JAFFA
El
nombre de Jaffa o Yafo es, probablemente, de origen semita occidental, y está
relacionado con la palabra hebrea "yafa", que significa
"bella".4 En hebreo la etimología indica que la ciudad se llama Jaffa
por su belleza (yofi en hebreo). En
la Torá el Mediterráneo es el Mar de Yafo (hebreo: ים יפו, Yam Yafo) y en el
Midrash, el Mar de Yafo (hebreo: ימה של יפו, Yama shel Yafo).
Otra
versión es que el nombre de Jaffa, Yafo o Yaffa es una distorsión de Jaffee,
palabra de origen semítico occidental, específicamente del cananeo, la cual
presta su fonética a las palabras de otros idiomas derivados de este lenguaje.
Tanto en hebreo como en árabe la palabra tiene el significado de “bella” o “la
bella”.Según
una vieja leyenda, Jaffa fue nombrada así después que Jafet, uno de los tres
hijos de Noé, la construyó cuarenta años después del Diluvio universal.
La
tradición Helenística relaciona el nombre con Iopeia, que es Casiopea, madre de
Andrómeda. Después de Plinio el Viejo el nombre está conectado con Jopa, que
era la hija de Eolo, dios del viento.
El
nombre de la ciudad se menciona en las fuentes egipcias y en las Cartas de
Amarna como Yapu.
El
geógrafo árabe Al-Muqaddasi la menciona con el nombre de Yaffa, que es utilizado por los árabes hasta nuestros días.
En
Israel es llamada como "La Ciudad Sin Parar”, en tanto que los árabes
palestinos suelen llamarla “la novia de Palestina” o “la novia
del mar”. Otros pueblos de oriente solían llamarla "la
novia de Oriente".
Historia
Período antiguo
La
Puerta de Jaffa.
Tel
Yafo (la colina de Jaffa) contaba con gran importancia estratégica militar en
la antigüedad debido a que su altura (40 m sobre el nivel del mar) ofrecía una
vista privilegiada del puerto y de los alrededores de la ciudad. Las evidencias
arqueológicas muestran que Jaffa estuvo habitada hacia el 7.500 a.C. El
puerto natural de Jaffa ha estado en uso desde la Edad del Bronce y sus
primeros habitantes fueron probablemente cananeos.
La
ciudad de Jaffa se menciona en un escrito de 1470 a. C. del antiguo Egipto,
glorificando la conquista por parte del faraón Thutmose III, quien escondió
guerreros armados en grandes cestas y luego las obsequió al gobernador cananeo
de la ciudad. La ciudad también es nombrada en las Cartas de Amarna bajo su
nombre egipcio Ya-Pho. En 1991, una réplica de los portones de Egipto, con la
denominación del faraón Ramsés II, fue nuevamente erigida en su sitio original.
La ciudad estuvo bajo poder egipcio hasta el año 800 a. C.
Jaffa
es mencionada en la Torá como una de las ciudades hebreas de la Tribu de Dan
(una de las Tribus de Israel), y de allí el término «Gush Dan», que se utiliza
hoy en día para la planicie costera. Muchos descendientes de Dan vivieron a lo
largo de la costa y se ganaban la vida como marinos y navegantes. En la
"Canción de Débora" la pitonisa pregunta: "דן למה יגור אוניות":
"¿Por qué quieres Dan detenerme en buques?"
Tras
la dominación cananea y filistea, el rey David y su hijo Salomón conquistaron
Jaffa y utilizaron su puerto para llevar, desde la ciudad de Tiro, los cedros
utilizados para la construcción del Primer Templo.(Crónicas II 2:16) La ciudad
permaneció en manos de los judíos, incluso después de la división del Reino de
Israel. En 701 a. C., en los días del Rey Ezequías (חזקיהו), Senaquerib, rey de
Asiria, invadió la región de Jaffa.
