jueves, 14 de septiembre de 2023

LECTURAS Y COMENTAIO DOMINGO XXIV T.O. CICLO A - 17 SETIEMBRE 2023

 ¡SETENTA VECES SIETE!


COMENTARIO

 

A Pedro le interesan mucho estos consejos sobre la vida fraternal; había oído ciertas discusiones de los rabinos sobre el tema del perdón: “¿A tu mujer?... Puedes perdonarla una vez… ¿A tu hermano? Debes perdonarle hasta cinco veces”. ¿Qué es lo que piensan Jesús? ¿Cuántas veces tendré que perdonar? ¿Siete veces? Siete veces, no; setenta veces siete. Ante esta respuesta, una de las más locas de todo el evangelio, podemos encontrarnos en este momento en un estado de drama o de inmensa calma. Drama: El Señor está pidiéndonos un perdón muy difícil y todo se rebela en nosotros frente a esta idea. Calma: nuestra vida es tranquila y esta exigencia de Jesús nos parece fácil: desde luego, siempre habrá que perdonar. Miremos a nuestro alrededor. ¿Quién perdona? Incluso se piensa que perdonar sería dar más ánimos a los imperdonables: “Anda, no te preocupes”. Obedecer a Jesús exige un cambio ya muy conocido.

Jesús me invita al perdón inmediato, sean cuales fueren mis heridas y mis rebeldías. Matamos en nosotros al evangelio y matamos nuestra vida cuando contemporizamos, cuando pensamos que no estamos en estado de hacer lo que Jesús nos pide. A nosotros nos toca permanecer ante la llamada suplicando a Jesús: quiero, pero no puedo ¡Ayúdame! Si no tengo problemas, la exigencia de Jesús es una buena medicina preventiva, me sumerge contra corriente de un mundo orgulloso que rechaza el perdón. El orgullo sabe tan bien disfrazarse de honor, de sentido común, de justicia, de legítima defensa, de procurar no favorecer los malvados, que eso es lo primero que hay que eliminar: “Tú orgullo, no te mezcles en esto”.

Con este aire más limpio se puede entonces examinar la idea de que hay realmente perdones malos. Cuando acepto sonreír y tender la mano porque eso me va bien, no perdono, sino que soy un astuto. Cuando excuso a un tirano que aplasta a los débiles, no perdono, sino que tengo miedo.

El evangelio nos ofrece un medio de cultivar en nosotros la aptitud para una pronta reconciliación: situar nuestros perdones en el perdón de Dios. No somos nunca el justo que otorga su clemencia a un miserable pecador. Todos, él y nosotros somos perdonados, invitados a entrar en una misma lógica del perdón. Es lo lógica del Padrenuestro: “Perdóname como se perdona a un hijo, pues procuro ser tu hijo perdonando”. Afirmar: “Nunca negaré a nadie el perdón” es decir: “Deseo seguir siendo de la familia de Dios”.

R.P. Roland Vicente Castro Juárez

 

ANTIFONA DE ENTRADA Eclo 36, 15.

Señor, da la paz   a los que esperan en ti, y saca veraces a tus profetas, escucha la súplica de tus siervos y de tu pueblo Israel.

 

ORACION COLECTA

Míranos, oh, Dios creador y guía de todas las cosas, y concédenos servirte de todo corazón para que percibamos el fruto de tu misericordia. Por Nuestro Señor Jesucristo.

 

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Eclesiástico 27,30-28,7

Ira y cólera son despreciables; el pecador las posee en su interior. Del vengativo se vengará el Señor y llevará estrecha cuenta de sus culpas. Perdona la ofensa a tu prójimo, y se te perdonarán los pecados cuando lo pidas. ¿Cómo puede un hombre guardar rencor a otro y pedir la salud al Señor? No tiene compasión de su semejante, ¿y pide perdón de sus pecados? Si él, que es un simple mortal, guarda rencor, ¿quién le obtendrá el perdón de sus pecados? Piensa en tu fin, y cesa en tu enojo; acuérdate de la corrupción y de la muerte, y guarda los mandamientos. Recuerda los mandamientos, y no te enojes con tu prójimo; recuerda la alianza del Altísimo, y perdona el error.

 

SALMO RESPONSORIAL (Sal 102)

 

El Señor es compasivo y misericordioso.

 

Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. R.

