HABÍA UNA VEZ UN PROPIETARIO.
COMENTARIO
La lectura de este
texto evangélico debe realizarse en relación con la imagen del canto de Isaías
5, 1-7. Aquí como allí hay un matiz polémico, contrastando los trabajos que el
dueño ha realizado en la viña con el resultado que obtiene de los mismos.
Si bien en el texto de Isaías el protagonismo negativo recaía sobre la
viña, aquí recae sobre los labradores. Se subraya así la referencia a la
actitud de los dirigentes de Israel hacia Jesús.
- "Llegado el tiempo de la vendimia, envió a sus criados para
percibir los frutos...": En el momento decisivo Dios pide cuentas a su
pueblo. Los primeros enviados son los profetas. Estos sufren la violencia que
está descrita en forma de lapidación, tradicional descripción de la persecución
de los profetas en tiempos de Jesús e incluso en los primeros tiempos del
cristianismo.
- "Por último, les mandó a su hijo...": Es la última
oportunidad que tienen los labradores para la conversión. El término
"hijo" tiene una referencia directa a Jesús. Aunque en el judaísmo
del tiempo de Jesús el término "hijo" no tenía un sentido mesiánico,
el evangelio de Mateo lo utiliza -más que los otros evangelistas- para
referirse a la mesianidad de Jesús.
- "Al ver al hijo se dijeron: Este es el heredero: venga, lo
matamos y nos quedamos con su herencia": el crimen de los labradores es
cometido con plena responsabilidad, no por desconocimiento de la identidad del
hijo. Así la parábola quiere subrayar la gravedad del rechazo de Jesús: es un
rechazo de Dios en la persona de su enviado. Jesús ya ha manifestado suficientemente
con sus obras que es el enviado de Dios.
- "Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos
labradores?": Así como el canto del profeta Isaías incluía un interrogante
al oyente, a fin de que se convirtiera en juez de aquella situación, también
ahora Jesús interpela a los dirigentes judíos para que juzguen. Será un juicio
sobre su propia actuación. La respuesta implica las referencias del evangelista
a la caída de Jerusalén, contemplada como un castigo por su negativa a creer en
Jesús como el Mesías.
- "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra
angular": Cita del salmo 117 que sirve para explicar el trastorno de
situaciones que provoca la persona de Jesús. Quien ahora es desechado, será el
jefe de un nuevo pueblo que dará máximo fruto.
R.P. Roland Vicenbte Castro Juarez
ANTIFONA DE ENTRADA Est 4, 17.
A tu poder, Señor, está sometido el mundo entero; nadie puede
oponerse a ti. Tu creaste el cielo y la tierra y las maravillas todas que
existen bajo el cielo. Tu eres Señor del universo.
ORACION COLECTA
Dios
todopoderoso y eterno, que desbordas con la abundancia de tu amor los méritos y
los deseos de los que te suplican, derrama sobre nosotros tu misericordia, para
que perdones lo que pesa en la conciencia y nos concedas a un aquello que la
oración no menciona. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura
del Profeta Isaías 5, 1-7
Voy a
cantar en nombre de mi amigo un canto de amor a su viña. Mi amigo tenía una
viña en fértil collado. La entrecavó, la descantó y plantó buenas cepas; construyó
en medio una atalaya y cavó un lagar.
Y esperó
que diese uvas, pero dio agrazones. Pues ahora, habitantes de Jerusalén,
hombres de Judá, por favor, sed jueces entre mí y mi viña.
¿Qué más
cabía hacer por mi viña que yo no lo haya hecho?. ¿Por qué, esperando que diera
uvas, dio agrazones?. Pues ahora les diré a ustedes lo que voy a hacer con mi
viña: quitar su valla para que sirva de pasto, derruir su tapia para que la
pisoteen. La dejaré arrasada: no la podarán ni la escardarán, crecerán zarzas y
cardos, prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella.
La viña
del Señor de los Ejércitos es la casa de Israel; son los hombres de Judá su
plantel preferido. Esperó de ellos derecho, y ahí tenéis: asesinatos; esperó
justicia, y ahí tenéis: lamentos.
SALMO RESPONSORIAL (79)
La viña del Señor es la casa de Israel.
Sacaste, Señor, una vid de Egipto, expulsaste a los gentiles, y la
trasplantaste. Extendió sus sarmientos hasta el mar y sus brotes hasta el Gran
Río. R.
¿Por qué has derribado su cerca, para que la saqueen los
viandantes, la pisoteen los jabalíes y se la coman las alimañas?. R
Dios de los Ejércitos, vuélvete: mira desde el cielo, fíjate, ven
a visitar tu viña, la cepa que tu diestra plantó, y que tú hiciste vigorosa. R.
