DESTRUYAN ESTE TEMPLO, Y EN TRES DÍAS LO LEVANTARÉ
COMENTARIO
La segunda
parte de la Cuaresma del ciclo B está marcada por tres evangelios de Juan que
presentan diferentes aspectos del camino muerte-resurrección que celebramos en
la Pascua.
La escena de la expulsión de los vendedores que los sinópticos
(seguramente con mayor veracidad histórica) colocan en los momentos finales de
la vida de Jesucristo, desencadenando la definitiva reacción de las autoridades
contra él, está colocada aquí al principio del evangelio, pero con las mismas
referencias al misterio pascual, y para indicar, ya de entrada, que toda la
vida de Jesucristo debe entenderse bajo la luz de su hora definitiva, la de su
glorificación por medio de su paso por la muerte.
A Juan le gusta insistir
en la incomprensión para obligarnos a ahondar más todavía. De vez en cuando
inserta alguna frase para llamar nuestra atención. Aquí, “casa de mi Padre” es
un foco dirigido hacia la filiación divina de Jesús. Y sobre todo la primera
alusión a la resurrección mediante la palabra “levantar” que pertenecer al
vocabulario de la resurrección: - Yo levantaré este santuario. – ¿Lo vas a
levantar tú? Lo comprendieron después de que Jesús resucitó. También nosotros,
“después de la resurrección” podemos comprender, ya que los evangelios son una
relectura de los gestos y de las palabras de Jesús después de la Pascua. Juan
demuestra su saber de buen pedagogo. Por ejemplo, cuando los judíos se aferran
a la idea del templo construido en cuarenta y seis años y reedificado en sólo
tres días, tiene que ponernos alerta; ¿De qué templo se trata? Con la debida
atención, podemos recibir oportunamente la respuesta de los versículos 21 y 22
clave de este conjunto tan típicamente joánico: “El templo del que él que él
hablaba es su cuerpo, cuando resucitó, se acordaron los discípulos de lo que
había dicho y dieron fe a la Escritura y a estas palabras de Jesús”.
Así, pues, el asunto del
templo va progresando en dos etapas.
Primero, Jesús realizó una acción profética, para dotar al gesto
religioso de una mayor decencia; no se reza en medio de bulla de los
mercaderes. Viene luego la segunda etapa del asunto del templo: “El templo del
que hablaba era su cuerpo”. Desde la encarnación, desde que Dios vino a residir
entre nosotros en Jesús, el cuerpo de Jesús, o sea su humanidad es la presencia
de Dios. En adelante, todo culto tiene como lugar ese templo. ¿Se trata de
limitarse al cuerpo de un hombre, un espacio extraño y muy pequeño de
oración? Deberíamos detallar aquí todas
las realidades que evoca la expresión “cuerpo de Cristo”. Esto pudo
comprenderse después de la resurrección, cuando el cuerpo glorioso de Cristo se
convirtió en el mundo mismo de la resurrección donde todo hombre puede entrar
en contacto con Dios. El cuerpo de Cristo es también el cuerpo eucarístico en
torno al cual se despliega la liturgia cristiana. A veces necesitamos un lugar
de oración, para nosotros mismos y sobre todo para una liturgia colectiva, pero
si el Señor no está en nosotros ni en medio de nosotros, tendremos que ir a
buscar unos azotes.
R.P. Roland
Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA Sal 24, 15-16
Tengo los ojos
puestos en el Señor, porque Él saca mis pies de la red. Mírame, oh, Dios, y ten
piedad de mí, que estoy solo y afligido.
ORACION
COLECTA
Oh, Dios, autor de toda misericordia y bondad, que aceptas el ayuno,
la oración y la limosna como remedio de nuestros pecados, mira con amor el
reconocimiento de nuestra pequeñez y levanta con tu misericordia a los que nos
sentimos abatidos por nuestra conciencia. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro
del Éxodo 20, 1-17
Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de
Egipto, de la esclavitud. o tendrás otros dioses fuera de mí. No te harás
ídolos, figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra o en
el agua debajo de la tierra. No te postrarás ante ellos, ni les darás culto,
porque yo, el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso: castigo el pecado de los
padres en los hijos, nietos y biznietos, cuando me aborrecen. Pero actuó con
piedad por mil generaciones cuando me aman y guardan mis preceptos.
No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios,
en vano, porque no dejara el Señor sin castigo a quien pronuncie su nombre en
vano. Fíjate en el sábado para santificarlo.
Durante seis días trabaja y haz tus tareas, pero el día séptimo es un
día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios: no harás trabajo alguno, ni tú, ni
tu hijo, ni tu hija, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el forastero que viva en
tus ciudades. Porque en seis hizo el Señor el cielo, la tierra y el mar y lo
que hay en ello. Y el séptimo día descanso; por eso bendijo el Señor el sábado
y lo santifico.
Honra a tu padre y a tu madre; así prolongaras
tus días en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar. No matarás. No
cometerás adulterio. No robarás. No darás testimonio falso contra tu prójimo.
