EL PECADO CONTRA EL ESPIRITU
COMENTARIO
Es difícil leer este
evangelio sin chocar con una frase extraña: “Todo se les podrá perdonar a los
hombres, pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás”.
Observemos en primer lugar
que se suele insistir en la segunda parte de este texto, la preocupante, pero
olvidándose de la primera, que es realmente la luminosa: “Todo se podrá
perdonar”. Es la palabra por la que vino Jesús, palabra del amor que sonríe
cariñosamente a nuestra debilidad, la palabra que cambia nuestro desaliento en
un esfuerzo optimista: “Señor, sé que lo perdonas todo; quiero amarte mucho
más”.
Dicho esto, es verdad que
el texto nos atrae como un imán hacia ese “pero”; se perdonara todo, pero… No
nos encontramos en una predicación tranquila, sino en medio del clima más negro
de incomprensión. Los parientes de Jesús han venido a sacarle de lo que creen
que es una locura: “Han perdido la cabeza”. Los inquisidores de Jerusalén se
atreven a insinuar algo tan terrible que Jesús, profundamente afectado, no
puede menos de decir: “¡Cualquier cosa, menos eso!”. Acaban de matar el perdón
envenenando la fuente del perdón. Marcos, literalmente descompuesto, no explica
por qué es eterna su culpa: “Es que decían que tenía un espíritu inmundo”.
Habiendo venido a revelar
hasta qué punto Dios es perdón, siendo el mismo el rostro más limpio de sea
perdón total (“todo se les podrá perdonar a los hombres”). Jesús se ve acusado
de ser tan solo un mago y un endemoniado, manipulado por un espíritu de
mentira, de odio y de impureza. Acaban de caer en ese abismo en el que Dios no
puede ya ser Dios para los hombres que están allí. Todo es perdonable, menos
esa blasfemia que se sitúa a si misma más allá de lo perdonable.
Blasfemia contra el
Espíritu porque en Jesús, en donde mora y al que mueve, el Espíritu es visto
como un espíritu impuro. Entran ganas de decir que eso está muy lejos de
nosotros, que ese texto no es más que una curiosidad. Pero la lección sigue
siendo muy sabrosa.
Desconcertados ante Jesús,
los escribas entran en una incomprensión voluntaria, obstinada. Se van a hacer
incapaces de recibir otras ideas que puedan corregir las que tenía: en Jesús,
el Espíritu quiere enseñarles y ellos insultan al Espíritu. Sin embargo, lo más
grave no es el insulto, sino el estado en que se instalan: seguirán
imaginándose a Dios a su modo rechazando lo que el Espíritu les quería decir.
Entre el Espíritu y ellos levantan un muro; no puede alcanzarles ningún perdón;
no sabrán nunca quien es Dios y cuál es su perdón. Tengo el sentimiento de este
rechazo del Espíritu cuando oigo juzgar a Dios ante un torturado, ante un niño
muerto, ante imágenes de nuestro mundo de sufrimiento y de odio: “¿Cómo
comprender a Dios?”.
Es posible decir eso; a
veces incluso es imposible apagar este grito, pero hay que decírselo a él,
suplicándole que ponga su luz incluso en medio de nuestras preguntas, de
nuestra desesperación. No acusarle a sus espaldas: “¿Qué es lo que hace Dios?
¿Cuál es ese Dios que permite esos horrores? Llegamos a sospechar de las
intenciones y del corazón de Dios, pero su corazón es el Espíritu. El que duda
del corazón de Dios está dejándose llevar lejos del Espíritu.
R.P. Roland Vicente Castro
Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Sal 26, 1-2
EL Señor es mi luz
y mi salvación ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿Quién me
hará temblar? Ellos, mis enemigos y adversaros, tropiezan y caen.
ORACION COLECTA
Oh, Dios, fuente de todo bien, escucha a los que te invocamos, para
que, inspirados por ti, consideremos lo que es justo y lo cumplamos según tu
voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro
del Génesis 3, 9-15.
Después que Adán comió del árbol, el Señor
llamo al hombre y le dijo: “¿Dónde estás?”. El contesto: “Oí tus pasos en el jardín
me dio miedo porque estaba desnudo, y me escondí”. El Señor le replicó: “¿Quién
te informo de que estabas desnudo? ¿Es que has comido del árbol del que te
prohibió comer?”. Adán respondió: “La mujer que me disté como compañera me
ofreció del fruto, y comí” el Señor dijo a la mujer “¿Qué es lo que has
hecho?”. Ella respondió: “La serpiente me engaño y comí”. El Señor Dios dijo a
la serpiente: “Por haber hecho eso serás maldita entre los animales domésticos
y todas las fieras del campo, te arrastraras sobre el vientre y comerás polvo
toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y
la suya; ella te herirá en la cabeza cuando tu hieras su talón”.
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 129)
Del Señor viene la misericordia, la redención
copiosa.
Desde lo hondo a ti grito, Señor, escucha mi
voz, estén tus oídos atentos a la voz del mi suplica. R.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿Quién podrá resistir?. Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto. R.
Mi alma espera en el Señor, espera en su
palabra; m i alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. R.
