jueves, 29 de octubre de 2020

LECTURASY COMENTARIO DOMINGO XXXI T.O. CICLO A - TODOS LOS SANTOS- 1 NOVIEMBRE 2020

DÍA DE TODOS LOS SANTOS

 


 

COMENTARIO

 

La Iglesia nos pide dar una mirada al cielo, que es nuestra futura patria, para ver allí esa muchedumbre incontable de Santos, procedentes de Israel y de toda nación, pueblo y lengua, los cuales revestidos de blancas túnicas y con palmas en las manos, alaban sin cesar al Cordero sin mancha. Cristo, la Virgen, los nueve coros de ángeles, los Apóstoles y Profetas, los Mártires con su propia sangre purpurados, los Confesores, radiantes con sus blancos vestidos, y los castos coros de Vírgenes forman ese majestuoso cortejo, integrado por todos cuantos acá en la tierra se desasieron de los bienes caducos y fueron mansos, mortificados, justicieros, misericordiosos, puros, pacíficos y perseguidos por Cristo. Entre esos millones de Justos a quienes hoy honramos y que fueron sencillos fieles de Jesús en la tierra, están muchos de los nuestros, parientes, amigos, miembros de nuestra familia parroquial, a los cuales van hoy dirigidos nuestros cultos. Ellos adoran ya al Rey de reyes y Corona de todos los Santos y seguramente nos alcanzarán abundantes misericordias de lo alto. 

Esta fiesta común ha de ser también la nuestra algún día, ya que por desgracia son muy contados los que tienen grandes ambiciones de ser santos, y de amontonar muchos tesoros en el cielo. Alegrémonos, pues, en el Señor, y al considerarnos todavía bogando en el mar revuelto, tendamos los brazos, llamemos a voces a los que vemos gozar ya de la tranquilidad del puerto, sin exposición a mareos ni tempestades. Ellos sabrán compadecerse de nosotros, habiendo pasado por  más recias luchas y penalidades que las nuestras. Muy necios seríamos si pretendiéramos subir al cielo por otro camino que el que nos dejó allanado Cristo Jesús y sus Santos.

La Iglesia Católica ha llamado "santos" a aquellos que se han dedicado a tratar de que su propia vida le sea lo más agradable posible a Nuestro Señor. Hay unos que han sido "canonizados", o sea declarados oficialmente santos por el Papa, porque por su intercesión se han conseguido admirables milagros, y porque después de haber examinado minuciosamente sus escritos y de haber hecho una cuidadosa investigación e interrogatorio a los testigos que lo acompañaron en su vida, se ha llegado a la conclusión de que practicaron las virtudes en grado heroico. Se necesita toda una serie de trámites rigurosos. Los santos "canonizados" oficialmente por la Iglesia Católica son varios millares.

Pero existe una inmensa cantidad de santos no canonizados, pero que ya están gozando de Dios en el cielo. A ellos especialmente está dedicada esta fiesta de hoy. La Sagrada Escritura afirma que al Cordero de Dios lo sigue una multitud incontable. En el cielo están los “los angelitos” (los no nacidos por muerte natural, abortados o muertos en su infancia), San Chofer de colectivo, Santa Lavandera de ropa, San Mensajero, Santa Secretaria, Santa Madre de familia y San Gerente de Empresa. San Obrero de construcción y San Agricultor. San Colegial y Santa Estudiante. Santa Viuda, Santa Solterona, Santa Niña y Santa Anciana. San Sacerdote, San Obispo, San Pontífice, San Limosnero, San Celador, Santa Cocinera, San inquilino, San Periodista, San Médico, San Millonario, San Pobre, San Joven, San Viejito, San Desempleado y muchos más que amaron a Dios y cumplieron sus deberes de cada día.

Señor Jesús: que cada uno de nosotros logremos formar también parte un día en el cielo para siempre del número de tus santos, de los que te alabaremos y te amaremos por los siglos de los siglos. Amén. Esta es la voluntad de Dios: Que lleguemos a la santidad.

