero alimentaban tan pobremente nuestra fe que “Jesús no podía hacer ningún  milagro por nosotros”. Si nos preguntamos por el vigor de nuestra fe, hay aquí un test muy  fácil: cuanto más fuerte es, más lo busca. Jesús puede entonces ser  Jesús para nosotros; conociéndolo mejor, le pedimos más. Su decepción de Nazareth debe afectarnos muy profundamente: “Se extrañaba de su falta de fe”. Señor, ¡Me gustaría tanto no decepcionarte! Cuando abrimos el evangelio con hambre de conocer a Jesús mucho más, descubrimos los horizontes  de  sus  tres  países: es de Nazareth, ciertamente, pero también  es de  la Trinidad y ahora de  la  resurrección.
Habita en Dios  y cohabita con todos los hombres. Ese ir y venir entre Dios y los hombres, cuando uno está cerca de él, produce vértigo algunas veces: “¿De dónde le viene esto?”. Vislumbra que creer en él es un camino largo y difícil pero, ¿en qué camino quedaríamos más colmados?

PLEGARIA UNIVERSAL

Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras suplicas y acoja nuestras peticiones:

1.- Por todos los que han recibido en la Iglesia el  encargo de anunciar la palabra de Dios; para que, fieles al mensaje, sepan presentarlo a todos con lenguaje inteligible. Roguemos al Señor.

2.- Por los que dan crédito al Evangelio que resuena en sus oídos; para que sean capaces de reconocer la palabra salvadora de Dios en la envoltura de la palabra humana. Roguemos al Señor.

3.- Por nosotros, aquí reunidos; para que escuchemos la palabra de Dios, meditándola en nuestro corazón y así influya en nuestra vida. Roguemos al Señor.

4.- Para que los maestros a los cuales saludamos al acercarse su día, posean la ciencia necesaria en su profesión, para ser competentes, en el arte pedagógico. Roguemos al Señor.

Escucha, Padre santo, nuestras oraciones e ilumínanos con la luz de tu Espíritu, para que, sintiéndonos pobres y débiles,  experimentemos la fuerza de Cristo y el poder de su resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 06: Gn 28, 10-22ª; Sal 90, 1-4.14-15; Mt 9, 18-26.
Martes 07: Gn 32, 22-32, Sal 16, 1.2-3.6-8.15, Mt 9, 32-38.
Miércoles 08: Gn 41, 55-57; 42, 5-7.17-24; Sal 32, 2-3.10-11.18-19; Mt 10, 1-7.
Jueves 09: Gn 44, 18-21. 23b-29; 45, 1-5; Sal 104, 16-17.18-19.20-21, Mt 10, 7-15.
Se puede celebrar la memoria de los santos Agustín Zhao Rong y compañeros mártires (rojo).
Viernes 10: Gn 46, 1-7.28-30; Sal 36, 3-4.18-19.27-28.39-40; Mt 10, 16-23.
Sábado 11: San Benito Abad  (MO)
Gn 49, 29-32; 50, 15-26; Sal 104, 1-4.6-7; Mt 10, 24-33.
Domingo 12: XV del Tiempo Ordinario. Am 7, 12-15;  Sal 84, 9-14; Ef 1,  3-14;  Mc  6, 7-13.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

La Oblación que te ofrecemos, Señor nos purifique, y cada día nos haga participar con mayor plenitud de la vida del reino glorioso. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Alimentados, Señor, con un sacramento tan admirable, concédenos sus frutos de salvación y haz que perseveremos siempre cantando tu alabanza. Por Jesucristo nuestro Señor.