Aguarde Israel al Señor, como el centinela la
aurora; porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa, y El
redimirá a Israel de todos sus delitos. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a
los Corintios 4, 13—5, 1
Hermanos: Teniendo el mismo espíritu
de fe, según lo que dice la Escritura: “Creí, por eso hable”, también nosotros
creemos y por eso hablamos, sabiendo que quien resucito al Señor Jesús también
con Jesús nos resucitara y junto con ustedes nos llevara a su presencia. Todo
esto es para bien de ustedes. Cuantos más reciban la gracia, mayor será el
agradecimiento, para gloria de Dios. Por eso, no nos desánimos. Aunque por
fuera nos vamos deteriorado, nuestro interior se renueva día a día. Y una
tribulación pasajera y liviana produce un inmenso e incalculable tesoro de
gloria. No nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve. Lo que se ve
es transitorio; lo que no se ve es eterno. Es cosa que ya sabemos; Si se
destruye esta nuestra tienda de campaña terrena, tenemos un sólido edificio
construido por Dios, una casa que no ha sido levantada por mano de hombre y que
tiene una duración eterna en el cielo.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Jn 12,
31b-32
Aleluya. Ahora el
príncipe de este mundo va a ser echado fuer – dice el Señor - Y cuando yo sea elevado sobre la tierra
atraeré a todos hacia mí. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo
evangelio según san Marcos 3, 20-35
En Aquel tiempo, Jesús fue a casa con sus discípulos
y se juntó de nuevo tanta gente que no los dejaban ni comer. Al enterarse su
familia, vinieron a llevárselo, porque decían: “Esta fuera de sí”. También los
escribas que habían bajado de Jerusalén decían: “Tiene dentro a Belcebú y
expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios. El los invito a
acercarse y les propuso estas parábolas: “¿Cómo va a echar Satanás a Satanás?
Un reino dividido contra sí mismo no puede subsistir; una familia dividida
tampoco puede subsistir. Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la
guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un
hombre fuerte para saquear sus bienes, si primero no lo ata, entonces podrá
saquear la casa. Créanme todo se les podrá perdonar a los hombres; los pecados
y cualquier blasfemia que digan: pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo
no tendrá perdón jamás, cargara con su pecado para siempre”. Se refería a los
que decían que tenían dentro un espíritu inmundo.
Llegaron su madre y sus hermanos y desde afuera
lo mandaron llamar. La gente que tenía sentada alrededor le dijo: “Mira, tu
madre y tus hermanos están fuera y te buscan”. Les contesto: “¿Quiénes son mi madre
y mis hermanos?”. Y mirando entonces a los que estaban sentados a su alrededor,
dijo: “Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios,
ese es mi hermano y mi hermana y madre”.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Invoquemos a Dios que por Cristo nos dio la victoria sobre el pecado y
loa muerte y digámosle: R.- Escúchanos y ten piedad.
1.- Por la Iglesia; para que
predique con fe firme que la salación nos viene de Dios que resucito a Cristo. Oremos
al Señor. R.
2.- Por los países y familia que sufren la división, el odio, la
violencia y la guerra: para que la intercesión de María, madre de los
vivientes, les alcance la unidad y la vida verdadera. Oremos al Señor. R.
3.- Por los que viven en pecado y permanecen obstinadamente cerrados a
la gracia: para que Jesús irrumpa en sus vidas, les convierta y haga
instrumentos de su Reino. Oremos al Señor
4.- Por todos los difuntos; para que Cristo que venció el mal y nos
alcanzó la salvación, les conceda la posesión de su gloria. Oremos
al Señor. R.
5.- Por los niños, ancianos y enfermos maltratados o abandonados: para
que no les falte la ayuda que necesitan para salir de su situación dolorosa. Oremos
al Señor. R.
6.- Por nosotros: para que aprendamos cada día a hacer la voluntad de
Dios y para que la Palabra y la Eucaristía renueven nuestro interior. Oremos
al Señor. R.
Gracias, Padre, porque nos permites acudir a ti y porque no dejas de
escucharnos. Bendice a tu Iglesia, guía nuestros pasos hacia ti y haz que
seamos madre y hermanos y hermanas de Jesús por el cumplimiento de tu voluntad.
Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Mira complacido, Señor,
nuestro humilde servicio, para que esta ofrenda sea grata a tus ojos y nos haga
crecer en el amor. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Sal 17, 3
Señor,
mi roca, mi alcázar, mi libertador. Dios mío, peña mía.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Que tu acción medicinal, Señor, nos libere
misericordiosamente de nuestra maldad y nos conduzca hacia lo que es justo. Por
Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 10: 1R 17, 1-6; Sal 120; Mt 5, 1-12
Martes 11: Hch 11, 21b-26; 13, 1-3; Sal 97; Mt 10, 7-13
Miércoles 12: 1R 18, 20-39; Sal 15; Mt 5, 17-19
Jueves 13: 1R 18, 41-46; Sal 64; Mt 5, 20-26
Viernes 14: 1R 19ª. 11-16; Sal 26; Mt 5, 27-32
Sábado 15: 1R 19, 19-21; Sal 15; Mt 5, 33-37
Domingo 16: Ez 17, 22-24; Sal 91; 1Co 5, 6-10; Mc 4,
26-34
COMENTARIOS AL
EVANGELIO
Mc/03/20-35
Par: Mt 12, 22-32 - Mt 12, 43-50 - Lc 8,
19-21 - Lc 11, 14-28
1.- a) El tema esencial de este Evangelio es el combate entre los dos
espíritus. Para la tradición judía, explotada ya en la doctrina de Qumrán, el
mundo está entregado a merced del espíritu del mal por voluntad de los hombres
que le siguen. Pero los últimos tiempos verán la aparición del Espíritu de
bondad, que orienta al hombre hacia el bien y le abre el camino hacia el reino.
El hecho de que Cristo arroje a los demonios es señal de que ese Espíritu de
bondad está ya actuando en el mundo (Mt 12, 28).