R.P. Roland Vicente Castro Juárez

 

 

ANTIFONA DE ENTRADA    

Alegrémonos Todos en el Señor al celebrar este día de fiesta en honor de todos los santos. Los ángeles se alegran de esta solemnidad y alaban a una al Hijo de Dios.

 

ORACION COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que nos has otorgado venerar en una misma celebración los méritos de todos los santos, concédenos, por esta multitud de intercesores, la deseada abundancia de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Apocalipsis 7, 2-4. 9-14

Yo, Juan, vi a otro ángel que subía del oriente llevando el sello del Dios vivo. Gritó con voz potente a los cuatro ángeles encargados de dañar a la tierra y al mar, diciéndoles: «No dañen a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos en la frente a los siervos de nuestro Dios.».

Oí también el número de los marcados, ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de Israel.

Después de esto apareció en la visión una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritaban con voz potente: «¡La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!».

Y todos los ángeles que estaban alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro vivientes cayeron rostro a tierra ante el trono, y rindieron homenaje a Dios, diciendo: “Amén”.

La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén.».

Y uno de los ancianos me dijo: «Ésos que están vestidos con vestiduras blancas ¿quiénes son y de dónde han venido?».

Yo le respondí: «Señor mío, tú lo sabrás.».

Él me respondió: «Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero.».

 

SALMO RESPONSORIAL (23)

 

Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor.

 

Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes: él la fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos. R.

 

¿Quién puede subir al monte del Señor?. ¿Quién puede estar en el recinto sacro?.  El hombre de manos inocentes y puro corazón, que no confía en los ídolos. R.

 

Ése recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación. Éste es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.

 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 1-3

Queridos hermanos: Miren qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!.

El mundo no nos conoce porque no le conoció a él.

Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.

Todo el que tiene esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.

 

ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO   Mt 11, 28.                                              

Aleluya. Vengan a mi todos los que están cansados y agobiados, y yo los aliviare, dice el Señor. Aleluya.

 

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 1-12a

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: «Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados.

Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.

Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.

Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios.

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo,».

 

PLEGARIA UNIVERSAL

Recordando el admirable testimonio de los santos y sintiéndonos llamados a esta meta sublime, presentemos al Padre nuestras suplicas.

 

1.- Por el Papa, los obispos y sacerdotes para que continúen  alimentando con amor el anhelo de santidad que el Espíritu Santo ha sembrado en el corazón de cada creyente. Oremos.

 

2.- Por nuestras comunidades, para que con constancia y alegría nos ayudemos recíprocamente a vivir, con el Espíritu de las bienaventuranzas, el dolor y las inseguridades que todos padecemos en este tiempo de prueba. Oremos.

 

3.- Por nuestros gobernantes y líderes políticos: para  que el amor a la patria les anime a unir esfuerzos para cuidar y proteger la vida de todos, con atención particular a los más débiles. Oremos.

 

4.- Por los científicos y profesionales de la salud. Para que sostenidos por el apoyo del gobierno y la colaboración de cada ciudadano, puedan seguir buscando con ahínco las soluciones que Dios nos tiene reservadas para este momento. Oremos.

 

5.- Por todos nosotros unidos en torno al Señor. Para que siendo dóciles al Espíritu Santo no nos cansemos de combatir el propio egoísmo y expresar con hechos concretos de hermandad el amor  que el Espíritu Santo deposita en nuestro corazón. Oremos.

 

Escucha, Padre bueno, las oraciones que te hemos dirigido con el deseo de reflejar en nuestra vida el espíritu de las bienaventuranzas proclamadas por Jesús. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Sean agradables a tus ojos, Señor, los dones que te ofrecemos en honor de todos los santos, y haz que sintamos interceder por nuestra salvación a los que creemos ya seguros en la vida eterna. Por Jesucristo nuestros Señor.

 

ANTIFONA DE COMUNION     Mt 5, 8-10.

Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados  los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

 

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Te adoramos y admiramos oh, Dios, el solo Santo entre todos los santos, e imploramos tu gracia para que, realizando nuestra santidad en la plenitud de tu amor, pasemos de esta mesa de los que peregrinamos al banquete de la patria celestial. Por Jesucristo nuestro Señor.