También
es el lugar donde el profeta Jonás se embarcó para Tarsis (Libro de Jonás 1:3)
y fue el puerto de entrada para los cedros del Líbano para el Segundo Templo de
Jerusalén (Libro de Esdras 3:7).
Después
de un período de ocupación de babilónica, bajo el dominio del Imperio persa,
Jaffa fue ocupada por los fenicios de Tiro. Derrotados por Alejandro Magno en
el famoso asedio de Tiro, se especula que la ciudad conoció la dominación del
Reino de Macedonia para luego ser controlada por el Imperio seléucida, aunque en
permanente disputa por parte de la dinastía Dinastía Ptolemaica gobernante
durante el período helenístico de Egipto.
Jaffa
fue un puerto del Imperio seléucida que fue recobrada por los Macabeos (1
Macabeos 10,.76, 14,5). Durante la represión romana de la Gran Revuelta Judía,
Jaffa fue capturada y quemada por Cestio Gallus. El historiador judío-fariseo
Flavio Josefo escribió que ocho mil habitantes fueron masacrados. Los piratas
que operaban desde el puerto reconstruido desataron la ira de Vespasiano, que arrasó
la ciudad y erigió una ciudadela en su lugar, instalando una guarnición romana.
En
el Nuevo Testamento se relata cómo Pedro resucitó a la creyente Tabitá
(Dorcas, gr., que significa gacela) en Jope (Jaffa) y, posteriormente, cómo
cerca de esta ciudad tiene una visión en la que Yahveh le dijo que no se debe
distinguir entre judíos y gentiles, al tiempo que ordenaba la supresión de las
restricciones de comida ritual (kosher) seguidas por los judíos.
Edad Media
Etapa bizantina
Como
parte del plan de reordenación del Imperio romano, la ciudad pasó a ser parte
del Imperio romano de Oriente. Bajo la administración de Bizancio, Jaffa es
parte de la provincia Palestina Primera y continúa siendo un importante puerto.
Durante este período creció sustancialmente la población cristiana en Jaffa, la
cual se constituyó en una importante minoría hasta la guerra árabe-judía de
1948. El obispo de Jaffa, Fidus, participó en el Sínodo de Lydda (Lod) de 415 y
en el Concilio de Éfeso de 431. Durante esta época la población cristiana de
Jaffa usó el griego y el arameo, adoptando tras la expansión musulmana del
siglo VII la lengua árabe, aunque no siempre el islam como religión.
Etapa islámica
Durante
el reinado del califa Omar ibn al-Khattab los árabes, bajo la dirección de Amru
bin al-As, conquistaron la ciudad en el año 636. En virtud de la nueva
administración musulmana (los califatos omeyas, abasidas y fatimíes), un
pequeño número de judíos pudo volver a la ciudad y vivir en ella hasta la
llegada de los cruzados en el siglo XI. La
nueva ciudad de Ramla se convirtió en la capital del distrito de Jund Filastin,
sustituyendo a la antigua provincia romana y bizantina de Prima Palaestina,
pasó a formar parte de la provincia de Siria, cuya capital se estableció en
Damasco. Poco a poco, la población de Jaffa fue arabizándose hasta convertirse
en una ciudad típicamente árabe, con un estilo arquitectónico muy definido
(arquitectura arábiga), llegando a ser al final de la dominación otomana en el siglo
XIX, y bajo el mandato británico en el siglo XX, el mayor centro urbano árabe
en Palestina, con una población superior a Jerusalén, Gaza y Haifa.
Las Cruzadas y
la conquista de Saladino
El asedio a
Jaffa de Saladino.
Al
tener Jaffa un nexo fundamental con Jerusalén y siendo puerta de entrada de la
llamada Tierra Santa, la ciudad fue objetivo del mundo cristiano occidental
durante las Cruzadas. Es así que Godofredo de Bouillón conquistó Jaffa en 1099,
año en que se estableció el Reino de Jerusalén. Al año siguiente (1100) la
ciudad-estado de Pisa, potencia marítima del momento que participó durante las
cruzadas bloqueando el puerto de Jaffa y luego pertrechando a los ejércitos
cruzados desde el mismo, realizó el nexo entre ambos puertos, Pisa y Jaffa, con
vistas al peregrinaje de cristianos desde Europa a Jerusalén, también
recientemente conquistado. El primado de Pisa, Dagoberto, pasó a dominar
comercialmente de facto la ciudad de Jaffa luego de la muerte de Godofredo de
Bouillón, a mediados de 1100.