No codiciaras los bienes de tu prójimo; no codiciaras la mujer de tu prójimo,
ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de él”.
SALMO
RESPONSORIAL (Sal 18)
Señor, tú tienes Palabras de vida eterna.
La ley del Señor es perfecta y es descanso
del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. R.
Los mandatos del Señor son rectos y alegran
el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos. R.
La voluntad del Señor es pura y eternamente
estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R.
Más preciosos que el oro, más que el oro
fino; más dulces que la miel de un panal que destila. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a
los corintios 1, 22-25
Hermanos Mientras los judíos exigen
milagros, los griegos buscan sabiduría, nosotros predicamos a Cristo
crucificado: escandalo para los judíos, locura para los paganos; pero, para los
que Dios ha llamado –sean judíos o griegos-, Cristo es fuerza de Dios y
sabiduría de Dios. Pues lo que en Dios parece locura es mucho más sabio que
toda sabiduría humana; y lo que en Dios parece debilidad es más fuerte que toda
fuerza humana.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16
Tanto amo
Dios al mundo que entregó a su hijo único. Todo el que cree en Él tiene vida
eterna.
EVANGELIO
Lectura del santo
evangelio según san Juan 2, 13-25.
Se acercaba la pascua de los judíos, y Jesús
subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y
palomas, y a los cambistas sentados; y haciendo un azote de cordeles, los echo
a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas
y les volvo las mesas; y a los que vendían palomas les dijo; “Quiten esto de
aquí, no conviertan en un mercado la casa de mi Padre». Sus discípulos se
acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora». Entonces
intervinieron los judíos y le preguntaron: “¿Qué signos nos muestras para obrar
así?». Jesús contestó: «Destruyan este templo, y en tres días yo lo levantaré».
Los judíos replicaron: “Cuarenta y seis años ha costado construir este templo,
¿y tú lo vas a levantar en tres días?». Pero Él hablaba del templo de su cuerpo.
Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que
había dicho eso, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho
Jesús. Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron
en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no confiaba en ellos,
porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie acerca de los
hombres, porque Él conocía lo que hay dentro de cada hombre.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Al Señor nuestro
Dios, que quiere liberarnos de cuanto nos esclaviza e impide ir a Él,
supliquemos con confianza diciendo: R.-
Padre, escúchanos.
1.- Para que, anunciando la gracia del Señor,
los cristianos nos comprometamos en la transformación de nuestra sociedad. Oremos. R.
2.- Para que la ley del amor sea la norma de
nuestras vidas, y para que como Iglesia nunca traicionemos el evangelio de la
vida, el amor y la paz. Oremos. R.
3.- Para que en todo el mundo se respecten
los derechos humanos; y todos gocen de salud, educación, vivienda y trabajo
digno. Oremos. R.
4.- Para que cuantos viven angustiados por el
peso del pecado, descubran que Jesús tiene palabras de vida eterna y que los
quiere salvar. Oremos. R.
5.- Para que el crucificado de sentido al
dolor de los enfermos; los marginados y excluidos de la sociedad. Oremos. R.
6.- Para que Jesucristo crucificado y ahora
resucitado haga de nuestras vidas templos vivos de su gracia salvadora. Oremos. R.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, por la
celebración de este sacrificio concédenos; en tu bondad, que, al pedirte el
perdón de nuestras ofensas, nos esforcemos en perdonar las de nuestros
hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Sal 83, 4-5
Hasta el gorrión ha
encontrado una casa; la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos; tus
altares, Señor del Universo, Rey mío y Dios mío. Dichosos los que viven en tu
casa, alabándote siempre.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Alimentados ya en la tierra con el pan del
cielo, prenda de eterna salvación, te suplicamos, Señor, que se haga realidad
en nuestra vida lo que hemos recibido en este sacramento. Por Jesucristo
nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 04: 2R 5, 1-15a; Sal 41; Lc 4, 24-30
Martes 05: Dn 3, 25. 34-43; Sal 24; Mt 18, 21-35
Miércoles 06: Dt 4, 1. 5-9; Sal 147; Mt 5, 17-19
Jueves 07: Jr 7, 33-28; Sal 94; Lc 11, 14-23
Viernes 08: Os 14, 2-10; Sal 80; Mc 12, 28b-34.
Sábado 09: Os 6, 1b-6; Sal 50; Lc 18, 9-14
Domingo 10: 2Cro 36, 14-16. 19-23; Sal 136; Ef 2, 4-10;
Jn 3, 14-21.
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Jn 2, 13-25
Paralelos:
Mt 21,
12-13 Mc 11, 15-17 Lc 19, 45-46
1. J/TEMPLO /Ap/21/22: SU INTENCIÓN NO ERA PURIFICAR SINO
SUPRIMIR EL TEMPLO SUSTITUYÉNDOLO POR EL TEMPLO DE SU CUERPO. FE/MILAGROS: LA FE EN ÉL DEBE SER ALGO MAS PROFUNDO QUE
LA ADMIRACIÓN PRODUCIDA POR LOS SIGNOS: /Jn 2.
