jueves, 20 de noviembre de 2014

LECTURAS Y COMENTARIO XXXIV DOMINGO CRISTO REY DEL UNIVERSO - 23 NOVIEMBRE 2014

SE SENTARÁ EN EL TRONO DE SU GLORIA Y SEPARARA A UNOS DE OTROS.


PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Ezequiel 34,11-12.15-17

Así dice el Señor Dios: «Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas, siguiendo su rastro. Como sigue el pastor el rastro de su rebaño, cuando las ovejas se le dispersan, así seguiré yo el rastro de mis ovejas y las libraré, sacándolas de todos los lugares por donde se desperdigaron un día de oscuridad y nubarrones. Yo mismo apacentaré mis ovejas, yo mismo las haré sestear –oráculo del Señor Dios. Buscaré las ovejas perdidas, recogeré a las descarriadas; vendaré a las heridas; curaré a las enfermas: a las gordas y fuertes las guardaré y las apacentaré como es debido. Y a vosotras, mis ovejas, así dice el Señor: Voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrio.».

SALMO RESPONSORIAL (Sal 22)

El Señor es mi pastor, nada me falta

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar. R.

Me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre. R.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta de san Pablo a los Corintios 15,20-26.28

Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos. Si por un hombre vino la muerte, por un hombre ha venido la resurrección. Si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida. Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia; después, cuando él vuelva, todos los que son de Cristo; después los últimos, cuando Cristo devuelva a Dios Padre su reino, una vez aniquilado todo principado, poder y fuerza. Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de sus pies. El último enemigo aniquilado será la muerte. Y, cuando todo esté sometido, entonces también el Hijo se someterá a Dios, al que se lo había sometido todo. Y así Dios lo será todo para todos.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Mateo 25,31-46

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas, de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: "Vengan ustedes, benditos de mi Padre; hereden el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me diste de beber, fui forastero y me hospedaste, estuve desnudo y me vestiste, enfermo y me visitaste, en la cárcel y viniste a verme.". Entonces los justos le contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?" Y el rey les dirá: "Les aseguro que cada vez que lo hiciste con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hiciste." Y entonces dirá a los de su izquierda: "Apártense de mí, malditos, vayan al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
Porque tuve hambre y no me diste de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedaste, estuve desnudo y no me vestiste, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis. Entonces también éstos contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistirnos?". Y él replicará: "Les aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo." Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.».

COMENTARIO

Otra lección a propósito de la mirada de Dios sobre nuestra vida. ¿Cómo nos juzgará? La respuesta se encuentra en este capítulo. Se trata del balance final de todas las vidas: el juicio final. ¿De qué forma reaccionará Dios ante ese enorme almacenamiento?, ¿Analizará con una computadora (Ordenador)  nuestras epopeyas, muestras tragedias?
No es eso lo que nos dice Jesús; corremos el peligro de vernos desconcertados por la decisión tan breve, por la rapidez de la sentencia y por la sencillez del juicio: Tuve hambre y me diste de comer: pasa adelante.
Situemos bien la escena: es la última enseñanza de Jesús y su esfuerzo supremo por situaciones ante lo esencial. ¡Cuántas veces habrá insistido en el peligro de ser unos veleidosos: saborear en la imaginación las cosas bonitas que hay que hacer... y  que no hacemos. Conoce nuestra tendencia a escapar de las exigencias concretas del amor mediante largos debates e ilusiones: Basta con amar... Vivir amando...
Cómo encontrar a Dios en nuestros hermanos... Cómo ver a Cristo en el más pobre... Bien, muy bien.
Pero llegará el día en que desnudará nuestros actos. ¿Has actuado cuando una persona o una colectividad tenían necesidad de ti? ¿Si o no? Esa es la diferencia entre los benditos y los malditos, ése es el peso real de la vida de un hombre y su juicio para toda la eternidad. Tú aprovechaste bien las ocasiones de ayudar: entra en el reino... Tú esquivaste el hombro: vete lejos de mí. Pero, Señor, yo tenia muchas ganas de encontrarme contigo, de vivir contigo, de vivir de ti. ¿Qué hiciste por mis hermanos? Te juro que si hubiera sabido que...
¿Qué hiciste? Cada vez que soñamos con encontrar a Jesús, debería saltar el disparador Ante nuestros ojos: el cartel luminoso de Mateo 25, 40, donde se juega nuestra vida: “cada vez que hiciste el bien con un hermano mío de esos más humildes, lo hiciste conmigo”.
Lo que hay de grandioso en esta evocación del juicio final debería darnos a comprender el valor del gesto más modesto de amor. Al final, sólo importará una cosa, lo que se haya hecho realmente por socorrer una necesidad.
La lista clásica recogida por Jesús no deja de prolongarse: Era analfabeto y me enseñaste a leer...Era minusválido y tú, arquitecto, pensaste en viviendas accesibles... Era refugiado  y me acogiste.
Sólo por estos caminos es por donde se encuentra a Cristo rey. Su reino es un mundo de gentes que ayudar que ayudan. Cada vez que ayudamos a alguien, escogemos a Jesús por rey.

PLEGARIA UNIVERSAL.

Este día celebramos el día  que ya no tendrá noche, el día de Luz Eterna, con esa gozosa esperanza elevamos al Padre nuestra plegaria para que siempre sigamos los pasos del buen Pastor, Cristo Rey. Roguemos al Señor.

1.-  Por la Iglesia esposa del Rey para que sea siempre nuestro esfuerzo estar pendiente de sus necesidades y así nos llegue por ella la bendición del Cristo su esposo y cabeza. Roguemos al Señor.

2.- Por todos los  que viven alejados de la Iglesia, para que no pierdan la luz  de la Resurrección y vuelvan a seguir los pasos de Cristo y reaviven su fe en la Iglesia que acoge y perdona. Roguemos al Señor.

3.- Por los enfermos para Cristo les haga recostar y atienda sus heridas, para que puedan seguir su camino junto a Él. Roguemos al Señor.

4.- Por todos nosotros para la esperanza de tener a Cristo como Rey de nuestra vida, nos haga más dóciles a sus palabras y a la acción del Espíritu Santo. Roguemos al Señor.

Padre eterno, acoge ya tiende estas necesidades que tu Iglesia te presenta en esta solemnidad de Cristo Rey y haz que caminemos siempre hacia la morada eterna. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.


PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 23: Santos Andres Dung-Lac, Presbitero y Compañeros, mártires (MO) Ap 14, 1-3; 4b-5; Sal 23; Lc 21, 1-4.
Martes 24: Ap 14, 14-19; Sal 95; Lc 21, 5-11
Se puede celebrar la memoria de Santa Catalina de Alejandría virgen y mártir (rojo)
Miércoles 25: Ap 15, 1-4; Sal 97; Lc 21, 12-19.
Jueves 26:  Ap 18, 1-2. 21-23; 19, 1-3. 9ª; Sal 99; Lc 21, 20-28.
Viernes 27: Ap 20, 1-4. 11---21, 2; Sal 83; Lc 21, 29-33.
Sábado 28:   Ap 22, 1-7; Sal 94; Lc 21, 34-36.

Domingo 29:  Domingo I de Adviento Is 63, 16b-17. 19b; 64, 2b-7; Sal 79; 1Co 1, 3-9; Mc 13, 33-37.