A TODOS LOS QUE ENCUENTREN CONVÍDENLOS A LA BODA
COMENTARIO
En todas las misas momentos previos a la comunión se
nos recuerda esta gran parábola de las invitaciones: Dichosos los invitados a
la cena del Señor. Pero Mateo el moralista no tarda en ponernos en alerta:
¡desgraciados los que rechazan la invitación y desgraciados los que vienen sin
hacer un esfuerzo por ser dignos de ella!.
De todas las formas, complace detenerse un poco en la
alegría y en la dicha: el reino de Dios se parece a un Dios que celebrada La
boda de su Hijo. Al decir
esto Jesús, pensaba en muchas cosas. En el Padre y en la muchedumbre de los
hombres. Y en él, el hijo del rey y el hermano universal. El, que no está
solamente entre el Padre y los hombres, sino vuelto al Padre y dado a los
hombres, uniendo a Dios y a la humanidad en unas bodas inauditas. No hay nada
tan alegre como unas bodas; no deberíamos perder nunca esta visión de la fiesta
inmensa del evangelio que abre a todos las puertas de Dios.
Jesús insiste en el empeño del Padre en
decirnos: ¡Vengan, todo está preparado! Envió criados... Volvió a enviar
criados... Dijo a los criados: Vayan a las salidas de los caminos y a todos los
que encuentren invítenlos a la boda. El que no se siente alegremente invitado
por Dios no conoce a Dios. Entonces, ¿por qué lo rechazan? Mateo esboza algunas
razones y Lucas las concreta: Uno se marchó a su finca, dice Mateo, otro a sus
negocios. Y Lucas: Acabo de comprar un campo... Acabo de comprar una yunta de
bueyes... Acabo de casarme...Podríamos decir que se trata de muy buenas
razones: ¡Cuantos cristianos rechazan finalmente las invitaciones de Dios con
buenas razones! Ahora la parábola no se dirige a los judíos amenazados de verse
sustituidos por los paganos, sino que se dirige a los cristianos que dicen: He
dejado la práctica religiosa, he dejado de rezar. Y viene las razones, a veces
dramáticas, pero de ordinario lo que escucho se parece bastante a lo que dice
la parábola: Estaba demasiado preocupado por esto..., por aquello...
Puesto que hacen estas reflexiones, la situación de
ustedes no es ésta. Pero estemos atentos; Dios siempre ofrece sus
invitaciones. Podríamos pensar que hay
aquí dos parábolas: la de la invitación general y los rechazos, y la del
invitado que es expulsado de la fiesta. En realidad, se trata de la misma idea
de invitación, pero tan amplia que al final hay en la sala buenos y malos, como
nos indica también las parábolas de la cizaña y de la red, con las que Jesús
quiere señalar que hasta el final los invitados de Dios, sean los que fueren,
tendrán una oportunidad de hacerse buenos.
Pero es menester: ¡Dichosos los invitados del Señor! Y
termina con una alusión a nuestro comportamiento de invitados. Estamos en la
sala nupcial es la Iglesia, es la asamblea dominical, es el banquete
eucarístico. No falta la llamada al examen de nuestro corazón: Reconozcamos que
somos pecadores... Y antes de la comunión: Cordero de Dios, ten piedad de
nosotros; danos un traje de boda.
R.P: Roland Vicente Castro Juárez
ANTIFONA DE ENTRADA
Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿Quién podrá resistir?.
Pero de ti procede el perdón, Dios de Israel.
ORACION COLECTA
Te
pedimos, Señor, que tu gracia nos preceda y acompañe y nos sostenga
continuamente en las buenas obras. Por
nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura
del Profeta Isaías 25, 6-10a
Preparará
el Señor de los Ejércitos para todos los pueblos, en este monte, un festín de
manjares suculentos, un festín de vinos de solera manjares enjundiosos, vinos
generosos. Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el
paño que tapa a todas las naciones. Aniquilará la muerte para siempre. El Señor
Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros, y el oprobio de su pueblo lo
alejará de todo el país —lo ha dicho el Señor—. Aquel día se dirá: Aquí está
nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara: celebremos y gocemos con su
salvación. La mano del Señor se posará sobre este monte.
