GENEALOGIA Y
NACIMIENTO DE JESUCRISTO
COMENTARIO
El evangelista ha presentado la genealogía de Jesús
partiendo de Abrahán y pasando por David. El último descendiente de David
nombrado es "José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, el
Cristo". El acuerdo matrimonial se hacía un año antes de la boda y aunque
los novios aún no vivían juntos, tenía validez legal parecida a la del matrimonio,
es decir, que para romper el acuerdo matrimonial hacía falta un acto formal de
repudio. Esto es lo que se dispone a hacer José cuando se da cuenta de que su
prometida está embarazada.
De
José sólo se dice "que era un hombre justo", un término de profundo
significado en el Antiguo Testamento y que recuperaremos como eje central de las
Bienaventuranzas. ¿En qué sentido se declara justo a José? Según una antigua
interpretación que se remonta a Justino, José es justo, primero porque observa
la ley (que obligaba al marido a disolver el matrimonio en caso de adulterio)
y, además, porque mitiga con la magnanimidad el rigor de la ley (evita la
difamación pública). José es justo porque, comprobando una presencia de Dios,
una economía superior, se retira ante ella sin pretensiones. "Justo"
tiene entonces el sentido típico de Mateo, a saber, aceptación del plan de Dios
incluso cuando desconcierta el propio.
Como
en el Antiguo Testamento, el "sueño" es a menudo un medio a través
del cual Dios se manifiesta. El "ángel", por otro lado, también se
presenta como un mensajero de Dios. El ángel se dirige a José con un título que
sólo se dará a Jesús: "hijo de David", y le comunica que el hijo que
espera María "viene del Espíritu Santo". Así queda claro que José no
ha intervenido en la concepción del hijo de María. Más aún, José ni tan sólo
podrá hacer lo que correspondía al padre: escoger el nombre del hijo.
"Jesús" quiere decir "el Señor salva". El nombre indica la
misión del hijo de María: hacer patente la salvación de Dios; él mismo será la
salvación.
Es
típica de Mateo la indicación de que en Jesucristo se cumple plenamente lo que
las Escrituras anunciaban. En este caso recuerda el anuncio hecho por Isaías al
rey Acaz. Y el nombre que decía el profeta, "Emmanuel", será también
definitorio de Jesús. Mateo concluirá su evangelio remitiendo a este texto
inicial: Jesús "estará con nosotros cada día". José, "hombre
justo", se fía de Dios y toma a María en su casa como esposa. A pesar de
no serlo físicamente, ejercerá de padre de Jesús.
R.P. Roland Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Is 45,
8
Cielos, destilen desde lo alto: nubes derramen
al justo; abrase la tierra y brote al Salvador.
ORACION COLECTA
Derrama, Señor,
tu gracia en nuestros corazones, para que, quienes hemos conocido por el
anuncio del ángel, la encarnación de Cristo, tu Hijo, lleguemos por su pasión y
su cruz, a la gloria de la resurrección. Por Nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 7, 10-14
En aquellos días, el Señor habló a Acaz: «Pide
una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo
del abismo o en lo alto del cielo.».
Respondió Acaz: «No la pido, no quiero tentar
al Señor.».
Entonces dijo Dios: «Escucha, casa de David:
¿no les basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios?. Pues el
Señor, por su cuenta, les dará una señal: Miren: la virgen está encinta y da a
luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel que significa:
“Dios-con-nosotros”.».
SALMO
RESPONSORIAL (23)
Va entrar
el Señor, él es el Rey de la gloria.
Del Señor es la
tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes: él la fundó sobre los
mares, él la afianzó sobre los ríos. R.
¿Quién puede subir
al monte del Señor?, ¿Quién puede estar en el recinto sacro?. El hombre de
manos inocentes y puro de corazón, que no confía en los ídolos. R.
Ése recibirá la
bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación. Éste es el grupo
que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los Romanos 1, 1-7.
Pablo, siervo de Cristo Jesús,
llamado a ser apóstol, escogido para anunciar el Evangelio de Dios.
Este Evangelio, prometido ya por sus
profetas en las Escrituras santas, se refiere a su Hijo, nacido, según la
carne, de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de
Dios, con pleno poder por su resurrección de la muerte: Jesucristo, nuestro
Señor.
Por él hemos recibido este don y
esta misión: hacer que todos los gentiles respondan a la fe, para gloria de su
nombre. Entre ellos estáis también vosotros, llamados por Cristo Jesús.
A todos los de Roma, a quienes Dios
ama y ha llamado a formar parte de los santos, os deseo la gracia y la paz de
Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
ACLAMACION
ANTES DEL EVANGELIO Mt 1, 23
Aleluya. Miren: La Virgen concebirá y dará a
luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, Dios-con-nosotros. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 1,
18-24
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba
desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo
por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió
repudiarla en secreto.
Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un
ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte
a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo.
Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su
pueblo de los pecados.».
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por
el profeta:
Miren: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre
Emmanuel que significa “Dios-con-nosotros”.».
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del
Señor y se llevó a casa a su mujer.
PLEGARIA UNIVERSAL
Sabiendo que no
quedaremos defraudados porque esperamos en el Señor que pronto viene a
salvarnos, oremos al Padre con confianza y supliquémosle: R.-. Ven, te esperamos,
Señor.
1.- Para que el Espíritu, que
fecundo las entrañas de María, haga germinar en el seno de la Iglesia la
esperanza en una mañana mejor en el que el dialogo, el respeto y la caridad
sean el pan cotidiano del pueblo, adquirido por el Mesías. Oremos. R.
2.- Para que la inminente
llegada de la Navidad disponga el corazón de los responsables de las naciones y
pueblos para promover la justicia desde la paz y el entendimiento. Oremos. R.
3.- Para que el anuncio de la
buena noticia de la salvación llegue a los que aún no han oído hablar de Jesús
y para que, sintiéndose amados por él, se incorporen con alegría a su pueblo
santo. Oremos. R.
