LAS MALDADES QUE SALEN DE DENTRO HACEN AL HOMBRE IMPURO
COMENTARIO
El corbán es el caso de una tradición humana, que enmascara intereses humanos y que quiere pasar por acto religioso y servicio a Dios. Corbán se podría traducir por don. Era una especie de voto con el cual se consagraban a Dios los bienes propios y así se hacían intocables. Parece que ni Dios ni el templo tenían algún provecho en esto, sino el que, hacia el juramento, que así ponía a salvo, bajo el nombre de Dios, sus bienes. Llegó a convertirse en un voto de rechazo contra alguien que de esa forma no se podía beneficiar de dichos bienes. Por ejemplo, unos padres necesitados no se podían beneficiar de unos bienes sobre los cuales el hijo hubiese pronunciado el voto del corbán. Así, en nombre de Dios, y en contra de lo que Dios había mandado, un hijo se liberaba de la ayuda a sus padres ancianos y necesitados. De esta forma la tradición humana conculcaba uno de los mandamientos más explícitos de Dios, como era el de honrar a los padres. La casuística rabínica admitía, en casos de hambre, que se podía dispensar el voto del corbán y por “generosidad", y a través de terceras personas, ayudar a unos padres en extrema necesidad.
La palabra
"fariseos" significa los separados, lo santos, los observantes. Se
ha convertido en sinónimo de hipócrita, que significa "actor".
En el Evangelio son una secta o tendencia del judaísmo y suelen salir malparados,
sea porque se oponen a Jesús o porque la primera comunidad cristiana los
tiene enfrente. O por ambas cosas juntas. De hecho, entre nosotros,
llamarle a uno fariseo es un insulto y que, referido a unas personas
históricas, no está bien.
El fariseísmo
constituye en todo tiempo un peligro de cierto tipo de personas
"religiosas" que, aferradas a lo exterior de la ley, se
consideran mejores que los demás, a quienes juzgan mal, y se hacen
orgullosos y duros de corazón.
Tanto el corbán como el
fariseísmo iluminan, por contraste, la enseñanza de Jesús, que tan
gráficamente inculta Marcos y hasta pone una lista de pecados. El primer deber
de conciencia de Jesús es tener limpia la conciencia, antes aún
de seguirla. Lo primero es poner en orden el corazón, porque sólo los
limpios de corazón verán a Dios. Sólo del hombre bueno, de la recta
intención y del corazón limpio pueden brotar las obras buenas. Esto es ir
a la raíz. Esta es la radicalidad de Jesús y del Evangelio, que queda ahí
como un hito en la historia y como una llamada a lo mejor del hombre de
todos los tiempos.
ANTIFONA DE ENTRADA Sal 85, 3.5
Piedad de mí,
Señor, que, a ti, te estoy llamando todo el día, porque tú, Señor, eres bueno y
clemente, rico en misericordia con los que te invocan.
ORACION COLECTA
Dios todopoderoso, que posees toda perfección, infunde en nuestros
corazones el amor de tu nombre y concédenos que, al crecer nuestra piedad,
alimentes todo bien en nosotros y con solicitud amorosa lo conserves. Por
nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro
del Deuteronomio 4, 1-2.6-8
Moisés habló al pueblo, diciendo: «Ahora,
Israel, escucha las leyes y decretos que yo les mando cumplir. Así vivirán y
entrarán a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de sus padres, les va
a dar. No añadan ni quiten nada a lo que yo les mandes; así cumplirán los
mandamientos del Señor, su Dios, que yo les mando hoy. Cúmplanlos y
practíquenlos, porque de esta manera los pueblos reconocerán que en ustedes hay
sabiduría y entendimiento; ellos, al conocer todas estas leyes, dirán:
"Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente". Y, en
efecto, hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca de ella
como lo está el Señor, Dios nuestro, siempre que lo invocamos?. Y ¿cuál es la
gran nación cuyos mandatos y decretos sean tan justos como toda esta ley que,
en presencia de ustedes, promulgo hoy?».
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 14)
Señor, ¿quién puede hospedarse en tu casa?
El que procede honradamente y practica la
justicia, el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua. R
El que no hace mal a su prójimo ni difama al
vecino, el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al
Señor. R.
El que no presta dinero a usura ni acepta
soborno contra el inocente. El que así obra nunca fallará. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol Santiago 1, 17-18.21b-22.27
Mis queridos hermanos: Todo
beneficio y todo don perfecto viene de arriba, del Padre de los astros
luminosos, en quien no hay fases ni períodos de sombra. Por propia iniciativa,
con la Palabra de la verdad, nos engendró para que seamos como las primicias de
su creación. Acepten dócilmente la Palabra que ha sido sembrada en ustedes y es
capaz de salvarlos. Llévenla a la práctica y no se limiten a escucharla,
engañándose ustedes mismos. La religión pura e intachable a los ojos de Dios
Padre es esta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse
las manos con la maldad de este mundo. y. Palabra de Dios.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO 1, 18
Aleluya. El Padre, por propia
iniciativa, con la Palabra de la verdad, nos engendró, para que seamos como las
primicias de su creación. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo
Evangelio según san Marcos 7, 1-8.14-15.21-23
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de
fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos
comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. Los fariseos, como
los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos meticulosamente,
aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen
sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos,
jarras y ollas. Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús:
«¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de
los mayores?». Él les contestó: «Bien profetizó Isaías de ustedes, hipócritas,
como está escrito: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón
está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que
enseñan son preceptos humanos". Ustedes dejan de lado el mandamiento de
Dios para aferrarse a la tradición de los hombres». Entonces llamó de nuevo a
la gente y les dijo: «Escuchen todos y entiendan: Nada que entre de fuera puede
hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre.
Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las
fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes,
desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen
de dentro y hacen al hombre impuro».
PLEGARIA
UNIVERSAL
Sabiendo que nuestro Dios es cercano y fiel, oremos con confianza
diciendo: R. Padre, escúchanos
1.- Para que con sabiduría e inteligencia la Iglesia anuncie el
Evangelio a todas las personas y estas se comprometan a crear sociedades más
honestas y justas. Oremos al Señor. R.
2.- Para que la misericordia y el amor fraterno fomenten la unidad de
los cristianos. Oremos al Señor. R.
3.- Para que los gobernantes, los que tienen poder sobre las naciones y
los organismos internacionales procedan con justicia, honradez y rectitud.
Oremos al Señor. R.
4.- Para que, a los enfermos, a los pobres y afligidos no les falte la
ayuda y sean ellos el centro de nuestra solidaridad y atención pastoral. Oremos
al Señor. R.
Padre bueno, escucha las oraciones de tus hijos que te suplican, y ya
que confían en tu amor, no dejes de bendecirlos con tu providencia. Por
Jesucristo nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que esta ofrenda
santa nos alcance siempre tu bendición salvadora, para que perfeccione con tu
poder lo que realiza en el sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Sal 30,
20
Qué
bondad tan grande, Señor, reservas para los que te temen.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Saciados con el pan de la mesa del cielo, te
pedimos, Señor, que este alimento de la caridad fortalezca nuestros corazones y
nos mueva a servirte en nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 02: 1Co 2, 1-5; Sal 118; Lc 4, 16-30
Martes 03: 1Co
2, 10b-16; Sal 144; Lc 4, 31-37-
Miércoles 04: 1Co 3, 1-9; Sal 32; Lc 4, 38-44
Jueves 05: 1Co 3, 18-23; Sal 23; Lc 5, 1-11
Viernes 06: 1Co 4, 1-5; Sal 36; Lc 5, 33-39
Sábado 07: 1Co 4, 6b-15; Sal 144; Lc 6, 1-5
Domingo 08: Is 35, 4-7ª; Sal 145; Stg 2, 1-5; Mc 7,
31-37
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Marcos 7,1-8.14-15.21-23
1.- a) La discusión de Jesús con los fariseos
afecta a dos puntos concretos: las abluciones rituales antes de las comidas
sobre la que Marcos proporciona muchos detalles a los lectores no judíos
(vv. 3-4) y sobre la ofrenda sagrada de los bienes familiares que
dispensa del sostenimiento de sus familiares (vv. 10-11). Por lo demás, no
hay que perderse en los detalles de esas costumbres: no existen más que
para hacer comprender el alcance del v. 8, curiosamente repetido en el v. 9 e
ilustrado con la cita de Is 29, 13 (v. 7): la tradición de los hombres
mata la Palabra de Dios.
El fariseo es típicamente el antiguo Adán, que
ha arrebatado a Dios el conocimiento del bien y del mal y ha utilizado al
máximo ese conocimiento para construir una vida de santidad. Este poder
de discernir siempre entre el bien y el mal le lleva a vivir continuamente
en estado conflictual en cada acción, y cada proyecto le obliga a juzgar
entre el bien y el mal. El fariseo es el hombre continuamente desgarrado
por un conocimiento que no estaba hecho para el hombre, sino que el hombre
ha arrebatado a Dios. Es el hombre que desgarra sin cesar a la humanidad
porque es capaz de juzgar a quienes practican el bien y a quienes
son esclavos del mal; pues bien: sólo Dios tiene el poder de juzgar (Mt 7,
1; cf. Rom 12, 14-21).
Lo que Jesús pide a los fariseos es que
superen ese conocimiento angustioso del bien y del mal para dar con la
unidad de la Palabra misma de Dios. Que en lugar de conocer el bien y el
mal y de juzgar las acciones del hombre, se limiten a conocer a Dios y a
ser conocidos por El.
b) Así es como hay que entender el v. 8 en el
que Cristo contrapone mandamiento y tradición. La tradición es puramente
jurídica: regula los "casos", impone las "actitudes”, dispone el
comportamiento del yo externo.
