EL ES CIERTAMENTE EL HIJO DE DIOS
COMENTARIO
Juan
Bautista vio venir a Jesús hacia él y habló de él. ¡Cuántas veces no sabemos
“mirar” a las gentes que viven con nosotros: ¡no los juzgamos correctamente,
nos quedamos con las apreciaciones superficiales! Muchas personas del tiempo de
Jesús no captaron "Quien" era El.
-"He
aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo". Para los judíos
que le escuchaban, la alusión era clara. Lo es menos para nosotros. Los judíos
sacrificaban animales para la purificación de los pecados, según la ley de
Moisés. La gran fiesta de los judíos era la Pascua, en la que se sacrificaban
gran cantidad de corderos. Jesús se identifica aquí con el "Salvador"
con aquel que "carga sobre sí nuestros pecados". ¡Y va hasta el derramamiento
de sangre! Esto no ha sido un asunto insignificante, sino un gran combate
sangriento.
"El
pecado del mundo", en singular. Ese singular es significativo. Jesús carga
sobre él y hace desaparecer el conjunto de los pecados del mundo, la totalidad
del pecado de la humanidad. Gracias, Jesús. ¿Cómo podría yo ayudarte Señor, en
esa gran labor? En primer lugar, luchando contra el mal en mí... Y luego
luchando contra el mal donde quiera que este se encuentre y yo pueda hacerlo.
-Detrás
de mí viene uno que es antes de mí, porque era primero que yo. Históricamente,
humanamente, Juan ha sido concebido y ha nacido antes que Jesús. Pero hay que
superar las apariencias, las evidencias. De hecho, Juan Bautista percibe el
origen divino de Jesús: ¡"era primero que yo"! El nacimiento
"según la carne" en Belén, no es sino el eco de otro nacimiento
eterno, "Él es Dios, nacido del Padre, antes de todos los siglos".
Quiero
entretenerme contemplando, cuanto sea posible, la "Persona" de
Cristo, que es divina, eterna, que preexistía desde siempre. Es en verdad el
Verbo de Dios, el Hijo, engendrado, "no creado", que aparece
humanamente en el tiempo, un día de la historia humana, en un lugar del planeta.
Te veremos, pues, nacer, crecer, morir en un pequeño país del Oriente Medio,
pero fundará una Iglesia para representarle, en todos los tiempos y en todos
los lugares. La Iglesia es la continuación de la Encarnación.
-Yo
vi el Espíritu descender del cielo y posarse sobre Él. Jesús está investido,
lleno, desbordante... del Espíritu. Es el Hijo de Dios. Detrás de las
particularidades banales de ese "ciudadano de Nazaret", se esconde
todo un misterio. Su persona no se limita a lo que aparenta. "Creen conocerle,
pero hay en El un secreto: su personalidad está sumergida en Dios... En medio
de ustedes está Aquel a quien ustedes no conocen".
-Es
aquel que bautiza (sumerge) en el Espíritu Santo. No olvidemos que la palabra
griega "baptizo" significa "yo sumerjo". Los primeros
cristianos, como Juan Bautista, bautizaban sumergiendo totalmente al candidato
al bautismo en el agua de un río. ¡Espíritu, sumérgeme en ti!
R.P. Roland Vicente Castro Juárez
Que se postre ante ti, oh, Dios la tierra
entera; que toquen en tu honor; que toquen para tu nombre, oh Altísimo.
ORACION COLECTA
Dios
todopoderoso y eterno, que gobiernas a un tiempo cielo y tierra, escucha
compasivo la oración de tu Pueblo y concede tu paz a nuestros días. Por nuestro
Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 49, 3. 5-6
El Señor me dijo: “Tu eres mi siervo, Israel,
en quien me gloriare”. Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó
siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel tanto
me honró el Señor, y mi Dios fue mi fuerza: «No basta que seas mi siervo y
restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a mi salvación alcance hasta el
último extremo de la tierra».