No nos alejaremos de ti; danos vida, para que invoquemos tu
nombre. Señor Dios de los Ejércitos, restáuranos, que brille tu rostro y nos
salve. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 4, 6-9
Hermanos: Nada les preocupe; sino que en toda ocasión, en la oración y
súplica con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará sus corazones y sus
pensamientos en Cristo Jesús.
Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable,
laudable; todo lo que es virtud o mérito, ténganlo en cuenta.
Y lo que aprendieron, recibieron, oyeron y vieron en mí pongan por obra. Y
el Dios de la paz estará con ustedes.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Jn 15, 16.
Aleluya. Yo los he elegido, para
que vayan y den fruto, y su fruto dure, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 21, 33-43
En aquel tiempo dijo Jesús a los sumos
sacerdotes y a los senadores del pueblo: Escuchen otra parábola: Había un
propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar,
construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de
viaje.
Llegado el tiempo de la vendimia, envió
sus criados a los labradores para percibir los frutos que le correspondían.
Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro,
y a otro lo apedrearon.
Envió de nuevo otros criados, más que la
primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último, les mandó a su hijo
diciéndose: «Tendrán respeto a mi hijo.».
Pero los labradores, al ver al hijo se
dijeron: «Este es el heredero: vengan, lo matamos y nos quedamos con su
herencia.».
Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la
viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con
aquellos labradores?. Le contestaron: Hará
morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que
le entreguen los frutos a sus tiempos.
Y Jesús les dice: ¿No han leído nunca en
la Escritura: «La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra
angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente»?.
Por eso les digo que se les quitará a ustedes
el Reino de los Cielos y se dará a un pueblo que produzca sus frutos.
PLEGARIA UNIVERSAL
San Pablo nos motiva a presentar a Dios nuestras oraciones
con gratitud y confianza filial: Con estas actitudes dirijámosle ahora nuestras
suplicas: R. Escucha, Señor, nuestra oración.
1.- Por el Papa Francisco: que el Espíritu
Santo lo colme de sabiduría y fortaleza para que nos ayude a mantener viva
nuestra esperanza en este tiempo de prueba. Oremos.
2.- Por nuestros gobernantes: que por
encima de cualquier interés propio o de sus partidos, cuiden la vida de todos y
protejan con solicitud a los más vulnerables e indefensos. Oremos.
3.- Por los médicos, enfermeros y
voluntarios de la salud; que movidos por su vocación de servicio sigan
ofreciendo su atención esmerada y amorosa a los pacientes que Dios en su bondad
les ha confiado. Oremos.
4.- Por todos los que moramos en este
hermoso país: que como ciudadanos responsables amemos, cuidemos y respetemos la
vida propia y de nuestros semejantes. Oremos.
5.- Por todos los trabajadores: que
conscientes e la gravedad del momento que vivimos desempeñen sus labores
honesta y responsablemente. Oremos.
6.- Por las familias más golpeadas por los
efectos de la pandemia: que puedan encontrar en sus parientes, amigos vecinos y
hermanos en la fe, el apoyo y el consuelo que ahora necesita. Oremos.
7.- Por quienes nos alimentamos hoy con la
palabra y el Cuerpo del Señor: que podamos ser con nuestro modo de vivir, un
motivo de esperanza y alegría para los que están a nuestro lado. Oremos.
Señor, atiende las oraciones que te presentamos como
obreros de tu viña, ayúdanos a acoger con gozo la salvación que nos trae tu
Hijo y a dar frutos de santidad para la gloria. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, el sacrificio establecido por ti y, por estos santos
misterios que celebramos en razón de nuestro ministerio, perfecciona en
nosotros como conviene la obra santificadora de tu redención. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTIFONA DE COMUNION Lm 3, 25.
El Señor es bueno para quienes esperan en él, para quien lo
busca.
ORACION
DESPUES DE LA COMUNION
Concédenos, Dios todopoderoso,
que nos alimentemos y saciemos en los sacramentos recibidos, hasta que nos
transformemos en lo que hemos tomado. Por Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 05: Gal 1, 6-12; Sal 110; Lc 10,
25-37.
Martes 06: Gal 1, 13-24; Sal 138; Lc 10,
38-42.
Miércoles 07: Gal 2, 1-2.7-14; Sal 116; Lc
11, 1-4.
Jueves 08: Gal 3, 1-5; Lc 1; Lc 11, 5-13.
Viernes 09: Gal 3, 7-14; Sal 110; Lc 11,
15-26.
Sábado 10: Gal 3, 22-29; Sal 104; Lc 11,
27-28.
Domingo 11: Is. 25, 6-10ª; Sal 22; Filp 4,
12-14.19-20; Mt 22, 1-14.
COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mt 21,
33-43
1. J/CENTRO.
Aunque nunca haya ocurrido que una piedra desechada
por los arquitectos que la consideraban inutilizable, terminara por ser la
pieza principal del edificio, sí ha sucedido, al menos una vez, que un hombre
desechado por sus contemporáneos, que llegaron hasta hacerle morir, se haya
convertido en la base de una comunidad nueva. Esta maravilla de la que sólo
Dios es capaz, se produjo una vez en Jesús.
