SIEMPRE HAY UNA COSECHA
COMENTARIO
El leccionario nos permite elegir hoy entre una lectura corta,
nada más que la parábola del sembrador que salió a sembrar y una lectura larga
que trae además la respuesta de Jesús a la pregunta de los discípulos: ¿Por qué
razón hablas en parábolas? Y la explicación de la parábola del sembrador.
Escogeré el texto corto que nos describe la siembra de Jesús. Al llegar a este
capítulo trece de Mateo, el capítulo de las parábolas, ¿Qué es lo que sabemos?
Jesús ha estado ya sembrando por todos los terrenos: ha chocado con las cabezas
duras de los escribas y fariseos, ha visto como algunos entusiastas lo dejaban
muy pronto, ha aclarado las dudas de los discípulos de Juan Bautista y las
perplejidades de este. “¿Eres tú el que tenía que venir?”. La indiferencia de
algunas poblaciones le ha afectado mucho. “¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti
Betsaida! Todo esto constituye un cuadro bastante sombrío; parece ser que el
reino ha empezado con mal paso.
En
este contexto es donde la parábola del sembrador cobra toda su importancia.
Simboliza la constatación de Jesús, lúcida y sin embargo lejos del desaliento.
Nos invita a nosotros mismos a ser valientes, fijando nuestra mirada en lo que
más importa: aquel sembrador que salió a sembrar. ¡Pero que sembrador! El salió
a las profundidades de Dios y vino a nosotros para sembrar a Dios. Es un
acontecimiento inaudito: no un simple episodio de la historia, sino la
convulsión de toda ella: ¡Hay que
convertirse pronto, en el reino que llega! Esta buena nueva suscitó el entusiasmo. Luego, cuando la predicación
se hizo exigente, algunos oyentes hundieron en ellas sus raíces, pero otros
volvieron a caer en su vida superficial o complicada, incluso en la hostilidad.
Senderos, piedras, zarzas, tierra buena: ¡qué diferentes son los terrenos! No
importa: ese sembrador extraordinario ve ya la cosecha: del 30, del 40, del 100
por uno. ¡Quien tenga oídos, que oiga!
Hay que escuchar la llamada a la confianza cuando la siembra
parece haber sido un fracaso. Ese fue el caso de muchos misioneros y lo es para
el apóstol de hoy, para cualquier cristiano que se ponga frente a la TV, el
internet y a la gente por la calle: ¿Por dónde estás los tallos que brotan! La
respuesta está ahí. El que mejor conoce las tierras de los hombres nos asegura
que, si hay algunas duras, hay otras excelentes. Y que siempre hay cosecha.
Jesús le dijo esto a la gente desalentada, a los discípulos cansados. Nos lo
dice ahora a nosotros que medimos el abandono de la práctica religiosa, la
indiferencia de nuestros hijos, la oleada creciente de la increencia. El
sembrador está ahí: nadie, en ningún sitio, tiene derecho a juzgar que se
pierde todo el grano. Mientras se siembre el evangelio, siempre habrá fruto al
100, al 60, al 30 por uno.
R.P. Roland Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Sal 16, 15
Yo apareceré ante
ti con la justicia y me saciare mientras se manifestará tu gloria.
ORACION
COLECTA
Oh, Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados
para que puedan volver al camino, concede a todos los que se profesan
cristianos rechazar los que es contrario a este nombre y cumplir cuanto en él
se significa. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 55, 10-11
Así dice el Señor: “Como bajan la lluvia y la
nieve del cielo y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de
fecundarla y hacerla germinar, para que de semilla al sembrador y pan al que
come, así será mi Palabra, que sale de mi boca; no volverá a mi vacía, sino que
hará mi voluntad y cumplirá mi encargo”.
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 64)
La semilla cayo en
tierra buena y dio fruto.
Tú cuidas de la tierra, la
riegas y la enriqueces sin medida; la acequia de Dios va llena de agua,
preparas los trigales. R.
Riegas los surcos, igualas
los terrones, la ablandas con tu lluvia, bendices sus brotes. R.
Coronas el año con tus
bienes, tus caminos derraman abundancia; germinan los pastos del desierto, y
las colinas se engalanan de alegría. R.
Las praderas se cubren de
rebaños, y los valles se visten de trigales, que aclaman y cantan. R
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los
Romanos 8, 18-23.
Hermanos: Sostengo que los
sufrimientos del tiempo presente no pueden compararse con la gloria que un día
se nos descubrirá. Porque la creación, expectante, está aguardando la plena
manifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida a la frustración, no por
su voluntad, sino por aquel que la sometió; pero fue con la esperanza de que la
creación misma se vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar
en la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que hasta hoy la
creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no solo ella;
también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro
interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro
Cuerpo.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO
Aleluya. La semilla
es la Palabra de Dios, el sembrador es Cristo; quien lo encuentra vive para
siempre. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo
evangelio según san Mateo 13, 1-23
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó a
orillas del mar. Y acudió a Él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se
sentó y la gente se quedó de pie en la orilla. Les hablo mucho rato en
parábolas. Les decía: “Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, una parte de
la semilla cayo al borde del camino; vinieron los pájaros y se las comieron.
Otras cayeron en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra y como la tierra
no era profunda, brotaron enseguida; pero en cuanto salió el sol, se
marchitaron y por falta de raíz se secaron., otras cayeron entre espinos, que
crecieron y las ahogaron. El resto cayo en tierra buena y dijo fruto: unas,
ciento; otras sesenta; otras treinta. ¡El que tenga oídos que oiga!”. Se le
acercaron los discípulos y le preguntaron: “¿Por qué les hablas en parábolas?”.
Él les contesto: “A ustedes se les ha concedido
conocer los secretos del Reino de los Cielos y a ellos no. Porque al que tiene
se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitara hasta lo que
tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír
ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías: “Oirán con los oídos
sin entender, miraran con los ojos sin ver, porque esta endurecido el corazón
de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los
ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que
yo los cure”. ¡Dichosos ustedes porque sus ojos ven y sus oídos oyen!. Yo les
aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ven ustedes y no lo
vieron, y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron. Escuchen, pues, lo que
significa la parábola del sembrador. Si uno escucha la Palabra del Reino sin
entenderla, viene el maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa
lo sembrado al borde del camino. Lo sembrado en terreno pedregoso significa el
que la escucha y la acepta enseguida con alegría; pero no tiene raíces, es
inconstante, y en cuanto viene una dificultad o persecución por la Palabra,
sucumbe. Lo sembrado entre espinos significa el que escucha la Palabra; pero
los afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda
estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la Palabra y la
entiende, ese dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno”.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Con el deseo de
trabajar por la transformación de nuestro mundo mientras aguardamos la hora de
ser hijos de Dios y la redención de nuestro cuerpo, oremos con confianza
diciendo: R.- Bendice a tu pueblo, Señor.
