TREVERSE A REPROCHAR
COMENTARIO
Hay pocas personas que sean capaces de hacer lo que Jesús nos
pide: Si tu hermano peca, ve y házselo saber, a solas entre los dos. Se habla
mucho, pero a espaldas de la gente. Mira esa muchacha, ¿te has enterado?...
¡qué mala suerte! O bien se enfrenta uno con el otro, se le echa en cara su
conducta, se le grita, se le dicen cuatro verdades. Jesús nos pide que seamos
prudentes y cariñosos: Hazle saber su falta, repréndele mansamente y a solas.
Si te hace caso, lo habrás ganado. Ganarlo. Para comprender bien esta palabra,
hay que pensar en el grito del padre del hijo pródigo. ¡Mi hijo estaba perdido
y lo he vuelto a encontrar. Cuando se habla a un culpable con estos
sentimientos, hay algunas oportunidades de ganarlo. ¡Ganarlo! ¡No conquistarlo
a la fuerza! Con frecuencia reprochamos a los demás sus defectos, pero quizás
no hayamos demostrado nunca que se trata en ese caso de un acto evangélico, que
exige por consiguiente un corazón evangélico.
¿Qué es lo que hormiguea en mi
corazón en el momento en que me dispongo a reprocharle algo a alguien? El
interpretado descubrirá muy pronto ese terrible gusto de humillar del que pocos
corregidores se libran. O, bien si ponemos el orden y nuestro honor por encima
de todo, nos costará mucho dominar nuestra cólera ¡Ya ves en qué situación nos
has puesto! ¿Te imaginas lo que la gente va a pensar de nosotros? Generalmente
la reacción del otro es: ¡Es asunto mío!
Encontraremos el tono para decirles:
Es también problema mío. Yo no puedo quedarme indiferente. Perdona mi falta de
acierto y escucha solamente la preocupación que siento por ti, porque te quiero.
Jesús nos pide que permanezcamos en el amor, aunque sea muy difícil, si, no
¿qué es lo que nos quiere decir amar? Quizás tengamos que encajar cosas muy
duras. Lo dicen todos los padres y responsables: ahora, apenas se atreve uno a
hacer algunas advertencias, enseguida lo atacan: Mucho hablar y mucho predicar,
pero ¿prácticas tú acaso tu moral? Podría intentarse la humorada (si se puede):
Tienes razón, yo veo tu paja y no viga en el ojo. Pero hablaremos ahora de tu
paja.
Las
advertencias se reciben muy mal y tenemos tantas necesidades de un poco de paz
que nos entrará la tentación de evitar ese deber tan desagradable. A no ser que
seamos malgeniados de nacimiento, ¡eso sería otra cuestión! De ordinario, nos
dejamos llevar, pero el deseo de tranquilidad a toda costa no es ciertamente
evangélico. ¡Cuántas veces una palabra inteligente, tranquila y cariñosa, había
a su alrededor amigos que veían claro y que se lamentaban, sin atreverse a dar
el paso: Sería conveniente hablar con él...
Pues
bien, háblale tú. Déjate impulsar por Jesús que te dice: Procura ganarlo.
R.P. Roland
Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Sal 118, 137,
124.
Señor, tu eres
justo, tus mandamientos son rectos. Trata con misericordia a tu siervo.
ORACION
COLECTA
Oh, Dios, por ti nos ha venido la redención y se nos ofrece la
adopción filial; mira con bondad a los hijos de tu amor, para que cuantos
creemos en Cristo alcancemos la libertad verdadera y la herencia eterna. Por
nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de Ezequiel 33, 7-9
Así dice el Señor: “A ti, hijo de Adán, yo te
he puesto como centinela del pueblo de Israel; cuando escuches palabras de mi
boca, les advertirás de mi parte. Si yo digo al malvado: “¡Malvado, eres reo de
muerte!”, y tú no le adviertes para que cambie de conducta, el malvado morirá
por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre; pero si tu adviertes al
malvado para que cambie de conducta, si no cambia de conducta, el morirá por su
culpa, pero tu habrás salvado la vida”.
