SERÁN LOS HIJOS DEL ALTÍSIMO
COMENTARIO
Si tienen un enemigo, esta meditación es para ustedes: “Amen a
sus enemigos, hagan el bien a los que les odian”. Las palabras de Jesús no se
eligen. Las más duras, como estas, quieren hacer nacer en nosotros un hijo del
altísimo. Quizás alguien ha intentado hablarles de prudencia o de caridad
fraterna, de ese perdón a los enemigos que enseña Jesús. Como respuesta han
explicado largamente la injusticia, han descrito a esa persona descarada que
les ha destruido. ¡Y les dicen que amén! ¡Que le hagan bien!
Cuando
nos ataca una antipatía, como si fuera una enfermedad, a veces sentimos que la
gracia nos mueve a buscar la curación, a dar un paso o a encontrar de algún
modo la paz del corazón, a tirar fuera las malas ideas y toda esa película
interior del resentimiento ¡Imposible! ¿Y que pueden contra eso cuatro palabras
del evangelio? En esas cuatro palabras “amen a sus enemigos”, está la entrada
en el amor. Y para que vivamos ordinariamente en el amor, Jesús nos pone en guardia
contra un engaño fácil que nos hace imaginar que hemos escogido el amor. Nos
opera de una manera casi quirúrgica para llegar hasta las raíces de la ilusión:
“Si quieren a los que los quieren, también los incrédulos quieren a quien los
quiere. Y si hacen el bien al que les hace el bien, también los incrédulos lo
hacen. Muchas personas que se creen buenas, pierden pronto sus buenos modales:
“Me habló en un tono tan agrio que todo se ha acabado entre nosotros... “.
Nadie
está al abrigo de una tentación de odio, pero sólo el que vive ordinariamente
en el amor encontrará fuerzas para resistir a esa terrible tentación. Y si cae,
podrá escuchar a Jesús y no hundirse más todavía.
Jesús
nos hace vislumbrar un estilo de vida en el que se toma el amor tan en serio,
que nos levanta hasta Dios. Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin
esperar nada, así tendrán una gran recompensa y serán hijos del altísimo...
Sean generosos como su Padre es generoso.
No
se trata de justicia, de prudencia, o de caridad a nuestra medida, sino de la
más total desmedida, propuesta por aquel que amará, hasta la cruz, a los que le
traten como esas personas que nos repugnan a nosotros: “Padre, perdónales, que
no saben lo que hacen”. El injusto, el indigno, el sinvergüenza no sabe lo que
hace, si llegamos hasta sus profundidades. Y a nosotros se nos pide que
lleguemos a unas alturas que nos resultan extrañas: las de Dios, que “es
generoso con los ingratos y con los malos”. Sí, a pesar de no comprender bien
esa “súper-bondad” (esa ciencia de los corazones que es inaccesible para
nosotros), intentamos ser un poco “como él” nuestra recompensa es fantástica,
hemos cambiado de corazón, hemos entrado en el amor.
R.P.
Roland Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Sal 12, 6
Señor, yo confío en tu misericordia: mi alma
gozará con tu salvación, y cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.
ORACION COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, que, meditando siempre las realidades
espirituales, cumplamos, de palabra y de obra, lo que a ti te complace. Por
nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del primer libro de Samuel 26, 2.7-9.12-13.22-23
En aquellos días, Saúl emprendió la bajada al
desierto de Zif, llevando tres mil hombres escogidos de Israel, para buscar a
David allí. David y Abisay llegaron de noche junto a la tropa. Saúl dormía,
acostado en el cercado, con la lanza hincada en tierra a la cabecera. Abner y
la tropa dormían en torno a él. Abisay dijo a David: «Dios pone hoy al enemigo
en tu mano. Déjame que lo clave de un golpe con la lanza en la tierra. No
tendré que repetir».
David respondió: «No acabes con él, pues
¿quién ha extendido su mano contra el ungido del Señor y ha quedado impune?».
David cogió la lanza y el jarro de agua de la
cabecera de Saúl, y se marcharon. Nadie los vio, ni se dio cuenta, ni se
despertó.
Todos dormían, porque el Señor había hecho
caer sobre ellos un sueño profundo. David cruzó al otro lado y se puso en pie
sobre la cima de la montaña, lejos, manteniendo una gran distancia entre ellos,
y gritó: «Aquí está la lanza del rey. Venga por ella uno de sus servidores, y
que el Señor pague a cada uno según su justicia y su fidelidad. Él te ha
entregado hoy en mi poder, pero yo no he querido extender mi mano contra el
ungido del Señor».
05.-SALMO
RESPONSORIAL (Sal 102)
El Señor es compasivo y misericordioso
Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a
su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. R.
Él perdona todas tus culpas y cura todas tus
enfermedades; Él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura. R.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento
a la ira y rico en clemencia. No nos trata como merecen nuestros pecados ni nos
paga según nuestras culpas. R.
Como dista el oriente del ocaso, así aleja de
nosotros nuestros delitos. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente
el Señor ternura por los que lo temen. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a
los Corintios 15, 45-49
Hermanos: El primer hombre, Adán, se
convirtió en ser viviente. El último Adán, en espíritu vivificante. Pero no fue
primero lo espiritual, sino primero lo material y después lo espiritual. El
primer hombre, que proviene de la tierra, es terrenal; el segundo hombre es del
cielo. Como el hombre terrenal, así son los de la tierra; como el celestial,
así son los del cielo. Y lo mismo que hemos llevado la imagen del hombre
terrenal, llevaremos también la imagen del celestial.
