sábado, 8 de abril de 2023

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO DE RESURRECCION CICLO A - 9 ABRIL 2023

EL NACIMIENTO DE NUESTRA FE

 

COMENTARIO

 Los cuatro evangelistas, que son diferentes entre sí, empiezan de la misma forma su ultimo capitulo, el de la resurrección: “El primer día de la semana”. En el amanecer de aquel primer día nace la fe pascual, nuestra fe. Al principio fue tan solo una conmoción en la sombra (“Aunque estaba oscuro”, indica Juan, el evangelista preciso y buscador de símbolos), luego una agitación de amor, Juan el “discípulo preferido de Jesús”, se preocupa de subrayar debidamente la presencia de otra preferida, María de Magdala; la fe y el amor están estrechamente ligados entre sí. Al llegar al final de los cuatro evangelios, si hay algo claro para nosotros es precisamente la certeza de que toda nuestra vida se basa en ese binomio fe-amor.

María ve la losa quitada, corre a avisar a Pedro y a Juan y les dice algo tan terrible a propósito de Jesús que la idea de muerte se hace aún más pesada: “No sé dónde lo han puesto”. No piensa más que en un cadáver, en un objeto. Tan cerca de lo que va a ser nuestra fe, todavía nos encontramos ante un abismo infranqueable. Pero Pedro y Juan van corriendo y descubren los primeros signos de “otra cosa”: el sepulcro vacío, el sudario y las vendas cuidadosamente enrolladas. Pedro sigue todavía perplejo, no entiende.

Mas intuitivo que Pedro, Juan da el inmenso paso de la fe: “Vio y creyó”. El evangelista insiste en este fantástico “creyó” que en adelante va a separar dos mundos, el de antes y el de después de la resurrección: “Hasta entonces no habían entendido lo que dice la Escritura que tenía que rescatar de la muerte”. El evangelista dice de sí mismo: “Vio y creyó”, y contará que María dijo: “He visto”. Luego los discípulos “ven” y finalmente Tomás vio y creyó. Pero el resucitado proclama entonces la gran bienaventuranza: “Dichosos los que creen sin haber visto”. La fe no es una meditación sobre Dios, sino un don de Dios que nos abre a los primeros creyentes; vieron y comprendieron; el sepulcro vacío, las apariciones de Jesús resucitado, el testimonio de la escritura.

La mayor parte de nosotros hemos recibido fácilmente la fe y nos hemos quedado en la facilidad pasiva. “Desde luego yo soy cristiano y hasta practicante”. Pero el aire que respiramos es mortal para nuestra creencia y nuestras prácticas. En un clima de lucro y de consumo, en la agresión permanente de los científicos, de los psicólogos y de los medios de comunicación social, creer en la resurrección exige un cultivo de la fe. Muchos padres se desalientan por el abandono de sus hijos y preguntan cómo pueden transmitirles mejor la fe. La primera respuesta es una cuestión ¿qué fuerza de fe, que inteligencia de la fe tenemos nosotros para transmitírsela a ellos?

Una reflexión sobre este punto nos infundirá quizás el deseo de conocer mejor la biblia y de seguir la puesta al día de la fe en las enseñanzas de la iglesia. Esa fe sigue siendo ciertamente la fe de la mañana de pascua, pero no cesa de enriquecerse con las formas de vivirla en cultura diferentes. No basta con cantar: “¡Cristo ha resucitado!”, es preciso advertir todas las consecuencias que esto lleva consigo en el mundo entero y en nuestra propia vida.

R.P. Roland Vicente Castro Juárez

 

ANTIFONA DE ENTRADA Lc 24, 34; Ap 1, 6

Verdaderamente ha resucitado el Señor, aleluya. A el la gloria y el poder por toda la eternidad, aleluya, aleluya.