 

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

 

Lunes 02: Conmemoración de todos los fieles Difuntos Jb 19, 1.23-27ª; Sal 24; Flp 3, 20-21; Mc 15, 33-39; 16, 1-6.

Martes 03: San Martin de Porres, religioso (S) Is 58, 6-11; Sal 1; 1Co 12, 31—13, 13; Mt 11, 25-30.

Miércoles 04: San Carlos Borromeo, Obispo (MO) Flp 2, 12-18; Sal 26,  Lc 14, 25-33.

Jueves 05: Flp 3, 3-8a; Sal 104, Lc 15, 1-10.

Viernes 06: Flp 3, 17—4, 1; Sal 12; Lc 16, 1-8.

Sábado 07: Flp 4, 10-19; Sal 111;Lc 16, 9-15

Domingo 08: Sb 6, 12-16; Sal 62; Tes 4, 13-17; Mt 25, 01-13

 

LECTURAS PARA EXEQUIAS

TEXTOS EVANGÉLICOS

Mt 05. 01-12a

Mc 15. 33-39. 16. 01-06

 

7ª.: Lc/07/11-17

7-1. VE/RS 
Delante de un sufrimiento te emocionas, te compadeces. En este  momento quiero contemplar la emoción que embarga tu corazón; y  quiero escuchar las palabras que dices a esa madre: "¡No llores!". 

Delante de todos los muertos de la tierra tienes siempre los mismos  sentimientos; y tu intención es siempre la misma: quieres resucitarles a  todos... quieres suprimir todas las lágrimas (Ap 21. 4) porque tu opción  es la vida, porque eres el Dios de los vivos y no el de los muertos.

Yo avanzo, lo sé, hacia mi propia muerte. Pero creo en tu promesa:  creo que mi muerte no sera el último acto sino el penúltimo. Antes de acusar a Dios, como se oye tan a menudo -"¡Si existiera  Dios, no tendríamos todas esas desgracias!"- se debería comenzar por  no parar la historia humana con esa penúltimo acto. El proyecto final  de Dios es la "vida eterna". Pero hay que creer en ella.

"Jesús dijo: Muchacho...levántate..." Es muy importante caer en la  cuenta de que ese tipo de resurrección, por muy notable que sea como  signo, no nos muestra más que una pequeña parte de las posibilidades  de Jesús y de su mensaje real sobre la resurrección: ciertamente aquí  Jesús reanima a un muchacho, pero no es más que una recuperación  temporal de la vida -¡ese muchacho volverá a morir cuando sea!-;  Jesús, por su propia resurrección nos revelará otro tipo de VIDA  RESUCITADA: una vida nunca más sometida a la muerte, un modo de  vida completamente nuevo que sobrepasa todos los marcos humanos. 

NOEL – QUESSON - PALABRA DE DIOS PARA CADA DIA 2 - EVANG. DE PENTECOSTES A ADVIENTO - EDIT. CLARET/BARCELONA 1983./Pág. 178

 

10-1. VE/MU 
DON DEL PADRE QUE NOS CREO PORQUE NOS AMA.

El bellísimo evangelio de Lc, presenta los tres pasos: la muerte del  Justo -el Hijo- en manos del Padre, la sepultura y el anuncio de la  resurrección: "Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está  aquí". Jesús es "el que vive", es decir, el Viviente por excelencia. ¿No  podríamos

decir a los que van al cementerio: "Vuestros parientes y  amigos no están en los nichos: ellos viven, están con el que vive"?

...................

La vida plena responde a las aspiraciones más profundas del  corazón humano (¡cuántas cosas hacemos para alargar la vida, para  luchar contra la enfermedad y la muerte!). Pero la experiencia  constante es que, más pronto o más tarde, todos morimos, porque  somos hijos de esta tierra, perecederos ("por Adán murieron todos").  Jesús, también. Las mujeres van al sepulcro como nosotros al  cementerio y allí escuchan unas palabras bien extrañas: "¿Por qué  buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí". Este anuncio no  nace de la tierra, no puede nacer de ella; viene de lo alto: Lucas dice  que lo anuncian "dos hombres con vestidos refulgentes". Jesús es "el  que vive"; es decir, el Viviente. No debemos buscarle entre los muertos,  sino con el Padre. Y si sufrió la muerte, fue para vencer la muerte y  arrancarle su dominio sobre los hombres.