SALMO RESPONSORIAL (22)
El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace
recostar: me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. R.
Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque
camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado
me sosiegan. R.
Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la
cabeza con perfume, y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi
vida, y habitaré en 1a casa del Señor, por años sin término. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 4,12-14.19-20
Hermanos: Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy entrenado para todo y en
todo: la hartura y el hambre, la abundancia y la privación. Todo lo puedo en
aquel que me conforta. En todo caso hicieron bien en compartir mi tribulación.
En pago, mi Dios proveerá a todas sus necesidades con magnificencia,
conforme a su riqueza en Cristo Jesús.
A Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO
Aleluya. El Padre de nuestro
Señor Jesucristo ilumine los ojos de nuestro corazón, para que comprendamos cual es la esperanza a la que
nos llama. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 22, 1-14
En aquel tiempo volvió a hablar Jesús en
parábolas a los sumos sacerdotes y a los senadores del pueblo, diciendo: El
Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó
criados para que avisaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a
mandar criados encargándoles que les dijeran: tengo preparado el banquete, he
matado terneros y reses cebadas y todo está a punto. Vengan a la boda.
Los convidados no hicieron caso; uno se
marchó a sus tierras, otro a sus negocios, los demás les echaron mano a los
criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus
tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.
Luego dijo a sus criados: La boda está preparada, pero los convidados no se la
merecían. Vayan ahora a los cruces de los caminos y a todos los que encuentren,
convídenlos a la boda. Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos
los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de
comensales. [Cuando el rey entró a saludar a los comensales reparó en uno que
no llevaba traje de fiesta y le dijo: Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin
vestirte de fiesta?.
El otro no abrió la boca. Entonces el rey
dijo a los camareros: Átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a las
tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. Porque muchos son los
llamados y pocos los escogidos.]
PLEGARIA UNIVERSAL
Sabiendo que la bondad y la misericordia del Señor nos
acompañan todos los días de nuestra vida, digámosle con fe. R. Muéstranos,
Señor, tu misericordia.
1.- Por la Iglesia: para que con alegría y
esperanza invite a todos los pueblos al banquete de la Vida, al cual la
humanidad entera es llamada a participar. Oremos.
2.- Por nuestros gobernantes: para que el
cuidado de la vida y el bien común sean su primordial preocupación en este
tiempo de precariedad. Oremos.
3.- Por los profesionales de la salud:
para que su espíritu de servicio y amor a la vida no les deje desmayar ante las
dificultades. Oremos.
4.- Por los padres y madres de familia:
quien en mutuo acuerdo formen a sus hijos en el cuidado de la vida, de la salud
propia y la de los demás. Oremos.
5.- Por las personas y familias que en
este tiempo han sufrido a causa de la enfermedad y la pérdida de un ser
querido, que puedan experimentar el
consuelo de la fe y de nuestra solidaridad fraterna. Oremos.
6.- Por nuestros hermanos fallecidos en
este tiempo de pandemia: que sean admitidos pronto al banquete del reino
celestial. Oremos.
7.- Por los que participamos hoy en el
banquete eucarístico, que recibamos la fuerza y la valentía de animar y
sostener la esperanza de quienes están sufriendo más en este tiempo. Oremos.
Muestra, Señor, tu misericordia a tu Iglesia que te
suplica, acoge nuestras intenciones y da fecundidad a nuestros esfuerzos por
mantener viva la esperanza. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta las suplicas de tus fieles, Señor, juntamente con estas
ofrendas para que lleguemos a la gloria del cielo mediante esta piadosa
celebración. Por Jesucristo nuestro Señor.}
ANTIFONA DE COMUNION
Los ricos empobrecen y pasan hambre, los que buscan al Señor no
carecen de nada.
ORACION
DESPUES DE LA COMUNION
Señor, pedimos humildemente a tu
majestad que, así como nos fortalece con el alimento del Santísimo Cuerpo y
Sangre de tu Hijo, nos hagas participar de su naturaleza divina. Por Jesucristo
nuestro Señor.