4.- Para que la entrada de Jesús
en nuestro mundo humanice las relaciones entre los esposos, purifique el amor
de los que se preparan al matrimonio, y bendiga a todas las familias
especialmente a los que se han visto más afectadas por estos años de crisis y
enfermedad. Oremos. R.
5.- Para que cuantos han dejado
este mundo, anhelando el reino eterno, gocen ya de su plenitud y para que los que
han muerto sin esperanza sean incorporados, por nuestra oración fraterna y los méritos
de la eucaristía, al pueblo glorioso de Dios. Oremos. R.
6.- Para que, alimentados por
el Cuerpo y la Sangre del Señor, al igual que María, dejemos que Jesucristo se
encarne en nuestras vidas y nos haga imágenes vivas de la suya. Oremos. R.
Padre y Señor de
la vida, que por el sí de María entraste en nuestra historia en una carne como
la nuestra: escucha las suplicas de tus hijos y haz que proclamemos que tu eres
el Dios con nosotros. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
El mismo Espíritu,
que colmo con su poder las entrañas de santa María, santifique, Señor, estos
dones que hemos colocado sobre tu altar. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Is 7,
14.
Miren: la Virgen
esta encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel.
ORACION
DESPUES DE LA COMUNION
Dios todopoderoso después de
recibir la prenda de la redención eterna, te pedimos que crezca en nosotros
tanto el fervor para celebrar dignamente el misterio del nacimiento de tu Hijo,
cuanto mas se acerca la gran fiesta de la salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA
DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes
19: Jc 13, 2-7.24-25a; Sal 70; Lc 1, 5-25.
Martes
20: Is 7, 10-14; Sal 23; Lc 1, 26-38.
Miércoles
21: Ct 2, 8-14; (o bien: Sof 3, 14-18ª); Sal 32; Lc 1,
39-45.
Jueves
22: 1S 1, 24-28; Sal: 1S 2, 1. 4-8; Lc 1, 46-56.
Viernes
23: Ml 3, 1-4.23-24; Sal 24; Lc 1, 57-66.
Sábado
24: 2S 7, 1-5.8b-12. 14ª.16; Sal 88; Lc 1, 67-79.
Misa
Vespertina de la Vigilia: Is 62, 1-5; Sal 88; Hch
13, 16-17.22-25; Mt 1, 1-25.
Domingo
25: Misa de
Medianoche: Is 9, 1-3.5-6; Sal 95; Tt 2, 11-14; Lc 2, 1-14.
Misa
de la Aurora: Is 62, 11-12; Sal 96; Tt 3, 4-7; Lc 2,
15-20.
Misa
del Día: Is 52, 7-10; Hb 1, 1-6; Jn 1, 1-18 (o bien: Jn 1,
1-5. 9-14).
COMENTARIOS
AL EVANGELIO
Mt
1. 18-24
1.- Este pasaje ha sido
interpretado frecuentemente a expensas de la personalidad religiosa de S. José.
De ahí la importancia de captar exactamente el pensamiento de Mateo, en
especial partiendo de los matices propios que porta el texto paralelo de Lucas.
Sin embargo, estaremos en mejores condiciones para interpretar este pasaje
difícil si tenemos en cuenta su género literario muy particular. Existe, en
efecto, un género literario particular en la Biblia respecto a anuncios de
nacimientos. Este género literario supone siempre la aparición de un ángel, la
designación del personaje interesado con un nombre que recuerda su función (aquí:
José, Hijo de David, título que el ángel no utilizará en sus demás apariciones
a José), una dificultad que hay que vencer (en general, la esterilidad del seno
materno; aquí, para José, recibir a María en su casa), un signo dado como
prenda (en Lc 1. 36, el embarazo de Isabel; aquí el alumbramiento virginal de
María), finalmente, detalles concretos sobre el nombre del niño (aquí: Jesús).
Este género literario de los
"anuncios de nacimiento" no es más que la forma de expresión de un
acontecimiento muy real, pero hay que saber despojar a este acontecimiento de
ciertos detalles del relato. Cuando el ángel se apareció a la Virgen (Lc 1.
26-38) le anunció de entrada que su Hijo sería Hijo de David (Lc 1. 32);
después, partiendo de ahí, formuló la pregunta de la concepción virginal (Lc 1.
34-35). Ante José, el ángel procede de distinta manera: la concepción virginal
queda aclarada desde el principio (Mt 1. 20), pero se trata de asegurar que el
Niño sea Hijo de David (Mt 1. 20-23).
María tiene una dificultad que vencer:
qué será de sus desposorios (Lc 1. 34); José también la tiene: cuál será su
papel respecto a un Niño que no será suyo. Evidentemente, María ha sido la
primera en saber que pariría en virginidad. Pero ¿puede admitirse que no haya
dicho nada sobre el particular a su prometido? Cierto que los evangelistas no
nos dicen nada a este respecto, pero ¿quién puede deducir del silencio de los
evangelistas el silencio de María y, "a fortiori", el silencio de
Dios, y admitir que María dejó a José en la duda y la inquietud? ¿Puede
admitirse que una desposada que, ante el ángel, se preocupa de sus relaciones
de desposorios, no ponga al corriente a su vez a su prometido de las nuevas
condiciones impuestas a su futuro? ¡No! Y José está perfectamente al corriente
del alumbramiento virginal de su prometida. José no está, pues, inquieto ni
presa de la duda respecto a la virtud de su esposa, y el ángel no se le aparece
para tranquilizarle.
JOSE/JUSTO. Pero José es "justo"
(Mt 1. 19), no con esa justicia legalista que quiere poner la ley de su parte y
repudiar a su mujer, ni tampoco con esa justicia, sobre la que insiste el padre
Spicq, que respeta al prójimo y se niega a causarle el mínimo perjuicio, sino
con esa justicia religiosa que le prohíbe hacerse pasar por el padre de un Hijo
que no es suyo (tanto si comprendió o no de entrada que ese Niño milagroso
sería también un Niño divino).