-El Hijo.-Judíos y romanos, autoridad civil y religiosa, se habían  puesto de acuerdo para arrancarle la vida, para quitarlo de la luz y  hacerlo callar definitivamente. En este instante supremo, "Jesús gritó  con fuerza: Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu. Y dicho esto,  expiró". ¡Acto supremo de fe y de esperanza confiadas!: Jesús sabe  que está en manos del Padre y se abandona en ellas, como a lo largo  de su vida sabía y se había abandonado. Porque fue el Hijo y se  comportó como tal, en los momentos claros y en los oscuros, en los de  gozo y en los de abatimiento. Jesús es ahora el Viviente, el que ha  vencido la muerte y vive con el Padre.

-Los cristianos.-"Mirad que amor nos ha tenido el Padre para  llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!" El camino del Hijo es el  camino de los hijos; avanzamos hacia el triunfo de Jesús; cuando  celebramos su victoria anunciamos la nuestra. Nuestra vida no se  agota en lo que vemos y tocamos, en lo que podemos darnos unos a  otros: como Jesús, hemos nacido de Dios y a Dios retornamos, nuestro  aliento está en manos del Padre. Tal es la promesa hecha a "los  cristianos", a los que viven como él vivió.

La muerte no es para el cristiano la nada y la destrucción: si rompe  unos lazos, quedan otros, y tanto si vivimos como si morimos estamos  siempre en las mismas manos: las del Padre.

-Dios todo en todo.-El hombre fue hecho para la vida, no para la  muerte: para que Dios sea todo en todos. Los cipreses de nuestros  cementerios hunden sus raíces en el suelo, pero señalan a lo alto.  También nosotros, hijos de la tierra, apuntamos a lo alto.

Que este deseo sea realidad no es, con todo, obra de nuestras  manos ni de nuestra inteligencia. Es don del Padre que nos creó  porque nos ama, que nos envió a su Hijo porque nos ama, que nos  hará florecer en plenitud de vida porque nos ama. La aventura de  nuestra vida desemboca en Dios.

J. TOTOSAUS - MISA DOMINICAL 1990, 20


 

10-2. MU/ACEPTACION.
La aceptación de la muerte, poniendo en manos de Dios lo que de él  hemos recibido (v.46), es la actuación suprema de nuestra libertad, el  acto más importante de la vida, en el que debemos hacer plena  realidad lo que durante la vida hemos ido tratando de realizar: el  despojo progresivo de nosotros mismos, siendo  seres-de-Dios-para-los-hombres.

Imitaremos a Cristo en su resurrección (24. 5-6) si le hemos imitado  antes, de la manera dicha, en su muerte, siguiéndole como verdaderos  discípulos de cerca y no de lejos. 

COMENTARIOS BIBLICOS-6.Pág. 503


 

10-3. - Texto.-La liturgia no nos ofrece hoy un texto continuado, sino una  selección de dos cuadros. El primero gira en torno a las palabras de  Jesús en la cruz: "Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu". Las  palabras son descritas por Lucas como un gran grito que resuena tras  tres largas horas de oscuridad (de doce a quince horas), coincidiendo  con la ruptura en dos de la cortina del templo que separaba el altar del  incienso del arca de la alianza. A las palabras sigue el comentario del  centurión, la reacción del arrepentimiento de la gente y la mención de  la presencia a distancia de conocidos y mujeres. Estas precisamente  van a ser las protagonistas del segundo cuadro, que gira en torno a las  palabras de dos hombres: "¿Por qué buscáis entre los muertos al que  está vivo?". De esta manera, las mujeres son el puente de unión de  ambos cuadros.