El mandamiento, en cambio, es personal; habla
a la segunda persona lo mismo que el decálogo; proviene de una persona y
no se comprende sino en comunión con esa persona. Afecta al yo más
profundo. El mandamiento no introduce muchos preceptos nuevos que no
figuren ya en las tradiciones humanas. El papel que representa no es
cuantitativo, sino que introduce, ante todo, un estilo nuevo de adaptarse
libremente a las tradiciones viviéndolas en la fe y la comunión con el
Dios que interpela.
c) La crítica que Cristo hace de las
prescripciones de la ley no afecta precisamente a la ley en sí, puesto que
habría llegado, por su mismo dinamismo interno, a la
espiritualización deseada por Cristo. Pero los judíos, y más esencialmente
los fariseos, bloquearon ese dinamismo a causa de una concepción demasiado
material. Esta polémica de Jesús contra el fariseísmo terminó
por hacer de este nombre, originariamente sinónimo de piedad y de
perfección, el símbolo mismo de la hipocresía. Sin embargo, el cristianismo
le debe mucho: en primer lugar, varios de sus apóstoles, entre ellos
Pablo; y también la importante doctrina de la resurrección y el canon de
las Escrituras, de donde la predicación apostólica ha sacado la mejor de
sus fuentes.
Responsables de la complicación de las
prescripciones legales, los círculos de los fariseos fueron, sin embargo,
los primeros que subrayaron la importancia de la caridad en el conjunto de
la ley. Se constituyeron también en severos guardianes de su observancia
en una época en que el influjo pagano lo invadía todo: fueron los
verdaderos servidores del alma del pueblo. Más para arropar esa alma, los
fariseos desfiguraron considerablemente el mesianismo, considerado
demasiado peligroso políticamente; acentuaron igualmente las prácticas
cultuales, anteponiéndolas a los deberes de la fraternidad humana y de la
justicia social.
Cristo, que fundamentaba la religión sobre la
persona más que sobre la ley y que se orientaba claramente hacia un
mesianismo depurado y que atribuía más importancia a los gestos de
fraternidad que a las prácticas cultuales (Mt 15, 18-20), tenía que
chocar necesariamente con la intolerancia y el integrismo de los fariseos.
Proclamó, en contra de ellos, un justo retorno al espíritu de la ley
primitiva; levantó el bloqueo del inmovilismo a la ley con el fin de
espiritualizarla. Pero de ahí a reducir al fariseísmo a un movimiento
de hipocresía (cuando en realidad este defecto era severamente perseguido
dentro mismo de los círculos fariseos), hay una distancia que no se puede
salvar, ni siquiera aun cuando, en el ardor de la polémica, algunas
comunidades cristianas primitivas lo hicieran.
El drama del fariseo es el de toda una
humanidad que se atribuye un conocimiento que viene de Dios, puesto que
define el bien y el mal y juzga a los hombres, pero que se despliega al
final sin el Dios de quien procede. Cristo es el primer hombre que ha podido poner
su conocimiento del bien y del mal al servicio de un conocimiento más profundo:
el de Dios y de su voluntad. Vivir en la conformidad con esa voluntad
libera a Cristo de todo conocimiento del bien y del mal y le permite
encontrarse muy libre frente a las leyes y las tradiciones humanas, muy
libre frente al pecador. El cristiano, a su vez, examina su conciencia, no
para descubrir y analizar en ella el bien y el mal, sino, ante todo,
para encontrar la Palabra de Dios y la persona de Jesucristo que vive en
él y para él (1 Cor 4, 3-4). La Eucaristía le recuerda cada día esa
presencia de Cristo en él y le despierta a sus exigencias.
MAERTENS-FRISQUE - NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA
CRISTIANA VII MAROVA MADRID 1969.Pág. 19
2.- Comentario.
Tras un paréntesis de cinco domingos,
retomamos a Marcos. Y lo hacemos con un texto en el que el autor se ha
visto obligado a dar a sus lectores una serie de explicaciones sobre usos
y costumbres judíos (vs. 2-4). Esto tiene un primer significado evidente: Marcos
no escribía para judíos. Pero, por esto mismo, los que no somos
judíos corremos el riesgo de asistir como espectadores con quienes no va
la cosa. Por eso, si queremos comprender el texto, habremos de situarnos
en ese ámbito de emotividad e intangibilidad que tiene siempre toda
tradición. De la tradición, en efecto, se trata de más allá del caso
concreto de comer sin lavarse las manos. (Huelga decir que comer sin
lavarse las manos no es una cuestión de higiene, sino de limpieza ritual).
¿Por qué no siguen tus discípulos la tradición de los mayores? Si hay un
pueblo para quien la tradición es importante, éste es el pueblo judío.
Repito: con toda la carga de emotividad e intangibilidad que tiene siempre
la tradición.
Bien profetizó Isaías de vosotros,
hipócritas... Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la
tradición de los hombres. La crítica es tremendamente dura y, según muchos
exégetas, históricamente problemática en labios de Jesús. Si fuéramos
judíos opondríamos seguramente resistencias. Pero, dificultades históricas
aparte, el sentido de la frase es muy claro. En perspectiva judía dice lo
siguiente: Los representantes de la corriente farisea siguen la tradición
oral a expensas de la Ley escrita. En perspectiva universal (la de Marcos)
dice lo siguiente: La autoridad central (los interlocutores de
Jesús provienen de Jerusalén) sigue la letra a expensas del espíritu.
