viernes, 22 de junio de 2012

MASADA

MASADA






1. Ubicación[1]

Masada se encuentra situada en la cima de una roca aislada en el límite entre el desierto de Judea y el valle del Mar Muerto; aproximadamente a 25 km al sur de Ein-ghedi.

La roca de forma romboidal, muy angosta en el extremo norte, mide aproximadamente 600 metros en sentido longitudinal (norte-sur) y alrededor de 300 metros en su parte más ancha. Presenta hacia el este un precipicio de unos 400 metros, que llega hasta la orilla del mar muerto. La ladera occidental tiene una altura aproximada de 100 metros sobre el nivel del mar. Todas estas características ocasionan que los accesos naturales; ya se trate del "camino de la serpiente" (al E) como de la "piedra blanca"(la Leuké de Josefo, situada al W) o los senderos que suben el barranco por las caras norte o sur; sean arduos y difíciles de seguir.

El nombre del lugar, que solamente poseemos en transcripción griega, puede ser una referencia a estas características del mismo ya que posiblemente se trate de una derivación de la forma aramea "metzad" (cima, plaza fuerte, lugar defendido). 

2. Historia de la exploracion.

Todo lo que se sabía del dramático pasado de Masada provenía de una sola fuente, la del escritor Flavio Josefo; por eso se han organizado numerosas expediciones de arqueólogos. Masada es ahora más conocida que lo fue nunca, ni aún en su apogeo en tiempos de Herodes. Pero se ha tardado 125 años en desvelar sus secretos. Los primeros viajeros que llegaron a Masada, eran el erudito Edward Robinson y su compañero E, Smith; fueron los primeros que identificaron la roca con Masada. Robinson no estuvo en Masada personalmente. Robinson vio la roca desde lejos, con un anteojos, fue capaz de descubrir correctamente el palacio de Herodes. Sugerencia que no fue tenida en cuenta por los siguientes investigadores. Dijo también que los futuros viajeros que visiten este lugar encuentren otras huellas más precisas del antiguo esplendor. Esto impulsó al misionero americano S.W. Wolcott y el pintor inglés Tipping visitar Masada, e incluso pintarla.


De las descripciones de los muchos exploradores y las diversas expediciones que siguieron a Wolcott, podemos ver las más importantes, entre ellas, nos encontramos primero, la del oficial de la marina americana J.W. Lynch, que exploró el Mar Muerto con sus barcos. El 29 de abril de 1848 mandó a varios de sus ayudantes a visitar Masada, quedándose él en su campamento, cuando llegaron sus ayudantes, y le comunicaron una serie de datos, él los apuntó en su libro. Aunque tomaron equivocadamente la "ascensión romana", que se halla al norte, por el "camino de serpiente", fueron los primeros en suponer que los "agujeros" del precipicio noroeste eran depósitos de agua. También se fijaron en el edificio "cuadrado".

En enero de 1851 el erudito francés F. de Saulcy visitó Masada. También él se equivocó al situar el "camino de serpiente" en el norte. Subió por la rampa romana, que identificó exactamente, pero erró al atribuir la puerta bizantina a Herodes.

 De Saulcy, hizo excavaciones en la capilla, que la tomó por un palacio, para descibrir sus mosaicos. Se llevó muestras de los mosaicos, hoy queda muy poco de estos mosaicos. El creyó que los almacenes pertenecían al tiempo de Yonatán y es muy raro que identificara la piscina grande con un almacén. A él se debe el primer plano publicado (aunque hay muchos errores) de Masada y de los campamentos del asedio.

En 1852 un estudioso holandés, oficial de marina, Van der Velde, visitó Masada y, en 1854, publicó sus impresiones. Aunque no aportó mucha información nueva, fue el primero en reconocer la capilla como tal.

El siguiente explorador, fue el erudito A. Guillaume Rey, que llegó a Masada el 24 de enero de 1858. Publicó un plano más detallado que el de De Saulcy; pero cometió una serie de errores graves al identificar los edificios. Rechazó la idea de De Saulcy de tomar la capilla por un palacio, sosteniendo la teoría de que se trataba de una casa de baños del período de Herodes, y consideró los almacenes como cuarteles. Por otro lado es interesante ver que identificó correctamente la terraza superior con el palacio de Herodes, descrito por Flavio Josefo. Descartó la sugerencia de De Saulcy  de que la puerta bizantina pertenecía a la época de Herodes y la atribuyó al período árabe. También se equivocó al tomar la gran  piscina por almacenes.

