SU ROSTRO SE TRANSFIGURÓ
COMENTARIO
Lucas en el evangelio de
hoy se centra en primer lugar en Jesús. Mientras ora, su rostro y sus vestidos
empiezan a resplandecer. Dos hombres, también resplandecientes, le hablan de su
resurrección en Jerusalén. A continuación, se centra en Pedro, Juan y Santiago.
No comprenden, y ante la marcha de Moisés y Elías se ofrecen voluntarios a
construir alojamientos. Pero una nube envuelve a los tres seres gloriosos con
el consiguiente miedo de Pedro y sus dos compañeros, que oyen cómo una voz les
habla de Jesús.
Comentemos: Trasladémonos al capítulo 24 de
Lucas. Unas mujeres descubren que el sepulcro de Jesús está vacío. De repente
se les presentan dos hombres con vestidos refulgentes. El miedo se apodera de
ellas y los dos hombres les dicen que Jesús vive. Hay demasiados elementos
comunes en ambos relatos para no ver que entre ellos existe una relación
intencionada por parte del autor.
Esta relación nos ayuda a comprender el
sentido del texto de hoy. En él no se trata de la muerte de Jesús, sino de su
vida gloriosa. Nos hallamos ante una anticipación de esa vida. Es curioso y
significativo el término empleado por Lucas para designarla: éxodo, salida. De
Egipto a Israel fue el éxodo-tipo, el inicial, el nuclear. Pero este inicio y
este núcleo se han ido ampliando y desarrollando hasta culminar en el éxodo de
Jesús, en su salida de la muerte a la vida. De la muerte real a la vida real.
Los éxodos anteriores, representados por Moisés y Elías, se dan cita en este
último y en él tienen su culminación. Todo es fabuloso y todo es real en él. Es
la realidad de la vida de Jesús a pesar de la muerte. No es fácil, sin embargo,
la captación y aceptación de esta realidad. El desconcierto de Pedro y sus dos
compañeros lo ejemplariza.
La transfiguración, que el evangelista sitúa
como un alto en el camino que sube a Jerusalén, no ha sido otra cosa que una
anticipación momentánea de la última meta y como un aliento para seguir
caminando. Jesús les manda que callen lo que han visto hasta que todo se cumpla
y el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos (Mt 17,9).
El domingo pasado contemplábamos a Jesús
fiel a su vocación terrestre, sin caer en la tentación de forzar a Dios y sin
ángeles a su servicio. Hoy es el propio Dios quien sale al encuentro de Jesús.
Pedro y sus compañeros se asustan. Temen que la nube, símbolo de la presencia
de Dios, vaya a destruir a quienes ha envuelto. Muy al contrario, es el propio
Dios quien acredita a Jesús. Escúchenlo.
R.P. Roland Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Sal 24, 6.2.22
Recuerda, Señor, que tu ternura y tu
misericordia son eternas. Que no triunfen de
nosotros nuestros enemigos; sálvanos, Dios de Israel, de todos nuestros
peligros.
ORACION COLECTA
Oh Dios, que nos has mandado escuchar a tu
Hijo amado, alimenta nuestro espíritu con tu palabra; para que, con mirada
limpia, contemplemos gozosos la gloria de tu rostro. Por nuestro Señor
Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Génesis 15, 5-12. 17-18.
En aquellos días, Dios sacó las estrellas, si puedes”. “Mira al cielo;
cuenta las estrellas si puedes”. Y añadió: “Así será tu descendencia”. Abrahán
creyó al Señor y el Señor se lo tuvo en cuenta. El Señor le dijo: “Yo soy el
Señor, que te sacó de Ur de los Caldeos, para darte en posesión esta tierra”.
Él replicó: “Señor Dios ¿Cómo sabré yo que voy a poseerla?”.