SALMO
RESPONSORIAL (39)
Aquí estoy,
Señor, para hacer tu voluntad.
Yo esperaba con
ansia al Señor, Él se inclinó y escuchó mi grito; me puso en la boca un cántico
nuevo, un himno a nuestro Dios. R.
Tú no quieres
sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído; no pides sacrificio
expiatorio, entonces yo digo: «Aquí estoy». R.
Como está escrito
en mi libro: «Para hacer tu voluntad. Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en
las entrañas. R.
He proclamado tu
salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios: Señor, tú lo sabes. R.
SEGUNDA LECTURA
Comienzo de la primera carta del
apóstol san Pablo a los Corintios 1. 1-3.
Yo, Pablo, llamado a ser apóstol de
Cristo Jesús por designio de Dios, y Sostenes, nuestro hermano, escribimos a la
Iglesia de Dios que está en Corinto, a los consagrados por Cristo Jesús y llamados
a formar su pueblo santo, junto a todos aquellos en cualquier lugar invocan el
nombre de Jesucristo, Señor de ellos y nuestro. Gracia y paz a ustedes de parte
de Dios, nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
ACLAMACION
ANTES DEL EVANGELIO Jn 1, 14.12b
Aleluya. La Palabra se hizo carne y habito
entre nosotros. A cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 1,29-34
En aquel tiempo, Juan vio a Jesús que se acercaba a él y exclamó: «Este
es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. A Él me refería yo cuando
dije: "Detrás de mi viene uno que es superior a mí, porque existía antes
que yo". Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que el
pueblo de Israel lo conozca». Y Juan dio testimonio diciendo: «He contemplado
al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre El. Yo no lo
conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquel sobre
quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre Él, ese es el que ha de bautizar
con Espíritu Santo". Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que Él es
el Hijo de Dios».
PLEGARIA UNIVERSAL
Demos gracias a
Dios, que nos da su paz y su salvación y pidámosle que haga brillar su luz
sobre el mundo y en cada corazón, para que El pueda encontrar su complacencia
en cada criatura, obra de sus manos. Digamos: R.- Escúchanos, Señor.
1.- Para que el Espíritu Santo
fortalezca la fe de los cristianos a fin de que podamos dar testimonio de la salvación
que nos viene de Dios. Oremos. R.
2.- Para que los pastores de la
Iglesia contribuyan a extender el Reino de un extremo al otro de la tierra. Oremos. R.
3.- Para que los que gobiernan
las naciones contribuyan al proyecto que Dios tiene la justicia, libertad y
paz. Oremos. R.
4.- Para que los matrimonios,
los misioneros y los consagrados pongan su confianza en el Señor y secunden su voluntad.
Oremos. R.
5.- Para que a los
encarcelados, perseguidos o maltratados se les manifieste el Señor y pongan en Él
su esperanza. Oremos. R.
Gracias, Señor,
por habernos llamado en tu Hijo Jesucristo, escucha nuestros ruegos y haz que
tu gracia y tu paz sostengan nuestro vivir. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, participar dignamente en
estos sacramentos, pues cada vez que se celebra el memorial del sacrificio de
Cristo, se realiza la obra de nuestra redención. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Jn 4, 16.
Nosotros hemos
conocido y hemos creído en el amor que Dios nos tiene.
ORACION
DESPUES DE LA COMUNION
Derrama, Señor, en nosotros
tu Espíritu de caridad, para que hagas vivir concordes en el amor a quienes has
saciado con el mismo pan del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 16: Hb 5. 1-10; Sal 109; Mc 2,
18-22
Martes 17: Hb 6, 10-20; Sal 110; Mc 2,
23-28
Miércoles 18: Hb 7, 1-3.15-17; Sal 109; Mc 3, 1-6.
Jueves 19: Hb 7, 25-8,6; al 39; Mc 3,
7-12.
Viernes 20: Hb 8, 6-13; Sal 84; Mc 3,
13-19.