Viene a continuación un ejemplo ilustrativo
(vs. 9-13, no recogidos en el texto litúrgico). Llamó Jesús a la gente y les
dijo. Lo que sigue es radical y categórico. Algún exégeta lo ha calificado
de culmen de la ética cristiana. Nada que entre de fuera puede hacer
al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre.
El sentido es muy claro. En forma antitética, dado que la estructura
lingüística semita no tiene forma específica de grado comparativo, dice lo
siguiente: la limpieza moral es más importante que la ritual. Las
posibilidades de esta afirmación son infinitas, y sus consecuencias,
incalculables para la libertad y autonomía del hombre religioso según el
espíritu de Jesús.
En el medio judío en que Jesús se movía, su
afirmación afectaba no sólo a la tradición, sino a la propia Ley escrita,
ya que amplias partes de la misma quedaban derogadas. Es cierto que en su
actuación y práctica concretas Jesús fue más bien un fiel cumplidor de la
Ley. Siempre será una gran verdad que la realización concreta de todo
principio general requiere prudencia y respeto a los demás. ¡El difícil
arte de vivir! Pero no olvidemos nunca el principio, el aire fresco. La
actuación de Jesús fue, en general, conforme a la Ley, pero su actitud fue
siempre libre, abierta e intuitiva. Queda reforzado así el rasgo
característico bajo el que parece querer presentar Marcos a Jesús: la novedad.
¿Qué es esto? ¡Una enseñanza nueva con autoridad! (Mc. 1, 27). A la luz
del texto de hoy parece bastante claro que la novedad la entiende Marcos
en relación a lo que siempre se ha visto, oído y mamado.
ALBERTO BENITO - DABAR 1985, 44
3.- ACI DIGITAL 2003
4. Se trata de purificaciones que no eran
prescriptas por la Ley y que los escribas multiplicaban llamándolas
"tradiciones". "No conociendo la justicia de Dios y queriendo
establecer la suya propia (Rom. 3, 10), el fariseo, satisfecho de sí mismo,
espera sorprender a Dios con su virtud que nada necesita (Luc. 18, 1 s.). En
realidad, el fariseo es el más temible de los materialistas, pues el saduceo
sensual ignora lo espiritual; pero él, en cierto modo, lo conoce para reducirlo
a la materia: hechos, realizaciones, obras visibles para que sean vistos de los
hombres y los hombres los alaben y los imiten. Antítesis del fariseo es la
Verónica que al acercarse a Dios presenta, a la faz de la gracia, el lienzo en
blanco de su esperanza". Es evidente que la doctrina de Jesucristo era tan
incompatible con esa mentalidad como el fuego con el agua (véase 12, 38 y
nota). La tradición que vale para la Iglesia es la que tiene su origen en la
revelación divina, es decir, en la predicación del mismo Jesucristo y de los
apóstoles, "a fin de que siempre se crea del mismo modo la verdad absoluta
e inmutable predicada desde el principio por los apóstoles". (Pío X en el
juramento contra los modernistas). Cf. I Tim. 6, 3 s. y 20.
6. Véase Is. 29, 13; Cf. Mat. 15, 1 - 28; 23,
15; Luc. 11, 37 - 41; Juan 4, 23 y notas.
10. Véase Ex. 20, 12; 21, 17; Lev. 20, 9;
Deut. 5, 16; Ef. 6, 2.
4.- Este es uno de los lugares en que cabe
preguntarse por qué Marcos inserta esta narración.
Sabido es que su contenido tiene mucho que
ver con los principios fundamentales judíos (y no sólo de los judíos, sino
también de otras culturas de la antigüedad) acerca de lo” puro"
(limpio) y lo "impuro" (sucio). Israel estuvo desde antaño muy bien
acostumbrado a distinguir entre lo "puro" y lo
"impuro". Esto era condición indispensable para saber si
el hombre podía o no entrar en comunión con Dios; e igualmente los
animales y las cosas, entrar en la presencia o contacto con Dios.
Pero los lectores de Marcos, al parecer, ya
no entienden mucho todo esto. ¿Por qué, pues, toma Mc ese tema? El v. 18
es importante: la incomprensión de los discípulos hace patente que, si
bien no se trata de una vuelta al ceremonial judío, siempre existe el peligro
de caer en un pietismo externo. El hombre tiene tendencia a refugiarse en
la religiosidad y crearse por su cuenta una coartada frente a su negativa
para convertirse a la verdad.
La observancia de exterioridades hace olvidar
el culto verdadero. Esto, pues, también es esencial al evangelio y, por tanto,
a la fe: donde las tradiciones hacen incomprensible el amor de Dios a
cuenta del temor, no habremos de preocuparnos de que a la larga no nos
sintamos vinculados por la normativa humana, aun cuando ésta se remita a
lugares de la Biblia.
