SE EXTRAÑABA DE SU FALTA DE FE
COMENTARIO
Cuando oímos esta observación de Marcos: “Se
extrañaba de su falta de fe”, sentimos cierto temor: ¿y yo? ¡Bienaventurado
temor, porque nunca estaremos bastantes atentos a la salud de nuestra
fe; vivir alguna cosa con Jesús depende por entero de la fuerza de
nuestra confianza en él. Podríamos decir
que estamos repitiendo, pero es el evangelio el que se repite; no ha sido
escrito más que para eso: despertar, nutrir, hacer progresar nuestra fe en
Jesús. Esa fe es nuestra mirada sobre él, nuestro trato con él, nuestra unión
con él, el medio de amarlo cada vez más, sin “escandalizarnos nunca de él”,
como nos advierte también aquí Marcos. Lo que ocurrió en Nazareth puede
sucedernos a nosotros. Había venido “a su patria”, o sea, a su misma casa, y es
precisamente esta familiaridad con él la que hace a esos hombres de Nazareth,
una pequeña aldea en donde todo el mundo se conoce muy bien, ciego y sordo.
Impresionados por este hecho, Jesús les recuerda el refrán: “Sólo en su tierra
desprecian a un profeta”. Nos lo dice
también a nosotros: aquí está la intención de este relato de Marcos. Creemos
conocer a Jesús.
Él forma parte de nuestra vida, por así decirlo.
Respecto a los no-creyentes nosotros somos paisanos suyos, hemos tratado
siempre con él. Algunas veces esta familiaridad con él
nos cansa, la lectura del evangelio nos aburre; es algo bien conocido. Porque
hacemos lo que nunca deberíamos hacer: una lectura distraída, despreocupada. El
evangelio merece algo más. Merece el esfuerzo de meditación
que hacemos en este momento para
reventar toda esa familiaridad y desembocar en el asombro: ¡Señor, qué difícil
eres de conocer!. Allí comienza la aventura. Salimos de la aldea en donde Jesús
era tan conocido que nadie se interesaba por él. Sentimos que hemos de
deshacernos de estas ideas rutinarias.
Nos parecía que esas ideas nos hacían vivir algo con él. Pero
alimentaban tan pobremente nuestra fe que “Jesús no podía hacer ningún milagro por nosotros”. Si nos preguntamos por
el vigor de nuestra fe, hay aquí un test muy
fácil: cuanto más fuerte es, más lo busca. Jesús puede entonces ser Jesús para nosotros; conociéndolo mejor, le
pedimos más. Su decepción de Nazareth debe afectarnos muy profundamente: “Se
extrañaba de su falta de fe”. Señor, ¡Me gustaría tanto no decepcionarte!
Cuando abrimos el evangelio con hambre de conocer a Jesús mucho más,
descubrimos los horizontes de sus
tres países: es de Nazareth,
ciertamente, pero también es de la Trinidad y ahora de la
resurrección. Habita en Dios y
cohabita con todos los hombres. Ese ir y venir entre Dios y los hombres, cuando
uno está cerca de él, produce vértigo algunas veces: “¿De dónde le viene
esto?”. Vislumbra que creer en él es un camino largo y difícil pero, ¿en qué
camino quedaríamos más colmados?.
R.P.. Roland Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Sal 47, 10-11
Oh,
Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo; como tu nombre, oh, Dios
tu alianza llega al confín de la tierra. Tu diestra está llena de justicia.
ORACION COLECTA
Oh
Dios, que en la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída, concede
a tus fieles una santa alegría, para que disfruten del gozo eterno los que
liberaste de la esclavitud del pecado. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura
de la profecía de Ezequiel 2, 2-5
En aquellos días, el
espíritu entró en mí, me puso en pie, y oí que me decía: «Hijo de Adán, yo te
envío a los israelitas, a un pueblo rebelde que se ha rebelado contra mí. Sus
padres y ellos me han ofendido hasta el presente día. También los hijos son
testarudos y obstinados; a ellos te envío para que les digas: "Esto dice
el Señor." Ellos, te hagan caso o no te hagan caso, pues son un pueblo
rebelde, sabrán que hubo un profeta en medio de ellos. ».
SALMO RESPONSORIAL (122)
Misericordia, Señor, Misericordia
A ti levanto mis ojos, a ti
que habitas en el cielo. Como están los ojos de los esclavos fijos en las manos
de sus señores. R.
Como están los ojos de la
esclava fijos en las manos de su señora, así están nuestros ojos en el Señor,
Dios nuestro, esperando su misericordia. R.
