“DEN FRUTOS”
COMENTARIO
En este segundo domingo de Adviento tenemos la presentación de Juan el
Bautista. Nadie mejor que él para prepararnos a recibir al Mesías. Diríamos que
Juan está hecho para eso, para preparar los caminos de Cristo, para anunciar su
llegada y promover los encuentros, el Precursor. Es, no una característica,
sino la definición de Juan.
Juan era hijo de sacerdote y podía haberse manifestado en el templo.
Pero él no iba a seguir el oficio de su padre, ni se iba a llamar como su
padre, Zacarías, que significa «el Señor recuerda». Juan no estaba hecho para recordar,
sino para anunciar algo nuevo. El nombre de Juan significa «Yahveh es
misericordioso», Yahveh se ha compadecido, Yahveh muestra su favor. Juan estaba
hecho para anunciar el favor de Dios, que la misericordia de Dios se ha
manifestado definitivamente.
Lo que Juan anuncia es que el Reino de Dios está cerca, que Dios mismo
está cerca. Por lo tanto, hay que prepararse a fondo, desde la raíz. Hay que
quitar impedimentos, hay que limpiar suciedades, hay que podar estorbos, hay
que acabar con la esterilidad y ofrecer frutos buenos de todas clases. Para
ello Juan bautiza con agua, pero anuncia un bautismo radical «de Espíritu Santo
y fuego». Con Jesús el pueblo será bautizado por el Espíritu, es decir, será
sumergido en esta fuerza de vida y de santidad de Dios que es su Espíritu.
Mateo, al estilo judío, evita en lo posible, por un exagerado respeto,
pronunciar el nombre de Dios y recurre a sucedáneos, como "el cielo".
El reino de los cielos y el reino de Dios -de que nos hablan Marcos y Lucas-
son la misma realidad. El reino, o mejor, reinado de Dios, era la más alta
aspiración y esperanza del Antiguo Testamento y del judaísmo. Algo que
pertenecía al más allá y que Dios concedería en el momento oportuno. Sería como
el nuevo cielo y la nueva tierra donde no habrá pecado, muerte ni dolor. El
Bautista anuncia que todo esto, que los judíos esperaban para un futuro
incalculable, se realiza en la persona de Jesús y a través de ella. Estamos
ante la razón última de las exigencias de la conversión: el hombre debe volverse
a Dios, porque Dios se ha vuelto a los hombres.
R.P. Roland Vicente Castro Juárez
Pueblo de Sion: el Señor vendrá a salvar a
los pueblos y hará resonar la majestad de su voz con alegría en su corazón.
ORACION COLECTA
Dios todopoderoso,
rico en misericordia, no permitas que, cuando salimos animosos al encuentro de
tu Hijo, lo impidan los afanes terrenales, para que, aprendiendo la sabiduría celestial,
podamos participar plenamente de su vida. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 11, 1-10
Aquel día: Saldrá un brote del tronco de
Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él se posará el espíritu del
Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu
de ciencia y temor del Señor.
Le inspirará el temor del Señor. No juzgará
por apariencias ni sentenciará de oídas; juzgará a los pobres con justicia, con
rectitud a los desamparados.
Herirá al violento con la vara de su boca, y
al malvado con el aliento de sus labios. La justicia será cinturón de sus lomos,
y la lealtad, cinturón de sus caderas. Habitará el lobo con el cordero, la
pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un
muchacho pequeño los pastorea.
La vaca pastará con el oso, sus crías se
tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará en la hura del
áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No hará
daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país de ciencia
del Señor, como las aguas colman el mar. Aquel día, la raíz de Jesé se erguirá
como enseña de los pueblos: la buscarán los gentiles, y será gloriosa su
morada.
SALMO
RESPONSORIAL (71)
Que en sus
días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente.
Dios mío, confía
tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con
justicia, a tus humildes con rectitud. R.
Que en sus días
florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna; que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R.
Él librará al
pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; él se apiadará del pobre
y del indigente, y salvará la vida de los pobres. R.
Que su nombre sea
eterno y su fama dure como el sol: que él sea la bendición de todos los
pueblos, y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura
de la carta de apóstol san Pablo a los Romanos 15, 4-9
Hermanos: Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza
nuestra, de modo que entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las
Escrituras mantengamos la esperanza.
Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, les conceda estar de
acuerdo entre ustedes, según Jesucristo, para que unánimes, a una voz, alaben
al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
En una palabra, acogeos mutuamente, como Cristo los acogió para gloria de
Dios. Quiero decir con esto que Cristo se hizo servidor de los judíos para
probar la fídelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas;
y, por otra parte, acoge a los gentiles para que alaben a Dios por su misericordia.
Así, dice la Escritura: «Te alabaré en medio de los gentiles y cantaré a tu
nombre.».
ACLAMACION
ANTES DEL EVANGELIO Lc 3, 4.6
Aleluya. Preparen el camino del Señor,
allanen sus senderos. Todos verán la salvación de Dios. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 3,
1-12.
Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea,
predicando: «Conviértanse, porque está cerca el reino de los cielos.».
Este es el que anunció el Profeta Isaías diciendo: «Una voz grita en el
desierto: “Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos.”.
Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a
la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del
Jordán; confesaban sus pecados; y él los bautizaba en el Jordán.
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les
dijo: «¡Camada de víboras!, ¿Quién les ha enseñado a escapar del castigo inminente?.
Den el fruto que pide la conversión.
Y no se hagan ilusiones, pensando: “Abrahán es nuestro padre”, pues les
digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras.
Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen
fruto será talado y echado al fuego. Yo los bautizo con agua para que se conviertan;
pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las
sandalias.
El los bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la
mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en
una hoguera que no se apaga.».
PLEGARIA UNIVERSAL
Dispuestos a
preparar los caminos del Señor y a allanar las sendas de nuestra vida para que
se haga uno con nosotros, oremos por el mundo y sus necesidades. Digamos: R.-
Ven pronto, Señor.
1.- Por la Iglesia: para que en
este tiempo de Adviento prepare el camino del Señor que viene a salvar a su
pueblo. Oremos. R.
2.- Por cuantos presiden al
pueblo de Dios sirviéndolo en el ministerio pastoral: para que den testimonio
con su vida y sean la voz que clama en el desierto de nuestro mundo, animando a
todas las personas a enderezar sus pasos y a preparar el camino al Señor. Oremos. R.
3.- Por nuestros gobernantes: para
que la llegada de los tiempos nuevos de la salvación les abra los ojos para
reconocer en cada persona una hija amada de Dios, y para que Jesús les
transforme el corazón para construir una sociedad mas justa y fraternas. Oremos. R.
4.- Por los que han muerto
esperando ver cumplidas definitivamente las promesas de la salvación: para que
gocen eternamente de la posesión de su Dios y Salvador. Oremos. R.
Señor, derrama
tu Espíritu Santo sobre nuestras vidas, bendice con tu providencia nuestras suplicas
y haz que la inminencia de la venida de tu Hijo de frutos de conversión y vida
nueva en todos y cada uno de tus fieles. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Que los ruegos y
ofrendas de nuestra pobreza te conmuevan, Señor, y al vernos desvalidos y sin méritos
propios acude, compasivo, en nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Ba 5,
5; 4, 36.
En pie, Jerusalén,
sube a la altura, contempla la alegría que Dios te envía.
ORACION
DESPUES DE LA COMUNION
Saciados con el alimento
espiritual te pedimos, Señor, que, por la participación en este sacramento nos
enseñes a sopesar con sabiduría los bienes de la tierra y amar intensamente los
del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA
DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes
05: Is 35, 1-10; Sal 84; Lc 5, 17-26
Martes
06: Is 40, 1-11; Sal 95; Mt 18, 12-14
Miércoles
07: Is 40, 25-31; Sal 102; Mt 11, 28-30.
Jueves
08: Gn 3, 9-15.20; Sal 97; Ef 1, 3-6.11-12; Lc 1,
26-38.
Viernes
09: Is 48, 17-19; Sal 1; Mt 11, 16-19.
Sábado
10: Eclo 48, 1-4. 9-11; Sal 79; Mt 17, 10-13.
Domingo
11: Is 35, 1-6a. 10; Sal 145; Stg 5, 7-10; Mt 11, 2-11.