23-24.
La lectura evangélica contiene dos
referencias a la Pascua: "se acercaba la Pascua de los judíos" (v.
13); "cuando resucitó de entre los muertos" (v. 23). Este último
versículo nos da, además, la perspectiva desde la que se interpreta el
significado y el alcance del gesto de Jesús.
La denuncia de los abusos que se cometían en
el templo y las exigencias del culto verdadero es algo frecuente en los
profetas; así Jeremías acusa a los sacerdotes de tratarlo como "una cueva
de ladrones" (cf. 7. 11), al tiempo que profetiza su destrucción.
El libro de Zacarías termina anunciando que
"el día del Señor" la ciudad entera de Jerusalén será santa y que no
se verán mercancías en el templo. Los que presenciaron el gesto de Jesús podían
ver en él, por tanto, un signo profético e incluso mesiánico.
Pero debemos afirmar que la intención de
Jesús no era simplemente la de purificar el templo (de hecho, los cambistas y
los vendedores de animales para los sacrificios eran necesarios), sino que su
intención era la de SUPRIMIR EL TEMPLO SUSTITUYÉNDOLO POR EL "TEMPLO DE SU
CUERPO". Para la teología de Juan, efectivamente, el templo es Jesús
resucitado: "Templo no vi ninguno, porque es su templo el Señor Dios
Todopoderoso y el Cordero" (cf. Ap 21. 22).
La postura de Jesús ante el templo y cuanto
esta institución significaba es una de las causas más importantes -más próxima
en los sinópticos, más remota según el evangelio de Juan- que provocan la
muerte de Jesús. El propio evangelista lo insinúa al decir que los discípulos
se acordaron del salmo 69. 10, cuyo versículo entero reza así: "el celo de
tu casa me devora y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí".
TEMPLO/SIGNO: La reacción de los judíos es exigir a Jesús
un "signo", es decir, una prueba divina que lo acredite. El templo
tenía el sentido de significar la presencia de Dios en medio del pueblo; ahora
esta presencia de Dios se manifiesta de un modo mucho más pleno en Jesús. Los
judíos lo matarán porque supone un peligro para su templo. Jesús les da el
SIGNO DE SU MUERTE Y RESURRECCIÓN, QUE ES LA MÁXIMA MANIFESTACIÓN DE LA GLORIA
DE DIOS, de su amor y de su entrega a los hombres. De hecho, la muerte de Jesús
no va a significar la destrucción de la presencia de Dios entre los hombres a
través de Él, sino la supresión de cualquier otro templo que no sea el cuerpo
glorioso del Resucitado, santuario en el que habita la plenitud del Esp. Sto.
Los últimos vv. nos introducen al diálogo con
Nicodemo -del que vamos a leer un fragmento el próximo domingo- y nos presentan
a este hombre como uno de los que creyeron en Jesús durante su estancia en
Jerusalén. A causa de los signos, muchos se adhieren a Jesús o creen en su
nombre. Pero Jesús no les corresponde dándoles su confianza, porque la fe en Él
debe ser algo más profundo que la admiración producida por los signos.
J. ROCA - MISA DOMINICAL 1982/06
2.- La segunda parte de la Cuaresma del ciclo
B está marcada por tres evangelios de Juan que presentan diferentes aspectos
del camino muerte-resurrección que celebramos en la Pascua.
La escena de la expulsión de los vendedores
que los sinópticos (seguramente con mayor veracidad histórica) colocan en los
momentos finales de la vida de JC, desencadenando la definitiva reacción de las
autoridades contra él, está colocada aquí al principio del evangelio, pero con
las mismas referencias al misterio pascual, y para indicar, ya de entrada, que
toda la vida de JC debe entenderse bajo la luz de su hora definitiva, la de su
glorificación por medio de su paso por la muerte.
Los hombres en el AT se habían relacionado
con Dios por medio de unas instituciones cultuales y una Ley que Israel había
mantenido. Pero ahora YA NO VALE, todo ese sistema que el Templo representaba y
que lo convertía en "la casa del Padre" no tiene ya valor, se ha
convertido en un mercado. El hombre, desde ahora, se relacionará con Dios de
otra forma: A TRAVÉS DE JC RESUCITADO, que ha inaugurado el acceso de los
hombres a Dios porque él, siendo hombre, está ahora glorificado con Dios. Por
eso, el único signo que podrá ser convincente para los creyentes será el signo
que realice todo esto: CUANDO EL TEMPLO, LA "CASA DE MI PADRE", SERA
EL MISMO JC GLORIFICADO (JC glorificado presente, según la misma teología
joánica, en la Iglesia y en los sacramentos de la Iglesia).
El párrafo final nos hace comprender, sin
embargo, que esto sólo pueden entenderlo los creyentes, los que aceptan la fe,
no por "los signos que hacía", sino fiados del único signo verdadero
y lleno, el de su vida llevada a la plenitud por la Pascua.