Entonces es cuando interviene el
ángel para comunicar a José que Dios le necesita, porque si bien no tiene nada
que hacer al nivel del alumbramiento, tiene una misión que cumplir al nivel de
la paternidad legal. El mensaje del ángel podría interpretarse así: "Es cierto
que lo que se ha engendrado en María ha sido por obra del Espíritu Santo, pero
Dios te necesita para hacer que ese Niño entre en el linaje de David y darle un
nombre". José no es, pues, "justo", porque sea un modelo de
resignación, capaz de una actitud bonachona respecto a su esposa, sino porque
respeta a Dios en su obra y se limita a cumplir el papel que Dios le asigna:
introducir a Jesús en la estirpe real. La salvación del hombre no depende, por
tanto, exclusivamente de una iniciativa soberana de Dios que basta esperar
pasivamente. Dios no salva al hombre sin la cooperación y sin la fidelidad del
hombre.
MAERTENS-FRISQUE - NUEVA GUIA DE
LA ASAMBLEA CRISTIANA I- MAROVA MADRID 1969.Pág. 154
2. - El tema del Emmanuel
(Dios-con-nosotros) conecta con el de "Hijo de Dios con pleno poder".
Los exegetas notan en el evangelio de Mt el paralelismo entre este anuncio del
ángel a José y la conclusión del Evangelio:
"Yo-estaré-con-vosotros"... Hablar de Cristo como Emmanuel es
connotar, actualmente, el misterio pascual de Cristo y de su presencia en la
Iglesia, por la fuerza del Espíritu. La concepción virginal de María, por obra
del Espíritu Santo, enlaza así con la glorificación de Jesús "constituido
según el Esp. Santo" (2a lectura).
PERE
TENA - MISA DOMINICAL 1986/23
3. /Mt/01/01-25 J/Genealogía y Nacimiento
de JC.
Hemos dividido el capítulo primero
del evangelio de Mateo en las dos partes indicadas en el título. La primera
recoge una genealogía fatigosa y, aparentemente al menos, innecesaria. A primera
vista parece ser simplemente una lista de nombres de los ancestrales de Cristo
sin ningún contenido teológico ni poder alguno de interpelación. ¿Por qué la
antepone Mateo a su evangelio? Sabemos, y nos lo ha recordado el Vaticano II,
que Cristo es la plenitud de la revelación. El hecho de ser la plenitud de la
revelación lo coloca inevitablemente en relación con la preparación de la misma,
con todo el Antiguo Testamento. Mateo presenta su árbol genealógico para
demostrarlo. Por eso, inmediatamente después de mencionar su nombre -nótese que
es mencionado el nombre completo, "Jesucristo", que equivale a una
fórmula de fe, Jesús es el Cristo, el Ungido, el Mesías- añade "hijo de
David, hijo de Abraham". La genealogía nos introduce así tanto en el
terreno de la historia como en el de la teología.
Mateo quiere presentarnos al
protagonista de su evangelio y, una vez que nos ha dicho su nombre, Jesucristo,
con todo lo que significa -Jesús es el Cristo- se apresura a demostrar su
afirmación.
El Mesías debería descender de
David. Pues bien, Jesús desciende de David. Precisamente por eso divide la
genealogía en tres partes compuestas cada una de catorce nombres. El centro de
la misma lo ocupa David, por la razón que hemos apuntado. La genealogía, por
otra parte, tiene mucho de artificial. Lo demuestra el simple hecho de colocar
catorce nombres en cada una de las fases en que divide la prehistoria de
Cristo. El número catorce (NU/000014), por ser el doble
del siete, indica perfección y plenitud. Aquí significaría la perfección y
providencia especial de Dios en la disposición de toda la historia salvífica
anterior, que culmina en Cristo.
La razón apuntada anteriormente
explica también la mención de Abraham. El origen de Cristo coincide y se
remonta al principio mismo de Israel. Por la misma razón son mencionados, en la
primera parte de la genealogía, Judá y sus hermanos, es decir, todo Israel. En
la tercera parte se resume la historia de Israel, a partir del destierro
babilónico, por idéntica razón: quiere abarcarse toda la historia de Israel: su
origen, los momentos más importantes y la coronación o plenitud, que es Jesús.
El fin teológico de la genealogía
permite a nuestro autor jugar con alguno de los nombres. Nosotros debemos
descubrir su juego.
Al mencionar al rey Asa, Mateo
escribe Asaf, que, según el Salterio (Sal 72, 1; 75,1...), compuso varios
Salmos, y, en lugar de Amón, otro de los reyes de Israel, nuestro evangelista
escribe Amós, que fue uno de los célebres profetas del pueblo de Israel. ¿No
querrá decirnos Mateo, con este pequeño juego, que también los Salmos y
profetas alcanzan su plenitud en Cristo?
La segunda parte del capítulo
presenta el nacimiento de Cristo como algo absolutamente milagroso. María
concibió a Jesús sin concurso de varón, por obra del Espíritu Santo. Y al
mencionar al Espíritu Santo o al Espíritu de Dios, Mateo -como cualquier
escritor judío- piensa en el poder creador de Dios. Afirmado el hecho
-concepción milagrosa de Jesús-, Mateo se detiene con cierta amplitud en
exponer las consecuencias del mismo. La primera es el natural desconcierto de
José. María y José estaban desposados. Según la ley judía, esto quería decir
que el contrato de matrimonio había sido sellado seria y firmemente. Únicamente
faltaba la ceremonia de la boda, que culminaba llevando a la novia a vivir en
la misma casa del novio. La ley judía no consideraba pecado serio la relación
sexual habida entre los novios-desposados en el tiempo intermedio entre
desposorios y casamiento. Más aún, en caso de que naciese un hijo en ese tiempo
intermedio, era considerado por la ley como hijo legítimo.
Teniendo en cuenta la ley y
costumbres judías, el estado de María únicamente creaba problema a José. ¿Por
qué? Creemos que él estaba al corriente de lo ocurrido. No vemos ninguna razón
para que María, su esposa, no le hubiese informado de todo. Entonces, ¿por qué
la duda? La duda de José no fue acerca de la culpabilidad o inocencia de María,
sino sobre el papel que él personalmente tenía que jugar en todo aquello. Una
intervención sobrenatural -aparece el motivo del ángel- se lo aclara: deberá
poner el nombre al niño, es decir, deberá ser su padre legal (era el padre
quien imponía el nombre) y entonces, conocido su papel en aquel matrimonio,
cesa su turbación, desconcierto o duda.