ACLAMACION
ANTES DEL EVANGELIO Jn 13, 34
Aleluya. Les doy un mandamiento nuevo —dice el Señor—: que se
amen unos a otros, como yo los he amado. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo
Evangelio según san Lucas 6, 27-38
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«A ustedes los que me escuchan les digo: amen a sus enemigos, hagan el bien a
los que los odian, bendigan a los que los maldicen, oren por los que los
calumnian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite
la capa, no le impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al
que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Traten a los demás como quieren que
ellos los traten. Pues, si aman a los que los aman, ¿qué mérito tienen?.
También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacen bien a los que les
hacen bien, ¿qué mérito tienen? También los pecadores hacen lo mismo. Y si
prestan a aquellos de los que esperan cobrar, ¿qué mérito tienen?. También los
pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo. Por el
contrario, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada; será
grande su recompensa y serán hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los
malvados y desagradecidos. Sean misericordiosos como su Padre es
misericordioso; no juzguen, y no serán juzgados; no condenen, y no serán
condenados; perdonen, y serán perdonados; den, y se les dará: les verterán una
medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida que midieran
se les medirá a ustedes».
PLEGARIA
UNIVERSAL
Conscientes de
amor de padre que nunca nos abandona, dirijámosle nuestras peticiones:
1.- Por la santa Iglesia,
extendida de Oriente a Occidente, para que el Señor la mantenga firme y
confiada en medio de la contrariedades y tentaciones del mundo. Roguemos
al Señor.
2.- Por los que tienen
autoridad en el mundo, para que bajo su gobierno podamos vivir en paz y
concordia glorificando a Cristo, nuestra esperanza. Roguemos al Señor.
3.- Por los que nos deprecian a causa de nuestra
fe y por los que persiguen a la Iglesia; para que el Señor les conceda
encontrar la verdad. Roguemos a Señor.
4.-Por los que estamos
aquí reunidos en el nombre del Señor; para que Dios nos conceda perseverar en
la fe y nos reúna un día a todos en su reino. Roguemos al Señor.
Padre
misericordioso, ama a los ingratos y desleales, incluyendo a nosotros. Ayúdanos
a entregarnos con compasión a nuestros hermanos, pues eres el verdadero Padre
misericordioso de todos.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Al celebrar tus misterios con la debida
reverencia, te rogamos, Señor, que los dones ofrecidos en reconocimiento de tu
gloria nos aprovechen para la salvación. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ANTIFONA
DE COMUNION Jn 11, 27
Señor, yo creo que tú eres
el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Concédenos, Dios todopoderoso, alcanzar el fruto
de la salvación, cuyo anticipo hemos recibido por estos sacramentos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 24: Eclo 1, 1-10; Sal 92, 1ab.1c-2.5; Mc 9,
14-29
Martes 25: Eclo 2, 1-13; Sal 36, 3-4. 18-19. 27-28. 39-40;
Mc 9, 30-37.
Miércoles 26: Eclo 4, 12-22; Sal 118, 165.171.172.174.175;
Mc 9, 38-40.
Jueves 27: Eclo 5, 1-10; Sal 1, 1-2.3. 4 y 6; Mc 9,
41-50
Viernes 28: Eclo 6, 5-17; Sal 118, 12.16.18.27.34.35; Mc
10, 1-12.
Sábado 01: Eclo 17, 1-13; Sal 102, 13-14.15-16.17-18ª;
Mc 10, 13-16.
Domingo 02: Eclo 27, 4-7; Sal 91, 2-3.13-14. 15-16; 1Co
15, 54-58; Lc 6, 39-45
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Lc 06, 27-38
Par.: Mt 5, 38-48
1. - Hablando
de cómo tiene que ser el discípulo Lucas proponía tres rasgos característicos.
El fiarse de Jesús (primer rasgo) genera una nueva situación funcional (ser
pescador de hombres, tercer rasgo). ¿En qué consiste esta nueva situación
funcional?. El evangelio de hoy nos lo explica. La explicación está
estructurada en tres partes.
Parte primera: vs.
27-30. El comentario debe ser casi exclusivamente formal: maestría de Jesús en
el dominio de técnicas del lenguaje. En una cultura oral, esto era
importantísimo de cara a provocar impacto y a facilitar la memorización. Frases
muy cortas, barajando términos contrapuestos en un orden fijo. Imágenes
intuitivas y chocantes, que producen el asombro desconcertado del oyente. Esto
último puede observarse en el v. 29. Hagamos la trasposición del "al que
le quite la capa...": "Al que te quite la ropa exterior, dale también
la interior". Y el oyente reacciona inmediatamente: "¡Pero me quedo
en cueros!" Es la reacción que busca Jesús: el desconcierto del oyente, su
K.O. técnico, con miras a provocar en el oyente una nueva mentalidad, unas
nuevas categorías de pensamiento y de actuación. Los versículos 29-30 no son
casuística, sino invitaciones urgentes a despertar a un nuevo talante.
Acostumbrados a la
racionalización del lenguaje, a preguntarnos casi maniáticamente por el
mensaje, olvidamos que frecuentemente el mensaje no es fruto de los contenidos,
sino de las formas. ¡Y Jesús era un maestro del "juego formal"!.
Parte segunda: vs.
31-35. El grupo cristiano debe ser reconocible por el amor. Este amor no lo
concibe Jesús como un sentimiento, sino como una actuación. Por el amor, Dios
reconoce al hombre como hijo suyo y el hombre se reconoce hijo de Dios. Este es
el premio del que habla Jesús: experimentar a Dios como Padre.
Parte tercera: vs.
36-38. Jesús sitúa al hombre en una relación nueva con Dios: relación
hijo-padre. Esta nueva relación del hombre con el hombre. Sólo así adquiere
sentido todo lo que Jesús ha dicho desde el v. 27. Es el padre quien da sentido
y coherencia a los hermanos. El amor del que habla Jesús no es un simple
sentimiento humanitario; tiene una raíz existencial: la realidad del Padre.
Sólo así tiene sentido que pueda amar yo al de al lado: es que resulta que es
hermano mío.