El
siguiente rey de Jerusalén, Balduino I, creó el condado de Jaffa, nombrando
conde a Hugo de Le Puiset, quien pasó a llamarse Hugo I de Jaffa. Este período
de autonomía vio su fin cuando el hijo del primer conde, Hugo II de Jaffa, fue
acusado de mantener una relación amorosa con la Reina de Jerusalén, Mélisende,
ya que el condado de Jaffa fue dividido y la ciudad fue anexada a los dominios
reales. Si bien el cargo efectivo de conde de Jaffa desapareció, no lo hizo el
título nobiliario, que fue ostentado a partir de ese momento por los reyes de
Jerusalén, sobreviviendo incluso al fín del reino y manteniéndose como título
hasta el año 1817.
La
ciudad permaneció en manos cristianas hasta la decisiva batalla de los Cuernos
de Hattin en 1187, en la que Saladino12 derrotó a los ejércitos del Reino de
Jerusalén. En el mes de julio de ese mismo año, Jaffa pasó a ser parte de los
dominios de Saladino por breve tiempo ya que en 1191 Ricardo Corazón de León,
al mando de las fuerzas de la Tercera Cruzada, lo derrotó en la batalla de
Arsuf recobrando, 3 días después (el 10 de septiembre de 1191) algunas
posiciones de la costa mediterránea, entre ellas, Jaffa.
Al
año siguiente, Saladino trató infructuosamente de volver a conquistar la
ciudad. El 2 de septiembre de 1192 se firma el Tratado de Jaffa, que garantiza
tres años de tregua entre las dos fuerzas enfrentadas, musulmanes y cristianos.
En
1196 el rey Enrique II de Champaña concede a la Orden Teutónica varias
propiedades en Jaffa. Durante el mismo año, mientras acontecían los funerales
del rey Enrique de Acre, el sultán ayubí de Damasco, Adel Malik, hermano de
Saladino, reconquistó Jaffa masacrando 20 000 cruzados.
Luego
de un período de zozobra seguido a la casi destrucción de la ciudad, es
recuperada en 1228 por el emperador alemán y rey de Sicilia y Jerusalén,
Federico II Hohenstaufen. El 18 de febrero de 1229, tras la reconquista
cristiana, se logró llegar a un nuevo acuerdo de paz, firmado en Jaffa, entre
las fuerzas árabes encabezadas por el sultán Malik al-Kamel de Egipto y las
fuerzas cristianas del emperador alemán. Más tarde, en 1250, luego de ser
liberado de su cautiverio en Egipto el Rey Luis IX de Francia junto con su
esposa, Margarita de Provenza, quien construyó un monasterio y una iglesia en
la ciudad.
Los mamelucos
En
1268 el sultán Baibars logra capturar la ciudad sin luchar tras sus victorias
sobre los mongoles y los cruzados en Palestina. Con esto se inaugura el período
de dominación sobre la ciudad del Egipto mameluco.
Luego
de esta conquista, Baybars da muerte a una gran cantidad de personas, demuele
casas y destruye las murallas de la ciudad. El siguiente siglo, el siglo XIV,
ve a Jaffa servir como puerto para los peregrinos cristianos, pero la ciudad
decae en todos los aspectos. Nuevamente en el año 1345 Jaffa vuelve a ser
destruida a instancias de los sultanes mamelucos por el temor a que ésta sirva
como base para una nueva cruzada.