J. LLIGADAS - MISA DOMINICAL 1979/06
3. C/I/TEMPLO:
LA IGLESIA MATERIAL NO ES YA PARA LOS CRISTIANOS LA "CASA DE DIOS"
SINO LA CASA DEL PUEBLO DE DIOS. ESTE PUEBLO, REUNIDO EN NOMBRE DE CRISTO ES LA
VERDADERA CASA DE DIOS.
Los evangelistas no han pretendido escribir
una biografía de Jesús y, en general, no están interesados por la cronología,
sino por el mensaje de Jesús. Esto explica las diferencias que observamos
incluso entre los evangelios sinópticos y, sobre todo, entre éstos y el
evangelio de Juan. Por ejemplo, en este caso, los sinópticos sitúan el relato
sobre la expulsión de los mercaderes del templo al final de la vida pública de
Jesús; en cambio, Juan al principio. Sabido es que el cuarto evangelio tiene una
estructura determinada por razones teológicas; por lo tanto habrá que suponer
una intención en el hecho de que Juan nos hable de la purificación del templo
ya al principio de su relato. Juan presenta a Jesús enfrentado a la religión
oficial y opone constantemente la fe de los discípulos de Jesús a la
incredulidad de los judíos. La expulsión de los mercaderes del templo es un
ataque profético de Jesús a los señores del templo, es un gesto que preludia
una lucha persistente en la que perdería la vida; pero es también el anuncio de
la destrucción de ese templo como réplica divina a la incredulidad de los
judíos que no conocieron su hora y no recibieron al Mesías que les había sido
prometido.
Una vez Jesús resucite de entre los muertos,
él mismo será en adelante el verdadero templo de Dios. Teniendo en cuenta esta
perspectiva, Juan prefiere situar el suceso al principio de la vida pública.
La multitud de sacrificios que se ofrecían
diariamente en el templo y la necesidad de cambiar la moneda corriente, la romana,
por otra moneda especial, el siclo, a fin de satisfacer el tributo religioso al
que estaban obligados los israelitas mayores de veinte años (Ex 30. 11; Mt 17.
24-27), hace comprensible que vendedores de animales y cambistas se instalaran
en el llamado atrio de los gentiles. El permiso requerido para instalarse en el
templo proporcionaba a los concesionarios, entre los cuales se contaba la
familia del sumo sacerdote Anás, pingües beneficios.
Estos usos y estos abusos habían convertido
el templo de Dios en un mercado. Estos judíos que intervienen de pronto y piden
explicaciones a Jesús son probablemente los guardianes del templo. Sabemos que
existía un cuerpo policial, formado por levitas, que estaban encargados del
orden y la custodia del templo. Ellos son, pues, los que interrogan a Jesús.
Llama la atención que estos policías no le
acusen de inmediato de alterar el orden y que, en cambio, le pidan un milagro,
una señal, que demuestre su autoridad para hacer lo que hace en el templo.
Piensan que sólo un milagro puede justificar su acción.
Tal modo de pensar es característico de la
mentalidad judía (cf.3. 2; 4. 48; 6. 14 y 30; 9. 16; 11. 47; Mt 12. 38; 16. 1;
Mc 8.11; Lc 11. 6), que Pablo distingue claramente de la mentalidad de los
griegos que se atienen a la razón y buscan la sabiduría humana. Jesús replica
con unas palabras que evidentemente, en aquella situación podían interpretarse
como una amenaza al templo.
Los guardianes del templo tomaron buena nota
de las palabras de Jesús y, más tarde, lo acusarían ante los tribunales de lo
que para ellos había sido una amenaza sacrílega al templo y a lo que el templo
significaba (Mt 26. 61; Mc 14. 58). Jesús fue condenado, entre otras cosas, por
su oposición al templo, por su ataque a una religión oficial establecida,
sacralizada y mercantilizada.
Cuando Juan escribe su evangelio, lo hace
bajo la luz de la experiencia pascual. Y desde su punto de vista, el punto de
vista de la fe en la resurrección de Jesús, interpreta las palabras de Jesús
refiriéndolas a su cuerpo muerto y resucitado a los tres días. Si Jesús es el
verdadero templo, se comprende entonces su oposición a cualquier otro templo,
que pretenda situarse como algo sagrado por encima del hombre. Sí, Jesús es el
templo, el ámbito del encuentro de los hombres con Dios, culto a Dios en
espíritu y en verdad (Jn 4. 23), pues donde hay dos reunidos en nombre de
Jesús, allí está él en medio de ellos (Mt 18. 20). Si Jesús es el templo, los
que se incorporan a Jesús por la fe forman con él un mismo templo. La iglesia
material no es ya para los cristianos la "casa de Dios" sino la casa
del pueblo de Dios.
Este pueblo, reunido en nombre de Cristo,
incorporado a la misión de Cristo, es la verdadera casa de Dios. Pensar de otra
manera sería volver a una concepción religiosa contra la que Jesús luchó toda
su vida.