Sábado 21: Hb 9, 2-3.11-14; Sal 46; Mc
3, 20-21 (o bien Cf. Vol. V, Lects, propuestas para la memoria: 1Cor 1, 26-31;
Sal 22; Mt 13, 44-46).
Domingo 22: Is 8, 23b-9,3; Sal 26; 1Co
1, 10-13.17; Mt 4, 12-23.
COMENTARIOS
AL EVANGELIO
Jn 01, 29-34
1. J/CORDERO
Juan presta su última declaración solemne sobre la identidad de Jesús:
el Cordero de Dios, el Hijo de Dios. Se anuncia así las dos dimensiones
fundamentales en las que Jesús se va a dar a conocer a lo largo del cuarto
evangelio.
En el conjunto de la obra el texto de hoy tiene la función de anticipar
puntos de vista, situaciones y tensiones que serán desarrollados con
posterioridad. Por eso, su alcance sólo se percibe con el discurrir de las
páginas del evangelio.
Un ejemplo ilustrativo lo constituye la primera de las afirmaciones
sobre el Cordero. En el capítulo 19 el autor sitúa la muerte de Jesús
coincidiendo con las horas en que se sacrificaban en el Templo los corderos de
Pascua que cada familia consumiría en casa durante la noche en recuerdo de la
liberación de la opresión. La frase "el Cordero de Dios que quita el
pecado del mundo" adquirirá todo su sentido en el decurso de ese cap. 19,
donde aparecerá claro el punto de vista del autor del cuarto evangelio: Jesús
se da a conocer como Hijo en cuanto Cordero.
Comentario. A la hora de representarse a Zeus, el Señor de los humanos,
los antiguos griegos lo hacían por medio del águila, el cetro y el rayo. Estos
símbolos dejan traslucir una concepción generalizada entre los humanos: Dios
supervisa, manda y fulmina. En continuidad con las primeras páginas de la
Biblia, el autor del cuarto evangelio concibe al Señor de los humanos asumiendo
y sufriendo las condiciones humanas. La concepción divina del cuarto evangelio
va más en la línea del acercamiento que de la exaltación. En vez del esquema:
Jesús es Hijo porque es Cordero, el cuarto evangelio adopta este otro: Jesús es
Cordero porque es Hijo.
Escribo este comentario cuando acaban de ser asesinados en San Salvador
seis jesuitas, una madre y su hija. Un asesinato en regla, programado y
patrocinado. Estos seis hombres y estas dos mujeres han hecho radicalmente suyo
el camino del Dios revelado en Jesús. Corderos a semejanza del Cordero que
quita el pecado del mundo, ellos nos afianzan paradójicamente en la certeza de
que el porvenir es de la liberación con la que el Dios revelado en Jesús se ha
comprometido. Cuando al levantar la hostia consagrada el sacerdote proclama
"este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo", se está
proclamando una certeza, un camino y un compromiso, gracias a los cuales la
esperanza tiene sentido.
A. BENITO - DABAR 1990/10
Jesús es el Cordero de Dios porque ha sido elegido por Dios para iniciar
el éxodo de nuestra libertad, y así como en otros tiempos los israelitas fueron
librados de la muerte y de la esclavitud por medio de la sangre de un cordero,
razón por la que celebran la Pascua de generación en generación, así también
nosotros hemos sido librados, en Cristo y por la sangre de Cristo, de la
esclavitud de la ley, del pecado y de la muerte.
Cristo es nuestra Pascua y el Cordero de Dios, el verdadero, el de la
Alianza Nueva. No es casual que según la cronología de Juan, Jesucristo
padeciera y muriera en la cruz precisamente cuando los sacerdotes sacrificaban
en el templo de Jerusalén los corderos pascuales.