Misericordia, Señor,
misericordia, que estamos saciados de desprecios; nuestra alma está saciada del
sarcasmo de los satisfechos, del desprecio de los orgullosos. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura
de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12, 7b-10.
Hermanos: Para que no tenga
soberbia, me han metido una espina en la carne: un ángel de Satanás que me
apalea, para que no sea soberbio. Tres veces he pedido al Señor verme libre de
él; y me ha respondido: «Te basta mi gracia; la fuerza se realiza en la
debilidad.».
Por eso, muy a gusto
presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la fuerza de Cristo.
Por eso, vivo contento en
medio de mis debilidades, de los insultos, las privaciones, las persecuciones y
las dificultades sufridas por Cristo. Porque, cuando soy débil, entonces soy
fuerte.
ACLAMACION ANTES DEL
EVANGELIO
Lc 4, 18.
Aleluya. El Espíritu del Señor esta sobre mí;
me ha enviado para anunciar el evangelio a los pobres. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura
del santo evangelio según san Marcos 6, 1-6
En aquel tiempo, fue Jesús
a su pueblo en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a
enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: «¿De
dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado?. ¿Y esos
milagros de sus manos?. ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de
Santiago y José y Judas y Simón?. Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?».
Y esto les resultaba
escandaloso.
Jesús les decía: «No
desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su
casa.».
No pudo hacer allí ningún
milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su
falta de fe.
Y recorría los pueblos de
alrededor enseñando.
PLEGARIA UNIVERSAL
Levantemos
nuestros ojos al Señor y confiando en su
misericordia, pidámosle por nosotros y por el mundo entero. Invoquemos con fe,
diciendo:
R.- Te lo pedimos, Señor.
1.- Para que el Señor aleje de la Iglesia todo triunfalismo.
Oremos. R.
2.- Para que nuestros
pastores, escuchando a los pobres y sencillos, se abran a los valores ocultos a
los sabios de este mundo. Oremos. R.
3.- Para que en nuestro
país, en eta situación de crisis por la pandemia, reine el respeto, la
solidaridad y el empeño por el bien común. Oremos. R.
4.- Para que los enfermos,
los que son incomprendidos o perseguidos, los que se ven privados de lo necesario
para vivir con dignidad, experimenten nuestra solidaridad y la fuerza de Cristo
que los sostiene. Oremos. R.
5.- Para que el Señor sea
la posesión y la felicidad de los difuntos. Oremos. R.
6.- Para que no nos
quedemos en las apariencias, sino que descubramos la presencia de Cristo en el
corazón de nuestros hermanos. Oremos. R.
Muéstranos,
Señor, tu amor y tu felicidad, escucha nuestras oraciones y haz que vivamos con
humildad de corazón. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Que
la oblación consagrada a tu nombre nos purifique, Señor y nos lleve, de día en
día a participar en la vida del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Sal 33, 9
Gusten y vean que bueno es el Señor, dichoso
el que se acoge a él.
ORACION DESPUES DE LA
COMUNION
Colmados
de tan grandes bienes, concédenos, Señor, alcanzar los dones de la salvación y
no cesar nunca en tu alabanza. Por Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL
DE CADA DÍA
Lunes 05: Gn 28, 10-22ª; Sal 90; Mt
9, 18-26.
Martes 06: Gn 32, 22-32; Sal 16; Mt
9, 32-38.
Miércoles 07:
Gn 41, 55-57; 42, 5-7.17-24ª; Salmo 32; Mt 10, 1-7.
Jueves 08: Gn 44, 18-21.23b-29; 45,
1-5; Sal 104; Mt 10, 7-15.
Viernes 09:
Gn 46, 1-7.28-30; Sal 36; Mt 10, 16-23.
Sábado 10: Gn 49, 29-32; 50, 15-26ª;
Sal 104; Mt 10, 24-33.
Domingo 11:
Am 7, 12-15; Sal 84; Ef 1, 3-14; Mc 6, 7-13.
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mc 6, 1-6
Este trozo (6, 1-6) tiene,
en la economía del evangelio de Marcos, una gran importancia cristológica:
constituye una etapa fundamental en el camino de Jesús hacia el abandono y la
cruz. Desde ahora en adelante Jesús abandona la enseñanza en las sinagogas;
seguirá hablando, pero en medio de la gente, lejos de todo ambiente oficial.
