miércoles, 12 de febrero de 2025

LECTURAS Y COMENTARIO DOMNGO VI T.O. CICLO C - 16 FEBRERO 2025

 LA DESGRACIA DE SER RICO

 


COMENTARIO

 

No es fácil recibir todo este aluvión: “Ay de ustedes, los que están saciados! ¡Ay de ustedes los que ríen! ¡Ay de ustedes, de los que todo el mundo habla bien!”. Los creyentes se ven obligados a quedarse allí delante, perplejos. Nos damos cuenta de que para Jesús estas bienaventuranzas y estas maldiciones extrañas (“¡Dichosos ustedes, los pobres! ¡Ay de ustedes, los ricos!”) son una evidencia, pero cuando nos fijamos en nuestra vida, nos parece mucho más evidente la ley del dinero: son dichosos los ricos y desventurados los pobres. Es lo que piensa todo el mundo. ¡Todo el mundo! Ese es el problema. Los primeros cristianos, por su parte, extrañaron y desentonaron de tal modo que en los ambientes paganos la nueva fe llamó la atención. Si ahora los cristianos resultan que son “como todo el mundo” su fe no puede menos de dejar escépticos y críticos a los “paganos” ¿En qué cambia las cosas la fe en Jesucristo?

Lo cambia todo cuando se cree. Aquí, por ejemplo, hay que creer en el deprecio de Jesús por el dinero y entrar también nosotros en ese desprecio, cueste lo que cueste. Por otra parte, no es el dinero “útil” lo que desprecia. Aprueba la alegría de una mujer que se ha encontrado la dracma perdida y la felicidad de las personas que han tenido éxito en sus negocios (Lc 19, 16-17). Pero ¡qué desprecio con el rico que acumulaba tesoros para asegurarse la vida: “¡Necio!” (Lc 12, 20). La vida no es eso. La desgracia de ser rico consiste en engañarse sobre la vida buscando pequeñas felicidades, eso que Jesús llama el “consuelo”: “¡Ay de ustedes, porque ya tienen su consuelo!”; tienen el confort, tienen la seguridad, tiene el aprecio de los demás. Pero no tienen el reino. La verdadera vida está allí; hay que entrar en el reino, que es el país del amor: “Dios mío, dice el salmo 118, ¡que tu amor sea mi consuelo!”. La verdadera vida, para la que estamos hechos, es amar a Dios y amar a nuestros hermanos. ¡Evidentemente hay que creerlo! Una existencia cristiana comienza exactamente por ese acto de fe: creer en Jesús cuando nos dice que la dicha está en elegir el amor. La vida no es forzosamente una elección entre la felicidad y la desgracia, sino más generalmente una elección entre las pequeñas felicidades que se pueden comprar y la gran dicha de amar.

Pero ¿por qué se dice que el dinero nos hace dejar a Dios y el amor fraternal? Porque cuando se espera todo del dinero, se acostumbra uno a no esperar nada de Dios y se trata cada vez menos con él. Y cuando uno codicia el dinero, no comparte con los demás; cuanto más rico es uno, menos da; es cosa bien sabida. ¿Entonces? ¿Tirar el dinero o tirar el evangelio? No, hay que repetir que el dinero puede ser útil, el problema está en mantenerlo en esa estricta utilidad, en no entregarle nuestra vida, en seguir siendo capaz de dominar la avaricia. Eso es el evangelio.

Cuando un rico ama a Dios (lo prueba la calidad de su oración) y cuando se ve devorado por el amor fraterno (lo prueban la generosidad y el compromiso social) conquista una de las batallas cristianas más difíciles: hacer que el dinero sea dócil y noble.

R.P. Roland Vicente Castro Juárez

 

 ANTIFONA DE ENTRADA Sal 30, 3-4

Sé la roca de mi refugio, oh, Dios, un baluarte donde me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre dirígeme y aliméntame.

 

 ORACION COLECTA

Oh, Dios, que prometiste permanecer en los rectos y sencillos de corazón, concédenos, por tu gracia, vivir de tal manera que te dignes habitar en nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

PRIMERA LECTURA

Lectura del Profeta Jeremías 17,5-8

Esto dice el Señor: «Maldito quien confía en el hombre, y busca el apoyo de las criaturas, apartando su corazón del Señor. Será como cardo en la estepa, que nunca recibe la lluvia; habitará en un árido desierto, tierra salobre e inhóspita. Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza. Será un árbol plantado junto al agua, que alarga a la corriente sus raíces; no teme la llegada del estío, su follaje siempre está verde; en año de sequía no se inquieta, ni dejará por eso de dar fruto.