1.- Para que la Iglesia prepare el corazón de
los hombres para acoger la Palabra de Dios. Oremos. R.
2.- Para que nuestros pastores, alimentados
de la Palabra de Dios, sean celosos en la predicación, pacientes en la espera y
misericordiosos en la acogida. Oremos.
R.
3.- Para que los enfermos y agonizantes
experimenten el consuelo y la fuerza de Dios, que se manifiesta en su
debilidad. Oremos. R.
4.- Para que el Espíritu de Dios fecunde el
trabajo de los misioneros, y para que ellos cuiden de su pueblo con espíritu
evangélico. Oremos. R.
5.- Para que viviendo como hijos de Dios
contagiemos nuestra fe, vivida con ilusión y compromiso. Oremos. R.
Mientras aguardamos
la gloria que un día se nos manifestara te pedimos, Padre que acojas las
oraciones que te dirige tu pueblo en nombre de Jesucristo. Que vive y reina por
los siglos de los siglos.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, los dones de tu Iglesia suplicante y concede que sean
recibidos para crecimiento en santidad de los creyentes. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Sal 83, 4-5
Hasta el gorrión ha
encontrado una casa, la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos, tus
altares, Señor del universo, Rey y Dios mío. Dichosos lo que viven en tú casa,
alabándote siempre.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Después de recibir estos dones, te pedimos, Señor, que aumente el
fruto de nuestra salvación con la participación frecuente en este sacramento.
Por Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 17: Ex 1, 8-14.22; Sal 123; Mt 10, 34—11, 1
Martes 18: Ex 2, 1-15a; Sal 68; Mt 11, 20-24.
Miércoles 19: Ex 3, 1-6.9-12; Sal 102; Mt 11, 25-27.
Jueves 20: Ex 3, 13-20; Sal 104; Mt 11, 28-30.
Viernes 21: Ex 11, 10-12, 14; Sal 115; Mt 12, 1-8.
Sábado 22: Cant 3, 1-4ª (o bien: 2Co 5, 14-17); Sal 62;
Jn 20, 1-2.11-18.
Domingo 23: Sb
12, 13.16-19; Sal 85; Rm 8, 26-27; Mt 13, 24-43.
COMENTARIOS AL
EVANGELIO
Mt 13. 1-23 - Par: Mc 4, 1-20 Lc 8, 4-15
1.- Sabemos que cada página del evangelio se
puede leer en una doble dimensión: la situación originaria del tiempo de Cristo
y su actualización en tiempo de la Iglesia. Esto es así sobre todo para las
parábolas. Por eso se han de tener presentes las dos dimensiones en nuestra
lectura.
La enseñanza de la parábola del sembrador
-ésta parece ser la situación más originaria: la de Cristo- no se refiere ante
todo a los oyentes de la palabra, sino a los sembradores, o sea, a los
predicadores, el primero de los cuales es Cristo, y en pos de él todos los
demás, los cuales no pueden pretender ser más que el Maestro. La parábola,
leída en sí misma, sin tener en cuenta las explicaciones que ofrece más
adelante el evangelista, llama la atención sobre el trabajo del sembrador;
trabajo abundante, sin medida, sin distinciones, que parece inútil por el
momento, infructuoso y desperdiciado; sin embargo, dice Jesús llegarán los
frutos en abundancia. Porque el fracaso no es más que aparente; en el Reino de
Dios no existe trabajo inútil; nada se malgasta.
"Aunque a los ojos de los hombres gran
parte de su trabajo parece inútil y vano, aunque los fracasos parezcan sumarse
a los fracasos, Jesús está rebosante de alegría y de certeza; la hora de Dios
llega y, con ella, una cosecha abundante superior a toda súplica e imaginación.
A despecho de los fracasos y las resistencias, Dios hace que de comienzos
desesperados brote el espléndido final que ha prometido" (J.
·Jeremías-JQ). De todas formas, éxito o fracaso, derroche o no derroche, el
trabajo de la siembra no ha de ser calculado, cauto, precavido; sobre todo, no
hay que escoger el terreno o echar las semillas en unos sí y en otros no. El
sembrador arroja la simiente a voleo y sin distinguir. ¿Cómo saber en el
momento de la siembra qué terrenos van a fructificar y cuáles no? Por eso, dirá
Jesús, más adelante, nadie debe anticipar el juicio de Dios; ni siquiera el
sembrador tiene derecho a hacerlo.
-La actualización de la parábola. La
tradición, ya conocida por Marcos y recogida por Mateo, no se contentó con
transmitir la parábola, sino que le añadió una explicación o, mejor, una
actualización, que transforma la parábola -dirigida en su origen a los
predicadores- en una catequesis para convertidos. La explicación tiene presentes
a los fieles, e insiste en la necesidad de algunas disposiciones interiores y
personales para que la palabra escuchada sea entendida y crezca. Las
principales disposiciones son: apertura y sensibilidad a los valores del Reino,
valor frente a las persecuciones, constancia, resistencia al espíritu mundano y
libertad interior.
BRUNO MAGGIONI - EL RELATO DE MATEO - EDIC.
PAULINAS/MADRID 1982.Pág. 140
2.- Jesús continúa enseñando, pero lo hace en
un lenguaje parabólico. Este lenguaje, lo mismo que todo símbolo, abre la
puerta a interpretaciones muy diversas; resultará tanto más fácil a los
espíritus tercos encerrarse en sus propias ideas y quedarse en la historieta,
ignorando su significado; y a la inversa, los espíritus abiertos, los corazones
dóciles, serán discretamente introducidos en el conocimiento de una doctrina
profunda: de unos "misterios".