A los oyentes de la parábola toca ahora elegir.
Cada uno ha de tender a estar ligado a esta piedra, para con ella, por ella,
gracias a ella, encontrarse integrado en el edificio; cada cual ha de atender a
que esta piedra no sea la roca sobre la que uno cae y se rompe los huesos, o la
piedra que se desprende y cae, aplastando al que se encuentra debajo.
LOUIS MONLOUBOU - LEER Y PREDICAR EL EVANGELIO DE MATEO - EDIT. SAL
TERRAE SANTANDER 1981.Pág.251
2. D/POBRE: DIOS ES
VERDADERAMENTE EL POBRE POR EXCELENCIA PORQUE NOS LO HA DADO TODO. HASTA SU
PROPIO HIJO. LO ULTIMO QUE LE QUEDABA.
SILENCIO-D/A-D: SIGNIFICA QUE DIOS NOS TOMA EN
SERIO Y DEJA EL CAMPO LIBRE PARA QUE ACTUEMOS CON PLENA RESPONSABILIDAD.
Con la misión del Hijo se pone en evidencia el
último intento realizado por Dios, su extremo y definitivo "mensaje"
para los rebeldes. Marcos (12. 1-12) precisará: "...Todavía le quedaba
uno, su hijo querido".
Es una expresión que me desconcierta cada vez que
la leo. Parece que Dios ha quedado al borde de la pobreza. Le queda solamente
el hijo.
Por causa de los hombres, ha dilapidado todos los
recursos, agotado todas las posibilidades. Excepto el Hijo. El último tesoro
que arriesgar en ese "juego" en donde hasta ahora sólo ha encontrado
mala suerte.
Sigue diciendo Marcos: "Y se lo envió el
último..." (mejor que Lc: "por último, les mandó"). Jesús es
verdaderamente el último, el "eskatos", desde la perspectiva de Dios.
No el último en relación al tiempo, no el último de una serie de intentos. El
ultimo, es decir, el definitivo, todo. Después del cual ya no queda nada (Ver
San Juan de la Cruz: SUBIDA DEL MONTE CARMELO, libro II, cap. 22). Ahora Dios
es verdaderamente el pobre por excelencia. Pobre porque ha dado todo. En su
incurable pasión por los hombres no se ha quedado ni con su Hijo. También se lo
"ha jugado". Dios es pobre. La prueba está en que, con la venida de
Jesús, no les falta nada a los hombres. (...)
-La conducta de los labradores se juzga durante la
ausencia del amo. AUSENCIA-D/A-D:Se diría que
la ausencia de Dios garantiza el trabajo del hombre. Nadie está desocupado,
gracias a ella. "El Dios de la confianza es también el Dios de la
ausencia. Pero hay que comprender exactamente esta ausencia. Esta significa
sólo que Dios nos toma en serio, nos deja el campo libre. Desaparece. Deja su
puesto. No se trata ni de abandono, ni de evasión ni de deserción. Es un signo
de amor. Se podría decir que se va el Dios de los filósofos y de los sabios (el
Dios de la Religión). Y se queda en medio de nosotros únicamente el Dios
confiado, pero débil, de la revelación. El Dios que pretende actuar
exclusivamente a través del amor que lleva a los hombres" (A. Maillot) (El
Dios de Jesús).
ALESSANDRO PRONZATO - EL PAN DEL DOMINGO CICLO A -
EDIT. SIGUEME SALAMANCA 1986.Pág.215s.
3.FE/DON.
POR TANTO PUEDE PERDERSE PORQUE NUNCA LLEGA A SER
PROPIEDAD NUESTRA.
La garantía de permanencia para la Iglesia, no
asegura la estabilidad de una iglesia local; mayores árboles han caído aunque
el bosque permanezca. Mucho menos asegura una fe personal, que hemos de mirar
con temor y temblor como tesoro que puede perderse, y que cada día habremos de
pedirla de rodillas con súplicas y oraciones. ¿Cómo puede alguien decir:
"a mí nadie me quita la fe", como si tuviera un título de propiedad
sobre ella y no fuera el don cuyo disfrute nos permite el Señor para
fructificar en bien del mundo?
MIGUEL FLAMARIQUE VALERDI - ESCRUTAD LAS ESCRITURAS - REFLEXIONES SOBRE
EL CICLO A - DESCLÉE DE BROUWER/BILBAO 1989 .Pág. 157
4.- Jesús dirige su palabra crítica a los sumos
sacerdotes y senadores del pueblo, a los jefes de Israel, y a los fariseos (v.
45). La viña de la parábola es todo el pueblo de Israel, pero los jefes son los
responsables que deben cuidar de esa viña y dar al amo lo que le pertenece y
espera; esto es, el derecho y la justicia (primera lectura de hoy).