 

ORACION COLECTA

Oh, Dios, que, en este día, vencida la muerte, nos has abierto las puertas de la eternidad por medio de tu Unigénito, concede, a quienes celebramos la solemnidad de la resurrección del Señor, que, renovados por tu Espíritu, resucitemos a la luz de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

PRIMERA LECTURA

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 10, 34a. 37-43

En aquellos días, Pedro tomo la palabra y dijo: “Ustedes bien saben lo que sucedió en el país d ellos judíos, comenzando en Galilea, después que Juan predico el Bautismo. Me refiero a Jesús de Nazareth, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que paso haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con El. Nosotros somos testigos de lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucito al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que Él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con El después de su resurrección. Nos encargo predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que lo que creen en El reciben, por su nombre, el perdón de los pecados”.

 

SALMO RESPONSORIAL (117)

 

Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.

 

Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. R.

 

La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa. No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. R.

 

La piedra que desecharon los arquitectos, es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. R.

 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses 3, 1-4.

Hermanos: Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes de allá arriba, donde esta Cristo, sentado a la derecha de Dios: aspiren a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque ustedes han muerto, y su vida esta escondida con Cristo en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también ustedes aparecerán gloriosos con El.

 

ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO 1Co 5, 7b-8ª.                         

R.- Aleluya, aleluya, aleluya.

V.- Ha sido inmolada nuestra victima pascual: Cristo. Así, pues, celebremos la Pascua en el Señor. R.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Juan 20, 1-9.

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando aun estaba oscuro, y vio la piedra quitada del sepulcro. Echo a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”. Salieron Pedro y el otro discípulo y fueron rápidamente al sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría mas que Pedro; se adelanto y llego primero al sepulcro; y asomándose, vio las vendas en el suelo, pero no entro.

Llego también Simón Pedro detrás de el y entro en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entro también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que Él había de resucitar de entre los muertos.

 

PLEGARIA UNIVERSAL

Cristo ha resucitado y vive para interceder por nosotros; por eso digámosle: R.- Manifiesta en nosotros tu gloria, Señor.

 

1.- Por la Iglesia extendida por toda la tierra; para que, sostenida por Jesús resucitado, sea signo gozoso y de esperanza. Oremos. R.

 

2.- Por todos los pueblos de la tierra; para que la celebración de la Resurrección del Señor abra posibilidades de acercamiento y fraternidad en todas las personas. Oremos. R.

 

3.- Por los que sufren pobreza, enfermedad, soledad, y peligros de muerte: para que la resurrección de Cristo mantenga sus corazones en la esperanza y en la paz. Oremos. R.

 

4.- Por los que nos alegramos por el triunfo de Jesús sobre la muerte: para que tengamos la certeza de que con El podamos vencer todos nuestros males. Oremos. R.

 

5.- Por los niños y los jóvenes: para que nuestro testimonio de fe viva y gozosa les haga sentir la cercanía de Jesús. Oremos. R.

 

Padre de bondad, acoge las oraciones que, en nombre de tu Hijo, vencedor de la muerte, te hemos dirigido; y haz que resplandezca en nosotros la gloria de su resurrección. Por el mismo Jesucristo, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos.

 

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Rebosantes de tu gozo pascual, ofrecemos, Señor, este sacrificio en el que tan maravillosamente renace y se alimenta tu Iglesia. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

ANTIFONA DE COMUNION  1Co 5, 7-8.

Ha sido inmolada nuestra victima pascual: Cristo, Aleluya. Así, pues celebremos con los panes ázimos de la sinceridad y la verdad. Aleluya. Aleluya.

 

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Protege, Oh, Dios, a tu Iglesia con misericordia perpetua, para que, renovada por los sacramentos pascuales, llegue a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 10: Hch 2, 14.22-23-33; Sal 15; Mt 28, 8-15.

Martes 11: Hch 2, 36-41; Sal 32; Jn 20, 11-18.

Miércoles 12: Hch 3, 1-10; Sal 104; Lc 24, 13-55.

Jueves 13: Hch 3, 11-26; Sal 8; Lc 24, 35-48.