Hay, pues, personas que no acogen como
conviene la palabra de Jesús. A los ojos de los discípulos, testigos de este
"fracaso" del Maestro, o a los de los cristianos que meditan en la
vida de Jesús, en la que, por lo demás, vuelven a ver su propia historia, el
esfuerzo de evangelización en medios judíos, ¿no topa con un fracaso casi
total? ¿No es la palabra de Dios lo que Jesús trae? ¿Y la palabra de Dios puede
ser tan limitada, tan ineficaz e infructuosa? No se trata de ir a buscar la
explicación de este drama en la in-significancia de la Palabra o en su
ineficacia. La lección que transmite hoy la primera lectura ha sido bien
asimilada por el evangelista. Antaño, un profeta isaiano del destierro había
hecho reflexionar a sus compañeros de exilio en la incoercible eficacia de la
Palabra, en la inevitable realización de lo que Dios ha prometido. Se trataba
de mantener en aquellos desgraciados que lloraban "a orillas de los ríos
de Babilonia" (Sal 137. 1), la verdad del anuncio profético que prometía,
en nombre de Dios, la inminente liberación y un retorno feliz a la tierra de
los antepasados. El evangelista conoce todo esto: está, pues, seguro de que la
semilla, símbolo de la Palabra, es capaz de dar frutos abundantes. No hay más
que un solo motivo que pueda explicar la esterilidad de una semilla echada en
la tierra o la ineficacia de la Palabra predicada a los judíos: la pobreza del
suelo que recibe el grano, o en otras palabras, las malas disposiciones de los
oyentes.
En cuanto a estas malas disposiciones, Mateo
dice varias cosas. En primer lugar, las nombra: inconstancia, afanes de este
mundo, seducción de la riqueza. Ve en ello, además, el efecto de la actividad
disimulada del Maligno (una causa entre otras). Porque advierte sobre todo que
la Palabra se halla en el centro de un conflicto. Hay persecuciones que hacen
vacilar a los oyentes inconstantes y que son provocados por la Palabra. Esta
tiene, asimismo, adversarios que luchan encarnizadamente contra ella, en un
conflicto permanente. Y es que el fracaso que Jesús conoció, mal recibido por
los judíos incrédulos, lo experimenta la Iglesia a su vez; pero el profeta
Isaías había ya pasado por esa dolorosa experiencia (v. 14/15). El combate de
la Palabra y de la incredulidad viene desde los más remotos tiempos de la
historia del pueblo de Dios y parece que ha de durar tanto como esa historia.
¿Cuál es su final? Este combate lleva a fracasos repetidos que preocupan al evangelista.
Pero al autor le interesa más otra cosa: el éxito maravilloso que, en último
término, obtiene la proclamación de la Palabra.
Porque el Evangelio, rechazado, perseguido,
combatido ya ha "triunfado". En el seno de un mundo incrédulo, existe
hoy una comunidad de discípulos. El inmediato entorno de Jesús era, en un
principio, el signo modesto de un cierto éxito de la palabra de Jesús; pero a
partir de entonces, todos aquellos que, en todos los tiempos, especialmente
hoy, se tienen por discípulos de Jesús, son signos de que la Palabra da sus
frutos. Tras el "vosotros" (v.11), se oculta, en efecto, toda la
Iglesia, se oculta incluso el auditorio que escucha hoy nuestro comentario del
Evangelio.
Más que en los adversarios obstinados, Mateo
se fija con entusiasta atención en los discípulos de Jesús; los ve vivir en
medio de un mundo (v.38) incrédulo: "aquellos que..." (v.12). Los ve,
sin embargo, colmados: "A vosotros es dado". Y puesto que en ellos el
"don" se ha demostrado eficaz, se les da cada vez más: "A quien
tenga se le dará". Este don pródigamente concedido es el de un
conocimiento supremo: "conocer los misterios del Reino de Dios". Este
conocimiento ilumina toda la vida; gracias a él, sabrán los discípulos hacer
las opciones que se imponen y participar como conviene en el combate de la
Palabra. Y es cierto que tras la explicación de las vicisitudes que atraviese
el Reino al implantarse en el mundo, se oculta un mensaje decisivo: el mensaje
pascual. Porque la aventura de la Palabra, constantemente desdeñada, perseguida
pero siempre viva y eficaz, semejante al grano de trigo que debe
"morir" para dar fruto (/Jn/12/24), ¿no es el misterio de Pascua? El
conocimiento de tales misterios es un privilegio del que los discípulos deben
ser conscientes. Lo que los cristianos oyen en la proclamación del Evangelio,
lo que ven en la experiencia cristiana, hay muchos hombres que no pueden verlo
ni oírlo. Aun los Profetas, esos privilegiados del A.T. y con ellos, por lo
tanto, todo el pueblo de la Antigua Alianza, no pudieron, a pesar de sus
deseos, obtener semejante revelación de los "caminos" de Dios, de los
secretos de su Reino.
Esta parábola, al igual que muchas otras
parábolas de Mateo, tiene algo de doloroso, de dramático incluso: ¡tanta
semilla perdida, tanta palabra rechazada! Pero no percibir los sonidos alegres
con que resuena, sería entenderla mal. Aunque no esté permitido permanecer
insensibles a esa tragedia que constituye la evangelización y a sus
"fracasos", cuyos perdedores son los hombres, ¿sería lícito no dejar
resonar nunca en nosotros -acogidas con una profunda humildad- estas palabras
de esperanza. "¡Ah, sí, dichosos vosotros!; dichosos vuestros ojos porque
han sabido ver y vuestros oídos porque han sabido oír"? ¿Sería lícito
permanecer insensibles ante la promesa, implícitamente contenida en la última
frase del Evangelio, y de la que encontramos una formulación más clara en el
apóstol Pablo, cuando habla de la "Gloria de los hijos de Dios"?
Nosotros sabemos de esa Gloria no sólo que está "preparada" para
nosotros, sino además que, con la transmisión de la Palabra, nos está ya
comunicada; y que, semejante a una semilla, crece en nosotros. ¡Cómo, entonces,
negarse uno a llamarse "dichoso"!.
LOUIS MONLOUBOU - LEER Y PREDICAR EL
EVANGELIO DE MATEO - EDIT. SAL TERRAE SANTANDER 1981.Pág. 183
3.EV/INTERPRETACION:
PUEDEN HABER TRES SIGNIFICACIONES EN UNA PARÁBOLA: LA DE XTO/LA DEL EVANGELISTA
Y LA DE LA IGLESIA PRIMITIVA.
La parábola del sembrador plantea al lector
tres problemas sucesivos: el significado de la parábola tal como salió de los
labios de Cristo (vv. 1-9), el valor que Mateo le atribuye introduciéndola en
esta parte de su Evangelio y, finalmente, la significación de la explicación
que da la Iglesia primitiva (vv. 18-23).
a) En cuatro escenas sucesivas, colocadas
entre una descripción de la siembra (v. 3) y una descripción de la recolección
(v. 8), la parábola propiamente dicha se interesa, sobre todo, por la suerte
reservada a la semilla en los cuatro terrenos diferentes. Las escenas están dispuestas
de manera progresiva y optimista, para desembocar en la visión de la
fructificación extraordinaria de la semilla. El tema de la cosecha, imagen de
los últimos tiempos, es tradicional en Israel (Jl 4. 13); lo nuevo es la
insistencia en las laboriosas siembras que la preparan. Jesús, pues, suaviza
ligeramente el matiz escatológico de la venida del Reino (cosecha) subrayando
más bien las condiciones difíciles de su realización. Proclama la venida del
Reino, pero insiste en la lentitud de su instauración y en la dificultad de su
maduración.
b).- Insertando esta parábola en este lugar
de su Evangelio, Mateo da una interpretación cristológica de la parábola. Jesús
se plantea el problema de los fracasos y de las resistencias que se oponen a su
mensaje: ceguera de los escribas, entusiasmo superficial de las masas,
desconfianza de sus parientes, etc.