COMENTARIOS
AL EVANGELIO
Mt 3. 1-12
Paralelos: Mc 1, 1-8 Lc
3, 1-18
1.- El verbo
"convertirse" y el sustantivo correspondiente aparecen en Mt en
momentos de gran importancia para el mensaje evangélico (3. 2; 4. 17; 11. 20;
12. 41). Más que cambio de mentalidad (según el pensamiento griego) habría que
entender "cambio de camino (según la manera de pensar del A.T.). Todo el
que inicia un camino de fe tiene que encontrarse con esta realidad: vivir de fe
es ir cambiando poco a poco nuestra manera de andar por el camino de la vida.
EUCARISTÍA
1989/57
4.- Texto. A diferencia de Marcos
y de Lucas, Mateo introduce a Juan Bautista en acción y después lo presenta. De
esta forma resalta más el mensaje transmitido (v.2) que la identidad del
mensajero (vs. 3-4). Como los otros evangelistas, también Mateo resalta el
impacto y acogida del mensaje (vs. 5-6), pero a partir del v. 7 tiene un punto
de mira propio: fariseos y saduceos. Ellos, en exclusiva, son los destinatarios
del desarrollo del mensaje. Fariseos y saduceos representaban las dos
corrientes religiosas más representativas de la sociedad judía. Los fariseos,
con sus haburot o fraternidades laicales, empeñadas en el más estricto
cumplimiento de la Ley, interpretada ésta de acuerdo a una tradición que
buscaba acomodar los principios a las situaciones siempre cambiantes; los saduceos,
con su sacerdocio y su culto en el Templo y con su fundamentalismo religioso
que sólo tenía en cuenta la Ley escrita, sin la dinámica de la tradición.
Fariseos y saduceos son objeto de
crítica en su calidad de corrientes religiosas que apelaban a su pertenencia al
Pueblo de Dios. No os hagáis ilusiones pensando que sois descendientes de
Abrahán. A pesar de esa pertenencia se les acusa de no dar frutos adecuados de
conversión y por eso se les amenaza con la llegada del día del Señor, una
llegada en la que precisamente ellos tenían depositada la máxima esperanza. Se
les dice que esa llegada es inminente en la persona del que tiene toda la
fuerza y la autoridad de Dios para discernir los corazones.
En su identificación de Juan en
los vs. 3-4, Mateo lo había presentado vestido a la usanza de Elías (ver 2
Reyes 1, 8). Para Mateo, Juan es el mensajero del día del Señor, el Elías
esperado inmediatamente antes del final de los tiempos para preparar a los
miembros del Pueblo de Dios a salir airosos ante la llegada del Mesías.
Comentario. Por encima de los
inevitables modelos culturales y religiosos, lo significativo en el texto de
hoy es la necesidad de conversión en los miembros del Pueblo de Dios. A fuerza
de manida, la afirmación ni nos sorprende ni nos inquieta. Quisiera, sin
embargo, indicar que la categoría y altura morales de los destinatarios de la
exigencia de Juan hacen de ésta una sorpresa, en el mejor de los casos. ¿De qué
tenían, en efecto, que convertirse unas personas que, como los fariseos, se caracterizaban
por un estricto cumplimiento de la Ley? Hasta tal punto era ejemplar su
cumplimiento que constituyeron un modelo y un reclamo moral en todo el ámbito
greco-romano. Es ciertamente sorprendente exigir conversión a unas personas
así.
CV/MANDAMIENTOS: Por eso mismo la conversión que
se les pide tiene que ir por derroteros distintos de los de la buena conducta.
No es que ésta se excluya; sencillamente se da por supuesta. Ser miembro del
Pueblo de Dios presupone ser buena persona, es decir, cumplir los mandamientos.
La buena conducta pertenece a los presupuestos, no a la esencia del creyente.
La conversión que se le pide a un
miembro del Pueblo de Dios ahonda sus raíces en el complejo y misterioso mundo
de las estructuras de la conducta. Se trata de un cambio de mentalidad y de
talante; de un modo de ser, de orientarse y de estar situado diferentes a los
modos al uso. La cercanía de una persona diferente como es Jesús exige también
personas diferentes. Lo que no sea esto equivaldrá a tener el mundo que
tenemos, pero no el Reino de los cielos.
