miércoles, 11 de enero de 2023

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO II T.O. CICLO A - 15 ENERO 2023

 

EL ES CIERTAMENTE EL HIJO DE DIOS

COMENTARIO

Juan Bautista vio venir a Jesús hacia él y habló de él. ¡Cuántas veces no sabemos “mirar” a las gentes que viven con nosotros: ¡no los juzgamos correctamente, nos quedamos con las apreciaciones superficiales! Muchas personas del tiempo de Jesús no captaron "Quien" era El.

-"He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo". Para los judíos que le escuchaban, la alusión era clara. Lo es menos para nosotros. Los judíos sacrificaban animales para la purificación de los pecados, según la ley de Moisés. La gran fiesta de los judíos era la Pascua, en la que se sacrificaban gran cantidad de corderos. Jesús se identifica aquí con el "Salvador" con aquel que "carga sobre sí nuestros pecados". ¡Y va hasta el derramamiento de sangre! Esto no ha sido un asunto insignificante, sino un gran combate sangriento.

"El pecado del mundo", en singular. Ese singular es significativo. Jesús carga sobre él y hace desaparecer el conjunto de los pecados del mundo, la totalidad del pecado de la humanidad. Gracias, Jesús. ¿Cómo podría yo ayudarte Señor, en esa gran labor? En primer lugar, luchando contra el mal en mí... Y luego luchando contra el mal donde quiera que este se encuentre y yo pueda hacerlo.

-Detrás de mí viene uno que es antes de mí, porque era primero que yo. Históricamente, humanamente, Juan ha sido concebido y ha nacido antes que Jesús. Pero hay que superar las apariencias, las evidencias. De hecho, Juan Bautista percibe el origen divino de Jesús: ¡"era primero que yo"! El nacimiento "según la carne" en Belén, no es sino el eco de otro nacimiento eterno, "Él es Dios, nacido del Padre, antes de todos los siglos".

Quiero entretenerme contemplando, cuanto sea posible, la "Persona" de Cristo, que es divina, eterna, que preexistía desde siempre. Es en verdad el Verbo de Dios, el Hijo, engendrado, "no creado", que aparece humanamente en el tiempo, un día de la historia humana, en un lugar del planeta. Te veremos, pues, nacer, crecer, morir en un pequeño país del Oriente Medio, pero fundará una Iglesia para representarle, en todos los tiempos y en todos los lugares. La Iglesia es la continuación de la Encarnación.

-Yo vi el Espíritu descender del cielo y posarse sobre Él. Jesús está investido, lleno, desbordante... del Espíritu. Es el Hijo de Dios. Detrás de las particularidades banales de ese "ciudadano de Nazaret", se esconde todo un misterio. Su persona no se limita a lo que aparenta. "Creen conocerle, pero hay en El un secreto: su personalidad está sumergida en Dios... En medio de ustedes está Aquel a quien ustedes no conocen".

-Es aquel que bautiza (sumerge) en el Espíritu Santo. No olvidemos que la palabra griega "baptizo" significa "yo sumerjo". Los primeros cristianos, como Juan Bautista, bautizaban sumergiendo totalmente al candidato al bautismo en el agua de un río. ¡Espíritu, sumérgeme en ti!

R.P. Roland Vicente Castro Juárez

 ANTIFONA DE ENTRADA    Sal 65, 4

Que se postre ante ti, oh, Dios la tierra entera; que toquen en tu honor; que toquen para tu nombre, oh Altísimo.

 

ORACION COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que gobiernas a un tiempo cielo y tierra, escucha compasivo la oración de tu Pueblo y concede tu paz a nuestros días. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías 49, 3. 5-6

El Señor me dijo: “Tu eres mi siervo, Israel, en quien me gloriare”. Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel tanto me honró el Señor, y mi Dios fue mi fuerza: «No basta que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a mi salvación alcance hasta el último extremo de la tierra».

 

SALMO RESPONSORIAL (39)

 

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

 

Yo esperaba con ansia al Señor, Él se inclinó y escuchó mi grito; me puso en la boca un cántico nuevo, un himno a nuestro Dios. R.

 

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído; no pides sacrificio expiatorio, entonces yo digo: «Aquí estoy». R.

 

Como está escrito en mi libro: «Para hacer tu voluntad. Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R.

 

He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios: Señor, tú lo sabes. R.

 

SEGUNDA LECTURA

Comienzo de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1. 1-3.