SALMO RESPONSORIAL
(Sal 94)
Ojalá escuchen hoy
la voz del Señor: “No endurezcan su corazón”.
Vengan, aclamemos al
Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole
gracias, aclamándolo con cantos. R.
Entren, postrémonos por
tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque Él es nuestro Dios, y
nosotros su pueblo, el rebaño que El guía. R.
Ojalá escuchen hoy su voz:
“No endurezcan el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto;
cuando sus padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis
obras”. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los
Romanos 13, 8-10
Hermanos: A nadie le deban nada, más
que amor; porque el que ama a su prójimo tiene cumplido el resto de la ley. De
hecho, el “no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no envidiarás” y los
demás mandamientos que haya, se resumen en esta frase: “Amarás a tu prójimo
como a ti mismo”. Uno que ama a su prójimo no le hace daño; por eso amar es
cumplir la ley entera.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO 2Co 5, 19
Aleluya. Dios, en
Cristo estaba reconciliando al mundo consigo, y a nosotros nos ha confiado la
palabra de la reconciliación. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo
evangelio según San Mateo 18, 15-20
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
“Si tu hermano peca, llámale la atención a solas. Si te hace caso, has salvado
a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el
asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso,
díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad,
considéralo como un pagano o como un publicano. Les aseguro que todo lo que
aten en la tierra quedara atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra
quedara desatado en el cielo. Les aseguro, además, que, si dos de ustedes se
ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo.
Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de
ellos”.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Sabiendo que el
amor a Dios y al prójimo son el fundamento de nuestra vida, oremos al Padre
para que nos enseñe a amar, digamos: R.- Enséñanos a amar.
1.- Para que, con sabiduría, misericordia y
discernimiento, el Papa, los Obispos y los sacerdotes guíen, acompañen y
enseñen en nombre de Dios. Oremos con
Fe. R.
2.- Para que no endurezcamos el corazón y
acojamos a todos como Dios nos acoge. Oremos
con fe. R.
3.- Para que el Amor de Cristo sea la fuerza
de los misioneros, el distintivo de los cristianos y las características de la
Iglesia. Oremos con fe. R.
4.- Para que la misericordia recibida de Dios
nos haga misericordiosos con nuestros hermanos. Oremos con fe. R.
5.- Para que nosotros y los que se alimentan
del Cuerpo y la Sangre del Señor vivamos en comunión con El y con nuestros
hermanos. Oremos con fe. R.
Enséñanos a amar,
escucha nuestras oraciones y no permitas que nunca nos apartemos de ti. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Oh, Dios, autor de la piedad sincera y de la paz, te pedimos que con
esta ofrenda veneremos dignamente4 tu grandeza y nuestra unión se haga más
fuerte por la participación en este sagrado misterio. Por Jesucristo nuestro
Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Jn 8, 12
Yo soy la luz del mundo;
el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida, dice
el Señor.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Concede, Señor, a tus fieles, alimentados con tu Palabra y vivificados
con el sacramento del cielo, beneficiarse de los dones de tu Hijo amado, de tal
manera que merezcamos participar siempre de su vida. El, que vive y reina por
los siglos de los siglos.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 11: Col 1, 24-2, 3; Sal 61; Lc 6,6-11
Martes 12: Col 2, 6-15; Sal 144; Lc 6, 12-19
Miércoles 13: Col 3, 1-11; Sal 144; Lc 6, 20-26.
Jueves 14: Col 3, 12-17; Sal 150; Lc 6, 27-38.
Viernes 15: 1Tm 1, 1-2; 12-14; Sal 15; Jn 19, 25-27.
Sábado 16: 1Tm 1, 15-17; Sal 112; Lc 6, 43-49.
