LAS
SIRVIENTAS Y LOS SERVIDOS
ORACION COLECTA
Dios nuestro, cuida a tu familia con
incansable bondad y ya que solo en ti ha puesto su esperanza, defiéndela
siempre con tu protección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu y es Dios, por los siglos de los
siglos.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Job 7, 1-4. 6-7
Habló Job, diciendo: «El hombre
está en la tierra cumpliendo un servicio, sus días son los de un jornalero; Como
el esclavo, suspira por la sombra, como el jornalero, aguarda el salario.
Mi herencia son meses baldíos, me
asignan noches de fatiga; al acostarme pienso: ¿Cuándo me levantaré?. Se alarga
la noche y me harto de dar vueltas hasta el alba.
Mis días corren más que la
lanzadera, y se consumen sin esperanza.
Recuerda que mi vida es un soplo,
y que mis ojos no verán más la dicha.».
SALMO
RESPONSORIAL (146)
Alaben al Señor, que sana los corazones
destrozados.
Alaben al Señor, que la música es buena; nuestro Dios
merece una alabanza armoniosa. El Señor reconstruye Jerusalén, reúne a los
deportados de Israel. R.
Él sana los corazones destrozados, venda sus heridas.
Cuenta el número de las estrellas, a cada una la llama por su nombre. R.
Nuestro Señor es grande y poderoso, su sabiduría no
tiene medida. El Señor sostiene a los humildes, humilla hasta el polvo a los
malvados. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta
del apóstol san Pablo a los Corintios 9, 16-19. 22-23
Hermanos: El hecho de
predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si
no anuncio el Evangelio!.
Si yo lo hiciera por mi
propio gusto, eso mismo sería mi paga. Pero, si lo hago a pesar mío, es que me
han encargado este oficio. Entonces, ¿cuál es la paga? Precisamente dar a
conocer el Evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la
predicación del Evangelio.
Porque, siendo libre como
soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles. Me he hecho
débil con los débiles, para ganar a los débiles; me he hecho todo a todos, para
ganar, sea como sea, a algunos.
Y hago todo esto por el
Evangelio, para participar yo también de sus bienes.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 29-39
En
aquel tiempo, al salir Jesús y sus discípulos de la sinagoga, fue con Santiago
y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre,
y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó
la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le
llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a
la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios;
y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar.
Se
levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y
sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: «Todo el mundo te busca.».
Él les
respondió: «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también
allí; que para eso he salido.».
Así
recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.
PLEGARIA UNIVERSAL
En
el camino de esta vida, nuestra fuerza desfallecen, las heridas aparecen y
necesitamos al único capaz de atender todas sus nuestras necesidades. Al padre
elevamos nuestras oraciones repitiendo: Padre, sana los corazones
destrozados.
1.- Padre,
te pedimos por el Papa Francisco y por la Iglesia, cuerpo de tu Hijo para que
sanes los pecados de todos los que la componemos y así permitamos que en ella
resplandezca la luz de Cristo. Roguemos al Señor.
2.- Padre,
te pedimos por el mundo, lleno de injusticias y egoísmo para que sanando las
heridas de los corazones, nos llenemos de tu amor y así florezca con fuerza el
reino de tu Hijo. Roguemos al Señor.
3.- Padre,
te pedimos por los pobres, los enfermos, los que sufren sin trabajo, para que
nuestra solidaridad y el consuelo de tu Amor llegue a sus corazones y
encuentren junto a ti, la solución a sus problemas. Roguemos al Señor.
4.- Padre,
te pedimos, por todos los que sufren la violencia en el hogar, en el trabajo,
en sus países para que cese el maltrato y vivan con alegría la dicha de ser hijos
de Dios. Roguemos al Señor.
5.- Por
todos los cristianos para que Dios sane nuestros corazones y así lleguemos a la
unidad para construir todos una Iglesia acorde al evangelio. Roguemos
al Señor.
6.- Por
todos nosotros, aquí presentes, para que fortalecidos por tu palabra y la
fracción del pan, llevemos nuestra solidaridad y una palabra de consuelo a los
que sufren. Roguemos al Señor.