 

El perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades: Él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura. R.

 

No está siempre acusando ni guarda rencor perpetuo; no nos trata como merecen nuestros pecados ni nos paga según nuestras culpas. R.

 

Como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre sus fieles; como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos. R.

 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 14,79

Hermanos: Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para sí mismo.

Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor; así que, ya vivamos ya muramos, somos del Señor. Pues para esto murió y resucitó Cristo: para ser Señor de muertos y vivos.

 

ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Jn 13, 34  

Aleluya. Les doy un mandamiento nuevo –dice el Señor-: que se amen unos a otros, como yo los he amado. Aleluya.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Mateo. Mt 18, 21-35

En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó: «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo?, ¿Hasta siete veces?». Jesús le contesta: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: "Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo".

Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo: "Págame lo que me debes".

El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo: "Ten paciencia conmigo y te lo pagaré".

Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.  Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su Señor todo lo sucedido. Entonces el Señor lo llamó y le dijo: “¡Siervo malvado!. Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?”. Y el Señor, indignado, lo entrego a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con ustedes mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano”.

 

PLEGARIA UNIVERSAL

Dios es compasivo y misericordioso y siempre está dispuesto a perdonar y a bendecir a sus hijos; por eso con fe oremos por nosotros y por el mundo entero. Digamos:  R. Escúchanos, Señor.

 

1.- Para que la Iglesia sea el lugar de la misericordia, la acogida y el perdón incondicional para los hombres y mujeres del mundo. Oremos. R.

 

2.- Para que países ricos perdonen las deudas de los países pobres. Oremos. R.

 

3.- Para que la gracia de Dios y una buena formación familiar destierren de los corazones el odio, la venganza, la corrupción los y el resentimiento. Oremos. R.

 

4.- Para que los que hoy morirán dejen este mundo en paz y entren en la gloria del cielo. Oremos. R.

 

5.- Para que el Señor nos dé un corazón como el suyo, siempre dispuesto a perdonar. Oremos. R.

 

Escucha las súplicas de tus hijos, infúndenos tu misericordia y haz que unidos a ti demos testimonio del amor verdadero. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Sé propicio a nuestras súplicas, Señor, recibe complacido estas ofrendas de tus siervos, para que la oblación que ofrece cada uno en honor de tu nombre sirva para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

ANTIFONA DE COMUNION Sal 35, 8

Que inapreciable es tu misericordia, oh, Dios. Los humanos se acogen a la sombra de tus alas.

 

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Te pedimos, Señor, que el fruto del don del cielo penetre nuestros cuerpos y almas para que sea su efecto, y no nuestro sentimiento el que prevalezca siempre en nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 18: Sb7, 7-10.15-16 (o bien 1Co 1, 26-31); Sal 130; Lc 12, 32-34.

Martes 19: 1Tm 3, 1-13; Sal 100; Lc 7, 11-17.

Miércoles 20:  1Tm 3, 14-16; Sal 110; Lc 7, 31-35.

Jueves 21: Ef 4, 1-7.11-13; Sal 18; Mt 9, 9-13.

Viernes 22:  1Tm 6, 2c-12; Sal 48; Lc 8, 1-3.

Sábado 23: 1Tm 6, 13-16; Sal 99; Lc 8, 4-15

Domingo 24: Is 55, 6-9; Sal 144; Flp 1, 20c-24a; Mt 20, 1-16.

 

 

COMENTARIOS AL EVANGELIO

Mt 18, 21-35

 

1.PERDON. NO ES SOLO DEBER MORAL SINO EL ECO DE LA CONCIENCIA DE HABER SIDO PERDONADO.

El judaísmo ya conocía el deber del perdón de las ofensas, pero todavía se trataba de una conquista reciente que no conseguía imponerse más que por la composición de tarifas precisas. Las escuelas rabinas exigían que sus discípulos perdonasen tantas o tantas veces a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, etc..., y estas tarifas variaban según la escuela. Así se comprende que Pedro preguntase a Jesús cuál era su tarifa, preocupado por saber si era tan severa como la de la escuela que exigía perdonar siete veces a su hermano.

Jesús contesta a Pedro con una parábola que libra al perdón de toda tarifa para hacer de él el signo del perdón recibido de Dios. (...). Es la característica del perdón cristiano: se perdona como se ha sido perdonado, uno se apiada de su compañero porque se han apiadado de él (vv. 17 y 33; Os 6. 6; Mt 9. 13; 12. 7).