Sólo a un hermano
se le comprende, se le acepta, no se le condena, se le da, se le perdona.
DABAR 1977, 17
2.- A la idea
jurídica de recompensa (Mt 05/46) Lucas sustituye la de
"agradecimiento". Lo que equivale situarse en la óptica del favor de
Dios (cf.:2, 40/52). Lucas desmenuza la actitud del hombre de la calle: ama a
los que le aman, hace el bien a los que le hacen bien y da dinero a los que
saben que le van a devolver. Es preciso, dice el autor, que el cristiano supere
este estado de cosas. Para ello solamente hay un argumento: Dios también es
misericordioso. Esta es una expresión tradicional del A.T. (Ex/34/06; Dt/04/31,
etc.) y tal vez podría ser una expresión original de Jesús. La misericordia de
Dios se convierte en argumento último. El creyente que quiera conectar con el
fondo del mensaje cristiano debe abandonar toda actitud que, de una o de otra
forma, choque con la misericordia. Esta es la actitud básica; las concreciones
diarias estarán siempre orientadas a ella.
EUCARISTÍA 1977,
10
3.- A diferencia
del texto del domingo pasado que restringía las bienaventuranzas a los
discípulos, el texto de hoy no es restrictivo. Los destinatarios son
absolutamente todos los oyentes, que, de acuerdo a Lc 6, 17, se componen de los
doce, discípulos y gentío. Abren el texto cuatro frases imperativas en plural
(vs. 27-28). Las cuatro igualmente concisas, con igual estructura e igual
ritmo: al imperativo, marcando el sentido de lo que debe ser la actitud de los
oyentes, sigue la mención global de quienes encarnan la actitud contraria y que
no debe ser reproducida por los oyentes, sino cambiada por la opuesta,
anteriormente formulada en imperativo. El principio de actuación por reacción
del mismo signo es sustituido por el de actuación opuesta o de signo contrario.
Siguen en los vs.
29-30 otras cuatro frases también imperativas, aunque en singular y con
estructura sintáctica inversa: el imperativo cierra ahora cada frase. Estas,
por otro lado, no se mueven en el terreno de los principios o de las directrices
genéricas, como sucedía con las anteriores, sino en el de las situaciones
concretas. La formulación es gráfica, incisiva: pon la otra mejilla, quédate
desnudo, da a todo el que te pida, no reclames lo tuyo.
Quedarse desnudo
es lo primero que le evoca al oyente la frase al que te quite la capa, dale
también la túnica (transferida a nuestros hábitos de vestir: al que te quite la
ropa exterior, dale también la interior). Es fácil también imaginar la cara que
pondrían los oyentes de una sociedad plagada de mendigos cuando oyeran "a
todo el que te pida, dale".
Cualquiera de las
cuatro frases, en efecto, tuvo que dejar a los oyentes perplejos, atónitos,
desconcertados. El impacto estaba asegurado; la grabación en la memoria
también. Jesús había conseguido lo primero que una enseñanza oral tenía que
conseguir. La imagen hiriente y desconcertante era un recurso didáctico, al
servicio de la reflexión posterior a cargo del propio oyente. Esta reflexión
por evocación, y no el vehículo o el recurso empleado, es lo que constituye la
verdadera enseñanza de Jesús.
El v. 31 formula
un criterio de actuación para con los demás. Comportaos con los demás, como
queréis que los demás se comporten con vosotros. La frase no tiene la crudeza y
la agresividad de las anteriores. Se trata de un criterio realista, razonable
y, aunque con un componente interesado, el criterio es práctico y eficaz. Jesús
era indudablemente un perfecto didacta, que sabía conjugar la imagen agresiva y
la sabiduría popular y sosegada de las máximas.
En los vs. 32-35
Lucas retoma el estilo y el lenguaje incisivos de los primeros versículos. La
traducción litúrgica presenta estos versículos como explicación del v. 31,
probablemente sin fundamento. En realidad, estos versículos forman un bloque en
función del último de ellos, el 35. Los tres primeros (32-34) insisten en una
misma idea: el plus diferenciador de la ética de Jesús frente a las éticas no
religiosas. Lucas ha conservado la expresión "los pecadores", con la
que los judíos designaban a todos aquellos que no conocían al Dios de Israel.
El plus diferenciador de la ética de Jesús es la superación de toda la
consideración de reciprocidad y el tener su origen y razón de ser en el Padre
de los cielos.
Las frases
"tendréis un gran premio y seréis hijos del Altísimo" expresan lo
mismo de dos maneras. Es la figuración retórica de la hendíadis. El premio
consiste en ser hijos del Altísimo. El futuro de los verbos se debe a que el
premio de la filiación divina depende de que se den las condiciones previas mencionadas
con anterioridad, a saber, el amor a los enemigos y el hacer el bien
desinteresadamente. No se trata, de un futuro temporal o en el más allá, sino
de un futuro lógico y ya en el acá.
La última parte
del texto, los vs. 36-38, está dominada por el Padre. Es de sobras conocido que
la forma pasiva o reflexiva (no seréis juzgados, no seréis condenados, seréis
perdonados, se os dará, os verterán, la usarán) se debe a lo que se denomina
pasiva teológica, es decir, giro típicamente judío para evitar mencionar, por
respeto, el nombre de Dios. Seréis juzgados, es decir, Dios os juzgará; etc.
Estos futuros, por otra parte, participan del mismo carácter lógico que los
futuros del v. 35. No obedecen, pues, primaria ni exclusivamente a una
actuación de Dios en el más allá sino ya en el acá.
Estos últimos
versículos erigen al Padre de los cielos en modelo de la ética de Jesús. El
Padre, sus entrañas, su misericordia, su amor abismal- mente desbordante y
desinteresado. El es origen y la razón de ser de las absolutamente
desconcertantes y fascinantes propuestas éticas de Jesús.