Pretende dar un sentido a esta incomprensión
y lo descubre en la oposición entre el trabajo casi infructuoso del sembrador y
la rica cosecha que se recogerá en su tiempo oportuno. Jesús piensa en su
misión difícil y la analiza a la luz del juicio que se acerca. Concretamente,
este juicio se produce a través de la inteligencia que los discípulos parecen
mostrar (vv. 10-17) y que compensa la indiferencia de los otros miembros del
auditorio. c)La explicación de esta parábola nos la dan las comunidades
primitivas. Para ellas ya no hay que explicar la misión de Cristo, sino las
motivaciones de su conversión; la cosecha final no les da miedo, sino más bien
las dificultades cotidianas que suscita la persecución (v. 21).
Desde este momento la interpretación adopta
un matiz alegorizante; cada escena de la parábola se interpreta en función de
un tipo de "conversión": ya no importa tanto la semilla como la
manera en que es acogida. Hasta el matiz escatológico de la parábola se
difumina en consideraciones, sobre todo psicológicas y parenéticas (v. 24).
Jesús era optimista sobre el sentido de su misión; la Iglesia primitiva parece
más preocupada.
MAERTENS-FRISQUE - NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA
CRISTIANA V - MAROVA MADRID 1969.Pág. 160
4.PARA/FINALIDAD:
PALABRAS ESCANDALOSAS.SU VERDADERO SENTIDO.
Digamos algo sobre "la finalidad de las
parábolas", ya que, en nuestro texto, aparecen esas palabras casi
escandalosas de Jesús: ¿utilizó las parábolas para que no le entendiesen? Ha
habido dos teorías que se han hecho clásicas para explicar estas duras
palabras: teoría de la justicia: la parábola oculta la verdad para castigar la
infidelidad del pueblo que ha rechazado la palabra de Dios cuando le era
expuesta con toda claridad. Esta teoría va en contra de la naturaleza de las
parábolas y en contra de la misión de Jesús. Teoría de la misericordia: la
parábola no habla con claridad. Jesús recurre a ellas para mitigar la
culpabilidad de los que no creían. Teoría injustificada desde las parábolas
mismas, que son suficientemente claras. Además, en otras ocasiones, Jesús
hablaba no sólo con claridad sino hasta con crudeza.
Para resolver el problema hay que contar con
los elementos siguientes: a)el texto está fuera de lugar (lo demuestra el hecho
elemental de ser preguntado Jesús por "las" parábolas, cuando en
realidad no ha expuesto más que una); b)la expresión se refería originariamente
a toda la enseñanza de Jesús, ya que el término "parábola", "mashal"
en hebreo, puede significar tanto parábola como misterio, sentencia, enigma,
proverbio, enseñanza; c)esta diversidad de significados hizo que, al traducir
la palabra "mashal" al griego, y después a las demás lenguas, se
convirtiese en "parábola"; d)el texto se halla traducido
defectuosamente y reconstruyéndolo en su forma original aramea tendríamos lo
siguiente: "a vosotros os ha sido dado a conocer el misterio del reino de
Dios, pero a los de fuera todo les resulta misterioso".
A continuación, viene la partícula final
"para que"; pero esta partícula puede ser, además de final,
consecutiva y entonces traduciríamos así: "de modo que se cumple la
palabra de la Escritura" (a continuación, viene la cita del profeta Isaías
6. 9-10). Quedan, por tanto, las últimas palabras, las más
"escandalosas": "no sea que se conviertan...". Tendríamos
aquí latente o subyacente la partícula aramea "dilema", que, además
de los sentidos "para que no", "no sea que", tiene también
este otro "sea, pues, que..." y en este sentido debe ser entendida
aquí.
La conclusión que parece imponerse hoy es que
la traducción del célebre y torturante texto debe ser la siguiente: "a
vosotros os ha dado Dios a conocer el misterio del Reino; para los que están
fuera todo es misterioso, de modo que -como está escrito- miran y no ven, oyen
y no entienden; que se conviertan, pues, y Dios les perdonará". La
solución de los que están fuera no es desesperada. Tienen todavía una
oportunidad: que se conviertan.
COMENTARIOS A LA BIBLIA LITURGICA NT - EDIC
MAROVA/MADRID 1976.Pág. 1015
5.- Texto. En el contexto precedente Mateo
remarca la línea divisoria entre sabios y entendidos por un lado y gente
sencilla por otro. Los primeros se perfilan ya como adversarios y los segundos
como familiares. En este contexto introduce Mateo un tipo de enseñanza basada
en la parábola. "Jesús comenzó a exponerles muchas cosas por medio de
parábolas". Mejor traducción ésta que el "hablar mucho rato" de
la traducción litúrgica. Las líneas maestras del texto van más por el método de
enseñanza empleado que por el contenido de la misma. Veamos. La parábola del
sembrador termina con un lacónico "el que tenga oídos que oiga"
(v.9). Esta frase está indicando que la parábola contada oculta tanto como
desvela, si no más.
Ello motiva la pregunta de los discípulos:
"¿Por qué hablas a la gente por medio de parábolas?" (v. 10). En los
vs. 11-17 se da respuesta a esta pregunta. La respuesta deja en claro una cosa:
las parábolas son un medio adecuado de no decir nada a quien no esté en disposición
de escuchar y de decir mucho a quien esté en esa disposición. Por lo tanto, el
recurso a la parábola lo entiende Mateo como una forma de remarcar la línea
divisoria entre dos grupos. A un lado de la línea están los que no ven ni
entienden; al otro, los discípulos, es decir, "todo el que hace la
voluntad de mi Padre que está en los cielos" (Mt 12, 50). Esta última cita
de Mateo ayuda a aclarar el origen de la división. Esta no obedece a un decreto
de Dios, sino a la decisión de las propias personas involucradas. Por aquí van
los sorprendentes vs. 11 y 12. El v. 11 parece a primera vista estar formulado
en el sentido de una división determinada por Dios.