PALABRA
DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 12:
Gal 4, 22-24; 26-27.31—5, 1; Sal 112; Lc 11, 29-32.
Martes 13:
Gal 5, 1-6; Sal 118, Lc 11, 37-41.
Miércoles 14:
Gal 5, 18-25; Sal 1; Lc 11, 42-46.
Jueves 15: Ef
1, 1-10; Sal 97, Lc 11, 47-54.
Viernes 16: Ef
1, 11-14; Sal 32; Lc 12,
1-7.
Sábado 17: Ef
1, 15-23; Sal 8; Lc 12, 8-12.
Domingo 18: Is
45, 1.4-6; Sal 95; Tes 1, 1-5b; Mt 22,
15-21.
COMENTARIOS
AL EVANGELIO
Mt 22,
1-14
1.- Mateo recalca fuertemente la posición de los que no aceptan el
banquete. Deliberadamente "no se preocupan" del asunto y se vuelven a
sus negocios. Incluso con sangre fría arremeten contra los mensajeros. La
crítica que esto supone a la actitud de los jefes del pueblo es de toda dureza.
Se describe una situación límite para poner en guardia al posible lector. Para
el que ha recibido el don de la fe es de todo punto necesario responder con la vida
a ese don, de lo contrario él mismo se autodestruye.
El mensaje de Jesús es para todos y a todos se llama al convite que es
la fe. No hay situación, cualquiera que sea, que discrimine ante este don de
Dios. Jesús recoge la herencia universalista del profetismo llevándola hasta
sus límites. Mas aún, no hay selección en cuanto a la postura moral de los
participantes ya que hasta los malos pueden llegar a participar de la fe si
aceptan a Jesús. Para ser buen creyente no es imprescindible ser ya bueno moralmente.
Más todavía, a muchos les estorba su "bondad" para llegar a Dios.
v.14: No hay en esta sentencia, un tanto oscura de por sí, ninguna clase de
discriminación. A muchos, a todos (polloi), se ofrece el reino pero no todos
tienen la limpieza de corazón para dar una respuesta de fe honda. Esto hace que
el creyente se encuentre en una sana y creadora tensión de cara al Reino, para
no dormirse en una vanidad o seguridad que le podría ser nociva.
EUCARISTÍA 1978/47
2. --El Reino de Dios es un banquete de bodas.
Una idea que destaca en el evangelio de hoy es que el Reino de Dios es
un banquete. Es algo que no conviene olvidar en un mundo y en una cultura que
ha criticado a la religión como algo que aliena al hombre y va contra sus
tendencias más naturales, como si se opusiese a su felicidad. Y esto no es así
en la Palabra de Dios y, por tanto, en la fe cristiana. Otra cosa puede ser el
camino y hasta la meta para conseguir esa felicidad. Ahí puede haber y hay
discordancias profundas y opuestas. Pero quede claro que la felicidad es la
meta del hombre para el sentido cristiano de la vida.
-El traje de fiesta.
Los exegetas no dan una explicación convincente y unánime. ¿Es la
gracia? Parece que no, porque allí entran buenos y malos. ¿Es una nueva
mentalidad? En este caso nos parece excesivo el castigo que se le propina. ¿Es
que era un boicoteador de la fiesta y eso va contra lo más fundamental del
Reino, rechazándolo y negándolo? Habría que preguntárselo a Jesús, y mientras
tanto, la cuestión queda abierta. Yo me inclino a pensar que se trata de una
actitud contra la Buena Nueva de la fe y la fiesta, que se opone de frente al
Reino de Dios. Una especie de pecado contra el Espíritu Santo, contra lo más
sagrado del hombre y de Dios, que sería la fe, la fiesta y la felicidad.
MARTÍNEZ DE
VADILLO - DABAR 1987/50
3. UTOPIA/RD: JESÚS HABLA EN CLAVE DE
UTOPIA. EL REINO DE DIOS NO SE HACE CON GENTE BUENA SINO CON GENTE UTÓPICA.
SV/CONDENACION/NUMERO "MUCHOS SON LOS LLAMADOS".
DESGRACIADAMENTE ESTA FRASE SUELE SER CITADA PARA SUSTO Y TORMENTO DE
CONCIENCIAS.