Los escribas no niegan que
Jesús arroje a los espíritus malos, sino que, en lugar de ver en ello la
presencia del Espíritu bueno, se inventan una explicación de lo más peregrina:
que seguramente es en nombre del jefe de los demonios como Jesús expulsa a los
demonios subalternos (v. 22). Para Jesús, esta interpretación equivale a
blasfemar contra el Espíritu Santo, negando su presencia en el mundo y
negándole la capacidad de reconstruir un mundo nuevo. Este pecado no tiene
perdón, porque quien comparte una afirmación así no puede formar parte del
Reino, puesto que niega precisamente la misión del Espíritu, que es el único
que puede instaurar el Reino (vv. 28-30).
El caso es que existen los
dos espíritus y el combate que libra Cristo es justamente el del "más
fuerte" contra el "fuerte" (versículo 27). Los fieles toman
parte en ese combate optando por el uno o por el otro: ahora bien, optar por el
espíritu de Dios es escuchar su Palabra y ponerla en práctica (vv. 33-35)
adquiriendo el compromiso de practicar todas las rupturas necesarias -aun
cuando sean familiares- para llevar a feliz término este proyecto.
b) Después de haber
instituido a los Doce (Mc 3, 13-20), Cristo encuentra a su familia (Mc 3, 20-21
y 31-35). La oposición entre los apóstoles y la familia de Jesús es frecuente
en los Evangelios, eco sin duda de las querellas que separaron a unos de otros
sobre la sucesión del Mesías (cf., además, Jn 7, 2-4; Lc 11, 27-28). De hecho,
esta oposición entre los "hermanos de Jesús" y sus
"apóstoles" ilustra la cuestión de la fe. Los conciudadanos de
Cristo, y especialmente su familia, no comprenden su enseñanza (Lc 4, 25). Ni
la vista de los milagros, ni las victorias de Jesús sobre Satanás les hacen
cambiar de parecer. Cristo no puede desde entonces más que fundar una nueva
familia; la pertenencia a esta es cuestión de libertad y no de lazos naturales,
de escucha de la Palabra y no de sentimentalismo.
El hombre ha sido creado
para responder, mediante la fidelidad, a la iniciativa amorosa de Dios. Y como
libre que es puede ser infiel y traicionar su vocación. Eso es el pecado. Pero
la experiencia que el hombre saca de ese pecado es la de una especie de
solidaridad que es anterior a cada uno de nosotros, una solidaridad que puede
abarcar incluso a otras criaturas distintas del hombre: los demonios y la misma
Naturaleza. Pecar es introducirse conscientemente en esa solidaridad casi
cósmica.
Pero el hombre ha sido
creado libre; y no puede, por tanto, ser juguete de otras criaturas, ni
siquiera espirituales. Esto es lo que ha venido a revelar Cristo liberándose de
la solidaridad cósmica que le rodeaba en cuanto hombre y liberando a sus
hermanos de los lazos de los poderes demoníacos. Y no fueron precisamente sus
exorcismos los que hicieron efectiva esa liberación, sino, más
fundamentalmente, su obediencia victoriosa de la tentación y de la muerte.
Mientras espera la
manifestación clara de esta victoria, el cristiano se encuentra entre dos
fuerzas contradictorias: o sucumbe al pecado y se hunde en la primera, o
escucha la Palabra y la obedece, con lo que elabora la solidaridad del Reino
nuevo.
Esta audición de la Palabra
toma cuerpo en la liturgia de la Palabra y su realización en la obediencia
constituye el contenido del sacrificio espiritual ofrecido en la Eucaristía.
MAERTENS-FRISQUE 5. Pág. 43
2.- La frase "la
blasfemia contra el Esp. Sto." y el "pecado eterno" (v.29), pone
en claro que la vida humana no es un juego de canicas. El hombre es capaz de
rebeldías que desencadenan su desdicha.
3.- /Mc/03/20-21.
-La incomprensión de los
parientes
La manifestación de Jesús
deja a la gente asombrada y desconcertada y suscita un grupo de discípulos
dispuestos a seguirle. Esta misma manifestación suscita la incomprensión de los
parientes y la reacción contraria de los escribas. En un texto anterior (2,
1-3) ya hemos visto la oposición de los fariseos, los practicantes; ahora se
trata de los escribas, los teólogos.
Al ver a Jesús asediado por
la gente, hasta el punto de que "ni siquiera podía comer", sus
parientes creyeron que había perdido su sano juicio, que "se había vuelto
loco". Y fueron a buscarlo para llevárselo a casa. Pero ¿por qué sus
parientes lo toman por loco? No comprenden su tremenda actividad, su
predicación a todos, su disponibilidad incondicionada. Los hombres no acaban de
comprender las absolutas exigencias de Dios.
Además, la fama que empieza
a formarse en torno a él va creando problemas; y esos problemas afectan a toda
la familia, empiezan a causarle disgustos. "¡Ha perdido la cabeza! ¡Está
fuera de sí!": una forma muy frecuente de desacreditar las manifestaciones
de Dios y tomar distancias frente a ellas. Dios debería permanecer encerrado
dentro de nuestro concepto de orden y de sentido común, debería ahorrarse
energías y efusiones de amor, debería entregarse con un poco más de prudencia.
Decimos que carece de sentido todo lo que nos supera, todo lo que nos sorprende
y nos desconcierta.
BRUNO MAGGIONI-B.Pág. 60s
4.- /Mc/03/22-27. SAS/LUCHA.