El anuncio del ángel a José es un
resumen completo del Nuevo Testamento: Jesús salvará al pueblo de sus pecados.
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento la expresión "Perdón de
los pecados" no significa el perdón de una falta concreta sino que es el
resumen de toda la acción salvadora de Dios. Quiere decir esto que, con la
aparición de Jesús, ha sido superada la separación entre Dios y el hombre.
Decir Jesús o salvador es exactamente lo mismo. El nacimiento de Jesús, su vida
y actividad fue -y es- Dios con nosotros. Como lo había anunciado el profeta
Isaías.
COMENTARIOS A LA BIBLIA LITURGICA
NT - EDIC MAROVA/MADRID 1976.Pág. 930
4.- Los comentaristas intentan, no
sin dificultad, explicar la reacción de José que resume el v. 19. ¿Cómo puede
un repudio permanecer secreto, mientras que los desposorios han sido públicos?
¿Qué conexión hay que establecer entre la "justicia" de José y su
proyecto de repudio tácito?. Ya desde los primeros siglos se han propuesto
múltiples explicaciones. Podrá apreciarse en particular este comentario de San
Bernardo, tomado del diácono sirio del siglo IV, san Efrén.
"¿Por qué quiso José despedir
a María? Escuchad acerca de este punto no mi propio pensamiento, sino el de lo
Padres; si quiso despedir a María fue en medio del mismo sentimiento que hacía
decir a san Pedro, cuando apartaba al Señor lejos de sí: Apártate de mí, que
soy pecador (Lc 5, 8); y al centurión, cuando disuadía al Salvador de ir a su
casa: Señor, no soy digno de que entres en mi casa (Mt 8, 8). También dentro de
este pensamiento es como José, considerándose indigno y pecador, se decía a sí
mismo que no debía vivir por más tiempo en la familiaridad de una mujer tan
perfecta y tan santa, cuya admirable grandeza la sobrepasaba de tal modo y le
inspiraba temor. El veía con una especie de estupor, por indicios ciertos, que
ella estaba embarazada de la presencia de su Dios, y, como él no podía penetrar
este misterio, concibió el proyecto de despedirla. La grandeza del poder de
Jesús inspiraba una especie de pavor a Pedro, lo mismo que el pensamiento de su
presencia majestuosa desconcertaba al centurión. Del mismo modo José, no siendo
más que un simple mortal, se sentía igualmente desconcertado por la novedad de
tan gran maravilla y por la profundidad de un misterio semejante; he ahí por
qué pensó en dejar secretamente a María. ¿Habéis de extrañaros, cuando es
sabido que Isabel no pudo soportar la presencia de la Virgen sin una especie de
temor mezclado de respeto? (Lc 1, 43). En efecto, ¿de dónde a mí, exclamó, la
dicha de que la madre de mi Señor venga a mí?".
SAN BERNARDO, 2. homilía sobre el
Missus est, PL 183, p. 68. Ver una justificación del pensamiento de san
Bernardo y un comentario de todo el relato en X. LÉON-DUFOUR, ESTUDIOS DE
EVANGELIO, Edic. Cristiandad, Madrid 1982, págs. 67-82.
LOUIS MONLOUBOU - LEER Y PREDICAR
EL EVANGELIO DE MATEO
EDIT. SAL TERRAE SANTANDER 1981.Pág 66
5.- Centrar la atención en la
personalidad de José, su actitud ante el misterio de Dios y ante la misión que
le es encomendada. José se muestra como lo que es: un hombre "justo",
un hombre "bueno".
José se ve en la presencia de lo
divino. Aquella concepción era de Dios, y, ante el Misterio de Dios presente en
María, José reacciona como reaccionan ante la presencia de lo divino todos los
"justos" en la Biblia: como Moisés, que se esconde ante la Gloria de
Dios presente; como Isaías, atemorizado por la aparición; como Isabel, que
pregunta por qué viene a ella la Madre de su Señor; como el centurión del
evangelio, que dice que no, que él no es digno; como Pedro que, cuando ve en
Jesús el poder divino, le dice: apártate de mí, Señor, que soy un pecador.
El "justo" se sitúa así
ante Dios: se siente pecador, indigno, y se retira. Porque José es justo y
bueno, se siente obligado a retirarse; no tiene derecho a retener a María como
suya porque Dios ha tomado posesión de ella; no puede figurar como padre de la
criatura que es sólo de Dios. Donde entra Dios personalmente haciendo de María
objeto de su presencia y de su bendición, José no tiene nada que hacer y toma
la actitud del que es "justo" y se siente indigno.
Y porque es "justo" y
bueno comprende que no puede romper con María por el procedimiento legal, pues,
o tendría que revelar el misterio, o expondría a María a unas sospechas
injustas; cualquiera de estas dos cosas era injusta. Por eso, como esto ocurría
"antes de vivir juntos", decidió dejarla en secreto".
Como se ve, la versión de la duda
de José -tan popular- que nos lo presenta lleno de esas angustias psicológicas
que rayan la sospecha, no tiene nada que hacer en el texto del evangelio. El
evangelista no va a interesarnos en unas zozobras psicológicas, sino ha de
revelarnos cómo se han cumplido los designios de Dios y qué actitud religiosa
han tomado los hombres ante estos designios.
Todo esto está apoyado en una
exégesis segura, que se abre camino y se va a imponer acabando con esa otra
versión popular. Un estudio a fondo del original de las palabras del ángel a
José, descubre en el uso de las partículas "gar...de" uno de los
casos en que "gar" anuncia la causa de lo que se afirma, pero esta
causa se expresa después de afirmar otra cosa ya conocida por el interlocutor.