En 1863 el erudito alemán F. Tuch publicó un libro sobre Masada, a la luz de las descripciones de Flavio Josefo y de diversos viajeros. Aunque él personalmente no visitó Masada, su libro tiene importancia para las fuentes de historia de Masada. 

H.B. Tristram visitó Masada en 1864 y, nuevamente, en 1871. En sus libros La tierra de Israel y La tierra de Moad describe sus impresiones del viaje. Es interesante el que Tristam se diera cuneta de las maravillosas condiciones acústicas al pie del acantilado.

Identificó la capilla como tal durante su primera visita, pero la atribuyó a la Edad Media. En su segunda visita cambió de parecer y dijo que era una sinagoga. E plano que hizo de Masada debió de haber sido dibujado de memoria. Marca un momento crítico  en la historia de la  investigación de Masada la "Inspección de la Palestina del Oeste", que se llevó a cabo por la Fundación de Exploraciones de Palestina, encabezada por Kitchener, Warren y Conder. A Warren se le debe el descubrimiento del "camino de serpiente", o al menos una parte. El fue el primero en subir a Masada por el este.

El momento crítico para el trazado de mapas de Masada lo representa la visita hecha por Conder  en marzo de 1875, sus planos fueron los primeros que se aproximaron algo a la realidad.

Los primeros estudios sobre el campamento romano se deben al famoso erudito A.V. Domaszewski, el cual en 1909 publicó, en colaboración con su colega R.E. Brünnow, sus trabajos sobre Masada en el tercer volumen de su monumental obra Die Provincia Arabica. V Domaszewski, cuyo interés particular estaba concentrado en los campamentos romanos, se dedicó principalmente al Praetorium de los campamentos B y C.

En 1905 el erudito alemán G.D. Sandel visitó Masada y a él se debe no solo la identificación de las filas de "cuevas" en el acantilado noroeste como depósitos de agua, sino también la certeza observación de que estos depósitos se alimentaban por canales especiales que destilaban el agua de lluvia. Estos descubrimientos, junto con otros que ya hemos mencionado, parecen haber sido olvidados con el tiempo y fueron mucho después redescubiertos por las juventudes israelitas.

Los estudios más profundos fueron, los realizados por el sabio alemán Adolf Schulten, que fue uno de los pioneros eruditos al pasar todo un mes en Masada, en 1932, y son sus planos lo que dieron la base a los futuros estudios de las ruinas.

 A pesar de sus importantes aportaciones a la investigación de Masada, Schulten cometió varios errores fundamentales. Rechazó la sugerencia de Robinson de identificar el "palacio colgante", descrito por Flavio Josefo, con las ruinas del acantilado del norte. En cambio, aceptó la teoría de Conder de que se trataba de un palacio del oeste, sin aportar razones convincentes. Ambos tenían razón al afirmar que se trataba de un palacio.

La primera publicación con planos de las estructuras del acantilado del norte, identificadas con el palacio de Herodes, descritas por Flavio Josefo, vio la luz en 1953, obra de Micha Livneh, miembro del Kibbutz Ma'ayan Baruch.

 Un tal Shmaryahu Guttman, fue el primero que describió correctamente el "camino de serpiente", también fue el primero en reconstruir el campamento romano, avanzó mucho en el sistema hidráulico de Herodes.

Yigael Yadin como jefe de la expedición que en dos etapas de 11 meses cada una entre los años 1963-65, escavó la mayoría de los edificios así como un campamento romano; se encargó así mismo de restaurar esos edificios "in situ". Encontró de la mayor utilidad la descripción de Sxhulten sobre la organización de su expedición.

Esta expedición estaba formada por un gran número de arqueólogos y por miles de voluntarios.