-Discusión con los escribas
Los escribas no se limitan
a proclamar loco a Jesús. Ellos (¡son teólogos!) hacen una lectura más
teológica de su manera de proceder, más reflexiva y consciente; y su repulsa es
más radical, más justificada: "echa a los demonios en nombre del príncipe
de los demonios".
A pesar de que a Jesús no
le gusta meterse en discusiones, aquí se enfrenta con ellos. Está en juego el
sentido más profundo de su venida. No puede permitir que los signos de Dios se
retuerzan y se utilicen para apartar a la gente de su presencia.
Antes de hacer algunas
observaciones más concretas sobre esta discusión será oportuno (no lo hemos
hecho todavía) detener nuestra atención sobre el significado general de la
lucha contra Satanás, una lucha que aquí precisamente intenta defender Jesús
contra la interpretación retorcida de los escribas. Ya desde el principio de su
evangelio Marcos subraya que el Hijo de Dios toma parte en esta lucha que agita
al mundo.
Mediante los relatos de la
liberación de los posesos, el evangelio nos ofrece una visión de la historia,
que se desarrolla en profundidad: una lucha entre el bien y el mal, cuyos
protagonistas no son las fuerzas de la naturaleza, ni tampoco -simplemente- los
seres humanos, sino Dios y el maligno.
Esta oposición entre Dios y
su adversario se manifiesta en tres niveles: el contraste entre Jesús y sus
opositores, entre Jesús y los endemoniados, entre el Espíritu de Dios y
Satanás.
BIEN/MAL. Hemos de decir
que Marcos simplifica (quizás voluntariamente) cuando parece eliminar esa
ambigüedad que está siempre presente en la historia: el bien y el mal no está
aquí o allí, divididos en sectores, sino que luchan en el interior de cada uno
de los hombres y de cada institución. El contraste es radical; y este contraste
pasa a través de cada cosa.
Localizar el bien y el mal
en sectores bien definidos significaría hacer las paces con el mal, señalándolo
y combatiéndolo fuera de nosotros, siendo así que está en nuestro mismo
interior.
Profundicemos más aún:
según Marcos la oposición está no sólo entre Dios y Satanás, sino que en
definitiva se trata de una oposición en torno al hombre.
No sólo está en juego la
gloria de Dios, sino ante todo el hombre, su consistencia y su libertad. La
presencia de Satanás destruye: es el espíritu de confusión, de alienación, de
disgregación. La presencia de Cristo es la paz. Se trata entonces de una
historia en la que el hombre se debate entre la salvación y la alienación.
Pero este debate no afirma
solamente que Jesús está en lucha contra Satanás, que no es ni mucho menos su
aliado. En la afirmación de Jesús se encierra una convicción: con su venida la
victoria sobre el mal es ya un hecho seguro. Las liberaciones del demonio no
son únicamente derrotas parciales del mismo, sino el signo de una derrota total
que ya se anticipa. Se trata de una afirmación única, inaudita para los judíos:
de declaraciones como éstas no hallamos analogía alguna en el judaísmo
contemporáneo; de una victoria sobre Satanás, de una victoria obtenida ya en el
presente, no saben nada ni la sinagoga ni Qumrân.
CZ/VICTORIA. Podemos dar un
paso más y observar que Jesús vence al maligno con la fuerza de la obediencia y
del amor: la fuerza de Dios se hace presente en la disponibilidad de aquel que
aceptó en el bautismo ser el Siervo que asume el peso del mal. "Este amor
desinteresado de Cristo, dirigido a Dios y a los hombres confiados a él,
desenmascara y vence al espíritu de egoísmo y le arranca el mundo del que
estaba abusando. Este amor alcanza su plenitud en la cruz. En la cruz, esto es,
con la pasión y la muerte, que en el fondo le habían preparado los mismos
espíritus del mal, la arbitrariedad de Satanás se hunde ante el amor
omnipotente de Dios, amor que soporta incluso la arbitrariedad en sus
consecuencias. En la cruz queda derrotado el espíritu de la arbitrariedad. En
la cruz de Cristo la fuerza de los espíritus del mal queda rota por la fuerza
irrompible del amor que lo toma todo sobre sí" (J. Jeremías, Teología del
Nuevo Testamento I, Sígueme, Salamanca 1974, 119).
BRUNO MAGGIONI-B.Pág. 61s
5.- Mc/03/28-30. P/IMPERDONABLE BLASFEMIA/ES
-El pecado imperdonable El
pecado de los escribas es imperdonable. Es el pecado de quien rechaza la verdad
"con los ojos abiertos". Pero quizás fuera mejor hablar de justicia:
el pecado imperdonable es la actitud del que niega y pisotea -a sabiendas- los
derechos de los demás. La blasfemia contra el Espíritu Santo es el pecado que
tiene lugar no sólo "sabiendo", sino sabiendo y
"enmascarando", sabiendo y justificando, incluso distorsionando la
misma manifestación de Dios en beneficio propio. Es el pecado cometido con los
ojos abiertos y al mismo tiempo justificado, aceptado, racionalizado. Por eso
es imperdonable, por estar justificado. ¿No será ése el pecado del mundo que
rechaza la verdad y aplasta al hombre, llamando a todo eso "tener mano
izquierda", hacer carrera, competir? La frase de Jesús sobre el pecado
contra el Espíritu Santo (3, 29) "nos pone en guardia, con profunda
seriedad, contra esa extrema y casi inimaginable posibilidad demoníaca del
hombre de declarar la guerra a Dios, no en la debilidad y en la duda, sino
después de haberse enfrentado a sabiendas contra el Espíritu, plenamente
consciente de quién es al que declara la guerra.