Respondió el Señor: “Tráeme una ternera de tres años, una cabra de tres
años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón”. Abrahán los trajo y
los cortó por el medio, colocando cada mitad frente a la otra, pero no
descuartizó a las aves. Los buitres bajaban a los cadáveres y Abrahán los
espantaba. Cuando iba a ponerse el sol, un sueño profundo invadió a Abrahán y
un terror intenso y oscuro cayó sobre él.
El sol se puso y vino la oscuridad, una humareda de horno y una
antorcha ardiendo pasaban entre los animales descuartizados. Aquel día el Señor
hizo una alianza con Abrahán en estos términos: “A tus descendientes les daré
esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río, el Eufrates”.
SALMO
RESPONSORIAL (26)
El Señor es mi
luz y mi salvación
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la
defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? R
Escúchame, Señor que te llamó; ten piedad, respóndeme. Oigo en mi corazón:
“Busquen mi rostro”. R
Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro. No rechaces con ira
a tu siervo, que tú eres mi auxilio. R
Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el
Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. R
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 17—4,1.
Hermanos: Sean todos ustedes
imitadores míos, y observen atentamente a los que siguen el ejemplo que yo les
he dado. Porque, como les decía muchas veces, y ahora lo repito con lágrimas en
los ojos, hay muchos que se portan como enemigos de la cruz de Cristo: su fin
es la perdición; su Dios, el vientre; su gloria, lo vergonzoso. Sólo aspiran a
cosas terrenas.
Nosotros, por el contrario, somos ciudadanos del cielo, de donde
aguardamos un Salvador; el Señor Jesucristo. El transformará nuestro cuerpo
humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con el poder que tiene para
poner todas las cosas bajo su dominio. Así, pues, hermanos míos muy queridos y
añorados, mi alegría y mi corona, perseveren firmemente en el Señor.
ACLAMACION
ANTES DEL EVANGELIO
En el
esplendor de la nube se oyó la voz del Padre: “Este es mi Hijo, el amado;
escúchenlo”.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 9,
28b-36.
En aquel tiempo, Jesús tomó a Pedro a Juan y a Santiago y subió a lo
alto de la montaña para orar. Y mientras oraban, el aspecto de su rostro cambió,
sus vestidos brillaban de blancos.
De repente, dos hombres conversaban con él: oran Moisés y Elías, que,
apareciendo revestidos de Gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en
Jerusalén.
Pedro y sus compañeros se caían de sueño; pero, permanecieron
despiertos y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él.
Mientras estos se alejaban, dijo Pedro a Jesús: “Maestro, qué bien se está
aquí. Haremos tres carpas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”.
No sabía lo que decía. Todavía estaba hablando, cuando llegó una nube
que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía:
“Este es mí Hijo, mi elegido, escúchenlo”.
Cuando se oyó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio
y por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos a Jesús, el Hijo de Dios, y supliquémosle que acelere la llegada
de los cielos nuevos y la tierra nueva, donde contemplaremos su rostro
eternamente. Digamos: R.- Muéstranos tu gloria y escúchanos.
1.- Por la Iglesia; que por la oración y cercanía a los hombres
descubra la voluntad de Dios y la anuncie con claridad. Oremos. R.
2.- Por los que hemos recibido el don de la fe, por los que presiden
las comunidades, por los que buscan la verdad: que el resplandor de la goria de
Cristo nos haga testigos creibles de su evangelio. Oremos. R.
3.- Por los líderes y
gobernantes de las naciones; para que, a ejemplo de Cristo escuchen el
sufrimiento de su gente y se comprometan en la construcción de una sociedad mas humana. Oremos.
R.
4.- Por los que sufren a causa de la enfermedad, el desempleo, la
exclusión: para que encuentren en sus hermanos, la fuerza que da el Señor y
hagan fecundo su sufrimiento. Oremos. R.
5.- Por todos los que nos hacen el bien y por los que nos hacen daño,
por nuestros amigos y enemigos, por nuestros compañeros de trabajo o estudio:
que juntos sepamos escuchar la voz del Señor y seguir sus caminos. Oremos.
R.