ALBERTO
BENITO - DABAR 1989/02
5.- Comentario. Si hemos de ser
fieles a Mateo no tenemos más remedio que reconocer lo siguiente: Juan Bautista
amenaza con Jesús a fariseos y saduceos. La imagen del pregonero de Isaías
anunciando al pueblo la alegre noticia del final del cautiverio queda
contrapesada y eclipsada por la imagen de Elías, que según los judíos tiene que
retornar antes del final del presente estado de cosas para poner orden y
concierto. Para Mateo, en efecto, Juan Bautista es el duro y terrible Elías, el
del segundo libro de los Reyes que hace bajar fuego del cielo. Esto quiere
decir que Mateo se sitúa en el final de un estado de cosas intolerable. De ahí
la irrupción de Juan clamando por el cambio. ¿Qué cambio? No se nos dice.
Sencillamente, se formula su necesidad: Convertíos. El grito queda así como una
exigencia abierta a las mil concreciones de los oyentes-lectores.
Hay con todo un dato sugerente. Me
refiero a las personas fustigadas. Todo conocedor de la historia judía sabe que
fariseos y saduceos no pueden ser contertulios y compañeros de peregrinación, y
sabe también que, sobre todo, los fariseos, moldean su conducta en el crisol de
la Ley de Dios. ¿Qué sentido puede tener para ellos la exigencia de dar el
fruto que pide la conversión? ¿Un mayor o ejemplo cumplimiento de la Ley? Pero
si es así no parecen merecedoras de una interpelación tan dura como la de raza
de víboras.
Casi siempre asociamos conversión
y comportamiento. Y no está mal. Pero casi nunca asociamos conversión y
actitud. ¿Se nos ha ocurrido pensar que en un comportamiento bueno puede darse
una actitud mala? Por ejemplo, de intransigencia, de engreimiento...
"Abrahám es nuestro padre" era el santo y seña común a fariseos y
saduceos. De ahí que Mateo los mencione al unísono. Esa frase equivalía a esta
otra: Somos el pueblo de Dios. Y tras ella podía esconderse una conciencia con
alguno de los siguientes componentes: intransigencia, cerrazón, superioridad,
desprecio. El duro y terrible Elías de Mateo asesta su golpe en esta
conciencia, desenmascara al Pueblo de Dios en cuanto Pueblo de Dios. Y lo hace
en nombre del que está para llegar. Jesús es, pues, una amenaza para el Pueblo
de Dios.
A.
BENITO - DABAR 1986/02
6.- Juan el Bautista es una figura
señera que marca la espiritualidad del tiempo de Adviento. Su importancia no
viene dada sólo por el hecho de ser el último y "el mayor de los
profetas", sino, sobre todo, porque él es el profeta de la inminencia, el
que anuncia la presencia del Señor: por este motivo Juan escapa de los tiempos
antiguos y se inserta destacadamente en el NT. Los tres sinópticos coinciden en
reservar una parte importante de su narración a la descripción del ministerio
de Juan el Bautista.
Concretamente, el evangelio de san
Mateo, hoy, hace intencionadamente hincapié en que la aparición del Bautista
representa el cumplimiento de las profecías recordando Is 40, 3, en que la
expresión "camino a Yavhé" queda sustituida por "camino al
Señor": Jesús es la manifestación suprema de Dios entre los hombres. Nos
encontramos, pues, dentro de una época nueva: la expresión inicial "por
aquel tiempo" es cronológicamente poco concreta, pero suficientemente para
enterarnos de quela narración evangélica no se coloca en la línea de las
teorías, sino dentro de la temporalidad de los hechos de la historia. No es el
hombre el que interpreta unos hechos, sino que son los hechos los que revelan
el sentido de la historia que ahora empieza a narrar el evangelista.
Notemos el poder de convocatoria
que tiene la predicación de Juan. Más allá de todo partidismo, los evangelistas
ven y destacan el universalismo de su palabra. En torno a su persona comienza a
formarse el nuevo pueblo mesiánico del cual surgirá Jesús. El contenido de la
predicación, centrado especialmente en las palabras dirigidas contra los
fariseos y saduceos, muestra una vez más que una realidad nueva empieza: no es
suficiente la religión formalista, ni la pureza del linaje; el tiempo nuevo se
debe caracterizar por una conversión fáctica, nacida del fondo del corazón del
hombre. El tiempo de la "fidelidad de Dios" exige asimismo la
fidelidad del hombre.