Yo, Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y Sostenes, nuestro hermano, escribimos a la Iglesia de Dios que está en Corinto, a los consagrados por Cristo Jesús y llamados a formar su pueblo santo, junto a todos aquellos en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor de ellos y nuestro. Gracia y paz a ustedes de parte de Dios, nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

 

ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Jn 1, 14.12b

Aleluya. La Palabra se hizo carne y habito entre nosotros. A cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios. Aleluya.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Juan 1,29-34

En aquel tiempo, Juan vio a Jesús que se acercaba a él y exclamó: «Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. A Él me refería yo cuando dije: "Detrás de mi viene uno que es superior a mí, porque existía antes que yo". Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que el pueblo de Israel lo conozca». Y Juan dio testimonio diciendo: «He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre El. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre Él, ese es el que ha de bautizar con Espíritu Santo". Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que Él es el Hijo de Dios».

 

PLEGARIA UNIVERSAL

Demos gracias a Dios, que nos da su paz y su salvación y pidámosle que haga brillar su luz sobre el mundo y en cada corazón, para que El pueda encontrar su complacencia en cada criatura, obra de sus manos. Digamos: R.- Escúchanos, Señor.

 

1.- Para que el Espíritu Santo fortalezca la fe de los cristianos a fin de que podamos dar testimonio de la salvación que nos viene de Dios. Oremos. R.

 

2.- Para que los pastores de la Iglesia contribuyan a extender el Reino de un extremo al otro de la tierra. Oremos. R.

 

3.- Para que los que gobiernan las naciones contribuyan al proyecto que Dios tiene la justicia, libertad y paz. Oremos. R.

 

4.- Para que los matrimonios, los misioneros y los consagrados pongan su confianza en el Señor y secunden su voluntad. Oremos. R.

 

5.- Para que a los encarcelados, perseguidos o maltratados se les manifieste el Señor y pongan en Él su esperanza. Oremos. R.

 

Gracias, Señor, por habernos llamado en tu Hijo Jesucristo, escucha nuestros ruegos y haz que tu gracia y tu paz sostengan nuestro vivir. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

 Concédenos, Señor, participar dignamente en estos sacramentos, pues cada vez que se celebra el memorial del sacrificio de Cristo, se realiza la obra de nuestra redención. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

ANTIFONA DE COMUNION  Jn 4, 16.

Nosotros hemos conocido y hemos creído en el amor que Dios nos tiene.

 

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Derrama, Señor, en nosotros tu Espíritu de caridad, para que hagas vivir concordes en el amor a quienes has saciado con el mismo pan del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 16: Hb 5. 1-10; Sal 109; Mc 2, 18-22

Martes 17: Hb 6, 10-20; Sal 110; Mc 2, 23-28

Miércoles 18:  Hb 7, 1-3.15-17; Sal 109; Mc 3, 1-6.

Jueves 19: Hb 7, 25-8,6; al 39; Mc 3, 7-12.

Viernes 20: Hb 8, 6-13; Sal 84; Mc 3, 13-19.

Sábado 21: Hb 9, 2-3.11-14; Sal 46; Mc 3, 20-21 (o bien Cf. Vol. V, Lects, propuestas para la memoria: 1Cor 1, 26-31; Sal 22; Mt 13, 44-46).

Domingo 22: Is 8, 23b-9,3; Sal 26; 1Co 1, 10-13.17; Mt 4, 12-23.

 

COMENTARIOS AL EVANGELIO
Jn 01, 29-34

 

1. J/CORDERO

Juan presta su última declaración solemne sobre la identidad de Jesús: el Cordero de Dios, el Hijo de Dios. Se anuncia así las dos dimensiones fundamentales en las que Jesús se va a dar a conocer a lo largo del cuarto evangelio.

En el conjunto de la obra el texto de hoy tiene la función de anticipar puntos de vista, situaciones y tensiones que serán desarrollados con posterioridad. Por eso, su alcance sólo se percibe con el discurrir de las páginas del evangelio.

Un ejemplo ilustrativo lo constituye la primera de las afirmaciones sobre el Cordero. En el capítulo 19 el autor sitúa la muerte de Jesús coincidiendo con las horas en que se sacrificaban en el Templo los corderos de Pascua que cada familia consumiría en casa durante la noche en recuerdo de la liberación de la opresión. La frase "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" adquirirá todo su sentido en el decurso de ese cap. 19, donde aparecerá claro el punto de vista del autor del cuarto evangelio: Jesús se da a conocer como Hijo en cuanto Cordero.