El perdón ya no es únicamente un deber moral con tarifa, como en el judaísmo, sino el eco de la conciencia de haber sido perdonado. Así llega a ser una especie de virtud teologal que prolonga para el provecho del otro el perdón dado por Dios (Col 3. 13; Mt 6. 14-15; 2 Co 5. 18-20). (...).

La Eucaristía dominical tiene una evidente dimensión penitencial: en ella proclama y ejerce la Iglesia el perdón de Dios, puesto que no es otra cosa que la asamblea de los pecadores pendientes de la iniciativa misericordiosa de Dios. Pero la fraternidad de los cristianos eucaristiados y perdonados no es real y significante para el mundo sino en la medida en que colaboran efectivamente en las empresas humanas del perdón, de manera especial en la edificación de la paz.

MAERTENS-FRISQUE
NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA VII - MAROVA MADRID 1969.Pág.66 y 67


 

2. GRATUIDAD/MDA:  LA TRADICIÓN BÍBLICA PRESENTA A UN DIOS QUE AMA A UN PUEBLO QUE NO SE LO MERECE. 

Quizá la característica más expresiva que tiene esta misericordia de Dios, manifestada no sólo en su perdón al mal uso de nuestra libertad, sino en toda su relación con nosotros, es la imposibilidad de poder ser pagada de alguna manera por el hombre. Es auténtico amor a fondo perdido. Dios nada gana con querernos.

La tradición bíblica presenta a un Dios que ama a un pueblo que no se lo merece ni por su grandeza cultural, ni por su poderío político, ni por su fidelidad religiosa, ni por ningún otro valor antecedente. Es un Dios loco de amor por su pueblo. No existe otra razón. A nosotros se nos invita a actuar en esta dirección de gratuidad, amando a los enemigos o invitando a quien no nos puede invitar.

Comerciar con el amor y la relación humana "también lo hacen los publicanos y fariseos". (...) La seguridad del amor de Dios como gracia inmerecida e impagable aparta de nosotros todo escrúpulo legalista y potencia nuestra decisión de entrega más allá de cualquier norma establecida.

En una sociedad utilitarista competitiva y comercial la gratuidad resulta de difícil comprensión. El creyente se ve también afectado e incluso contagiado por este entorno que lo rodea. La búsqueda de influencias sociales, el cultivo interesado de las "relaciones públicas" el estar a bien con quien nos puede valer, el hacer favores para poderlos cobrar son tentaciones de cada día. Desde el utilitarismo habitual, preguntarse para qué me puede servir o perdonar a quien no me puede pagar en la misma moneda suele ser un interrogante que brota de forma espontánea.

La referencia a un Dios que se nos da como pura gracia, de manera gratuita, ha de servirnos no sólo para organizar evangélicamente nuestro corazón, sino también para purificar las acciones de nuestra comunidad y no confundir el proselitismo con el verdadero servicio.

EUCARISTÍA 1987/44


 

3. A-DEO/A-H. NOSOTROS CREEMOS Y VIVIMOS COMO SI FUERAN DOS RELACIONES DISTINTAS. LO CONTRARIO ES LA VERDAD: AMBAS RELACIONES NO CONSTITUYEN MAS QUE UNA: /Mt/25/31-46.

Esta parábola está construida sobre una doble relación. La relación del siervo con el rey y la de los siervos entre sí. El siervo malo debía de pensar que estas dos relaciones son distintas, que su comportamiento para con los demás siervos no tendría importancia por lo que hace a su relación con el rey. Lo contrario es la verdad: ambas relaciones no constituyen más que una. Si el rey está dispuesto a comportarse en relación a los siervos exactamente lo mismo que ellos se comportan entre sí, es que, en definitiva, hay un único juego de relación, único aun siendo complejo, de los hombres entre sí y de los hombres con Dios.

Los hombres no pueden negar el perdón a los demás porque a todos y cada uno Dios les ha perdonado muchísimo más. Y además, esos mismos hombres no pueden ignorar que su actitud en lo referente a sus hermanos compromete su propia situación ante Dios. Si su relación con el prójimo es vivida bajo el signo de la maldad, no hay razón para que su propia relación con Dios se viva de otra manera; pero entonces son ellos las víctimas.