Así pues, no es el pecado
de los débiles y de los vacilantes, sino el de los hombres duros como el acero
que no buscan (ni siquiera a tientas) la gloria de Dios, sino que se ponen a sí
mismos en su lugar.
BRUNO MAGGIONI-B. Pág. 53
6.- Mc/03/31-35.
-Los verdaderos parientes
del Señor
Las palabras de Jesús
("¿quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?") pueden parecer
duras: en ellas resuena el motivo de la separación de la familia; Jesús ha
escogido el Reino y ningún vínculo puede retenerlo. Una antigua colección de
frases del Señor (la fuente Q), a la que acudieron Mateo y Lucas, ha conservado
una frase de análogo significado: "Si alguno quiere venir a mí, y no deja
a un lado a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a
sus hermanas, o aun a su propia persona, no puede ser mi discípulo"
(/Lc/14/26).
En las palabras de Jesús
hay algo más: no es el parentesco lo que importa, sino el coraje de la fe. Los
discípulos que, con su decisión al seguirle, se separan de la gente y de sus
mismos parientes son los que constituyen la verdadera familia de Jesús. Se
trata de algo que la comunidad de siempre tiene que tener continuamente ante la
vista: la fe y la voluntad de compartir la vida del Maestro es lo que
constituye a la verdadera comunidad cristiana; no hay que apelar a más
vínculos.
BRUNO MAGGIONI-B. Pág. 64
7.- Posiblemente se trata de la casa de Pedro en Cafarnaún (cf. 2, 1).
El texto griego habla de
"los suyos", una expresión que puede referirse efectivamente a la
familia de Jesús, pero también a sus discípulos. No obstante, puesto que los
discípulos ya se encuentran con Jesús, parece más probable que éstos que lo
buscan ahora sean sus familiares. En este sentido, la escena que relata Marcos,
interrumpida por el altercado con los escribas que vienen de Jerusalén, se
continúa en los versículos 31-35.
Los familiares están preocupados
por la salud de Jesús, bien sea que ellos mismos piensen que está "fuera
de sí" o que han oído decir que éste es el rumor de la gente. En cualquier
caso, la expresión no indica de suyo una enfermedad psíquica, sino un estado
poco normal en sentido amplio (cf. 2, 12; 5; 42; Mt 12, 23). Hay que pensar que
"los suyos" miran también por la buena fama de toda la familia. Se
trata, pues, de una presión ejercida por los familiares sobre la actividad
pública de Jesús y que, a diferencia de lo que ocurre con los fariseos, nace de
una buena voluntad. El celo de Jesús por cumplir su misión ni siquiera fue
comprendido por los de su casa, sus familiares, que no acababan de superar una
mentalidad de pequeños burgueses. Es natural que esto resulte chocante a nuestros
oídos; así ocurrió ya desde el principio, como lo atestiguan las numerosas
correcciones que ha sufrido este texto y los intentos de algunos comentaristas,
incluso actuales, que lo interpretan de otra manera. Es posible que también por
este motivo lo silenciaran Mateo y Lucas, pero no hay que olvidar que el mismo
Jesús dijo cómo la predicación del evangelio iba a traer consigo conflictos
familiares: "Sí, he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija
con su madre, a la nuera con su suegra; y sus propios familiares serán los
enemigos de cada cual" (/Mt/10/35/36).
La presión de la familia,
nacida ciertamente de la incomprensión, pero no ejercida con mala voluntad, es
secundada ahora por la malicia de estos escribas, quizás en misión oficial del
sanedrín, que tratan conscientemente de tergiversar la actividad de Jesús, para
desprestigiarlo ante el pueblo. El odio entra en acción con todos sus recursos.
No pueden negar el poder de Jesús, pero le dan una interpretación malévola:
"Jesús es un aliado de Satanás".
Ya los teólogos judíos
distinguían entre pecados perdonables y pecados que no son perdonables. Entre
estos últimos se contaba el "hablar insolente- mente contra la ley",
pues esto es una blasfemia contra el Espíritu que la inspiró. Los pecados imperdonables
se llamaban también pecados cometidos "con la mano alzada" quizá en
el sentido que tiene hoy entre nosotros la expresión "alzar la mano contra
alguien", por ejemplo, contra el propio padre. Se trata de un género de
pecados cometidos por la mentira, que lucha con odio criminal hasta acabar con
la verdad. Por eso son imperdonables, porque es imposible que el que odia la
verdad pueda reconocerla, por muy clara que se le ofrezca, y así convertirse y
alcanzar perdón. Este es el caso de esos escribas que contradicen y tergiversan
la verdad de Jesús, en quien habita el Espíritu de Dios (cf. 2, 10).
EUCARISTÍA 1988/28
3-8. ¿QUÉ PENSAR DE MARÍA?
Volviendo ahora a Mc
3,20-21.31-35, tenemos que arrostrar la cuestión más delicada en relación con
la escena que allí se describe: ¿qué sentido puede tener la presencia de María
entre los familiares que vienen a retener, a moderar a Jesús? ¿Es quizá
indecoroso atribuir también esta actitud a María? No lo es, con tal que tomemos
en serio los datos que nos presenta la biblia relativos al progreso de la fe en
María.
