Y ÉL DORMIA
COMENTARIO
Hay algunas palabras muy elocuentes en este
relato: la otra orilla, el mar, el miedo, la calma. Con todas ellas se puede
describir un hecho distinto muy concreto, evocando la tempestad del viernes
santo, las tempestades que sacuden a la iglesia, las tempestades de nuestra
vida.
“Pasar a la otra orilla” Allí comienza la
angustia que va a impregnar este texto. Se había hecho una vida quizás algo
difícil pero familiar y de pronto tienen que enfrentarse con la otra orilla, con
otro sitio. A pesar de la hostilidad que se iba notando alrededor de Jesús, los
días habían acabado tomando el aspecto de una rutina tranquilizadora. Y de
pronto, la noche de Getsemaní arrojó a Jesús y a sus discípulos “a la otra
orilla”. Quizá en estos momentos necesitamos toda nuestra fe para aceptar
desprendernos de las seguridades y ponernos a vivir “otra cosa”.
“El mar”: Marcos no intenta hinchar aquel
pequeño lago, sino hacer que se levanten los grandes temores del agua. La
Biblia empieza con la lucha del creador contra las aguas y acaba con el grito
de consuelo “Ya no hay mar” (Ap. 21, 1). Pero entretanto es preciso arrostrar
las tempestades del sufrimiento, de la angustia del fracaso. En la tarde del
viernes santo se podrá pensar que las aguas malas se han tragado el amor y la
esperanza. “Habíamos esperado tanto! Dicen los peregrinos de Emaús.
“Y él dormía”: los salmos están llenos de
esta misma indignación “Despiértate”. ¡Qué despierte tu poder! ¿No ves dónde
estamos? ¿Dónde estoy? Dios no puede desoír estas llamadas, si le dicen nuestra
confianza. “Se despertó e hizo algo inaudito: “Dijo al lago, ¡Silencio,
cállate! Y el viento amainó”. Es posible hace toda una oración, en plena
tempestad interior o exterior, repitiendo solamente “El viento amainó”.
Mandar al viento y a las aguas es una señal
del poder creador. Este relato es una teofanía (manifestación de Dios), que
vuelve a plantear la cuestión esencial de Marcos: ¿Quién es éste? Y la
respuesta: “El poderoso”. “¿Cómo es que no tienen fe?”. El poder de Jesús exige
nuestra confianza, necesita de ella: “Todo lo puedo, pero solamente para aquel
que no duda”. El evangelio entero nos invita a creer antes de hacer cualquier
cosa y mientras la hacemos, pero es muy difícil, por lo visto, adquirir ese reflejo:
ante todo y siempre movilizar nuestra fe. “Espíritus sin inteligencia”,
suspirará Jesús el día de pascua: “¡Tan lentos en creer!”
El misterio cristiano es ése, con la fe
todo se pone en pie, todo puede ocurrir. Sin ella, nada; vemos que entonces
Dios duerme. “Cuando se dice que Dios duerme, dice san Agustín, somos nosotros
los que dormimos. La barca es tu corazón, si te acuerdas de tu fe, tu corazón
no se agita: si te olvidas de tu fe, Cristo duerme y corres el peligro de
naufragar.
R.P. Roland
Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Sal 27, 8-9
El Señor es fuerza para su pueblo, apoyo y
salvación para su Ungido. Salva a tu pueblo, Señor, y bendice tu heredad, sé su
pastor por siempre.
ORACION
COLECTA
Concédenos tener siempre, Señor, respeto y amor a tu santo nombre,
porque jamás dejas de dirigir a quienes estableces en el sólido fundamento de
tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro
de Job 38, 1.8-11
El Señor habló a Job desde la tormenta: «¿Quién
cerró el mar con una puerta, cuando salía impetuoso del seno materno, cuando le
puse nubes por mantillas y nieblas por pañales, cuando le impuse un límite con
puertas y cerrojos, y le dije: “Hasta aquí llegarás y no pasarás; aquí se
romperá la arrogancia de tus olas"?»
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 106)
Den gracias al Señor, porque es eterna su
misericordia.
Entraron en naves por el mar, comerciando por
las aguas inmensas. Contemplaron las obras de Dios, sus maravillas en el
océano. R.
Él habló y levantó un viento tormentoso, que
alzaba las olas a lo alto; subían al cielo, bajaban al abismo, el estómago
revuelto por el mareo. R.
Pero gritaron al Señor en su angustia, y los
arrancó de la tribulación. Apaciguó la tormenta en suave brisa, y enmudecieron
las olas del mar. R.
Se alegraron de aquella bonanza, y Él los
condujo al ansiado puerto. Den gracias al Señor por su misericordia por las
maravillas que hace con los hombres. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a
los Corintios 5, 14-17
Hermanos: El amor de Cristo nos
apremia, al considerar que, si uno solo murió por todos, todos murieron. Cristo
murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para Aquel
que murió y resucitó por ellos. Por tanto, no valoramos a nadie con criterios humanos.
Si alguna vez juzgamos a Cristo con tales criterios, ahora ya no. El que es de
Cristo es una criatura nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado.