3. Historia.

La única fuente significativa de información acerca de Masada la constituyen los escritos de Flavio Josefo (Anti. 14,15; De Bello..., 1,2,4,7). Según esta fuente, Masada fue fortificada primero por el sumo sacerdote Jonatán (DE Bello, 7, 285), pero se discute si ese Jonatán es el hermano de Judas Macabeo o Alejandro Janneo (también llamado Jonatán). En otro pasaje la construcción se atribuye a "antiguos reyes" (4, 399). De hecho en el 40 a.c. Herodes con su familia huyó de Jerusalén a Masada ante la persecución de Matatías Antígono, elegido rey por los Partos. Ante la resistencia de la fortaleza al asedio, luego de pasado el peligro Herodes la acondicionó como refugio ante el doble peligro que  le acechaba por un lado el pueblo judio que podía destronarlo y reinstaurar la dinastía anterior, y el otro mayor y más serio constituido por Cleopatra reina de Egipto (cfr. De Bello, 7, 300). Aparentemente esta transformación de Masada en una poderosa fortaleza tuvo lugar entre el 37 y 31 o.c., época en que se construyeron la mayoría de sus edificios y fortificaciones.

Probablemente, aunque no tengamos documentación ni información alguna sobre el particular, a la muerte de Herodes (6 d.c.), fue ocupada por una guarnición romana hasta que en el 66 d.c. la fortaleza fue capturada mediante una estratagema por Menahen, hijo de Judas el Galileo, al mando de un grupo de Zelotas, los primeros tiempos de la guerra judía. Cuando Menahen fue asesinado en Jerusalén por el líder de los rebeldes de la capital Eleazar ben Ananías, los restos de la banda de Manahen escaparon a Masada al mando de el sobrino de este Eleazar ben Yair. Allí mantuvo un foco de resistencia al poder romano, así como un centro de refugio para los fugitivos, hasta que el 72 d.c. Flavio Silva gobernador romano le pone sitio al mando de la décima legión. Durante un año se prolongó el asedio que culminó cuando, abierta una brecha en la muralla, los defensores de masada prefirieron suicidarse en masa, antes de caer en manos de los opresores. Luego de la caída de Masada esta volvió a convertirse en el puesto de una guarnición romana. En los siglos V y VI Masada fue el asentamiento de un grupo de monjes bizantinos que instalaron allí su monasterio.
           
4. Descripción.

a) Primitivos asentamientos.

Los primeros ocupantes conocidos del lugar pertenecieron al periódo Calcolítico (IV milenio a.c.)Sus huellas se encontraron en una pequeña cueva de la parte inferior del acantilado del sur: restos de plantas, tejidos, esteras y fragmentos de alfarería del Calcolítico que fueron hallados en unos hoyos, como para soportar recipientes hechos en el suelo. Pero no se debe pensar que se trataba de una comunidad sedentaria establecida en Masada, sino de uno de los tantos grupos que vivían en cuevas, como en el resto de Judea en esa época.

b) Periodo herodiano.

- Palacio-Villa  Meridional.

Uno de los edificios de Herodes, descrito largamente por Flavio Josefo y que ha despertado la curiosidad de los eruditos que visitaron Masada, es el Palacio Real. La fijación exacta de este edificio se debe a las Agrupaciones Juveniles israelitas que empezaron a escalar Masada para descubrir sus secretos. La busca del verdadero emplazamiento del palacio no fue casual, pues a pesar de que la mayoría de los investigadores creían que se trataba del gran edificio situado al norte, la tal edificación, pese a ser la mayor de Masada, no correspondía a los detalles de la descripción de Flavio Josefo. Podemos preguntarnos por qué se construyó esta villa en un lugar tan apartado con tanta dificultad de construcción, a tal punto que requería la edificación de  muros de contención antes de comenzar las obras. Varias son las razones. Se trata del punto más alto de la roca, por ende el de mejor vista; se encuentra cerca de las cisternas (de las que hablaremos después), y del camino que lleva a ellas; pero sobre todo el factor principal es el clima, ya que este emplazamiento permite que las terrazas inferiores  estén protegidas por el sol y del viento sur por las paredes rocosas.

                       La terraza inferior.

Empezaremos la descripción del edificio, por la terraza inferior. Esta terraza se encuentra situada aproximadamente a 35 metros de la cima. Y contiene las ruinas de un edificio cuadrangular con pinturas y una doble columnata.

La roca de Masada se adelgaza hacia el norte y su parte más estrecha se encuentra en este lugar. Para poder edificar aquí, los arquitectos de Herodes tuvieron que idear alguna clase de plataforma artificial con ayuda de poderosos muros de contención.

