viernes, 31 de enero de 2025

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO PRESENTACION DEL SEÑOR CICLO C - 2 FEBRERO 2025

MARIA MADRE


 COMENTARIO

  

Cuarto misterio gozoso del santo rosario: Jesús es presentado en el templo por sus padres que obedecen a la ley. ¡Cinco veces evoca Lucas la ley!

Cuando llegó el día fijado por la ley, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén. Lo llevaron, y el anciano Simeón lo tomó en brazos. Con un niño de cuarenta días se hace lo que se quiere: la encarnación llegó hasta eso. Lo inaudito de navidad se diluye en lo más ordinario. A veces soñamos con salir de nuestra vida modesta para vivir algo extraordinario, y esta escena nos presenta a una joven pareja de obreros que obedecen vulgarmente a la ley.

Pero estos tres corazones son tan extraordinarios que pueden vivir humildemente una ventura extraordinaria: la salvación del mundo empieza a jugarse allí. Ante la sagrada familia podemos pensar en nuestra propia existencia familiar con un poco más de calor; depende menos de nuestra situación y de los que de nuestro propio corazón.

Ellos obedecen. La fiesta de hoy celebra la obediencia. María y José obedecen a la ley para comulgar con Dios. Hoy nos cuesta obedecer. ¿Qué es lo que harán mañana si no saben escuchar a Dios y escuchar a los jefes en cualquier trabajo y en cualquier grupo? Desde luego, hay momentos en que hay que saber decir que no, pero nuestra vida está tejida de ordinario por esos que pueden ser tan sencillos y tan felices como los síes de María y de José.  De pronto, el misterio gozoso se nubla de tristeza: Una espada, le dice Simeón a María, te traspasará el corazón. ¿Qué espada? Lo vemos en lo que precede: Tu hijo va a dividir.

No es ésa la salvación que viene a traer Jesús; cada uno tendrá que decidirse, será una salvación en contra: esto es lo que desgarrará el corazón de María. Habrá otra espada: el horrible sufrimiento que la atormentará al pie de la cruz. Sin embargo, ella estará en pie, fuerte. Todos los padres pueden decirle a María, madre, que les ayude a vivir en los momentos terribles.

Una sola frase lanza ahora el proyecto sobre la vida de Jesús hasta los doce años, cuando volveremos a encontrarlo en el templo: El niño iba creciendo y robusteciéndose y adelantaba en saber; y el favor de Dios lo acompañaba. En la casita de Nazaret va creciendo entre la cocina de la madre y el taller del padre. De nuevo el misterio de lo inaudito en la más total simplicidad oculta y silenciosa. Pero si lo comparamos con los que dice Lucas sobre la infancia de Juan bautista, vemos todo el abismo. También Juan crecía y la a mano de Dios estaba sobre él. Jesús crecía en sabiduría: una expresión para señalar su vínculo con el Espíritu: Jesús es sabiduría. Y más que la mano del Señor, sobre él está toda la gracia, todo el favor del Padre. Que esto no nos mueva a rechazar más o menos conscientemente el misterio y la ley de la encarnación: como todas las madres, María tiene que enseñarle muchas cosas a su pequeño. Seguramente más con su comportamiento que con sus palabras, porque María es una madre silenciosa y eficaz. Más tarde, el hombre de treinta años que nos llenará de admiración mostrará unos sentimientos y unos gestos que le vienen de su madre. Pensando en ello es como los padres y las madres de hoy le pedirán a María, madre, que les dé esa finura de amor por la que sepan despertar en sus hijos todo lo que en ellos duerme de personal y de ilusión del mañana.

R.P. Roland Vicente Castro Juárez

 

ANTIFONA DE ENTRADA Sal 47, 10-11

Oh, Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo: como tu Nombre, oh, Dios, tu alabanza llega al confín de la tierra. Tu diestra está llena de justicia.