EUCARISTÍA 1987/05
3. J/SACERDOTE
Cristo no es el cordero que eligen los hombres y ofrecen en el Templo
para que Dios perdone sus pecados, sino el Cordero que Dios elige para quitar
el pecado del mundo. En el salmo responsorial de hoy (/SAL/039) se contrapone
el culto exterior, los sacrificios y las ofrendas, al culto interior que
compromete la persona del oferente como víctima de su propio sacrificio; es
decir, en el cumplimiento de la voluntad de Dios. Y éste es el culto que Dios
desea. Por eso Cristo que es el Cordero de Dios, el Sacrificio que Dios acepta,
es también el Siervo de Yavé que Dios elige para que cumpla toda su divina
voluntad. El autor de la carta a los Hebreos ve la superioridad del sacerdocio
de Cristo sobre todo otro sacerdocio vétero-testamentario, precisamente en la
identidad que en él se da entre el Sacerdocio y la Víctima. En esta misma carta
se pone en boca de Cristo, apenas llegado a este mundo, las palabras de nuestro
salmo responsorial: Holocaustos y sacrificios por el pecado no te agradaron.
Entonces dije: He aquí que vengo a hacer, ¡Oh Dios!, tu voluntad
(/Hb/10/06-07). La obediencia de Cristo, el Siervo de Yavé, se consuma en el
sacrificio de Cristo, el Cordero de Dios.
EUCARISTÍA 1972/12
4.- Texto. El autor lo sitúa al día siguiente de la declaración prestada
por Juan (1,15-18) y de la subsiguiente investigación por parte de la comisión
nombrada por la autoridad central (1,19-28). Se parte de una situación en
movimiento: Jesús viniendo hacia Juan. El texto lo configuran las palabras de
Juan, primero presentando al personaje que se le acerca (vs. 329-31) y después
prestando declaración en favor del mismo (vs.32-34). El texto, sin embargo,
carece de auditorio. El auditorio es extraliterario: el lector, es decir,
nosotros.
Sentido del texto.
1.-Presentación de Jesús (vs. 29-31). Cordero proporcionado por Dios
para la nueva pascua liberadora de la humanidad. El pecado, en singular,
consiste en oponerse a la vida que Dios comunica, frustrando así el proyecto
sobre el hombre. En el v.30 Juan recuerda al lector que Jesús es el proyecto de
Dios sobre y para el hombre. Lo mismo que la comisión de Jerusalén (cfr. 1,26),
tampoco Juan conocía a Jesús. Su actuación es preparatoria, imperfecta, el agua
es su símbolo. De esta manera, los que son de Israel, los que no frustran el
proyecto de Dios, podrán reconocer quién es Jesús.
2.-Juan prestando declaración en favor de Jesús (vs 32-34). En el
conflicto judicial luz-tinieblas, Juan declara en favor de Jesús. El es un
testigo ocular de que Jesús es la realización y culminación del proyecto de
Dios.
El espíritu de Dios que se cernía sobre los comienzos de la creación
(cfr. Gn/1/2), aletea ahora sobre Jesús, plenitud del proyecto divino. Este
proyecto trasciende, se escapa al entramado de conocimientos y relaciones humanas.
Por eso Juan no lo conocía. Pero ahora ya puede prestar declaración en favor
suyo; ahora ya puede afirmar que el proyecto del viejo soñador genesíaco es una
realidad. Es una realidad en Jesús: él es el Hijo de Dios. Y puede afirmar
también que el proyecto está presto para ser una realidad en nosotros:
sumergiéndonos en el Espíritu de Dios que Jesús irradia y difunde, también
nosotros somos capaces de nacer de Dios, de ser sus hijos (cfr. Jn. 1,12).
DABAR 1981/11
5.- Juan Bautista ha desviado hábilmente la atención de las
investigaciones sobre su persona hacia la de Cristo, una personalidad que ya
está presente, pero que todavía no es "conocida" (Jn. 1, 26).
(...) El relato primitivo está, pues, centrado en torno al conocimiento
de la personalidad divino-humana de Cristo. Está en el mundo, pero nadie tiene
posibilidad de conocerle (Jn. 1, 26).