EUCARISTÍA 1985/11
4.- EL TEMPLO DEFINITIVO
En el episodio de la expulsión de los
vendedores del Templo se observan dos centros de interés, aparentemente
contrapuestos.
Primero se presenta el celo de Jesús por la
dignidad de "la casa de su Padre". Puede verse, por tanto, una
valoración positiva de la realidad sagrada del Templo. Pero a continuación se
constata una especie de indiferencia de Jesús para con este mismo Templo.
Habla de su destrucción y de su futura
sustitución a través de la destrucción y resurrección de su propio cuerpo.
Evidentemente, en plena preparación de la
Pascua y de acuerdo con la intención del evangelista Juan, nos interesa más la
segunda perspectiva. Con el gesto simbólico de la purificación del Templo de
Jerusalén y con palabras lo suficientemente explícitas, Jesús anuncia el cambio
radical que introducirá su muerte y su resurrección en el régimen cultual de la
humanidad. Más intencionadamente que los demás evangelistas, Juan subraya la alusión
a la resurrección al emplear no el término "edificar", sino el
término "levantar" (egeirein), directamente relacionado con los
términos neotestamentarios que designan la resurrección de Cristo. A partir de
la resurrección, ya no existen lugares privilegiados de la presencia de Dios
entre los hombres. La Humanidad de Cristo, presente en todas partes mediante el
Espíritu, es el nuevo y definitivo Templo. En cualquier lugar donde se anuncie
el escándalo de la cruz (cf. 2 lectura) y se acoja en la fe, está el Templo de
Dios. Y el verdadera culto no necesita espacios materiales, sino que se da en
cualquier parte donde los hombres vivan la fe y la caridad.
J. LLOPIS - MISA DOMINICAL 1973/04
5.- Juan nos proporciona un relato bastante
personal de la purificación del Templo, distinto del de los sinópticos, no solo
por su orientación doctrinal más fuerte, sino también por el lugar que Juan
concede a este incidente situándolo al comienzo de la vida pública de Jesús, lo
que, por otra parte, podría corresponder a la realidad histórica.
* * * *
a) El relato de los sinópticos presentaba a
Cristo como un profeta, preocupado por apoyarse en otros profetas (Mt. 21, 13)
para vengar la vocación del Templo. En el relato de Juan (2, 13-17), el alcance
del gesto de Cristo es directamente mesiánico; situado inmediatamente después
de la alusión a Juan Bautista (Jn.1, 19-34), esta purificación aparece más aún
como el cumplimiento de la profecía de Mal. 3, 1-4. Además, Juan no pone en
labios de Cristo ninguna cita profética con el fin de subrayar mejor que Cristo
actúa por su propia autoridad. Finalmente, Cristo considera el Templo como la
"casa de su Padre" (cf. Lc. 2, 49).
b) La segunda parte del relato (Jn. 2, 18-20)
no tiene paralelo en la tradición sinóptica. Juan comienza con una cita del
Sal. 68/69, salmo que había recibido en la comunidad primitiva una
interpretación mesiánica evidente y del que se hacía frecuente uso para meditar
en la pasión (Act. 1, 20; Rom. 15, 3; Mt. 27, 48; Jn. 15, 25; 19, 28). Para los
cristianos, el "celo" de Cristo será la causa de su muerte (Mt. 26,
61-63). Juan proyecta además sobre el relato la sombra de la pasión del Señor.
Pero todavía hay más: la palabra misma de
Cristo se apoya en un antiguo cliché profético:
"destruir-reconstruir" (Jer. 1, 10; 18, 7-10; 24, 6; 42, 10; 45, 4),
un tema favorito de Jeremías. Cristo quiere afirmar con ello que en cuanto
Mesías, enviado por Dios, tiene poder para destruir y para reconstruir el
Templo, incluso en tres días, porque su poder es extraordinario.
c) En una tercera parte (1, 21-22). Juan
presenta la interpretación cristiana de este episodio. Después de la pasión y
resurrección del Señor, no solo queda aclarado el Sal. 68/69, 10, sino que la
palabra de Cristo adquiere otro sentido. Jesús no es solo un Mesías capaz de
"destruir-reedificar", es Hijo del Padre, y es otro el sentido en que
reconstruye el Templo. La mención de los tres días adquiere así un sentido
pascual específico, insospechado hasta entonces. Por eso Juan ha añadido, no
sin razón doctrinal, que este episodio del Templo tuvo lugar cuando ya estaba
próxima la fiesta de Pascua (Jn. 2, 13).
De esa forma, el relato de Juan nos introduce
en una significación sacerdotal de la misión de Cristo en la que no reparan los
sinópticos. El nuevo Templo es la humanidad de Cristo, nueva casa del Padre,
lugar del sacrificio perfecto (Heb.9-10) y fuente abundante de bendiciones (Jn.
7, 37).