6.- Por cada uno de nosotros, pueblo escogido y amado de Dios; que
descubramos en nuestras vidas los destellos de la gloria del Padre y vivamos
con corazón agradecido. Oremos. R.
Señor Jesús, haznos dóciles a tu Palabra y fieles a tu amor, y no
permitas que nunca nos apartemos de ti. Tu que vives y reinas por los siglos de
los siglos. Amen.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Te
pedimos, Señor, que esta oblación obrre nuetros pecados y santifique los
cuerpos y las almas de tus fieles, para que celebren dignamente las fiestas
pascuales. Por Jesucirsto nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Mt 17, 5
Este es mi Hijo, en quien me complazco. Escúchenlo.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Te damos gracias, Señor, porque, al
participar en estos gloriosos misterios, nos hace recibir ya en este mundo, los bienes eternos del
cielo. Por Jesucrito neustro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 14: Dn 9, 4b-10; Sal 78; Lc 6, 36-38.
Martes 15: Is 1, 10.16-20; Sal 49; Mt 23, 1-12.
Miércoles 16:
Jr 18, 18-20; Sal 30; Mt
20, 17-28.
Jueves 17: Jr 17, 5-10; Sal 1; Lc 16, 19-31.
Viernes 18: Gn 37, 3-4.12-13ª-17b-28; Sal 104; Mt 21, 33-43.45-46.
Sábado 19: Sm 7, 4-5ª.12-14ª.16, Sal 88; Rm 4, 13.16-18.22; Mt 1,
16.18-21.24ª; Lc 2, 41-51ª.
Domingo 20: Ex 3, 1-8ª.13-15; Sal
102; 1Cor 10, 1-6.10-12; Lc 13, 1-9.
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Lc/09/28b-36
Par.: Mt 17, 1-9 Mc 9, 2-10
1.- Texto. Tres puntos revisables. Primero, la conversación de Moisés y
Elías es sobre la salida de Jesús en Jerusalén. Segundo: Las palabras de Pedro
son más fieles al original de la siguiente manera: nuestra presencia aquí es
oportuna pues podemos construir tres tiendas. Tercero. La traducción litúrgica
parece suponer que los envueltos en la nube son los discípulos. El original no
es ni mucho menos tan explícito. Creo que los envueltos son Jesús, Moisés y
Elías.
Lucas se centra en primer lugar en Jesús. Mientras ora, su rostro y sus
vestidos empiezan a resplandecer. Dos hombres, también resplandecientes, le
hablan de su resurrección en Jerusalén. A continuación se centra en Pedro, Juan
y Santiago. No comprenden, y ante la marcha de Moisés y Elías se ofrecen
voluntarios a construir alojamientos. Pero una nube envuelve a los tres seres
gloriosos con el consiguiente miedo de Pedro y sus dos compañeros, que oyen
cómo una voz les habla de Jesús.
Comentario. Trasladémonos al capítulo 24 de Lucas. Unas mujeres
descubren que el sepulcro de Jesús está vacío. De repente se les presentan dos
hombres con vestidos refulgentes. El miedo se apodera de ellas y los dos
hombres les dicen que Jesús vive. Hay demasiados elementos comunes en ambos
relatos para no ver que entre ellos existe una relación intencionada por parte
del autor.
Esta relación nos ayuda a comprender el sentido del texto de hoy. En él
no se trata de la muerte de Jesús, sino de su vida gloriosa. Nos hallamos ante
unas anticipación de esa vida. Es curioso y significativo el término empleado
por Lucas para designarla: éxodo, salida. De Egipto a Israel fue el éxodo-tipo,
el inicial, el nuclear. Pero este inicio y este núcleo se han ido ampliando y
desarrollando hasta culminar en el éxodo de Jesús, en su salida de la muerte a
la vida. De la muerte real a la vida real. Los éxodos anteriores, representados
por Moisés y Elías, se dan cita en este último y en él tienen su culminación.