El mismo Juan no puede reconocerle por sus propias fuerzas (Jn. 1, 31,
33), y en ese sentido, es el más pequeño en el Reino (Mt. 11, 8-10; Lc. 7, 28;
Jn. 5, 33-36). Pero Juan ha recibido por una revelación divina lo que sus
conocimientos humanos no podían enseñarle: Cristo es el "Hijo de
Dios" (v. 34). De hecho, Juan el evangelista ha prolongado con su propia
mirada la de Juan el Bautista y presta a este último la contemplación a la que
él mismo había llegado. Juan Bautista ha recibido al menos una inteligencia
nueva de tres textos proféticos como Is. 11, 2; 42, 1-7 y 61, 1 en el momento
en que estaba bautizando a Cristo. La inteligencia de estos textos le ha permitido
comprender que ese bautismo adquiría el alcance de una investidura mesiánica.
En la declaración del Bautista, la "bajada del Espíritu" sobre Cristo
no tiene más que un alcance mesiánico, pero en la pluma del cuarto evangelista
el Espíritu es realmente persona divina y fuerza divinizadora (Jn. 15, 26).
Juan Bautista concluye su testimonio diciendo que ha descubierto
realmente al "Elegido de Dios" o al "Siervo" de Dios de Is.
42, 1 (v. 34). Pero Juan el evangelista aprovecha la ambigüedad de la palabra
aramea empleada para ir más allá del pensamiento del Bautista y prestarle la
frase: "He visto al Hijo de Dios".
Juan Bautista designa a Cristo con la palabra aramea "talia"
(vv. 29 y 35). Pensaba sin duda en el "Siervo" anunciado en Is. 42,
1-2, texto importante al que se refiere el testimonio del Bautista. Con ello
anunciaba que Cristo era, en efecto, ese servidor que, al inaugurar los tiempos
mesiánicos, iba a recuperar un Espíritu que permitiría no volver a pecar. Este
"Siervo" iba a "quitar" realmente el pecado del mundo (v.
29).
Pero "talia" puede traducirse también por cordero. Juan el
evangelista, o la comunidad cristiana, estaba sensibilizado para el tema del
Cordero pascual y divino y por su papel de expiación (Ap. 14, 1-5; 7, 15; 22,
3; Jn. 19, 36; cf. Act. 8, 32; 1 Pe. 1, 18-19). Una vez más, por tanto, el
evangelista prolonga el testimonio del Bautista y llega hasta la personalidad
divina del Mesías, apenas presentida por Juan Bautista.
El Evangelio sitúa, pues, el conocimiento de la personalidad de Cristo
en tres planos: el de los judíos, que no conocían a Cristo; el del Bautista,
que le conocía como el Mesías y le administra la necesaria investidura; el del
evangelista, finalmente, que mediante hábiles juegos de palabras, a que es muy
aficionado, descubre la divinidad del Señor.
* * * *
Desde Jn. 1, 29 a Jn. 2, 11 nos encontramos ante una especie de tratado
de la iniciación a la fe, que vale tanto como reflexión doctrinal sobre el catecumenado
o sobre el nacimiento de una vocación.
En efecto, todo gira en torno a la palabra "ver". Hay que
"ver" los sucesos, a las personas que nos rodean y hay que aprender a
conocerlas. La verdad es que no se las conoce, están entre nosotros y no las vemos,
o nos equivocamos respecto a lo que son (1, 32; 2, 9). Las vemos, pero no las
miramos.
La primera condición de cualquier paso hacia la fe es ese sentido de
observación de la gente y de las cosas: "Tú, ¿quién eres, qué dices de ti
mismo?" (1, 19, 22). Pero una vez considerada esta pregunta no se le da
una respuesta más que al final de una lenta conversión de la mirada, conseguida
gracias a Dios.