 

ORACION COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, rogamos humildemente a tu majestad que, así como tu Hijo Unigénito ha sido presentado hoy en el templo en la realidad de nuestra carne, nos concedas, de igual modo, ser presentados ante ti con el alma limpia. Por nuestro Señor,

 

PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Malaquías 3,1-4

Esto dice el Señor Dios: «Voy a enviar a mi mensajero para que prepare el camino ante mí. De repente llegará a su santuario el Señor a quien ustedes andan buscando; y el mensajero de la alianza en quien los regocijan, miren que está llegando, dice el Señor del universo. ¿Quién resistirá el día de su llegada? ¿Quién se mantendrá en pie ante su mirada? Pues es como fuego de fundidor, como lejía de lavandero. Se sentará como fundidor que refina la plata; refinará a los levitas y los acrisolará como oro y plata, y el Señor recibirá ofrenda y oblación justas. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en tiempos pasados, como antaño».

 

SALMO RESPONSORIAL (Sal 23)

 

El Señor, Dios del universo, Él es el Rey de la gloria.

 

¡Portones!, alcen los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la gloria. R.

 

¿Quién es ese Rey de la gloria? El Señor, héroe valeroso; el Señor valeroso en la batalla. R.

 

¡Portones!, alcen los dinteles, que se alcen las puertas eternales: va a entrar el Rey de la gloria. R.

 

¿Quién es ese Rey de la gloria? El Señor, Dios del universo, Él es el Rey de la gloria. R.

 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos 2, 14-18

Lo mismo que los hijos participan de la carne y de la sangre, así también participó Jesús de nuestra carne y sangre, para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al diablo, y liberar a cuantos, por miedo a la muerte, pasaban la vida entera como esclavos. Noten que tiende una mano a los hijos de Abrahán, no a los ángeles. Por eso tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote misericordioso y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiar los pecados del pueblo. Pues, por el hecho de haber padecido sufriendo la tentación, puede auxiliar a los que son tentados.

 

ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO Lc 2, 32

Aleluya. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Aleluya.

 

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 22-40

{Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones». Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con Él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».}

Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción -y a ti misma una espada te traspasará el alma-, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones». Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su Ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con El.

 

PLEGARIA UNIVERSAL

Que nuestra oración, hermanos (as), se eleve a Dios Padre todopoderoso, por el bien de toda la humanidad a la que Cristo ha venido a lluminar con su presencia y a salvar por medio de la Iglesia.

 

1.-  Por la Iglesia de Dios: para que, por la vida de sus fieles y el ministerio de sus sacerdotes, haga brillar ante los hombres la luz de Cristo, Salvador de las naciones. Roguemos al Señor.

 

2.- Por nuestros gobernantes: para que su labor sea siempre de servicio, de justicia y de paz. Roguemos al Señor.

 

3.- Por los enfermos y todos los que sufren: para que perseveren de la llamada de atención a la responsabilidad de todos. Roguemos al Señor.

 

4.- Por nosotros mismos, los aquí reunidos, y por todos los miembros de nuestra parroquia: para que la manifestación del Señor en la carne sea causa de edificación y vida, y no ocasión de caída y escándalo. Roguemos al Señor

 

Dios todopoderoso y eterno, que recibiste hoy en templo a tu Unigénito, que se ofrecía por nosotros: pedimos humildemente que escuches nuestras oración Por Jesucristo nuestro Señor.

 

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Te pedimos, Señor, que te sean gratos los dones presentados por la Iglesia exultante de gozo, pues has querido que tu Hijo Unigénito se ofreciera como Cordero inocente por la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

ANTIFONA DE COMUNION Lc 2, 30-31

Mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos.

 

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Por estos dones santos que hemos recibido, llénanos de tu gracia, Señor, tú que has colmado plenamente el anhelo expectante de Simeón y, así como él no vio la muerte sin haber merecido acoger antes a Cristo, concédenos alcanzar la vida eterna a quienes caminamos al encuentro del Señor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 03: Hb 11, 32-40; Sal 30, 20.21.22.23.24; Mc 5, 1-20

Martes 04: Hb 12, 1-4; Sal 21, 26b-27. 28 y 30. 31-32; Mc 5, 21-43

Miércoles 05: Hb 12, 4-7.11-15; Sal 102; 1-2.13-14.17-18ª; Mc 6, 1-6.