Comentario. A la hora de representarse a Zeus, el Señor de los humanos, los antiguos griegos lo hacían por medio del águila, el cetro y el rayo. Estos símbolos dejan traslucir una concepción generalizada entre los humanos: Dios supervisa, manda y fulmina. En continuidad con las primeras páginas de la Biblia, el autor del cuarto evangelio concibe al Señor de los humanos asumiendo y sufriendo las condiciones humanas. La concepción divina del cuarto evangelio va más en la línea del acercamiento que de la exaltación. En vez del esquema: Jesús es Hijo porque es Cordero, el cuarto evangelio adopta este otro: Jesús es Cordero porque es Hijo.

Escribo este comentario cuando acaban de ser asesinados en San Salvador seis jesuitas, una madre y su hija. Un asesinato en regla, programado y patrocinado. Estos seis hombres y estas dos mujeres han hecho radicalmente suyo el camino del Dios revelado en Jesús. Corderos a semejanza del Cordero que quita el pecado del mundo, ellos nos afianzan paradójicamente en la certeza de que el porvenir es de la liberación con la que el Dios revelado en Jesús se ha comprometido. Cuando al levantar la hostia consagrada el sacerdote proclama "este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo", se está proclamando una certeza, un camino y un compromiso, gracias a los cuales la esperanza tiene sentido.

A. BENITO - DABAR 1990/10


 

2. CORDERO/PASCUAL

Jesús es el Cordero de Dios porque ha sido elegido por Dios para iniciar el éxodo de nuestra libertad, y así como en otros tiempos los israelitas fueron librados de la muerte y de la esclavitud por medio de la sangre de un cordero, razón por la que celebran la Pascua de generación en generación, así también nosotros hemos sido librados, en Cristo y por la sangre de Cristo, de la esclavitud de la ley, del pecado y de la muerte.

Cristo es nuestra Pascua y el Cordero de Dios, el verdadero, el de la Alianza Nueva. No es casual que según la cronología de Juan, Jesucristo padeciera y muriera en la cruz precisamente cuando los sacerdotes sacrificaban en el templo de Jerusalén los corderos pascuales.

EUCARISTÍA 1987/05


 

3. J/SACERDOTE

Cristo no es el cordero que eligen los hombres y ofrecen en el Templo para que Dios perdone sus pecados, sino el Cordero que Dios elige para quitar el pecado del mundo. En el salmo responsorial de hoy (/SAL/039) se contrapone el culto exterior, los sacrificios y las ofrendas, al culto interior que compromete la persona del oferente como víctima de su propio sacrificio; es decir, en el cumplimiento de la voluntad de Dios. Y éste es el culto que Dios desea. Por eso Cristo que es el Cordero de Dios, el Sacrificio que Dios acepta, es también el Siervo de Yavé que Dios elige para que cumpla toda su divina voluntad. El autor de la carta a los Hebreos ve la superioridad del sacerdocio de Cristo sobre todo otro sacerdocio vétero-testamentario, precisamente en la identidad que en él se da entre el Sacerdocio y la Víctima. En esta misma carta se pone en boca de Cristo, apenas llegado a este mundo, las palabras de nuestro salmo responsorial: Holocaustos y sacrificios por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo a hacer, ¡Oh Dios!, tu voluntad (/Hb/10/06-07). La obediencia de Cristo, el Siervo de Yavé, se consuma en el sacrificio de Cristo, el Cordero de Dios.

EUCARISTÍA 1972/12


 

4.- Texto. El autor lo sitúa al día siguiente de la declaración prestada por Juan (1,15-18) y de la subsiguiente investigación por parte de la comisión nombrada por la autoridad central (1,19-28). Se parte de una situación en movimiento: Jesús viniendo hacia Juan. El texto lo configuran las palabras de Juan, primero presentando al personaje que se le acerca (vs. 329-31) y después prestando declaración en favor del mismo (vs.32-34). El texto, sin embargo, carece de auditorio. El auditorio es extraliterario: el lector, es decir, nosotros. 

Sentido del texto.

1.-Presentación de Jesús (vs. 29-31). Cordero proporcionado por Dios para la nueva pascua liberadora de la humanidad. El pecado, en singular, consiste en oponerse a la vida que Dios comunica, frustrando así el proyecto sobre el hombre. En el v.30 Juan recuerda al lector que Jesús es el proyecto de Dios sobre y para el hombre. Lo mismo que la comisión de Jerusalén (cfr. 1,26), tampoco Juan conocía a Jesús. Su actuación es preparatoria, imperfecta, el agua es su símbolo. De esta manera, los que son de Israel, los que no frustran el proyecto de Dios, podrán reconocer quién es Jesús.