 

SALMO RESPONSORIAL (Sal 1)

 

Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

 

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche. R.

 

Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin. R.

 

No así los impíos, no así; serán paja que arrebata el viento. Por-que el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal. R.

 

06.- SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 12.16-20

Hermanos: Si se anuncia que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos de entre ustedes que no hay resurrección de muertos? Pues si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado; y, si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes no tiene sentido, siguen estando en sus pecados; de modo que incluso los que murieron en Cristo han perecido. Si hemos pues-to nuestra esperanza en Cristo solo en esta vida, somos los más desgraciados de toda la humanidad. Pero Cristo ha resucitado de entre los muertos y es primicia de los que han muerto.

 

ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Lc 6, 23ab

Aleluya. Alégrense y salten de gozo dice el Señor, porque su recompensa será grande en el cielo. Aleluya.

 

 EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 6, 17.20-26

En aquel tiempo, Jesús bajó del monte con los Doce, se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les decía: «Bienaventurados los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios. Bienaventurados los que ahora tienen hambre, porque quedarán saciados, Bienaventurados los que ahora lloran, porque reirán. Bienaventurados ustedes cuando los odien los hombres, y los excluyan, y los insulten y proscriban su nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían sus padres con los profetas.

Pero, Ay de ustedes, los ricos, porque ya han recibido su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que están saciados, porque tendrán hambre! ¡Ay de los que ahora ríen, porque harán duelo y llorarán! ¡Ay si todo el mundo habla bien de ustedes! Eso es lo que sus padres hacían con los falsos profetas».

 

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos a Dios Padre todopoderoso, en cuyas manos está el destino del universo, y pidámosle confiadamente que escuche las oraciones de su pueblo

 

1.- Por los gobernantes de todas las naciones para que busquen la paz y procuren con sus leyes la felicidad y el bienestar de todos. Roguemos al Señor.

 

2.- Par los pobres y marginados de la sociedad para que Dios les bendiga y consuele a través de la generosidad de los hermanos. Roguemos al Señor.

 

3.- Por los que viven sin esperanza y sin felicidad para que la busquen y la encuentren en Dios nuestro Padre. Roguemos al Señor.

 

4.- Por nuestros difuntos para que resucitados con Cristo vivan en la felicidad para siempre. Roguemos al Señor.

 

Dios nuestro, que has enviado a tu Hijo para anunciar el Evangelio a los pobres, la libertad a los cautivos y a los ciegos la vista, haz que tu palabra resuene con fuerza en el mundo. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, que esta oblación nos purifique y nos renueve, y sea causa de eterna recompensa para los que cumplen tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

ANTIFONA DE COMUNION Jn 3, 16

Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en Él no perezca, sino que tenga vida eterna.

 

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Alimentados con las delicias del cielo, te pedimos, Señor, que procuremos siempre aquello que nos asegura la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 17: Gn 4, 1-15.25; Sal 49, 1 y 8. 16bc-17. 20-21; Mc 8, 11-13

Martes 18: Gn 6, 5-8; 7, 1-5.10; Sal 28, 1ª y 2. 3ac-4. 3b y 9c-10; Mc 8, 14-21.

Miércoles 19: Gn 8, 6-13. 20-22; Sal 115; 12-13.14-15. 18-19; Mc 8, 22-26.

Jueves 20: Gn 9, 1-13; Sal 101, 16-18. 19-21. 29 y 22-23; Mc 8, 27-33

Viernes 21: Gn 11, 1-9; Sal 32, 10-11. 12-13. 14-15; Mc 8, 34—9, 1

Sábado22: 1P 5, 1-4; Sal 22; Mt 16, 13-19

Domingo 23: 1S 26, 2.7-8.12-13.22-23; Sal 102, 1-2. 3-4. 8 y 10. 12-13; 1Co 15, 15, 45-49; Lc 6, 27-38

 

COMENTARIOS AL EVANGELIO

Lc 06, 17. 20-26


3-1. EV/BENDICION BITS/MALDICION:

Aunque Jesús dirige su palabra a los discípulos, su enseñanza no concierne solamente a ellos. En su auditorio hay discípulos que le siguen de cerca, una masa de gente que acude de todas partes llevada por la curiosidad y algunos que han bajado de Jerusalén y le observan maliciosamente. En realidad, las bienaventuranzas, excepto la última que recae especialmente sobre los discípulos, son para los pobres y los afligidos de este mundo. Lucas, a diferencia de Mateo que trae ocho bienaventuranzas (Mt 5.3-12), menciona sólo cuatro; pero añade, en contrapartida, otras cuatro amenazas. En cuanto a las primeras, el número no tiene mayor importancia, ya que en definitiva todas se refieren al único camino que conduce al reino de Dios.