Mateo deja claro que, a pesar de
la importancia de Juan, él queda sujeto y subordinado a la persona de Jesús.
Sólo él es portador del Espíritu de Dios y del juicio definitivo sobre la vida
de los hombres y de los pueblos.
A. R. SASTRE - MISA DOMINICAL
1977/22
7.- Después de hablar de la
genealogía, nacimiento y narraciones de la infancia de Jesús en los capítulos 1
y 2, Mateo inicia el evangelio de la proclamación del Reino, proclamación hecha
en primer lugar por Juan, luego por Jesús, y por encargo de El, por los
apóstoles. La expresión inicial "por aquel tiempo" nos indica que
entramos en una nueva sección.
La proclamación de Juan consiste
en decir: Convertíos que está cerca el Reino de los Cielos. Convertirse debe
entenderse como un cambio radical en la vida de cada hombre; siguiendo la línea
del Antiguo Testamento, consistiría en un retorno incondicional al Dios que
hizo la alianza con el hombre. Mateo, siguiendo la tradición judía, evita decir
el nombre de Dios, y por eso habla del "Reino de los Cielos": Dios,
que reina en los cielos, se dispone a reinar también en la tierra y sobre los
hombres, y por eso hay que prepararle el camino, volverse hacia El para que
pueda reinar sobre cada persona.
Las características externas de
Juan son las de un profeta, especialmente las de Elías (cfr. 2 R 1,8): es él
quien prepara el camino para la venida del Señor. Y su predicación tiene una respuesta
verdaderamente popular: "de Jerusalén, de Judea y del valle del
Jordán". Para poder aceptar el reinado de Dios es necesaria una
purificación interior, que se expresa por medio del bautismo (el baño de
inmersión dentro del agua) y que debe manifestarse en frutos ("dad el
fruto que os pide la conversión") que vayan estrechamente unidos con el
deseo y el signo de la conversión. Para Juan, la llegada del que "puede
más que él" supone también el juicio: todo el que no haya dado frutos de
conversión será excluido del reinado de Dios por este juicio que está ya aquí
mismo. Será el propio Mesías quien haga este juicio: con la imagen de aventar
el trigo en la era, se indica la función purificadora y separadora que va a
ejercer.
El bautismo mesiánico tendrá también
esta característica: será una purificación hecha por medio del fuego del
Espíritu Santo. El bautismo de Juan no es más que una purificación para
prepararse a recibir el del Mesías, que consistirá en una donación del
Espíritu. De ahí que este bautismo del Espíritu no lo dé Juan, sino el que
viene después de él, a quien llama "el Poderoso", "el
Fuerte", refiriéndose a unos de los nombres que en el Antiguo Testamento
se dan a Dios: "Dios grande, fuerte, Yavhé de los ejércitos es su
nombre" (Is 32,18). Ante El, Juan se sitúa en una postura como la que el
esclavo tenía para con su señor.
Con Jesús el pueblo será bautizado
por el Espíritu, es decir, será sumergido en esta fuerza de vida y de santidad
de Dios que es su Espíritu.
J. ROCA
- MISA DOMINICAL 1980/23
8.- Convertíos, porque está cerca
el reino de los cielos
Mateo presenta, por un lado, la
figura de Juan, el Bautista, y su acción profética confirmada por la Escritura
(3,1-6); y por otro, su predicación (3,7-12). De este retrato de Juan emerge su
estilo de vida, que bautice y que haga lo que el profeta Isaías había
anunciado. Y de su predicación, destaca la llamada a la conversión y el anuncio
del juicio de Dios.
El Bautista aparece como el
predicador de la conversión, de la opción por una vida nueva, condicionada por
el hecho de que el Reino de Dios se ha manifestado históricamente en Jesús de
Nazaret, el hombre que trae el juicio de Dios. El papel de Juan es de
precursor: hace que se entrevea en su estilo de vida y mensaje cuál será la
misión de Jesús de Nazaret.