Domingo 17: Eclo 27, 33-28,9; Sal 102; Rm 14, 7-9; Mt
18, 21-35.
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mt 18, 15-20
1.- Texto. Mateo aborda en él un nuevo
aspecto en la dinámica de la vida de los discípulos. Es la primera vez que
emplea el término "hermano" para designar la relación existente entre
los miembros de la comunidad de discípulos de Jesús.
El pecado a que se refiere la condicional
"si tu hermano peca" es, con bastante probabilidad, la ofensa o
perjuicio de un hermano a otro.
Los tres versículos iniciales presentan tres
maneras o caminos de ganar al hermano. Detrás de los dos primeros son
perfectamente reconocibles procedimientos habituales entre los judíos y
sancionados por los propios libros sagrados. Para la reprensión privada ver
Lev. 19,17; para la reprensión en presencia de dos o tres testigos ver Deut.
19, 15.
Los procedimientos reseñados en estos tres
últimos versículos son considerados habitualmente como corrección fraterna. Y
ciertamente lo son, aunque son también mucho más por ir seguidos del v. 18,
cuyas palabras expresan y significan el poder de perdonar los pecados: "Todo
lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en
la tierra quedará desatado en el cielo". Estas palabras se refieren al
conjunto de los procedimientos anteriores, confiriendo a éstos la condición de
actos y gestos de perdón con valor ante Dios.
Quedan, por último, los versículos finales
19-20. Corren el riesgo de ser leídos e interpretados como si no guardaran
relación alguna con lo anterior. La propia traducción no ayuda a percibir la
relación. "Os aseguro además" invita a pensar en un añadido distinto,
cuando en realidad el texto griego expresa repetición: "Os repito: si dos
de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi
Padre del cielo". Los versículos finales reiteran con otras palabras la
correlación de tierra y cielo, hombre y Dios, de la que ha hablado el v. 18. El
ponerse, pues, de acuerdo para pedir algo no tiene en este texto un contenido
indiscriminado; se refiere al acuerdo en materia de perdón. El Padre del cielo
ratifica el perdón otorgado en la tierra por un hermano a otro.
Comentario. Es de todos conocido que el cap.
18 de Mateo está todo él centrado en el dinamismo que debe caracterizar a las
relaciones de los discípulos de Jesús entre sí. Se trata de un capítulo
genuinamente eclesial. En el texto de hoy este dinamismo recibe el nombre de
perdón.
Las ofensas y perjuicios entre hermanos son
escándalos que conllevan pérdida de fraternidad. Esta no se recupera si el
ofendido o perjudicado no gana al ofensor por la vía del perdón.
Perdonar es ganar hermanos. Unirse para
perdonar es tarea cristiana, probablemente la más grata al Padre del cielo.
Con la prudencia y la reserva exigidas por el
tema, me atrevo a sugerir la necesidad de profundizar en las posibilidades que
este texto ofrece de cara a una deseada renovación y revitalización de las
formas del sacramento del perdón. A la vista, a su vez, del texto, estas
posibilidades parten y pasan necesariamente por una recuperación del sentido
comunitario, es decir, del sentido de la fraternidad. Si la vivencia de este
sentido no falla o no se da, será difícil que el orden existente pueda cambiar.
A. BENITO - DABAR 1990/45
Estas palabras de Jesús continúan el tema de
la parábola anterior en la que enseña que es preciso salir en busca de la oveja
perdida aun dejando en el monte las noventa y nueve restantes (v. 12-14). Es el
tema del cuidado por la salvación del prójimo. La corrección fraterna está al
servicio de ese cuidado.
La corrección fraterna debe tener lugar
primero en la intimidad, entre dos personas, con tacto y amorosamente. Si el
pecador se arrepiente, habrá salvado a un hermano para la vida eterna.
Según Dt 19, 15, un tribunal sólo puede
condenar legítimamente si consta del delito por dos o tres testigos. En el presente
caso, el testimonio debe convencer al culpable de la necesidad de hacer
penitencia. El proceso sigue siendo todavía secreto.