Como es sabido, es sobre
todo Lucas el que se detiene más tiempo en esta dimensión. Pero también Marcos
levanta el velo sobre un rasgo tan humano de María de Nazaret. La imagen que de
ella nos ofrece es la de una mujer maternalmente preocupada por la suerte de su
hijo. No es de maravillar que también María, un día, cuando algunos empezaron a
tramar contra la vida de Jesús (Mc 3,6), acudiese a su lado para inducirlo a
que tuviese más precaución. En principio, ella misma pudo albergar
preocupaciones todavía demasiado humanas por la misión y por la obra de Jesús.
Hasta aquí llega Marcos, sin ir más allá.
Queda fuera de su
perspectiva el decirnos si María superó y cuándo lo hizo esta fase limitada de
su fe, para alcanzar una comprensión más perfecta sobre cómo tenía que recorrer
Jesús su propio camino. Marcos deja el tema abierto, pero sin avanzar
objeciones en contra. Estrictamente hablando, por ejemplo, en 6,2-6 él no nos
dice que fueran la madre o los hermanos y hermanas los que se escandalizaban de
Jesús. sino "la multitud" que lo escuchaba en la sinagoga (v. 2).
La intención principal de
Mc 3,20-21.31-35 es distinta, solicitada quizá (piensan diversos autores) por
la presencia de algunos parientes de Jesús que vivían dentro de la iglesia
judeo-cristiana. Marcos entonces advierte a su comunidad que el mismo
parentesco carnal con el Señor no es un título suficiente para seguirle con las
debidas disposiciones.
Una prueba de ello es el
hecho de que, cuando Jesús comenzó su ministerio público, sus familiares lo
buscaban, pero "quedándose fuera" (vv. 31.32), es decir, sin
adentrarse en el misterio profundo de su persona, en todas sus implicaciones
(cf Mc 4,41: "¿Quién es éste...?"). En efecto, ellos albergaban ilusiones
y opiniones todavía inadecuadas sobre Jesús, ya que pensaban: "Está fuera
de sí" (v. 21). Para superar estas ideas imperfectas y hacerse verdaderos
parientes de Jesús, Sabiduría encarnada, los miembros de su familia según la
carne tenían (y tienen) que recorrer un camino de fe. En otras palabras, es
preciso "hacer la voluntad de Dios' (v. 35). Solamente recorriendo estos
senderos entra uno a formar parte del circulo de los discípulos, es decir, de
aquellos que "están sentados en torno" a Jesús (vv 32. 34) en aquella
"'casa" mística (v. 20), que, a juicio de algunos exegetas, podría
ser su iglesia. Esta es ahora la auténtica familia del Señor, la escatológica
(v. 35). que consta de los Doce, llamados por Jesús "para que estuvieran
con él" (Mc 3,14); y está formada además por los discípulos de todos los
tiempos que, junto con los Doce, se sitúan "alrededor de Jesús" (cf
Mc 4,10; 8.34a) y "van tras él" (cf Mc 8,34b). Lucas será más
explicito en decirnos que ése fue efectivamente el camino que escogió María.
CONCLUSIÓN. No se trata
realmente (como ocurría de vez en cuando incluso en el pasado más reciente) de
relegar a Mc 3,20-21.31-35 entre los pasajes llamados antimariológicos. Todo lo
más es un testimonio precioso de los verdaderos vínculos que crean la comunión
con Jesús. Marcos enseña que incluso María, la criatura más unida a Cristo con
los vínculos de la sangre, tuvo que elevarse a un orden de valores más alto.
Las exigencias de la misión del Hijo la inducían a veces a renunciar a sus
ideas (muy humanas, por otra parte) de madre según la carne. Después de haber
llevado a Jesús en su seno, era preciso que lo engendrase en el corazón,
cumpliendo la voluntad de Dios (cf Mc 3,35), una voluntad que se hacia
manifiesta en lo que decía y realizaba Jesús. Así la figura de María madre se
armoniza y se completa con la de discípula.
A. SERRA -
DICC-DE-MARIOLOGIA. Págs. 306 s.
9.- De los sermones de san Agustin,
obispo
Os pido que atendáis a lo
que dijo Cristo, el Señor, extendiendo la mano sobre sus discípulos: Éstos son
mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre, que me ha
enviado, ése es mi hermano, y hermana, y mi madre. ¿Por ventura no cumplió la
voluntad del Padre la Virgen María, ella, que dio fe al mensaje divino, que
concibió por su fe, que fue elegida para que de ella naciera entre los hombres
el que había de ser nuestra salvación, que fue creada por Cristo antes que
Cristo fuera creado en ella?
Ciertamente, cumplió santa
María, con toda perfección, la voluntad del Padre, y, por esto, es más
importante su condición de discípula de Cristo que la de madre de Cristo, es
más dichosa por ser discípula de Cristo que por ser madre de Cristo. Por esto,
María fue bienaventurada, porque, antes de dar a luz a su maestro, lo llevó en
su seno.
Mira si no es tal como
digo. Pasando el Señor, seguido de las multitudes y realizando milagros, dijo
una mujer: Dichoso el vientre que te llevó. Y el Señor, para enseñarnos que no
hay que buscar la felicidad en las realidades de orden material, ¿qué es lo que
respondió?: Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.
De ahí que María es dichosa también porque escuchó la palabra de Dios y la
cumplió; llevó en su seno el cuerpo de Cristo, pero más aún guardó en su mente
la verdad de Cristo. Cristo es la verdad, Cristo tuvo un cuerpo: en la mente de
María estuvo Cristo, la verdad; en su seno estuvo Cristo hecho carne, un
cuerpo. Y es más importante lo que está en la mente que lo que se lleva en el
seno.