Respecto a la edificación en sí, la parte inferior de los muros de este terraza estuvieron decorados con pinturas, que se habían conservado principalmente en la cara sudoeste. Las pinturas encontradas representan el estilo predominante en el Imperio Romano de aquella época. Pinturas similares, se han encontrado en otras edificaciones del país, pertenecientes al periodo de Herodes: los artistas se proponían dar a la parte inferior de las paredes, de yeso, la apariencia de piedra y mármol. Para eso pintaban líneas que imitaban las vetas del mármol. De esta forma está decorada toda la parte baja, tanto el lado inferior como el exterior, de las paredes que circundaban el recinto. Los pilares de las columnas de esta edificación estaban formados por varios tambores de piedras blandas estucados y acanalados por fuera, de manera que presentaban la apariencia de columnas monolíticas esculpidas de una sola pieza. Estaban coronadas por capiteles corintios pintados y dorados.

La terraza que acabamos de describir servía como lugar de descanso, desde el cual se disfrutaba de una hermosa vista hacia el este presentaba una pequeña edificación subterránea que consistía en tres habitaciones que los primeros exploradores consideraron almacenes; la investigación posterior demostró que se trataba de una sala de baños de uso privado que presentaba la misma disposición de tres habitaciones de las termas clásicas y que describiremos más adelante al tratar de la gran casa de baños construida por Herodes en la cima.

                                                           La terraza central

Se encuentra a 18 metros de la cima y a 16 de la terraza inferior aproximadamente. Presenta ruinas de una construcción circular consistente en dos muros concéntricos con la parte superior cuidadosamente nivelada. Presenta pilares cuadrangulares adosados a las paredes con nichos entre sí. Esta edificación muestra restos que permiten suponer que había estado techada, ya que hacia su parte sur se encontraron pilastras cuya función habría sido sostenerla. Tras los lados este y oeste se encontraron restos de habitaciones. El edificio circular posiblemente hubiera tenido una doble fila de columnas apoyada sobre los muros que acabamos de describir y que constituyen los únicos restos actuales. Dichos muros habrían servido también de sostén al piso de madera. Se cree que toda la construcción estaba dedicada al descanso y al recreo como las de la terraza inferior. Se trataría de un sitio para reposar, comer y gozar del panorama. El tipo de arquitectura seria similar al de muchas construcciones de la época, ejemplo de la cual tenemos en la superficie de la tumba de Petra o de las pinturas murales de Pompeya. La parte inferior de las paredes sur estuvieron decoradas con pinturas pero no se conserva ninguna de estas. En el lado sudoeste se encuentra el comienzo de una escalera escalada en la roca y que comunica con la terraza inferior por la que se podía subir y bajar sin ser visto desde fuera. La parte superior de esta escalera de derrumbó hace mucho tiempo.

La terraza superior

Este es el único lugar de todo el palacio que sirvió de vivienda. Constaba de dos partes. Al norte una estructura semicircular construida con paredes dobles como las de la terraza central y que servía de porche. Este porche se encontraba embellecido con pilares y columnas; que a juzgar por los restos, a diferencia de las de la terraza inferior, serían de estilo jónico. Al sur del porche se hallaba la zona de habitaciones. Esta en su origen albergaba solamente cuatro y varios corredores (obviamente la construcción no estaba dedicada para albergar mucha gente). También este sector dedicado a vivienda había sido profusamente decorado, incluso con mayor suntuosidad que las terrazas anteriores, conservándose aún gran parte de mosaicos que recubrían los suelos. De las pinturas que recubrían las paredes y el techo no quedan muchos rastros debido al desgaste y al ataque de los sucesivos habitantes de esta zona del palacio.

El palacio estaba separado del resto de las construcciones de la cima por un gran muro enyesado, que dejaba un estrecho pasadizo en su extremo este, en el que se encontraba la entrada.

- Palacio Occidental

El edificio mayor de Masada es el que se encuentra en el extremo oeste de la roca, cerca de la rampa romana. Esta edificación, que cubre un aérea de 3.240 m2, impresionó siempre a cuantos visitaron Masada, este palacio siempre se confundió con el palacio descrito por Flavio Josefo. Las líneas generales de este palacio ya se veían antes de empezar las excavaciones, pero sus detalles y funciones, se vieron después e haber hecho las excavaciones.