La última instancia es la
"iglesia", es decir, la comunidad de los discípulos de Jesús reunida
en un lugar concreto. Ella tiene poder para expulsar a uno de sus miembros (cf.
1 Cor 5, 1-5) y para admitirlo cuando se convierta de corazón.
"Atar y desatar" tiene el sentido
de expulsar y admitir de nuevo en la comunidad eclesial. Según este texto,
Jesús confiere tal poder a la comunidad de sus discípulos. Claro que la
comunidad eclesial sólo puede actuar por medio de sus legítimos representantes,
de ahí que este mismo poder lo confiera Jesús de un modo especial a Pedro (16,
19). Sin embargo, la comunidad eclesial, todos los discípulos de Jesús debieran
participar más explícitamente en este proceso (cf. 1 Cor 5, 2) de lo que sucede
hoy en la "confesión". Así se vería más claramente que la paz con la
Iglesia es el signo de la paz con Dios, el perdón.
La comunidad es siempre comunión en el Señor,
y comienza donde dos se reúnen en su nombre. La presencia de Jesús en la
comunidad hace que la oración eclesial sea escuchada por el Padre. Por tanto,
la misma presencia que confiere ese valor especial a la oración es también la
que da a la comunidad el poder de "atar y desatar".
EUCARISTÍA 1990/42
3.- "Donde dos o tres están reunidos en
mi nombre". He aquí la comunidad creyente: la que se reúne en nombre de
Jesús. Es el ámbito de la presencia de su Señor. De aquí que la palabra que
proclamamos juntos es más que recuerdo, estudio, exhortación: es presencia viva
y activa del Señor. De aquí la fuerza de los sacramentos: ni ritos mágicos, ni
compromisos voluntarista; es el mismo Señor quien bautiza, es él mismo quien
celebra con nosotros la eucaristía, es él quien ora con nosotros y en nosotros;
o mejor, nosotros oramos "por él, con él y en él". Avivemos nuestra
fe: nos hemos reunido en nombre de Jesús. La Iglesia es siempre más que nuestra
suma.
-"Si tu hermano peca...". No
estamos acostumbrados a la corrección fraterna; más bien nos parece una
práctica ridícula de ciertas congregaciones religiosas. También la palabra
"pecado" ha perdido fuerza para nosotros y queda muy reducida a
determinadas dimensiones individuales. ¿No merecería la pena que reflexionásemos
sobre aquellos comportamientos que son contradictorios con el seguimiento de
Jesucristo? La Iglesia no es una comunidad de puros, sino de pecadores; pero es
la comunidad de Jesús. Y el seguimiento del Señor no se aviene con toda clase
de comportamientos, que desfiguran su rostro y desvirtúan a la comunidad. Entre
el purismo y el laxismo, debemos encontrar un camino que cohesione a los que
hemos decidido seguir a Jesús, a pesar de las propias debilidades y de los
propios pecados.
-"Todo lo que atéis en la
tierra...". Hace quince días estas palabras se dirigían a Pedro; hoy se
dirigen a la Iglesia. Los vínculos que existen entre nosotros son más que
simples lazos humanos: comprometen al "cielo", porque el
"cielo" se ha comprometido con nosotros. Pero es siempre con temor
que podemos proceder a atar y desatar, a determinar cuál es el pecado que
compromete de verdad el seguimiento en la comunidad de Jesús. La excomunión no
es una arma política; ni tiene porqué ser un residuo o un recuerdo histórico. Pero
sí pide una actualización sobre los "pecados" que cuestionan el
rostro público de la comunidad de los seguidores de Jesús. Y una participación
de la Iglesia -es decir de toda la comunidad reunida- en su determinación.