ACLAMACION
ANTES DEL EVANGELIO Lc 7, 16
Aleluya. Un gran Profeta ha
surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. Aleluya
EVANGELIO
Lectura del santo
Evangelio según san Marcos 4, 35-40
Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus
discípulos: «Vamos a la otra orilla». Dejando a la gente, se lo llevaron en
barca, así como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte
huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él
estaba a popa, dormido sobre un almohadón. Lo despertaron, diciéndole:
«Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?». Se puso en pie, increpó al viento
y dijo al mar: «¡Silencio, cállate!».
El viento cesó y vino una gran calma. Él les
dijo: «¿Por qué son tan cobardes? ¿Aún no tienen fe?». Se quedaron espantados y
se decían unos a otros: «Pero, ¿quién es este que hasta el viento y el mar lo
obedecen?».
PLEGARIA
UNIVERSAL
Como Job, recojamos las inquietudes, problemas y necesidades de la
humanidad y oremos a Dios diciendo: R.- Te rogamos, óyenos.
1.- Para que el Papa y ministros de la Iglesia, apremiados por el amor
de Cristo vivan en constante espíritu de servicio al Evangelio y a los
hermanos. Oremos. R.
2.- Para que el Señor arranque de la tribulación a los que están
angustiados, solos o deprimidos. Oremos. R.
3.- Para que los ancianos y los niños abandonados encuentren quien los
acoja con cariño y comprensión. Oremos. R.
4.- Para que los difuntos gocen de la vida de Dios. Oremos.
R.
5.- Para que, al contemplar a Cristo presente en la fracción del pan y
en la vida de la comunidad, no temamos a las dificultades. Oremos. R.
Te rogamos escuches las súplicas de tus fieles y hagas crecer en ellos
la fe, la esperanza y el amor. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, este
sacrificio de reconciliación y alabanza y concédenos que, purificados por su
eficacia, te ofrezcamos el obsequio agradable de nuestro corazón. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Jn 10, 11.15
Yo soy el buen Pastor, yo doy mi vida por las
ovejas, dice el Señor.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Renovados por la recepción del Cuerpo santo y
de la Sangre preciosa, imploramos tu bondad, Señor, para obtener con segura
clemencia lo que celebramos con fidelidad constante. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
PALABRA
DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 24: Is 49, 1-6; Sal 138; Hch
13, 22-26; Lc 1, 57-66.80
Martes 25:
2R 19, 9b-11.14-21.31-35ª.36; Sal 47; Mt 7, 6.12-14
Miércoles 26: 2R 22, 13; 1-3; Sal
118; Mt 7, 15-20
Jueves 27: 2R 24, 8-17; Sal 78; Mt 7,
21-29
Viernes 28: 2R 25, 1-12; Sal 136; Mt 8, 1-4
Sábado
29: Hch 12, 1-11; Sal 33; 2TM 4, 6-8.17-18; Mt 16, 13-19
Domingo 30: Sab 1, 13-15; 2, 23-24; Sal 29; 2Co 8,
9.13-15; Mc 5, 21-43.
COMENTARIOS AL
EVANGELIO
Mc 4, 35-40
1.- Texto. Sigue inmediatamente al texto del
domingo pasado. Recordemos: el reino de Dios es una realidad abierta a todos.
Estos todos configuran una nueva familia: los discípulos de Jesús. El texto de
hoy comienza con una iniciativa de Jesús a esta nueva familia. Esta familia
está simbolizada en la pluralidad de barcas. Esta pluralidad queda concentrada
narrativamente en una sola: la barca en la que va Jesús.
Barca-arquetipo de las demás barcas. Una
tormenta de aire coloca a la barca al borde del naufragio. Primera sorpresa del
relato: Jesús está durmiendo. Los discípulos lo despiertan haciéndole saber el
peligro que corren. Jesús calma primero la tormenta y recrimina después a los
discípulos preguntándose por la identidad de Jesús. Es el mismo tipo de
preguntas que se hacía la gente en la sinagoga de Cafarnaún con ocasión de la
enseñanza de Jesús y de su poder sobre las fuerzas del mal. "Estas fuerzas
están personalizadas tanto en el relato de la sinagoga como en el de hoy. A la
tormenta, en efecto, se le habla como si se tratara de un ser viviente malo.
Compara Mc. 4, 39-41 con Mc. 1, 25-27.
Comentario. La principal dificultad para la
comprensión de este texto son tal vez las comprensiones que de él tenemos: la
barca de la iglesia surcando el mar de este mundo entre peligros
(interpretación eclesiológica); el Cristo que como hombre duerme, somete como
Dios al mar embravecido (interpretación cristológica); el cristiano es tentado
y probado en las tempestades de la vida (interpretación
exhortativo-moralizante).
En su variedad todas estas comprensiones
coinciden en hacer una lectura simbólica del texto. Su debilidad radica en que
los simbolismos que manejan no tienen su origen en el texto ni en la globalidad
de la obra o macrotexto de Marcos. Con esto no quiero decir que estos
simbolismos no sean verdaderos; lo que digo es que no tienen su origen en el
texto de Marcos y, consiguientemente, no son explicaciones adecuadas del mismo.