Todo es fabuloso y todo es real en él. Es la realidad de la vida de Jesús a
pesar de la muerte. No es fácil, sin embargo, la captación y aceptación de esta
realidad. El desconcierto de Pedro y sus dos compañeros lo ejemplariza.
El domingo pasado contemplábamos a Jesús fiel a su vocación terrestre,
sin caer en la tentación de forzar a Dios y sin ángeles a su servicio. Hoy es
el propio Dios quien sale al encuentro de Jesús. Pedro y sus compañeros se
asustan. Temen que la nube, símbolo de la presencia de Dios, vaya a destruir a
quienes ha envuelto. Muy al contrario, es el propio Dios quien acredita a
Jesús. Escuchadle.
ALBERTO BENITO
DABAR 1986, 16
2.- Texto. Se articula dentro de un contexto en el que Jesús acaba de
hablar de su muerte y de su resurrección, de la necesidad de ese camino para
todo el que quiera ser su discípulo y del anuncio de que algunos de los
presentes verán el Reino de Dios antes de que mueran.
En este contexto Lucas nos presenta a Jesús subiendo a un monte en
compañía de Pedro, Juan y Santiago, con la finalidad concreta de orar, y no de
manifestarse a sus discípulos. La referencia a la oración es típica de Lucas.
Un judío oraba varias veces al día, pidiendo a Dios la venida del Mesías. Lucas
parece presuponer que se trata de la oración de primeras horas de la noche,
puesto que de los tres discípulos dice más adelante que se caían de sueño.
MU/EX: La descripción de
la transformación de Jesús y el diálogo con Moisés y Elías la sitúa Lucas
durante la oración de Jesús. La escenografía es escatológica: color blanco,
brillo, gloria o resplandor, Moisés y Elías, cuya vuelta se esperaba para el
final de los tiempos. Es decir, Lucas se sitúa en este final y lo describe
desde las concepciones y los símbolos con que los judíos se lo imaginaban. El
diálogo versa sobre el éxodo de Jesús. Es el término que emplea el texto
griego, y no muerte como dice la traducción litúrgica. El término, en sí mismo,
suena al éxodo de Israel, a su salida de la cautividad de Egipto para entrar en
la tierra prometida. Tanto Moisés como Elías habían hecho la experiencia de un
camino que va de la opresión a la liberación.
La experiencia de Elías la encuentras en 1 Reyes 19. El camino del que
ha hablado Jesús a sus discípulos en el texto anterior al de hoy es exactamente
el mismo: de la muerte (opresión) a la resurrección (liberación).
En medio de la escenografía escatológica entran en acción Pedro y sus
dos compañeros. Su entrada coincide con la marcha de Moisés y Elías, marcha que
Pedro cree poder evitar haciendo una propuesta desafortunada. No sabía lo que
decía. La situación escatológica sigue. El propio Dios se hace presente bajo el
símbolo de una nube envolvente y habla a los tres discípulos sobre Jesús.
Moisés y Elías no están ya. Sólo Jesús es el importante y a quien hay que escuchar,
ya que se trata de un mensajero o enviado muy especial: es el Hijo de Dios. Los
éxodos pasados, representados por Moisés y Elías, no existen ya, eran
prefiguraciones, anticipos. El éxodo último y definitivo, que completa y da
sentido a los anteriores, es el de Jesús, su muerte y su resurrección. Cuando
éstos tengan lugar realmente, algo decisivo habrá acontecido en el tiempo: éste
habrá empezado a ser efectivamente escatológico, es decir, último y definitivo.
Hoy, segundo domingo de cuaresma, todo esto tiene sólo valor literario. El
domingo de Pascua todo esto tendrá además valor real.
Resumiendo: En su línea de instrucción cristiana expresiva y gráfica
Lucas nos presenta la muerte y resurrección de Jesús como el último y
definitivo éxodo, que da paso al nuevo tiempo.
Comentario. Caminar en cristiano es hacerlo en comunicación con Dios.
Una vez más insiste Lucas en esto ofreciéndonos el modelo de Jesús en oración.