Así, el sentido de las palabras del ángel a José es este: "`ciertamente',
la criatura que hay en ella viene del Esp. Santo, pero tú no te retires, no
tengas reparo en llevarte a María por esposa, `porque' tienes la misión de
darle nombre". (Por otro lado, San Bernardo en sus homilías resumía ya la
opinión de los Padres en esta línea que hemos expuesto y que nos parece la
justa).
Y aquí, de nuevo, se muestra José
un hombre "justo" porque sabe situarse ante Dios en actitud de
obediencia y de fidelidad. Acepta y cumple la misión encomendada. Así, José se
manifiesta justo y bueno porque sabe percibir la presencia de Dios y se sitúa
ante Él como un pecador, y busca la manera de actuar y retirarse sin hacer daño
a nadie. Y, en cuanto conoce la voluntad de Dios sobre él, la cumple. Vive de
cara a Dios, dentro de sus planes y, cumpliendo su voluntad divina, es
instrumento y objeto del amor de Dios.
6.- La principal dificultad de
este pasaje evangélico reside en la traducción de los vs. 20-21, habitualmente
inexacta. Proponemos la traducción que consideramos más ajustada al texto
original.
"José, hijo de David, no
tengas reparo en llevarte a María, tu mujer. -Ciertamente- la criatura que hay
en ella viene del Espíritu Santo; -ahora bien-, al hijo que ella va a dar a luz
tú le pondrás por nombre Jesús." (Los subrayados responden a los dos
puntos de novedad respecto a las traducciones habituales).
El punto de vista de Mateo no es
el de descorrer a José el velo del misterio que envuelve la concepción de Jesús.
En realidad, José ya sabe que se trata de una concepción misteriosa. Y es
precisamente esta cercanía del misterio la que aviva en José el sentimiento de
la propia indignidad, hasta el punto de pensar que su persona no podía ser más
que un obstáculo al plan de Dios y que por consiguiente tenía que retirarse.
Sólo esta interpretación da una respuesta adecuada al v.19. Todo intento de
explicación psicológico-cronística se estrella con la frase: "que era
hombre justo y no quería infamarla". El repudio secreto hubiera sido el
mejor modo de ser egoísta, injusto e infamatorio de María. Nunca mejor que aquí
aparece claro que los evangelistas no han pretendido ser cronistas o reporteros
de unos sucesos.
El punto de vista de Mateo en los
vs. 20-21 es el siguiente: José no es ningún obstáculo al plan de Dios. Al
contrario, aceptando ser el esposo de María y dando nombre al hijo que a ésta
le nazca garantiza a la criatura una ascendencia legal que lo entronca con
David y Abrahán. En definitiva, lo que se le pide a José es que, a pesar del miedo
que la cercanía del misterio produce en él, se fíe por completo de Dios. Y José
se fió de Dios (v.24).
DABAR
1977/21
7.- -Después de la genealogía
introductoria al evangelio, Mateo explica el nacimiento de Jesús. En la
intimidad de una familia judía, Dios interviene por medio de su Espíritu. María
y José se encontraban en la primera fase del matrimonio, después de los
esponsales, aún sin cohabitación. Es en esta situación que María "esperaba
un hijo, por obra del Espíritu Santo".
-"José, su esposo, que era
bueno...": Es mejor el término "justo", que no queda plenamente
definido con la expresión "bueno". No se ha de entender tampoco en el
sentido de un cumplidor estricto de la Ley. José se mantiene en la fidelidad a
la voluntad de Dios. No podemos dejarnos llevar por construcciones psicológicas
y anecdóticas sobre el estado de ánimo de José. Intenta una solución que
armonice el cumplimiento de la ley con la misericordia: "no quería
denunciarla, decidió repudiarla en secreto". La duda de José es también la
duda del pueblo de Israel ante la nueva realidad cristiana presentada por María.
Tendrá que pasar de la fidelidad a la Ley a la fidelidad a la novedad de la
acción de Dios.
-"Se le apareció en sueños un
ángel del Señor..": A fin de esclarecer el significado del acontecimiento
el diálogo entre el ángel y José pasa al primer plano. "La criatura que
hay en ella viene del Espíritu Santo": la casualidad de la acción del
Espíritu en el nacimiento del Mesías es única. No hay lugar a una intervención
del hombre. He aquí una diferencia radical con otros nacimientos (Samuel, Juan
bautista, etc.).
-"Tú le pondrás por nombre
Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados": Jesús es la
transcripción griega de una adaptación del nombre de Josué, que quiere decir "Yavhé
salva". Existe un nexo entre el nombre y la misión mesiánica. Pero esta
misión no se explica en términos de liberación política del pueblo de Israel de
sus enemigos, sino "de los pecados". De esta manera se desmarca de
las expectativas mesiánicas de su tiempo.
-"Todo esto sucedió para que
se cumpliese lo que había dicho el Señor por el profeta..": Comentario del
evangelista: las realidades de la Nueva Alianza son la plenitud de la Antigua.
No se trata por tanto de una realización literal de un oráculo, sino sobre todo
de la continuidad de la acción de Dios en la historia. La designación de
Emmanuel no es ningún nombre que desplace al de Jesús sino el significado de su
persona y de su obra.
(J.
NASPLEDA - MISA DOMINICAL 1989/24
8. JESÚS, HIJO DE DAVID ENC/H/DAD
Nada hay más impresionante que
esta genealogía de Jesús y la proclamación de su final: "Jacob engendró a
José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo". Esta
inserción de Dios en el mundo, entre nosotros, como uno de nosotros, es el
acontecimiento que domina la historia de los hombres.
Pero no domina de hecho nuestra
historia personal. Nuestra fe es tan débil que nuestras actitudes no
corresponden a la dignidad que tiene ahora el hombre, en el transcurso del
tiempo, desde la venida del Hijo.
ADRIEN NOCENT - EL AÑO LITURGICO:
CELEBRAR A JC 1 - INTRODUCCION Y ADVIENTO - SAL TERRAE SANTANDER 1979.Pág. 144
s.