Una vez más, Mateo no está seguro de que el nuevo Pueblo no vaya a caer
en los defectos del antiguo Pueblo. La segunda parte de la parábola es un aviso
en serio de que no hay Pueblo de Dios por descontado. Más aún, en tiempos del
autor el nuevo Pueblo empezaba ya a dar señales de convertirse en antiguo. Y de
la pluma del evangelista brota la tinta de la desilusión: "muchos son los
llamados, pocos los elegidos". Desgraciadamente esta frase suele ser
citada para susto y tormento de conciencias.
Suele ser citada como prueba de que son más los que se condenan que los
que se salvan. ¡Es ya hora de olvidar esta interpretación! Jesús no hablaba en
clave ética. Jesús no hablaba en clave de buenos y malos, de salvación y
condenación eternas, de cielo e infierno. Jesús hablaba en clave de utopía. A
hacer realidad la utopía estamos llamados todos, pero ¡qué pocos se creen que
la utopía pueda ser realidad! (=Muchos son los llamados, pocos los elegidos).
La Iglesia de Jesús no se hace con gente buena (la bondad no es patrimonio de
la Iglesia, sino de la conciencia. Y la conciencia es patrimonio de creyentes y
de ateos). La Iglesia de Jesús se hace con gente utópica.
DABAR 1981/53
4. VESTIDO/SIMBOLISMO: JESÚS ES
DESPOJADO DE SUS VESTIDOS COMO PARA ASEMEJARSE MAS A LA HUMANIDAD PECADORA
FRENTE A LA MUERTE: Ga 3. 27-28: Ef 4. 24:Col 3. 10-11: Gn 3. 11.
El tema del traje nupcial recuerda
el del vestido y su significado simbólico en el orden de la salvación. El
vestido humaniza el cuerpo, ayuda a situarse entre los semejantes, le saca a
uno del anonimato. De ahí que sea con toda normalidad signo de la alianza entre
Yahvé e Israel: cual un esposo, Dios extiende el paño de su manto sobre su
esposa (Ez 16). Pero ésta es infiel y se muestra a todo el que llega: su
vestido se deteriora, a no ser que Dios se lo quite y vuelva a dejar de nuevo a
su esposa en el anonimato y la desnudez.
En la cruz, Jesús es despojado de sus vestidos como para asemejarse más
a la humanidad pecadora frente a la muerte, que da al traste con todas las
falsas seguridades y las apariencias.
Pero muy pronto revestirá, en la resurrección, la gloria divina que vive
en Él. "Revestirse de Cristo" o "revestirse del hombre
nuevo" (/Ga/03/27-28; /Ef/04/24; /Col/03/10-11), representa, pues,
participar en ese orden de la salvación que engloba el desprendimiento y la
resurrección de Jesús. Esta participación en plenitud está reservada a la
escatología, cuando toda la humanidad se revestirá de la incorruptibilidad y
estará engalanada para presentarse ante su Esposo eterno (Ap 21. 2).
Pero hay que revestirse del atuendo nupcial antes de participar en el
banquete eucarístico. O, dicho de otro modo: esa participación es una fuente de
exigencias morales que el invitado debe honrar mediante los desprendimientos
que se imponen.
MAERTENS-FRISQUE
- NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA VII
MAROVA MADRID 1969.Pág. 164
5. PD/V/SENTIDO. LA PALABRA DE JESÚS ES
APTA PARA DAR EL SENTIDO PROFUNDO DE TODAS LAS COSAS. ES INCLUSO LA ÚNICA CAPAZ
DE EXPRESAR EL SENTIDO DE LA VIDA.
Nosotros no podemos hacernos una idea de la resonancia que debió tener
en la conciencia de los judíos de la época, convertidos o no al Evangelio, la
toma y la destrucción por los romanos de la capital judía, de "Jerusalén,
la Ciudad del Gran Rey" (5. 35).
Este derrumbamiento había afectado dolorosamente al sentido patriótico
de todos los judíos y más todavía al sentido religioso, a su fe en las promesas
divinas.