Pero sigue sin ofrecernos el modelo de oración de Jesús. Esto lo hará más
adelante, en el cap., 11: el Padrenuestro. Según este modelo, orar es pedir a
Dios que El sea realidad entre nosotros, de forma que entre nosotros todo sea
diferente.
Al ser Dios realidad en Jesús, Lucas concibe el camino de Jesús como la
realización de lo que en la Biblia se llama el Reino de Dios. Culminación y
apoteosis de este Reino es la resurrección de Jesús. Desde ella escribe Lucas
su relato, imaginándosela como muchos judíos imaginaban entonces el final de
los tiempos.
El modelo de camino de Jesús es un modelo de éxodo, es decir, el sentido
de la marcha va de la opresión a la liberación. Ese es también el modelo de
camino al que somos invitados. Siguiendo, pues, el camino de Jesús sabemos por
anticipado y con absoluta certeza que caminamos en dirección liberadora. Con un
bagaje así, tan poco pesado y sin embargo tan importante, el camino es otra
cosa.
A.- BENITO
DABAR 1989, 14
3.- Los tres discípulos que serían testigos del abatimiento de Jesús en
Getsamaní, fueron elegidos antes para ver su gloria en el Tabor.
La blancura de los vestidos de Jesús y el nuevo aspecto de su rostro
(Mateo dice que aquellos se tornaron blancos como la luz y que su rostro
resplandecía como el sol) no son más que la manifestación de la dignidad y la
gloria que le correspondía como Hijo de Dios. Moisés y Elías, representando a
la Ley y los Profetas -todo el Antiguo Testamento-, conversan con Jesús de lo
que aún ha de cumplirse en Jerusalén. Toda la historia de la salvación culmina
en Jesucristo, pero el momento de esta culminación es la hora de su exaltación
en la cruz. El Tabor no se explica sin el Calvario. TABOR/CALVARIO:
A pesar de que sólo hace seis días (Mt 17, 1) desde que Jesús les había
anunciado su pasión y muerte en Jerusalén y había reprendido precisamente a
Pedro porque intentó torcer su camino, éste sigue sin entender nada. Piensa que
ha llegado la hora de disfrutar el triunfo y que puede ahorrarse lo que ha de
suceder todavía.
La "nube", o la "columna luminosa", es en la biblia
el símbolo de la presencia de Dios. Aquí aparece como respuesta a la
proposición de Pedro. De la nube sale la voz de Dios. El signo de la nube es
interpretado por la palabra. Y la palabra confirma a Jesús como enviado de
Dios, como Hijo que ha venido a cumplir su voluntad. A él deben atenerse Pedro
y sus compañeros. Lo fascinante y lo tremendo de la presencia de Dios, de la
teofanía, se advierte en las palabras de Pedro y en el temor de los tres
discípulos al ser introducidos dentro de la nube.
La transfiguración, que el evangelista sitúa como un alto en el camino
que sube a Jerusalén, no ha sido otra cosa que una anticipación momentánea de
la última meta y como un aliento para seguir caminando. Jesús les manda que
callen lo que han visto hasta que todo se cumpla y el Hijo del Hombre resucite
de entre los muertos (Mt 17,9).
EUCARISTÍA 1982, 11
4..- Texto. Sirviéndose de un dato cronológico preciso, el autor
relaciona la escena que va a seguir con las palabras precedentes de Jesús (cfr.
estas palabras en Lc. 9, 22-27). El marco y la circunstancia son los mismos que
en Lc. 6, 12. Descripción de la escena en los vs. 29-31. Es importante observar
que el autor deja fuera de esta descripción a Pedro, Santiago y Juan. Así pues,
el autor divide en dos al grupo que ha subido a la montaña. De un lado, Jesús:
de otro, los tres. Si seguimos observando con atención, percibiremos que entre
Jesús y los tres no hay comunicación de ningún tipo. Jesús habla de sus cosas
con Moisés y Elías, pero no con Pedro, Santiago y Juan. Más aún, Pedro no sabe
lo que dice. Tenemos, pues, el ámbito de Jesús por un lado y el ámbito de los
tres por otro. Dos ámbitos irreductibles, puesto que no pueden comunicarse ni,
consiguientemente, entenderse. La solución a esta situación es la nube,
conocido vehículo plástico de la presencia de Dios. Envolviéndolos a los tres,
la nube los sitúa en el ámbito mismo en que están Jesús, Moisés y Elías. La
comunicación puede ya tener lugar y con ella el entendimiento.