J. TOTOSAUS - MISA DOMINICAL 1987/17
4. PERDÓN/TALIÓN:
a) El tema importante de este pasaje es el
perdón. Cristo recuerda su obligatoriedad (vv. 21-23) y al mismo tiempo da
poderes para concederlo (vv. 15-18). La nueva era se caracteriza porque el
Señor ofrece al hombre la posibilidad de liberarse del pecado, no solo
triunfando del suyo en la vida personal, sino también triunfando del de los
demás por medio del perdón.
No será inútil recordar las principales
etapas de la legislación judía que han provocado y autorizado esta ley sobre el
perdón.
La sociedad primitiva se manifestaba
violentamente contra la falta del individuo, porque carecía de medios para
perdonarle y tan solo podía vengar la ofensa mediante un castigo ejemplar
setenta y siete veces más fuerte que la misma falta (Gen 4, 24). Se producirá
un progreso importante cuando la ley establezca el talión (Ex 21, 24). El
Levítico (Lev 19, 13-17) da un paso más hacia adelante.
Propiamente hablando no establece la
obligación del perdón (el único caso de perdón en el Antiguo Testamento es: 1
Sam 24 y 1 Sam 26), pero insiste en la solidaridad que une a los hermanos entre
sí y les prohíbe acudir a los procedimientos judiciales para arreglar sus
diferencias.
La doctrina de Cristo sobre el perdón señala
un progreso decisivo. El Nuevo Testamento multiplica los ejemplos: Cristo
perdona a sus verdugos (Lc 23, 34); Esteban (Act 7, 59-60), Pablo (1 Cor 4,
12-13) y otros muchos hacen lo mismo.
Generalmente, la exigencia del perdón va
ligada a la inminencia del juicio final: para que Dios nos perdone en ese
momento decisivo es necesario que nosotros perdonemos ya desde ahora a nuestros
hermanos (sentido parcial del v. 35) y que tomemos como medida del perdón la
misma que medía primitivamente la venganza (v. 22; cf. Gén 4, 24). Basado en la
doctrina de la retribución (Mt 6, 14-15; Lc 11, 4; Sant 2, 13), este punto de
vista es todavía muy judío. Pero la doctrina del perdón se orienta
progresivamente hacia un concepto típicamente cristiano; el deber del perdón
nace entonces del hecho de que uno mismo es perdonado por Dios (Mt 18, 23-35;
Col 3, 13). El perdón que se ofrece a los demás no es, pues, tan solo una
exigencia moral; se convierte en el testimonio visible de la reconciliación de
Dios que actúa en cada uno de nosotros (2 Cor 5, 18-20).
El perdón no podía concebirse dentro de una
economía demasiado sensible a la retribución y a la justicia de Dios entendida
como una justicia distributiva. Corresponde a una vida dominada por la
misericordia de Dios y por la justificación del pecador. Eco de esta manera de
concebir las cosas, Mt 18, 15-22 la formula aún a la manera judía. Pero al
menos el evangelista es consciente de que la Iglesia es una comunidad de
salvados que no pueden tener otras intenciones que salvar al pecador. Si no lo
consigue es porque el pecador se endurece y se niega a aceptar el perdón que se
le ofrece (v. 17). La comunidad cristiana se diferencia, pues, de la comunidad
judía en que no juzga al pecador sino perdonándole. Por consiguiente, la
condena solo puede caer sobre él si se niega a vivir en el seno de esa
comunidad acogedora.
b) El cap. 18 de Mateo es de redacción muy
tardía. En él descubrimos a la Iglesia primitiva ocupada en elaborar una
disciplina y en estructurar su vida. Tiene que hacerse a la idea de que el
Reino no se presentará inmediatamente y que tiene que aprender a subsistir
hasta su llegada. Se inspira, probablemente, en las reglas de las comunidades
esenias. Pero estas últimas se consideraban fervientes y condenaban fácilmente
al pecador, siquiera fuese en tercera sustancia: "Que sea para vosotros
como un publicano..." Una comunidad de fervientes se hace pronto sectaria.