Es interesante hacer notar cómo Lucas habla únicamente de los "pobres", de los ”hambrientos", de los que "lloran", sin añadir calificativo alguno, mientras que Mateo nos  habla de los "pobres de espíritu" o de los que "tienen hambre y sed de justicia". El texto de Mateo se refiere a los hombres que se tienen a sí mismos por pobres delante de Dios y lo esperan todo de él, sin confiar en su propia autosuficiencia. Y aunque este significado puede salvaguardarse también en el texto de Lucas, puesto que el reino de los cielos y no la riqueza es la esperanza y la dicha de los pobres no cabe duda que subraya la pobreza como una situación objetiva favorable y hasta necesaria, aunque no suficientemente, para llegar al reino de Dios. En cambio, las riquezas son un verdadero obstáculo.

Jesús dirige expresamente esta bienaventuranza a los que van a ser sus testigos, a los que van a ser perseguidos "por causa del Hijo del hombre" (Cfr. Mt 5, 10-12): "Dichosos vosotros..." Los discípulos de Jesús, los que le siguen, padecerán por su causa, pero participarán también de su gloria y de la gloria de los profetas. Lo específico de los cristianos no es ser pobre o estar con los pobres, no es luchar por la justicia o construir la paz, sino dar testimonio de Cristo. Para éstos, además de las otras bienaventuranzas que comparten con los pobres, hay una bienaventuranza específica.

El evangelio es anuncio y denuncia al mismo tiempo, bendición y maldición, buena y mala noticia. No es imparcial. No lo puede ser en un mundo dividido por la injusticia. Por eso Jesús no bendice a unos sin maldecir a los otros. Pero la maldición o la amenaza que hace a los ricos y a los autosuficientes es, ante todo una advertencia severa y una exhortación para que se conviertan.

Porque si siguen siendo ricos, a pesar de la pobreza de los pobres y a costa de éstos, su situación es injusta a todas luces y es desesperada en vistas a lo que importa, al reino de Dios.

También esta cuarta amenaza se dirige expresamente a sus discípulos. Los que le siguen y han de ser sus testigos no deberán alegrarse si se ven rodeados de una nube de aduladores, sino todo lo contrario. Porque si buscan los halagos caerán en los errores de los falsos profetas, de aquellos que sólo predican lo que el mundo quiere escuchar y traicionan el evangelio.

EUCARISTÍA 1983, 9


 

2.- -Texto. Se ha cerrado un capítulo de la obra con las espadas en alto por parte de letrados y fariseos (cfr. Lc. 6,11). Con Lc. 6,12 se abre un nuevo capítulo, del que forman parte los versículos de hoy. En el v.17 el autor presenta el escenario: un llano. En él, tres grupos de personas netamente diferenciadas acompañan a Jesús: los doce, discípulos, otra gente. La acción se desarrolla entre Jesús y discípulos. Esta acción no lleva anejo movimiento alguno de las partes. Son palabras de Jesús teniendo como destinatario de las mismas a los discípulos. En sus palabras Jesús les habla de ocho categorías de personas, divididas en dos bloques contrapuestos de a cuatro: pobres, hambrientos, llorosos y vituperados en el primer bloque; ricos, saciados, alegres y ensalzados en el segundo. Cada una de las categorías viene introducida por una exclamación de gozo o de lamento.  Exclamación de gozo en el primer bloque y de lamento en el segundo.