LOUIS MONLOUBOU - LEER Y PREDICAR EL EVANGELIO DE MATEO - EDIT. SAL TERRAE SANTANDER 1981.Pág. 234


 

4.- Texto: Continúa con la temática del perdón introducida el domingo pasado. Pedro, la piedra-cimiento del edificio comunitario, pregunta por los límites del perdón de las ofensas entre hermanos. Preguntar es propio del discípulo, deseoso de aprender. En un claro indicio del carácter didáctico de su evangelio, Mateo prodiga las preguntas de los discípulos, y en concreto de Pedro, al Maestro.

- La pregunta y la respuesta barajan las mismas cifras que baraja Génesis 4, 24 para hablar de la venganza como base de actuación: "Si la venganza de Caín valía por siete, la de Lamec valdrá por setenta y siete". Las cifras barajadas convierten el perdón en la base de actuación superadora de la venganza. El sentido de la respuesta es que no se pueden poner límites al perdón: hay que hacerlo siempre.

-La respuesta tiene un desarrollo gráfico en la parábola posterior. No se trata de una parábola pura, pues el versículo final ofrece la explicación: Lo mismo hará mi Padre celestial con aquel de vosotros que no perdona de corazón a su hermano (v. 35).

-Partiendo de esta explicación nos encontramos con la siguiente equiparación dinámica: aquél de vosotros que no perdona a su hermano se comporta igual que el empleado incapaz de perdonar una pequeña deuda a un compañero suyo, después de que a él le han perdonado una enorme deuda. El perdonado no sabe perdonar; los perdonados por Dios no saben perdonar al hermano.

-En el conjunto del texto la parábola aporta, pues, un elemento nuevo a la respuesta inicial dada por Pedro. El discípulo de Jesús no debe poner límites al perdón, porque él sabe con creces lo que significa ser perdonado. El discípulo de Jesús tiene motivo para perdonar. El motivo es el perdón que Dios le otorga a él.

Comentario: El único comentario adecuado a este texto es su puesta en práctica. Pero ¡atención!

-La venganza de la que se habla en el Génesis 4, 24 era el instrumento jurídico del que se servían las sociedades primitivas para regular la conducta en casos de lesión o perjuicio. La venganza trataba de evitar y cortar excesos a la hora de exigir compensaciones por el daño sufrido. Su concreción era la ley del talión: ojo por ojo, diente por diente. Es decir, por un ojo, un ojo y no los dos; por un diente, un diente y no los demás.

-El perdón del que se habla en este texto es la renuncia incluso a la compensación justa por daños y perjuicios.

- Vistas, así las cosas, resulta cada vez más claro lo tantas veces escrito en estos comentarios: ser discípulo de Jesús es ser diferente, pues equivale a poner en marcha la utopía.

-El discípulo tiene una buena razón para poder hacerlo pues se sabe perdonado por Dios y vive desde la experiencia de ese perdón. El discípulo se sabe envuelto en gracia. Por eso, lo que brota del discípulo nunca serán exigencias, sino donación, perdón y gracia.

A. BENITO - DABAR 1990/46


 

5.- El perdón es una misión de la Iglesia. Esta podría ser la conclusión de la parábola de este evangelio. Pedro, como tantas otras veces dentro del evangelio de Mateo, se dirige a Jesús formulándole una cuestión referente al perdón del hermano. El tema sigue al que empezó el domingo anterior: "Si tu hermano peca..." (v. 15). Pedro lo plantea todavía dentro de una óptica típicamente de casuística judía aferrada fuertemente al legalismo. La generosidad de la ley es grande, pero tiene un límite. Perdonando "siete veces" Pedro pensó probablemente haber dado un paso decisivo hacia las exigentes metas propuestas por Jesús. La respuesta de Jesús hunde las medidas calculadas por una visión legalista.

La parábola que sigue, propia también de san Mateo, no hace más que insistir en el punto central de reflexión propuesto por la primera lectura en términos de perdón y cantado en el versículo aleluyático en términos de amor: "que os améis mutuamente como yo os he amado" (Jn 13, 34).