Por eso la Iglesia primitiva se preocupa por mantener el diálogo más que por
pronunciar una condenación: mientras el pecador permanezca en la Iglesia, mientras
el "cristiano sociólogo" sea recibido en ella por la paciencia, el
perdón y la oración en común, la Iglesia se verá libre del sectarismo y su
misión estará asegurada.
El pecador no descubre el perdón de Dios si
no toma conciencia de la misericordia de Dios que actúa en la Iglesia y en la
asamblea eucarística. Los miembros de una y otra no viven tan solo una
solidaridad nacional que les obligaría a perdonar tan solo a sus hermanos;
están incorporados a una historia que arrastra a todos los hombres hacia el
juicio de Dios y que no es otra cosa que su perdón ofrecido en el tiempo hasta
su culminación eterna.
MAERTENS-FRISQUE
NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA VII - MAROVA MADRID 1969.Pág. 41
PROPUESTA DE CANTOS DOMINGO XXIII CICLO A
- (10 SETIEMBRE 2023)
TEMA: SI TE HACE CASO HAS SALVADO A TU
HERMANO
01.- SEÑOR, MIRAME (Brotes de Olivo)
Dios espera en el altar, vamos todos hasta él,
llevemos nuestras sonrisas, la inquietud, nuestra
hambre y nuestra sed.
Dios, sobre todo, es amor, quiere nuestra salvación,
que juntos nos salvemos para ir de la mano hasta
Dios.
Al entrar en la casa de Dios, libre de rencores he
de entrar,
llevar el alma tranquila y pensar que al salir más
he de amar.
ÉSE ES CRISTO, ESE ES DIOS; ÉSE ES CRISTO, NUESTRO
DIOS.
Vengo a tu altar porque tengo sed de ti, porque tu
mirar a mi alma da la fe.
Mírame, Señor, no dejes de mirar y mi alma contigo
irá, se salvará.
02.- MARCHA DE LA IGLESIA (Emilio Vicente Mateu)
LOS QUE SOMOS LLAMADOS A LA IGLESIA
CANTEMOS TODOS AL SEÑOR QUE NOS REÚNE. (BIS)
Venimos desde lejos ante el Señor,
trayendo en nuestras manos la alegría.
Un solo corazón nos une en el amor
al ser invitados a la fiesta.
Formamos con Dios mismo en comunión,
una unidad de vida y esperanza,
que cruza por el mundo sintiendo la emoción
de ser el cuerpo santo de la Iglesia.
Formando un solo cuerpo con el Señor,
marchamos a la Gloria de Dios Padre.
La fuerza del amor resuena en nuestra voz
buscando un mundo nuevo más humano.
03.- DONDE HAY CARIDAD (Joaquín Madurga)
DONDE HAY CARIDAD Y AMOR
ALLÍ ESTÁ EL SEÑOR. (BIS)
Una sala y una
mesa,
una copa, vino y pan,
los hombres compartiendo
en amor y en unidad.
Nos reúne la presencia
y el recuerdo del Señor,
celebramos su memoria
y la entrega de su amor.
Invitados a la mesa
del banquete del Señor,
recordemos su mandato
de vivir en el amor.
Comulguemos en el Cuerpo
y la Sangre que Él nos da
y también en el hermano,
si lo amamos de verdad.
Este pan que da la vida
y este cáliz de salud,
nos reúne a los hermanos
en el nombre de Jesús.
Anunciamos su memoria,
celebramos su pasión,
el misterio de su muerte
y de su Resurrección.
04.- ALREDEDOR DE TU MESA (Francisco Palazón)
ALREDEDOR DE TU MESA VENIMOS A RECORDAR (BIS)
QUE TU PALABRA ES CAMINO, TU CUERPO FRATERNIDAD,
QUE TU PALABRA ES CAMINO, TU CUERPO FRATERNIDAD.
1. Hemos venido a tu mesa
a renovar el misterio de tu amor,
con nuestras manos manchadas
arrepentidos buscamos tu perdón.