A propósito, por
último, del término juzgar del v. 37 hay que decir que su ámbito no es el
jurídico sino existencial, es decir, remite a la inclinación que experimenta el
ser humano a criticar y a encontrar defectos en el prójimo.
Comentario. Pocos
textos como éste sintetizan tan bien la aportación de Jesús. En él se conjugan
ética y religión y la relación entre ambos órdenes.
Ante todo está el
Padre y su actuación. La designación misma empleada es ya significativa, pues
da razón del Dios que Jesús revela y de la vinculación de los humanos con El.
La ética que Jesús propone tiene su modelo en la propia actuación del Padre y
es una ética para hijos, no para extraños.
Desde estos
supuestos la ética tiene que ser por fuerza creativa, amplia de miras, sin
cicaterías ni restricciones. La ética que Jesús propone no es que sea radical,
es filial en su origen y fraterna en su actuación. En estas coordenadas no
pueden existir fronteras en uno mismo para los demás. Las propuestas éticas de
Jesús se explican desde esta ausencia de fronteras.
ALBERTO BENITO -
DABAR 1992, 16
4.- Las relaciones
con el prójimo son vistas desde la perspectiva de la misericordia. El cristiano
no es aquel que tiene el oficio de condenar, sino la tarea de ser benigno e
indulgente; es aquel que, como el Padre del cielo, otorga misericordia y
encuentra el gozo en la donación.
MISA DOMINICAL
1990, 6
5.- La redacción
de este Evangelio se la debemos a las comunidades helénicas de la primitiva
Iglesia. En efecto, mientras que las comunidades judías hablan siempre del
"Padre de los cielos" (Mt 5, 45;6, 9, 14, 26; y otros 32 casos), las
Iglesias helénicas, influidas por ciertos libros griegos del Antiguo Testamento
(Sab 14,3), rechazan esa expresión y adoptan una fórmula más directa:
"Padre" (Gál 4, 6; Rom 8, 15; Ef 3, 14; Lc 6, 36; 12, 30, 12). Por
otra parte, los griegos, extraños a la mística de la ley, no podían comprender
un ideal de "justicia" a la manera judía, incluso revisado y
corregido por Mt 5, 6, 10, 20. Por eso Lucas convierte la enseñanza sobre la
justicia perfecta (Mt 5, 48) en una enseñanza sobre la misericordia.
Pero la lección
sigue siendo común: toda moral cristiana es necesariamente una imitación del
comportamiento de Dios: el cristiano obra "como" Dios. El punto de
vista de Lucas es, no obstante, teocéntrico; el de Mateo es más bien
antropocéntrico.
Lucas coincide
después con Mt 7, 1-2 ("no juzguéis para no ser juzgados; porque se os
medirá conforme a la medida con que hayáis medido..."), no sin introducir
un punto de vista personal. Atenúa el contenido un poco demasiado judaizante de
Mt 7, 1 reemplazando la sentencia: "no juzguéis a fin de no ser
juzgados" (tema de la retribución terrestre de nuestras faltas; ley del
talión; estilo proverbial), por una frase de tres miembros paralelos (Lc 6, 37;
no juzguéis..., no condenéis..., perdonad...). Tan original sin duda como la de
Mateo, esta frase la ha conservado Lucas porque esos tres verbos designan la
acción y el juicio de Dios. Así, siendo el juicio de Dios lo que es, el hombre
debe amoldarse a él en sus propios juicios. Una vez más, Lucas se manifiesta
más teocéntrico que Mateo.
De igual modo,
mientras que Mt 7, 2 prosigue el enunciado de su proverbio, "con la medida
con que midáis seréis medidos", Lc 6, 38 intercala todo un pasaje que
engloba algunas sentencias heterogéneas en torno a la palabra-clave
"medida". "Se comprende la razón de ese añadido: la sentencia de
Mt 7, 2 insistía en la equivalencia rigurosa entre nuestro comportamiento
respecto a otro y aquel de que somos beneficiarios de parte de Dios. En Lc 6,
38, por el contrario, el autor pide una generosidad total en el don y promete
en compensación no sólo una medida equivalente, sino sobreabundante. Nos encontramos
aquí con una preocupación propia de San Lucas: esa nota de caridad generosa que
supera todos los cálculos moralistas del judaísmo.
En Mt 7, 3-5, esa
enseñanza va inmediatamente seguida por el proverbio de la paja y la viga.
También Lucas lo recoge (7, 41-42), pero cita previamente la parábola de los
dos ciegos (versículo 39) y la sentencia sobre el discípulo y su maestro
(versículo 40), elementos sacados de otro contexto. No se ve bien como Lucas ha
podido introducirlo en este lugar, antes del proverbio de la paja y de la viga
que tan bien cerraba la enseñanza sobre la manera de juzgar a otro. La única
explicación posible deja suponer una fuente anterior a san Lucas, con posible
tendencia a reunir en torno a las palabras clave las enseñanzas del Señor. Este
era el caso de la palabra "medida" en los versículos anteriores;
ahora la palabra "ojo" (v. 41) encierra dos sentencias distintas: una
sobre los ciegos y otra sobre la paja y la viga. Parece, pues, que hay que
saltarse los vv. 39-40 para encontrar de nuevo el hilo conductor del Evangelio
de este día.
Así,lo esencial
del mensaje de Lucas sobre la cualidad de la moralidad cristiana. Mientras que
Mateo hace depender esa moral del orden de la "justicia" judía (el
cristiano supera tan solo al judío en justicia), Lucas la sitúa en el orden de
la caridad y dentro de una perspectiva claramente teocéntrica.