2.-Juan prestando declaración en favor de Jesús (vs 32-34). En el conflicto judicial luz-tinieblas, Juan declara en favor de Jesús. El es un testigo ocular de que Jesús es la realización y culminación del proyecto de Dios.

El espíritu de Dios que se cernía sobre los comienzos de la creación (cfr. Gn/1/2), aletea ahora sobre Jesús, plenitud del proyecto divino. Este proyecto trasciende, se escapa al entramado de conocimientos y relaciones humanas. Por eso Juan no lo conocía. Pero ahora ya puede prestar declaración en favor suyo; ahora ya puede afirmar que el proyecto del viejo soñador genesíaco es una realidad. Es una realidad en Jesús: él es el Hijo de Dios. Y puede afirmar también que el proyecto está presto para ser una realidad en nosotros: sumergiéndonos en el Espíritu de Dios que Jesús irradia y difunde, también nosotros somos capaces de nacer de Dios, de ser sus hijos (cfr. Jn. 1,12).

DABAR 1981/11


 

5.- Juan Bautista ha desviado hábilmente la atención de las investigaciones sobre su persona hacia la de Cristo, una personalidad que ya está presente, pero que todavía no es "conocida" (Jn. 1, 26).

(...) El relato primitivo está, pues, centrado en torno al conocimiento de la personalidad divino-humana de Cristo. Está en el mundo, pero nadie tiene posibilidad de conocerle (Jn. 1, 26).

El mismo Juan no puede reconocerle por sus propias fuerzas (Jn. 1, 31, 33), y en ese sentido, es el más pequeño en el Reino (Mt. 11, 8-10; Lc. 7, 28; Jn. 5, 33-36). Pero Juan ha recibido por una revelación divina lo que sus conocimientos humanos no podían enseñarle: Cristo es el "Hijo de Dios" (v. 34). De hecho, Juan el evangelista ha prolongado con su propia mirada la de Juan el Bautista y presta a este último la contemplación a la que él mismo había llegado. Juan Bautista ha recibido al menos una inteligencia nueva de tres textos proféticos como Is. 11, 2; 42, 1-7 y 61, 1 en el momento en que estaba bautizando a Cristo. La inteligencia de estos textos le ha permitido comprender que ese bautismo adquiría el alcance de una investidura mesiánica. En la declaración del Bautista, la "bajada del Espíritu" sobre Cristo no tiene más que un alcance mesiánico, pero en la pluma del cuarto evangelista el Espíritu es realmente persona divina y fuerza divinizadora (Jn. 15, 26).

Juan Bautista concluye su testimonio diciendo que ha descubierto realmente al "Elegido de Dios" o al "Siervo" de Dios de Is. 42, 1 (v. 34). Pero Juan el evangelista aprovecha la ambigüedad de la palabra aramea empleada para ir más allá del pensamiento del Bautista y prestarle la frase: "He visto al Hijo de Dios".

Juan Bautista designa a Cristo con la palabra aramea "talia" (vv. 29 y 35). Pensaba sin duda en el "Siervo" anunciado en Is. 42, 1-2, texto importante al que se refiere el testimonio del Bautista. Con ello anunciaba que Cristo era, en efecto, ese servidor que, al inaugurar los tiempos mesiánicos, iba a recuperar un Espíritu que permitiría no volver a pecar. Este "Siervo" iba a "quitar" realmente el pecado del mundo (v. 29).

Pero "talia" puede traducirse también por cordero. Juan el evangelista, o la comunidad cristiana, estaba sensibilizado para el tema del Cordero pascual y divino y por su papel de expiación (Ap. 14, 1-5; 7, 15; 22, 3; Jn. 19, 36; cf. Act. 8, 32; 1 Pe. 1, 18-19). Una vez más, por tanto, el evangelista prolonga el testimonio del Bautista y llega hasta la personalidad divina del Mesías, apenas presentida por Juan Bautista.

El Evangelio sitúa, pues, el conocimiento de la personalidad de Cristo en tres planos: el de los judíos, que no conocían a Cristo; el del Bautista, que le conocía como el Mesías y le administra la necesaria investidura; el del evangelista, finalmente, que mediante hábiles juegos de palabras, a que es muy aficionado, descubre la divinidad del Señor.