EUCARISTÍA 1988, 42
5.- LAVATORIO-JUDIO
Un grupo de fariseos del lugar y algunos
letrados o rabinos de Jerusalén, probablemente enviados por el Sanedrín
para espiar a Jesús, se escandalizan al ver que los discípulos comían sin
lavarse las manos según ordenaba la tradición de los mayores.
El evangelista Marcos, que escribe para los
romanos, informa a sus lectores acerca de las costumbres judías. Los
lavatorios de los judíos no respondían a una inexplicable necesidad de
higiene, sino a exigencias religiosas. Eran purificaciones rituales. Hoy día
se extrema hasta tal punto la limpieza que podría pensarse también en una
superstición, sobre todo cuando se es tan poco escrupuloso respecto a
problemas de justicia. Pero sea lo que fuere de este fenómeno moderno,
aquí nos interesa el comportamiento de los fariseos.
Pues bien, estos distinguían entre
"puro" e "impuro" y practicaban consecuentemente
una serie de purificaciones rituales. En esto iban más allá de lo
expresamente mandado en la Ley de Moisés y se atenían a tradiciones humanas.
El lavatorio de las manos antes de las comidas constituía buena parte de
esas tradiciones codificadas en el Talmud y veneradas por los fariseos
como si se tratara de la misma Ley de Dios. La multiplicación de
estos lavatorios resultaba poco menos que intolerable a los trabajadores
humildes en un pueblo en el que el agua era un bien escaso. Al parecer,
los galileos no eran demasiado meticulosos en observar dichas tradiciones,
y sabemos que el mismo Jesús produjo un escándalo al sentarse a la mesa de
un fariseo sin haberse lavado antes las manos (Lc 11, 37 s).
Los fariseos universalizan lo que no era otra
cosa que un hecho anecdótico y acusan al Maestro de que permita a sus
discípulos un comportamiento en contra de la "tradición de los
mayores". Jesús acepta en principio el planteamiento de la cuestión y,
citando al profeta Isaías (29, 13), devuelve la pelota a los fariseos. Les dice
que ellos practican un culto vacío, un culto de los labios y no del
corazón. Además, que se atienen a preceptos humanos y quebrantan sin escrúpulos
los mandamientos de Dios. Pero aún, con el pretexto de dar culto a Dios,
le ofende dejando en la miseria a sus propios padres (vv. 9-13; Mt 15,
4-6).
Después se dirige Jesús al pueblo y promulga
otra moral muy distinta que invalida de raíz todas las purificaciones
rituales.
Lo que importa es la pureza del corazón, la
buena voluntad. Pues lo que mancha al hombre no viene de fuera, sino que
sale del interior. El que habla aquí es el Hijo de Dios, que está por encima no
sólo de las tradiciones de los mayores, sino incluso de la misma Ley de
Moisés. Jesús muestra su autoridad lo mismo que en las famosas antítesis
del Sermón de la Montaña (Mt 5, 21-14).
EUCARISTÍA 1982, 40
6.- Texto.
Retornamos al evangelio de Marcos. El
versículo inicial cobra relevancia especial en razón de la procedencia de
los personajes en él mencionados: fariseos y letrados de Jerusalén. Esta
ciudad es bastante más que la capital administrativa y política judía; es
la razón de ser de un pueblo, su orgullo y añoranza; es madre y guía; de
Jerusalén irradia la luz que ilumina el caminar judío; allí están los
pastores del pueblo, a los que, sin embargo, Marcos ha cuestionado ya como
pastores (cfr. 6, 30-34, domingo 16 Ordinario). El conjunto del texto gira
en torno al término impuro. Aparece al comienzo (vs. 2 y 5) y al final (vs. 15
y 23). Manos impuras, hacer impuras a las personas. El término no tiene
nada que ver con los distintos matices del mismo en castellano: mezcla;
falta de castidad; deshonestidad. La impureza de la que el texto habla es la
mancha ritual (pastores) o moral (Jesús) que inhabilita a las personas
para tratar con lo santo. La impureza es una incapacidad religiosa.
La preocupación por la pureza denota
sensibilidad religiosa. Es en esta línea de sensibilidad en la que hay que
entender la preocupación manifestada por los pastores judíos ante la
conducta de algunos de los discípulos de Jesús, por más que a
nosotros pueda resultarnos sobrepasadas las formas concretas de expresión
de esa sensibilidad religiosa. De ellas ofrece Marcos una enumeración en
el paréntesis explicativo de los vs. 3-4.
La preocupación por la pureza
se enmarca, a su vez, en la gran corriente judía formada por la tradición
de los mayores. A poco que se conozca lo que es ser judío, se caerá en la
cuenta de la fuerza e importancia de la tradición en este pueblo. Es en la
tradición donde se articula la esencia de lo judío. La pregunta, pues, de
los pastores a Jesús encierra una gravedad suma. Jesús resuelve el problema
dentro de lo más pura línea judía, tal como ésta aparece ya esbozada en el
texto de Isaías 29, 13 que cita: distinción entre el componente humano
y divino de la tradición.
Comentario.