J/IMITACION: ¿Qué es,
entonces, la imitación de Jesucristo? Advirtamos en primer lugar que, para
imitar a Jesucristo, ha de hacerse previamente conforme con su imagen, ser
cualificado para obrar de esa forma. Esto supone una primera intervención de la
Iglesia, la del bautismo. Al introducir al hombre en el Cuerpo de Cristo, el
bautismo le capacita para obrar como hijo adoptivo del Padre, vinculado al Hijo
único, y en obediencia a su condición terrestre de criatura. Pero la
intervención de la Iglesia no se detiene ahí; se requiere constantemente en la
activación de esa capacidad. Para comportarse como hijo adoptivo del Padre, hay
que mantenerse constantemente bajo la acción de la gracia interior y dejarse
modelar por los sacramentos de la Palabra.
El fruto propio de
esta acción eclesial es la de arrancar al creyente de las más diversas
tentaciones de evasión para hacerle cada vez más disponible para el acontecimiento
y a lo que Dios quiere decir a cada uno por medio de él. Y son los
acontecimientos de la vida cotidiana, donde quiera que se produzcan y
cualquiera sea su amplitud, los que interrogan sin cesar la fe del cristiano y
constituyen el terreno en el que toman cuerpo la obediencia a la condición de
criatura. Imitar a Jesucristo no es atribuirse competencias determinadas de
antemano, sino presentarse ante el acontecimiento como El lo ha hecho, en una
aceptación total, es seguirle en su Pasión, es decir, en el Acontecimiento por
excelencia.
Así pues, la
imitación de Jesucristo no se parece en nada al conformismo. No se trata en
absoluto de reproducir materialmente tal o cual actitud de Jesús, sino de mirar
la realidad como El lo ha hecho, estar disponible como El ante el
acontecimiento. Se trata no de reproducir sino de inventar, ya que el
acontecimiento tiene de particular que siempre es único y el comportamiento del
creyente en el acontecimiento participa de ese carácter. El cristiano tratará,
pues, de que su respuesta esté a la altura del acontecimiento.
Puesto que el
hombre moderno no es ya espontáneamente el hombre religioso de antaño, los
cristianos se ven a veces tentados, en el testimonio que dan hoy de Jesucristo,
de poner provisionalmente entre paréntesis la relación con el Padre en pro del
servicio a los hombres. Tareas gigantescas requieren la atención y la
colaboración de todos: la paz, el desarrollo, la justicia social e
internacional, etc. Si uno quiere ser escuchado como cristiano, ha de tomar primero
su parte de responsabilidad en el esfuerzo colectivo que espera al hombre de
hoy y para el que se sabe preparado.
Esta tentación es
muy sutil, pero hay que vencerla. Si cediera a ella, el cristiano pondría
radicalmente en tela de juicio la naturaleza de su testimonio; añadamos también
que, privado de su contenido original, el testimonio del cristiano perdería
todo sabor, incluso para el hombre moderno. Situar la imitación del Padre en el
centro del testimonio misionero significa conducirse como hijo de Dios y al
mismo tiempo llevar hasta el límite la fidelidad a la condición terrestre de
criatura; es manifestar que el hombre en Jesucristo está capacitado para
conferir a su obrar un alcance eterno, permaneciendo en absoluta conformidad
con su condición creada.
Muchas veces es
una ilusión imaginarse que el hombre moderno, consciente de las
responsabilidades que debe asumir aquí abajo, ha renunciado necesariamente a
toda aspiración a lo absoluto; la diferencia con su predecesor consiste tan
solo en que esa aspiración a lo absoluto circula ahora en el interior de las
tareas humanas mismas. En este sentido, es falso decir que, para el hombre
moderno, las tareas terrestres que le movilizan sean puramente
"temporales". De ahí que, cuando el cristiano asume, por su parte,
las responsabilidades del hombre de este tiempo frente a los inmensos desafíos
con que se enfrenta, es preciso que su actitud manifieste claramente que, lejos
de perturbar la actuación por parte del hombre de sus propios recursos, la
condición de hijo de Dios le hace realmente disponible para la empresa
civilizadora misma.
Es importante
advertir, sin embargo, que el hombre moderno no es accesible a la significación
de un esfuerzo de promoción humana, sino a condición de que ese esfuerzo
refleje un respeto escrupuloso a las reglas del juego. La rectitud de la
promoción humana depende no solo de la inspiración que la rige, sino también de
la seriedad con que es promocionada a los distintos niveles que afecta:
político, económico, social, etc. Es esa una condición previa a la que debe
someterse el cristiano como todo hombre; sin esa condición previa, el
"resto", que es lo esencial, no sucederá.
Al celebrar la
Eucaristía, la comunidad se establece en la caridad de Cristo, que es perfecta
imitación del Padre. Pero ese fruto de la Eucaristía no se obtiene
automáticamente. La proclamación de la Palabra desempeña un papel primordial
-lecturas de la Escritura y homilía del celebrante que pone de manifiesto su
actualidad concreta-. El exterior de la celebración tiene igualmente mucha
importancia; importa que la asamblea tome conciencia de la diversidad que
engloba que se conciba a sí misma como esencialmente abierta, que se considere
como un microcosmos.