El edificio constaba de tres alas principales. El ala sudoeste correspondía a la parte habitable, consistente en grandes estancias y pequeños cuartos de servicio alrededor de un patio central. El ala segunda, que comunicaba con la parte norte, también comprendía una serie de habitaciones en torno a otro patio central; pero ésta era únicamente un ala de servicio, aunque es posible que en su parte norte se hubiera utilizado para vivienda del personal administrativo del palacio. La tercer ala se encuentra  al oeste del edificio y une a las otras dos. Originariamente sirvió de almacén y de administración.

Empezando por el ala primera, por su pare sudoeste, tenemos una estancia que tenía tres entradas. En el suelo se observan tres depresiones, recubiertas de yeso, que servían aparentemente para sostener un dosel o un trono. Este área se hallaba bajo una imponente capa de ceniza, entre la que encontramos cientos de piezas de bronce fino y de recipientes de hueso, objetos realmente propios de un palacio, se hallaron también restos de dos columnas pintadas, encontradas en el patio, cuyas paredes, cubiertas de estuco blanco de los tiempos de Herodes, imitaban la piedra. En el suelo se encontraron montones de piedras y cascotes, señal de que esta edificación tuvo originariamente dos pisos.

Pero se descubrió que aquel lugar lleno de piedras y cascotes había sido un gran patio cuadrado del conjunto residencial. Desde este patio se llegaba al salón del trono. Este palacio era el lugar de las ceremonias palaciegas, el verdadero palacio real de Herodes en Masada, esto se ve no solo por du tamaño, sino por el lujo de su construcción y dependencias. Por ejemplo en las habitaciones del servicio, se encontró la cocina, con un gran horno. Al este del edificio, cerca de la entrada trasera, que servía como puerta privada del rey, en una de las estancias, después de quitar los cascotes, y a unas veinte o treinta pulgadas sobre el nivel del suelo original se encontraron fragmentos de mosaico de colores, desperdigados en el mayor desorden, pero la destrucción solo había afectado a la mitad del suelo y había quedado intacta la otra mitad del suelo.

Es interesante comprobar cómo Herodes, incluso en sus edificios de Masada, no quiso ofender la susceptibilidad de su familia ni de los ciudadanos judíos,  ya que no utilizó representaciones de figura humana o animales en los mosaicos. El mosaico encontrado presentaba un dibujo geométrico, que era usual en el mundo helenístico de entonces. Pero en el centro, el tema de la decoración del mosaico estaba tomado de motivos de plantas, con diseños muy característicos del arte judaico. En el centro de nuestro suelo de mosaico se veía un círculo, dentro del cual había otro círculo, motivo muy común en el arte judío de ese período.

A través del destrozo ocasionado a la mitad del suelo se pudo ver, el sistema que se había empleado para la colocación de los mosaicos. Sobre el lecho de yeso, preparado para recibir las piedras, se veían las líneas que marcaban exactamente los bordes del suelo y los diseños principales para guiar a los artistas en la colocación de las piezas del mosaico. Esta estancia del suelo coloreado, era el vestíbulo de entrada que daba paso al salón del trono.

En la sección noroeste del ala residencial del palacio, donde estaban las habitaciones de servicio se encontró una pequeña casa de baños privada. Había también una piscina de agua fría y un cuarto de baño para agua caliente, esta se calentaba por medio de un horno colocado en la pared trasera. La bañera se hallaba en un nicho poco profundo, en  forma de arco. El suelo de este cuarto era de mosaico, con un dibujo simple de cuadros envolvente. Las paredes enyesadas están bien conservadas y, en una de ellas, había una pequeña repisa empotrada para sostener la lámpara de aceite. Incluso el pequeño pasillo que conducía al cuarto de baño estaba decorado con mosaico. Su diseño es un simple motivo geométrico, consistente en un círculo dentro de un cuadro compuesto de segmentos radiales, ejecutado en mosaicos de colores, algunos de ellos poco corrientes. Tan impresionantes como las dos primeras alas del palacio son los inmensos almacenes del ala oeste. Prueba que la edificación estaba planeada para que sus ocupantes pudieran vivir independientes, sin tener que recurrir a los otros edificios públicos ni a los almacenes centrales de Masada. La dimensión del almacén que se encuentra fuera, en el extremo oeste, mide unos 63 m de longitud.

En tiempos de Herodes estos recintos contenían objetos más costosos y refinados que los que se guardaban en los almacenes públicos. Prueba de ello eran los fragmentos delicados, tales como frascos y pomos de aceite cosmético que se hallaban por el suelo. En el suelo se encontraron cientos de jarras rotas, cubiertas de una espesa capa de ceniza.