Viernes 14: Hch 4, 1-12; Sal 117; Jn 21, 1-14.

Sábado 15: Hch 4, 13-21; Sal 117; Mc 16, 9-15.

Domingo 16: Hch 2, 42-47; Sal 117; 1P 1, 3-9; Jn 20, 19-31.

 

COMENTARIOS AL EVANGELIO

Jn 20. 1-9.

 

1.- "Él había de resucitar de entre los muertos"

También en los relatos pascuales el evangelio de Juan presenta notables diferencias respecto a los evangelios sinópticos, si bien es probable que parta de tradiciones comunes, que, no obstante, han pasado por la criba de la teología propia del círculo juánico.

En las palabras de María Magdalena resuena probablemente la controversia con la sinagoga judía, que acusaban a los discípulos de haber robado el cuerpo de Jesús para así poder afirmar su resurrección. Los discípulos no se han llevado el cuerpo de Jesús. Más aún, al encontrar doblados y en su sitio la sábana y el sudario, queda claro que no ha habido robo.

La carrera de los dos discípulos puede hacer pensar en un cierto enfrentamiento, en un problema de competencia entre ambos. De hecho, se nota un cierto tira y afloja: "El otro discípulo" llega antes que Pedro al sepulcro, pero le cede la prioridad de entrar. Pedro entra y ve la situación, pero es el otro discípulo quien "ve y cree".

Seguramente que "el otro discípulo" es "aquel que Jesús amaba", que el evangelio de Juan presenta como modelo del verdadero creyente. De hecho, este discípulo, contrariamente a lo que hará Tomás, cree sin haber visto a Jesús. Sólo lo poco que ha visto en el sepulcro le permite entender lo que anunciaban las Escrituras: que Jesús no sería vencido por la muerte.

JOSEP Mª GRANÉ MISA DOMINICAL 1993, Nº 6


 

2. TUMBA-VACIA:

Ninguno de los discípulos se esperaba la resurrección de Jesús. Puede notarse el simbolismo de la escena del sepulcro vacío: Jesús se ha "desatado" de los lazos del reino de la muerte; en cambio, Lázaro tiene que ser "desatado" para poder caminar (para seguir a Jesús). Esto es lo que "ve", desde la fe, el Discípulo amado, y con él, la comunidad. Es el hoy del resucitado.

JAUME FONTBONA - MISA DOMINICAL 1990, 8


 

3. DISCIPULO-ANONIMO:

Algo, sin embargo, me parece importante destacar a propósito del discípulo a quien Jesús quiere y que nunca tiene nombre propio.

Esta falta de nombre no parece obedecer a un recuerdo de modestia del autor para evitar referirse a sí mismo (interpretación anecdótica), sino a la intención del autor de englobar a todos y cada uno de los creyentes en Jesús, incluidos los que no han conocido a Jesús según la carne, como diría Pablo. Por eso este discípulo no puede tener un único nombre propio. Su nombre es el tuyo y el mío, que este día de Pascua creemos en Jesús resucitado y experimentamos en nosotros el amor de Jesús resucitado.

A. BENITO - DABAR 1988, 23


 

4.- Texto. María hace una constatación en el sepulcro y comunica su interpretación a dos discípulos (vs, 1-2). Los dos discípulos inspeccionan por separado el sepulcro, llegando a conclusiones distintas (vs, 3-8). Comentario editorial explicando el presupuesto desde el que se había llevado a cabo la inspección (v. 9).

Pre-texto. Isaías 26, 19-21: "¡Vivirán tus muertos, tus cadáveres se alzarán, despertarán jubilosos los que habitan en el polvo! Porque tu rocío es rocío de luz y la tierra de las sombras parirá. Anda, pueblo mío, entra en los aposentos y cierra la puerta por dentro: escóndete un breve instante mientras pasa la cólera. Porque el Señor va a salir de su morada para castigar la culpa de los habitantes de la tierra: la tierra descubrirá la sangre derramada y no ocultará más a sus muertos".