La dominación
otomana (1516-1918)
Después
de la conquista de Palestina por el sultán otomano Selim I en 1516, Jaffa
todavía conservaba una cierta importancia en el comercio de la región y como
puerto de entrada para la peregrinación cristiana a la Tierra Santa. En el
siglo XVII, en el año 1654 los monjes franciscanos abrieron un albergue, cerca
del actual monasterio de Saint-Pierre. También fueron construidas, en esta
época, varias iglesias, una mezquita y un albergue armenio. Al final del siglo
Jaffa es una pequeña comunidad de 400 viviendas, sin los muros exteriores.
A
mediados del siglo XVIII, bajo los auspicios del gobernador de Gaza, Radwan Bin
Hussein, se inician los trabajos para la reconstrucción de la ciudad, con la
esperanza de hacer más ganancias, creando condiciones más favorables para las
comunidades cristianas y sus peregrinos. En esos años pasaron por el puerto de
Jaffa, cerca de 4.000 peregrinos por año, en su mayoría cristianos, pero pocos
judíos. Para esta última comunidad, en 1753 el rabino Yaakov Donama abre un
albergue temporal.
Desde
principios de siglo XVIII, Jaffa llegó a ocupar el lugar de Ramla como centro
administrativo del distrito. En función de la división administrativa de los
turcos otomanos, Palestina era entonces parte de Siria y ésta un vilayato del
Imperio otomano.
A
finales del siglo XVIII, sin embargo, Jaffa tiene un período tormentoso. En
1770 se produce una lucha interna entre el gobernador de Galilea, Umar al-Dahar
y sus rivales Damasco, Líbano y Palestina. En 1772 su ejército llegó a las
puertas de Jaffa, siendo detenido por Toukan Ahmed, hermano del gobernador de
Nablus. A pesar del apoyo de la flota rusa, Dahar Umar logra ocupar Jaffa
después de siete meses de asedio.
En
1776, Dahab Abu Muhammad, antiguo aliado mameluco de Dahar, sin embargo,
pretende atacar desde Egipto, enfrentando una feroz resistencia al sur de
Jaffa. Después de 66 días de asedio, el egipcio levanta el mismo proponiendo
tratativas de paz. Mientras que las habitantes de Jaffa celebraban la
"paz" conseguida, los mamelucos de Abu Dahab consiguen entrar en la
ciudad. Lo que siguió fue un saqueo generalizado, seguido de la destrucción de
casas y cultivos, llevándose a cabo masacres y ejecuciones varias.
Napoleón en
Jaffa
A
solo unos años de estar restaurada la ciudad, el 3 de marzo de 1799, Jaffa
tiene que soportar el asedio y bombardeo del ejército francés a las órdenes de
Napoleón. Después de conquistada, la ciudad fue saqueada, muchas mujeres
violadas y el gobernador de Turquía, Abdullah, ejecutado. Bonaparte no quiere
tener en cuenta la promesa de su hijo adoptivo Eugene de Beauharnais de salvar
la vida de los cautivos, y ordena que la mayor parte de los presos turcos y
albaneses -2440 según unas fuentes; 4100, según otras- [cita requerida] sean
fusilados o apuñalados con bayonetas. Napoleón esperaba que la lamentable
suerte de Jaffa intimidara a los defensores de las otras ciudades de Siria.
Pero la noticia de estas atrocidades provocó una resistencia mayor.
Retorno al
imperio Otomano
Estación
de Tren de Jaffa en 1892.