Este es el itinerario de la fe de Bautista que, al principio, no conoce
(1, 31, 33); después descubre a Jesús como Mesías, Cordero o servidor (1, 29,
32), y por fin lo descubre en su personalidad humana-divina (1, 34). También es
este el camino que siguen Juan y Andrés (/Jn/01/33-39, Evang. 2 ciclo), que
empiezan viendo a Jesús-Cordero (1, 36) y terminan por ver dónde mora (1, 39),
es decir, por comulgar con su intimidad, con sus relaciones con el Padre. La
vocación de Natanael tiene el mismo desarrollo: ve a Jesús como simple hijo de
José, únicamente en la dimensión humana de su existencia (1, 43), después lo
que ve como Mesías (1, 49), pero el camino no llegará a su fin hasta el día en
que le vea en la cruz, Dios e Hijo del hombre al mismo tiempo, ensalzado y
destrozado. Finalmente, María pasa por las mismas etapas: ve a su Hijo como un
simple taumaturgo (Jn. 2, 1-11, Evang. 3er. ciclo) capaz de ayudar a sus amigos
y percibe la gran distancia que la separa todavía de la fe en el Hijo muerto y
resucitado en la hora de su gloria.
La fe del bautizado y la vocación del militante o del ministro arrancan,
pues, del análisis de los sucesos y de las situaciones concretas y humanas.
Pero tienden a interpretar estos hechos y a descubrir en el misterio pascual
del Hombre-Dios el mejor significado que hay que dar a las cosas. Queda
entonces penetrar "tras" (1, 37; 1, 43) este Hombre-Dios, o
"atestiguarlo" (1, 34).
MIRADA/VOCACION: Encaminarse así, no obstante, no puede hacerse más que en el diálogo
con Dios y abriéndose a su influencia. Juan lo subraya en varias ocasiones,
mostrando cómo la mirada de Cristo sobre sus discípulos transforma la mirada de
estos. Es esa mirada que cambia a Simón en Pedro (1, 42), que cambia de doctor
de la ley en creyente a Natanael (1, 47-48). Progresar en la fe y en la
vocación no se puede hacer, pues, más que recibiendo las cosas y las personas
como dones de Dios; la vocación no es cosa nuestra, surge del encuentro y de la
acogida.
MAERTENS-FRISQUE - NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA II - MAROVA
MADRID 1969.Pág. 34 ss
PROPUESTA DE CANTO
DOMINGO II DEL TIEMPO ORDINARIO
01.- TU ERES EL DIOS QUE NOS SALVA (J.A. Espinosa) (Entrada)
1.- Tú eres el Dios
que nos salva,
la luz que nos
ilumina,
la mano que nos
sostiene,
y el techo que nos
cobija.
La mano que nos
sostiene,
y el techo que nos
cobija.
TE DAMOS GRACIAS SEÑOR
TE DAMOS GRACIAS SEÑOR. (2V)
2.- Te damos
gracias Señor,
porque has depuesto
la vida;
y has detenido ante
el pueblo,
la mano que lo
castiga.
Y has detenido ante
el pueblo,
la mano que lo
castiga.
3.- Y sacaremos con
gozo,
del manantial de la
vida;
las aguas que dan
al hombre,
la fuerza que
resucita.
Las aguas que dan
al hombre,
la fuerza que
resucita
4.- Entonces
proclamaremos,
cantadle con
alegría;
el nombre de Dios
es grande,
su caridad
infinita.
El nombre de Dios
es grande,
su caridad infinita
5.- Y alabe al
Señor la tierra,
contadle sus
maravillas;
que grande en medio
del pueblo,
El Dios que nos
justifica.
Que grande en medio
del pueblo,
El Dios que nos
justifica
02.- ALREDEDOR DE
TU MESA (Entrada)
ALREDEDOR DE TU MESA,
VENIMOS A RECORDAR (BIS).
QUE TU PALABRA ES CAMINO,
TU CUERPO FRATERNIDAD (BIS).
Hemos venido a tu mesa,
a renovar el misterio de tu
amor,
con nuestras manos manchadas,
arrepentidos buscamos tu
perdón.