Comentario. Voy a empezarlo por esto de exclamación de gozo y de lamento. Si denomino así a lo que habitualmente se llaman bendiciones y maldiciones, es porque se acomoda más al género literario que subyace y que nos es perfectamente conocido por el uso que de él hicieron los viejos profetas del Antiguo Testamento. El profeta es la persona que ve los acontecimientos en profundidad, que detecta en ellos realidades y movimientos que se escapan al común de observadores. Al detectarlos lanza una exclamación. Esta será de alegría o de pena, según el signo de la realidad o del movimiento detectados. El profeta no sabe cuándo éstos tendrán lugar; sólo sabe que tendrán lugar. No bendice o maldice a nadie, sino que lanza un grito de entusiasmo o se echa las manos al cabeza aterrorizado ante la nueva situación que se avecina, pero de la que no tienen ni idea aquéllos a quienes va a afectar. En su calidad de gritos estas visiones proféticas no se pueden encasillar dentro de ninguna lógica al uso ni mucho menos se pueden interpretar como revanchismo o expresión de un "cambio de tortilla". Son gritos que brotan del estremecimiento de unas entrañas utópicas; manifestaciones de alegría, ayes de dolor. Sin estridencias, sin esnobismos, sin contorsiones ni agresividad.

Balada, lamento. Gestados en la montaña, en el cósmico-puro delirio de la música callada y de la soledad sonora; arriba, donde el aire es siempre puro, donde la realidad está hecha toda de utopía. Con la vista puesta en sus discípulos (v.20). Son los cristianos.  De ellos espera Lucas que sean los continuadores del estremecimiento utópico de Jesús. 

DABAR 1983, 15


 

3.- -Las bienaventuranzas de Lucas son más "críticas" -más propias de un profeta que de un legislador- que las de Mateo. Jesús las pronuncia "en medio" de la gente venida de todas partes, aunque "mirando" a los discípulos. Son también, además, unas bienaventuranzas con alternativa: las maldiciones. De este modo forman un texto absolutamente paralelo con la primera lectura y el salmo. Leyéndolas, vienen a la memoria las palabras de Simeón:  "...éste está destinado a que muchos caigan o se levanten en Israel" (Lucas 2,34), y evocan la escena majestuosa de Mateo 25,31 ss. Se da una antítesis constante entre el "ahora" y el "día que vendrá"; esto introduce al sentido trascendente de la vida presente, en función de una esperanza que se apoya en el don de Dios.

La continuación del texto lucano incluye una frase que cabría subrayar: "Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo". Es típica de Lucas esta asimilación entre la” misericordia" del Padre y la "perfección" del Padre, del texto de Mateo 5,48. El camino del amor, del perdón, del corazón que guarda la bondad como un tesoro, es el camino de Jesús y de la felicidad, porque es el camino que demuestra que uno no se fía de sí mismo, no se convierte en el umbilicus orbis, sino que busca de verdad el Reino que viene de Dios. El enlace con la segunda lectura puede ser adecuado, a causa de las afirmaciones paulinas:  "Si nuestra esperanza en Cristo acaba con esta vida, somos los hombres más desgraciados".

Más que una invectiva a partir de los "¡Ay de vosotros...!, la homilía debería consistir en subrayar fuertemente la imagen del testimonio de Cristo en el mundo. una buena ayuda para el contenido puede venir de la lectura de la encíclica "Rico en misericordia”, especialmente las páginas dedicadas a comentar la misión de la Iglesia al introducir en el mundo "el momento del perdón" (cfr.n.14).

No obstante, y por fidelidad al texto de Lucas, también es bueno destacar la alternativa.  Una persona que contempla todas las cosas desde un mundo cerrado no tiene otro futuro sino el mundo en que se encuentra. Ahí radica la inmensa tragedia del hombre cerrado a la trascendencia, llamado -a pesar de sí mismo, quizás- al más allá.

PERE TENA - MISA DOMINICAL 1983, 4


 

4.- Las bienaventuranzas no son prometidas a quienes son pobres porque son pobres, y las maldiciones no se dirigen contra los ricos porque son ricos. De hecho, Jesús elogia a los pobres que viven en dos mundos a la vez: el presente y la escatología, y amenaza a los ricos que no viven más que en un solo mundo, el que encadena casi inevitablemente a quien lleva una vida confortable.

El rico es el que se da tan pronto por satisfecho con lo que posee que no realiza el viaje hacia la profundidad de su ser, a lo que, por otra parte, nada le llama: un determinado orden social rico y super-industrializado, una determinada institución eclesiástica super-asegurada de verdades y de derecho.