Sentido del texto. María va al sepulcro poseída por la falsa concepción de la muerte; cree que la muerte ha triunfado; busca a Jesús como un cadáver. Su reacción, al llegar, es de alarma y va a avisar a Simón Pedro (símbolo de la autoridad) y al discípulo a quien quería Jesús (símbolo de la comunidad). Las dos veces que hasta ahora han aparecido juntos ambos (cfr. Jn. 13, 23-25; 18, 15-18), el autor ha establecido una oposición entre ellos dando la ventaja al segundo. Es lo mismo que vuelve a hacer en este relato y que volverá a hacer en 21, 7. El discípulo amado llega antes (v. 4) y cree (v. 8); Pedro, en cambio, llega más tarde (v. 6) y de él no dice que creyera. Correr (CORRER/SIMBOLO) más de prisa es imagen plástica para significar tener experiencia del amor de Jesús.

Pedro no concibe aún la muerte como muestra de amor y fuente de vida. En el atrio del sumo sacerdote había fracasado en su seguimiento de Jesús (cfr. Jn. 18, 17. 25-27); el otro discípulo, en cambio, siguió a Jesús (cfr. Jn. 19, 26). De esta manera, puede ahora marcar el camino a la autoridad en la tarea, común a ambas, de discernir a Jesús y encontrarse con él; corriendo tras la comunidad es como podrá la autoridad alcanzar su meta. Ambas, autoridad (Pedro) y la comunidad (discípulo amado) habían partido de la misma no-inteligencia, de la misma obscuridad, del mismo sepulcro. Ni Pedro ni el otro discípulo habían entendido, cuando partieron, el texto de Is. 26, 19-21. Pero el otro discípulo, al ver, creyó, captó el sentido del texto: la muerte física no podía interrumpir la vida de Jesús, cuyo amor hasta el final ha manifestado la fuerza de Dios.

DABAR 1983 23


 

5. CZ/TRONO.

Contexto. Jesús ya ha transmitido el espíritu (cfr. Jn. 19, 30). De ahí que el que no nazca de arriba no puede ser del Reino (cfr. Jn. 3, 3). Arriba es la cruz. El espíritu es el amor capaz de dejarse matar por los demás. En el cuarto evangelio la cruz es trono y gloria: es la hora del triunfo de Jesús, pues pone de manifiesto quién es Jesús. La cruz expresa un estilo, un talante de vivir y de ser.

Sentido del texto. Este estilo, este talante, son una tarea ardua y difícil, pues pasa inevitablemente por la experiencia aniquiladora del que vive ese espíritu. En el relato de Juan, María Magdalena adquiere la función de recordar y hacer viva esta experiencia: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos donde lo han puesto". En el relato de Juan no hay ángeles ni mensajes pascuales. Para Juan, el mensaje pascual y el triunfo de Jesús están en la cruz. La resurrección de Jesús es su amor a prueba de la propia vida. Es este amor el que ha roto la muerte, porque, al amar al máximo, Jesús se ha encontrado con la potencia viva del Padre, que es sólo amor. Esto requiere un gran esfuerzo de credibilidad (fe), porque es un desafío a las reglas elementales de lo empírico.

De los dos personajes que corren al sepulcro en el relato, sólo uno rompe el reto de lo empírico. El discípulo amado "vio y creyó" (v. 9). Una vez más, Pedro no capta la situación. De él sólo se dice que vio, pero no que creyó. Pedro todavía no ha entendido que vivir es amar. Pedro todavía no posee el espíritu que Jesús transmite. No lo poseerá hasta más adelante (cap. 21) y entonces sólo gracias a este discípulo amado que le ayudará en la ardua y difícil tarea de creer (cfr. Jn. 21, 7). De ser cierto lo que fundadamente dicen algunos exégetas de que el discípulo amado simboliza en el cuarto evangelio a la comunidad cristiana, habrá que restituir hoy para la comunidad cristiana el protagonismo que el autor del cuarto evangelio quiso darle.