2. Juntos y a veces sin vernos,
celebramos tu presencia sin sentir
que se interrumpe el camino
si no vamos como hermanos hacia Ti.
05.- TE OFRECEMOS, SEÑOR
(Francisco Palazón)
Te ofrecemos, Señor, este pan y este vino,
que en tu Cuerpo y en tu Sangre
quedarán convertidos.
Con el vino y el pan
te ofrecemos el fruto de nuestro trabajo,
la ilusión de vivir,
el placer y el dolor, la alegría y el llanto.
Juntamente, Señor,
te ofrecemos la vida que Tú nos has dado,
la esperanza, la fe y el amor,
que nos hace sentirnos hermanos.
06.- A TU ALTAR HE LLEGADO
(Brotes de Olivo)
Venir a buscar a Cristo es gozar de pleno amor.
No puede haberlo en mi alma cuando yo tenga rencor.
Si triste quedó alguno y sé su falta de amor,
vaya y le traiga conmigo; sin él no me quiere Dios.
He creído que iba a ti y hasta tu altar he llegado,
y al encontrarme contigo, algo me has preguntado:
"¿Cómo se encuentra tu vida y la amistad con
tu hermano?
Si con él no te hallas bien, anda vete y ve a
buscarlo.
Cuando con él tengas paz, ven aquí, junto a mi
lado.
Entonces sí te recibo, porque yo vivo en tu
hermano".
Aquel que nos desagrada es costumbre abandonar.
Busco tan sólo al amigo, los otros suelo dejar.
Ése que tanto molesta y de él yo nada sé,
Dios lo ha puesto en mi camino; sin él no me
salvaré. ¤
07.- EL PAN QUE COMPARTIMOS (Francisco Palazón)
1. El pan que compartimos en esta Eucaristía
es signo permanente de amor y de unidad;
en él se nos ofrece en forma de comida
aquel que con su muerte
nos devolvió la vida y nos dio la libertad.
2. Unidos como hermanos formando un solo cuerpo,
con gozo celebremos la Pascua del Señor;
Él es para nosotros el pan que da la vida,
la víctima elegida
que derramó su sangre por nuestra salvación.
3. Que suene eternamente un canto de alabanza,
que todas las naciones conozcan su bondad;
que sea proclamado por todas las edades,
que no tiene medida
ni su misericordia, ni su fidelidad.
08.- EL SEÑOR NOS INVITA (Carmelo Erdozaín)
EL SEÑOR NOS INVITA A SU MESA
EL SEÑOR NOS OFRECE SU AMISTAD,
SU PAN ES COMIDA PASCUAL,
SU MANJAR ES FRATERNIDAD (BIS)
Pan del cielo, cuerpo del Señor,
sacramento de la comunión,
manjar de resurrección,
memorial de la redención.
Dios se acerca, viene a nuestro altar,
su presencia, fuente de hermandad,
maná de inmortalidad, manantial de la caridad.
09.- COMIENDO DEL MISMO PAN (Joaquín Madurga)
COMIENDO DEL MISMO PAN,
BEBIENDO DEL MISMO VINO,
QUERIENDO EN EL MISMO AMOR,
SELLAMOS TU ALIANZA, CRISTO.
1. La noche de su pasión
cogió el pan entre sus manos
y dijo: "Tomad, comed,
esto es mi Cuerpo entregado."
2. La noche de su pasión
tomó el cáliz en sus manos
y dijo: "Tomad, bebed,
es la Sangre que derramo."
3. La noche de su pasión
nos dio el Señor su mandato:
"Amaos unos a otros,
lo mismo que yo os amo."
10.- VEN JESUS (Faustino Diez Iglesias)
VEN JESÚS VEN A MI VIDA
DANOS TU FUERZA PARA ANDAR (BIS)
Caminar a lo largo de esta vida
Pero agarrados de tu vida
Y saber que no hay nada en este mundo
Que pueda separarnos.