El otro acontecimiento es más actual, pero continúa desde hace mucho tiempo:
es el fracaso que los predicadores del Evangelio han sufrido en el medio judío,
sobre todo en Palestina. Pablo, que experimentaba más que otros muchos sus
dolorosas consecuencias, sintió el carácter trágico de este hecho (Rm 9. 1-5;
10. 1-4, etc.); un hecho que hería, además, el sentimiento de solidaridad
nacional y ponía a prueba la fe en la eficacia de la palabra de Dios.
La parábola evangélica es una meditación sobre estos acontecimientos. Es
el fruto de esa confrontación entre la existencia y la Palabra, en que consiste
lo más profundo de la vida de la fe. Para decirlo en lenguaje de hoy, puede
decirse que esta parábola es una especie de "revisión de vida" que
hace el evangelista ante sus oyentes. Su fe considera ante ellos los acontecimientos
dolorosos que afectan al corazón de todos; esa fe los ve y llega a juzgarlos y
a apreciar su sentido divino, y examina, en fin, qué proceder ha de adoptar
ella para que la vida sea más conforme a la Palabra oída.
Todo ello ha de ser contemplado más de cerca. Hay ya un primer hecho
evidente: para hallar el sentido de la actualidad, el evangelista acude a la
Palabra de Jesús. De hecho, la parábola que va a buscar en el pasado de Israel
la explicación de todas las cosas, es una palabra de Jesús: "Jesús se puso
a hablarles en parábolas" (v. 1). (...) Mateo demostraba que la palabra de
Jesús es apta para dar el sentido profundo de todas las cosas; que es incluso
la única capaz de expresar el sentido de la vida. Si hay fracaso de la Palabra,
explica Jesús, no es más que momentáneo, ya que la sala del banquete se llenará
completamente; este rechazo parcial es debido al libre rechazo de los primeros
invitados. En cuanto al aniquilamiento de la ciudad, es el castigo a la
incredulidad del pueblo y al trato infligido a los enviados de Dios.
LOUIS MONLOUBOU
- LEER Y PREDICAR EL EVANGELIO DE MATEO
EDIT. SAL TERRAE SANTANDER 1981.Pág. 256
6. EV/ALEGRIA: VESTIDO DE FIESTA. NO COMO
QUIEN VA A UNA OBLIGACIÓN O ENTIERRO.
Es preciso salir a los caminos del mundo para anunciar a todos
-"malos y buenos" dice el evangelio- la Buena Noticia del amor de
Dios, de la vida de Dios, que Él quiere para todos los hombres, el amor y la
vida que Jesús quiere comparar con un gran convite de boda (para asistir al
cual, dice Jesús, la única condición es ir con vestido de fiesta, es decir, no
como quien va a una obligación -o a un entierro- sino a una alegre e importante
fiesta.
J. GOMIS - MISA
DOMINICAL 1987/19
7.- Muchos son los llamados y pocos los elegidos. A propósito de la
traducción de esta frase se impone una observación. El adjetivo muchos es la
manera semítica de decir todos. Un caso similar se encuentra en las palabras de
la cena del Señor esta es mi sangre... que va a ser derramada por muchos=todos
(Mt 26, 28). La frase final de la parábola no significa que unas personas sean
llamadas y otras no. Para evitar malentendidos una buena traducción sería la
siguiente: Todos son llamados, pero pocos escogidos.
Al margen de la traducción, el sentido de la frase no tiene nada que ver
ni con las vocaciones sacerdotales ni con la predestinación ni con la salvación
eterna. La frase significa sencillamente que todos estamos llamados a construir
el Reino de los cielos aquí en la tierra, pero que no todos lo construimos.
ALBERTO BENITO
- DABAR 1990/50
8. SV/ESFUERZO:
Había uno en el banquete sin traje de fiesta, y una vez descubierto es
arrojado a las tinieblas atado de pies y manos.