En
los años 1800 el poder en Jaffa fue tomado por los que habían resistido a
Napoleón en Acre, Ahmed Pasha, el gobernador de origen bosnio de esta ciudad y
permaneció en manos otomanas hasta el fin del imperio, luego de la derrota en
la primera guerra mundial. En el siglo XIX, Jaffa era conocida por su industria
de jabón. La industria moderna surgió a finales de 1880.13 Desde la década de
1880, los bienes raíces se convirtieron en una importante rama de la economía
local. La mayoría de los periódicos y libros impresos en Palestina se han
publicado en Jaffa. La industria de cítricos comenzó a florecer en el último
cuarto del siglo XIX. Hasta mediados de ese siglo, los naranjales de Jaffa eran
principalmente propiedad de árabes, que empleaban métodos tradicionales de la
agricultura.14
Bajo el Mandato
Británico
Entre
los años 1917 y 1920, hubo miles de residentes judíos en Jaffa. Una ola de
pogromos árabes durante 1920 y 1921 provocó que muchos optaran por huir y
reasentarse en Tel Aviv. Los disturbios de 1921 (conocidos como Meoraot Tarpa
por los judíos) comenzaron con un desfile del Día del Trabajador. Los rebeldes
árabes atacaron a los habitantes judíos y sus edificios, incluidos los
residentes de "La Casa de los Inmigrantes", y asesinaron al escritor
Yosef Haim Brenner.
En
1921 el rabino Kook se trasladó a Jerusalén, cuando fue nombrado como el primer
rabino askenazí del Mandato Británico, y se lo sigue considerando como el
primer rabino jefe en Israel.
A
finales de 1922 en Jaffa había 32.000 habitantes mientras que en Tel Aviv solo
15.000. Sin embargo, en 1927, Tel Aviv tenía ya 38.000. Los judíos de Jaffa
vivían en las afueras de Jaffa, cerca de Tel Aviv. Durante los años 30 entre
ambas ciudades había una población de 80.000 habitantes. En 1945, los árabes
plantaron 146.316 dunams (146 km²) de cítricos, mientras que los judíos, 66.403
dunams (66 km²).
Durante
las revueltas árabes en el Mandato Británico (1936-1939) la ciudad sufrió
grandes daños económicos y de infraestructura. Los combates urbanos entre las
fuerzas británicas y los árabes destruyeron muchas calles. Los británicos en
represalia demolieron numerosas casas pertenecientes a la población árabe. Los
ciudadanos judíos y británicos trasladaron sus empresas fuera de Jaffa. Como
reacción a la huelga de los trabajadores árabes en el puerto, los judíos
construyeron el puerto de Tel Aviv, que causó una disminución de ingresos para
la ciudad de Jaffa.
En
1945 Jaffa tenía una población de 101.580 habitantes; de los cuales 53.930 eran
musulmanes, 30.820 eran judíos y 16.800 eran cristianos.
Motín árabe de
Jaffa
El
1 de mayo de 1921 el «Partido Comunista Judío» celebró un desfile en Jaffa para
conmemorar el Día de los Trabajadores. El partido había distribuido folletos en
árabe e yiddish durante la noche anterior, donde se pedía derrocar el dominio
británico. La mañana del desfile, uno de los altos oficiales de policía de
Jaffa, Toufiq Bey Al Said, visitó la sede del partido para advertir a los 60
miembros presentes para no marchar.15
Un
gran desfile también había sido organizado en Tel Aviv por el rival socialista,
Unidad Trabajadora, con autorización oficial. Cuando se reunieron las dos
procesiones, una pelea estalló, y la policía palestina persiguió a los
comunistas de Jaffa; al escuchar los combates, los habitantes árabes de Jaffa
pasaron a la ofensiva.15
Docenas
de británicos, árabes y judíos testigos informaron de que muchos de los hombres
árabes con cuchillos, espadas y pistolas irrumpieron en edificios de los judíos
y mataron a sus habitantes, mientras que las mujeres realizaban los saqueos.