No hay padre que entregue a su hijo a semejante
banda de criminales, pero Dios ha amado tanto al mundo que ha entregado a su
propio Hijo para que se salven cuantos crean en él y tengan vida (Jn 3, 16). En
estas palabras de Jesús hay una profecía de la muerte que le espera en
Jerusalén y una confesión indirecta de que él es el Hijo de Dios. Mateo,
teniendo en cuenta los acontecimientos de la crucifixión de Jesús en el
calvario, dice aquí que los arrendatarios, agarrando al heredero, "lo
empujaron fuera de la viña y lo mataron". Recordemos que Jesús murió fuera
de los muros de Jerusalén, rechazado por los jefes de Israel y el pueblo judío.
Hecho éste al que atribuye un hondo significado el autor de la carta a los
hebreos (13, 12s).
Jesús acostumbraba a referirse a su muerte sin
olvidar nunca la resurrección (16, 21; 17, 23; 20, 19). Por eso añade ahora una
alusión a su exaltación final, sirviéndose de la cita del salmo 118.
EUCARISTÍA 1990/46
6.- La parábola de la viña describe alegóricamente
los principales acontecimientos de la relación entre Dios y su pueblo: la
alianza, los profetas, la venida del Hijo y su muerte. Y se añade que el
rechazo de Jesús por parte de los hombres será transformado por Dios en
glorificación. El pueblo elegido ha de velar siempre para dar fruto a su
tiempo.
MISA DOMINICAL 1990/06
La parábola de los viñadores homicidas la pronunció
Jesús en una versión muy sobria. Cabe la posibilidad de deslindar sus propias
palabras comparando las tres versiones sinópticas con la versión del Evangelio
apócrifo de Tomás. La comunidad primitiva habría "alegorizado" esa
parábola, como, por lo demás, suele hacerlo, merced a algunos desarrollos sobre
la viña de Israel y sobre la piedra rechazada, para descubrir en ella el
sentido de la historia de Israel y las bases de la cristología.
a) En la versión elaborada probablemente por Cristo
se trataba de un propietario de una viña que habitaba en el extranjero (v. 33)
y se veía obligado a tratar con los viñadores por intermedio de sus servidores.
El fracaso de estos le obliga a enviar a su propio hijo. Este cuadro está
tomado de la situación económica de la época: el país estaba dividido en
gigantescos latifundios cuyos propietarios eran en gran parte extranjeros. Los
campesinos galileos y judeos que arrendaban esas tierras se dejaban influir por
la propaganda de los zelotes y alimentaban un odio muy vivo para con el
propietario. El asesinato del heredero es una manera de entrar en posesión de
la tierra, puesto que el derecho concedía a los primeros ocupantes una tierra
vacante. Pero los viñadores se equivocan: el propietario vendrá a tomar
posesión personalmente de su tierra antes que quede vacante y se la confiará a
otros (v. 41).
¿Qué ha querido decir Jesús al contar esta
parábola? Sin duda establece una cierta distancia con relación a los zelotas;
aun cuando la injusticia reine en el mundo, el Reino de Dios no puede venir por
la violencia ni por el odio, sino por la muerte y por la Resurrección.
Al proponer esta parábola, Jesús se dirige a los
jefes del pueblo (Mc 11, 27) que gustaban precisamente de compararse con los
"viñadores". Su finalidad es hacerles comprender que han estado por
debajo de su misión y que su tierra será dada a otros, y, en particular, a los
pobres (cf. Mt 5, 5). Jesús ha explicado muchas veces en sus declaraciones de
alcance escatológico que la Buena Nueva, a falta de ser comprendida por los
jefes y los notables, sería comunicada a los pequeños y a los pobres (Lc 14,
16-24; Mc 12, 41-44).
b) La Iglesia primitiva alegorizó rápidamente la
parábola. En una primera etapa añadió las alusiones a Is 5, 1-5 al v. 33; introdujo
igualmente una alusión a 2 Cr 24, 20-22, con el fin de extraer de la parábola
el sentido de la historia de la viña-Israel, su repulsa constante de los
profetas, su repulsa del Mesías (sentido que hay que dar al "Hijo" en
el v. 6; cf.Sal 2, 7; Mc 1, 11; 9, 7), y finalmente la atribución de las
prerrogativas de sus jefes, los viñadores, a otros, los apóstoles (y no ya los
pobres, como en la versión de Jesús).
c) Mateo, a su vez, transforma la parábola
primitiva de Jesús (que terminaba, probablemente, en el v. 39) en una alegoría
destinada a explicar las razones y las repercusiones de la muerte de Cristo.
Mateo realiza, sobre todo, su proyecto, haciendo intervenir el Sal 117/118,
22-23. Esta cita es muy hábil, ya que la multitud ha aclamado precisamente a
Cristo algunas horas antes con ese salmo (vv. 23-26, citados en Mt 21, 1-10).