MAERTENS-FRISQUE
NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA III - MAROVA MADRID 1969.Pág. 85ss
6.- EGOISMO/A: AGAPE/GRATUIDAD:
El estudio de este
pasaje nos sitúa en el centro del evangelio de Jesús y nos descubre el
verdadero sentido de Dios y de la vida de los hombres. El judaísmo ofrecía una
norma de justicia según la cual a cada uno hay que tratarlo de acuerdo con sus
obras. En el marxismo es necesaria la dialéctica de la revolución en que se
incluye la necesidad de superar (o destruir) al enemigo para alcanzar la
armonía final. En las diversas políticas del mundo se sacrifica el interés de
los grupos minoritarios, a los pobres. Quizá la más profunda tendencia de los
hombres sea el egoísmo, el hecho de amar a los demás solamente en cuanto
representan un valor para mi vida. Pues bien, frente a todas estas concepciones,
el evangelio de Jesús nos ha ofrecido un ideal de nitidez y fuerza
escalofriante: "Amad a los enemigos". No es absoluta la ley (del
judaísmo) ni el éxito de la revolución (marxismo) ni el interés o provecho de
cada uno de los grupos o individuos. Sólo es absoluta la urgencia de sembrar el
bien, el amar sin buscar una respuesta, el dar sin esperar la recompensa, el
devolver con bien los males recibidos. Tan extrañamente distinta es esta forma
de entender el amor, que los primeros cristianos han introducido en el lenguaje
griego una palabra nueva para expresarlo: "Agape". A/GRIEGO-CR: En el mundo griego el amor consistía en
aspirar hacia la propia plenitud humana. La realidad que el evangelio nos
presenta como "ágape" es muy distinta; el amor no consiste en la
búsqueda de la plenitud personal, sino en el sacrificio de entregar la propia
vida por los otros. En el mundo griego. Dios no ama; se limita a ser la meta a
la que aspiran los impulsos de los hombres. Por el contrario, el Padre de Jesús
ama a los hombres de tal forma que les entrega su propia intimidad (su Hijo) en
el intento de salvarlos.
Situados en esta
perspectiva advertimos que el amor al enemigo no es un dato marginal, sino el
sentido y centro del amor de los cristianos. Todas las demás actitudes pueden
esconder un egoísmo (una búsqueda de mi propio yo a través de los demás). Sólo
cuando se da sin esperar recompensa, cuando se ama sin que el otro lo merezca,
cuando se pierde para que el otro gane, sólo entonces se ha llegado hasta el
misterio del amor que nos enseña (y nos ofrece) el Cristo. Vivir esta realidad
significaría la única verdadera revolución de nuestra historia.
COMENTARIOS A LA
BIBLIA LITURGICA NT - EDIC MAROVA/MADRID 1976.Pág. 1279 s.
7.- "Si amáis
a los que os aman, ¿qué recompensa (misthos) vais a tener?", se lee en
Mateo (5, 46), mientras que Lucas escribe: "Si amáis a los que os aman,
qué mérito (charis) tenéis?". La diferencia de vocabulario entre Mateo y
Lucas es una de las características de esta sección. Mientras que Mateo habla
en términos jurídicos, Lucas apunta al corazón de Dios. En efecto,
preguntémonos por el origen de ese mérito (charis) que obtienen los cristianos.
Si no aman más que a quienes los aman, si no prestan más que a los que les van
a devolver el dinero, no van más allá del horizonte estrecho de las relaciones
humanas. Pero, si aman a sus enemigos, viven del espíritu mismo de Dios,
atestiguan la gracia (charis) que habita en ellos, el favor divino de que están
investidos.
Son
misericordiosos como lo es su Padre. Comparemos los vv. 31, 36 y 38. El primero
invita a los discípulos a comportarse con los demás como les gustaría que ellos
se portasen con ellos. Este comportamiento supone ya un progreso considerable
respecto a la regla de los antiguos, que recomendaban evitar todo lo que no nos
gusta ver que hacen los otros. Pero sigue estando marcado por las leyes de la
reciprocidad. Al contrario, mostrarse misericordioso (v. 36) es obrar como
Dios; es, a la vez, tomar conciencia y vivir de la gracia de Dios, dada siempre
de forma gratuita, derramada con "una medida buena, apretada, remecida
hasta rebosar" (v. 38). Es alzarse desde el registro del "do ut
des" al registro de la abundancia y de la generosidad.
DIOS CADA DIA -
SIGUIENDO EL LECCIONARIO FERIAL - SEMANAS XXII-XXXIV T.O. EVANG.DE LUCAS - SAL
TERRAE/SANTANDER 1990.Pág. 45
8.- Después de las
bienaventuranzas y amenazas del domingo pasado, leemos hoy el cuerpo central
del "sermón del llano" de Lucas, equivalente reducido del sermón de
la montaña de Mateo.
La gran diferencia
del texto de Mateo respecto al de Lucas, aparte su mayor brevedad, es que en el
segundo no figuran las referencias y los contrastes con la Ley de Israel que sí
contiene, en cambio, Mateo. Y eso hace que, precisamente, el texto de Lucas sea
mucho más ágil y mucho más fácilmente captable para el lector actual, de
mentalidad más cercana a la griega, para la cual escribía Lucas, que a la de
los buenos conocedores de la Ley a los que se dirigía Mateo.
El texto de hoy,
en definitiva, podríamos decir que es como la "carta magna" de los
sentimientos de fondo que debe llevar en su interior el cristiano, que debe
moverle en todas sus actuaciones y que ha de configurarle todos los criterios
de pensamiento. Aunque el texto no lo diga, estos sentimientos de fondo son,
precisamente, los de Jesús. Y no son, precisamente, los que más espontáneamente
salen del corazón de las personas ni los que más fácilmente se promueven
colectivamente a todos los niveles (sociales, políticos, eclesiales...). Pero
sí son (por eso llamamos "Buena Noticia" al mensaje de Jesús) los que
harían que el mundo llegase a funcionar bien. Podemos resaltar de ellos los
siguientes aspectos:
- Una frase
central: "Tratad a los demás...". Entendida en profundidad, esta
regla de oro comporta desear y tratar a todo el mundo, sea quien sea y haya
hecho lo que haya hecho, lo mejor posible siempre.
- Una actitud
emblemática y sintomática: "Amad a vuestros enemigos". El mejor punto
de examen para saber si tenemos los sentimientos de Jesús: ¿Qué deseamos para
los que nos han hecho daño o nos caen mal?
- Un modelo:
"Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo". Mateo dice
"perfectos", que por ser tan global puede parecer abstracto. Lucas se
fija en un atributo muy específico, y hace de él el objetivo de la imitación
cristiana de Dios.