El pobre no posee más que su soledad, pero la vive con ese valor de ser que le lleva a las profundidades de su ser, allí donde se vislumbra otro mundo. Solitario en ese orden, es rico en la participación de este otro orden, participa ya en las victorias y de su proximidad.  Es el revelador de este otro mundo que viene penosamente, a través de gracias y desgracias, éxitos y fracasos, victorias y traiciones.

MAERTENS-FRISQUE
NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA II - MAROVA MADRID 1969.Pág. 240


 

5.- Para la ocasión Lucas pone especial cuidado en diferenciar a los doce, los discípulos y el público en general. Con la lógica excepción de los doce, Lucas recalca lo numeroso de los otros dos grupos y la procedencia del público en general: de territorio judío y no judío.  Ambiente solemne y expectante: habían acudido a escuchar a Jesús (Lc. 8,18). Lucas restringe a los discípulos las palabras de Jesús recogidas en el texto de hoy. Sólo en la óptica del discípulo podrán ser entendidas esas palabras.

Las palabras de Jesús resuenan lentas y cadenciosas por la reiteración de "dichosos, ¡ay!, porque" y el adverbio "ahora". La referencia no son situaciones impersonales, sino personas concretas que son pobres, pasan hambre, lloran y son objeto de odio y de persecución; o bien son ricas, no pasan hambre, se burlan y son objeto de adulación. Las palabras de Jesús hablan de un final en la condición presente de todas esas personas, de un ¡basta ya! Un final y un ¡basta ya! situados en un futuro no precisado pero cierto. Se trata del futuro de Dios, quien a través de las palabras de Jesús se revela como alguien que también tiene una palabra que decir en un mundo que también es suyo y que, por consiguiente, no es sólo humano, sino también divino.

En la frase "vuestra recompensa será grande en el cielo", la expresión en el cielo no se refiere sin más al más allá después de la muerte, sino a Dios. Es de todos conocido que un judío jamás pronuncia el nombre de Dios. En su lugar emplea circunloquios, rodeos de palabras. En el cielo es uno de estos circunloquios para referirse a Dios.

Comentario. Sólo una interpretación miope y mal intencionada puede hablar de este texto como de opio del pueblo. Nos hallamos ante la formulación del ¡basta ya! divino ante el espectáculo dantesco de un mundo horrendo. Un mundo así le duele demasiado a Dios y, aunque Dios es paciente, su paciencia lo es todo menos patente de impunidad. El texto no hace sino recordarnos algo que los humanos parecemos haber olvidado: que este mundo no es sólo nuestro, sino también de Dios y que, por tanto, también Dios tiene derecho a hablar. Resulta paradójico que, en el siglo de la conciencia de derecho, le neguemos derecho a Dios.

Los pobres, los hambrientos, los que lloran, los perseguidos, todos los que son todo esto por causa del Hijo del Hombre, son paradójicamente dichosos en su situación porque saben de Dios y de su Palabra. Sólo los que viven como si Dios no existiera y, debido a ello, se enriquecen, nadan en opulencia y risas y hasta son idolatrados, sólo éstos son los que tienen que temer por el silencio paciente de Dios. ¡Ay de ellos! No es una amenaza, es el grito desgarrador de los profetas por la desgracia en la que ya están instalados sin ellos saberlo. 

ALBERTO BENITO - DABAR 1995, 13

 

PROPUESTA DE CANTOS VI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (CICLO C)  

(16 DE FEBRERO)

TEMA: “DICHOSOS LOS POBRES; ¡AY DE USTEDES, LOS RICOS!”

 

 

01.- SUBE A LA MONTANA

SUBE A LA MONTAÑA, SUBE A LA MONTAÑA,

SUBE A LA MONTAÑA Y VERÁS AL SEÑOR (2)

 

Oye la llamada de su voz,

no vuelvas la espalda al Redentor,

sube y sigue al Señor.

 

Él te invitará a ser pobre,

El té invitará a ser limpio,

a vivir, a morir

por un mundo de amor.

 

SUBE A LA MONTAÑA, SUBE A LA MONTAÑA,

SUBE A LA MONTAÑA Y VERÁS AL SEÑOR

 

No juzgues y no te juzgarán;

no devuelvas nunca mal por mal,

habla y di la verdad.

 

Todo aquel que sube, llega,

todo aquel que busca, encuentra,

la verdad que Jesús

en el monte enseñó.