La entrada principal del palacio se haría desde el lado norte, a través de un largo corredor de paredes enyesadas. Este corredor daba acceso al ala de servicio, los almacenes y el núcleo residencial. Bajo el suelo de la parte norte del palacio se descubrió un pozo revestido de yeso, alimentado por canales que recogían el agua de lluvia de los tejados, esto también prueba la independencia de los habitantes del palacio respecto de los otros edificios de Masada. Este palacio personal de Herodes tenía todos los servicios necesarios.

También se encuentra una serie de villas más pequeñas y modestas en el estilo del ala residencial del gran palacio, pero más modestas. Dos de estas se encuentran en la parte este del palacio sobre pequeñas colinas de la cima; otras dos cerca de los almacenes y otra al sur del palacio. Sin duda se trataba de las viviendas para la familia del rey.

Su planta general sigue la disposición descrita respecto al palacio estancias alrededor de un gran patio, parte del cual era un salón techado, a través del cual se llegaba a la habitación principal. A pesar del mal uso de estos edificios durante las épocas sucesivas, algunos de ellos conservan su decoración, consistente en paneles rectangulares rojos y negros semejantes a las del gran palacio.

Entre el palacio y estas villas se encuentra una edificación consistente en una piscina inmensa con escalones en un extremo. Se trata de una piscina que permitía bañarse con una cantidad mínima de agua. Todo alrededor de la misma había un muro con nichos que permitía dejar la ropa durante el baño. Probablemente esta piscina seguía en uso durante la rebelión judía.

Los palacios de Masada que acabamos de describir confirman que en su origen esta era una ciudadela real, proyectada para dar albergue a Herodes y su familia en época de emergencia proporcionándoles al mismo tiempo el mismo grado de comodidad del que disfrutaban en Jerusalén y otras ciudades.

- Termas.

Al sur del palacio del norte se encuentra un gran edificio formado por cuatro habitaciones y un vestíbulo construidos en un estilo romano tradicional, lo más notable de esta construcción a simple vista es el espesor de sus muros que llega al 1,80 m. lo que hizo que se creyera una fortaleza, destinada a custodiar los palacios y almacenes. Sin embargo al comenzar al excavaciones se demostró que se trataba de una casa de baños. La habitación mayor constituía el caldarium. Bajo el suelo de este, sostenido por más de 200 diminutos pilares de arcilla se encontraba el hipocausto. Las paredes de la habitación superior estaban atravesadas por tuberías de arcilla que permitían la circulación del aire caliente que llegaba a ellas desde un horno adjunto al edificio a través del hipocausto. Esto permitía que el caldario, que carecía por completo de huecos alcanzara muy altas temperaturas. Vertiendo agua sobre el suelo recalentado se obtenía un baño de vapor. En un nicho semicircular situado al norte se encontraba un bañera de cuarzo, hoy desaparecida, a la que llegaba el agua por medio de tuberías de plomo y brotaba en ella a presión como una fuente. En el lado opuesto de esta habitación, en una celda rectangular se encontraba la bañera para el agua caliente. El suelo de esta habitación en su origen estaba cubierto de mosaicos cambiado más adelante por un pavimento de baldosas blancas y negras formando un diseño geométrico.  Las otras habitaciones, tanto el tepidarium como el apoditerium (vestíbulo) se encontraban completamente decorados con frescos del estilo de los ya descritos anteriormente, y con pisos de mosaicos, también sustituidos en algunos lugares por baldosas.

En general tanto en la planificación como en sus detalles técnicos esta casa de baños recuerda otras de la época de Herodes encontradas tanto en Jericó como en Herodion; aun más, recuerda el de las más bellas de Herculano y Pompeya.

- Depósitos.

Los depósitos públicos situados al este y al sur de las termas, con las que formaba un complejo ubicado al sur de la villa-palacio del norte, consistía en largas y delgadas habitaciones de paredes de alrededor de 3 m de altura, construidas con una doble fila de grandes bloques de piedra dolomítica sin pulir. Dichas habitaciones se encuentran distribuidas en dos bloques principales, uno pequeño formado por cuatro habitaciones y ubicado hacia el este y uno mayor formando por once, más al sur. Ambos bloques estaban separados por un camino que corría de este a oeste. En estos almacenes se almacenaban diferente tipos de bienes: desde aceite y vinos a frutos secos e incluso frescos. También se depositaban armas (esto en la época de Herodes, pero no se encontró ninguna durante las excavaciones) y también metales como estaño y otros.