Comentario. Como indicaba al comienzo, el texto de hoy tiene mucho que
ver con las palabras de Jesús en Lc. 9, 22-27, palabras que a su vez habían
sido motivadas por la anterior respuesta de Pedro a la pregunta de quién es
Jesús (cfr. Lc. 9, 18-20). Entre Pedro y Jesús se había producido una
dialéctica, una tensión.
Pedro tiene una concepción de la persona de Jesús que Jesús ni comparte
ni acepta. Ambos se mueven en ámbitos distintos. Es lo que Lucas pone
plásticamente de manifiesto en el relato de hoy.
PEDRO/INCREDULIDAD D/IMAGENES-FALSAS: Pero si de la
constatación del hecho de la disparidad de concepciones pasamos a los
contenidos de esa disparidad, la sorpresa que nos llevaremos será mayúscula,
pues descubrimos que Pedro se mueve ni más ni menos en la misma línea en que se
movía el tentador del domingo pasado. Pedro concibe a Jesús en términos del
omnipotente que puede y debe imponer su mano. Pedro no entra por la concepción
de un Jesús trajinado por el acontecer histórico. Pedro no entra por Jerusalén.
Pedro quiere un Jesús fuerte, de rompe y rasga, que ponga las cosas en su sitio
con autoridad y dominio. En última instancia: quiere un Dios como tiene que
ser. ¡Un Dios como tiene que ser! ¡Qué expresión tan castiza y significativa!
Pero, mira por dónde, Dios no quiere ser así. La voz de Dios, al final del
relato, tiene de todo menos de omnipotente y poderosa. No es una orden; es una
invitación. ¡Qué fantástico es este Dios de Jesús! Cansado de ser el Dios que
los humanos queremos que sea, hoy nos pide que le dejemos ser simplemente el
Dios de Jesús y que le aceptemos así. El domingo pasado hablábamos de
tentaciones de Jesús. Hoy hay que hablar de tentaciones de Pedro. Los dos
relatos se complementan para ofrecernos un Dios inédito. Inédito porque sigue
habiendo muchos Pedros que desean un Dios como tiene que ser, un Dios en su
puesto.
EUCARISTÍA 1983, 17
5.- "Jesús se llevó a Pedro, a Juan y a Santiago a lo alto de una
montaña, para orar": La narración de la transfiguración en Lucas sigue a
las palabras sobre el seguimiento y las actitudes del discípulo. Se trata de
presentar a quién se sigue. Es imposible determinar lo que hay en la escena de
histórico y lo que hay de simbólico. No podemos reducirlo a una sola dimensión
y debe leerse desde la perspectiva postpascual.
-"Pedro y sus compañeros... vieron su gloria y a los dos hombres
que estaban con él ": Jesús habla con Moisés y Elías sobre su
"muerte". Literalmente el término es "éxodo", que adquiere
una riqueza de sentidos: en el marco geográfico de Lc es una referencia al
camino que Jesús inicia hacia Jerusalén y que le conducirá a la muerte; y con
el trasfondo del AT es la referencia a la liberación de Egipto (fijémonos en la
relación de Moisés con el Éxodo y, también, de Elías con el monte del Horeb,
lugar de la alianza), clave de la manifestación de la gloria del Señor. Jesús
caminando hacia la muerte también manifiesta la gloria del Señor a sus
discípulos.