Cuando se lee este
episodio, no es posible dejar de pensar en aquella afirmación del prólogo de
Juan: "Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron." Leído de esta
manera, este episodio va mucho más allá de la repulsa de una oscura aldea de
Galilea: figura la repulsa de todo Israel, una repulsa que por lo demás parece
acompañar a toda la historia del pueblo de Dios. Incluso las motivaciones de
esta repulsa van mucho más allá de la resistencia particular de los habitantes
de Nazaret: son las resistencias de siempre, arraigadas en el corazón del
hombre. Por este trozo de Marcos puede afectarnos también seriamente a
nosotros.
Los habitantes de Nazaret
no niegan la sabiduría de Jesús, sus milagros, la lucidez de su predicación;
incluso se muestran sorprendidos por todo eso.
Pero discuten su origen
(versículo 3). Ha trabajado de carpintero como cualquier otro, ha crecido entre
nosotros, conocemos a su madre y a sus hermanos; ¿cómo es posible que venga de
Dios? Esta es la primera y la fundamental razón de su repulsa: la invisibilidad
de Dios, su manera de hacerse presente bajo las apariencias comunes. La
grandeza de Dios parece contradecirse a sí misma, y esto constituye un
escándalo. Nos parece oir la pregunta de los nazarenos: "De dónde le viene
todo esto? ¿Qué pensar de su sabiduría?" En otras palabras, ¿cómo se
explica su ciencia, la novedad y la eficacia de sus enseñanzas? La respuesta
está ya en la misma pregunta: es una sabiduría que se le ha dado, que no viene
de un hombre o de una escuela, sino de Dios.
Pero esta respuesta es del
evangelista, no de los habitantes de Nazaret. A pesar de su admiración por una
sabiduría que no se explica por sí misma, ellos no creen. Su desconcierto nace
de la confrontación entre el esquema del sabio que viene de Dios al que están
acostumbrados (su esplendor debería superar incluso al de Salomón) y la
realidad concreta e histórica, fenoménica, de Cristo. Podemos concretar más
todavía: el escándalo no viene tanto del hecho de que Jesús sea un carpintero,
sino de que "es uno de nosotros, lo conocemos todos".
La repulsa por parte de los
suyos no es ninguna sorpresa para Cristo. Que un profeta se vea rechazado por
su pueblo no es ninguna novedad. La novedad sería precisamente lo contrario.
Hay incluso un proverbio que lo afirma: un profeta es siempre despreciado en su
país, entre sus parientes y en su propia casa (versículo 4). Se trata de un
proverbio basado en una larga experiencia, que ha acompañado a toda la historia
de Israel, que encuentra su más clara confirmación de la historia del Hijo de
Dios y que se seguirá repitiendo puntualmente en la historia sucesiva. Dios
está de parte de los profetas, pero los profetas se ven siempre rechazados:
rechazados por su pueblo, por su comunidad, no por el mundo. Siempre se procura
quitar de en medio a los hombres de Dios, aunque más tarde se les construya un
monumento.
También por este motivo la
fe se siente escandalizada y sometida continuamente a la prueba; pero esta vez
el escándalo no está entre los escribas y los fariseos, ni entre el pueblo
tranquilo y pretencioso (como los aldeanos de Nazaret), sino entre los
discípulos, entre los pequeños que ven en el profeta una esperanza que ahora
parece venirse abajo en medio de la indiferencia de Dios.
MIGROS/INCREDULIDAD: El
episodio termina con una observación del propio evangelista: "No pudo
hacer ningún milagro allí" (versículo 5). Jesús no puede hacer ningún
milagro en donde tropieza con una incredulidad obstinada. ¿De qué iba a servir
entonces un milagro? Los milagros de Cristo son la respuesta a la sinceridad
del hombre que busca la verdad: no son un intento para forzar de algún modo el
corazón del hombre. A diferencia de los hombres, Dios no utiliza la violencia
para imponer sus propios derechos. Ni tampoco hace milagros en donde los
hombres pretenden señalar que les permitan sustraerse al riesgo de la fe: las
señales de Dios no son evidentes a toda costa. Ni hace milagros finalmente
donde a los hombres les gustaría explotarlos en su propio provecho, para
sostener sus propias pretensiones. Por todo ello, Jesús no hace milagros en
Nazaret. Pero esta afirmación en términos tan absolutos es inexacta y Marcos la
corrige: "Solamente sanó a unos pocos enfermos" (versículo 5). Así
pues, también en Nazaret Jesús buscó a los enfermos y a los pobres. Dios los
busca en todas partes. Pero no son éstos los milagros que les gustan a los
hombres.