El sistema para el almacenamiento de tales vituallas era muy sofisticado. Cada almacén tenía su propio tipo de recipientes: jarras de vino, jarras de aceite o jarras para harina, etc.; cada una de ellas con su forma particular. La mayoría de los recipientes hallados en las ruinas pertenecen a la época de Herodes.

La única entrada a los almacenes, en la época de su construcción se encontraba en el extremo oeste, a través de un edificio rectangular. Compuesto de muchas estancias alrededor de un patio. En este edificio tenía lugar las funciones administrativas y de distribución de los bienes almacenados.

Esta entrada fue clausurada en tiempos de los Zelotas que habilitaron una más pequeña y fácil de defender.

- El edificio de la guarnición.

Al sur de los almacenes la primera de las grandes ruinas pertenecen a un edificio cuadrado que sirvió de alojamiento a la guarnición romana. El edificio constituido también por estancias dispuestas alrededor de un patio central. A su vez cada unidad de vivienda comprendía una gran estancia (un patio cerrado) y dos pequeñas habitaciones adyacentes. En tiempos de Herodes debieron vivir aquí los altos administradores o quizás la guarnición de la fortaleza. Este edificio fue el único de Masada originariamente construido para ser habitado. En medio del patio hay una construcción perteneciente al período posterior al bizantino. También del período Zelota hay construcciones adosadas a esta.

c) El período de los Zelotas.
           
Los numerosos hallazgos de este breve período de siete años, comprendidos entre el 66 y 73 de la era cristiana, arrojan mucha luz acerca del carácter de los Zelotas, su estilo de vida en Masada y el final de la guerra judía. La suntuosidad de los palacios y el pequeño número de las habitaciones de las construcciones herodianas hacían poco apropiadas las instalaciones para las necesidades de los Zelotas, quienes los utilizaron entonces solamente como puestos de comandos o edificios públicos y comunitarios. Así mismo toda su ornamentación fue desmantelada para ser utilizada como material de construcción y amueblamiento. El palacio del norte aparentemente fue utilizado como centro de defensa y centro administrativo. El palacio occidental parece haber recibido el mismo uso aunque también hay elementos que permiten sospechar su uso como habitación. Los pequeños palacios fueron divididos en diferentes compartimentos de manera que sirviera de habitación de varias familias de Zelotas. Entre sus ruinas se han encontrado numerosos frascos de alabastro conteniendo productos cosméticos, así como grandes cantidades de monedas.

Pero la mayoría de los Zelotas habitaba la muralla de Casamatas, a la que adosaron construcciones precarias de barro y piedras donde se han encontrado restos de su vida diaria tales como trozos de cuero tela, cestos y objetos de bronce, vidrio y piedra. Así como pequeños hornos de cocina y nichos para guardar diferentes objetos. Las torres servían principalmente como lugares comunes o talleres.

- Mikva'ot.

Fueron encontrados dos Mikva'ot (baños rituales) uno al norte y otro al sur construidos con total fidelidad a las normas halakkikas. Estas normas prescriben que al menos una parte del agua de estos baños debe ser pura es decir de agua de lluvia y debe caer directamente sobre ellos. El mikveh del sur fue construido en una casamata de la muralla y consiste en tres piscinas impermeabilizadas con yeso. La más grande estaba destinada a recolectar el agua de lluvia del techo, la cual era conducida a la segunda piscina, que era la usada para la inmersión, mediante un delgado caño de arcilla. A través de este orificio algo del agua de lluvia podía ser mezclada con otra traída de otro lugar. La tercera piscina se utilizaba para lavado común de pies y manos previo a la inmersión. Fuera de la casamata existía un pequeño vestuario.

El baño del norte responde a las mismas características.

- La Sinagoga.

Un edificio rectangular orientado hacia Jerusalén se encuentra en la muralla de Casamata. Presenta cuatro hileras de bancos dispuestas a lo largo de las paredes. También contenía gran número de lámparas de barro y un ostracon con la inscripción "ma'aser kohen", así como restos de dos rollos de pergaminos. Estos últimos se encontraron enterrados en sendos hoyos encontrados en una pequeña habitación en el muro opuesto a la entrada. Si duda se trataba de la genizah. El salón principal presentaba una doble hilera de columnas. La planta que hemos descrito pertenece al período Zelota, pero el plan original del edificio en la época de Herodes era algo diferente; aunque posiblemente también fué utilizado como sinagoga. Un salón alargado con un banco extendiéndose alrededor de tres de las paredes en uno de los pequeños palacios pudo ser una bet midrash.