MISA DOMINICAL
1995, 3
PROPUESTA DE CANTOS VII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (CICLO C)
(23 DE FEBRERO)
TEMA: “Sean compasivos como el Padre Celestial es compasivo ”
01.-
ALREDEDOR DE TU MESA Francisco Palazon)
ALREDEDOR
DE TU MESA VENIMOS A RECORDAR (BIS)
QUE
TU PALABRA ES CAMINO, TU CUERPO FRATERNIDAD,
QUE
TU PALABRA ES CAMINO, TU CUERPO FRATERNIDAD.
1.
Hemos venido a tu mesa
a
renovar el misterio de tu amor,
con
nuestras manos manchadas
arrepentidos
buscamos tu perdón.
2.
Juntos y a veces sin vernos,
celebramos
tu presencia sin sentir
que
se interrumpe el camino
si
no vamos como hermanos hacia Ti.
02.- A LA
MESA DEL SEÑOR (Alberto Taule)
A
la mesa del Señor; miembros vivos de la iglesia,
no
dejamos de cantar al pastor que nos sustenta.
Nos
reúne en torno a él, Vencedor, resucitado
y
nos habla al corazón conduciendo nuestros pasos.
Nos
sentamos a comer este cuerpo maltratado
nos
llenamos de su amor y de amor a los hermanos.
03.- TE
OFRECEMOS, SEÑOR (Francisco Palazón)
TE OFRECEMOS, SEÑOR,
ESTE PAN Y ESTE VINO;
QUE EN TU CUERPO Y TU SANGRE
QUEDARÁN CONVERTIDOS. (bis)
1.- Con el vino y el pan,
te ofrecemos el fruto de nuestro trabajo;
la ilusión de vivir, el placer y el dolor,
la alegría y el llanto.
2.- Juntamente, Señor,
te ofrecemos la vida que Tú nos has dado;
la esperanza, la fe y el amor,
que nos hace sentirnos hermanos.
04.- NOS
CONVIDAS A TU MESA, (Antonio Alcalde)
NOS
CONVIDAS, SEÑOR, A TU MESA
Y
ERES NUESTRO MANJAR.
BAJO
EL SIGNO DEL PAN Y DEL VINO,
HOY
TU CUERPO Y SANGRE NOS DAS.
1.-
Qué alegría hospedarse en nuestra tienda,
recibirte
en abrazo y comunión,
y
dejar que tu fuego nos encienda
en
hoguera de amor el corazón.
2.-
Comulgar es amar a los hermanos,
compartir
entre todo nuestro pan;
comulgar
es vivir el evangelio
y
por Cristo dejarse transformar.
3.-
Como ciervos sedientos,
a
la fuente agua viva venimos a beber.
Del
costado de Cristo manan
ríos
de agua y sangre
que
sacian nuestra sed.
4.-
Con el vino y el pan de Eucaristía
nos
preparas, Señor, un gran festín.
El
banquete de Pascua es profecía
del
banquete que nunca tendrá fin.
05.- OH SEÑOR
DELANTE DE TI. (Carmelo Erdozain)
Oh,
Señor, delante de ti
-lam7
mis
manos abiertas
Do Re
reciben
tu Pan.
Sol Re
Oh,
Señor,
Do
espiga
de amor
Sol
llena
mi corazón.
-mim
Y
entre tus manos,
Re Sol
oh,
Señor,
Do Sol
guárdanos,
guárdanos,
Re7 Sol
dinos
lo que es amor.
-mim Re
Sol
Y
entre tus manos, oh, Señor,
Do Sol
guárdanos,
guárdanos,
Re7 Sol
dinos
lo que es amor.
Sol Do Sol
Oh,
Señor, sendero de amor
-lam7
mi
alma en silencio
Do Re
escucha
tu voz.
Sol Re
Oh,
Señor,
Do
Maestro
y Pastor
Sol
dinos
lo que es amor.
-mim Re
Sol
Y
entre tus manos, oh, Señor,
Do Sol
guárdanos,
guárdanos,
Re7 Sol
dinos
lo que es amor.
-mim Re
Sol
Y
entre tus manos, oh, Señor,
Do Sol
guárdanos,
guárdanos,
Re7 Sol
dinos
lo que es amor.
Sol Do Sol
Oh,
Señor, con fe y hermandad,
-lam7
mi
pueblo celebra
Do Re
la
fiesta pascual.
Sol Re
Oh,
Señor,
Do
en
torno a tu altar
Sol
sella
nuestra amistad.
-mim Re
Sol
Y
entre tus manos, oh, Señor,
Do Sol
guárdanos,
guárdanos,
Re7 Sol
dinos
lo que es amor.
-mim Re
Sol
Y
entre tus manos, oh, Señor,
Do Sol
guárdanos,
guárdanos,
Re7 Sol
dinos
lo que es amor.
06.- DONDE
HAY CARIDAD
DONDE
HAY CARIDAD Y AMOR
ALLÍ
ESTÁ EL SEÑOR. (BIS)
Una sala y una mesa,
una
copa, vino y pan,
los
hombres compartiendo
en
amor y en unidad.
Nos reúne la presencia
y
el recuerdo del Señor,
celebramos
su memoria
y
la entrega de su amor.
Invitados a la mesa
del
banquete del Señor,
recordemos
su mandato
de
vivir en el amor.
Comulguemos
en el Cuerpo
y
la Sangre que Él nos da
y
también en el hermano,
si
lo amamos de verdad.
Este pan que da la vida
y
este cáliz de salud,
nos
reúne a los hermanos
en
el nombre de Jesús.
Anunciamos
su memoria,
celebramos
su pasión,
el
misterio de su muerte
y
de su Resurrección.