Juntos a veces sin vernos,
celebramos tu presencia sin
sentir,
que se interrumpa el camino,
si no vamos como hermanos
hacia ti.
03.- EL SEÑOR NOS
LLAMA (Entrada)
EL SEÑOR NOS LLAMA Y NOS
REÚNE,
SOMOS SU PUEBLO, SIGNO DE
UNIDAD.
ÉL ESTÁ, EN MEDIO DE
NOSOTROS:
SIRVE A LA MESA, NOS REPARTE
EL PAN.
Por todos los caminos, nos
sales al encuentro,
por todos hemos visto,
señales de tu amor.
Tu pueblo se reúne, Señor, a
bendecirte,
a celebrar con gozo tu paso
salvador.
Convocas a tus fieles,
nacidos de las aguas,
a festejar unidos, la nueva
creación.
La sala del banquete, se
llena de invitados,
estamos reunidos y en medio
está el Señor.
Revélanos al Padre, oh
Cristo, nuestra fiesta,
aumenta la esperanza, de
nuestro caminar.
Tu Espíritu divino, nos dé
la fortaleza,
los bienes que esperamos,
nos haga pregustar.
04.- JUNTO AL VINO
Y AL PAN (Dones)
JUNTO AL VINO Y AL PAN,
YO TE TRAIGO MI VOZ,
VIDA EN UNA CANCIÓN,
PARA TI SERÁN.
TRAIGO RISA Y DOLOR,
TRAIGO EL MUNDO SIN LUZ,
DE LOS HOMBRES LA SED,
PARA QUE LA CALMES TU.
1.- El agua de la
risa de los niños,
el viento de las
madres al cantar,
hoy, para Ti serán
Oh Señor.
2.- El fuego de la
fuerza de los hombres,
la tierra de su
débil corazón,
hoy para Ti serán,
Oh Señor.
05.- SEÑOR, NO SOY
DIGNO (J.A. Espinosa) (Comunion)
SEÑOR NO SOY DIGNO,
DE QUE ENTRES EN MI CASA.
PERO UNA PALABRA TUYA,
BASTARÁ PARA SANARME.
1.- Eres el pan de
vida,
A todos das la paz;
quien como de tu
carne,
por siempre vivirá.
2.- Somos el nuevo
pueblo,
que Cristo
congrego;
vivamos siempre
unidos,
testigos del amor.
3.- Vamos por esta
vida,
buscando la verdad;
la paz y la
justicia,
un mundo que vendrá.
06.- DONDE HAY
CARIDAD (Joaquin Madurga) (Comunion)
DONDE HAY CARIDAD Y AMOR ALLÍ ESTÁ EL SEÑOR,
ALLÍ ESTÁ EL SEÑOR (2v).
Una sala y una mesa, una copa, vino y pan,
los hermanos compartiendo en amor y en unidad.
Nos reúne la presencia y el recuerdo del Señor,
celebramos su memoria y la entrega de su amor.
Invitados a la mesa del banquete del Señor,
recordamos su mandato de vivir en el amor.
Comulgamos en el Cuerpo y en la Sangre que él
nos da,
y también en el hermano, si lo amamos de verdad.
Este pan que da la vida y este cáliz de salud
nos reúne a los hermanos en el nombre de
Jesús.
Anunciamos su memoria, celebramos su pasión,
el misterio de su muerte y de su resurrección.
07.- MANOS ABIERTAS
QUE SUERTE ES TENER,
UN CORAZÓN SIN PUERTAS,
QUE SUERTE ES TENER,
LAS MANOS SIEMPRE ABIERTAS. (2V.)
1.- Manos abiertas
llenas de amor las de María,
manos abiertas
ellas son nuestra luz y guía.
2.- Manos abiertas
para estrechar las de un amigo,
manos abiertas para
ayudar en el camino.
3.- Manos abiertas
para buscar un mundo,
manos abiertas para
un hacer no para un sueño.
4.- Manos abiertas
las de Jesús las del maestro,
manos abiertas las del que supo amar primero.