Recordar siendo niños de momento
Cuando supe abrir mis labios
Descubrir Mis secretos en tus manos
y decirte que te quiero.
Compartir una fiesta como amigos
Recordando tus palabras
Y comer y beber de tu alimento
Que da vida en abundancia.
11.- AMEMONOS DE CORAZON
Amémonos de corazón no de labios ni fingidos (bis)
Para cuando cristo venga, para cuando cristo
Venga, nos encuentre bien unidos (bis)
Como puedes tu orar disgustado con tu hermano (bis)
Dios no oye la oración, Dios no oye la oración
si no estás reconciliado (bis).
Un mandamiento nuevo os doy que os améis
Unos a otros (bis) como yo los he amado (bis)
Os améis también vosotros (bis).
Tu rebaño en ti confía, esperamos tu llegada (Bis)
Para cuando cristo venga, para cuando cristo
Venga, nos encuentre en pleno día (bis)
12.- GRANITO DE MOSTAZA
Si tuvieras fe, si tuvieras fe
Como un granito de mostaza
Eso dice el señor.
Si tuvieras fe, si tuvieras fe
Como un granito de mostaza
Eso dice el señor
Tú le dirías a las montañas
Muévanse, muévanse, muévanse
Tú le dirías a las montañas
Muévanse, muévanse, muévanse
Y las montañas se moverán
Se moverán, se moverán
Y las montañas se moverán
Se moverán, se moverán
Si tuvieras fe, si tuvieras fe
Como un granito de mostaza
Eso dice el Señor.
Si tuvieras fe, si tuvieras fe
Como un granito de mostaza
Eso dice el Señor.
Tú le dirías a los enfermos
Sánense, sánense, sánense
Tú le dirías a los enfermos
Sánense, sánense, sánense.
Y los enfermos se sanarán
Se sanarán, se sanarán
Y los enfermos se sanarán
Se sanarán, se sanarán.
13.- MADRE (Joaquín Madurga)
Madre, ilusión y
esperanza, Madre, corazón y ternura,
Madre espejo
limpio del amor.
Madre, virginal
y fecunda,
Madre, generosa
y humilde,
Madre, fiel
entrega en oblación.
Madre consagrada
en cuerpo y alma,
siempre abierta
a la palabra de tu Dios y tu Señor.
MADRE, CUANDO A
TI TE LLAMAMOS MADRE,
RENACEMOS A LA
ESPERANZA Y LA ILUSIÓN.
MADRE CUANDO A
TI TE LLAMAMOS MADRE,
NOS SENTIMOS
TAMBIÉN HERMANOS DEL SEÑOR.
MADRE, CUANDO A
TI TE LLAMAMOS MADRE,
ESPERAMOS UN
MUNDO HERMANO EN EL AMOR.
Madre de Belén
al Calvario,
Madre, fuiste
siempre amorosa
Madre de Jesús
el Salvador.
Madre, en la
cruz fue tu Hijo,
Madre, quien nos
dio por regalo,
Madre tu materna
protección.
Madre a la
Iglesia naciente unida,
esperaste la
venida del Espíritu de Dios.
14.- HIMNO VIRGEN DE LAS MERCEDES
MADRE DE LAS
MERCEDES,
BENDITA SIEMPRE
BENDITA,
ENTRE TODAS LAS
MUJERES,
EN LOS DESIGNIOS
DE DIOS. (BIS)
Te contemplamos gozosos, vestida de blanco
lino,
Engalanada en tu
trono, llena de Luz en tu altar,
Admiramos
humildes, tu rostro de Madre hermosa,
con la herida en
tu cuello, con cetro de majestad. (2)
Estrella del Evangelio, por Juan Pablo
proclamada,
Paita, Oh Madre
Santa, siempre te alabará.
Madre de las
Mercedes, como hijos peregrinos,
venimos desde
muy lejos, a compartir tu bondad. (2)