María fue santa, María fue
dichosa, pero más importante es la Iglesia que la misma Virgen María. ¿En qué
sentido? En cuanto que María es parte de la Iglesia, un miembro santo, un
miembro excelente, un miembro supereminente, pero un miembro de la totalidad
del cuerpo. Ella es parte de la totalidad del cuerpo, y el cuerpo entero es más
que uno de sus miembros. La cabeza de este cuerpo es el Señor, y el Cristo
total lo constituyen la cabeza y el cuerpo. ¿Qué más diremos? Tenemos, en el
cuerpo de la Iglesia, una cabeza divina, tenemos al mismo Dios por cabeza.
Por tanto, amadísimos
hermanos, atended a vosotros mismos: también vosotros sois miembros de Cristo,
cuerpo de Cristo. Así lo afirma el Señor, de manera equivalente, cuando dice:
Éstos son mi madre y mis hermanos. ¿Cómo seréis madre de Cristo? El que escucha
y cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, y mi hermana, y
mi madre. Podemos entender lo que significa aquí el calificativo que nos da
Cristo de «hermanos» y «hermanas»: la herencia celestial es única, y, por
tanto, Cristo, que siendo único no quiso estar solo, quiso que fuéramos
herederos del Padre y coherederos suyos.
SAN AGUSTIN - Sermón 25,
7-8: PL 46, 937-938
PROPUESTA DE CANTOS DOMINGO X DEL TIEMPO
ORDINARIO (CICLO B –
(9 DE JUNIO 2024)
01.- EL SEÑOR
ES MI LUZ (Alberto Taule)
FA SIb FA
El
Señor es mi luz y mi salvación,
re sol DO
el
Señor es la defensa de mi vida;
la re SIb FA
si
el Señor es mi luz ¿a quién temeré?
SIb DO FA
¿quién
me hará temblar?.
SIb DO FA re
1-.
Una cosa pido al Señor
sol DO FA
habitar
por siempre en su casa
SIb DO FA
gozar
de la dulzura del Señor
SIb SOL7 DO DO7
contemplando
su templo santo.
2.-
No me escondas tu rostro Señor
buscaré
todo el día tu rostro
si
mi padre y mi madre me abandonan
el
Señor me recogerá.
3.-
Oh Señor enséñame el camino
guíame
por la senda verdadera
gozaré
de la dulzura del Señor
en
la tierra de la vida.
02.- EL SEÑOR ES MI LUZ
EL
SEÑOR ES MI LUZ Y MI SALVACIÓN,
EL
SEÑOR ES LA DEFENSA DE MI VIDA;
SI
EL SEÑOR ES MI LUZ ¿A QUIÉN TEMERÉ?
¿QUIÉN
ME HARÁ TEMBLAR?
1.
Una cosa pido al Señor
habitar
por siempre en su casa
gozar
de la dulzura del Señor
contemplando
su templo santo.
03.- ALEGRIA
DE VIVIR (Manuel de Terry)
E A E
CANTANDO
LA ALEGRÍA DE VIVIR,
C#- B7
LLEGUEMOS
A LA CASA DEL SEÑOR;
F#- B7 E
C#-
MARCHANDO
TODOS JUNTOS COMO HERMANOS,
F#-7 B7 E
ANDEMOS
LOS CAMINOS HACIA DIOS.
E C#- E
Venid
entremos todos dando gracias;
B7
venid,
cantemos todos al Señor,
E
gritemos
a la Roca que nos salva,
A B7 E
cantemos
la alabanza a nuestro Dios.
La
paz del Señor sea con vosotros:
la
paz que llena sola el corazón,
la
paz de estar unidos como hermanos,
la
paz que nos promete nuestro Dios.
Entremos
por las puertas dando gracias,
podamos
al Señor también perdón,
perdón
por nuestra falta a los hermanos,
perdón
por nuestros pobre corazón.
Sabed
que Dios nos hizo y somos suyos;
sabed
que el Señor es nuestro Dios.
Nosotros
somos pueblo y las ovejas,
ovejas
del rebaño del Señor.
04.- ANTE DE TI SEÑOR PRESENTAMOS HOY (Carmelo
Erdozain)
ANTE
TI, SEÑOR, PRESENTAMOS HOY,
PRESENTAMOS
VINO Y PAN.
ANTE
TI, SEÑOR, Y EN TU ALTAR
PRESENTAMOS
COMO OFRENDA LA AMISTAD [BIS]
1.-
Con el pan, Señor, te llevamos hoy
el
esfuerzo y el dolor.
Con
el pan, Señor, te entregamos hoy,
te
entregamos nuestro amor.
2.-
Presentamos hoy en tu altar de amor,
presentamos
la oración:
que
el pan, Señor, se transforme hoy
en
maná de salvación.
3.-
La amistad, la paz, la fraternidad,
nos
exiges en tu altar;
La
amistad, la paz, la fraternidad,
presentamos
con el pan.
05.- TRAEMOS
A TU ALTAR
TRAEMOS
A TU ALTAR
CON
EL VINO Y EL PAN
NUESTRAS
OFRENDAS.
TRAEMOS
A TU ALTAR
CON
LOS HOMBRES SU AFÁN
Y
SUS PROBLEMAS.
1.-
Con los hombres que trabajan el pan con sudor
ofrecemos
nuestro esfuerzo,
por
lo hombres que no tienen trabajo ni pan
te
pedimos el sustento.
2.-
Con los hombres cuyas vidas son fruto de bien
ofrecemos
nuestra entrega,
por
los hombres cuyas vidas son pena y dolor,
que
sepamos estar cerca.
3.-
Con los hombres que construyen un mundo de paz
ofrecemos
nuestras manos,
por
los hombres que padecen la guerra y el mal,
que
seamos solidarios.