Sirviéndose del recurso de la voz pasiva,
este versículo afirma, en efecto, que es Dios quien concede o permite a unos
conocer los secretos de su Reino y a otros no. Sin embargo, el v. 11 hay que
leerlo a la luz del v. 12, el cual sirve de explicación a aquél. Lo que pasa es
que la explicación está formulada en términos absolutamente chocantes y sorprendentes,
muy en consonancia con el estilo oral, agresivo e hiriente, empleado
frecuentemente por Jesús. "Al que tienen se le dará más todavía; al que no
tiene se le quitará hasta lo poco que tiene". El problema nos surge por
entender el verbo tener en sentido de poseer. Pero no es éste el sentido del
verbo ni en la dinámica del texto ni en el contexto de Mateo. "Tener"
tiene el sentido activo de "producir". "Al que produce se le
dará; al que no produce, no". Así entendida la frase, se comprende
perfectamente que el v. 11, del cual el 12 es explicación, no pueda entenderse
en el sentido de decreto arbitrario de Dios.
El recurso, pues, a las parábolas marca en el
Evangelio de Mateo la quiebra de un mundo religioso cerrado en sí mismo, el de
los sabios y entendidos, y el surgimiento de una perspectiva abierta y
universal, la representada por los discípulos o nueva familia de Jesús. De ahí
la larga cita de Isaías, donde se habla del corazón embotado de este pueblo; de
ahí también el realce del momento a través del v. 17: "Les aseguro que
muchos profetas y justos desearon ver y oír lo que ustedes". Obsérvense
las dos mismas denominaciones de profetas y justo que encontrábamos hace dos
domingos en Mt. 10, 41 y que responden a categorías de personas cuyo alcance se
nos escapa hoy. El texto finaliza desvelando a los discípulos lo oculto de la
parábola, y por consiguiente, lo que Mateo considera importante en la misma. Lo
significativo está en los lugares receptores: vereda, pedregal, maleza, terreno
fértil. Los tres primeros tienen en común su falta de productividad. Esto es
precisamente lo que hay que evitar. La parábola del sembrador en la versión de
Mateo es una invitación a ser terreno fértil. No importa la cantidad producida;
eso depende de mil circunstancias e imponderables. Lo verdaderamente importante
es el ser productivos.
Comentario. Dos aspectos resaltan con luz
propia en el texto: la alegría y la invitación a hacer algo.
Alegría por los nuevos tiempos traídos por
Jesús. El discípulo de Jesús está llamado a ser portavoz del cambio cualitativo
aportado por Jesús y a vivir desde la alegría por ese camino. "Dichosos
sus ojos porque ven y sus oídos porque oyen". Dios me libre de decir a
nadie lo que tiene que hacer. Pero en nombre de Dios, que habla por el texto de
hoy, sí que te digo: haz, actúa, sé productivo.
ALBERTO BENITO - DABAR 1990/37
6. /Mt/13/10-17 Entre
la parábola del sembrador (Mt 13, 1-9) dirigida a la muchedumbre (Mt 13, 3) y
la explicación que de ella da a los discípulos (v. 11), Mateo inserta este
pasaje manifiestamente adventicio y destinado a servir de transición. Pero los
sinópticos, al tiempo que concuerdan en cuanto al contenido literal de la
parábola y de su explicación, ponen de manifiesto una gran libertad en la
redacción de esta transición (Mc 4, 10-13; Lc 8, 9-11). El núcleo del pasaje se
halla localizado en el v. 11; el v. 12, sin duda un añadido tardío de Mateo
(cf. Mc.4, 25), podría ser una restricción al versículo precedente a propósito
de Judas (?). El v. 13 saca las conclusiones del v. 11, confirmadas aún más en
la larga cita de Is 6, 9-10 (vv. 14-15).
Los vv. 16-17 son igualmente extraídos de
otro contexto (Lc 10, 21-22). a) En la literatura judía, los de fuera es un
término utilizado para designar a los gentiles (cf. 1 Cor 5, 12-13; 2 Cor 4,
16; Col 4, 5; 1 Tim 4, 2). Marcos le atribuye, sin embargo, otro sentido (Mc 4,
11), refiriéndose a aquellos que, en el momento en que Cristo habla "en
casa" (Mc 3, 20) a sus apóstoles y discípulos, se encuentran
"fuera" de ella (cf. M 3, 31), es decir, sus parientes y los fariseos
(Mc 3, 22). Con la expresión los "de fuera", Marcos se estaría
refiriendo a los mismos judíos, los cuales no podrán entrar en el Reino y
convertirse (Mc 4, 12) sin que antes hayan depuesto su incredulidad. b) El texto,
en su totalidad, presenta una acusada mentalidad apocalíptica semejante a la
del libro de Daniel. Como en el profeta (Dan 2, 47), también aquí parece la
revelación en dos tiempos, "secreto" y "misterio",
perfectamente marcados; el primero, mediante visiones y símbolos o parábolas;
el segundo, mediante explicaciones. Finalmente, las sentencias subrayan el
privilegio de los que pueden oír y comprenden las posibles aplicaciones del
lenguaje parabólico. Mediante esta forma apocalíptica (véase Mt 11, 25), Mateo
trataría de dar a la enseñanza parabólica de Jesús su significación de
verdadera revelación procedente de lo alto.
c) En su extensa cita de Is 6, 9-10 (vv.
14-15), Mateo pretende hacer resaltar otra intención de Cristo. Jesús conoce su
calidad de profeta y acepta las oposiciones y repulsas inherentes a este
ministerio, dificultades a que se ha expuesto conscientemente con motivo de su
enseñanza por medio de parábolas, trazando así la línea de demarcación entre fe
e incredulidad. A Jesús no le extraña su falta de éxito; su actuación es
conforme a las Escrituras y concretamente a Isaías. El mismo se encamina así
hacia su Pasión. La cita de Is 6, 9-10 es, sin embargo, diferente en Mateo y en
Marcos. Para este último, hablar en parábolas es un acto de Dios que, mediante
este procedimiento, juzga y condena a los incrédulos. Las modificaciones
aportadas por Mateo ("porque" en lugar de "para qué" y
"no ven" en lugar de "ven y no conocen", en los vv. 12-13)
ponen de manifiesto que la razón de hablar en parábolas no debe ser buscada en
Dios, sino en las disposiciones hostiles del auditorio. Veamos en todo esto más
un clima de pasión por parte del profeta que un auténtico juicio de Dios.
d) Al redactar este texto, Mateo bloquea las
corrientes apocalíptica y profética, uniendo el optimismo de la primera ante
los privilegios de los que reciben la revelación, al pesimismo de la segunda,
con motivo del rechazo de que es objeto el profeta por parte de la mayoría.