La predicación de Juan Bautista
denuncia el conjunto del judaísmo oficial, que se opone al proyecto salvador de
Jesús. Los fariseos (reformadores laicos con pinceladas fuertemente
integristas) y los saduceos (conservadores del clero y de los notables de la
ciudad) son emparentados con la estirpe de la serpiente (3,7), imagen que
significa la maldad perversa y obstinada, y que contrasta con la estirpe del
Mesías. Detrás de esta denuncia del Bautista, resuena la preocupación del
evangelista Mateo por desenmascarar la falsa seguridad de un ritualismo
estéril, que aseguraría la inmunidad ante el juicio de Dios (el bautismo no
sería ninguna garantía); así como la falsa seguridad de la pertenencia a la
estirpe de Abrahán, que serviría de coartada para escaparse del juicio de
condena (3,9). El criterio último y decisivo es la conversión y la adhesión
íntegra y fiel a Dios, que implica un estilo de vida conforme a las exigencias
de su voluntad (hay que dar buen fruto).
Al final, el Bautista presenta al
protagonista del juicio de Dios, el que bautizará con Espíritu Santo y fuego.
Aquí se definen las características de los dos bautismos y se presentan a sus
protagonistas (3,11): un bautismo es con agua para la conversión y el otro es
con Espíritu y fuego para la salvación; el primero es menos que un esclavo y el
que viene después es más que Señor; uno anuncia el juicio y el otro es el juez,
el purificador de su parva.
Por tanto, ante la inminencia de
la venida del Señor y juez, Juan propone llevar una vida enraizada en la
fidelidad a la voluntad de Dios (el buen fruto) y no enraizada en falsas
seguridades.
J. FONTBONA - MISA
DOMINICAL 1995/15
PROPUESTA DE CANTO
DOMINGO II DE ADVIENTO CICLO A
01.- UN PUEBLO QUE CAMINA (Juan Antonio Espinoza) (Entrada)
UN PUEBLO QUE CAMINA POR EL MUNDO
GRITANDO: “VEN, SEÑOR”.
UN PUEBLO QUE BUSCA EN ESTA VIDA
LA GRAN LIBERACIÓN.
1.- Los pobres
siempre esperan el amanecer
de un día más justo
y sin opresión.
Los pobres hemos
puesto la esperanza en Ti, Libertador.
2.- Salvaste
nuestra vida de la esclavitud,
esclavos de la ley,
sirviendo en el temor.
Nosotros hemos
puesto la esperanza en Ti, Dios del Amor.
3.- El mundo por la
guerra sangra sin razón,
familias
destrozadas buscan un hogar.
El mundo tiene
puesta su esperanza en Ti, Dios de la Paz.
02.- ESTE PAN Y VINO
ESTE PAN Y VINO, SEÑOR
SE TRANSFORMARÁN
EN TU CUERPO Y SANGRE, SEÑOR
EN NUESTRO MANJAR.
Gracias al sol y al labrador
En el altar florecen hoy
Las espigas, los racimos
Que presentamos a Dios.
ESTE PAN Y VINO, SEÑOR
SE TRANSFORMARÁN
EN TU CUERPO Y SANGRE, SEÑOR
EN NUESTRO MANJAR.
Lo que sembré con mi dolor
Lo que pedí en mi oración
Hoy son frutos, son ofrendas
Que presentamos a Dios.
ESTE PAN Y VINO, SEÑOR
SE TRANSFORMARÁN
EN TU CUERPO Y SANGRE, SEÑOR
EN NUESTRO MANJAR.
03.- ALLANAD LOS CAMINOS
Allanad, allanad
los caminos, que viene el Señor.
Pasará, pasará por
tu lado sediento de amor.
Allanad, allanad
los caminos, que viene el Señor.
Pasará, pasará por
tu lado sediento de amor.
Él camina con
vosotros, no le conocéis,
te acompaña en tu
camino, vives tú con él.
Es el pobre que se
acerca buscando tu comprensión,
es el triste que
deambula sediento de paz y amor.
Tú has de ser quien
pondrá la sonrisa en su corazón,
sembrarás una flor
en su campo falto de Dios.