DABAR 1981, 23


 

6.- María ha visto que el sepulcro está abierto y corre adonde están los discípulos, pero sólo puede hacer una banal constatación: "Se han llevado del sepulcro al Señor". María piensa en ladrones de cadáveres. Es verdad que aún no ha despertado del todo y no es un modelo de creyente: a pesar de lo cual, para los tiempos venideros será la iniciadora, la que presintió las secretas promesas del cuerpo sin vida que ella tanto amó.

Pero aún le queda camino por recorrer. Primero necesita escuchar el testimonio oficial de la Iglesia, el que da Pedro y para el que el príncipe de los apóstoles reunió todas las pruebas: las vendas por el suelo, y en un lugar aparte, el sudario cuidadosamente doblado. Son unas pruebas silenciosas, pero ¿acaso no es el tiempo de recogimiento, en que cada objeto adquiere el valor de signo visible que remite a lo invisible? La ausencia del cuerpo no es, ciertamente, la prueba de la resurrección; es el indicio de que el poder glorificador del Espíritu no ha olvidado el cuerpo.

Juan es el último en llegar al final del camino. Ve las vendas, pero no las hace caso. En efecto, su mirada se ha vuelto ya hacia el interior; si revuelve algo, es en sus recuerdos y en su corazón. El vino de las bodas, el templo purificado, Lázaro...

Otros tantos presentimientos de lo posible, de un insospechado orden de las cosas. Un sepulcro abierto y unas vendas, una mujer y dos hombres para interpretar... Todo es ordinario y cotidiano, pero todo tiene valor de signo. "Vio y creyó"

DIOS CADA DIA - SIGUIENDO EL LECCIONARIO FERIAL - ADVIENTO-NAVIDAD Y SANTORAL - SAL TERRAE/SANTANDER 1989.Pág. 83 s.

 

PROPUESTA DE CANTOS DOMINGO I DE PASCUA CICLO A 2023


01.- EN LA MAÑANA DE RESURRECCION (Autor: Camelo Erdozain)

En la mañana de Resurrección

caminan al sepulcro donde está el Redentor.

Se preguntan al marchar: ¿quién moverá,

quién abrirá la tumba donde está el Señor?.

 

EL SEÑOR NUESTRO DIOS RESUCITÓ,

ALELUIA, ALELUIA, ALELUIA.

 

En la mañana de Resurrección

vivimos la esperanza de un futuro mejor.

Ser testigos del Señor exige cambiar, exige luchar,

luchar por un mundo de justicia y paz.

 

02.- ALELUYA, EL RESUCITO

ALELUYA, ALELUYA (BIS 3V). EL SEÑOR RESUCITÓ.

 

El Señor resucitó. (Aleluya)

Cantad con alegría. (Aleluya)

Demos gracias al Señor. Aleluya (bis).

 

Mi pecado redimió. (Aleluya)

Cristo Dios subiendo al Cielo. (Aleluya)

Nueva vida ahora tengo. Aleluya (bis).

 

Ahora tengo la esperanza... (Aleluya),

de que Dios siempre perdona. (Aleluya)

que Cristo no me abandona. Aleluya (bis).

 

Jesucristo que sube al cielo... (Aleluya)

Nos manda que le queramos... (Aleluya)

en todos nuestros hermanos. Aleluya (bis).

 

03.- ALELUYA POR ESA GENTE (Autor: Palito Ortega)

Los que tienen y nunca se olvidan

que a otros les falta

los que nunca usaron la fuerza

sino la razón.

 

Los que dan una mano y ayudan

a los que han caído

esa gente es feliz porque vive

muy cerca de Dios.

 

Los que ponen en todas las cosas

amor y justicia

los que nunca sembraron el odio

tampoco el dolor.

 

Los que dan y no piensan jamás

en su recompensa

esa gente es feliz porque vive

muy cerca de Dios.