Mateo recuerda así que la gloria de Cristo pasa por el sufrimiento y la muerte.
El Sal 117/118 era considerado, por lo demás, como mesiánico por la comunidad
primitiva (cf.Act 4, 11); 2, 33; Mt 21, 9; 23, 39; Lc 13, 35; Jn 12, 13; Heb
13, 16), y eso permite, sin duda, dar a la mención del "Hijo" en el
v. 37 el significado mesiánico que, por lo demás, tiene con frecuencia (Sal 2).
Mateo explica, pues, la muerte de Cristo mostrando
que las predicciones mesiánicas ya la preveían: subraya igualmente que esa
muerte repercute en la edificación de un Reino nuevo, ya que la piedra
rechazada se convierte en la piedra angular del templo definitivo. Mateo asocia
en particular la idea de la piedra rechazada con la de la muerte fuera de la
ciudad (v. 39; cf. Heb 13, 12-13) con una finalidad escatológica: mostrar que
el nuevo pueblo de viñadores se apoya en un nuevo sacrificio.
La muerte no es fuerte, sino en la medida en que el
hombre se niega a darle un sentido integrándola en su condición de criatura.
Rechazada, la muerte hace entonces su obra: abre las puertas al orgullo del
espíritu. Aceptando, por el contrario, la muerte a la manera de Jesús, el
cristiano mantiene en jaque su poder; la muerte no tiene la última palabra de
la existencia humana. La muerte no desaparece, pero el hombre no solo puede
quebrantar su cerco, sino que, además, por poco que la aborde en la obediencia
del amor, puede hacer de ella el trampolín de una existencia nueva: la piedra
rechazada se convierte en piedra angular.
Pero el cristiano sabe que la muerte recibe su
poder del hombre mismo que se niega a integrarla en su condición de criatura y
trata de divinizarse -como si la muerte no existiese- apoyándose sobre las únicas
seguridades de la existencia individual y colectiva.
Enfrentándose a la muerte como lo ha hecho
Jesucristo, los miembros de su Cuerpo no hacen que desaparezca; mantienen en
jaque su poder y proclaman que, a pesar de las apariencias, la muerte no es la
última palabra de la existencia humana. Los cristianos participan desde aquí
abajo en la verdadera vida, la del Resucitado; y esa vida estalla con fuerza
cada vez que la muerte trata de tocarla.
El cristiano reconoce y acepta que, en sus
distintas formas, la muerte le hiere: pero su fe le capacita para discutir su
poderío. En este sentido es llamado, día tras día, a mortificarse, a actualizar
concretamente en su existencia la muerte de Cristo. Conforme a la expresión de
San Pablo, el cristiano es un "muerto"; pero, en realidad,
"retorna" constantemente de la muerte, desposeída ya de su poder, y
su muerte está "oculta con Cristo en Dios". La mortificación
cristiana quiere ser una fuente de verdadera vida en la fe.
La Eucaristía permite a cada creyente proclamar y
hacer suya la victoria de Cristo sobre la muerte; invita a cada uno a
distinguir mejor los signos de la muerte en su vida y en la vida del mundo.
MAERTENS-FRISQUE - NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA III - MAROVA
MADRID 1969.Pág. 99s.
8.- Jesús sube hacia la cruz. La escalada no tendrá
límite. La parábola de los viñadores homicidas es un resumen estremecedor de la
escalada de los hombres contra Cristo y contra todos aquellos que, como él,
pretenden dar testimonio de Dios. Los viñadores están impacientes por
apoderarse de la viña, de la herencia. En cuanto lo consigan, ya no serán
obreros dependientes, sino los poseedores de lo que se les había dado como
gracia. El asesinato del heredero es casi ritual. El hijo se ha convertido en
el rival, en el obstáculo a su deseo. Una vez muerto él, la vida se hará, al
fin, igualitaria, sin necesidad de gracias ni favores. Una religión sin el Hijo
y, en definitiva, sin hijo alguno.
Esta es la explicación del asesinato de Jesucristo.
Nada obligaba a matarlo, a no ser la voluntad hipócritamente religiosa de los
sacerdotes y notables de conservar una religión sin dependencia filial. Una
religión en la que cada uno cumple su deber, y así queda en paz con Dios. ¡Pero
que Dios envíe a su propio Hijo es demasiado! La historia es de ayer... y es de
hoy, en que hombres religiosos torturan al hombre en nombre de un supuesto
"orden cristiano". ¿Hasta dónde llegará la escalada del crimen y el
holocausto? Pero Dios responde con otra escalada: la del amor y la Alianza. No
conoce más respuesta que la de comprometerse cada vez más con su obra
escarnecida. Los viñadores mataron al Hijo, pero Dios lo resucita para que él
mismo sea la Viña.