No hay que perder el sentido global del evangelio dentro del marco de este capítulo 18, porque es muy importante. Dentro de la Iglesia el pecado sigue siendo una realidad con la que hay que contar. Jesús y el evangelista son realistas. Luego, si el objeto del plan de Dios es que nadie se pierda, son inútiles todos los escándalos y el "parece imposible". Estas son actitudes farisaicas, sobre todo porque denotan no haber asimilado todavía que la deuda que nunca puede llegar a pagarse es la que todo hombre tiene para con Dios. En este sentido, la perícopa resalta la importancia que tiene el perdón entre los hermanos que forman la comunidad; los "pequeños", empleando la terminología del evangelista. Sin esta firme voluntad de acoger, de proteger, de salvar lo que quizá pueda perderse, la iglesia, cualquier iglesia, corre siempre el riesgo de la propia destrucción.

ANTON RAMON SASTRE - MISA DOMINICAL 1978/16


 

6.- La primera parte del discurso (18,1-14) nos ha demostrado con claridad que en la comunidad cristiana existen aún rivalidades, escándalos y pecados. ¿Cómo conducirse frente a todo esto? La actitud fundamental que hay que adoptar es el perdón sin límites, porque únicamente el perdón sin límites ("No hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete") se parece al perdón de Dios. La parábola (18,23-25) -todo es inverosímil en esta parábola, pero justamente por ello está claro su significado- enseña que el perdón de Dios es el motivo y la medida del perdón fraterno.

Debemos perdonar a los otros porque sería inconcebible retener para sí un don inmenso gratuitamente recibido. Debemos perdonar sin medida, porque Dios nos ha hecho objeto de un perdón sin medida.

Del sentido de la gratuidad del don de Dios es de donde nace el perdón. El versículo final de la parábola (18,35) considera el amor fraterno como una condición para obtener el perdón de Dios.

El amor dispone al hombre al perdón. La idea está indudablemente presente; además, se la afirma también en otros pasajes del evangelio (cfr. /Lc/07/47). Mas no es ésta la perspectiva más profunda. El perdón fraterno es más bien consecuencia del perdón de Dios, no respuesta; es someterse completamente a la acción misericordiosa de Dios de suerte que pueda desarrollarse en toda su vitalidad y difundirse. En este sentido, perdonar a los hermanos es signo de la plenitud de la eficacia del perdón de Dios ya recibido. De hecho, el contraste entre los dos cuadros de la parábola no tiene como fin principal hacer ver la diversidad del comportamiento divino para con el hombre que sabe perdonar y para con el hombre incapaz de perdonar. Intenta más bien hacer ver lo digno que es de condena el siervo que no perdona cuando él ha sido primero objeto del perdón divino. El siervo es condenado porque retiene el perdón para sí y no permite que su perdón se convierta en alegría y perdón también para los hermanos. Es preciso, por el contrario, imitar el comportamiento de Dios (Mt 5,43-48).

BRUNO MAGGIONI - EL RELATO DE MATEO - EDIC. PAULINAS/MADRID 1982.Pág. 193


 

7. PERDÓN/TALIÓN:

Primitivamente, una ofensa merecía una venganza "setenta veces siete" mayor (Gn 4. 24). La ley del talión (Ex 21. 24) redujo la tarifa a la medida de la falta. Sólo con posterioridad se descubre la noción del perdón. Y Pedro pregunta por los límites (la constante tentación de la ley) de este perdón. Para Jesús se ha de perdonar a los demás indefinidamente, porque todos hemos de tener conciencia de haber sido, nosotros mismos, perdonados sin medida por Dios: así proclamamos la Buena Nueva del perdón de Dios.

MISA DOMINICAL 1990/06

 

PROPUESTA DE CANTOS DOMINGO XXIV CICLO A - (17 SETIEMBRE 2023)

 

TEMA:  PERDONAR HASTA 70 VECES SIETE


01.-  ALEGRIA DE VIVIR (Manuel de Terry)

CANTANDO LA ALEGRÍA DE VIVIR,

LLEGUEMOS A LA CASA DEL SEÑOR;

MARCHANDO TODOS JUNTOS COMO HERMANOS,

ANDEMOS LOS CAMINOS HACIA DIOS.

 

Venid entremos todos dando gracias;

venid, cantemos todos al Señor,

gritemos a la Roca que nos salva,

cantemos la alabanza a nuestro Dios.

 

La paz del Señor sea con vosotros:

la paz que llena sola el corazón,

la paz de estar unidos como hermanos,

la paz que nos promete nuestro Dios.