Atacaron a peatones judíos y destruyeron casas y tiendas de judíos. También
golpeaban y asesinaban a los judíos en sus hogares, incluidos los niños, y en
algunos casos se les abrió el cráneo a las víctimas.15
Un
albergue para inmigrantes, dirigido por la Comisión Sionista, con un centenar
de personas que habían llegado en los últimos días, fue atacado por la multitud
con lanzamiento de piedras seguidas de bombas y disparos de armas de fuego. Al
ver llegar a la policía hubo un alivio temporal entre los residentes, pero
desapareció cuando se hizo evidente que los disparos de los policías no eran
para dispersar a la multitud sino que en realidad eran destinados a la
construcción. En el patio un inmigrante fue fusilado por un policía, y otros
fueron apuñalados y golpeados con palos. Cinco mujeres fueron víctimas de
disparos de los policías, otras tres lograron escapar. A otras dos mujeres, los
policías las acorralaron e intentaron violarlas, pero lograron escapar a pesar
de sus disparos. Una niña de 14 años y algunos hombres lograron escapar del edificio,
pero cada uno fue a su vez perseguido y muerto a golpes con barras de hierro o
de palos de madera.15
Algunos
árabes defendieron a los judíos y les concedieron refugio en sus hogares,
muchos testigos identificaron a sus agresores y asesinos como sus vecinos.
Varios testigos dijeron que habían participado policías árabes. Resultaron
asesinados 45 judíos y otros 146 judíos fueron heridos, mientras que las bajas
árabes fueron de 48 muertos y 73 heridos y se debieron a enfrentamientos con
las fuerzas británicas al intentar restablecer el orden.15
Miles
de residentes judíos de Jaffa huyeron a Tel Aviv y se alojaron en tiendas de
campaña en la playa. Tel Aviv que era dependiente de Jaffa se convirtió en una
nueva ciudad, debido en gran parte a los disturbios ocurridos en Jaffa.15
El
escritor y co-editor del periódico Kuntress, Yosef Haim Brenner fue una de las
víctimas mortales de los disturbios. El oficial Toufiq Bey Al Said, quien
renunció a la policía de Jaffa, recibió un disparo en la calle; su muerte fue
adjudicada a los veteranos de Hashomer en retribución por el asesinato de
Brenner.15
Guerra
árabe-israelí de 1948
En
1947, antes de la guerra árabe-israelí de 1948, una Comisión Especial de la ONU
sobre el mandato recomendó que Jaffa forme parte del previsto Estado Judío.
Finalmente, debido a la gran mayoría árabe, fue designado como un enclave árabe
en el futuro Estado judío en el Plan de Partición Naciones Unidas de 1947.
Los
árabes rechazaron el plan y el 30 de noviembre de 1947, al día siguiente a la
aprobación de la Plan de partición de Palestina de la ONU, siete judíos fueron
asesinados por los árabes en tres incidentes por separado:16 a las 8 de la
mañana, en lo que llegó a ser visto como los disparos de la apertura de la
Guerra del 1948, tres árabes atacaron a un autobús que se dirigía de Netanya a
Jerusalén, matando a cinco pasajeros judíos. Media hora más tarde un segundo
ataque dejó otro autobús con pasajeros judíos muertos. Más tarde un hombre
judío de 25 años fue muerto a tiros en Jaffa. En Jerusalén, el Comité Superior
Árabe pidió tres días de huelga general.
Desde
el inicio de la huelga en adelante, árabes y judíos entraron en una escalada de
enfrentamientos. El corresponsal en Jerusalén de The Times estimó que por lo
menos unas 130 personas habían muerto, "de los cuales, alrededor de 70 son
judíos, 50 árabes, y el resto tres soldados británicos y un agente de policía
británico ".
El
25 de abril de 1948, el Irgún lanzó una ofensiva en Jaffa, entonces la mayor
ciudad árabe del Mandato Británico de Palestina. Unidades de la Haganá tomaron
la ciudad el 14 de mayo, que estaba pobremente defendida por algunos efectivos
del Ejército de Liberación Árabe y una cincuentena de voluntarios musulmanes
yugoslavos, así como también muchos palestinos alemanes de las colonias
alemanas cerca de Jaffa y algunos voluntarios italianos. La mayor parte de su
población, unas 50.000 personas, huyeron en barcos y botes hacia Gaza (entonces
en poder de Egipto) y el Líbano.17 Entre la mitad y los dos tercios de los habitantes
de ciudades como Haifa o Jaffa habían abandonado sus hogares antes de los que
los judíos irrumpieran en esas ciudades a finales de abril de 1948.18 Como al
resto de personas desplazadas durante la guerra, las autoridades de Israel no
les permitieron nunca regresar a sus hogares.