Nosotros somos los sarmientos de esa viña y los
miembros de ese cuerpo. ¿Qué hemos hecho de él? Nosotros también hemos
destrozado al Amado. ¿Qué otra cosa hacer, sino entrar en la escalada
evangélica, renunciando a todo espíritu de posesión? ¡Que donde impera la
violencia opongamos una dulzura sin límite! Eso es dar fruto. No el fruto
insípido de nuestros contratos, sino un fruto luminoso, madurado al calor del
Espíritu, sin otro artífice que la gracia. Daremos fruto si la resurrección de
Cristo pasa a través de nosotros como la savia que da vida a los sarmientos. La
alianza entre Dios y los hombres será cosa de amor o no será nada, en cuyo caso
seguiremos matando al hombre para dar gloria al Dios-Idolo.
Cristo murió perdonando. Fue la escalada divina,
respuesta a la escalada criminal de los hombres. Ese día el holocausto, que
debía asegurar la cohesión total de los hombres, se transfiguró en sacrificio
de amor del Dios que hace lucir el sol tanto sobre la viña bastarda como sobre
el plantío generoso. Por pura gracia.
DIOS CADA DIA - SIGUIENDO EL LECCIONARIO FERIAL - CUARESMA Y TIEMPO
PASCUAL - SAL TERRAE/SANTANDER 1989.Pág. 48
9.- La parábola de los viñadores homicidas es un
impresionante resumen de la escalada de los hombres contra el Enviado de Dios.
El dueño de la viña se ausentó para un largo viaje,
y los viñadores están impacientes por apoderarse de la viña y de la herencia,
pues así serán ellos sus propios amos. Ya no vivirán de lo que se les da de
favor, sino que podrán asumir la responsabilidad de todo, y ellos mismos se
labrarán su propia felicidad. La muerte del Hijo será su liberación. Es "necesario"
matar al Hijo, pues él es el rival, el obstáculo. Si se le mata, ya no habrá en
la vida ni perdón ni piedad. Haciendo eso, se tendrá la herencia, pero no la
gracia de la filiación. Una religión sin hijo, sin engendramiento. Una religión
en la que cada cual cumple su deber, lo mismo Dios que el hombre. Pero que Dios
envíe a su Hijo, y se le acusará de extralimitarse en sus derechos.
Hermanos, esta historia os parece de ayer, pero es
de hoy. Preferimos vivir bajo el régimen de las leyes y las obligaciones, tanto
más cuanto que siempre encontramos los medios de eludirlas sin salirnos de la
legalidad. Aceptamos estar sujetos a la gerencia, pero a condición de que Dios
se mantenga fuera de nuestra vida; intentamos darle, sin pérdidas ni ganancias,
el tesoro que nos confió. Matemos al hijo que Dios quiere hacer nacer en
nosotros, pues el amor nos comprometería. Preservémosle de la gracia y el
atractivo divinos, pues nadie sabe hasta dónde le comprometería el camino de la
ternura.
Pero no es posible apoderarse de la viña matando al
hijo del dueño. El Reino siempre seguirá siendo un don, no una tierra de la que
uno se erige en propietario. A la escalada de los que quieren replegarse sobre
sus dominios, responde Dios con la escalada de la Palabra que no cesa de
obligar a salir de uno mismo. A la escalada de los que se encierran en la
fortaleza de sus certidumbres o de su buena conciencia, cuya cumbre es el
Gólgota, responde Dios con la escalada del amor siempre ofrecido. Los viñadores
pueden matar al hijo; Dios hará de él la cepa en la que injertará los
sarmientos. Pueden derramar la sangre del Predilecto; Dios la convertirá en
savia vivificadora, Espíritu que corre por nuestras venas para hacernos nacer a
la vida. Queríamos conservar los frutos, y el fruto de Dios se hace nuestro
alimento.
"Este es el Hijo, éste es el
heredero....". Quizá lo matemos y prefiramos, antes que la gracia y el
"engendramiento", nuestras falaces libertades y nuestras engañosas
posesiones. Pero debemos saber que la persona jamás podrá abatir la viña de
Dios, la cual crece hasta el día en que, convertida en un árbol inmenso, da
cobijo a todas las aves. La piedra desechada por los arquitectos se habrá
convertido en la piedra angular.
Padre de bondad:
del mismo modo que se prensa la uva para que corra abundante el vino de la
fiesta, así se abandonó tu Hijo en nuestras manos para que naciera el tiempo de
tu gracia. Te pedimos que él sea la savia que dé vida a nuestros corazones
resecos.
DIOS CADA DIA - SIGUIENDO EL LECCIONARIO FERIAL - SEMANAS I-IX T.O.
EVANG.DE MARCOS - SAL TERRAE/SANTANDER 1990.Pág. 279 s.