ZRUNO MAGGIONI - EL RELATO
DE MARCOS - EDIC.PAULINAS/ MADRID 1981, Pág. 91
2.- Una pequeña observación
a propósito del "desconfiaban de él" de la traducción litúrgica. El
original es más contundente: "se escandalizaban de él", es decir,
Jesús era piedra de escándalo para sus paisanos, daba lugar a que éstos se
escandalizaran.
Comentario. Lo esencial del
texto de hoy es la falta de fe en Jesús. Los paisanos de Jesús parten de los
conocimientos que tienen sobre él, pero se encierran en esos conocimientos, no
salen de ellos y son incapaces de ver más allá.
Si por fe en Jesús entiende
Marcos un comunicarse con él, un abrirse a él, por falta de fe entiende un
encerrarse en los propios esquemas, un no ver más allá de ellos y un no dar el
salto a ese más allá.
Jesús será siempre el más
allá de nuestros esquemas y modos de pensar sobre él. Si no damos el salto a
Jesús porque nos encerramos y empeñamos en nuestros modos y hábitos de ser
religiosos, Jesús siempre será motivo de escándalo para nosotros. Lo malo no
está en partir de unos esquemas religiosos. Lo malo está en encerrarse en
ellos.
Si nos encerramos en
nuestros esquemas y no nos abrimos al más allá que es Jesús, jamás acontecerá
en nosotros lo asombroso, el milagro.
A. BENITO - DABAR 1988, 37
3.- El término griego que
Marcos emplea en 6, 1 es susceptible de un doble significado; ciudad natal o
país natal.
Tomando como punto de
referencia a Mc. 1, 9, es lógico concluir que su sentido es el de ciudad natal
y que se está refiriendo a Nazaret, Sin embargo, dada la bivalencia del término
y la no mención explícita del lugar, el autor puede haberlo escogido
intencionadamente como símbolo y anticipo de un rechazo más amplio.
Sinagoga y enseñanza,
exactamente como en Cafarnaún (cfr. Mc. 1, 21). Enseñanza como actividad, rasgo
muy típico de Marcos, a quien parecen interesar más las reacciones que los
contenidos.
Estupefacción, extrañeza.
Hasta aquí todo igual que en Cafarnaún. Las diferencias comienzan a partir de
aquí, en la formulación de la extrañeza. Autoridad y novedad de Jesús
(Cafarnaún); origen y naturaleza de lo que Jesús dice y hace (texto de hoy).
Centrándonos ya en él es fácil
percibir los motivos de la extrañeza. Estos no son otros que el conocimiento de
las raíces existenciales de Jesús; su trabajo, su familia. ¡Esas raíces no dan
tanto de sí!, parecen gritar los conciudadanos, quienes, además de escépticos,
adoptan incluso un tono insultante, como cuando, en forma inaudita para los
hábitos judíos, describen a Jesús con referencia sólo a su madre, sin mención
del padre. El realismo y la crudeza son una de las características de Marcos.
Compárense los paralelos de
Mateo y Lucas y se podrá constatar cómo ambos son mucho más mitigados y menos
crudos (cfr. Mt 13, 55; Lc. 4, 22).
ESCANDALO/QUÉ-ES:"Y se
escandalizaban a causa de él" (mejor traducción que la litúrgica "y
desconfiaban de él"). La palabra escándalo significa etimológicamente algo
que hace tropezar a una persona o hacer caer a un animal en una trampa.
Escandalizar: hacer tropezar, descarriar, seducir. Una vez más el realismo de
Marcos, quien no tiene reparo en presentar a Jesús como un obstáculo para sus
conciudadanos. Tenemos, pues, la situación: desconocimiento, incomprensión,
rechazo. ¿Por qué esta situación? ¿Cuáles son sus causas? El diagnóstico apunta
en una doble dirección: la experiencia humana hecha proverbio (v. 4) y la falta
de fe (v.6). De nuevo la fe. Pedida a los compañeros de barca hace dos
domingos; verificada el domingo pasado; ausente hoy. Falta de apertura y de
confianza, de ojos abiertos y sencillos. Por eso, y en contraste con el domingo
pasado, el mundo maravilloso de la utopía y de lo insospechado queda cerrado.
La semilla sólo puede crecer bajo la tierra, nunca bajo el cemento. Este no es
permeable a la lluvia; la tierra, sí.