9.- El hecho del nacimiento legal,
que la genealogía ha afirmado, es el objeto de un relato: José, hijo de David,
acoge a Jesús en su descendencia. Este relato es, sin duda, el resultado de una
larga elaboración literaria. Volviendo a tomar probablemente un relato
apologético anterior (un sueño: cf. 2, 13.19), donde Dios evoca, a través de
las objeciones de José, las calumnias concernientes al nacimiento virginal Mt
lo orienta teológicamente gracias a la cita de Is 7, 14 (1. lectura), que
expresa la fe de la Iglesia en la concepción virginal. Así se responde a la
objeción: he aquí el modo en que Jesús, naciendo de una mujer virgen, ha sido
agregado al linaje de David. Construcción teológica que, sin duda, oculta algo
más de misterio y de hondura que lo que aparece.
El AT no habla nunca de este
secreto, sino que, precisamente, había que hacerlo de manera oficial y pública
(cf. Dt 24, 1). Hay que contar con la respuesta del v. 21, donde José se hace
una idea de que Jesús es algo más que las simples apariencias. Los diversos
planos se entremezclan. De todos modos, la encarnación tendrá siempre un cierto
margen para quien quiera sospechar, calumniar o ridiculizar. Las cosas más
delicadas son las más expuestas al desmoronamiento. Aquí entramos en un
contexto cristiano de gran horizonte. El creyente tiene trabajo en encontrarse
a sí mismo. Por eso acude a la fe de la iglesia.
Etimológicamente parece que este
nombre quiere decir "Dios salva". El mensaje angélico tiene dos
interpretaciones posibles: que el ángel revela a José la concepción virginal de
María y le confía además la misión de dar el nombre al hijo; o bien que el
ángel revela que, aunque María está encinta por el Espíritu, sin embargo, José
tiene un gran papel que jugar: conferir a este hijo la filiación davídica
dándole el nombre. Misterio de la actuación de Dios a través del hombre. Locura
para el inteligente, pagado de sí mismo, y necedad para el espiritualista.
EUCARISTÍA
1992/58
10.- Según el derecho matrimonial
judío los esponsales, que siempre se celebraban delante de dos testigos,
equivalían ya prácticamente al matrimonio en sentido estricto. Se celebraban de
ordinario cuando la novia alcanzaba la edad de doce años. A partir de ese
momento la desposada no podía ser abandonada si no recibía, por justa causa, un
"libelo de repudio", y si moría su esposo era considerada como una
viuda. Después de transcurrir un año desde los esponsales, el esposo tomaba a
su esposa y la conducía solemnemente a su propia casa, con lo cual el
matrimonio quedaba plenamente formalizado. María concibió a Jesús antes de
vivir con José en una misma casa, siendo desposada. Este difícil texto admite
dos posibles interpretaciones: a) José era un "varón justo", que aquí
significa tanto como cumplidor de la Ley y, a la vez, bondadoso o bueno. Y
porque era justo y bueno, se encontraba perplejo en una situación insólita: no
entiende que se deba proceder contra María según dispone Moisés que se haga con
la mujer adúltera (Dt 22, 20s), pero tampoco ve claro que deba tomarla en su
casa como si no ocurriera nada. En consecuencia decide repudiarla en secreto.
B)José conocía por su esposa el origen de su maravillosa esperanza, y piensa
retirarse respetuosamente ante el misterio. Piensa que, una vez María había
sido distinguida por Dios con tan alta vocación, él no debía intervenir en
absoluto haciendo valer sus derechos de esposo.
Sea lo que fuere, lo cierto es que
la embajada del ángel a José no tiene únicamente el sentido de sacarlo de apuros
y devolverle la tranquilidad. Significa también para José una vocación excelsa.
Además, José era "legalmente" el padre del niño y a José correspondía
entre otras cosas el darle un nombre. En este caso (lo mismo ocurrió en el de
Zacarías, el padre del Bautista), José es informado por Dios sobre el nombre
que había de llevar el hijo de María. Su nombre será "Jesús", esto
es, "Dios-salva". En este nombre va indicada ya la misión que trae
Jesús al mundo.
Cualquiera que sea el significado
del texto de Isaías en su contexto original, ciertamente Mateo lo refiere aquí
a Jesús, el hijo de la Virgen María. Y pone el acento en el nombre de Emmanuel,
que recibe Jesús. La vida de Jesús, sus palabras y sus obras, significa para
nosotros que Dios está con los hombres y nos salva. De Jesús se predica que
Dios estaba con él (Jn 8, 29; Hech 10, 38), y Jesús es para nosotros la
presencia de Dios en persona (2 Cor 4, 6; Col 2, 9; Heb 1, 3; Jn 14, 6-9; Mt
11, 4s).
EUCARISTÍA
1980/59
11.- Texto. El versículo inicial
es fundamental para el posterior desarrollo narrativo. El versículo enuncia un
hecho: María está encinta por obra del Espíritu Santo. Con la formulación de
este hecho Mateo no pretende anticipar a sus lectores algo que José conocerá
más tarde, sino sentar la base de todo el relato y, consiguientemente, de la
posterior decisión de José. Desde el comienzo mismo del relato José es, pues,
sabedor de la concepción milagrosa del niño que hay en María. Su decisión,
formulada en el v. 19, de no convivir con María no es fruto de la sospecha
contra María, sino del asombro y de la conciencia de la propia indignidad.
¿Cómo podría él convivir con alguien en quien Dios se ha hecho presente tan especialísimamente?
José, que es justo, es decir, que en cada situación adopta la actitud adecuada,
decide no convivir con María. Es muy posible que el empleo del verbo repudiar
no haga justicia al relato.
De todo esto resulta que lo que
José tiene que superar es su propio miedo religioso, su conciencia de
indignidad y de pequeñez. Las palabras del ángel tienen precisamente esta
función. De ahí que comiencen con un no temas, no tengas reparo, invitando a
José a la convivencia con María bajo el mismo techo.
Suele ser habitual atribuir a las
palabras del ángel en el v. 20 la función de información a José. La traducción
litúrgica así lo confirma. Todo el problema radica en que la misma conjunción
griega puede tener sentido causal (porque) o reforzativo (en efecto).