 

Entremos por las puertas dando gracias,

podamos al Señor también perdón,

perdón por nuestra falta a los hermanos,

perdón por nuestro pobre corazón.

 

Sabed que Dios nos hizo y somos suyos;

sabed que el Señor es nuestro Dios.

Nosotros somos pueblo y las ovejas,

ovejas del rebaño del Señor.


02.-  UNIDOS EN LA FIESTA (Joaquín Madurga)

Unidos en la fiesta,

la alegría se hace canción.

Unidos en la fe,

la alegría se hace oración.

 

Cantaremos al Señor

aleluyas con himnos y salmos,

porque grande es el amor

que en nosotros por siempre mostró.

 

CANTAD, (CANTAD)

CANTAD, (CANTAD)

CANTAD. (CANTAD)

Cantaremos la bondad

del Señor que nos sienta a su mesa,

y nos llama a comulgar

como hermanos su vino y su pan.

 

Nuestras voces cantarán

el amor de su misericordia,

porque sabe perdonar

y nos llena de eterna bondad.

 

Cantaremos al Señor

aleluyas al son de instrumentos

y será nuestra canción

la alabanza que ensalza su amor.


03.- SEÑOR, MIRAME (Brotes de Olivo)

Dios espera en el altar, vamos todos hasta él,

llevemos nuestras sonrisas, la inquietud, nuestra hambre y nuestra sed.

 

Dios, sobre todo, es amor, quiere nuestra salvación,

que juntos nos salvemos para ir de la mano hasta Dios.

 

Al entrar en la casa de Dios, libre de rencores he de entrar,

llevar el alma tranquila y pensar que al salir más he de amar.

 

Ése es Cristo, ese es Dios; ése es Cristo, nuestro Dios. (BIS)

 

Vengo a tu altar porque tengo sed de ti, porque tu mirar a mi alma da la fe.

Mírame, Señor, no dejes de mirar y mi alma contigo irá, se salvará.


04.-  ESTE ES EL MOMENTO (Marco López)

Este es el momento de alegrar la mesa

Con el vino y con el pan

Que consagraremos y que ofreceremos

Y que hemos de comulgar

 

Este es el momento de llegar confiados

A la mesa del altar

Porque tu palabra dignifícadora

Nos acaba de llamar.

 

Padre de Jesús bendice lo que te ofrecemos hoy

Y que al preparar tu mesa

Se renueve el gozo de saber tu amor (bis)

 

Pan de nuestras vidas pan de nuestras manos Pan de nuestra

juventud Pan que te entregamos juntos como hermanos En

señal de gratitud

 

Vino de la tierra bueno y generoso Vino que ofrecemos hoy

Lleva nuestras luchas lleva nuestras penas Lleva nuestra sed de

Amor


05.- ACEPTA SEÑOR EL VINO Y EL PAN (Joaquín Madurga)

ACEPTA SEÑOR EL VINO Y EL PAN

CON ELLOS TRAEMOS TU OFRENDA A TU ALTAR.

 

1. Sobre tu altar Señor va nuestra ofrenda

el abrazo sincero al hermano

perdonándonos nuestras ofensas.

 

2.Sobre el Altar, Señor, va nuestra ofrenda:

trabajar por un mundo más justo de igualdad

y concordia fraterna.

 

3. Sobre el Altar, Señor, va nuestra ofrenda:

convertir nuestra vida pasada

al mensaje de tu Buena Nueva.


06.-  NADIE TE AMA COMO YO (Martin Valverde)

Cuánto he esperado este momento

Cuánto he esperado que estuvieras así

Cuánto he esperado que me hablaras

Cuánto he esperado que vinieras a mí

 

Yo sé bien lo que has vivido

Sé bien por qué has llorado

Yo sé bien lo que has sufrido

Pues de Tu lado no me he ido

 

Pues nadie Te ama como yo

Pues nadie Te ama como yo

Mira la cruz

Esa es mi más grande prueba

Nadie Te ama como yo

 

Pues nadie Te ama como yo

Pues nadie Te ama como yo

Mira la cruz

Fue por Ti, fue porque Te amo

Nadie Te ama como yo

 

Yo sé bien lo que me dices

Aunque a veces no me hables

Sé bien lo que en Ti sientes

Aunque nunca lo compartes

 