Tú has de ser quien
pondrá la sonrisa en su corazón,
sembrarás una flor
en su campo falto de Dios.
Caminad, caminad
los senderos que marca el Señor.
Y quitad, y quitad
las espinas de su corazón.
Él te busca, él te
llama, quiere tu lealtad,
entre rejas, en las
guerras, esperando está.
Vive enfermo en las
cabañas con hambre de luz y pan,
es el rico de
dinero que harto de todo está.
Allanad y quitad
los pedriscos que hay al andar,
descansadle los
pies al descalzo que andando va.
Allanad y quitad
los pedriscos que hay al andar,
descansadle los
pies al descalzo que andando va. (2V).
04.- VEN SALVADOR
VEN SALVADOR, VEN SIN TARDAR,
DANOS TU GRACIA Y TU PAZ.
VEN SALVADOR, VEN SIN TARDAR,
DANOS TU FUERZA Y VERDAD.
1.- Nos
diste tu palabra,
es
firme nuestra espera;
Iremos
tras tus huellas,
Sabemos
que vendrás,
Ven,
ven Señor Jesús.
2.- Los
hombres de mi pueblo,
esperan
que tu vengas;
que se
abran horizontes,
por
donde caminar
Ven,
ven Señor Jesús.
3.-
Vendrás con los que luchan,
por una
tierra nueva,
vendrás
con los que cantan,
justicia
y hermandad.
Ven,
ven Señor Jesús.
05.- VAMOS A PREPARAR LOS CAMINOS
VAMOS A PREPARAR EL CAMINO DEL SEÑOR.
VAMOS A CONSTRUIR LA CIUDAD DE NUESTRO DIOS.
VENDRÁ EL SEÑOR CON LA AURORA,
EL BRILLARÁ EN LA MAÑANA, PREGONARÁ LA VERDAD.
VENDRÁ EL SEÑOR CON SU FUERZA,
ÉL ROMPERA LAS CADENAS, ÉL NOS DARÁ LA LIBERTAD.
1.- El estará a
nuestro lado,
El guiará nuestros
pasos,
Él nos dará la
salvación.
Nos limpiará del
pecado,
ya no seremos
esclavos,
Él nos dará la
libertad.
2.- Visitará
nuestras casas,
nos llenará de
esperanza,
Él nos dará la salvación.
Compartirán nuestros
cantos,
todos seremos
hermanos,
Él nos dará la
libertad.
3.- Caminará con
nosotros,
nunca estaremos ya
solos,
Él nos dará la
salvación.
El cumplirá la
promesa,
y llevará nuestras
penas,
Él nos dará la
libertad.
06.- SANTA MARIA DE LA ESPERANZA
SANTA MARIA DE LA ESPERANZA
MANTEN EL RITMO DE NUESTRA ESPERA,
MANTEN EL RITMO DE NUESTRA ESPERA.
Nos diste al esperado de los tiempos,
mil veces prometido en los profetas;
y nosotros de nuevo dese amos
que vuelva a repetirnos sus promesas.
Brillaste como aurora del gran día;
plantaba Dios su tienda en nuestro suelo.
Y nosotros soñamos con su vuelta,
queremos la llegada de su Reino.
Viviste con la cruz de la esperanza,
tensando en el amor la larga espera;
y nosotros buscamos con los hombres
el nuevo amanecer de nuestra tierra.
Esperaste, cuando todos vacilaban,
el triunfo de Jesús sobre la muerte;
y nosotros esperamos que su vida
anime nuestro mundo para siempre.
07.- ARRIESGATE
TODOS UNIDOS EN LA VIDA,
VAMOS BUSCANDO UN HORIZONTE:
ARRIÉSGATE (3) HAY ALGO MÁS
ARRIÉSGATE (3) SIN VACILAR.
1.- Ningún camino
es largo para el que cree,
ningún esfuerzo es
grande para el que ama,
ninguna cruz vacía
para el que lucha.
2.- Cambiemos las
promesas en realidades,
luchemos como
hermanos por la justicia,
sembremos hoy la
aurora de un nuevo día.
3.- El pan que
trabajamos con nuestras manos,
el cáliz que
llevamos con alegría,
traerán la
primavera a nuestras vidas.