Hecho esto, confiere al conjunto un acento nuevo; el de la oposición entre
creyentes y no-creyentes, oposición que se acentúa más aún cuando se descubre
como algo evidente que es "secreto" de Dios, un misterio insondable
suyo (corriente apocalíptica) el oponer aquellas dos categorías, mientras que
el pensamiento de Jesús era distinto.
e) Mateo (como Mc 4, 1-34) escribe en un
momento en que la Iglesia naciente está preocupada por la incredulidad de
Israel. El cap. 13 responde a esta inquietud. Mc 4, 11-12 subraya que Jesús no
revela su secreto más que a los discípulos y deja a las gentes de fuera en la
ignorancia; y así, gracias a la enseñanza parabólica, establece una especie de
juicio entre creyentes e incrédulos. Mateo soluciona el problema haciendo ver
que, el no comprender la enseñanza de Cristo, si esa falta de comprensión es
querida por Dios, no resulta de una decisión arbitraria, sino que es
consecuencia de disposiciones espirituales insuficientes. Cristo se pregunta
sobre la significación del fracaso de su ministerio profético, y la conclusión
que de ello saca es clara: la Pasión ha sentado ya plaza en su vida; la muerte
se perfila al término de su misión, y esta prueba definitiva será la que dé el
verdadero tono de su fidelidad. La comunidad primitiva también se pregunta, a
propósito de este mismo pasaje, sobre el fracaso que constituye para ella la
negativa de Israel a admitirla en su fe en el Señor. En la apocalíptica judía
encuentra la solución a esta angustia: es "secreto" de Dios el
separar así a los hombres en creyentes y no creyentes, y el preparar de este
modo el juicio de la humanidad.
También la Iglesia actual se pregunta sobre
su aparente fracaso y sobre su creciente disminución en el mundo. Pero sabe
guardarse muy bien de recurrir a la apocalíptica judía para dividir el mundo
entre buenos e impíos, ya que la frontera entre el bien y el mal pasa a través
de cada hombre. La única salida que le queda entonces es hacer suyo el punto de
vista de Cristo. Porque, aunque Cristo haya entrado en la gloria, no por eso la
Iglesia quedará dispensada de la ley del fracaso y de la significación pascual
del sufrimiento.
MAERTENS-FRISQUE - NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA
CRISTIANA VI - MAROVA MADRID 1969.Pág. 189s
7. Mt/13/10-17: FE/ESCUCHA: D/MISTERIO
Jesús responde que Dios es
"misterio": no es una realidad fácil de conocer. Dios no está a nivel
de las cosas; se toca una piedra, se ve un árbol, se oye a un amigo. Dios no es
de este orden. El misterio de Dios no es una verdad que se impone a la
inteligencia humana. Es un secreto, un misterio, que sólo se da a los que están
dispuesto a escuchar. "Mirar sin ver y escuchar sin oír ni entender".
Esta es la segunda razón dada por Jesús. Si
el misterio de Dios, es de por sí un secreto difícil de descubrir, es también
verdad que muchos hombres son culpables de ni siquiera buscarlo.
¿Busco yo a Dios? "Ni entender con el
corazón" En-tender, o sea tender en dirección de alguien. Ser fascinados
por Dios. Tomar postura ante él. Dirigirse a él con todo el ser. Sólo entonces
se está en disposición de oír y comprender. Primero se convierte uno, o sea, se
vuelve hacia... se tiende hacia... y después se comprende. Hasta humanamente,
las mismas cosas son vistas y oídas, de distinta manera por varias personas.
·Scheler ha escrito que si atraviesan un bosque tres sujetos: un pintor, un
botánico y un comerciante de maderas, uno habrá visto unas violetas y colores
maravillosos (el pintor); otro habrá visto unos musgos diminutos y muy raros,
que sólo existen en esa región (el botánico); otro habrá visto cuántos metros
cúbicos de madera se pueden sacar por hectárea (el maderero). "Dichosos
vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen". Debiéramos pedir
esos ojos que ven y esos oídos que oyen. Ver con los ojos de la fe tantos
acontecimientos de nuestra vida que solamente vemos con una mirada humana. Toda
nuestra vida es una parábola en la que Dios está escondido y desde donde nos
habla. Uno puede quedarse en el interior de las cosas y de los acontecimientos,
o bien, "ver" y "oír" a Dios en el centro de todas las
situaciones humanas. Creyente es el que ve y oye a Dios en las cosas vulgares
-alegres o tristes- de cada día.
8.- Texto. El domingo pasado remarcaba Mateo
una línea divisoria entre sabios y entendidos por un lado y gente sencilla por
otro. En este contexto se abre la tercera compilación doctrinal del primer
evangelio, caracterizada por las parábolas como vehículo de enseñanza. El texto
comienza con la exposición de la parábola del sembrador y finaliza con la
aclaración de la misma. Entremedio se recoge una conversación de Jesús con sus
discípulos acerca del método de enseñanza adoptado: ¿por qué hablas a la gente
por medio de parábolas?. La respuesta de Jesús a esta pregunta deja en claro
una cosa: las parábolas son un medio adecuado de no decir nada a quien no esté
en disposición de escuchar y de decir a quien está en esa disposición. El
recurso, pues a las parábolas es una forma de remarcar la línea divisoria entre
los dos grupos arriba mencionados. A un lado de la línea están los que no ven
ni entienden; al otro, los discípulos, es decir, todo el que hace la voluntad
de mi Padre que está en los cielos (Mt. 12,50).
Esta cita de Mateo, tomada del contexto
inmediatamente precedente al texto de hoy, ayuda a aclarar el origen de la
división en dos grupos. Esta no obedece a un decreto de Dios, sino a la
decisión de las propias personas involucradas. El v.11, en efecto, parece a
primera vista estar formulado en el sentido de una división determinada por
Dios. Este versículo, sin embargo, ha de leerse a la luz del 12: al que tiene
se le dará más todavía; al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Esta
formulación resulta chocante, pues tener suele entenderse en sentido de poseer.
No existe, sin embargo, el sentido del verbo ni en la dinámica del texto ni en
el contexto de Mateo. Tener tiene el sentido activo de PRODUCIR. Al que produce
se le dará; al que no produce, no. Así entendida la frase, se comprende
perfectamente que el v. 11 no deba interpretarse en el sentido de decreto
arbitrario de Dios.