 

SUBE A LA MONTAÑA, SUBE A LA MONTAÑA,

SUBE A LA MONTAÑA Y VERÁS AL SEÑOR (2)

 

02.- VAMOS A LA CASA DEL SEÑOR (Pbro. Alberto Taule)

Tierra, aclama a tu Señor,

dale culto con fidelidad.

Ven y ponte en presencia de tu Dios.

Canta alegre por su bondad.

 

VAMOS A LA CASA DEL SEÑOR

EN ESTE DÍA DE FIESTA.

CELEBREMOS SU PRESENCIA

EN MEDIO DE SU PUEBLO.

 

Nos ha creado para él;

suyos queremos siempre ser.

Con su mano nos conduce por doquier,

Él nos guía como un pastor.

 

Es conocida su bondad:

cuida a sus hijos con amor.

Nunca falla su fidelidad:

por los siglos subsistirá.

 

02ª.- VAMOS A LA CASA DEL SEÑOR (Pbro. Alberto Taule)

Tierra, aclama a tu Señor,

dale culto con fidelidad.

Ven y ponte en presencia de tu Dios.

Canta alegre por su bondad.

 

VAMOS A LA CASA DEL SEÑOR

EN ESTE DÍA DE FIESTA.

CELEBREMOS SU PRESENCIA

EN MEDIO DE SU PUEBLO.

 

Nos ha creado para él;

suyos queremos siempre ser.

Con su mano nos conduce por doquier,

Él nos guía como un pastor.

 

Es conocida su bondad:

cuida a sus hijos con amor.

Nunca falla su fidelidad:

por los siglos subsistirá.

 

03.- LA MISA ES UNA FIESTA

LA MISA ES UNA FIESTA MUY ALEGRE

LA MISA ES UNA FIESTA CON JESÚS.

LA MISA ES UNA FIESTA QUE NOS UNE

LA MISA ES UNA FIESTA CON JESÚS.

 

1.- Cada domingo celebramos

que nuestro amigo nos salvó,

que por amarnos dio su vida y resucitó.

 

2.- Con su Palabra nos enseña,

nos alimenta con su pan,

nos compromete a ser amigos y a caminar.

 

04.- ENTRE TUS MANOS

ENTRE TUS MANOS, ESTA MI VIDA SEÑOR.

ENTRE TUS MANOS, PONGO MI EXISTIR.

HAY QUE MORIR, PARA VIVIR.

ENTRE TUS MANOS YO CONFÍO MI SER.

 

Si el grano de trigo no muere,

Si no muere, solo quedara.

Pero si muere, en abundancia dará,

Un fruto eterno que no morirá.

 

ENTRE TUS MANOS, ESTA MI VIDA SEÑOR.

ENTRE TUS MANOS, PONGO MI EXISTIR.

HAY QUE MORIR, PARA VIVIR.

ENTRE TUS MANOS YO CONFÍO MI SER.

 

05.- TRAEMOS A TU ALTAR

TRAEMOS A TU ALTAR

CON EL VINO Y EL PAN

NUESTRAS OFRENDAS.

 

TRAEMOS A TU ALTAR

CON LOS HOMBRES SU AFÁN

Y SUS PROBLEMAS.

 

1.- Con los hombres que trabajan el pan con sudor

ofrecemos nuestro esfuerzo,

por lo hombres que no tienen trabajo ni pan

te pedimos el sustento.

 

2.- Con los hombres cuyas vidas son fruto de bien

ofrecemos nuestra entrega,

por los hombres cuyas vidas son pena y dolor,

que sepamos estar cerca.

 

3.- Con los hombres que construyen un mundo de paz

ofrecemos nuestras manos,

por los hombres que padecen la guerra y el mal,

que seamos solidarios.

 

06.- ACEPTA SEÑOR EL VINO Y EL PAN

ACEPTA SEÑOR EL VINO Y EL PAN

CON ELLOS TRAEMOS TU OFRENDA A TU ALTAR.

 

1.- Sobre tu altar Señor va nuestra ofrenda

el abrazo sincero al hermano

perdonándonos nuestras ofensas.

 

2.- Sobre el Altar, Señor, va nuestra ofrenda:

trabajar por un mundo más justo de igualdad

y concordia fraterna.

 

3.- Sobre el Altar, Señor, va nuestra ofrenda:

convertir nuestra vida pasada

al mensaje de tu Buena Nueva.