Jueves 06: Hb 12, 18-19. 21-24; Sal 47, 2-3ab.3cd-4ª. 9.10-11; Mc 6, 7-13.

Viernes 07: Hb 13, 1-8; Sal 26, 1.3.5.8b-9abc; Mc 6, 14-29

Sábado 08: Hb 13, 15-17.20-21; Sal 22, 1-3ª.3b-4.5.6; Mc 6, 30-34.

Domingo 09: Is 6, 1-2ª. 3-8; Sal 137, 1-2ª. 2bc-3.4-5.7c-8; 1Co 15, 1-11; Lc 5, 1-11

 

 

COMENTARIOS AL EVANGELIO

Lc 2, 22-40

 

1. J/PROGRESO-HM  

VV. 39-40:

La lección de estos vv. sobre la vida oculta de Jesús es muy importante. Aun cuando sea Dios, Jesús sigue las leyes naturales del crecimiento humano, tanto en el plano físico como en el de la sabiduría y del conocimiento. Pasando por la infancia, la pubertad, la adolescencia, vive su misión en una extraordinaria kenosis. Aun siendo Hijo de Dios, como lo es, acepta el no conocer sino progresivamente la orientación de su vida y el no descubrir la voluntad de su Padre sino a través del plano de relación y de educación que le ofrece un medio familiar y pueblerino determinado, de donde "no podía salir nada bueno" (Jn 1, 46). Ha juzgado de las cosas y de las personas conforme a las formas habituales de una inteligencia en formación; ha renunciado a conocer lo que un hombre medio no puede llegar a conocer (Mt/24/36); ha realizado su fidelidad al Padre exclusivamente a través de una fidelidad absoluta a su condición humana, frágil y limitada. Pero a través de su conciencia de niño, todavía balbuciente, y hasta su conciencia de mortal, absolutamente asustada, Jesús ha inscrito realmente en su vida de hombre la Palabra del Padre, y, por primera vez, se ha establecido una adecuación todo lo total que es posible entre una voluntad de hombre y la voluntad de Dios.

MAERTENS-FRISQUE - NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA I - MAROVA MADRID 1969.Pág. 217


 

2.- Así como para la figura de Juan Lc hace verdadero hincapié en la circuncisión e imposición del nombre (1, 57-56), para Jesús se hace más fuerza en la pobreza del nacimiento y en el hecho de la presentación según la ley. Nos encontramos en este relato con la figura de un niño indefenso e inconsciente, abandonado en manos de sus padres, que lo traen y lo llevan presentándolo a Dios (2, 22. 27) y sometiéndolo al cumplimiento de la ley (2, 23. 24).

Este Jesús que tan pronto ha comenzado a aceptar las instituciones familiares y sociales, será el mismo que relativizará la familia y la sociedad en función del reino (cf Mc. 3, 35). Simeón da al niño una caracterización basándose en títulos del II Isaías: "salvación de Dios" (cf Is 40,5), "luz para alumbrar a las naciones" (cf Is 42, 6), "gloria de Israel" (cf Is 46,13).

Siguiendo el contexto isaiano diremos que tenemos aquí el primer anuncio del universalismo de la misión de Jesús. A ese ancho marco que es el mundo y la vida toda supeditará Jesús toda institución, aun la más querida: la familia. Sin embargo, es en ella donde él fue encontrando el camino de su encarnación concreta.

Jesús será un signo de contradicción (cf Is 65,2). Jesús es un salvador para todos. Pero por un desconocido misterio del mal y del duro corazón del hombre, lo que estaba destinado a la salvación se ha convertido para algunos en mensaje de muerte.