Personalmente me inclino por la
segunda alternativa. La traducción del v. 20 debería ser la siguiente: "No
tengas miedo en llevarte a María, tu mujer. En efecto (como tú ya sabes), la
criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo". El ángel no desvela a
José el misterio de la concepción de María, sino que refuerza el conocimiento que
José ya posee. El ángel no libera a María de la sospecha de infidelidad, sino
que libera a José de su miedo religioso; le ayuda, en una palabra, a no
sentirse anonadado por la cercanía de Dios.
Pero las palabras del ángel no se
limitan a liberar a José de su miedo religioso: le confían, además, la tarea de
dar nombre al niño que hay en María. La acción de dar nombre constituía en el
ámbito semita el momento genuino de la paternidad.
El nombre, a su vez, definía a la
persona, la caracterizaba en su tarea y función posteriores. De ahí la
importancia de las etimologías e interpretaciones de los nombres en la biblia.
El texto confiere especial relieve al nombre del niño. Por un lado, el ángel
define al niño como salvador de los pecados; por otro, el propio autor, aplicándole
un texto de Isaías, lo define como Dios con nosotros. El nombre del niño
constituye probablemente el centro de atención del texto.
Comentario.
Por encima de los intentos
novelísticos, alguno de ellos encomiable, de acercamiento al misterio de Jesús,
el intento de acercamiento más completo es el religioso. Resultado de este tipo
de intento es el texto producido por Mateo que hoy leemos. El misterio de Jesús
es, en última instancia, el de su divinidad. Jesús es Dios con nosotros. Desde
la cercanía, desde la inmediatez. El hecho es tan sorprendente que pueda
parecer contradictorio. ¿Cómo se puede ser Dios a la vez que humano? La
reacción humana espontánea es la de negar la compatibilidad de ambos extremos.
La reacción humana religiosa es la aceptación de su compatibilidad.
Pero con la aceptación surge un
nuevo problema. ¿Puede Dios ser uno entre nosotros sin que nosotros suframos
las consecuencias negativas de su cercanía? ¿Puede el sol estar tan cerca de
nosotros sin que nos destruya? La reacción humana espontánea es la de renunciar
a la cercanía. La reacción humana religiosa es la de aceptarla. Ahora bien,
aceptar esa cercanía comporta dar a Dios un nombre y un rostro humanos. Así vio
Mateo la tarea de José; así debe ser la tarea del creyente en Dios. La
consecuencia no se deja esperar: el que Dios tenga un nombre entre los humanos
depende de que haya humanos que quieran dárselo; el que Dios sea Jesús, es
decir, salvador de los pecados, depende de la existencia de José, es decir, de
la existencia de creyentes. De esta forma, lo que se presentaba como problema
divino termina convirtiéndose en problema humano. De la vida concreta de José,
de su vivir diario, conocemos muy poco, prácticamente nada. Pero conocemos de
él lo que realmente vale la pena: aceptó el riesgo de dar nombre a Dios.
Gracias a esta aceptación Dios se llama Jesús y es uno entre y con nosotros. La
tarea de José no es irrepetible. Muy al contrario: está necesitada de que otros
la sigan repitiendo. He aquí el reto que nos lanza el texto de hoy.
ALBERTO
BENITO - DABAR 1992/04
12.- -Después de la genealogía
introductoria al evangelio, Mateo explica el nacimiento de Jesús. En la
intimidad de una familia judía, Dios interviene por medio de su Espíritu. María
y José se encontraban en la primera fase del matrimonio, después de los
esponsales, aún sin cohabitación. Es en esta situación que María "esperaba
un hijo, por obra del Espíritu Santo".
-"José, su esposo, que era
bueno...": Es mejor el término "justo", que no queda plenamente
definido con la expresión "bueno". No se ha de entender tampoco en el
sentido de un cumplidor estricto de la Ley. José se mantiene en la fidelidad a
la voluntad de Dios. No podemos dejarnos llevar por construcciones psicológicas
y anecdóticas sobre el estado de ánimo de José. Intenta una solución que
armonice el cumplimiento de la ley con la misericordia: "no quería
denunciarla, decidió repudiarla en secreto". La duda de José es también la
duda del pueblo de Israel ante la nueva realidad cristiana presentada por María.
Tendrá que pasar de la fidelidad a la Ley a la fidelidad a la novedad de la
acción de Dios.
-"Se le apareció en sueños un
ángel del Señor..": A fin de esclarecer el significado del acontecimiento
el diálogo entre el ángel y José pasa al primer plano. "La criatura que
hay en ella viene del Espíritu Santo": la casualidad de la acción del
Espíritu en el nacimiento del Mesías es única. No hay lugar a una intervención
del hombre. He aquí una diferencia radical con otros nacimientos (Samuel, Juan
bautista, etc.).
-"Tú le pondrás por nombre
Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados": Jesús es la
transcripción griega de una adaptación del nombre de Josué, que quiere decir
"Yavhé salva". Existe un nexo entre el nombre y la misión mesiánica.
Pero esta misión no se explica en términos de liberación política del pueblo de
Israel de sus enemigos, sino "de los pecados". De esta manera se
desmarca de las expectativas mesiánicas de su tiempo.
-"Todo esto sucedió para que
se cumpliese lo que había dicho el Señor por el profeta..": Comentario del
evangelista: las realidades de la Nueva Alianza son la plenitud de la Antigua.
No se trata por tanto de una realización literal de un oráculo, sino sobre todo
de la continuidad de la acción de Dios en la historia. La designación de
Emmanuel no es ningún nombre que desplace al de Jesús sino el significado de su
persona y de su obra.
(J.
NASPLEDA - MISA DOMINICAL 1989/24
PROPUESTA DE CANTOS DOMINGO IV - ADVIENTO - CICLO
C
07.- CANTO DE MARIA (J.A. Espinoza)
1.- Yo canto al Señor
porque es grande,
me alegro en el Dios
que me salva,
feliz me dirán las
naciones,
en mí descansó su
mirada.
UNIDOS A TODOS LOS PUEBLOS,
CANTAMOS AL DIOS QUE NOS SALVA.