El recurso, pues, a las parábolas marca en el
evangelio de Mateo la quiebra de un mundo religioso cerrado en sí mismo, el de
los sabios y entendidos, y el surgimiento de una perspectiva abierta y
universal, la representada por los discípulos o gente sencilla. De ahí la larga
cita de Isaías hablando del corazón embotado. De ahí también el realce del
momento en el v. 17: os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver y oír
lo que vosotros. El texto finaliza desvelando a los discípulos lo oculto de la
parábola. Lo significativo en la misma son los lugares receptores: vereda,
pedregal, maleza, terreno fértil. Los tres primeros tienen en común su falta de
productividad, justamente lo que hay que evitar. En la versión de Mateo la
parábola del sembrador quiere ser una invitación a ser terreno fértil. No
importa la cantidad que se produzca; eso depende de mil circunstancias e
imponderables. Lo verdaderamente importante es ser productivos.
Comentario. - Lo expuesto en el análisis del
texto no dejar lugar a dudas al buen entendedor: menos palabras y más hechos.
He aquí el santo y seña del buen discípulo. Junto a este aspecto esencial del
texto, hay otro apenas mencionado en el análisis: alegría por los nuevos
tiempos traídos por Jesús. El discípulo está llamado a ser portavoz del cambio
cualitativo aportado por Jesús y a vivir desde la alegría de ese cambio.
DABAR 1993/37
9.- La presente parábola es la primera de una
serie que recoge Mateo en el capítulo 13. Jesús la pronunció sin duda en un
momento crítico y culminante de su vida pública, cuando comenzaba a concentrar
su atención en los discípulos ante la creciente incredulidad del pueblo y el
rechazo de los fariseos. La parábola del sembrador experimentó una acomodación
pastoral cuando los apóstoles la predicaron a la primitiva comunidad de Jesús.
El comentario que sigue a la parábola y su interpretación en los v. 18 al 23 es
el resultado de dicha adaptación. El sentido de la parábola de Jesús es que, a
pesar de las dificultades de la siembra, la cosecha está asegurada; es decir,
que el Reino de Dios, iniciado en la persona de Jesús y proclamado por Jesús,
es una fuerza viva que avanza irresistiblemente hacia su plenitud y gloriosa
manifestación, hacia la cosecha final. La Palabra de Dios es como una semilla,
pequeña en apariencia, pero llena de vida. No todos la escuchan y la albergan
en su corazón; pero quienes la reciben con fe darán fruto.
Jesús no habla en parábolas para que no le
entiendan; nadie habla en verdad para que no le entiendan. Esta sentencia (cf.
1,15) significa que la parábola esconde siempre un sentido profundo y sugiere
la conveniencia de una seria meditación. Sobre todo, es una manera de provocar
y de estimular la atención.
EUCARISTÍA 1993/33
10.- Mateo recoge en el capítulo 13 siete
parábolas sobre el Reino de Dios. Leemos la primera parte y su interpretación,
separadas por una explicación sobre el porqué del lenguaje parabólico. A lo
largo del capítulo se adivina fácilmente la mano del evangelista en la
elaboración de los materiales de que dispone.
A menudo el evangelio según Mateo nos dice si
Jesús está "en casa", donde habla privadamente con los discípulos, o
bien si sale para encontrarse con la gente. En este caso, vemos que Jesús habla
a la gente desde una barca, y no se dice que vuelva a casa hasta el versículo
36; pero, entre la parábola del sembrador y su explicación, Jesús habla
privadamente a los discípulos, lo que no concuerda con el hilo de toda la
narración. La parábola del sembrador apunta a lo que sucede en la acción de
sembrar, teniendo en cuenta la manera cómo se hacía en tiempos de Jesús en
Palestina: se araba después de sembrar. La parábola hace referencia al fracaso
de la siembra (que se menciona tres veces y de manera progresiva) y, sobre
todo, al éxito final, que es esplendoroso. La explicación de la parábola, que
seguramente no es original de Jesús, hace referencia más bien a la tierra que
recibe la semilla, es decir, a las disposiciones de los que escuchan la palabra
de Dios y a la acogida que le dan.
Entre la parábola y su explicación, Mateo ha
inserido un fragmento sobre el porqué del lenguaje parabólico que Jesús
utiliza. La parábola revela y esconde a la vez: todo depende de la sintonía y
la disposición del que escucha. Una cita de Isaías sirve para mostrar lo que ha
pasado realmente: algunos se han cerrado a la palabra de Jesús, mientras que
otros (los discípulos) han hecho caso de ella. Quizá podríamos decir que los
discípulos son el verdadero "resto de Israel" que ha sido fiel a la
línea de los profetas y los justos que deseaban la manifestación de Dios.
JOSEP M. GRANE - MISA DOMINICAL 1994/09
PROPUESTA DE CANTOS DOMINGO XV CICLO A
TEMA: PARABOLA DE LOS CUATRO CAMPOS O EL SEMBRADOR
01.- CON ALEGRIA EN EL CORAZON
CON ALEGRÍA EN EL CORAZÓN
QUEREMOS CANTARTE, SEÑOR.
CON ESPERANZA, CON FE Y CON AMOR
QUEREMOS LLEGAR A TU MESA, SEÑOR.
1. Con alegría de amistad
compartida en una comida;
con esperanza de escuchar
tu Palabra, que da la vida.
2. Con alegría de fiesta
de hermanos en la Eucaristía;
con la fe y el amor que exige
juntarnos en tu comida.
3. Con alegría los primeros cristianos
su amor compartían;
con esperanza seguiremos
sus huellas y ejemplo de vida.
02.- CADA MAÑANA (Cesáreo Garabaín)
1. Una mañana el sembrador
salió a los campos para sembrar;
una mañana el sembrador
sembró en mi vida su bondad.
CADA MAÑANA EL SEMBRADOR,
SEMBRANDO ESTÁ EN MI CORAZÓN.
CADA MAÑANA EL SEMBRADOR,
ESPERA EL TRIGO DE MI AMOR.
2. Una mañana el sembrador
sembró el camino y el pedregal;
una mañana el sembrador
no pudo entrar en mi heredad.
3. Una mañana el sembrador
en tierra buena quiso sembrar;
una mañana el sembrador
tan solo espinas pudo hallar.
4. Una mañana el sembrador
en cada grano cien quiere hallar;
una mañana el sembrador
sembró en mi vida con afán.
03.- BENDITO SEAS SEÑOR (Francisco Palazón)
BENDITO SEAS, SEÑOR,
POR ESTE PAN Y ESTE VINO
QUE GENEROSO NOS DISTE
PARA CAMINAR CONTIGO,
Y SERÁN PARA NOSOTROS
ALIMENTO EN EL CAMINO.