Este será el trasfondo de toda la tragedia de Jesús. Esto es lo que a él mismo le costaba entender (Lc 4,16s). Cuando el creyente vive su mensaje en una intensidad fuerte, puede hacer surgir la contradicción hasta en el seno de su propia familia. En esos momentos de incertidumbre es donde se calibra y mide la actitud que uno tiene ante el reino. Es preciso optar con decisión.

Jesús comienza un proceso de acercamiento a Dios que ya no se extinguirá hasta la consumación de la resurrección. Este crecer de Jesús es la obra del Padre en el amor del Hijo. Nuestro esfuerzo, cualquier trabajo pequeño o grande de nuestra vida, debe encaminarse a la construcción en nosotros de esta vida de cara a Dios. Jesús fue haciendo este camino, como primera etapa, en el seno de una sencilla familia de pueblo.

EUCARISTÍA 1978, 61


 

3.- Entre la inmensa muchedumbre que ha acudido al templo, Jesús pasa inadvertido. Los sacerdotes, demasiado ocupados con los ritos que deben realizar, no advierten nada especial. María y José se confunden con la gente de tal manera que Dios puede acudir de incógnito a la cita. Pero un anciano y una anciana esperan discretamente en oración: esperan al Mesías, y esperan con la paciencia infinita de las personas ancianas, a las que nada puede desanimar. Por eso sus ojos medio cerrados reconocieron al Señor. Salieron a su encuentro.

Siempre que Cristo acude a un encuentro, a una cita con nosotros, lo hace sin estruendo. Hoy acude pequeñín, como un recién nacido. Mañana acudirá discreto, como un amigo que llama a la puerta. Al atardecer, mendigará nuestra mirada, cuando lo expongan desnudo en una cruz. Y una vez resucitado, viene de nuevo, se aparece, pero nuestras manos no pueden retenerlo: apenas lo hemos reconocido, y ya ha desaparecido.

DIOS CADA DIA - SIGUIENDO EL LECCIONARIO FERIAL -ADVIENTO-NAVIDAD Y SANTORAL - SAL TERRAE/SANTANDER 1989.Pág. 90


 

4.- /Lc/02/36-40   J/KENOSIS

Vida oculta de Cristo en Nazareth. La lección de estos dos versículos es importante: por muy Dios que sea, Cristo sigue las leyes naturales del crecimiento humano, tanto en el plano físico como en el plano de la sabiduría. Con la aceptación de comenzar su vida de hombre por el nacimiento, la infancia, la pubertad, la adolescencia, Cristo ha aceptado su misión divina en una Kenosis extraordinaria. Aceptando ese género de crecimiento, ha aceptado el no conocer sino progresivamente la orientación de su vida, las circunstancias de que estará tejida. Ha aceptado el no conocer la voluntad de su Padre, sino a través del medio familiar "de donde no podía salir nada bueno" (Jn 1, 46), los mil y un acontecimientos de la vida (Mt 26, 42). Y sobre las cosas y los hombres no ha aplicado más que los juicios habituales de una inteligencia en desarrollo. Se ha negado a conocer lo que un hombre medio no puede conocer (Mt 24, 36). Ha aceptado el no realizar su fidelidad al Padre, sino a través de una fidelidad absoluta a la fragilidad y a las limitaciones de la condición humana.

MAERTENS-FRISQUE - NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA I - MAROVA MADRID 1969.Pág. 247


 

5.- El evangelio de la infancia de san Lucas (cap 1-2) comenzaba con la escena del anciano Zacarías en el templo (1, 5-22). Desde el templo, lugar de la presencia de Dios en medio de los suyos, se ha escuchado la palabra que dirige la historia hacia su meta (anunciación de Juan). Hacia el templo, lugar de plenitud del pueblo de Israel, se ha dirigido la historia de la infancia. De la infancia de Jesús en ese templo trata nuestro texto (2, 22-38). Sus elementos fundamentales son los siguientes: a) Presentación (2,22-24); b)revelación de Simeón (2, 25-35); c) testimonio de Ana (2, 36-38) y d) vuelta a Nazaret (2, 39-40).