Comentario.-El sentido global del díptico es bien claro: a Jesús, a  quien las mujeres vieron morir, no hay que buscarlo entre los muertos  porque está vivo. Pero a poco que nos aproximemos al díptico en  seguida descubrimos datalles significativos.

Los rasgos del Jesús de Lucas no son los de alguien en quien el que  contempla el cuadro no se pueda reconocer. Son rasgos humanos,  perfectamente humanos. El que muere es un hombre justo, un hombre  religioso, abierto al Padre, confiado en él, poniéndose en sus manos  con sencillez, con espontaneidad. "Padre, a tus manos encomiendo mi  espíritu". En estas circunstancias no hay lugar para la muerte, sino  para la vida. "¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?"  Todos y cada uno somos llamados a este itinerario, a este programa  de vida-muerte-vida.

Descubrimos también que Lucas había comenzado su evangelio en  el altar del incienso ante la cortina que guardaba y ocultaba el arca,  sede de la presencia de Dios. Lucas rasga ahora esa cortina en medio  de un impresionante silencio (noche) al que sigue la gran voz del Hijo  poniéndose en manos del Padre. Así, en esta actitud, Jesús es el  templo y morada de Dios. No sólo para los judíos (templo de  Jerusalén), sino para todas las gentes (centurión romano). Así, en esta  actitud, Jesús es fuente de perdón y de reconciliación (muchedumbre  dándose golpes de pecho).

ALBERTO BENITO - DABAR 1986, 54


18-1: En la casa de mi Padre hay muchas estancias. El evangelio de hoy tiene en cuenta una imagen común entre los  judíos de aquel tiempo y que describía el cielo como un lugar de  muchas estancias pero le da un nuevo sentido al relacionar estas  estancias con la casa del Padre. Así, los discípulos todos de Jesús  tienen abierto el acceso a la casa del Padre gracias a la obra de su  Hijo (cf. 4,34; 5,19-40; 17,4). El lugar preparado no es tanto un espacio  como una existencia con Jesús en el Padre.

Después de la invitación a creer en Dios y en Jesús a la vez, se nos  presenta el doble horizonte de nuestra fe: la situación actual de  comunión con Jesús y con el Padre (involucrados en el servicio de  Jesús: 13,8; 14,3; cf. lJn 1,3) y la situación futura con Jesús  (involucrados en su resurrección) en la casa de su Padre. Ahora bien,  a fin de tomar parte en la comunión divina es necesario tomar el  camino correcto. La imagen bíblica del camino señala el norte de una  existencia o de una opción fundamentada en Dios: Seguid el camino  que os señala el Señor vuestro Dios: así seréis felices y tendréis larga  vida en el país que poseeréis (Dt 5,33).

La pregunta-malentendido de Tomás sirve para recordar que si  creemos que Jesús es la Verdad y la Vida, seguro que hallaremos el  camino que conduce al Padre, a quien Jesús vuelve y con quien ya  está. La fe en Jesús nos permite gustar ya ahora y aquí, la comunión  con él y con el Padre, y nos prepara a la vez para el momento en que  esta comunión será plena y definitiva. Quien quiere tomar el camino  que conduce a la casa del Padre ha de seguir a Jesús. El salmo 43,3  ha dicho que sólo la luz y la verdad llevan al lugar donde Dios reside.  Jesús es la luz (6,12; 9,5) y la verdad (8,32; 18,37-38) que nos guía.

En definitiva, Jesús es el camino hoy y siempre, porque es la verdad  y la vida ya que los que creen en él como el Hombre (19,5) que revela  al Padre, reciben el don de la vida para siempre (3,16). Los creyentes  ya ahora recibimos este don, porque ya lo gustamos por la fe, sobre  todo en la Eucaristía, y lo recibiremos, en plenitud y para siempre al  final de los tiempos, cuando ya estemos acostumbrados a base de  tanto pregustarlo. El evangelista, no obstante, deja bien claro que la  iniciativa es siempre de Jesús: Jesús da siempre el primer y el último  paso (13,8; 14,3).