Padre,
tu mejor que nadie sabes de las necesidades de tu pueblo, atiende todas las
plegarias y acompáñanos siempre en nuestro caminar. Te lo pedimos por
Jesucristo nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, y Dios nuestro que has creado los frutos de la tierra para
sostener nuestra fragilidad, haz que estos dones se conviertan en sacramento de
vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Señor, que nos hiciste compartir el mismo pan y el mismo
cáliz, concédenos vivir de tal manera
que, unidos en Cristo, demos fruto con alegría para la salvación del mundo. Por
Jesucristo nuestro Señor.
COMENTARIO
Jesús
es el hombre de los caminos, de la gente y de la oración en los lugares
desiertos. Pero conoció también el calor de una casa en donde uno está seguro
de ser bien recibido. Pensemos en Betania, en la casa de Lázaro, Marta y María.
Pero hubo otro sitio en donde se sintió más en su casa: la casa de Pedro y de
Andrés en Cafarnaúm. La página que se nos propone es tan rica que nos detenemos
poco en el primer episodio, la curación de la suegra de Pedro. Sin embargo
también aquí hay materia de reflexión. Está claro que Marcos recoge lo que le
contó el mismo Pedro. Mi suegra estaba en cama con fiebre muy alta. Llegó Jesús
se lo dijimos, él se acercó, la tomó por la mano y la levantó, la fiebre le
dejó y ella se puso a servirnos. Fíjense bien en dos palabras: “La levantó” y
“se puso a servirles”.
Como
el milagro es siempre una enseñanza, el evangelista quiere indicarnos que el
poder de Jesús nos puede levantar para que nos convirtamos en personas que sirvan.
Todo esto ocurre “en la casa”. Y la mujer que sana Jesús es la que le ofrece su
hospedaje. ¡Qué seguramente no parará mientras Jesús estaba allí! Ahora sólo
tiene a los cuatro preferidos: Pedro, Andrés, Santiago y Juan. Pero pronto
tendrá a los doce, ¡Y la gente! Marcos dice un poco más adelante: “Acudían a él
de todas partes, de forma que no le dejaban tiempo ni para comer”. Todo esto no
le resulta muy agradable a la dueña de la casa que ve cómo se le enfría la
comida. Nos imaginamos a la suegra de Pedro haciendo frente a todo aquello,
como tantas mujeres que tienen el genio de la hospitalidad con todo lo que esto
supone de generosidad y de discreción. “Les estuvo sirviendo” Vale la pena
meditar sobre “las sirvientas”.
Tanto
si nos sentimos llamados nosotros mismos a esta vocación como si necesitamos
tomar más conciencia de nuestra actitud con todas esas personas abnegadas.
Bromear jamás con la palabra suegra.
Las caricaturas y los chistes crean una
atmósfera malsana en torno a una función que es muy delicada: no obligar a un
hijo a dividirse entre madre y esposa,
ayudar a una nuera a ser discreta y paciente y cuidar con gusto de los niños
sin querer educarlos al margen de lo que piensan los padres. Quizás sea el
momento con ocasión de este evangelio, de examinar nuestro comportamiento y
nuestras palabras ante el Señor que cura todas las malas fiebres.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL
DE CADA DÍA
Lunes 05: 1R 8,
1-7.9-13; Sal 131; Mc 6, 53-56.
Martes 06: 1R 8,
22-23.27-30; Sal 83; Mc 7, 1-13.
Miércoles 07: 1R 10,
1-10; Sal 36; Mc 7, 14-23.
Jueves 08: 1R 11,
4-13, Sal 105; Mc 7, 24-30.
Viernes 09: 1R 11,
29-32, 12,19; Sal 80; Mc 7, 31-37.
Sábado 10: 1R 12,
26-32; 13, 33-34; Sal 105; Mc 8, 1-10.
Domingo 11: Lv 13,
1-2.44-46; Sal 31; 1Co 10, 31-11,1; Mc 1, 40-45.
COMENTARIOS
AL EVANGELIO
Mc 1, 29-39
Par: /Mt/08/14-17:
/Lc/04/38-44
1.- La actitud de Jesús frente a la suegra de Simón presenta
caracteres absolutamente nuevos. En primer lugar, un rabino nunca se habría
dignado acercarse a una mujer y cogerla de la mano para devolverle la salud.
Pero, sobre todo, un rabino no se habría dejado nunca servir por una mujer.