El texto parte de la realidad de un Reino de
Dios plural, es decir, abierto a todos. Se mueve pues en una perspectiva de
situación pospacual y de andadura universal. Lo chocante de un Jesús dormido en
medio de la tormenta deja de ser chocante si se lee en su función de símbolo de
Jesús ausente, muerto-resucitado.
En esta situación la pluralidad de creyentes
es invitada por Marcos a hacerse la misma pregunta que en el pasado de la
sinagoga de Cafarnaún se habían hecho los judíos: ¿Quién es Jesús? De otra
manera no tiene mucho sentido el reproche de Jesús a sus discípulos. ¿No es
acaso lógico pedir ayuda en caso de extrema y urgente necesidad? Pero lo
chocante del reproche deja de serlo si se lee como un reproche a unos
cristianos que ya se han habituado a un Jesús muerto y resucitado.
¿Quién es Jesús para nosotros? ¿Todavía no
tenemos fe en él? ¿Nos hemos habituado a él hasta el punto de que ya no nos
convulsiona, ni nos cuestiona, ni nos dice nada? ¿Nos hemos habituado a él
hasta el punto de que ha dejado de ser una fuente de confianza y de esperanza?
A. BENITO - DABAR/88/35
2.- MUERTE/TEMPESTAD.
Como afirma el P. Lamarche, "seguir con
fe a Cristo en la tempestad, trátese de ayer o de hoy, es siempre seguirle a
través de la muerte", avenirse a encontrarle "dormido" (4, 38)
con el último sueño, cercado por el oleaje de la muerte y sin embargo creerle
capaz de ponerse en pie, "habiéndose despertado", para vencer a las
fuerzas del mal y conducir a sus amigos "a la otra orilla", a esa
orilla de paz de la que nadie retorna.
MONLOUBOU-B. Pág. 73
3.- El relato de la tempestad apaciguada
figura en los tres sinópticos con variantes bastante significativas. Reclama un
estudio propiamente sinóptico en el que Marcos parece primitivo, y un estudio
redaccional en el que se revela el genio propio de Marcos.
a) Marcos y los demás sinópticos introducen
el relato de la tempestad calmada antes que el del exorcismo del geraseno (Mc
5, 1-20). La tradición ha unido estas dos perícopas por razones doctrinales:
presentar en Jesús el poder que domina las fuerzas perversas en la naturaleza y
en los corazones. Marcos trae, además (1, 23-27), un relato de exorcismo
montado exactamente sobre el esquema de la tempestad calmada (comparar con Mc
1, 25 y Mc 4, 39: Mc 1, 24 y Mc 4, 38: reproches a Cristo de venir a perdernos;
Mc 1, 27b y Mc 4, 41: obediencia de los elementos y de los espíritus a Cristo;
Mc 1, 27a y Mc 4, 41: el temor). Parece, pues, que el milagro de la tempestad
calmada es el signo de la manifestación de Aquel que toma en sus manos la obra
creadora comprometida por las potencias perversas (cf. Job 38, 1-11). Se trata,
pues, de una cristología: en Cristo, Dios termina la cosmogonía con una
victoria decisiva sobre el mal, y los hombres depositan sobre Jesús el temor y
la admiración reservadas a Dios-Creador (v. 41; cf. Sal 64/65, 8-9; 88/89, 10;
106/107, 28-30).
b) Pero Marcos está preocupado, a lo largo de
todo su Evangelio, por hacer ver que antes de la resurrección los apóstoles no
podían tener verdadera fe. Por eso añade al relato el v. 40, que hay que leer
conforme a una versión especial: "¿No tenéis todavía la fe?" Los
apóstoles no podrán tener la fe hasta después de Pascua, porque no existe una
verdadera fe, sino en Cristo resucitado. Para Marcos, el apaciguamiento de la
tempestad no tiene sentido, sino en cuanto incluye ya la resurrección. A ese
fin, Marcos asocia la tempestad calmada con la que padeció Jonás (comparar,
sobre todo, el v. 38, específico de Marcos, con Jon 1, 5-6; v. 41a con Jon 1,
16, etc.). Cabe preguntarse si Marcos no habrá querido buscar en su relato el
famoso signo de Jonás (Mt 12, 38-40). En efecto, al igual que Jonás, Cristo
triunfa de las "aguas inferiores" en virtud de su poder sobre la
tempestad.
c) Marcos, que desarrolla a lo largo de todo
su Evangelio el tema del secreto mesiánico, es particularmente sensible, en el
relato de la tempestad, al silencio de Cristo. Dios se calla, no se deja apenas
reconocer y parece dormir, cuando no se le cree muerto..., y, sin embargo, hay
que vivir y tomar partido.
CREER/QUÉ-ES: Es demasiado fácil confiarse a la
omnipotencia de Dios e invocar su trascendencia. No es a esta clase de fe a la
que nos llama el Evangelio. Creer es, ciertamente, remitirse a un Dios vencedor,
pero ausente y silencioso; es saber a Dios "muerto" e
"inútil", y, sin embargo, vivir en comunión con EL. Es remar sin
saber adónde se va y aceptar el perecer en el camino sin haber alcanzado
personalmente el fin de sus empresas, pero convencido de que Dios no nos ha
abandonado en todo lo largo del viaje. Es luchar en la prueba guardando la
certeza de que Jesús ha resucitado de la prueba.
MAERTENS-FRISQUE 5.Pág. 93
4.- -La fe del discípulo
Una lectura atenta del milagro de la
tempestad (4, 35-41) descubre ciertas cosas extrañas y alguna evidente
exageración. Por ejemplo: ¿por qué indicar que "lo acompañaban otras
barcas", si luego no se dice nada de lo que pasó con ellas? ¿Y cómo es
posible que uno pueda dormir tranquilamente a popa, mientras arrecian las olas
y el agua inunda casi por completo la barca? Evidentemente Marcos no nos ofrece
un relato exacto de aquel suceso. No le interesa el acontecimiento histórico de
cómo fueron salvados los discípulos; es un hecho del pasado que ya no puede
repetirse. Le interesa más bien el motivo central del hecho (motivo que, para
ser válido, supone evidentemente que aquel episodio haya acaecido
sustancialmente) y su actualización.
¿Cuál es este motivo? Repasemos el relato. Es
bastante probable que el versículo 40 ("¿Por qué sois tan miedosos?
¿Todavía no tenéis fe?") sea un versículo redaccional, añadido por el
mismo Marcos a una narración preexistente para configurarlo con su propia
finalidad.
Efectivamente el versículo 40 no está
perfectamente de acuerdo con el resto de la narración. Y si prescindiéramos de
él, tendríamos un relato coherente, orientado por completo hacia la persona de
Jesús: Jesús es poderoso, a sus órdenes se calma la furia del mar; ¿quién es
este hombre? Con esta pequeña añadidura Marcos ha cambiado notablemente el
significado del episodio: la atención no se dirige ya al poder de Jesús, sino a
la fe de los discípulos. El discípulo, que llegó a tener la fe suficiente para
separarse de los demás y seguir a Jesús, no debe -ahora que lo está siguiendo-
pretender una presencia divina constantemente activa y victoriosa; la fe madura
sabe dar la tranquilidad en medio de las dificultades y la serenidad en medio
de las persecuciones. Probablemente el evangelista quiso ofrecer un mensaje de
esperanza a la Iglesia perseguida y desanimada quizás frente al silencio de
Cristo resucitado. Así pues, la lectura nos lleva a la conclusión de que el
evangelista Marcos utilizó un relato ya existente, desarrollándolo y
orientándolo en la perspectiva de la fe.
Así pues, los tres relatos desarrollan el
motivo de la fe (y en el trasfondo el acostumbrado discurso sobre la presencia
"desconcertante" del Reino en medio de nosotros). Nos indican que es
posible ser hombres de poca fe de dos maneras: está la poca fe del que no tiene
el coraje de dejarlo todo por Cristo y está la poca fe del que, después de
haberlo dejado todo por Cristo, pretende sin embargo, en los momentos
difíciles, una presencia clara del Señor, consoladora, acompañada de frecuentes
verificaciones. Esta es todavía una fe inmadura, porque confunde el
"silencio" con la ausencia del Señor, confunde la persistencia de las
oposiciones con la derrota del Reino.
BRUNO MAGGIONI-B. Pág. 81
5.- Comentario. Aquel día, al atardecer, nos
remite al comienzo del cap. 4, cuando Jesús se puso a enseñar con parábolas
desde una barca. Indudablemente el dato no se aviene bien con Mc. 4, 10, pero
responde al esfuerzo del autor por relatar relacionando tradiciones y
materiales que se le presentaban sueltos e independientes. La iniciativa corre
a cargo de Jesús: "Vamos a la otra orilla". La propuesta suena
escueta, desnuda de intencionalidad. Es la voluntad de estilo de Marcos. Y sin
más, sin desembarcar, tal y como están, inicia la travesía del lago de
Genesaret. La peculiar configuración de la zona, con las alturas de Haurán, los
llanos de la Traconítide y el monte Hermón, facilita la formación de repentinas
corrientes de fuerte viento que se precipitan en el lago. Una situación de
éstas es la descrita escueta y vívidamente por Marcos en el v. 37, para añadir
inmediatamente, en evidente contraste: "Jesús estaba a popa, dormido sobre
un almohadón". Por un lado, la tempestad; por otro, la calma.
Llegados a este punto, conviene hacer un
paréntesis. La imagen de la tormenta o de las aguas turbulentas era una
metáfora frecuente para designar los poderes hostiles y demoníacos (cfr. Sal.
69, 1-2, 14-15; 18, 16). Es bien conocida la concepción según la cual estos
poderes se desatarían con especial virulencia en la recta final de la historia
(cfr. descripciones apocalípticas en los propios evangelios). El sueño, sereno
y tranquilo, era signo de confianza en el poder sustentador y protector de Dios
(cfr. Proverbios 3, 23-24; Salmo 3, 6; 4, 8-9; Job 11. 18-19; Levítico 26, 6).
A esto hay que añadir que Marcos ha presentado a Jesús como el personaje que
nos introduce en los últimos tiempos (cfr. Mc. 1, 7-8. 12-15 en los comentarios
al Bautismo de Jesús y al primer domingo de Cuaresma).
Contando con todo este trasfondo, volvamos
ahora al texto.
Tempestad y sueño de Jesús son vehículo
plástico de dos situaciones contrapuestas, hostil y benéfica, respectivamente.
Los poderes adversos no pueden nada con
Jesús, porque su apertura a Dios y confianza en El son reales y totales. Pero
no sucede lo mismo con los que están con Jesús. "¿Por qué sois cobardes?
¿Aún no tenéis fe?". Son incapaces de serenidad y de calma, porque en
realidad no están abiertos a Dios ni saben confiar en Él. Pero Marcos parece ir
todavía más allá, interpretando la falta de fe en Dios como falta de fe en
Jesús. Los compañeros de barca no captan ni entienden a Jesús, no acaban de
descubrir en él al vencedor sobre los poderes hostiles que posibilita un mundo
de serenidad y de paz, el mundo de la utopía, la realidad fantástica de una historia
renovada, de un espacio y un tiempo maravillosos.
Con trazo de artista Marcos esboza ese mundo
nuevo en la gran calma tras la palabra creadora de Jesús, que
imperceptiblemente nos remonta a la palabra creadora de Dios en los comienzos
de la creación (cfr. Gn. 1-2, 4). La gran calma sugiere una atmósfera de
completa paz tras el fragor de la tormenta. ¡Maravilloso! De los compañeros de
barca se apodera el temor reverencial ante lo divino, imponente y misterioso.
"¿Quién es éste?". En la experiencia religiosa de los acompañantes,
lo benéfico deja paso a lo tremendo. Una dimensión esta última que en la pluma
de Marcos tiene especial relevancia.
A. BENITO - DABAR/85/34
6.- La tarde de aquel día en que Jesús
enseñaba desde una barca hablando en parábolas al pueblo (4, 1s), al terminar,
Jesús mandó a sus discípulos que navegaran aguas adentro hacia la orilla
oriental del lago de Genezaret. Y sin bajar él de la barca, "como
estaba", pudieron huir de las multitudes y burlar su curiosidad, aunque los
que pudieron se embarcaron en otros botes para seguirle. Sin embargo, no se
dice nada de la suerte que corrieron estas otras embarcaciones durante la
tormenta.
Marcos dice concretamente que se produjo un
"torbellino". Ese tipo de tormentas suelen ser frecuentes hoy día
justamente en la parte norte del lago; vienen de improviso y, aunque duran poco
tiempo, son muy peligrosas para las pequeñas barcas de pescadores. Se dice que
Jesús dormía, y Marcos añade que estaba a popa, descansando sobre un almohadón;
éste era el lugar más tranquilo y el de mayor honor. Los gritos de los
discípulos y sus quejas despiertan a Jesús y éste, antes de increparlos por su
falta de confianza, se dirige al mar con las mismas palabras que pronunció en
otra ocasión refiriéndose a un endemoniado (cf 1, 25): "¡Silencio,
calla!". Este milagro supuso para los discípulos un notable progreso en el
conocimiento de Jesús, al que ya habían visto expulsando demonios y curando
enfermedades. Ahora Jesús les manifiesta su señorío sobre las fuerzas de la naturaleza.
Desde Tertuliano y Agustín se interpreta este
milagro en relación con la Iglesia, a la que se compara a la barca de Pedro que
va superando las tempestades porque Cristo va con ella. La fe es aquí algo más
que creer unas verdades, es confianza en la persona de Cristo, que no puede
fallarnos y que va con nosotros en el mismo barco. Esta fe no es fe para
quedarse en la orilla, en la tranquilidad, sino fe para navegar en medio de los
peligros, es una fe combativa.
EUCARISTÍA 1988/30
7.- -"Un día, al atardecer, dijo Jesús a
sus discípulos: Vamos a la otra orilla": Se acerca la oscuridad de la
noche y Jesús determina cruzar el lago en barca. Él es quien tiene la
iniciativa y llama a los discípulos a embarcarse.
-"Se levantó un fuerte huracán... Él estaba
a popa, dormido": En medio del lago se encuentran con una tormenta que
pone en peligro la seguridad de la barca, pero contrastando con la situación,
Jesús duerme. Es la parte más elevada de la barca y queda más protegida de las
olas. La tranquilidad de Jesús queda rota por los gritos de miedo y la
expresión de reproche de los discípulos: "Maestro, ¿no te importa que nos
hundamos?"
-"Se puso en pie, increpó al viento y
dijo al lago: ¡Silencio, cállate!": Sin responder a los discípulos, Jesús
se dirige al viento y al lago, a los elementos de la naturaleza desatados, como
si se trataran de seres vivos. Como en las palabras de exorcismo con los
poseídos, también en este milagro Jesús pide silencio. Las aguas son vistas
como un poder maléfico y caótico; hay que tener en cuenta la concepción
contemporánea, que consideraba la presencia de poderes maléficos en las
realidades naturales; espíritu del agua, del viento o del aire. Los elementos
-viento, agua y oscuridad de la noche- se reúnen en un cuadro simbólicamente
sugestivo. A imagen de la lucha de Yavhé contra el caos en el AT, ahora también
Jesús manifiesta su dominio sobre estos poderes.
-"¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no
tenéis fe?": Después del milagro viene el reproche a los discípulos: de
cobardía y de incredulidad. El reproche podría parecer fuera de lugar, dado que
precisamente parecía como si en medio del peligro se hubiera dirigido a Jesús
para que los salvara. Quizá se les podría acusar de miedo, ¿pero de falta de
fe? Jesús les reprocha que sólo han pensado en huir del peligro, pero no han
sido capaces de pasar el peligro con Jesús. Igual que en el momento de la cruz
que también huyen de él. El reproche de Jesús será válido para aquel momento
fundamental y también vale ahora para la comunidad que lee el evangelio. La
incredulidad empieza cuando el discípulo no está dispuesto a seguir a Jesús en
la oscuridad y en la tormenta de la cruz.
-"¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento
y las aguas le obedecen!": La narración concluye con la pregunta sobre el
misterio de Jesús. Ahora la falta de fe todavía les incapacita para
responderla; más tarde Pedro hará la primicia de la respuesta, pero la
respuesta definitiva deberá ser dada después de la cruz.
NASPLEDA - MISA DOMINICAL 1988/13
PROPUESTA DE CANTOS DOMINGO XII DEL
TIEMPO ORDINARIO
(CICLO B - (23 DE JUNIO 2024)
01.- SI VIENES CONMIGO (Cesareo Garabain)
SI VIENES CONMIGO Y ALIENTAS MI FE,
SI ESTÁS A MI LADO ¿A QUIÉN TEMERÉ? (BIS)
1.- A nada tengo miedo, a nadie he de temer,
Señor, si me protegen tu amor y tu poder.
Me llevas de la mano, me ofreces todo bien.
Señor, Tú me levantas si vuelvo a caer.
2.- ¡Qué largo mi camino! ¡qué hondo mi dolor!
Ni un árbol me da sombra ni escucho una canción.
¿Será que a nadie puedo mirar ni sonreír?
Señor, Tú sólo quedas, Tú sólo junto a mí.
3.- En cosas que se mueren yo puse el corazón.
Fue tierra mi tesoro, fue vana mi ilusión.
En cosas que se mueren me voy muriendo yo,
Tú sólo vives siempre, Tú sólo, mi Señor.
02.- CANTANDO
LA ALEGRIA (Cesareo Garabain)
JUNTOS
CANTANDO LA ALEGRÍA,
DE
VERNOS UNIDOS EN LA FE Y EL AMOR,
JUNTOS
SINTIENDO EN NUESTRAS VIDAS
LA
ALEGRE PRESENCIA DEL SEÑOR.
Somos
la Iglesia peregrina que El fundó,
somos
un pueblo que camina sin cesar.
Entre
cansancios y esperanzas hacia Dios
nuestro
amigo Jesús nos llevará.
Hay
una fe que nos alumbra con su luz,
una
esperanza que empapó nuestro esperar.
Aunque
la noche nos envuelva en su inquietud,
nuestro
amigo Jesús nos guiará.
Es
el Señor, nos acompaña al caminar
con
su ternura a nuestro lado siempre va
Si
los peligros nos acechan por doquier,
nuestro
amigo Jesús nos salvará.
03.- IGLESIA PEREGRINA (Cesareo Garabain)
1.-
Todos unidos formando un solo cuerpo,
un
pueblo que en la Pascua nació.
Miembros
de Cristo en sangre redimidos,
Iglesia
peregrina de Dios.
Vive
en nosotros la fuerza del Espíritu
que
el Hijo desde el Padre envió.
Él
nos empuja, nos guía y alimenta,
Iglesia
peregrina de Dios.
SOMOS
EN LA TIERRA SEMILLA DE OTRO REINO,
SOMOS
TESTIMONIO DE AMOR.
PAZ
PARA LAS GUERRAS Y LUZ ENTRE LAS SOMBRAS,
IGLESIA
PEREGRINA DE DIOS. (BIS TODO)
2.-
Rugen tormentas y a veces nuestra barca,
parece
que ha perdido el timón.
Miras
con miedo, no tienes confianza,
Iglesia
Peregrina de Dios.
Una
esperanza nos llena de alegría:
Presencia
que el Señor prometió.
Vamos
cantando, Él viene con nosotros,
Iglesia
peregrina de Dios.
3.-
Todos nacidos en un solo Bautismo,
unidos
en la misma comunión.
Todos
viviendo en una misma casa.
Iglesia
peregrina de Dios.
Todos
prendidos en una misma suerte
ligados
a la misma salvación.
Somos
un cuerpo y Cristo es la cabeza,
Iglesia
peregrina de Dios.
04.- COMO EL
CIERVO AL AGUA
COMO
EL CIERVO AL AGUA VA
VAMOS
HACIA TI SEÑOR
PUES
DE TI TENEMOS SED
FUENTE
DEL ETERNO AMOR.
1.-
Caminamos hacia Ti
con
alegres cánticos
hoy
venimos a tu altar
para
amarte más Señor.
2.-
Quien escucha mi gemir
dice
¿dónde está tu Dios?,
el
Señor se encuentra aquí
en
la voz de júbilo.
3.-
Ya mi llanto ha de cesar
el
Señor es Salvador
cuando
tenga que sufrir
en
Ti pensaré Señor.
4.-
Gloria al Padre eterno
gloria
al Hijo redentor,
gloria
al Espíritu
que
nos une en el amor.
5.-Ven
Señor, maranatha
amén,
aleluya
ven
Señor, maranatha
amén,
aleluya.
05.- OFRENDA
DE AMOR
Por
los niños que empiezan la vida,
por
los hombres sin techo ni hogar;
Por
los pueblos que sufren la guerra,
te
ofrecemos el vino y le pan.
PAN
Y VINO SOBRE EL ALTAR
SON
OFRENDAS DE AMOR,
PAN
Y VINO SERÁN DESPUÉS,
TU
CUERPO Y SANGRE SEÑOR. (BIS)
Por
los hombres que viven unidos,
por
los hombres que buscan la paz;
por
los pueblos que no te conocen,
te
ofreceos el vino y el pan.
Por
aquellos a quienes queremos,
por
nosotros y nuestra amistad;
por
los vivos y por los difuntos,
te
ofrecemos el vino y el pan.
06.- TE
OFRECEMOS, SEÑOR
TE
OFRECEMOS, SEÑOR,
ESTE
PAN Y ESTE VINO;
QUE
EN TU CUERPO Y TU SANGRE
QUEDARÁN
CONVERTIDOS.
1.-
Con el vino y el pan,
te
ofrecemos el fruto de nuestro trabajo;
la
ilusión de vivir,
el
placer y el dolor,
la
alegría y el llanto.
2.-
Juntamente, Señor,
te
ofrecemos la vida que Tú nos has dado;
la
esperanza, la fe y el amor,
que
nos hace sentirnos hermanos.
07.- NO PODEMOS CAMINAR (Juan Antonio
Espinoza)
NO
PODEMOS CAMINAR
CON
HAMBRE BAJO EL SOL.
DANOS
SIEMPRE EL MISMO PAN:
TU
CUERPO Y SANGRE, SEÑOR.
Comamos
todos de este pan,
el
pan de la unidad.
En
un cuerpo nos unió el Señor
por
medio del amor.
Señor,
yo tengo sed de Ti,
sediento
estoy de Dios;
pero
pronto llegaré a ver
el
rostro del Señor.
Por
el desierto el pueblo va
cantando
su dolor.
En
la noche brillará tu luz,
nos
guía la verdad.
No
podemos caminar
con
hambre bajo el sol.
Danos
siempre el mismo pan,
tu
Cuerpo y Sangre, Señor.
08.- NADA TE TURBE
Nada
te turbe, nada te espante
Quien
a Dios tiene, nada le falta
Nada
te turbe, nada te espante
Solo
Dios basta.
Nada
te turbe, nada te espante
Quien
a Dios tiene, nada le falta
Nada
te turbe, nada te espante
Solo
Dios basta
Nada
te turbe, nada te espante
Quien
a Dios tiene, nada le falta
Nada
te turbe, nada te espante
Solo
Dios basta
En
Cristo mi confianza (Nada te turbe, nada te espante)
Y
de Él solo mi asimiento (Quien a Dios tiene, nada le falta)
En
sus cansancios mi aliento (Nada te turbe, nada te espante)
Y
en su imitación mi holganza (Solo Dios basta)
Aquí
estriba mi firmeza (Nada te turbe, nada te espante)
Aquí
mi seguridad (Quien a Dios tiene, nada le falta)
La
prueba de mi verdad (Nada te turbe, nada te espante)
La
muestra de mi firmeza (Solo Dios basta)
Nada
te turbe, nada te espante
Quien
a Dios tiene, nada le falta
Nada
te turbe, nada te espante
Solo
Dios basta
Nada
te turbe, nada te espante
Quien
a Dios tiene, nada le falta
Ya
no durmáis, no durmáis (Nada te turbe, nada te espante)
Pues
que no hay paz en la Tierra (Solo Dios basta)
No
haya ningún cobarde (Nada te turbe, nada te espante)
Aventuremos
la vida (Quien a Dios tiene, nada le falta)
No
hay que temer, no durmáis (Nada te turbe, nada te espante)
Aventuremos
la vida (Solo Dios basta)
Nada
te turbe, nada te espante
Quien
a Dios tiene, nada le falta
Nada
te turbe, nada te espante
Solo
Dios basta
09.- JESUS
¿Quién ERES TU?
1.-
Jesús, ¿quién eres tú?
tan
pobre al nacer, que mueres en cruz.
Tú
das paz al ladrón,
inquietas
al fiel, prodigas perdón.
Tú,
siendo creador,
me
quieres a mí que soy pecador.
Tú,
dueño y señor,
me
pides a mí, salvar la creación.
2-.
Jesús, ya se de ti,
algo
de tu ser, ¿qué quieres de mí?
mas
yo, quiero saber
qué
rumbo seguir, qué debo hacer.
Di
que he de esperar
qué
senda elegir, ¿por qué he de luchar?
Tú,
ayúdame,
pues
no quiero más dudar ni temer.
Jesús,
ya se de ti,
algo
de tu ser, ¿qué quieres de mí?
mas
yo, quiero saber
qué
rumbo seguir, qué debo hacer.
Di
que he de esperar
qué
senda elegir, ¿por qué he de luchar?
Tú,
ayúdame,
pues
no quiero más dudar ni temer.
Cristo
es sal de la vida,
luz
en tinieblas, es todo amor. (BIS)
Es
fe al dudar, espera el crecer, amor al vivir;
es
paz al luchar, bondad al vencer y gozo al servir
Cristo
es sal de la vida,
luz
en tinieblas, es todo amor. (BIS)
Es
fe al dudar, espera el crecer, amor al vivir;
es
paz al luchar, bondad al vencer y gozo al servir
Cristo
es trigo molido,
uva
pisada, ese es Jesús. (BIS)
10.- EL SEÑOR
ES MI FUERZA (Juan Antonio Espinoza)
EL
SEÑOR ES MI FUERZA, MI ROCA Y SALVACIÓN.
Tú
me guías por sendas de justicia,
me
enseñas la verdad.
Tú
me das el valor para la lucha,
sin
miedo avanzaré.
Iluminas
las sombras de mi vida, al mundo das la luz.
Aunque
pase por valles de tinieblas, yo nunca temeré.
Yo
confío el destino de mi vida al Dios de mi salud.
A
los pobres enseñas el camino, su escudo eres Tú.
El
Señor es la fuerza de su pueblo, su gran libertador.
Tú
le haces vivir en confianza, seguro en tu poder.
11.- YA NO
TEMO, SEÑOR (Juan Antonio Espinoza)
CRISTO
ESTA CONMIGO,
JUNTO
A MI VA EL SEÑOR
ME
ACOMPAÑA SIEMPRE,
EN
MI VIDA HASTA EL FIN.
Ya
no temo, señor, la tristeza,
ya
no temo, señor, la soledad
porque
eres, señor, mi alegría;
tengo
siempre tu amistad.
ya
no temo, Señor, a la noche
ya
no temo, Señor, la oscuridad
porque
brilla tu luz en las sombras
ya
no hay noche, tu eres luz.
Ya
no temo, Señor, los fracasos
ya
no temo, Señor, la ingratitud
porque
el triunfo, señor, en la vida
tú
lo tienes, tú lo das.
Ya
no temo, Señor, los abismos
ya
no temo, Señor, la inmensidad
porque
eres, Señor el camino
y
la vida, la verdad.
Ya
no temo, Señor, a la muerte
ya
no temo, Señor, la eternidad
porque
tu estas allá esperando
que
yo llegue hasta ti.
12.- TU ERES
EL SEÑOR (Kairoi)
Eres
tan sencilla,
como
luz de amanecer,
eres
Tú, María,
fortaleza
de mi fe.
Tú
eres flor, eres del Señor,
te
dejas acariciar por Su Amor.
Eres
tan humilde,
como
el vuelo de un gorrión,
eres
Tú, María,
el
regazo del amor.
Tú
eres flor, eres del Señor,
te
dejas acariciar por Su Amor.
YO
QUIERO ESTAR,
EN
LAS MANOS DEL SEÑOR,
COMO
TÚ, PARA AMAR,
EN
LAS MANOS DEL SEÑOR,
COMO
TÚ, COMO TÚ, COMO TÚ.
Eres
tan pequeña,
como
el canto de mi voz,
eres
la grandeza
de
Aquél que te modeló.
Tú
eres flor, eres del Señor,
te
dejas acariciar por Su Amor.
Eres
tan hermosa,
como
el cielo, como el mar,
eres
Tú, María,
como
el gozo de soñar.
Tú
eres flor, eres del Señor,
te
dejas acariciar por Su Amor.
13.- MADRE DE LOS CREYENTES (Francisco Palazon)
MADRE
DE LOS CREYENTES
QUE
SIEMPRE FUISTE FIEL,
DANOS
TU CONFIANZA, _
DANOS
TU FE.
1.-
Pasaste por el mundo
en
medio de tinieblas
sufriendo
a cada paso
la
noche de la fe
sintiendo
cada día
la
espada del silencio
a
oscuras padeciste
el
riesgo de creer.
2.-
La fe por el desierto
a
lomos de un asnillo
la
fe cuando en las bodas
Jesús
se hizo esperar
la
fe cuando pensaron
que
el Hijo estaba loco
la
fe sobre el calvario
al
borde de acabar.
3.-
Guardaste bajo llave
las
dudas y batallas
formándose
el misterio
al
pie del corazón
debajo
de tu pecho
de
amor inagotable
la
historia se escribía
de
nuestra redención.
14.- CRISTO
TE NECESITA (Cesareo Garabain)
1.-
Cristo te necesita para amar, para amar,
Cristo
te necesita para amar. [bis]
NO
TE IMPORTEN LAS RAZAS NI EL COLOR DE LA PIEL,
AMA
A TODOS COMO HERMANOS Y HAZ EL BIEN. [bis]
2.-
Al que sufre y al triste dale amor,
dale
amor, al humilde y al pobre, dale amor. [bis)
3.-
Al que vive a tu lado dale amor, dale amor,
al
que viene de lejos dale amor. (bis)
4.-
Al que habla otra lengua dale amor, dale amor,
al
que piensa distinto dale amor. [bis]
5.-
Al amigo de siempre dale amor, dale amor,
al
que no te saluda, dale amor. [bis]