Entresacando el texto de sus componentes
judíos, puede hablarse de moralidad frente a formalismo (en determinados
ambientes el término formalismo se solapa con el de profesionalidad) y de
espíritu frente a letra. Enunciada así la problemática, la cuestión resulta
fácil y evidente; la práctica, sin embargo, dice que no es ni fácil
ni evidente. Las formas y la letra son, en efecto, absolutamente
necesarias: responden a la esencia misma de nuestro ser humano, que es
forma corpórea en relación con los demás. La tradición es, desde esta
perspectiva, absolutamente necesaria. Donde no hay tradición no hay vida que
valga la pena. ¿Cómo hacer, sin embargo, que las formas y la letra no acaparen
la totalidad del ser humano, que es también incorporeidad, interioridad,
individualidad? En este cómo está la verdadera dificultad. Este cómo se
mueve en el campo de las actitudes, un campo lo suficientemente fluido
como para resistirse al imperio absoluto de las formas y de la letra, aunque
precisamente por ser fluido toma sin resistencia la forma del recipiente que
lo contiene.
Del texto de hoy se deducen las siguientes
evidencias:
1.- La tradición que vale la pena es aquélla
en la que convive una sana tensión entre fondo y forma, espíritu y letra.
2.- Cuando la forma y la letra predominan o
se anquilosan, se impone la ruptura con ellas.
3.- Esta ruptura no significa negar la
tradición ni ir en contra de ella.
Termino con una lacónica frase de Jesús, que
algunos manuscritos intercalan en el texto de hoy: El que tenga oídos para
oír, que oiga.
ALBERTO BENITO - DABAR 1981, 43
7.- PUREZA-LEGAL/A-H:
Los interlocutores de Jesús no se preocupan por
la higiene. El lavado de manos antes de las comidas forma parte de una
praxis de pureza ritual que determina la vida diaria del judío piadoso.
Israel es el pueblo de Dios y debe ser santo; también debe ser
puro (sacerdotalmente). Pero el peligro de la impureza acecha por doquier,
puede proceder de hombres y de animales, de manjares y de objetos
[7,1V,1353s]. El que "come con manos impuras" infringe "la
tradición de los antepasados", aquella plétora de prescripciones transmitidas
oralmente que desarrollan la ley y quieren fijarla casuísticamente; los
fariseos pensaban que debían venerarse por igual la "tradición"
y la ley de Moisés; valen lo mismo y tienen la misma dignidad la ley y el
"vallado" que la cerca. Pero Jesús rechaza la tradición oral,
"y lo hace radicalmente" [52,20lsl; se funda en el ejemplo de la
praxis del corbán, que en realidad deroga al cuarto mandamiento y la
desenmascara, porque es un medio de esquivar la voluntad de Dios dirigida
a la salvación del hombre. Jesús coloca la propia palabra de Dios contra
la tradición humana que se las da de proteger la divinidad de Dios (v.
13). Detrás de tal crítica está la concepción de que venerar a Dios sólo tiene
sentido "si en ello no se pierde de vista el ser de Dios a favor del
hombre. Jesús hace patente cómo en la concepción de sus opositores Dios
acaba por ser la negación de lo divino, puesto que quebrantan la voluntad
de Dios orientada hacia el hombre" [45,1531. Jesús no se limita
a atacar la tradición. El v. 15 cuestiona la misma torá (=ley), igual que
en las antítesis del sermón del monte, igual que en Mc 10,1s. "Nada
hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle, sino lo que sale
del hombre, esto es lo que contamina al hombre"; más que una
radicalización de la ley, esta afirmación significa su derogación. Jesús no
discute que exista un poder mortal, la "impureza" que nos hace
desgraciados, pero su lugar es el corazón del hombre. En cambio, discute y
niega que exista una impureza inherente a los objetos y que se transmita
mágicamente. Ernest Kásemann ha descrito convincentemente cómo con ello se
ha rebasado radicalmente todo pensamiento orientado por el culto. Han sido
aquí tocados, alcanzados de lleno los "presupuestos de todos los cultos
antiguos con sus praxis de víctima y de expiación", aquí se ha
eliminado la "distinción, básica para la antigüedad, entre el témenos
o recinto sagrado, y lo profano". E igualmente esta palabra de Jesús
tritura "los fundamentos de la demonología antigua", demuestra
decisivamente que Jesús "no ha profesado un dualismo
metafísico", sino que ha superado "la ideología de la antigüedad
con su antítesis entre lo cultual y lo profano" [54,207s]. Así la cuestión
de la actitud del hombre ante Dios queda desligada del ámbito del culto,
la pureza y la impureza se dan en relación con el prójimo. En un mundo que
Jesús proclama básicamente puro como creación de Dios que es, la pureza
dista mucho de alcanzarse con la ayuda de prácticas rituales.
ECKART-OTT - FIESTA-Y-GOZO. Págs. 114-115
8.- Dejáis a un lado el mandamiento de Dios
para aferraros a la tradición de los hombres
Recuperamos, después de los domingos
dedicados al discurso del pan de vida, la lectura de Marcos. Lo hacemos en
el capítulo 7, que no presenta ninguna relación de tiempo y de lugar con
los episodios precedentes del c. 6. Los vv. 1-23 forman una unidad temática.