Jesús no solamente pone en cuestión estas reglas rabínicas, sino que invierte
todos los presupuestos de las relaciones sociales, dando al
"servicio" un nuevo estilo y un nuevo contenido.
SERVICIO/GRIEGOS: El "servicio" -la
"diakonía (diaconía)"- era, a los ojos de los griegos, una cosa
indigna. Dominar, no servir: esto era lo característico de un ser humano. Para
el griego el fin de la vida humana está en el perfecto desarrollo de la propia
personalidad; por lo tanto, le resulta extraño todo sentido de servicio al
prójimo.
Por el contrario, en la doctrina de Jesús el concepto de servicio
se desarrolla partiendo del progreso antiguo testamentario del amor al prójimo.
Jesús lo cogió de allí, y, vinculándolo al precepto del amor a Dios, lo propuso
como elemento central de la actitud moral exigida por Dios al hombre. Con esto
Jesús revisa el concepto de servicio, liberándolo de las alteraciones de las
que había sido objeto en el judaísmo tardío.
Con respecto a la mentalidad griega, su posición frente al
"servir" es completamente nueva; la nota dominante es que por
"servicio" él entiende precisamente la actitud que del hombre hace un
discípulo de Jesús.
Pero, incluso considerando el término "diakoneîn" en el
sentido propio de servir a la mesa, Jesús ha introducido aquí una valoración
nueva en muchos aspectos. Efectivamente, en la mesa es muy notable el contraste
entre las personas ilustres sentadas y el criado o la mujer que sirven. Para
los sirvientes atentos será, pues, un altísimo honor, si el señor, al volver a
casa, los recompensa haciéndolos sentarse a la mesa y sirviéndoles él mismo.
(Lc 12,37). Pero el acto de Jesús es profundamente innovador, en cuanto que, en
su valoración moral, ha invertido la relación entre "servir" y
"hacerse servir": "el Hijo del hombre no ha venido para hacerse
servir, sino para servir" (10, 45). La "diakonía" -el servicio-
ejercida por la suegra de Simón inicia un nuevo estilo en las relaciones
humanas.
La jornada positiva, transcurrida en Cafarnaúm, podría hacer
pensar que Jesús se dejaba arrastrar por el entusiasmo de la gente. Todo lo
contrario: Jesús se escapa y se va al desierto a orar. Los discípulos no
entienden nada de esto: ¿cómo es posible que deje perder la ocasión del
entusiasmo de las turbas en Cafarnaúm? Jesús les responde diciendo que el
pueblo no se encuentra solamente en la capital, sino en los lugares perdidos de
la geografía galilea. Hay que ir a por la gente donde está, sin dejarse engañar
por el espejismo del apostolado urbano y central bien organizado. El Evangelio
requiere un "servicio" itinerante, lleno de sorpresas para la misma
burocracia eclesial.
Comentarios a la Biblia
Litúrgica Nt, Edic Marova/Madrid 1976.Pág. 1118
2.- La gente se agolpaba ante la puerta de la casa de Simón, en
Cafarnaún; se había proclamado allí una buena noticia. La gente se agolpa en el
umbral de la casa de Pedro, que es la Iglesia. En ella, siglo tras siglo, se
nos anuncia una buena noticia a todos nosotros, multitud de lisiados, multitud
de los que hemos perdido la esperanza: ¡Dios nos anuncia la gracia de su Reino!
Dios cada dia, Siguiendo el leccionario
ferial, Semanas I-Ix T.O. Evang. de Marcos, Sal Terrae/Santander 1990.Pág. 178
3.- Constatamos en las narraciones evangélicas que la enfermedad
acompaña la desesperanza, la ruptura psicológica, la marginación social. El
mismo Job lleva al campo existencial global sus males: mis días se consumen sin
esperanza, mis ojos no verán más la dicha. La enfermedad, el hambre, la
necesidad, afectan a todo el hombre.
Y a su vez, la esclavitud, la posesión por cualquier demonio
-alguien o algo-, es reflejada en las narraciones evangélicas con signos
exteriores, irrumpe y trasporta el normal desarrollo físico de la persona. No
hay mal físico que no lleve consigo un mal moral, ni hay un mal espiritual que
no tenga su reflejo físico. El hombre es una unidad y es pura distinción de
razón asignar a la liberación cristiana sólo parcelas del hombre. El sujeto de
liberación no es la enfermedad ni el pecado, sino el hombre.