 JAUME FONTBONA - MISA DOMINICAL 1999, 14 16

 

 

LOS FIELES DIFUNTOS

 

1° LECTURA: Job 19, 1. 23‑27ª: Yo sé que está vivo mí Vengador

SALMO: Sal 24: A ti, Señor, levanto mi alma.

2 LECTURA: Flp 3, 20‑21. Transformará nuestra condición humilde, según el modelo de su condición gloriosa

EVANGELIO: Mc 15, 33‑39; 16, 1‑6. Jesús, dando un fuerte grito, expiró

 

Las tres Iglesias: Se llama Iglesia a la asociación de los que creen en Jesucristo. La Iglesia se divide en tres grupos. Iglesia triunfante: los que ya se salvaron y están en el cielo (los que festejamos ayer). Iglesia militante: los que estamos en la tierra luchando por hacer el bien y evitar el mal.  Iglesia sufriente: los que están en el purgatorio purificándose de sus pecados, de las manchas que afean su alma.

El Catecismo de la Iglesia Católica, publicado por el Papa Juan Pablo II en 1992, es un texto de máxima autoridad para todos los católicos del mundo y dice cinco cosas acerca del Purgatorio:

1ª. Los que mueren en gracia y amistad de Dios pero no perfectamente purificados, sufren después de su muerte una purificación, para obtener la completa hermosura de su alma (1030).

2ª. La Iglesia llama Purgatorio a esa purificación, y ha hablado de ella en el Concilio de Florencia y en el Concilio de Trento. La Iglesia para hablar de que será como un fuego purificador, se basa en aquella frase de San Pablo que dice: "La obra de cada uno quedará al descubierto, el día en que pasen por fuego. Las obras que cada cual ha hecho se probarán en el fuego". (1Cor. 3, 14).

3ª. La práctica de orar por los difuntos es sumamente antigua. El libro 2º. de los Macabeos en la S. Biblia dice: "Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos, para que quedaran libres de sus pecados" (2Mac. 12, 46).

4ª. La Iglesia desde los primeros siglos ha tenido la costumbre de orar por los difuntos (Cuenta San Agustín que su madre Santa Mónica lo único que les pidió al morir fue esto: "No se olviden de ofrecer oraciones por mi alma").

5ª. San Gregorio Magno afirma: "Si Jesucristo dijo que hay faltas que no serán perdonadas ni en este mundo ni en el otro, es señal de que hay faltas que sí son perdonadas en el otro mundo. Para que Dios perdone a los difuntos las faltas veniales que tenían sin perdonar en el momento de su muerte, para eso ofrecemos misas, oraciones y limosnas por su eterno descanso".

De San Gregorio se narran dos hechos interesantes. El primero, que él ofreció 30 misas por el alma de un difunto, y después el muerto se le apareció en sueños a darle las gracias porque por esas misas había logrado salir del purgatorio. Y el segundo, que un día estando celebrando la Misa, elevó San Gregorio la Santa Hostia y se quedó con ella en lo alto por mucho tiempo. Sus ayudantes le preguntaron después por qué se había quedado tanto tiempo con la hostia elevada en sus manos, y les respondió: "Es que vi que mientras ofrecía la Santa Hostia a Dios, descansaban las benditas almas del purgatorio". Desde tiempos de San Gregorio (año 600) se ha popularizado mucho en la Iglesia Católica la costumbre de ofrecer misas por el descanso de las benditas almas.

La respuesta de San Agustín: a este gran Santo le preguntó uno: "¿Cuánto rezarán por mí cuando yo me haya muerto?", y él le respondió: "Eso depende de cuánto rezas tú por los difuntos. Porque el evangelio dice que la medida que cada uno emplea para dar a los demás, esa medida se empleará para darle a él". ¿Vamos a rezar más por los difuntos? ¿Vamos a ofrecer por ellos misas, comuniones, ayudas a los pobres y otras buenas obras? Los muertos nunca jamás vienen a espantar a nadie, pero sí rezan y obtienen favores a favor de los que rezan por ellos.

R.P. Roland Vicente Castro Juárez