-"Este es mi Hijo, el escogido, escuchadle ": Hay ciertamente
una estrecha relación de esta escena con la del Bautismo. Si hasta ahora, en el
evangelio, Jesús ha sido presentado como el Mesías y el Hijo del Hombre, ahora
se da un paso más en la comprensión de su personalidad: es el Hijo que hay que
escuchar para entrar en la gloria del Reino. Las figuras de Moisés y Elías
hacen de contraluz. Son los dos representantes de los profetas que se tenía que
escuchar en la Antigua Alianza. Ahora hay que escuchar a Jesús
"solo".
-"Ellos guardaron silencio... ": Durante el ministerio de
Jesús, los discípulos, pese a haber entrado en la nube de la revelación de
Dios, no han sido aún capaces de entender y expresar claramente quién es Jesús.
Después de la resurrección serán capaces de proclamar la gloria que han
contemplado en el Hijo.
J. NASPLEDA
MISA DOMINICAL 1995, 4
6.- Otra epifanía de Jesús, nueva teofanía de Dios: «mientras oraba» el
hombre interior de Jesús se manifiesta, descorriendo el velo de su cuerpo.
La escena está llena de contrastes. Jesús se encuentra en plena gloria
pero habla de su muerte. Los discípulos casi entran en el cielo, pero están
asustados y «se caían de sueño». Quieren quedarse allí, pero tienen que bajar y
subir a Jerusalén. Dios les manifiesta al Hijo escogido, pero se les ordena no
decir nada.
Se trata de un anticipo de nuestra esperanza. Jesús transfigurado es el
modelo en el que seremos transformados. Pero antes hay que escucharle, hay que
seguirle, hay que subir con él hasta la cruz, hay que entrar en la nube de
Dios. La cruz es la gran teofanía de Dios, y es amando hasta la muerte como nos
transformaremos definitivamente. No es cuestión de hacer chozas en el monte,
sino de bajar a las simas donde sufren los hermanos.
En el relato hay circunstancias parecidas a las alianzas con Abraham y
con Moisés, sólo que en plenitud.
CARITAS
PASTOR DE TU HERMANO
CUARESMA 1986.Pág. 30
II DOMINGO DE CUARESMA
TOMADO DE LA MANO
TOMADO DE LA MANO CON JESÚS YO VOY,
LE SIGO COMO OVEJA QUE ENCONTRÓ AL PASTOR,
TOMADOS DE LA MANO CON JESÚS YO VOY A DONDE ÉL
VA (BIS)
Si Jesús me dice; Amigo, deja todo y ven
conmigo.
Yo mi mano pondré en la suya y me iré con él.
(Bis)
Yo te llevaré amigo a un lugar conmigo;
donde el sol y las estrellas aún brillan más.
Yo te llevaré amigo a un lugar conmigo,
donde todos es más hermoso y más feliz.
EN SU MESA HAY AMOR (KAIROI)
EL SEÑOR NOS HA REUNIDO JUNTOS A ÉL.
EL SEÑOR NOS HA INVITADO A ESTAR CON ÉL.
- EN SU MESA HAY AMOR LA PROMESA DEL PERDÓN.
Y EN EL VINO Y PAN SU CORAZÓN (bis).
Cuando Señor tu voz llega en silencio a
mí
y mis hermanos me hablan de ti,
se que a mi lado estas. Te sientas junto a mí.
Acoges mi vida y mi oración.
Al compartir tu pan nos unimos Señor,
tu voluntad se haga en mí.
Llenas mi corazón de alegría y paz,
contigo podré yo caminar.
JESUS, ESTOY AQUÍ
1.- Jesús, (Jesús) estoy aquí (aquí).
Jesús, ¿qué esperas de mí?
Mis manos, están vacías;
¿Qué puedo ofrecerte?
Sólo sé, que quiero, ser diferente.
Jesús, (Jesús) estoy aquí (aquí).
Jesús, ¿qué esperas de mí?
mis ojos / temen al mirarte;
quisiera / poder enfrentarte.