Lo que sí distingue la salvación de Jesús es que no echa un
demonio del hombre para dejar sitio a otro. La familia de los demonios
intercambia sus puestos con facilidad. Todo queda en casa. A veces echamos una
injusticia -la guerra- a base de instalar otra -el hambre-, o destronamos la
posesión de la dictadura política instalando en su lugar la dictadura del
dinero o del consumo. Cuando la liberación procede de Jesús o se realiza en
nombre de Jesús, queda un solo Señor, que siempre apela a la libertad.
Jesús M. Alemany, Dabar
1988/14
4. - La escena, en la que interviene solamente un número
reducido de discípulos, nos ha llegado seguramente a través de la narración de
un testigo presencial. Podemos destacar la acción de Jesús y la de la mujer:
JESÚS, DÁNDOLE LA MANO, LA LEVANTA (el verbo es el mismo que se usa para hablar
de la resurrección de Jesús). La acción es más que una simple curación, es una
acción salvadora.
Precisamente por ello, la que ha sido sanada SE PONE A SERVIR
TANTO A JESÚS COMO A SUS DISCÍPULOS; al mismo tiempo este servicio indica que
la mejora ha sido total.
J. Roca, Misa Dominical
1982/03
5.- El primer capítulo de Marcos describe la evolución espiritual
y apostólica de Jesús a lo largo de las primeras semanas de su ministerio. En
primer lugar se fue a Judea y al desierto para hacerse discípulo del Bautista
(Mc. 1, 9-13). Parece ser que se quedó durante algún tiempo en la escuela de
Juan y que no se fue de su lado hasta que le detuvieron (Mc. 1, 14). Aquí es
donde se produce un cambio importante en su vida: Jesús se niega a ser, como su
maestro, un rabino a quien acuden los discípulos (Mc. 1, 5); será más bien un
rabino ambulante que va al encuentro de las multitudes y de las más miserables
de entre ellas: las de Galilea. Jesús se dirige, efectivamente, a Galilea y
rompe sus primeras armas en su misma ciudad, Cafarnaún (Mc. 1, 21).
Parece ser que el éxito está asegurado: continuamente le están
llevando enfermos y toda la ciudad pone cerco a su puerta (Mc. 1, 33). Pero
Jesús rechaza este éxito tan ambiguo (cf. Mc. 1, 34b) y adopta otra decisión:
se irá de la ciudad (v. 38) y recorrerá los pueblos vecinos. El ideal misionero
es, pues, el fermento de la vida de este joven rabino y el criterio con que
juzga y replantea su actividad.
Jesús toma esta decisión que modifica su género de vida en aras de
la voluntad de su Padre, y al contacto prolongado con la oración se despierta
su conciencia de rabino (v. 35).
Marcos es el único que subraya la preocupación de Jesús por educar
ya a sus discípulos en este estilo de vida misionera ("vámonos a otra
parte...": v. 38), fijándoles así una actividad que pocos rabinos de su
época fijaban a sus discípulos.
Maertens-Frisque, Nueva Guía de la Asamblea Cristiana II, Marova
Madrid 1969.Pág. 182
6. /Mc/01/29-31.
El relato de la curación de la suegra de Pedro es muy vivo dentro
de su sencillez; parece como si se oyera la voz de los testigos oculares. Pero
si queremos leer estas curaciones de Jesús con los ojos de los primeros
cristianos, no hemos de ver en ellos simples prodigios, sino captar en ellos las
"palabras" que anuncian el Reino y el mensaje de vida. A este
propósito bastará con dos detalles muy elocuentes. El relato está dominado por
la expresión "la levantó", que en el lenguaje del Nuevo Testamento
evoca la resurrección de Jesús y la resurrección bautismal. La narración
-segundo detalle- termina con la mención del "servicio" (en la forma
griega que se utiliza para la acción continua), para expresar el seguimiento y
la actitud del discípulo. A la luz de estas dos expresiones, el gesto de Jesús
se convierte en un símbolo perenne: la intervención de Jesús es la que nos hace
levantarnos para que emprendamos el camino del servicio.