* * * *

Desde Jn. 1, 29 a Jn. 2, 11 nos encontramos ante una especie de tratado de la iniciación a la fe, que vale tanto como reflexión doctrinal sobre el catecumenado o sobre el nacimiento de una vocación.

En efecto, todo gira en torno a la palabra "ver". Hay que "ver" los sucesos, a las personas que nos rodean y hay que aprender a conocerlas. La verdad es que no se las conoce, están entre nosotros y no las vemos, o nos equivocamos respecto a lo que son (1, 32; 2, 9). Las vemos, pero no las miramos.

La primera condición de cualquier paso hacia la fe es ese sentido de observación de la gente y de las cosas: "Tú, ¿quién eres, qué dices de ti mismo?" (1, 19, 22). Pero una vez considerada esta pregunta no se le da una respuesta más que al final de una lenta conversión de la mirada, conseguida gracias a Dios.

Este es el itinerario de la fe de Bautista que, al principio, no conoce (1, 31, 33); después descubre a Jesús como Mesías, Cordero o servidor (1, 29, 32), y por fin lo descubre en su personalidad humana-divina (1, 34). También es este el camino que siguen Juan y Andrés (/Jn/01/33-39, Evang. 2 ciclo), que empiezan viendo a Jesús-Cordero (1, 36) y terminan por ver dónde mora (1, 39), es decir, por comulgar con su intimidad, con sus relaciones con el Padre. La vocación de Natanael tiene el mismo desarrollo: ve a Jesús como simple hijo de José, únicamente en la dimensión humana de su existencia (1, 43), después lo que ve como Mesías (1, 49), pero el camino no llegará a su fin hasta el día en que le vea en la cruz, Dios e Hijo del hombre al mismo tiempo, ensalzado y destrozado. Finalmente, María pasa por las mismas etapas: ve a su Hijo como un simple taumaturgo (Jn. 2, 1-11, Evang. 3er. ciclo) capaz de ayudar a sus amigos y percibe la gran distancia que la separa todavía de la fe en el Hijo muerto y resucitado en la hora de su gloria.

La fe del bautizado y la vocación del militante o del ministro arrancan, pues, del análisis de los sucesos y de las situaciones concretas y humanas. Pero tienden a interpretar estos hechos y a descubrir en el misterio pascual del Hombre-Dios el mejor significado que hay que dar a las cosas. Queda entonces penetrar "tras" (1, 37; 1, 43) este Hombre-Dios, o "atestiguarlo" (1, 34).

MIRADA/VOCACION: Encaminarse así, no obstante, no puede hacerse más que en el diálogo con Dios y abriéndose a su influencia. Juan lo subraya en varias ocasiones, mostrando cómo la mirada de Cristo sobre sus discípulos transforma la mirada de estos. Es esa mirada que cambia a Simón en Pedro (1, 42), que cambia de doctor de la ley en creyente a Natanael (1, 47-48). Progresar en la fe y en la vocación no se puede hacer, pues, más que recibiendo las cosas y las personas como dones de Dios; la vocación no es cosa nuestra, surge del encuentro y de la acogida.

MAERTENS-FRISQUE - NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA II - MAROVA MADRID 1969.Pág. 34 ss

 

PROPUESTA DE CANTO DOMINGO II DEL TIEMPO ORDINARIO

01.- TU ERES EL DIOS QUE  NOS SALVA (J.A. Espinosa) (Entrada)

1.- Tú eres el Dios que nos salva,

la luz que nos ilumina,

la mano que nos sostiene,

y el techo que nos cobija.

La mano que nos sostiene,   

y el techo que nos cobija.

 

TE DAMOS GRACIAS SEÑOR

TE DAMOS GRACIAS SEÑOR. (2V)

 

2.- Te damos gracias Señor,

porque has depuesto la vida;

y has detenido ante el pueblo,

la mano que lo castiga.

Y has detenido ante el pueblo,

la mano que lo castiga.

 

3.- Y sacaremos con gozo,

del manantial de la vida;

las aguas que dan al hombre,

la fuerza que resucita.

Las aguas que dan al hombre,

la fuerza que resucita

 

4.- Entonces proclamaremos,

cantadle con alegría;

el nombre de Dios es grande,

su caridad infinita.

El nombre de Dios es grande,

su caridad infinita

 

5.- Y alabe al Señor la tierra,

contadle sus maravillas;

que grande en medio del pueblo,

El Dios que nos justifica.