06.- PAN DE LOS ANGELES
PAN
DE LOS ÁNGELES
TE
HICISTE NUESTRO PAN
DISTE
A LOS SIMBOLOS,
SU
PLENA REALIDAD. (2)
Pan
de los ángeles,
te
hiciste nuestro pan,
diste
a los símbolos
su
plena realidad.
Oh,
que admirable don,
tener
como manjar,
pobres
siervos a su Señor.
Oh,
Dios altísimo
El
trino en unidad
Ven
y visítanos
en
nuestra adoración.
Contigo
llévanos
hasta
la eterna luz
en
que sin fin habitas tú.
07.- SEÑOR,
NO SOY DIGNO
SEÑOR,
NO SOY DIGNO
DE
QUE ENTRES EN MI CASA
PERO
UNA PALABRA TUYA
BASTARÁ
PARA SANARME.
1.-
Eres el Pan de Vida,
a
todos das la paz;
quien
come de tu carne
por
siempre vivirá.
2.-
Somos el nuevo pueblo
que
Cristo congregó,
vivamos
siempre unidos,
testigos
del amor.
3.-
Vamos por esta vida
buscando
la verdad,
la
paz y la justicia,
un
mundo que vendrá.
08.- EUCARISTIA,
MISTERIO DE AMOR
1.-
Eucaristía, misterio de amor,
Eucaristía,
comida del pan.
Hoy
le comemos en esta mesa,
hoy
nos unimos al comulgar.
VEN,
SÁCIATE, VEN AL ALTAR.
DIOS
ES COMIDA QUE SE NOS DA. (BIS)
2.-
Eucaristía es su regalo,
Eucaristía
es su gran don:
en
esta misa lo celebramos
todos
unidos en comunión.
3.-
Tu vida, joven tiene sentido
cuando
te acercas a comulgar;
en
esta fiesta Cristo te invita:
Dios
es comida, comparte tu pan.
4.-
En esta mesa de los hermanos
Dios
nos entrega todo su amor.
Jesús
te invita a dar tu vida,
a
abrir tus manos y el corazón
09.- EL SEÑOR
ES MI FUERZA (J.A. Espinoza)
EL
SEÑOR ES MI FUERZA,
MI
ROCA Y SALVACIÓN.
Tú
me guías por sendas de justicia,
me
enseñas la verdad.
Tú
me das el valor para la lucha,
sin
miedo avanzaré.
El
Señor es mi fuerza,
mi
roca y salvación.
Iluminas
las sombras de mi vida,
al
mundo das la luz.
Aunque
pase por valles de tiniebla,
yo
nunca temeré.
El
Señor es mi fuerza,
mi
roca y salvación.
Yo
confío el destino de mi vida
al
Dios de mi salud.
A
los pobres enseñas el camino,
su
escudo eres Tú.
El
Señor es mi fuerza,
mi
roca y salvación.
El
Señor es la fuerza de su pueblo,
su
gran Libertador.
Tú
le haces vivir en confianza,
seguro
en tu poder.
El
Señor es mi fuerza,
mi
roca y salvación.
10.- NO HAY
MAYOR AMOR
RE mi
Y
ES QUE NO HAY MAYOR AMOR
LA7
RE
QUE
DAR LA VIDA,
mi
LA7 RE
QUE
DAR LA VIDA POR AMOR.
mi
Y
ES QUE NO HAY MAYOR AMOR
LA7
RE
QUE
DAR LA VIDA,
mi LA7 RE
QUE
DARLE A CRISTO EL CORAZON.
si7 mi
1.-
Como grano que al morir da fruto,
LA7 RE
y
en espiga se transformará.
si mi
Así
Cristo puesto en el sepulcro,
LA7 RE
en
nosotros resucitará.
mi
Dale
muerte a tu egoísmo,
LA7 RE
a
tu orgullo y a tu vanidad,
SI mi
déjalos
que caigan en la tierra,
LA7 RE
pues
muriendo, tú florecerás.
2.-
Cual pastor que ama a sus ovejas
y
por siempre las protegerá.
Nos
conduce Cristo a buenos pastos
con
su muerte nos rescatará.
Con
tu vida harás como el pastor,
entregándote
sin vacilar.
El
que hace de su vida entrega
siempre
vida en Cristo encontrará.
3.-
En la Pascua un mandamiento nuevo
a
nosotros nos dejó el Señor:
entregar
la vida a los hermanos
como
Cristo nos la entregó.
Esta
es la señal de los cristianos,
por
la que nos reconocerán:
el
amor con el que nos amamos,
y
la propia entrega a los demás.
11.- GRACIAS
(Alfonso Luna)
1.-
Hoy te doy las gracias mi Señor
por
la tierra, el aire, el sol y el mar
hoy
te doy las gracias mi Señor
por
lo hermoso y fácil que es amar.
TE
DAMOS GRACIAS POR TU AMOR
TE
DAMOS GRACIAS OH SEÑOR
TE
DAMOS GRACIAS SIN CESAR
TE
DAMOS GRACIAS POR TU AMOR
TE
DAMOS GRACIAS OH SEÑOR
TE
DAMOS GRACIAS SIN CESAR.
2.-
Hoy te doy las gracias mi Señor
por
mis ojos dados para ver
hoy
te doy las gracias mi Señor
por
haberme dado un corazón.
3.-
Hoy te doy las gracias mi Señor
por
mis padres, amigos y demás
hoy
te doy las gracias mi Señor
por
haber comido de tu pan.