07.- AYUDANOS
A PERDONAR. (Antonio Alcalde)
OLVIDA
HERMANO TUS CULPAS CORRIENDO VETE AL SEÑOR,
PERO
NO TE OLVIDES NUNCA DE PRODIGAR TU PERDÓN.
PERO
NO TE OLVIDES NUNCA DE PRODIGAR TU PERDÓN.
Si
a tu hermano no recibes no te acerques al altar,
has
de perdonar primero y el señor te aceptara.
Has
de perdonar primero y el señor te aceptara.
El
dinero y los honores no te servirán de nada.
Para
llegar hasta el, corre más el que más ama.
Para
llegar hasta el corre más el que más ama.
El
amor a los que sufren es el signo verdadero.
No
digas que amas s Cristo si tu amor no está con ellos.
No
digas que amas a Cristo si tu amor no está con ellos.
08.-AMA
TAMBIEN A QUIEN NO TE QUIERE (Di Mario y Tombolato)
Ama
también a quien no te quiere Ama
y
al que nunca te perdona ama,
y
a ese amale aún más por eso ama
sobre
todo, a quien carece ama
de
consuelo de cariño, y veras como es feliz. Ama
Ama
a la gente que está a tu lado, no la traiciones nunca en la vida.
Ama
a la luna ya las estrellas, porque ellas brillan también por amor.
Ama
al que no tiene amigos, ama
Al
que vive siempre solo, ama
Pues
no encuentra comprensión. Por eso
Ama,
sobre todo a quien no cree,
Porque
está necesitado
Más
que nadie de tu amor.
Ama
a los niños abandonados
Que
nunca han visto una sonrisa;
Ama
a los pobres y marginados
Para
que encuentren la felicidad.
09.- AMAD A LOS ENEMIGOS (Brotes de
olivo)
Tiempo
atrás se escuchó, si mal me hicieren, así haré yo,
de
manera igual, que a mí me dieren, así daré yo.
Mirad,
vosotros que escucháis todo lo que os digo:
bendice
a quien te odia, siempre debéis amar al enemigo.
Si
te maldicen, tú ensalzarás, por quien te trate mal rogarás,
y
si te hieren la mejilla, la contraria tú presentarás.
A
quien el manto te ha de robar, la túnica no has de negar,
aquel
que te pidiere dale más y más, sin pensar nunca en reclamar.
Da
sin que nada esperes, así premio recibirás,
y
no juzgues ni condenes, y no te juzgarán.
Y
con igual, (y con igual)
medida
que midieres, (te medirán)
el
día del juicio final.
Y
si tú das, (y si tú das),
todo
cuanto tuvieres recibirás (recibirás):
¡Un
ciento por unidad!
Lo
penoso debéis amar, y lo ingrato debéis amar,
la
condena debéis amar, al enemigo debéis amar,
lo
penoso debéis amar...
10.-
ACOMPAÑAME MARIA
ACOMPÁÑAME
MARÍA EN MI LARGO CAMINAR,
ACOMPÁÑAME
MAMITA CUANDO YA NO PUEDA MÁS. (BIS).
Tú
hijo es mi vida la razón de mi existir,
caminando
contigo tengo fuerzas de seguir.
Él
es cuanto respiro la razón de mí vivir,
no
me dejes Madre mía no podría resistir.
Eres
música en mi alma, eres sello en mi corazón.
Perfume
en mis sentidos, amor de mi amor.
Mi
corazón ya no está triste, mi alma sedienta está.
Madre
mía cuanto le amo, dime como amarle más.
11.- HOY HE
VUELTO
Cuántas
veces siendo niño te recé,
con
mis besos te decía que te amaba.
Poco
a poco con el tiempo, olvidándome de Ti,
por
caminos que se alejan me perdí.
Hoy
he vuelto, Madre, a recordar
cuántas
cosas dije ante tu altar
y
al rezarte puedo comprender
que
una Madre no se cansa de esperar.
Al
regreso, me encendías una luz,
sonriendo
desde lejos me esperabas.
En
la mesa, la comida aún caliente y el mantel
y
tu abrazo en mi alegría de volver.
Aunque
el hijo se alejara del hogar,
una
madre siempre espera su regreso.
Que
el regalo más hermoso que a los hijos da el Señor
es
su madre y el milagro de su amor.
12.- MARIA
TESTIGO
DICHOSO
QUIEN EN SU VIDA
VIVE
COMO VIVIÓ MARÍA: (2v)
SIEMPRE
AMANDO A LOS DEMÁS,
SIEMPRE
SIRVIENDO A LOS DEMÁS. (2v)
1.-
Con tu entrega permitiste
que
nos acompañe Dios,
y
creciendo Él a tu lado
compartía
nuestra vida.
2.-
En tu canto de alabanza
retrataste
nuestro mundo,
donde
siempre los pequeños
del
Señor son preferidos.
3.-
Que sigamos la Palabra
de
Dios Padre que nos ama,
por
María todos sepan
que
su Amor a todos llega.
13.- YA NO
TEMO, SEÑOR (J.A. Espinoza)
CRISTO
ESTÁ CONMIGO,
JUNTO
A MÍ VA EL SEÑOR;
ME
ACOMPAÑA SIEMPRE
EN
MI VIDA, HASTA EL FIN.
Ya no temo, Señor, la tristeza;
ya no temo, Señor, la soledad;
porque eres, Señor, mi alegría,
tengo siempre tu amistad.
Ya
no temo, Señor, a la noche,
ya
no temo, Señor, la oscuridad,
porque
brilla tu luz en las sombras,
ya
no hay noche, eres luz.
Ya no temo, Señor, los fracasos,
ya no temo, Señor, la ingratitud;
porque el triunfo, Señor, en la
vida,
Tú lo tienes, Tú lo das.
Ya no temo, Señor, los abismos;
ya no temo, Señor, la inmensidad;
porque eres, Señor, el camino
y la vida, la verdad.