2.- Él hizo en mí obras
grandes,
su amor es más fuerte
que el tiempo,
triunfó sobre el mal
de este mundo,
derriba a los hombres
soberbios.
3.- No quiere el
poder de unos pocos,
del polvo a los
pobres levanta,
dio pan a los hombres
hambrientos,
dejando a los ricos sin
nada.
4.- Libera a todos
los hombres,
cumpliendo la eterna
promesa
que hizo en favor de
su pueblo,
los pueblos de toda
la tierra.
08.- COMO LO HIZO MARIA
1.- No sólo el vino y
el pan,
te venimos a ofrecer,
queremos darte algo
más
te entregamos nuestro
ser.
COMO LO HIZO MARÍA,
QUE TU PALABRA ESCUCHÓ,
Y DIJO UN SÍ GENEROSO,
PARA ACEPTAR TU MISIÓN.
2.- Hoy quedan sobre
este altar,
nuestras vidas hoy
Señor,
haz que sepamos luchar,
para conservar tu
amor.
09.- LA VIRGEN SUEÑA CAMINOS (Carmelo
Erdozain)
1.- La Virgen sueña
caminos,
está a la espera;
la Virgen sabe que el
niño,
está muy cerca.
De Nazaret a Belén, hay una senda;
por ella van los que
creen,
en las promesas.
LOS QUE SOÑÁIS Y ESPERÁIS
LA BUENA NUEVA,
ABRID LAS PUERTAS AL NIÑO,
QUE ESTÁ MUY CERCA,
EL SEÑOR CERCA ESTÁ,
EL VIENE CON LA PAZ.
EL SEÑOR CERCA ESTÁ,
EL TRAE LA VERDAD.
2.- En estos días del
año,
el pueblo espera,
que venga pronto el
Mesías,
a nuestra tierra.
En la ciudad de
Belén,
llama a las puertas,
pregunta en las
posadas,
y no hay respuesta.
3.- La tarde ya lo
sospecha,
está alerta,
El sol le dice a la
luna,
que no se duerma.
A la ciudad de Belén,
vendrá una estrella,
vendrá con todo el
que quiera,
cruzar fronteras.
10.- DIJO QUE SI MARIA (Cesareo Garabain)
1.-
Dijo que sí María,
cuando
al amanecer,
pudo
ofrecer su casa,
al
Santo de Israel.
Era
un jardín la Virgen,
Dios
quiso ser clavel;
nunca mi pobre tierra
fuera tan buen vergel. (2)
DIJO QUE SI MARÍA, Y AL RECIBIRLE A EL,
EN SU MORADA HUMILDE, NOS ACOGIÓ TAMBIÉN.
MADRE DE DIOS Y NUESTRA, VIRGEN DE NAZARETH,
EN TU JARDÍN DE AMORES YO QUIERO
FLORECER. (2V.)
2.-
Dijo que sí María,
cuando
al amanecer,
supo
que Dios quería
en
su jardín nacer.
Por
madre la quería
ella
le dio su ser;
nunca mi pobre tierra
fuera tan buen vergel. (2v)
3.-
Dijo que sí María,
cuando
al amanecer,
Dios
la envolvió en su sombra
con
todo su poder.
De
sus entrañas puras
el
cielo va a nacer;
nunca mi pobre tierra
fuera tan buen vergel. (2v)
11.- SANTA MARIA DE LA ESPERANZA (J. A
Espinoza)
SANTA MARÍA DE LA ESPERANZA
MANTÉN EL RITMO DE NUESTRA ESPERA. (2V).
1.- Nos diste al
Esperado de los tiempos,
mil veces prometido
en los profetas.
Y nosotros de nuevo
deseamos,
que vuelva a
repetirnos sus promesas.
2.- Brillaste como
aurora del gran día,
plantaba Dios su tienda
en nuestro suelo.
Y nosotros soñamos
con su vuelta,
queremos la llegada
de su reino.
3.- Viviste con la
cruz de la esperanza,
tensando en el amor
la larga espera;
Y nosotros buscamos
con los hombres,
el nuevo amanecer de
nuestra tierra.
12.- AVE
MARIA. (Francisco Palazón)
Lam, MI7,
Lam, MI7
Lam
Lam
MI7
Lam
Dios te
salve María llena eres de gracia
Rem SOL7
DO
El Señor
es contigo,
bendita tú eres
Rem MI7
Lam
MI7
Entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto
Lam
(MI7)
de tu
vientre Jesús
Lam
MI7 Lam
Santa María Madre
de Dios,
SOL
DO Rem MI
ruega por nosotros pecadores.
Lam
MI7 Lam
Santa María Madre
de Dios,
SOL
DO Rem MI
ruega por nosotros pecadores
Rem
Lam
MI7 Lam
Ahora
y en la hora de nuestra muer-te
Rem
Lam
MI7 Lam
Ahora y en la hora
de nuestra muer-te.
13.- BIENVENIDA
NAVIDAD
TILÍN, TILÍN, TILÍN. TOLÓN, TOLÓN, TOLÓN. TALÁN,
TALÁN, TALÁN, TILÍN, TOLÓN, TALÁN, BIENVENIDA NAVIDAD.
La gente se quiere
mucho, el día de
navidad, que lindo
que todo el año la
gente se quiera
igual; que lindo que
todo el año la gente
se quiera igual.
Se perdonan las
maldades, todo se
hace con bondad: por
eso seas
bienvenida mi querida
navidad.
Por eso seas bienvenida
mi querida navidad.
TILÍN, TILÍN, TILÍN. TOLÓN, TOLÓN, TOLÓN. TALÁN, TALÁN,
TALÁN, TILÍN, TOLÓN, TALÁN, BIENVENIDA NAVIDAD.
Estrellita de la
noche que sales para
alumbrar, ilumina al
que está solo el
día de navidad;
ilumina al que está
solo el día de
navidad.
Todos cantan en la
noche del día de
navidad, que lindo
que esas canciones nos lleven a la amistad; que lindo que esas canciones nos
lleven a la amistad.