AMAR, COMO TÚ AMAS;
SENTIR, COMO TÚ SIENTES
MIRAR A TRAVÉS DE TUS OJOS,
JESÚ(UU)S.
2.- Contigo mi camino es difícil,
me exiges abrir un nuevo horizonte,
en la soledad de mi noche. Jesús.
No, no puedo abandonarte,
Jesús en mí penetraste,
me habitaste, triunfaste,
y hoy vives en mí.
BUSCO TU ROSTRO (NOVICIADO CONSOLACION)
Caminando por la vida, busco tu rostro, Señor.
¡Busco tu rostro!
MUÉSTRAME TU VIDA, MUÉSTRAME TU ESPÍRITU,
TENGO SED DE TI, TENGO SED DE TI. (BIS).
Con tu
gracia y con mi nada, hoy me acerco a Ti
¡Busco tu rostro!
Con la
fuerza de tu Espíritu y el impulso de tu amor.
¡Busco tu rostro!
DANOS TU LUZ (J.A. ESPINOSA)
SEÑOR, TU QUE BRILLAS EN LAS TINIEBLAS
DANOS TU LUZ (2V).
Mi corazón, está sangrando/
me
siento lejos, lejos de ti,
la vida es triste, si tú nos dejas (2v)
solos sin luz.
En esta noche sigo tus pasos
aunque no vea clara tu luz,
guíanos tú por esta vida/
por esta vida hasta la luz
Pronto vendrá el nuevo día
amanecer de eterna luz,
nace en nosotros paz y esperanza
juntos veremos la luz sin fin.
SUBE A LA MONTAÑA
SUBE A LA MONTAÑA,
SUBE A LA MONTAÑA,
SUBE A LA MONTAÑA
Y VERÁS AL SEÑOR /2
Oye la llamada de su voz,
no vuelvas la espalda al Redentor,
sube y sigue al Señor.
Él te invitará a ser pobre,
Él te invitará a ser limpio,
a vivir, a morir
por un mundo de amor.
No juzgues y no te juzgarán;
no devuelvas nunca mal por mal,
habla y di la verdad.
Todo aquel que sube, llega,
todo aquel que busca, encuentra,
la verdad que Jesús
en el monte enseñó.
REÚNE, SEÑOR, A TU IGLESIA
REÚNE, SEÑOR, A TU IGLESIA
EN EL AMOR Y LA UNIDAD. / (2)
Como este pan que partimos,
antes disperso por los campos,
ahora formando un solo pan.
Con este pan compartido,
con esta Sangre derramada,
la vida comulga en caridad.
Como torrente en crecida,
todos los pueblos de la tierra
un único pueblo formarán.
Acuérdate de tu Iglesia,
líbrala de todo peligro
y hazla perfecta en tu amor.
LLORA SIEMPRE JESÚS
LLORA SIEMPRE JESÚS CON LOS QUE LLORAN,
GRITA SIEMPRE JESÚS CON LOS QUE GRITAN,
MUERE SIEMPRE JESÚS CON LOS QUE MUEREN
Y SUFRE LA INJUSTICIA CON QUIEN SUFRE
INJUSTICIA.
A diario es escupido y despreciado
en todos los que sufren el desprecio
porque el Señor está en los marginados
y está bajo la piel de los hambrientos.
A diario es maldecido y torturado
en todos los que sufren la tortura
porque el Señor está en los perseguido
y en todos los que sufren desventura.
HOMBRES NUEVOS
¿DANOS UN CORAZÓN GRANDE PARA AMAR
DANOS UN CORAZÓN FUERTE PARA LUCHAR
Hombres nuevos creadores de la historia
constructores de nueva humanidad.
Hombres nuevos que viven la existencia
como riesgo de un largo caminar.
Hombres nuevos luchando en esperanza
caminantes sedientos de verdad.
Hombres nuevos sin frenos ni cadenas
hombres libres que exigen libertad.
Reúne, Señor, a tu Iglesia
Letra:
Como este pan que partimos,
antes disperso por los campos,
ahora formando un solo pan.