Bruno Maggioni, El Relato de
Marcos, Edic. Paulinas/Madrid 1981.Pág. 42
7.- La escena, en la que interviene solamente un número reducido
de discípulos, nos ha llegado seguramente a través de la narración de un
testigo presencial. Podemos destacar la acción de Jesús y la de la mujer:
Jesús, dándole la mano, la levanta (el verbo es el mismo que se usa para hablar
de la resurrección de Jesús). La acción es más que una simple curación, es una
acción salvadora. Precisamente por ello, la que ha sido sanada se pone a servir
tanto a Jesús como a sus discípulos; al mismo tiempo este servicio indica que
la mejora ha sido total.
Josep Roca, Misa Dominical
1982/10
8.- Continuamos con san Marcos, el relato de la primera jornada de
Jesús en Cafarnaúm.
-Al dejar la sinagoga de Cafarnaúm, Jesús, acompañado de Santiago
y Juan, fue a casa de Simón y Andrés.
Desde la sinagoga, lugar de la voz pública, Jesús se dirige a una
casa particular, la de los hermanos Andrés y Simón.
Contemplo a Jesús acompañado de sus cuatro discípulos caminando
por la calle y entrando en la casa.
También hoy la acción de Dios se ejerce por todos los sectores de la
vida: religiosa y profana, pública y privada.
-La suegra de Simón estaba acostada con fiebre, e inmediatamente
se lo dijeron a Jesús, El, acercándose, la tomó de la mano y la levantó. La
fiebre la dejó y ella se puso a servirles.
La "buena nueva", el "Reino de Dios", no es
solamente una "proclamación", es también una "acción" que
libera del mal:
Jesús, en esta jornada simbólica, resumen de lo que hará durante
tres años, hace ante todo dos cosas:
--enseña... habla... El es el Verbo, la Palabra de Dios.
--manifiesta su poder: curaciones, liberaciones...
Todo ello muy simplemente, como sin esfuerzo: vuelvo a leer la
frase que nos muestra a Jesús actuando: se acerca, le coge la mano, hace que se
levante. Gestos familiares, amistosos, humanos.
Me imagino la escena como si estuviera presente. Y creo, Señor,
que tú tienes hoy y siempre, el mismo soberano y tan sencillo poder. En cada
sacramento, tú me tomas por la mano, y me sanas de mis "fiebres": de
mi egoísmo, de mi pereza, de mi escaso o nulo atractivo por la oración.
-Llegado el atardecer, puesto ya el sol, le llevaron a todos los
enfermos y endemoniados y toda la ciudad se reunió a la puerta; curó a muchos
pacientes de diversas enfermedades y echó muchos demonios.
Tu presencia libera del mal, de todo lo que hace daño: pecado,
enfermedad, mal moral y mal físico. Hoy todavía, Señor, acudimos a ti para que
nos sanes: ruego partiendo del mal que hay en mí, y a mi alrededor... lo
presento a Jesús...
-Y no les permitió hablar porque saben quién es El.
Ese tema del "silencio" que Jesús impone reaparece aquí
por segunda vez en la misma jornada. Jesús no busca el éxito, la apariencia. La
sabiduría popular dice: "el bien no hace ruido, ni el ruido hace el
bien".
-Al día siguiente, mucho antes de amanecer, Jesús se levantó,
salió, se fue a un lugar desierto, y allí oraba. Fueron después Simón y sus
amigos a buscarle, y habiéndole hallado le dijeron:
"Todos andan buscándote".
He aquí la tercera ocupación de Jesús: después de la enseñanza y
de la lucha contra el mal... ¡la oración! El desierto. Un lugar desierto.
Soledad, silencio. Es aquí donde Jesús va a resarcirse, muy temprano
"mucho antes de la aurora". No debió ser la única vez. Toda su misión
parte de aquí, de esa fuente interior. ¿Cuánto tiempo paso en esta oración solitaria,
a solas con Dios?
-Mas Jesús les contestó: "Vamos a otra parte, a las aldeas
próximas para predicar allí, pues para esto he salido".
Ideal misionero. Parte al encuentro de los otros.
Noel Quesson, Palabra de
Dios para cada día 1, Evang. De Adviento a Pentecostés, Edit. Claret/Barcelona
1984.Pág. 266 S.