La liturgia suprime algunos versículos de la perícopa. A lo largo del
capítulo, Jesús se dirige a los fariseos, a la multitud y al grupo de sus
discípulos.
Jesús critica a los fariseos y escribas el
hecho de que conviertan en principales aquello que en realidad son
mandamientos secundarios y pone un ejemplo concreto: el dinero entregado
como voto al templo que debiera ser utilizado para mantener a los
padres ancianos. Estos versículos faltan en el texto litúrgico, pero de
hecho ayudan a comprender mejor el mensaje de Jesús: el amor y la atención
a los demás condicionan y relativizan todos los mandamientos, tanto de
purificación como los referentes al impuesto religioso. También faltan los versículos
16-20 que distinguen entre la enseñanza de Jesús a la gente y la que
destina, más en concreto, a sus discípulos. La respuesta de Jesús se sitúa
en la línea ya apuntada: aquello que contamina y hace pecador al hombre no
son las cosas externas, sino el egoísmo que hay en su personalidad y
determina sus decisiones y relaciones con los demás.
Recomiendo leer Mc 7,1-23 directamente de la
Biblia al preparar la homilía, para captar mejor el pensamiento de Jesús.
La proximidad de Dios, el cristiano y nuestras comunidades es necesario que la
reflejen con una conducta límpida y moralmente sana, centrada en el amor
al necesitado. ¿Es ésta nuestra perspectiva religiosa?
JORDI LATORRE - MISA DOMINICAL 2000, 11, 44
PROPUESTA DE CANTOS DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO (CICLO B - (01
DE SETIEMBRE 2024)
TEMA: “USTEDES DEJAN DE LADO EL MANDAMIENTO DE DIOS PARA AFERRARSE A
LA TRADICION DE LOS HOMBRES”
01.- EL SEÑOR
ME HA INVITADO A SU CASA (José Antonio Cubiela)
EL SEÑOR ME HA INVITADO A SU CASA,
LA MESA ESTÁ PUESTA, DISPUESTO ESTÁ EL PAN;
UN LUGAR EN LA MESA YO TENGO,
HAY FIESTA EN MI ALMA Y QUIERO CANTAR.
1.- Gracias Señor,
porque llego cansado y vencido;
y me esperas igual que un amigo,
espera al amigo que en todo triunfó.
Gracias Señor,
porque mi alma está triste y desierta;
y me estás esperando a la puerta,
dispuesto a llenarme de fuerza y valor.
2.- Gracias Señor,
porque llego como el peregrino;
que ha perdido la fe en el camino,
y Tú me devuelves la fe en el amor.
Gracias Señor,
porque traigo en mi rostro amargura;
y tu imagen derrama ternura,
sembrando en mi alma la luz del perdón.
3.- Gracias Señor,
porque voy mendigando esperanza;
y tu rostro me da confianza,
y luego tu abrazo me infunde valor.
Gracias Señor,
en el fondo yo soy como un niño;
y en tu casa yo encuentro el cariño,
de ver que me tratas igual que a un mayor.
02.- TOMADO
DE LA MANO
CON JESÚS YO VOY,
LE SIGO COMO OVEJA
QUE ENCONTRÓ AL PASTOR.
TOMADO DE LA MANO,
CON JESÚS YO VOY
ADONDE ÉL VA (bis).
Si Jesús me dice:
"Amigo,
deja todo y ven conmigo,
donde todo es más hermoso
y más feliz".
Si Jesús me dice:
"Amigo,
deja todo y ven
conmigo".
Yo, mi mano pondré en la
suya
e iré con Él.
Yo te llevaré amigo,
a un lugar conmigo,
donde el sol y las
estrellas
aún brillan más.
Yo te llevaré amigo,
a un lugar conmigo,
donde todo es más hermoso
y más feliz.
03.-
ALREDEDOR DE TU MESA (Francisco Palazon)
ALREDEDOR DE TU MESA VENIMOS A RECORDAR,
ALREDEDOR DE TU MESA VENIMOS A RECORDAR,
QUE TU PALABRA ES CAMINO, TU CUERPO, FRATERNIDAD;
QUE TU PALABRA ES CAMINO, TU CUERPO, FRATERNIDAD.
Hemos venido a tu mesa
a celebrar el misterio de tu amor.
Con nuestras manos manchadas,
arrepentidos buscamos tu perdón.
Juntos y a veces sin vernos
celebramos tu presencia sin sentir
que se interrumpe el camino
si no vamos como hermanos hacia ti.
04.-. TE
OFREZCO, SEÑOR, MI VIDA (A. Cordova)
Te
ofrezco señor mi vida
me
ofrezco ante tu altar,
te
ofrezco señor mi todo
en
este humilde cantar
te
ofrezco todos mis dones
te
ofrezco todo mi amor
te
ofrezco este sacrificio
ofrezco
todo el dolor.