 

ALELU ALELUYA ALELÚ ALELUYA

POR ESA GENTE QUE VIVE Y QUE SIENTE

EN SU VIDA EL AMOR.

 

ALELU ALELUYA ALELÚ ALELUYA

POR ESA GENTE QUE VIVE Y QUE SIENTE

EN SU VIDA EL AMOR.

 

Los que son generosos y dan

de su pan un pedazo

los que siempre trabajan pensando

en un mundo mejor.

 

Los que están liberados de todas

sus ambiciones

esa gente es feliz porque vive

muy cerca de Dios.

 

04.- ESTE ES EL MOMENTO (Autor: Marco Lopez)

Este es el momento de alegrar la mesa

Con el vino y con el pan

Que consagraremos y que ofreceremos

Y que hemos de comulgar.

 

Este es el momento de llegar confiados

A la mesa del altar

Porque tu palabra dignifícadora

Nos acaba de llamar.

 

PADRE DE JESÚS BENDICE LO QUE TE OFRECEMOS HOY

Y QUE AL PREPARAR TU MESA

SE RENUEVE EL GOZO DE SABER TU AMOR (BIS).

 

Pan de nuestras vidas pan de nuestras manos,

Pan de nuestra Juventud,

Pan que te entregamos juntos como hermanos,

En señal de gratitud.

 

Vino de la tierra bueno y generoso Vino que ofrecemos hoy

Lleva nuestras luchas lleva nuestras penas Lleva nuestra sed de

Amor.

 

05.- TOMA MI MANO HERMANO

Toma mi mano, hermano,

Cristo resucitó.

 

Ven conmigo a la mesa

que nos ofrece Dios.

Toma mi mano, hermano,

Cristo resucitó.

 

VEN HERMANO, VEN,

TOMA MI MANO Y VEN,

VEN A LA MESA

DE NUESTRO REDENTOR,

UNIDOS EN LA IGLESIA,

POR LA FE Y EL AMOR.

 

Al ver nuestra tristeza,

Cristo al mundo llegó

y en la cruz de sus brazos,

la vida derramó.

Toma mi mano, hermano,

Cristo nos redimió.

 

El vino de su Sangre

nuestro dolor borró

y en pan de harina y vida,

nueva vida nos dio.

Toma mi mano, hermano,

Cristo nos redimió.

 

06.- RESUCITO (Autor: Kike Arguello)

RESUCITÓ, (3) ALELUYA.

ALELUYA, (3) RESUCITÓ.

 

La muerte, ¿dónde está la muerte?,

¿dónde está mi muerte?,

¿dónde su victoria?.

ESTRIBILLO.

 

Gracias sean dadas al Padre,

que nos pasó a su Reino

donde se vive de amor.

ESTRIBILLO.

 

Alegría, alegría hermanos,

que si hoy nos queremos

es porque resucitó.

ESTRIBILLO.

 

Si con Él morimos, con Él vivimos,

con Él cantamos: «¡Aleluya!».

 

ALELUYA, (3) RESUCITÓ.

RESUCITÓ, (3) ALELUYA.

 

07.- REGINA CAELI

Regina Caeli, laetáre

Alleluia

Quia quem meruisti portare

Alleluia

Resurréxit, sicut dixit

Alleluia

Ora pro nobis Deum

Alleluia

 

Regina Caeli, laetáre

Alleluia

Quia quem meruísti portáre

Alleluia

Resurréxit, sicut dixit

Alleluia

Ora pro nóbis Deum

Alleluia

 

Regina Caeli, laetáre

Alleluia

Quia quem meruísti portáre

Alleluia

Resurréxit, sicut dixit

Alleluia

Ora pro nóbis Deum

Alleluia.

 

08.- REINA DEL CIELO

Reina del cielo, alégrate, ¡Aleluya!

porque el Señor,

a quien mereciste llevar, ¡Aleluya!

resucitó según su Palabra, ¡Aleluya!

Ruega al Señor por nosotros, ¡Aleluya!.