A. BENITO - DABAR 1985, 36
4.- Nazaret no se cita en
el Antiguo Testamento ni en sus comentarios. Sin embargo, en 1962, Avi Jonah
descubrió una lápida de mármol negro, datada en el siglo II a. C., en la que se
contiene el nombre de esta aldea.
Lucas y Marcos nos narran
de forma independiente este pasaje, colocándolo cada uno en el contexto que
interesa a su teología.
Lucas añade detalles como
los referentes al contenido de la predicación de Jesús y a que sus paisanos
intentaron despeñarlo.
La extrañeza y el posterior
rechazo de sus paisanos basándose en el origen humilde y conocido de Jesús
tiene diversos acentos según el evangelista que lo narra. En Juan, por ejemplo,
se recalca la extrañeza ante alguien que sabe de letras sin haber estudiado y
se rechaza que pueda ser el mesías, puesto que el origen de este personaje será
desconocido y el de Jesús lo conocen todos sus convecinos. La reacción que
presenta Marcos tiene un cierto tono de insulto. Cuando un semita recuerda sólo
a la madre de un hombre, y no al padre, intenta ofenderlo, como un hombre
insignificante sin pasado ni porvenir (Nolli). La profesión de carpintero era bastante
honorable y eran muchos los rabinos que tenían este oficio. En Israel, la
actividad manual no tenía el tinte casi deshonroso que tiene en nuestra
sociedad. La palabra griega que pone Marcos ("tekton": de la que
viene arquitecto) significa propiamente "artesano", sin especificar
cuál era su actividad concreta. San Justino afirma que Jesús construía yugos y
arados de madera, San Hilario, sin embargo, sostiene que era herrero. Otros
autores lo aplican a quienes construyen casas. Todos estos oficios caben dentro
de la palabra griega, pero no hay que excluir en quienes lo traducen así una
fuerte intención simbólica.
El milagro se encuentra
principalmente en la interpretación de un hecho como acción salvadora de Dios.
Sin la fe de los testigos de una curación no puede haber milagro. En este caso,
los actos de Jesús no fueron "leídos" desde una óptica de fe, y el
milagro no fue posible.
EUCARISTÍA 1988, 32
5.- No desprecian a un profeta más que en su tierra.
El fragmento de hoy cierra la primera etapa del
ministerio de Jesús. Es la etapa de la popularidad en Galilea, de las
multitudes que se acercan a él para escucharle y para que les cure a los
enfermos, la etapa en que se muestra como por Jesús llega a los hombres el
Reino de Dios que transforma los corazones y libera del mal.
Marcos cierra esta etapa en Nazaret, su pueblo, que
viene a ser como un símbolo de todo el pueblo de Israel. Porque, efectivamente,
a pesar del éxito inicial y la popularidad, el conjunto del pueblo no puede
aceptar que Dios manifieste su Reino a través de alguien que es un hombre como
otro cualquiera, con una familia y un oficio como la demás gente. Jesús
pretendía cambiar la vida de su pueblo, y de hecho, de entrada, parecía que los
que le veían y le escuchaban quedaban cautivados por lo que decía y hacía. Pero
poco a poco su pretensión les fue pareciendo excesiva: ¿qué credenciales podía
exhibir Jesús para hacer y decir todo aquello? Y Jesús, después de esta
escena-resumen, empezará a centrar su acción en sus discípulos. Continuará
predicando y curando enfermos, y realizará la acción pública y simbólica de
alimentar las multitudes multiplicando los panes y los peces, pero su interés
estará centrado sobre todo en hacer comprender el sentido de su misión al grupo
más reducido y cercano de los que van con él.
Resalta, en el texto de hoy, la manera cómo reacciona
la gente ante la palabra de Jesús en contraste con las reacciones del inicio de
la vida pública: allí la gente decía que "enseñaba con autoridad", y
quedaban admirados ( 1,21 ss); aquí no importa cómo enseña, sino que de entrada
no resulta aceptable que pueda tener autoridad alguien que es una persona
normal.
Y después resalta que Jesús "no pudo hacer"
ningún milagro. El domingo pasado, en los dos milagros que leíamos, se veía que
la fe-confianza llevaba a la curación, y aquí no está presente esta
fe-confianza. Por eso, "su tierra" queda excluida de la liberación,
excepto "algunos enfermos": ¡no todo el pueblo se cierra a Jesús!
La "extrañeza" de Jesús ante el hecho de
"su falta de fe" se convertirá, al final de la vida pública, en
lamento sobre Jerusalén, que no ha querido recibir a su liberador.
OSEP LLIGADAS - .MISA DOMINICAL 1994, 9