Para
recordar a los soldados judíos que murieron en la batalla de Jaffa, se creó en
la ciudad el "Jardín de la Conquista".
Jaffa en la
actualidad
En
los años que siguieron al final de la Guerra de la Independencia de Israel hubo
una inmigración masiva de judíos provenientes de Bulgaria, Marruecos, Rumania,
Irak, Yemen, Irán, Siria, Líbano, Egipto, Libia, Túnez y otros países, que se
repartieron por todo Israel, incluida Jaffa. Gravemente dañado durante la
revuelta árabe y la guerra de 1948, el barrio de Ajami fue convirtiéndose poco
a poco en un barrio de tugurios. Jaffa en esos días tenía la reputación de
«ciudad del crimen».
En
1954, Jaffa se convirtió en parte de la municipalidad de Tel Aviv, y desde
entonces ambas ciudades se conocen como «Tel Aviv-Yafo». Actualmente, el barrio
de la Ciudad Antigua de Jaffa está siendo renovado, y está habitado
principalmente por artistas y otros elementos de gentrificación.
Según
algunos, como parte de la reforma, se trasladarían a unas 500 familias árabes
—los habitantes más antiguos de los barrios de Al-Ajami y Givat Aliya— del
centro, en lo que los representantes de los afectados han calificado este
traslado como un «intento de judaizar Jaffa».
Las
autoridades israelíes sostienen que el motivo de estos traslados es que estas
familias han invadido propiedades y han realizado construcciones ilegales. Al
mismo tiempo se los invitó a presentarse a las dependencias de Amidar
(organismo de la vivienda) para demostrar que tienen derecho a la propiedad,
mediante la presentación de los títulos de propiedad. Concluyendo que «Los
reclamos de que se trata de una transferencia son demagógicos. Ninguna persona
será desalojada sin una orden judicial» y que «se rechaza con desprecio el
intento demagógico por utilizar los acontecimientos de la Guerra de la
Independencia para proteger a los que violan la ley».19
El
moderno Jaffa tiene una heterogénea población con judíos, cristianos y
musulmanes, y posee una importante atracción turística con una excitante
combinación de antiguas, nuevas y restauradas arquitecturas. Ofrece galerías de
arte, teatros, tiendas de recuerdos, restaurantes, cafés, tiendas de compras y
una gran variedad centros de cultura, entretenimiento y alimentación.
Resumiendo
Ciudad de una larga y rica historia, hoy casi ha
desaparecido por obra y gracia de la construcción de la nueva ciudad de Tel
Aviv de la que es un suburbio, aunque conserva todo el sabor medieval en sus
callejuelas y edificaciones, sobre todo en los alrededores del puerto y en
torno a la Iglesia
de San Pedro.
El puerto de Jaffa fue el principal puerto del
Mediterráneo desde la antigüedad hasta el año 1948 en que nace el nuevo estado
de Israel y comienza a imponerse el puerto de Haifa. Parece ser que en el puerto de Jaffa se descargaron
las maderas procedentes del Líbano para la construcción del templo de Jerusalén
por Salomón.
De este puerto salió Jonás rumbo a Nínive.
Hasta Jaffa llegaban los peregrinos cristianos procedentes
del occidente durante muchos siglos y allí se reembarcaban a sus lugares de
origen.
Referencias bíblicas:
- Aquí se embarca Jonás para ir a Tarsis (Jonás 1,3).
- Desembarcan las maderas para la construcción del
templo (1Reg 15,9).
- Pedro vive en casa de Simón el curtidor (Hch 9,43;
10,6).
- Pedro resucita a Tabita (Hch 9,36-43).
- Visión de Pedro sobre los alimentos puros e impuros
(Hch 10,1ss).