10.- Nos encontramos frente a una alegoría mas bien
que una parábola. La descripción de la viña recuerda exactamente el texto
griego de los Setenta, que usaban los judíos helenistas, sobre la célebre
alegoría de Isaías 5, 1 ss. La "torre" es el caserón donde se vive
durante la vendimia, con una abertura de observación en el techo. Sin embargo,
está claro que en el centro del relato evangélico no está la conducta de la
viña (o sea, de Israel), sino más bien de los campesinos. Por consiguiente, la
alegoría se desarrolla no a nivel de pueblo, sino solamente de sus jefes.
Un rasgo de sorprendente originalidad es que Dios
aparece como un "extranjero" en medio del pueblo de Israel: Dios, el amo,
no es, por así decirlo, "hebreo"; él viene solamente cuando se trata
de alquilar la viña. He aquí, pues, un primer significado de la alegoría:
Israel no es la patria de Dios. Dios está por otra parte y no está vinculada a
las vicisitudes del pueblo elegido. Solamente les ha dado una tarea a los
responsables de la viña israelita, y después se ha ido.
El contacto entre Dios-amo y la viña-Israel a veces
se realiza a través de sus siervos, que claramente son los profetas. Los
siervos-profetas son sucesivamente maltratados, golpeados e incluso matados.
Entonces el Dios-amo decide enviar a su "hijo amadísimo": aquí el
evangelista vuelve a tomar una expresión típica (1,11; 9,7), empleada en la
descripción de los dos momentos teofánicos más solemnes de la vida de Jesús.
Nuestro autor no pone nunca en duda la condición divina de Jesús: es el hijo de
Dios.
El complot de los viñadores se basa en motivos
claramente blasfemos. Ellos saben que el hijo, único heredero, es el solo que
puede llevar adelante el proyecto salvífico del Dios-amo. Por esto quieren
matar a Jesús, porque saben que él proclama una religión universal, y , por lo
tanto, les quita el monopolio de Yahve, monopolio sobre el que se basa su poder
económico. La acusación, bastante violenta, se inserta en el contexto inmediato
de nuestro evangelio. El "monopolio" israelita está destinado a la
destrucción total: "el amo vendrá y exterminará a los viñadores".
Pero no se trata solamente de un exterminio, sino de una sustitución: el monopolio
quedará suprimido, porque el amo alquilará la viña a otros. He aquí, pues, el
punto central de la alegoría: Israel pierde su privilegio y esto no es más que
la negativa de la buena noticia dirigida a todos.
La alegoría se concluye en una forma clásica para
el segundo evangelio: los jefes, al darse cuenta de que la parábola iba por
ellos, en un primer momento piensan capturar a Jesús, pero tienen miedo de la
gente. Y es que cuando la evangelización es realmente popular crea problemas
muy serios a toda clase de poderes opresores.
COMENTARIOS A LA BIBLIA LITURGICA NT - EDIC MAROVA/MADRID 1976.Pág. 1188
s.
11.LBT/PODER-D:
Alegoría de los viñadores homicidas. La viña es
Israel, pueblo elegido, designado como "viña del Señor" en los
profetas. El dueño es Dios, que envía a sus siervos, los profetas, y por fin,
el Hijo, Cristo. Los viñadores son los judíos que no aceptan a los profetas y
matan al Hijo fuera de la viña, fuera de Jerusalén. El pueblo nuevo al que se
entrega la viña son los paganos. La alegoría denuncia la infidelidad de Israel
y afirma la extensión del Reino a los paganos. A través de este mensaje,
resalta la acción providente de Dios. Como en la historia de José, hay que ver
y distinguir dos cosas: el mal que realizan los hombres desde la infidelidad, y
el bien que hace Dios a pesar de ese mal, y, -lo que es más importante- a
través de ese mal.
Este bien que Dios saca siempre no puede justificar
nunca el mal cometido por el hombre, ni tampoco era necesario aquel mal para
que Dios sacara este bien, pero, como este mal es acción libre de los hombres,
puede cometerse. Y, una vez cometido, la providencia de Dios consiste en que su
plan de bien y de salvación atraviesa ese mal y, a pesar de él, se cumple.
-Dios es impotente frente a la libertad de los
hombres.
El concepto que Jesús tiene del Padre va a
experimentar una maravillosa profundización de sentido. Jesús dice en su
oración del huerto que el Padre lo puede todo (/Mc/14/36: Abba, Padre! Todo es
posible para ti; aparta de mí este cáliz; pero no sea lo que yo quiero, sino lo
que quieras tú").
Ahora ve a descubrir que no, que el Padre no lo
puede todo en la historia, que no hay equivalencia entre "Padre" y
"Poder", porque el Padre no puede nada en la historia al margen o en
contra de la voluntad de los hombres, ni podrá evitar la muerte de su Hijo,
decidida ya por los responsables judíos, porque el modo de actuar de Dios Padre
en la historia es también en la "Kenosis", es decir, en el
impresionante silencio de quien ofrece continuamente la vida pero nunca la impone.