Acepta
lo que ofrezco
es
todo que puedo dar
acepta
señor mi alma
es
tuya para salvar
mi
dios te doy lo que tengo
es
mucho pero lo doy
acéptame
con amor
y
con tu gracia me voy
05.- LLEVEMOS
AL SEÑOR (Carmelo Erdozain)
1.- Llevemos al Señor
el vino y el pan.
Llevemos al altar
la viña, el trigal.
EL SEÑOR NOS DARÁ
ÉL NOS DARÁ SU AMISTAD.
[BIS TODO]
2.- Llevemos al Señor
pureza y amor.
Llevemos al altar
justicia, hermandad.
3.- Llevemos al Señor
trabajo y dolor.
Llevemos al altar
ofrendas de paz.
06.-
ACERQUEMONOS TODOS AL ALTAR (F. Palazon, E. Pascual)
ACERQUÉMONOS TODOS AL ALTAR
QUE ES LA MESA FRATERNA DEL AMOR,
PUES SIEMPRE QUE COMEMOS DE ESTE PAN
RECORDAMOS LA PASCUA DEL SEÑOR.
1.- Los hebreos, en medio del desierto, comieron el
maná,
nosotros, peregrinos de la vida, comemos este pan;
Los primeros cristianos ofrecieron su cuerpo como
trigo;
nosotros, acosados por la muerte, bebemos este
vino.
2.- Como Cristo hecho pan de cada día, se ofrece en
el altar
nosotros entregados al hermano comemos de este pan;
Como el cuerpo de Cristo es uno solo por todos
ofrecidos
nosotros olvidando divisiones bebemos este vino.
3.- Como ciegos en busca de la aurora, dolientes
tras la paz
buscando tierra nueva y cielos nuevos, comamos este
pan.
Acerquémonos todos los cansados, porque Él es
nuestro alivio
y siempre que el desierto nos agobie, bebamos este
vino.
07.- SEÑOR,
NO SOY DIGNO (J.A. Espinoza)
SEÑOR,
NO SOY DIGNO
DE
QUE ENTRES EN MI CASA
PERO
UNA PALABRA TUYA
BASTARÁ
PARA SANARME.
Eres
el Pan de Vida,
a
todos das la paz;
quien
come de tu carne
por
siempre vivirá.
Somos
el nuevo pueblo
que
Cristo congregó,
vivamos
siempre unidos,
testigos
del amor.
Vamos
por esta vida
buscando
la verdad,
la
paz y la justicia,
un
mundo que vendrá.
08.- GUSTAD Y
VED (Francisco Palazón)
GUSTAD Y VED QUÉ BUENO ES EL SEÑOR,
DICHOSO EL QUE SE ACOGE A ÉL;
GUSTAD Y VED QUÉ BUENO ES EL SEÑOR,
DICHOSO EL QUE SE ACOGE A ÉL.
1.- La Palabra del Señor es sincera
y todas sus acciones son leales;
Él ama la justicia y el derecho
y de su amor está llena la tierra.
2.- El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones;
cerca está de aquellos que lo invocan
y lo invocan de todo corazón.
09.- MADRE DE
LOS POBRES (Cesáreo Garabain)
MADRE DE LOS POBRES,
LOS HUMILDES Y SENCILLOS,
DE LOS TRISTES Y LOS NIÑOS
QUE CONFÍAN SIEMPRE EN DIOS.
1.- Tú, la más pobre, porque nada ambicionaste;
Tú, perseguida, vas huyendo de Belén.
Tú, que un pesebre ofreciste al rey del cielo,
toda tu riqueza fue tenerlo sólo a Él.
2.- Tú, que en sus manos sin temor te abandonaste,
Tú, que aceptaste ser la esclava del Señor,
vas entonando un poema de alegría;
Canta alma mía, porque Dios me engrandeció.
3.- Tú, que has vivido el dolor y la pobreza,
Tú, que has sufrido en las noches sin hogar,
Tú, que eres la madre de los pobres y olvidados,
eres el consuelo del que reza en su llorar.
10.- MANOS
ABIERTAS (Fernando San Romualdo)
QUE SUERTE ES TENER UN CORAZÓN SIN PUERTAS.
QUE SUERTE ES TENER LAS MANOS SIEMPRE ABIERTAS.
Manos abiertos llenos de amor las de María
Manos abiertas ellas son nuestra luz y guía.
Manos abiertas para estrechar las de un amigo,
manos abiertas para ayudar en el camino.
Manos abiertas las de Jesús las del maestro
Manos abiertas las del que supo amar primero
11.- MARIA
TESTIGO (P. Alvarado)
DICHOSO
QUIEN EN SU VIDA
VIVE
COMO VIVIÓ MARÍA: (2)
SIEMPRE
AMANDO A LOS DEMÁS,
SIEMPRE
SIRVIENDO A LOS DEMÁS. (2)
Con
tu entrega permitiste que nos acompañe Dios,
y
creciendo Él a tu lado compartía nuestra vida.
En
tu canto de alabanza retrataste nuestro mundo,
donde
siempre los pequeños del Señor son preferidos.
Que
sigamos la Palabra de Dios Padre que nos ama,
por
María todos sepan que su Amor a todos llega.