* * * *
J/FIESTAS-JUDIAS: A primero vista, Jesús no se sitúa en la
línea del ministerio de Jeremías: para él no se trata ya de purificar un
sacerdocio y un Templo existentes, sino de reemplazarlos. Hay dos afirmaciones
que constituyen el centro de su mensaje: el verdadero santuario es ahora su
propia persona y no adquiere esa función sino mediante una destrucción y una
reedificación. El plan del cuarto Evangelio está orientado todo él a verificar
esa afirmación: Jesús, en efecto, sube al Templo para todas las fiestas, pero
siempre se presenta como realizando en su persona el objeto mismo de la fiesta.
Esta sustitución de la persona humana de
Jesús en lugar del santuario antiguo queda, por lo demás, perfectamente en la
línea apuntada por el profeta Jeremías. En realidad, este último ha afirmado
esencialmente que el valor del sacrificio no está ligado a la hermosura y al
cumplimiento de los ritos, sino a los sentimientos de la persona que los
ofrecía.
Con esa intención efectivamente obedece Jesús
cuando ofrece filial y amorosamente la vida de su cuerpo y vuelve a tomarla
después, en la plenitud divina, para comunicarla mediante su Espíritu a todos
lo hombres. A ese plan obedece el acto filial de Jesús y el amor fiel de los
suyos.
Por consiguiente, el relato de la
purificación del Templo nos lleva, de la mano de San Juan, a un plano doctrinal
mucho más profundo que las versiones sinópticas. Ya no se trata tan solo de
purificar el culto reintegrándolo a su razón de ser, ni de abrirlo a las
naciones y a la categorías humanas excomulgadas, sino de situar el nuevo culto
bajo la acción del Espíritu "que mora" en el hombre de forma absolutamente
nueva y cualificando de filialidad divina todas las actitudes y los compromisos
de ese hombre en Cristo.
MAERTENS-FRISQUE
NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA III - MAROVA MADRID 1969.Pág. 117 s.
6. /Jn/02/25:
La afirmación final "porque él sabía lo
que hay en el interior de cada uno" (v. 25b) abre un amplio campo a la
imaginación. Se trata de algún modo de la problemática del hombre, que Jesús
conoce perfectamente y que, en razón del contexto, hay que entender aquí como
el problema de la capacidad creyente del hombre. Creer y confiar exigen una
cierta decisión y firmeza, sin que sean posibles el ánimo veleidoso, la
pusilanimidad ni el miedo, la falta de confianza ni la lealtad a medias. Lo que
Jesús conoce a las claras es precisamente que el hombre es un ser eminentemente
inseguro, problemático y mutable, que depende de múltiples influencias internas
y exteriores, todo lo cual se deja sentir justo sobre su capacidad para creer.
No se trata, pues, de una omnisciencia divina de Jesús, sino de su mirada
penetrante con la que abarca la problemática de la fe como el problema central
del hombre.
EL NT Y SU MENSAJE - EL EVANG. SEGUN S.
JUAN/04-1ª -
HERDER BARCELONA 1983.Pág. 231
7. ACI DIGITAL 2003
14. Estos mercaderes que profanaban la
santidad del Templo, tenían sus puestos en el atrio de los gentiles. Los
cambistas trocaban las monedas corrientes por la moneda sagrada, con la que se
pagaba el tributo del Templo. Cf. Mat. 21, 12 s.; Marc. 11, 15 ss.; Luc. 19, 45
ss. 16. El Evangelio es eterno, y no menos para nosotros que para aquel tiempo.
Cuidemos, pues, de no repetir hoy este mercado, cambiando simplemente las
palomas por velas o imágenes. 17. Cf. S. 68, 10; Mal. 3, 1 - 3. 18. A los ojos
de los sacerdotes y jefes del Templo, Jesús carecía de autoridad para obrar
como lo hizo. Sin embargo, con un ademán se impuso a ellos, y esto mismo fue
una muestra de su divino poder, como observa S. Jerónimo. 19. Véase Mat. 26,
61: El ha dicho: "Yo puedo demoler el templo de Dios, y en el espacio de
tres días reedificarlo". 24. Lección fundamental de doctrina y de vida.
Cuando aun no estamos familiarizados con el lenguaje del divino Maestro y de la
Biblia en general, sorprende hallar constantemente cierto pesimismo, que parece
excesivo, sobre la maldad del hombre. Porque pensamos que han de ser muy raras
las personas que obran por amor al mal. Nuestra sorpresa viene de ignorar el
inmenso alcance que tiene el primero de los dogmas bíblicos: el pecado
original. La Iglesia lo ha definido en términos clarísimos (Denz. 174 - 200).