1. Te ofrecemos el trabajo,
las penas y la alegría,
el pan que nos alimenta
y el afán de cada día.
2. Te ofrecemos nuestro barro
que oscurece nuestras vidas
y el vino que no empleamos
para curar las heridas.
04.- PAN Y VINO DE AMOR (Brotes de Olivo)
En la tierra la sembró el sembrador,
la semilla de tu pan, Señor.
Y después el viñador trabajó en buena lid,
y las tierras ven crecer las espigas y la vid.
El trigo se molió en el moli-ino
rompiendo su cuerpo como tú.
La uva la pisó el hombre en el lagar,
igual que tú te dejaste pisar.
Y ahora, convertido en pan y vino,
tu pueblo lo ofrece en tu altar.
Conviértelos, oh, Dios, son frutos de tu amor,
en tu Cuerpo y Sangre, Señor.
El trigo se molió en el moli-ino
rompiendo su cuerpo como tú.
La uva la pisó el hombre en el lagar,
igual que tú te dejaste pisar.
Y ahora, convertido en pan y vino,
tu pueblo lo ofrece en tu altar.
Conviértelos, oh, Dios, son frutos de tu amor,
en tu Cuerpo y Sangre, Señor.
05.- ESTE PAN (Alfonso Luna)
1. Este pan y este vino
te ofrecemos hoy
este pan y este cáliz
te ofrecemos hoy.
Es el fruto de nuestro trabajo, Señor
y es el fruto de nuestra unión.
BENDITO SEAS POR SIEMPRE SEÑOR
BENDITO SEAS POR SIEMPRE SEÑOR.
2. Estas manos y estos dones
te ofrecemos hoy
nuestras vidas y estas flores
te ofrecemos hoy.
Es el fruto de nuestro trabajo, Señor
y es el fruto de nuestra unión.
BENDITO SEAS POR SIEMPRE SEÑOR
BENDITO SEAS POR SIEMPRE SEÑOR
POR SIEMPRE, POR SIEMPRE.
06.- EUCARISTIA, MISTERIO DE AMOR (Alfonso Luna)
1.- Eucaristía, misterio de amor,
Eucaristía, comida del pan.
Hoy le comemos en esta mesa,
hoy nos unimos al comulgar.
CRISTO ESTA AQUÍ, VINO AL ALTAR.
DIOS ES COMIDA QUE SE NOS DA.
2.- Eucaristía, es su regalo,
Eucaristía es un gran don:
en esta Misa lo celebramos
todos unidos en comunión.
3.- Tu vida, joven, tiene sentido,
cuando te acercas a comulgar;
en esta fiesta, Cristo te invita:
Dios es comida, comparte tu pan.
07.- LA EUCARISTIA ES COMPARTIR (Alfonso Luna)
LA EUCARISTÍA ES COMPARTIR,
EL MISMO PAN, EL MISMO DIOS;
LA EUCARISTÍA ES COMPARTIR,
TODO EL MUNDO EN TU CORAZÓN.
1. La misma fe nos congrega,
la misma fe en tu altar;
a todos los hombres, en todo lugar.
2. Los niños del mundo unidos,
en un sólo corazón;
vivamos juntos la Misa,
unidos los hombres en un sólo amor.
08.- UNA ESPIGA DORADA POR
EL SOL
UNA ESPIGA DORADA POR EL SOL,
UN RACIMO QUE CORTA EL VIÑADOR,
SE CONVIERTEN AHORA EN PAN Y VINO DE AMOR,
EN EL CUERPO Y EN LA SANGRE DEL SEÑOR.
Compartimos la misma comunión,
somos trigo del mismo sembrador,
un molino, la vida nos tritura con amor,
Dios nos hace Eucaristía en el amor.
Como granos que han hecho el mismo pan,
como notas que tejen un cantar,
como gotas de agua que se funden en el mar,
los cristianos un cuerpo formarán.
A la mesa de Dios se sentarán,
como hijos su pan comulgarán,
una misma esperanza caminando cantarán,
y en la vida como hermanos se amarán.
08a.- UNA ESPIGA (Otra versión) (Cesáreo Garabaín).
UNA ESPIGA DORADA POR EL SOL,
EL RACIMO QUE CORTA EL VIÑADOR,
SE CONVIERTEN AHORA EN PAN Y VINO DE AMOR
EN EL CUERPO Y LA SANGRE DEL SEÑOR.
2. Comulgamos la misma comunión,
somos trigo del mismo sembrador,
un molino, la vida nos tritura con dolor,
Dios nos hace Eucaristía en el amor.
3. Como granos que han hecho el mismo pan
como gotas que tejen un cantar,
como gotas de agua que se funden en el mar
los cristianos un cuerpo formarán.
4. En la mesa de Dios se sentarán,
como hijos, su pan comulgarán,
una misma esperanza caminando, cantarán,
en la vida como hermanos se amarán.
09.- EL VIÑADOR (Cesáreo Garabain)
1. Por los caminos sedientos de luz,
levantándose antes que el sol,
hacia los campos que lejos están
muy temprano se va el viñador.
No se detiene en su caminar
No le asusta la sed ni el calor.
Hay una viña que quiere cuidar
Una viña que es todo su amor.
DIOS ES TU AMIGO, EL VIÑADOR
EL QUE TE CUIDA DE SOL A SOL
DIOS ES TU AMIGO, EL VIÑADOR
EL QUE TE PIDE FRUTOS DE AMOR.
2. Él te protege con un valladar
Levantado en tu derredor
Quita del alma las piedras del mal
Y ha elegido la cepa mejor.
Limpia los surcos con todo su afán
Y los riega con sangre y sudor
Dime si puede hacer algo más
Por su viña el viñador.
3. Por los caminos sedientos de luz
Levantándose antes que el sol
Hacia los campos que lejos están
Muy temprano se va el viñador.
Sólo racimos de amargo sabor
Ha encontrado en tu corazón
Dime si puede hacer algo más
Por su viña el viñador.
10.- VIRGEN DEL CARMEN BELLA
Virgen del Carmen bella,
Madre del Salvador,
de tus amantes hijos
oye el cantar de amor (bis).
Dios te salve María,
del Carmen bella flor,
Estrella que nos guía
hacia el sol del Señor (bis).
Junto a ti nos reúnes,
nos llamas con tu voz,
quieres formar de Perú
un pueblo para Dios (bis).
Dios te salve María…
Somos un pueblo en marcha
en busca de tu luz, guíanos,
Madre nuestra,
llévanos a Jesús (bis).
Dios te salve María…
Haznos cristianos Madre,
cristianos de verdad,
Hombres de fe sincera,
de viva caridad.
Dios te salve María…