- Ostraca.

Más de 700 fueron encontrados en las distintas estancias la mayoría escritos en hebreo o arameo. Además de su gran valor paleográfico, ya que sin lugar a duda pueden fecharse entre el 66 y 73 después de Cristo, arrojan también mucha luz sobre la organización de vida en Masada, así como sobre el carácter religioso y nacionalista de los defensores, quienes observaban escrupulosamente las leyes rituales. Cerca de la mitad de ellos fueron encontrados en las proximidades de los depósitos. Los de este tipo contenían una o más letras hebreas y posiblemente esté conectado con el sistema Zelota de racionamiento. Reviste especial interés once pequeños ostracas inscritos con un sólo nombre, escritos por la misma mano, y que podría ser utilizados por los últimos diez sobrevivientes de masada para elegir a quien mataría a los otros nueve y después se suicidaría; según la descripción Flavio Josefo.

- Rollos.         
Trozos de catorce rollos conteniendo textos bíblicos y sectarios fueron encontrados en Masada. Constituyen los primeros descubiertos fuera de cuevas. Los textos bíblicos, que incluyen partes de los libros de Génesis, Levítico, Deuteronomio, Salmos, Ezequiel, así como parte del original hebreo de la Sabiduría de ben Sirá (Eclesiástico). El texto de estos libros es casi idénticos al texto masorético con muy pequeñas variantes.

Entre los Apócrifos destaca el libro de los Jubileos y entre los sectarios un rollo de los Cantos para el sábado idéntico al hallado en Qumrám. Esto último probaría que miembros de la secta del mar muerto participaron en la guerra judía. 

d) Sitio romano
           
Flavio Silva en su esfuerzo por conquistar masada rodeó la fortaleza con un muro de sitio fortificado po medio de torres. Alrededor de la base de la roca de Masada estableció ocho campamentos los mayores de los cuales se encontraban al este y al noroeste. En este último estableció su cuartel general y es por este frente por el que construyó la rampa de asalto de tierra y piedras en la que erigió una torre de asalto desde la cual atacó la muralla con arietes y catapultas, y la última noche de sitio con antorchas. Luego de la caída de Masada una guarnición romana quedó establecida ahí por lo menos cuarenta años desde el 73 al 111 fecha a la que pertenece la moneda más nueva de las encontradas. Aparentemente la guarnición utilizó el campamento del noroeste como el lugar primordial de vivienda aunque también hay restos de su estancia en la fortaleza.

e) El período bizantino.

Un grupo de monjes se estableció, luego de una serie de terremotos que habían destruido gran parte de los edificios anteriores, en la cima de la montaña durante los siglos V y VI. Dadas sus condiciones de vida ascética sus construcciones no son muy llamativas. Descuella la capilla construida al sur del edificio de la guarnición. Consistía principalmente en una gran sala, cuyas paredes se conservan hasta una altura considerable, y en las que se aprecian adornos tan originales como trozos de cerámica y pequeñas piedras formando un diseño geométrico o floral. Del mosaico que cubría el pavimento se conserva solo un pequeño trozo en la esquina oeste. A lo largo de la esquina noroeste del salón se encuentra una habitación larga, probablemente la vivienda de los guardianes del templo. Al norte del gran salón había uno más pequeño cuyo pavimento está cubierto por un mosaico bizantino casi completo, cuyo estilo nos permite datar toda la construcción en el siglo V.

Los monjes vivían  en celdas de piedra desparramadas por la cima o en las cuevas de la ladera. Se supone que abandonaron el lugar, forzados por la invasión persa o musulmana de principios del siglo VII. Desde entonces, Masada ya no ha tenido ningún habitante.                                                                              







Pbro. Roland Vicente Castro Juárez
rolancaju@gmail.com


[1] * YADIN,Y.: MASADA. La fortaleza de Herodes y el último bastión de los Zelotes, Barcelona, 19772
* YADIN, Y.: voz "MASADA", en Encyclopaedia Judaica, vol 11., Jerusalén, 1971.