 

07.- VIVO YO, PERO NO SOY YO

VIVO YO, PERO NO SOY YO

ES CRISTO QUIEN VIVE EN MÍ

VIVO YO, PERO NO SOY YO

ES CRISTO QUIEN VIVE EN MÍ.

 

1.- Comamos todos juntos

el pan de la unidad.

Venid a este banquete,

venid a comulgar.

 

La Eucaristía es una fiesta,

en verdad es un pan.

Comamos todos juntos

comamos de este Pan.

 

2.- A todos los cansados,

a todos los hambrientos,

Jesús nos da su mesa

Jesús es alimento.

 

Comamos todos juntos

el Pan de la unidad,

comamos de su Cuerpo

comamos de su pan.

 

3.- Comamos todos juntos

el Pan de la unidad,

partamos nuestros bienes

con todos los demás.

 

A todos los cansados

Jesús nos da su paz,

a todos los hambrientos

Jesús nos da su Pan.

 

08.- BENDITO SERAS

1.- Bendito si buscas siempre a Dios,

Bendito serás.

Bendito si amas la verdad,

Bendito serás.

 

La sed del dinero no rompió tu calma.

El odio y la envidia no muerden tu alma.

Bendito serás.

Si siembras la paz Bendito serás.

 

2.- Si al pobre y al rico das tu amor,

Bendito serás.

Si un pájaro canta en tu balcón,

Bendito serás.

 

Bendito el amigo que en seguida viene,

que abre su puerta al que nada tiene,

Bendito serás. Si ofreces tu pan,

Bendito serás.

 

3.- Si rezas humilde tu oración,

Bendito serás.

Si a Dios confiaste tu ansiedad,

Bendito serás.

 

Si buscas un mundo mucho más humano,

un mundo en que todos vivan como hermanos,

Bendito serás.

Si sufres por Dios,

Bendito serás.

 

4.- Bendito si es limpio tu mirar,

Bendito serás.

Bendito si sabes perdonar,

Bendito serás.

 

Si un sueño dormido vuelve a despertarte.

Si estando caído sabes levantarte,

Bendito serás.

Si tienes a Dios,

Bendito serás.

 

09.- ESTE ES EL PAN DE LOS HIJOS (Alcalde)

Este es el pan de los hijos, preparado con amor.

Este es el pan compartido en la misma comunión.

 

¡Dichosos los invitados, a la mesa que alegra el corazón!

¡Dichosos los invitados a la cena del Señor!

 

Este es el pan de los fuertes, que del cielo descendió.

Este es el vino de la fiesta, que enardece el corazón.

 

Este es el cuerpo de Cristo, entregado por amor.

Esta es la Sangre de Cristo, alianza eterna con Dios.

 

Este es el pan del camino de la peregrinación.

Este es el pan de la vida y de la resurrección.

 

10.- MARIA (Joaquín Madurga)

María, mujer de nuestro pueblo,

que vences en la lucha María.

 

María, mujer que en tu pobreza

Dios hace maravillas, María.

 

MARIA, MARIA TU NOMBRE

BENDICEMOS, MARIA.

 

María, humilde campesina, de fe

Comprometida, María.

 

María, tu si de amor y entrega

La vida nos engendra, María.

 

María, tú eres dulce Madre

De Dios y de los hombres, María.

 

María, tus hijos suplicamos

Querernos como hermanos, María.

 

11.-  GRACIAS MADRE

GRACIAS, MADRE, POR TU PRESENCIA,

TÚ NOS LLEVAS A JESÚS.

GRACIAS, MADRE, POR TU SILENCIO,

TÚ ESTIMULAS NUESTRA FE.

 

1.- Gracias porque eres muy sencilla,

gracias porque eres llena de gracia.

Gracias, Madre, gracias.

Gracias por tu vida tan callada,

gracias porque vives la palabra.

Gracias, Madre, gracias.

 

2.- Gracias por tu corazón abierto,

gracias por vivir un sí constante.

Gracias, Madre, gracias.

Porque te abandonas en sus manos,

porque siempre vives la esperanza.

Gracias, Madre, gracias.

 

3.- Gracias porque tú sigues amando,

gracias porque tú vas actuando.

Gracias, Madre, gracias.

Porque lo haces todo entre nosotros,

porque tú nos quieres como a hijos.

Gracias, Madre, gracias.