Que grande en medio del pueblo,

El Dios que nos justifica

 

02.- ALREDEDOR DE TU MESA (Entrada)

ALREDEDOR DE TU MESA,

VENIMOS A RECORDAR (BIS).

QUE TU PALABRA ES CAMINO,

TU CUERPO FRATERNIDAD (BIS).

 

Hemos venido a tu mesa,

a renovar el misterio de tu amor,

con nuestras manos manchadas,

arrepentidos buscamos tu perdón.

 

Juntos a veces sin vernos,

celebramos tu presencia sin sentir,

que se interrumpa el camino,

si no vamos como hermanos hacia ti.

 

03.- EL SEÑOR NOS LLAMA (Entrada)

EL SEÑOR NOS LLAMA Y NOS REÚNE,

SOMOS SU PUEBLO, SIGNO DE UNIDAD.

ÉL ESTÁ, EN MEDIO DE NOSOTROS:

SIRVE A LA MESA, NOS REPARTE EL PAN.

 

Por todos los caminos, nos sales al encuentro,

por todos hemos visto, señales de tu amor.

Tu pueblo se reúne, Señor, a bendecirte,

a celebrar con gozo tu paso salvador.

 

Convocas a tus fieles, nacidos de las aguas,

a festejar unidos, la nueva creación.

La sala del banquete, se llena de invitados,

estamos reunidos y en medio está el Señor.

 

Revélanos al Padre, oh Cristo, nuestra fiesta,

aumenta la esperanza, de nuestro caminar.

Tu Espíritu divino, nos dé la fortaleza,

los bienes que esperamos, nos haga pregustar.

 

04.- JUNTO AL VINO Y AL PAN (Dones)

JUNTO AL VINO Y AL PAN,

YO TE TRAIGO MI VOZ,

VIDA EN UNA CANCIÓN,

PARA TI SERÁN. 

TRAIGO RISA Y DOLOR,

TRAIGO EL MUNDO SIN LUZ,

DE LOS HOMBRES LA SED,

PARA QUE LA CALMES TU.

 

1.- El agua de la risa de los niños,

el viento de las madres al cantar,

hoy, para Ti serán Oh Señor.

 

2.- El fuego de la fuerza de los hombres,

la tierra de su débil corazón,

hoy para Ti serán, Oh Señor.

 

05.- SEÑOR, NO SOY DIGNO  (J.A. Espinosa) (Comunion)

SEÑOR NO SOY DIGNO,

DE QUE ENTRES EN MI CASA.

PERO UNA PALABRA TUYA,

BASTARÁ PARA SANARME.

 

1.- Eres el pan de vida,

A todos das la paz;

quien como de tu carne,

por siempre vivirá.

 

2.- Somos el nuevo pueblo,

que Cristo congrego;

vivamos siempre unidos,

testigos del amor.

 

3.- Vamos por esta vida,

buscando la verdad;

la paz y la justicia,

un mundo que vendrá.

 

06.- DONDE HAY CARIDAD (Joaquin Madurga) (Comunion)

DONDE HAY CARIDAD Y AMOR ALLÍ ESTÁ EL SEÑOR,

ALLÍ ESTÁ EL SEÑOR (2v).

 

Una sala y una mesa, una copa, vino y pan,

los hermanos compartiendo en amor y en unidad.
Nos reúne la presencia y el recuerdo del Señor,

celebramos su memoria y la entrega de su amor.

 

Invitados a la mesa del banquete del Señor,

recordamos su mandato de vivir en el amor.

Comulgamos en el Cuerpo y en la Sangre que él nos da,
y también en el hermano, si lo amamos de verdad.

 

Este pan que da la vida y este cáliz de salud

nos reúne a los hermanos en el nombre de Jesús.

Anunciamos su memoria, celebramos su pasión,
el misterio de su muerte y de su resurrección.

 

07.- MANOS ABIERTAS

QUE SUERTE ES TENER,

UN CORAZÓN SIN PUERTAS,

QUE SUERTE ES TENER,

LAS MANOS SIEMPRE ABIERTAS. (2V.)

 

1.- Manos abiertas llenas de amor las de María,

manos abiertas ellas son nuestra luz y guía.

 

2.- Manos abiertas para estrechar las de un amigo,

manos abiertas para ayudar en el camino.

 

3.- Manos abiertas para buscar un mundo,

manos abiertas para un hacer no para un sueño.

 

4.- Manos abiertas las de Jesús las del maestro,

manos abiertas las del que supo amar primero.