Nuestra formación, con mezcla de humanismo orgulloso y de sentimentalismo
materialista, nos lleva a confundir el orden natural con el sobrenatural, y a
pensar que es caritativo creer en la bondad del hombre, siendo así que en tal
creencia consiste la herejía pelagiana, que es la misma de Jean Jacques
Rousseau, origen de tantos males contemporáneos. No es que el hombre se levante
cada día pensando en hacer el mal por puro gusto. Es que el hombre, no sólo
está naturalmente entregado a su propia inclinación depravada (que no se borró
con el Bautismo), sino que está rodeado por el mundo enemigo del Evangelio, y
expuesto además a la influencia del Maligno, que lo engaña y le mueve al mal
con apariencia de bien. Es el "misterio de la iniquidad", que S. Pablo
explica en II Tes. 2, 6. De ahí que todos necesitemos nacer de nuevo (3, 3 ss.)
y renovarnos constantemente en el espíritu por el contacto con la divina
Persona del único Salvador, Jesús, mediante el don que El nos hace de su
Palabra y de su Cuerpo y su Sangre redentora. De ahí la necesidad constante de
vigilar y orar para no entrar en tentación, pues apenas entrados, somos
vencidos. Jesús nos da así una lección de inmenso valor para el saludable
conocimiento y desconfianza de nosotros mismos y de los demás, y muestra los
abismos de la humana ceguera e iniquidad, que son enigmas impenetrables para
pensadores y sociólogos de nuestros días y que en el Evangelio están explicados
con claridad transparente. Al que ha entendido esto, la humildad se le hace luminosa,
deseable y fácil. Véase el Magnificat (Luc. 1, 46 ss.) y el S. 50 y notas.
PROPUESTA DE CANTOS III DOMINGO DE
CUARESMA - CICLO B - (03 DE MARZO 2024)
TEMA: “DESTRUYAN ESTE TEMPLO, Y EN TRES
DIAS LO LEVANTARE”
01.- PUEBLO SANTO Y ELEGIDO
Caminamos hacia ti, oh ciudad de nuestro
Dios,
construyendo en este mundo, la verdad y el
amor.
PUEBLO SANTO Y ELEGIDO,
CONGREGADO EN EL AMOR,
VAS BUSCANDO PEREGRINO, LA CIUDAD
DE NUESTRO DIOS.
Avanzamos peregrinos, con Jesús nuestra
esperanza.
Él nos salva, Él nos guía, con la luz de tu
palabra.
Quien tiene hambre de justicia, quien anhela la
verdad,
en la mesa del Señor, su palabra encontrará.
02.- SALMO 14. QUIEN PUEDE ENTRAR EN
TU TEMPLO (Francisco Palazón)
¿QUIÉN PUEDE
ENTRAR EN TU TEMPLO,
Y HABITAR EN TU
CASA, SEÑOR? (BIS)
1.- Quien
procede honradamente
y practica la
justicia,
¡Ese entrará en
tu casa, Señor!
quien tiene
intenciones leales
y no calumnia
con su lengua.
¡Ese entrará en
tu casa, Señor!
2.- El que no
hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
¡Ese entrará en
tu casa, Señor!
quien no presta
dinero a usura
ni acepta
soborno contra el inocente.
¡Ese entrará en
tu casa, Señor!
3.- Sólo
entrarán en tu Casa,
los que viven
con amor. (Bis).
03.- NUEVA CREACION (Cesáreo Garabain)
CAMINA,
PUEBLO DE DIOS,
CAMINA,
PUEBLO DE DIOS,
NUEVA
LEY, NUEVA ALIANZA
EN LA
NUEVA CREACIÓN.
CAMINA
PUEBLO DE DIOS.
CAMINA
PUEBLO DE DIOS.
Mira allá
en el Calvario,
en la
roca hay una cruz,
muerte
que engendra la vida,
nuevos
hombres, nueva luz.
Cristo
nos ha salvado
con su
muerte y resurrección.
Todas las
cosas renacen
en la
Nueva Creación.
Cristo
toma en su cuerpo,
el
pecado, la esclavitud;
al
destruirlos nos trae
una nueva
plenitud.
Pone en
paz a los hombres,
a las
cosas y al Creador.
Todo
renace a la vida
en la Nueva
Creación.
Cielo y
tierra se abrazan,
nuestra
alma halla el perdón.
Vuelven a
abrirse los cielos
para el
hombre pecador.
¡Israel
peregrino,
vive y
canta tu redención.
Hay
nuevos mundos abiertos
en la
Nueva Creación!
04.- RECIBE OH DIOS
Recibe, ¡oh Dios!,
el pan que te ofrecemos,
luego será
el Cuerpo de Jesús.
También
acepta nuestros sacrificios,
nuestra
oración y nuestro corazón.
Recibe, ¡oh
Dios!, el vino que ofrecemos,
luego será
la Sangre de Jesús.
También
acepta nuestros sacrificios,
nuestra
oración y nuestro corazón.
Recíbelos,
Señor, por nuestras faltas,
por los que
están aquí, junto al altar,
por los
cristianos, vivos y difuntos,
por todo el
mundo, por su salvación.
05.- LLEVEMOS AL SEÑOR (Carmelo
Erdozain)
1.- Llevemos al
Señor
el vino y el
pan.
Llevemos al
altar
la viña, el
trigal.
EL SEÑOR NOS
DARÁ
ÉL NOS DARÁ SU
AMISTAD. [BIS]
2.- Llevemos al
Señor
pureza y amor.
Llevemos al
altar
justicia,
hermandad.