A Tu lado, he caminado

Junto a Ti, yo siempre he ido

Aún, a veces, Te he cargado

Yo he sido Tu mejor amigo

 

Pues nadie Te ama como yo

Pues nadie Te ama como yo

Mira la cruz

Esa es mi más grande prueba

Nadie Te ama como yo

 

Pues nadie Te ama como yo

Pues nadie Te ama como yo

Mira la cruz

Fue por Ti, fue porque Te amo

 

Nadie Te ama, no

Nadie Te ama, ni Te amará

Nadie Te ama como yo

 

Como yo

Como yo

Como yo

Como yo

 

07.- OH BUEN JESUS

¡Oh, buen Jesús! yo creo firmemente

que por mi bien estás en el Altar,

que das tu Cuerpo y Sangre juntamente,

al alma fiel en celestial manjar,

al alma fiel en celestial manjar.

 

Indigno soy, confieso avergonzado,

de recibir la Santa Comunión.

Jesús, que ves mi nada y mi pecado,

prepara Tú mi pobre corazón,

prepara Tú mi pobre corazón.

 

Dulce maná y celestial comida,

gozo y salud de quien Te come bien.

Ven sin tardar, mi Dios, mi luz, mi vida,

desciende a mí, hasta mi pecho ven,

desciende a mí, hasta mi pecho ven.

 

08.-  SEÑOR NO SOY DIGNO (J.A. Espinoza)

SEÑOR NO SOY DIGNO

DE QUE ENTRES EN MI CASA

PERO UNA PALABRA TUYA

BASTARÁ PARA SANARME.

 

1. Eres el Pan de Vida

a todos das la paz;

quien come de tu carne

por siempre vivirá.

 

2. Somos el nuevo pueblo

que Cristo congregó,

vivamos siempre unidos

testigos del amor.

 

3. Vamos por esta vida

buscando la verdad

la paz y la justicia

un mundo que vendrá.


09.-  SI ME FALTA EL AMOR

1. Aunque yo dominara las lenguas arcanas

y el lenguaje del cielo supiera expresar,

solamente sería una hueca campana

si me falta el amor.

 

SI ME FALTA EL AMOR

NO ME SIRVE DE NADA

SI ME FALTA EL AMOR

NADA SOY (BIS TODO)

 

2. Aunque todos mis bienes dejase a los pobres

y mi cuerpo en el fuego quisiera inmolar,

todo aquello sería una inútil hazaña

si me falta el amor.

 

3. Aunque yo desvelase los grandes misterios

y mi fe las montañas pudiera mover,

no tendría valor, no me sirve de nada

si me falta el amor.

 

10.- MADRE NUESTRA (Francisco Palazón)

Madre nuestra que en medio de la noche

diste al mundo la luz del redentor

danos hoy otra vez al esperado

que andamos como ovejas sin pastor.

 

Aquel a quien adoran el sol y las estrellas

el que viste las flores y amansa el fiero mar

El Dios que a todos ama con toda su grandeza

al seno de una virgen bajó para habitar.

 

María se llamaba mujer era del pueblo

y cerrando los ojos un Sí rotundo dio

en esa hermana nuestra el que hizo tierra y cielos

El Dios omnipotente un día se encarnó.

 

11.-  MARIA, MADRE BUENA (Kairoi)

Tantas cosas en la vida,

nos ofrecen plenitud;

y no son más que mentiras

que desgastan la inquietud.

Tú has llenado mi existencia

al quererme de verdad,

yo quisiera Madre buena

amarte más.

En silencio escuchabas

las palabras de Jesús,

y lo hacías pan de vida

meditando en tu interior.

La semilla que ha caído

ya germina y está en flor.

Con el corazón en fiesta cantaré:

 

AVE MARÍA. AVE MARÍA. AVE MARÍA. AVE MARÍA

 

Desde que yo era muy niño

has estado junto a mí

y guiado de tu mano

aprendí a decir "sí".

Al calor de la esperanza,

nunca se enfrió mi fe,

y en la noche más oscura,

fuiste luz.

No me dejes Madre mía,

ven conmigo a caminar.

Quiero compartir mi vida

y crear fraternidad;

tantas cosas en nosotros

son el fruto de tu amor,

la plegaria más sencilla cantaré: