PARÁBOLAS SOBRE EL REINO
COMENTARIO
"El
reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra": La
lectura evangélica de este domingo está formada por dos parábolas sobre el
Reino. En la primera se compara el Reino con lo que sucede en un proceso de
siembra. Se subraya la pasividad del hombre ("la semilla germina y va
creciendo, sin que él sepa cómo") y la productividad de la tierra
("la tierra va produciendo la cosecha ella sola"). Del mismo modo el
Reino irrumpe en el mundo de una forma inapelable, como de una semilla nacerán
las espigas, y sin que los hombres puedan hacer nada. Ni a favor ni en contra.
El Reino crece a pesar del celo, la pereza o la incredulidad de los hombres.
Dios es quien tiene en sus manos el futuro del Reino, pero este futuro será en
bien del hombre, es él quien recogerá los frutos salvíficos: "Cuando el
grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega".
-"Con
un grano de mostaza": El grano de mostaza, imagen de lo que es
insignificante, pero que después se hace muy grande. Lo importante en esta
segunda parábola es la desproporción entre la pequeñez del principio (grano de
mostaza) y la magnitud del final (el árbol). Así ocurre con el reino de Dios:
escondido ahora e insignificante, ha de llegar un día (el "día del
Señor"), cuando vuelva con "poder y majestad", en que se
manifieste según toda su dimensión. En realidad, en lo minúsculo actúa ya lo
grandioso: incluso en el mundo que no conoce el reino, este está ya actuando;
incluso en el corazón del pecador más endurecido puede brillar aún una lucecita
y convertirse en gloria y fuego devorador. Se trata de tomar a Dios en serio a
pesar de todas sus apariencias. En Jesús y gracias a Jesús el Reino de Dios
está abierto a todos, es un espacio donde todos podemos volar y anidar.
Dos
conclusiones. Como el Reino está aquí, en medio de las oposiciones y de los
fracasos, entonces no tenemos que huir de la historia. El discípulo sabe ver en
todo esto la presencia de Dios. En cierto sentido -y ésta es la segunda
conclusión- en el Reino de Dios se desperdician muchas cosas (intentos
repetidos, obstinados, como el gesto del sembrador); no se puede ahorrar. Pero
se trata sólo de un despilfarro para los que razonan según los cálculos
mezquinos de los hombres.
R.P. Roland
Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Sal 26, 7.9
Escúchame,
Señor, que te llamo. Tú eres mi auxilio; no me deseches, no me abandones, Dios
de mi salvación.
ORACION
COLECTA
Oh, Dios, fuerza de los que en ti esperan, escucha con bondad nuestras
súplicas y, pues sin ti nada puede la fragilidad de nuestra naturaleza,
concédenos siempre la ayuda de tu gracia, para que, al poner en práctica tus
mandamientos, te agrademos con nuestros deseos y acciones. Por nuestro Señor
Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
lectura de la
profecía de Ezequiel 17, 22-24
Así dice el Señor Dios: «Arrancaré una rama del
alto cedro y la plantaré. De sus ramas más altas arrancaré una tierna y la
plantaré en la cima de un monte elevado; la plantaré en la montaña más alta de
Israel, para que eche brotes y dé fruto y llegará a ser un cedro magnífico.
Anidarán en él aves de toda pluma, anidarán al abrigo de sus ramas. Y todos los
árboles silvestres sabrán que yo soy el Señor, que humilla los árboles altos y
eleva los árboles humildes, que seca los árboles lozanos y hace florecer los
árboles secos. Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré».
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 91)
Es bueno darte gracias, Señor.
Es bueno dar gracias al Señor y tocar para tu
nombre, oh, Altísimo, proclamar por la mañana tu misericordia y de noche tu
fidelidad. R.
El justo crecerá como una palmera, se alzará
como un cedro del Líbano; plantado en la casa del Señor, crecerá en los atrios
de nuestro Dios. R.
En la vejez seguirá dando fruto y estará
lozano y frondoso, para proclamar que el Señor es justo, que en mi Roca no
existe la maldad. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a
los Corintios 5, 6-10
Hermanos: Siempre tenemos confianza,
aunque sabemos que, mientras vivimos en este cuerpo, estamos desterrados lejos
del Señor. Caminamos sin verlo, guiados por la fe. Y es tal nuestra confianza,
que preferimos desterrarnos del cuerpo y vivir junto al Señor. Por lo cual, en
destierro o en patria, nos esforzamos en agradarle. Porque todos tendremos que
comparecer ante el tribunal de Cristo para recibir premio o castigo por lo que
hayamos hecho mientras teníamos este cuerpo.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO
Aleluya. La semilla es la Palabra de Dios, el
sembrador es Cristo; quien lo encuentra vive para siempre. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo
Evangelio según san Marcos 4, 26-34
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El
Reino de Dios se parece a un hombre que echa semilla en la tierra. Él duerme de
noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él
sepa cómo. La tierra da el fruto por sí misma: primero los tallos, luego la
espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque
ha llegado la cosecha». Dijo también: «¿Con qué podemos comparar el Reino de
Dios? ¿Qué parábola usaremos? Es como un grano de mostaza: al sembrarlo en la
tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las
demás hortalizas y echa ramas tan grandes que las aves del cielo pueden
cobijarse y anidar en ella». Con muchas parábolas parecidas les exponía la
palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a
sus discípulos se lo explicaba todo en privado.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Al Señor, que es bueno, oremos con confianza diciendo: R. Escúchanos,
Señor.
1.- Por el pueblo de Dios: para que crezca como la semilla de bien en
medio de nuestra sociedad. Oremos. R
2.- Por los que anuncian el Evangelio: para que sean claros en la
predicación y misericordiosos en sus actitudes. Oremos. R.
3.- Por todos los cristianos: para que seamos uno en el amor. Oremos. R.
4.- Por los que viven sin fe, por los que están desesperados, por los
que están tristes, por los enfermos: para que experimenten la bondad de Dios. Oremos.
R.
5.- Por los difuntos que durante su vida esperan ver a Dios: para que no queden defraudaos y lo contemplen
en el cielo. Oremos. R.
6.- Por los que nos alimentamos con el Cuerpo y la Sangre de Cristo:
para que su presencia nos transforme en imagen de su ser. Oremos. R.
Escucha Señor las oraciones que tus hijos te dirigen confiadamente, y
haz que un día gocemos de los bienes de tu Reino. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Oh, Dios, que, según la doble condición de los
dones que presentamos, alimentas a los hombres y los renuevas sacramentalmente,
concédenos, por tu bondad, que no nos falte su ayuda para el cuerpo y el
espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Sal 26,
4
Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la
casa del Señor por los días de mi vida.
ORACION
DESPUES DE LA COMUNION
Señor, esta santa comunión contigo que hemos
recibido, anticipo de la unión de los fieles en ti, realice también la unidad
en tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 17: 1R 21, 1-16; Sal 5; Mt 5, 38-42
Martes 18: 1R 21, 17-29; Sal 50; Mt 5, 43-48
Miércoles 19: 2R 1. 6-14; Sal 30; Mt 6, 1-6.16-18
Jueves 20: Eclo 48, 1-15; Sal 96; Mt 6, 7-15
Viernes 21: 2R 11, 1-4.9-18.20; Sal 131; Mt 6,
19-23
Sábado 22: 2Cro 24, 17-25; Sal 88; Mt 6, 24-34
Domingo 23: Job 38, 1.8-11; Sal 106; 2Co 5, 14-17; Mc 4,
35-40
COMENTARIOS
AL EVANGELIO
Mc/04/26-34
1. PARA/GRANO-MOSTAZA PARA/SEMILLA
Las dos parábolas del
campesino perseverante y del grano de mostaza, recogidas en este pasaje,
constituyen, junto con la del sembrador (Mc 4, 3-8) y la de la levadura (Mt 13,
33), un grupo de relatos orientados hacia la misma conclusión: la justificación
de la actitud del Mesías frente a los fracasos de su predicación.
No es imposible que estas
parábolas hayan sido compuestas pensando de manera especial en Simón Zelotes y
en Judas Iscariote (o el Sicario), discípulos de una secta particularmente
extremista que quería provocar la guerra santa contra Roma con vistas a
establecer el reino mesiánico.
a) En la parábola del
campesino perseverante (vv. 26-29), el reino de Dios es comparado al lento
crecimiento de la semilla hasta su cosecha, y, simultáneamente, con la larga
inactividad del campesino antes de su febril actividad de la recolección (que
es descrita, por lo demás, partiendo de Jl 4, 13; cf. también Ap 14, 14-16).
Esa recolección, de conformidad con toda la Biblia y con la referencia a Joel,
es, sin duda alguna, el juicio de Dios que inaugura su reino efectivo. Esto
equivale a decir que es Dios el agricultor: es indudable que no va a tardar en
intervenir y de forma tan espectacular como un segador en la recolección.
Es verdad que ahora, y de
manera especial a lo largo del ministerio de Jesús, Dios parece no intervenir:
deja a Cristo aislado, sin éxito, cada vez más rechazado por los suyos. Pero
este silencio de Dios no deja por eso de estar vinculado al juicio venidero, lo
mismo que la inactividad del agricultor mientras brota la semilla no deja de
estar vinculada a su actividad de segador.
Jesús es atacado por los
judíos: ¡si se presenta como Mesías que presente los signos precursores del
reino! Jesús le responde que no hay signos extraordinarios: Dios deja crecer la
semilla lentamente, pero no se pierde nada con esperar: no hay continuidad
absoluta entre ese laborioso parto del reino de Dios y su manifestación en
plenitud. Que quienes hayan de colaborar en la instauración del reino no
pierdan su confianza en Dios: El ha comenzado y no puede haber duda de que,
tras el silencio, dé cumplimiento a su obra. Que se le espere con paciencia,
sin querer adelantarse a El. Y que quienes no quieran creer en el reino sino en
el momento de su manifestación, estén muy atentos: ese reino está ya cerca de
ellos en Jesús y hay que saber reconocerlo actuando ya en la pobreza de los
medios y la lentitud del crecimiento.
b) La parábola del grano de
mostaza alimenta la confianza en Dios al subrayar el contraste entre los
humildes comienzos del reino (v. 31) y la magnitud de la tarea escatológica (v.
32, en donde el tema del nido está tomado de las escatologías judías
consagradas a la incorporación de los paganos en el pueblo de Dios; cf. Ez 17,
22-24). Con esta parábola Jesús ha querido, seguramente, responder a la
objeción de quienes se oponían a la pequeñez de los medios utilizados por Jesús
para la gloria del Reino esperado, y que ridiculizaban la pobreza y la
ignorancia de los discípulos de Jesús frente al cortejo triunfal que habría de
inaugurar los últimos tiempos.
En realidad, en lo
minúsculo actúa ya lo grandioso: incluso en el mundo que no conoce el reino,
este está ya actuando; incluso en el corazón del pecador más endurecido puede
brillar aún una lucecita y convertirse en gloria y fuego devorador. Se trata de
tomar a Dios en serio a pesar de todas sus apariencias.
MAERTENS-FRISQUE 5.Pág. 67
2.- Texto. En un contexto de incomprensión Marcos introducía el domingo pasado
el tema de la nueva familia de Jesús (Mc. 3. 20-35). Sigue a continuación el
capítulo 4, del que está tomado el texto de hoy. Hasta ese capítulo el
contenido de la enseñanza de Jesús ha sido el formulado en Mc. 1, 15: Se ha
cumplido el plazo: el Reino de Dios ha llegado. En el capítulo 4 este contenido
es formulado y ampliado por medio de parábolas. Marcos nos ofrece unas cuantas,
una selección, y además nos informa de que el sentido de estas parábolas no es
obvio ni inmediato.
La primera parábola habla
de la semilla de cereal desde su siembra hasta la siega, pasando por las etapas
intermedias. La segunda habla de la semilla de mostaza desde su pequeñez como
semilla hasta su magnitud como hortaliza, capaz de dar cobijo a los pájaros.
Ambas parábolas presentan ciclos completos, totalidades. El Reino de Dios es
comparado con una totalidad, simplemente constatada en la primera parábola; exuberante
y rica en la segunda.
Comentario. Si en vez del
abstracto "totalidad" empleamos el concreto "todos",
probablemente habremos dado un paso importante para la comprensión que Marcos
tiene de la enseñanza de Jesús en parábola. El texto del domingo pasado marca
el final de una concepción del Reino de Dios restringida a unos pocos; las
parábolas de hoy señalan el comienzo de un Reino de Dios universal, abierto a
todos. De la familia según la carne a la familia según el espíritu: de la
semilla a la siega; de lo pequeño a lo grande; de lo limitado a lo espacioso.
Donde hay totalidad no hay restricción y donde hay pájaros hay libertad de
movimientos. Con el lenguaje de las imágenes Jesús habla de un espacio donde
todos podemos volar. ¡Y Jesús sabía mucho de esto: pasó mucho tiempo al aire
libre! La literatura judía contemporánea de Jesús era más bien reacia a dar
cabida a los no judíos en el Reino de Dios. Incluso un escrito, el cuarto libro
de Esdras, obra de talante pesimista, consideraba difícil la salvación de los
propios israelitas.
A las parábolas de hoy se
las suele denominar parábolas del crecimiento progresivo. Queda por ver si la
elección de este título es atinada o no, se pregunta un comentarista actual de
Marcos.
No es ciertamente atinada
la elección si por crecimiento entendemos algo que nosotros podemos forjar con
nuestras buenas obras. Si fuese éste el punto de vista de las parábolas,
ciertamente no constituiría una novedad reseñable dentro del judaísmo. Es
preciso, pues, superar una interpretación de corte moral que relaciona el
proceso del Reino de Dios con el progreso del cristiano en el bien. En
realidad, las dos parábolas de hoy se sitúan en una óptica distinta y radical:
¿Es o no el Reino de Dios una realidad abierta a todos? Sirviéndose del
lenguaje de las imágenes, Jesús abre el Reino de Dios a todos de una vez por
todas. El centro de atención de las imágenes es la totalidad de los ciclos, su
compleción, no el crecimiento. Desde una óptica así carece de sentido hablar de
crecimiento progresivo. En Jesús y gracias a Jesús el Reino de Dios está
abierto a todos, es un espacio donde todos podemos volar y anidar. No es, pues,
de extrañar que las concepciones religiosas de corte exclusivistas sientan que
sus fundamentos se resienten con estas dos parábolas.
ALBERTO BENITO - DABAR
1988/34
3.- Mc/04/26-29.
La parábola de la semilla
que crece por sí misma (4, 26-29) es propia de Marcos. Mateo y Lucas prescinden
de ella, a pesar de que conocen el discurso.
Jesús habla de la siembra y
luego se olvida, voluntariamente, de todo el trabajo que viene después: la
poda, la lucha contra la sequía, la preocupación por el mal tiempo... Prescinde
de todo esto porque tiene una lección concreta que ofrecernos: el Reino crece
de todos modos, "lo mismo que la luz brilla sin que nosotros podamos hacer
nada, lo mismo que nada puede ocultarse cuando Dios abre el camino". No
son los hombres los que le dan fuerza a la palabra ni son sus resistencias las
que pueden detenerla. Por eso el discípulo hará bien en despojarse de toda
forma de inútil ansiedad.
MAGGIONI-B. Pág. 74s
4.- Mc/04/30-32.
La breve parábola del grano
de mostaza (4, 30-32) encuentra su sentido en el contraste y en la continuidad
entre la humildad del punto de partida (un pequeño grano) y la magnitud del
punto de llegada (el árbol). El Reino, el Reino grandioso, está ya presente en
esta pequeña semilla, o sea, en la vida y en la predicación de Jesús y más
tarde en la vida y en la predicación de la comunidad cristiana. Pensamos en la
actuación de Jesús: una misión que camina poco a poco hacia el fracaso y un
rebaño que se va encogiendo; pueden surgir las dudas y las crisis: ¿cómo
compaginar esta situación con la pretensión de universalidad que proclama el
Reino? Esta semilla -afirma Jesús- encierra dentro de sí una enorme
potencialidad.
Se trata, por tanto, de una
lección de confianza válida para entonces y válida, quizás más todavía, para la
experiencia de minoría y de diáspora que vive la Iglesia en el seno de la
humanidad. Pero no se trata solamente de confianza. Jesús quiere recordar el
compromiso que exigen la importancia y el significado de la situación presente:
es importante esta ocasión, este encuentro con Cristo; el Reino de Dios está en
esta semilla. La humildad de la situación no debe convertirse en motivo de
dejadez y de abandono. No se trata de rechazar una cosa sin importancia (como
podría sugerir quizás la pequeñez exterior), sino de rechazar ocasiones de
consecuencias incalculables. "La enseñanza de esta parábola no concierne
propiamente al futuro. No pretende enseñarnos que el Reino de Dios habrá de
venir con toda seguridad, o que vendrá pronto, o que el misterio de Jesús dará
ciertamente frutos maravillosos. Se trata de hacernos comprender el significado
decisivo del tiempo presente". Así pues, la parábola nos enseña a tomar en
serio "nuestras" ocasiones, las ocasiones que se ofrecen aquí y
ahora, por muy humildes y terrenas que parezcan. Son, en el fondo, ellas las
que esconden la presencia del Reino.
Dos conclusiones. Como el
Reino está aquí, en medio de las oposiciones y de los fracasos, entonces no
tenemos que huir de la historia (aunque ésta sea fragmentaria, equívoca y
mezquina). El discípulo sabe ver en todo esto la presencia de Dios. En cierto
sentido -y ésta es la segunda conclusión- en el Reino de Dios se desperdician
muchas cosas (intentos repetidos, obstinados, como el gesto del sembrador); no
se puede ahorrar. Pero se trata sólo de un despilfarro para los que razonan
según los cálculos mezquinos de los hombres.
Realmente en el amor no se
desperdicia nada, ni tampoco en la actividad de Dios: sólo hay riqueza de
obstinación y de fantasía. Dios (y el amor que se le parece) no pretende que
cada gesto tenga un fruto, que cada esfuerzo obtenga su recompensa. El amor
vale por sí mismo, lo mismo que la atención a los hombres, la obstinación en la
solidaridad, la esperanza. Dios se da sin reservas.
MAGGIONI-B. Pág. 75
5.- La semilla tiene una fuerza que no depende del sembrador. Una vez sembrada,
crece misteriosamente hasta dar fruto, sin que el sembrador intervenga. Este ni
siquiera sabe cómo acontece todo el proceso de crecimiento de la semilla. Lo
mismo ocurre con el reino de Dios, que nadie puede detener y ha de llegar a su
plenitud cuando sea la hora. El crecimiento del reino de Dios es un misterio
que sólo Dios conoce, él es el que le da el incremento. No debe confundirse a
la Iglesia con el reino de Dios y atribuirle una evolución orgánica siempre
ascendente en el mundo: la parábola no dice nada de esto. La Iglesia es
solamente el "sacramento del reino", es decir, un signo exterior en
el que se esconde y anuncia la realidad de la victoria de Dios y la obediencia
de los hombres a Dios, en lo que consiste nuestra salvación y el verdadero
reino de Dios. Pero la Iglesia está todavía en camino hacia la plena
manifestación y el establecimiento definitivo del reino.
Lo importante en esta
segunda parábola es la desproporción entre la pequeñez del principio (grano de
mostaza) y la magnitud del final (el arbusto). Así ocurre con el reino de Dios:
escondido ahora e insignificante, ha de llegar un día (el "día del
Señor"), cuando vuelva con "poder y majestad", en que se
manifieste según toda su dimensión.
EUCARISTÍA 1988/29
6.- -"El reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra":
Esta lectura evangélica está formada por dos parábolas sobre el Reino. En la
primera se compara el Reino con lo que sucede en un proceso de siembra. En este
proceso se subraya la pasividad del hombre ("la semilla germina y va
creciendo, sin que él sepa cómo") y la productividad de la tierra
("la tierra va produciendo la cosecha ella sola"). Del mismo modo el
Reino irrumpe en el mundo de una forma inexorable, como de una semilla nacerán
las espigas, y sin que los hombres puedan hacer nada. Ni a favor ni en contra.
El Reino crece a pesar del celo, la pereza o la incredulidad de los hombres.
Dios es quien tiene en sus manos el futuro del Reino, pero este futuro será en
bien del hombre, es él quien recogerá los frutos salvíficos: "Cuando el
grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega".
-"Con un grano de
mostaza": La segunda parábola tiene el cuño del estilo narrativo rabínico.
El grano de mostaza, imagen de lo que es insignificante, pero que después se
hace muy grande. Nos indica el mismo movimiento de crecimiento que la parábola
anterior: el Reino está ya presente y va creciendo por sí mismo.
JOAN NASPLEDA - MISA
DOMINICAL 1988/13
7.- Texto. Está compuesto de dos parábolas sobre el Reino de Dios y de una nota
informativa del autor sobre el hecho general de la enseñanza en parábolas y el
de la explicación de las mismas a los discípulos.
La fórmula introductoria
"el Reino de Dios se parece a" puede dar pie a malentendidos. El
parecido no es con el hombre que siembra o con el grano de mostaza sembrado;
sino con la totalidad del proceso reseñado. Ambas parábolas, en efecto,
reflejan procesos completos: la siembra termina en siega; el grano de mostaza,
en planta frondosa. Con el Reino de Dios sucede lo mismo que con la semilla o
con el grano de mostaza: tiene una culminación intrínseca. No habría que hablar
de parábolas de crecimiento, sino de parábolas de culminación.
En el contexto de Marcos
las parábolas no vienen a dar respuesta a dificultades o fracasos en el trabajo
de consolidación del Reino de Dios. Las parábolas están al servicio del
"misterio del Reino de Dios" (Mc. 4, 11). Este misterio o secreto
escondido es el mismo que existe en la semilla o en el grano de mostaza: parece
imposible que de ellos pueda surgir una cosecha, una frondosidad. ¡Y sin
embargo surge! Lo mismo sucede con el Reino de Dios: desemboca en cosecha y
frondosidad. Todos están llamamos a él. Ya no hay judío y no judío, esclavo y
libre, hombre y mujer, rico y pobre. Existen incluso testimonios antiguos que
ven en los pájaros un símbolo de los paganos.
Comentario. El
particularismo o exclusivismo adopta hoy, indudablemente, formas distintas a
las reflejadas en la polémica judío-pagana de tiempos de Jesús. Pero detrás de
formas distintas se esconden siempre unos mismos fondos: afán acaparador,
espíritu cerrado, orgullo, pobreza de espíritu, corporativismo. Son increíbles,
al respecto, la mezquindad y el miedo a desmerecer.
No obstante, nuestras
proclamas universalistas, no estamos dispuestos a diluirnos unos en otros, a
mezclarnos. ¡Nos ha costado tanto trabajo ser lo que somos y conseguir lo que
tenemos! La valía es desgraciadamente egoísta y miope.
El universalismo real
empieza por los más próximos. Solemos ser muy universalistas con los que están
lejos; cuanto más lejos, más universalistas. El universalismo suele empezar a
quebrar con el acortamiento de las distancias.
A. BENITO - DABAR 1991/32
PROPUESTA DE CANTOS DOMINGO XI DEL TIEMPO
ORDINARIO (CICLO B - (16 DE JUNIO 2024)
01.- VIENEN
CON ALEGRIA (Cesareo Garabain)
VIENEN
CON ALEGRÍA SEÑOR,
CANTANDO
VIENEN CON ALEGRÍA, SEÑOR,
LOS
QUE CAMINAN POR LA VIDA, SEÑOR,
SEMBRANDO
TU PAZ Y AMOR (bis)
Vienen
trayendo la esperanza
a
un mundo cargado de ansiedad
a
un mundo que busca y que no alcanza
caminos
de amor y de amistad.
Vienen
trayendo entre sus manos
esfuerzos
de hermanos por la paz,
deseos
de un mundo más humano
que
nacen del bien y la verdad.
02.- IGLESIA
PEREGRINA (Cesareo Garabain)
Todos
unidos formando un solo cuerpo
Un
pueblo que en la pascua nació
Miembros
de Cristo en sangre redimidos
Iglesia
peregrina de Dios.
Vive
en nosotros la fuerza del espíritu
Que
el hijo desde el Padre envió
Él
nos empuja, nos guía y alimenta
Iglesia
peregrina de Dios.
Somos
en la tierra
Semilla
de otro reino
Somos
testimonio de amor
Paz
para las guerras
Y
luz entre las sombras
Iglesia
peregrina de Dios.
Paz
para las guerras
Y
luz entre las sombras
Iglesia
peregrina de Dios
Rugen
tormentas y a veces nuestra barca
parece
que ha perdido el timón,
miras
con miedo, no tienes confianza,
Iglesia
peregrina de Dios.
Una
esperanza nos llena de alegría:
presencia
que el Señor prometió.
Vamos
cantando, él viene con nosotros,
Iglesia
peregrina de Dios.
Todos
nacidos en un solo bautismo,
unidos
en la misma comunión,
todos
viviendo en una misma casa,
Iglesia
peregrina de Dios.
Todos
prendidos en una misma suerte,
ligados
a la misma salvación.
Somos
un cuerpo y Cristo es la Cabeza,
Iglesia
peregrina de Dios.
03.-
ALREDEDOR DE TU MESA (F Palazón – E Pascual)
ALREDEDOR
DE TU MESA VENIMOS A RECORDAR (BIS)
QUE
TU PALABRA ES CAMINO, TU CUERPO FRATERNIDAD,
QUE
TU PALABRA ES CAMINO, TU CUERPO FRATERNIDAD.
1.-
Hemos venido a tu mesa
a
renovar el misterio de tu amor,
con
nuestras manos manchadas
arrepentidos
buscamos tu perdón.
2.-
Juntos y a veces sin vernos,
celebramos
tu presencia sin sentir
que
se interrumpe el camino
si
no vamos como hermanos hacia Ti.
04.- PAN Y
VINO DE AMOR (Brotes de Olivo)
En
la tierra la sembró el sembrador,
la
semilla de tu pan, Señor.
Y
después el viñador trabajó en buena lid,
y
las tierras ven crecer las espigas y la vid. (bis)
El
trigo se molió en el moli-ino
rompiendo
su cuerpo como tú.
La
uva la pisó el hombre en el lagar,
igual
que tú te dejaste pisar.
Y
ahora, convertido en pan y vino,
tu
pueblo lo ofrece en tu altar.
Conviértelos,
oh, Dios, son frutos de tu amor,
en
tu Cuerpo y Sangre, Señor.
El
trigo se molió en el moli-ino
rompiendo
su cuerpo como tú.
La
uva la pisó el hombre en el lagar,
igual
que tú te dejaste pisar.
Y
ahora, convertido en pan y vino,
tu
pueblo lo ofrece en tu altar.
Conviértelos,
oh, Dios, son frutos de tu amor,
en
tu Cuerpo y Sangre, Señor.
05.-AL ALTAR
DEL SEÑOR
AL
ALTAR DEL SEÑOR, VAMOS CON AMOR
A
ENTREGAR AL SEÑOR, LO QUE EL NOS DIO
Pan
le traemos, trigo de Dios
para
la mesa que Él nos preparó
Vino
traemos, viña de Dios
para
la fiesta de la comunión.
Luces
traemos, para alumbrar
la
mesa santa de nuestro altar
Flores
traemos para alegrar
esta
comida de la amistad.
Hoy
nuestro juego, nuestro dolor
nuestros
estudios, Canciones al Señor
Toda
la vida vamos a dar
para
la ofrenda de Cristo en el altar.
06.- DANOS
SIEMPRE DE ESTE PAN (Nestor Gallegos)
DANOS
SIEMPRE DE ESTE PAN,
QUE
NOS UNE EN COMUNIÓN,
[PAN
DE VIDA Y ESPERANZA
VERDADERO
PAN DE DIOS]. (BIS)
Somos
todos invitados
a
la Mesa del Señor,
donde
Él mismo se ha entregado
para
darse en comunión.
Comeremos
de su carne
que
nos une en amistad,
beberemos
de su sangre
con
sabor de eternidad.
Como
granos de la espiga
que
se han hecho un solo pan,
estrechemos
nuestras vidas
y
busquemos la unidad.
Todos
nuestros sentimientos
sean
solo para Dios,
que
seamos instrumentos
en
las manos del Señor.
Este
Pan que compartimos
y
este Cáliz de amistad,
son
también un anticipo
del
Banquete celestial.
Mientras
tanto como Iglesia
caminamos
hacia Dios,
esperando
la venida
que
Jesús nos prometió.
El
Señor nos ha elegido
y
en la Cruz nos redimió,
con
los brazos extendidos
por
nosotros se entregó.
Ojalá
que en este vida
no
perdamos la ilusión,
de
entregarnos sin medida
como
Dios nos enseñó.
07.- UNA
ESPIGA DORADA POR EL SOL
UNA
ESPIGA DORADA POR EL SOL,
UN
RACIMO QUE CORTA EL VIÑADOR,
SE
CONVIERTEN AHORA EN PAN Y VINO DE AMOR,
EN
EL CUERPO Y EN LA SANGRE DEL SEÑOR.
Compartimos
la misma comunión,
somos
trigo del mismo sembrador,
un
molino, la vida nos tritura con amor,
Dios
nos hace Eucaristía en el amor.
Como
granos que han hecho el mismo pan,
como
notas que tejen un cantar,
como
gotas de agua que se funden en el mar,
los
cristianos un cuerpo formarán.
A
la mesa de Dios se sentarán,
como
hijos su pan comulgarán,
una
misma esperanza caminando cantarán,
y
en la vida como hermanos se amarán.
08.- HOMBRES
NUEVOS (Juan Antonio Espinoza)
DANOS
UN CORAZÓN GRANDE PARA AMAR.
DANOS
UN CORAZÓN FUERTE PARA LUCHAR.
Hombres
nuevos, creadores de la historia,
constructores
de nueva humanidad.
Hombres
nuevos que viven la existencia
como
riesgo de un largo caminar.
DANOS
UN CORAZÓN GRANDE PARA AMAR.
DANOS
UN CORAZÓN FUERTE PARA LUCHAR.
Hombres
nuevos, luchando en esperanza,
caminantes,
sedientos de verdad.
Hombres
nuevos, sin frenos ni cadenas,
hombres
libres que exigen libertad.
DANOS
UN CORAZÓN GRANDE PARA AMAR.
DANOS
UN CORAZÓN FUERTE PARA LUCHAR.
Hombres
nuevos, amando sin fronteras,
por
encima de razas y lugar.
Hombres
nuevos, al lado de los pobres,
compartiendo
con ellos techo y pan.
DANOS
UN CORAZÓN GRANDE PARA AMAR.
DANOS
UN CORAZÓN FUERTE PARA LUCHAR.
09.- EL
VIÑADOR (Cesareo Garabain)
1.-
Por los caminos sedientos de luz,
levantándose
antes que el sol,
hacia
los campos que lejos están
muy
temprano se va el viñador.
No
se detiene en su caminar
No
le asusta la sed ni el calor.
Hay
una viña que quiere cuidar
Una
viña que es todo su amor.
DIOS
ES TU AMIGO, EL VIÑADOR
EL
QUE TE CUIDA DE SOL A SOL
DIOS
ES TU AMIGO, EL VIÑADOR
EL
QUE TE PIDE FRUTOS DE AMOR
2.-
Él te protege con un valladar
Levantado
en tu derredor
Quita
del alma las piedras del mal
Y
ha elegido la cepa mejor
Limpia
los surcos con todo su afán
Y
los riega con sangre y sudor
Dime
si puede hacer algo más
Por
su viña el viñador
3.-
Por los caminos sedientos de luz
Levantándose
antes que el sol
Hacia
los campos que lejos están
Muy
temprano se va el viñador
Sólo
racimos de amargo sabor
Ha
encontrado en tu corazón
Dime
si puede hacer algo más
Por
su viña el viñador
10.- TE DEN
GRACIAS (E. de Zayas)
TE
DEN GRACIAS TODOS LOS PUEBLOS,
QUE
TODOS LOS PUEBLOS TE DEN GRACIAS. (bis)
1.-
Señor, Señor, Señor, gracias te damos,
por
esta Misa que hemos celebrado.
Tu
Cuerpo y Sangre ya hemos recibido,
volvemos
a la vida entusiasmados.
2.-
Señor, qué bien se vive aquí en tu casa,
en
Cristo siempre unidos como hermanos.
Señor,
que sea esto un anticipo del cielo
que
ya estamos comenzando.
11.- MADRE DE
LOS HIJOS POBRES (G. Kairoi)
1.-
Virgen sencilla y humilde
que
viviste en Nazaret, ¡Madre!
Casa
de los hijos pobres
que
abren sus manos a Ti, ¡Madre!
Dios
te ensalzó y te hizo grande
en
tu misma pequeñez
haznos
niños a nosotros
para
dejarnos en Él. ¡Madre, Madre!.
Tú
nos miras desde el cielo,
nos
hablas al corazón,
con
un abrazo de madre
nos
envuelves en tu amor.
Lai,
la ra… la. Lai, la, ra… la.
Lai,
la ra… la. La – ra – la.
2.-
Madre de los hijos pobres,
de
los que buscan a Dios, ¡Madre!
Danos
tu fe y confianza,
danos
tu entrega y tu amor, ¡Madre!
En
tu silencio interior
escuchaste
su Palabra,
con
el corazón abierto
viviste
sólo por Él. ¡Madre, Madre!.
12.-SIEMPRE
ES NUEVO EL AMOR (Emilio Vicente Mateu)
AMAR
ES DARSE A TODOS LOS HERMANOS
UNIENDO
ENTRE LAS MANOS EL GOZO Y EL DOLOR.
Y
AL AMARNOS EL MUNDO SE RENUEVA,
LA
VIDA SIEMPRE ES NUEVA, SIEMPRE ES NUEVO EL AMOR.
Yo
sé, Señor, que, aunque hablara
las
lenguas del mundo,
aunque
todos me llamen profeta,
si
no puedo amar soy sólo un rumor.
Yo
sé que sabiendo las ciencias extrañas
conociendo
secretos ocultos
seré
poca cosa si no tengo amor.
Yo
sé, Señor,
que,
aunque tenga una fe tan intensa
que
traslade montañas y rocas,
de
nada me sirve si no tengo amor.
Yo
sé que, aunque queme mi cuerpo en las llamas;
aunque
todo lo entregue a los pobres,
si
no puedo amar es todo ilusión
No tengo amor.