Esta es la trascendencia del Dios de Jesús, la del
amor, por el que es mayor que el "poder", precisamente siendo
impotente. Eso es lo que nos muestra el relato del silencio del Padre ante la
muerte del Hijo. Pero el mismo relato nos dice que ese silencio no es la última
palabra; lo será la resurrección: el rescate eficaz y definitivo de la vida. El
poder de Dios no se manifiesta en la muerte vengativa del asesino, sino en el
rescate del Hijo asesinado.
Para el que confía en Dios no hay callejón sin
salida. Pero no hay salida fácil en ningún callejón. A veces la
"salida" es saber morir en el callejón; una muerte que no es un
sin-sentido.
FE/FUERZA:La fe no es una fuerza con la que podamos evitar que se nos hundan las
cosas, sino una fuerza maravillosa para no hundirnos nosotros en las cosas que
se hunden.
Peor que le salieron las cosas a Cristo no le
pueden salir a nadie. Cristo, desde la hondura de su confianza en el Padre,
desde su seguridad en la certeza de que el amor del Padre no le puede fallar
aunque le falle todo, no dudó de que el Padre realizaría su plan de salvación a
través de su sufrimiento y de su muerte.
En la Eucaristía tenemos el sacramento de su muerte
y de su confianza en el Padre en medio de la muerte de esa esperanza en el amor
del Padre, que no se vio defraudada, sino cumplida en la resurrección.
12.- Envío de los profetas. Las relaciones entre
profetas y viña de Yahvé han sido una historia dramática: de intolerancia
recíproca. Los profetas no pueden tolerar las desviaciones del pueblo, la gente
y sus jefes no pueden sufrir a aquellos intrusos. Mt 23, 37: Hech 7, 52 Envío
del Hijo. Mc "querido", como había sido designado por el Padre en el
bautismo y transfiguración.
Heb 1, 1-2: J 1,11: vino a su casa. Reacción del
amo y destino de la viña ¿Qué hará el dueño de la viña? El paso de la viña a
otros cultivadores. Una verdadera sorpresa. Para la mentalidad hebrea el
castigo de Dios sobre el pueblo infiel es bastante "normal". Porque,
a pesar del castigo, Israel queda siempre como pueblo elegido. Lo que es
inconcebible es el "paso" de las promesas de Dios a otras gentes,
Dios volverá a Israel. No va jamás a otra parte.
13. - Poco antes de la pasión, el evangelista
Mateo hace resaltar, en una larga secuencia, la infidelidad del pueblo de la
alianza. Una concatenación, redaccionalmente artificiosa, de tres parábolas (la
de los dos hijos, vv 28-32; los viñadores, 33-46, y el banquete nupcial,
22,1-14) que simbolizan tres momentos centrales de la historia de salvación en
los cuales el pueblo elegido se ha mostrado infiel: el testimonio de Juan
Bautista, la venida de Cristo, la misión de los apóstoles.
Centro de la composición, en la segunda parábola:
la muerte del hijo. Transparencia que alegoriza la muerte de Jesús, el Mesías
Hijo de Dios. Comienza evocando un texto muy conocido del libro de Isaías (c.
5): el Cántico de la Viña. Imagen clásica del pueblo de Israel, simbolizado
frecuentemente por la ciudad de Jerusalén.
La rebelión de los viñadores significa la
infidelidad de los responsables, que se niegan a cumplir los compromisos de la
Alianza. Culmina con la pasión de Cristo, Hijo de Dios. Pasión que, por un
designio admirable, se transfigura en glorificación (v 42). La Alianza pasa a
otro pueblo (43). Es decir, a todos los pueblos de la tierra (Mt 28,19)
reunidos en Iglesia universal. Este drama del pueblo elegido lo vivían
dolorosamente las comunidades de Mateo, compuestas en buena parte de cristianos
provenientes del judaísmo. Pero, al redactar Mateo este capítulo, ya no se
dirigía a los responsables inmediatos de la muerte de Jesús. Sus palabras son
un aviso a las comunidades cristianas. A toda la Iglesia.
Llamados y elegidos del pueblo santo, no seáis
infieles. Condición para no serlo: dar frutos. El imperativo de «dar frutos» es
característico del Evangelio de Mateo. Habla de ello con frecuencia. Después de
inculcarlo en la segunda parte del sermón escatológico con diversas parábolas
(las lámparas encendidas, los talentos...) declarará en la visión del juicio
(25,31-46) que el fruto que Dios pide es el amor realizado en buenas obras con
los hermanos al servicio de Cristo. Rompe la alianza el que hace estéril el
tesoro de gracia que el amo ha confiado a su concreta capacidad de
administrarlo. La parábola nos interpela a todos: sed fieles en dar los frutos
a su tiempo (v 41).
I. GOMA - LA BIBLIA DIA A DIA
Comentario exegético a las lecturas de la Liturgia de las Horas Ediciones - CRISTIANDAD.MADRID-1981.Pág. 897 s.