Sin duda se apoya aquí Jesús en algún detalle histórico y costumbrista
que desconocemos. Porque no se iba a hacer esto con aquellos pobres que fueron
llamados por los caminos con urgencia, y es lógico suponer que no tenían traje
de fiesta. ¿Es que les rogaron a todos que se pusieran unos trajes de fiesta
que les proporcionaron y éste despectivamente no quiso hacerlo? Fuera lo que
fuera aquí se quiere insinuar algo. Y es que para pertenecer al Reino de Dios
hay que poner algo de nuestra parte. Dios invita y hasta pone el traje y todo
lo demás. Pero algo se le exige al hombre. ¿Qué? Sinceridad, buena voluntad,
apertura a Dios y los hermanos, frutos. Dios pone lo más, sin duda, que es su
llamada y su gracia, pero hay algo imprescindible que tiene que poner el
hombre. Porque Dios, que quiso crear al hombre sin el hombre, no quiere salvar
al hombre sin el hombre (·Agustín-SAN). Nos hizo libres y quiere que ejerzamos
la libertad. Dios llama, pero el hombre ha de responder. Esto nos lleva a la
conclusión de la parábola: "Porque muchos son los llamados y pocos los
escogidos". Esto es así, pero no por culpa de Dios.
DABAR 1978/55
9.- Estas líneas de J. Jeremías pueden sernos útiles para situar la
parábola del banquete -la última de las dirigidas "a los sumos sacerdotes
y a los senadores del pueblo"- en el ambiente en que fue pronunciada:
"el anfitrión que daba una recepción podía distinguirse de modo
espectacular por el número de sus invitados o, de forma más real, por el buen
servicio a sus huéspedes... El invitado esperaba que le fuesen comunicados los
nombres de los restantes comensales y que, independientemente de la invitación
anterior, fuese llamado el mismo día del banquete por mensajero".
(·JEREMIAS-JQ, Jerusalén en tiempos de Jesús, pp. 110-111)
La situación que se ha creado con el advenimiento del Reino en la
persona de Jesús puede ilustrase con lo que se describe en la parábola. En
primer lugar se destaca la importancia del que llama: "un rey" -la
mentalidad popular pensaba inmediatamente en Dios- y de la fiesta que celebra:
"la boda de su hijo". El punto que merece subrayarse con mayor
insistencia son las reiteradas invitaciones, en primer lugar a sus amigos que
ya habían sido convidados (llamados) anteriormente. En la invitación que se les
dirige ("Todo está a punto. Venid a la boda") resuenan las palabras
que inician y resumen la predicación de Jesús: "Está cerca el Reino de los
cielos: convertíos" (cfr. Mt 4, 17).
Pero, a la hora de la verdad, los primeros invitados se desentienden.
Tratándose del rey, rechazar su invitación y maltratar a sus enviados, es una
muestra clara de estar contra él. La reacción del anfitrión es doble: a)
Convidar a todos, malos y buenos, a la fiesta y llenar así la sala del
banquete. Esto debía ser una gran bofetada para los que no habían querido
acudir a la boda. B) Terminar con los que han rechazado la invitación y prender
fuego a la ciudad. Parece que la parábola seguiría un orden más lógico sin los
versículos 6 y 7, y así Lucas los desconoce totalmente. Seguramente son fruto
de la reinterpretación que la iglesia mateana hace de la parábola después de la
destrucción de Jerusalén, el año 70, a la que aquí se alude; y los malos tratos
al segundo grupo de enviados pueden referirse a la actuación del judaísmo con
los primeros cristianos.
El versículo 10 ("La sala del banquete se llenó de
comensales") sería el final de la parábola. El nuevo pueblo de Dios se ha
reunido abriendo a todos sus puertas: a buenos y malos. Pero los últimos
versículos -una parábola de juicio- indican que del hecho de pertenecer a la
comunidad eclesial no se sigue automáticamente la entrada en el Reino, sino que
es necesaria una transformación personal, expresada con la imagen del traje de
fiesta. El rey-juez excluye a quien no lo lleva y su situación expresa la
desaparición de aquel que, por culpa propia, ha sido excluido de la salvación.
Y el texto evangélico termina con una sentencia generalizadora, en su
origen seguramente independiente de la parábola: la llamada de Dios es para
todos, pero exige una respuesta que no todos dan.
J. ROCA MISA
DOMINICAL 1981/19