3.- Llevemos al
Señor
trabajo y dolor.
Llevemos al
altar
ofrendas de paz.
06.- LOS MERCADERES DEL TEMPLO (Brotes
de Olivo)
Estaba cerca la Pascua, Jesús fue a Jerusalén,
vio en el templo mercaderes, y a los cambistas
también,
vendían bueyes y ovejas, con gritos de viva voz,
y muy indignado por ello, con azotes los echó.
Y con ellos las ovejas, las palomas y los bueyes,
dispersó a los cambistas, con sus monedas y enseres,
y dijo a los vendedores: "Todo esto de aquí
quitad,
que la casa de mi Padre, no es casa para tratar".
Pues Jesús rememoraba, lo que está en las escrituras:
"Los agravios a tu casa, por mi celo a mí me
insultan".
Los judíos replicaban qué señal nos mostrarás,
para que obres así, y esto le oyeron hablar:
"Destruid el santuario, y en tres días lo
construiré”,
y ellos le contestaron: ‘‘años se tardó en hacer,
cuarenta y seis justamente, cómo Tú levantarás,
lo que costó tantas vidas, en tres días nada más”.
No se refería al templo, sino a su cuerpo el Señor,
mas esto no comprendieron, hasta que en la cruz murió.
Tres días estuvo muerto, y a los tres resucitó,
en la escritura creyeron, era Palabra de Dios.
07.- CREO EN JESUS
CREO EN JESÚS, CREO EN JESÚS,
EL ES MI AMIGO, ES MI ALEGRÍA,
EL ES MI AMOR.
CREÓ EN JESÚS, CREÓ EN JESÚS,
EL ES MI SALVADOR.
El llamó a mi puerta, me invitó a compartir
su heredad;
seguiré a su lado, llevaré su mensaje de
paz.
Ayudó al enfermo, y le trajo la felicidad;
defendió al humilde, combatió la mentira y
el mal.
Día y noche, creo en Jesús.
Él está a mi lado, creo en Jesús,
sigo sus palabras, creo en Jesús,
doy por El la vida, creo en Jesús, es mi
Salvador.
Enseñó a Zaqueo, a partir su hacienda y su
pan;
alabó a la viuda, porque dio cuanto pudo
ella dar.
Aleluya,
creo en Jesús, Él es el Mesías, creo en Jesús,
Él
es mi esperanza, creo en Jesús,
vive
para siempre, creo en Jesús, es mi salvador
08.- FELICIDAD DE VIVIR EN TU CASA
Felicidad de vivir en tu casa,
y de alabarte
por toda la vida (2)
¡Qué bueno es
estar en tu casa! (Aleluya)
¡Padre mío y
Dios mío! (Aleluya)
¡Cuánto anhela
mi alma!, (Aleluya)
y que ardiente
desea, (Aleluya)
habitar en tu
templo (Aleluya)
Todo me alegra
en ti, Señor.
Felicidad de
vivir en tu casa,
y de alabarte
por toda la vida (2)
09.- YO PENSABA
Yo pensaba que el hombre era grande por su poder,
grande por su saber, grande por su valor.
Yo pensaba que el hombre era grande y me equivoqué,
pues grande es sólo Dios.
SUBE HASTA EL CIELO Y LO VERÁS,
QUE PEQUEÑITO EL MUNDO ES,
SUBE HASTA EL CIELO Y LO VERÁS.
COMO UN JUGUETE DE CRISTAL,
QUE CON CARIÑO HAY QUE CUIDAR,
SUBE HASTA EL CIELO Y LO VERÁS.
Muchas veces el hombre buscaba ser como Dios,
quería ser como Dios, soñaba ser como Dios.
Muchas veces el hombre soñaba y se despertó,
pues grande es sólo Dios.
Caminando por la vida hay veces que encontrarás cosas,
que extrañarás, hombres que admirarás.
Caminando por la vida, hay veces que pensarás,
que el hombre es como Dios.
10.- HOY HE VUELTO (Cesáreo Garabain)
Cuántas veces
siendo niño te recé,
con mis besos te
decía que te amaba,
poco a poco con
el tiempo olvidándome de ti,
por caminos que
se alejan me perdí,
por caminos que
se alejan me perdí.
HOY HE VUELTO
MADRE A RECORDAR,
CUÁNTAS COSAS
DIJE ANTE TU ALTAR
Y AL REZARTE
PUEDO COMPRENDER
QUE UNA MADRE NO
SE CANSA DE ESPERAR
QUE UNA MADRE NO
SE CANSA DE ESPERAR.
Al regreso me
encendías una luz,
sonriendo desde
lejos me esperabas,
en la mesa la
comida aún caliente y el mantel,
y tu abrazo en
mi alegría de volver,
y tu abrazo en
mi alegría de volver.
Aunque el hijo
se alejara del hogar,
una madre
siempre espera su regreso,
que el regalo más
hermoso que a los hijos da el Señor
es su madre y el
milagro de su amor,
es su madre y el
milagro de su amor.