En el fondo de la escena de la presentación (2, 22-24) está la vieja ley judía según la cual todo primogénito es sagrado y, por lo tanto, ha de entregarse a Dios o ser sacrificado. Como el sacrificio humano estaba prohibido, la ley obligaba a realizar un cambio de manera que, en lugar del niño, se ofreciera un animal puro (cordero, palomas) (cfr. Ex 13 y Lev 12). Parece probable que al redactar la escena Lucas esté pensando que Jesús, primogénito de María, es primogénito de Dios. Por eso, junto a la sustitución del sacrificio (se ofrecen dos palomas) se resalta el hecho de que Jesús ha sido "presentado al Señor", es decir, ofrecido solemnemente al Padre. El sentido de esta ofrenda se comprenderá solamente a la luz de la escena del calvario, donde Jesús ya no podrá ser sustituido y morirá como el auténtico primogénito que se entrega al Padre para salvación de los hombres. Unido a todo esto Lucas ha citado sin entenderlo un dato de la vieja ley judía: la purificación de la mujer que ha dado a luz (cfr Lev 12). Para Israel, la mujer que daba a luz quedaba manchada y por eso tenía que realizar un rito de purificación antes de incorporarse a la vida externa de su pueblo. De esta concepción, de la que extrañamente han quedado vestigios en nuestro pueblo hasta tiempos muy recientes, parece que Lucas no ha tenido ya una idea clara; por eso en el texto original ha escrito "cuando llegó el tiempo de la purificación de ellos", refiriéndose también a José y a Jesús. La tradición litúrgica ha corregido el texto original de Lucas, refiriéndose sólo a la purificación de María, ajustándose de esa manera a la vieja ley judía.

El centro de nuestro pasaje lo constituye la revelación de Simeón (2, 25-35). Jesús ha sido ofrecido al Padre; el Padre responde enviando la fuerza de su Espíritu al anciano Simeón, que profetiza (2, 29-32.34-35). En sus palabras se descubre que el antiguo israel de la esperanza puede descansar tranquilo; su historia (representada en Simeón) no acaba en vano: ha visto al salvador y sabe que su meta es ahora el triunfo de la vida. En esa vida encuentran su sentido todos los que esperan porque Jesús no es sólo gloria del pueblo israelita, es el principio de luz y salvación para las gentes.

Tomadas en sí mismas, las palabras del himno del anciano (2. 29-32) son hermosas, sentimentalmente emotivas. Sin embargo, miradas en su hondura, son reflejo de un dolor y de una lucha. Por eso culminan en el destino de sufrimiento de María (2, 34-35).Desde el principio de su actividad, María aparece como signo de la Iglesia, que llevando en sí toda la gracia salvadora de Jesús se ha convertido en señal de división y enfrentamiento. La subida de Jesús al templo ha comenzado con un signo de sacrificio (2, 22-24); con signo de sacrificio continúan las palabras reveladoras de Simeón. Desde este comienzo de Jesús como signo de contradicción para Israel (u origen de dolor para María) se abre un arco de vida y experiencia que culminará sobre el Calvario y se extenderá después hacia la Iglesia.

Todo el que escucha las palabras de consuelo en que Jesús se muestra como luz y como gloria (2, 29-32) tienen que seguir hacia adelante y aceptarle en el camino de dureza, decisión y muerte; en ese caminar no irá jamás en solitario, le acompaña la fe y el sufrimiento de María.

Con las palabras de alabanza de Ana, que presenta a Jesús como redentor de Jerusalén (2, 36-38) y con la anotación de que crecía en Nazaret lleno de gracia (2, 39-40) se ha cerrado nuestro texto.

COMENTARIOS A LA BIBLIA LITURGICA NT - EDIC MAROVA/MADRID 1976.Pág. 1242 ss.


 

6.- En el fondo de la escena de la presentación está la vieja ley judía según la cual todo primogénito es sagrado -sea hombre o animal- es sagrado, pertenece a Dios, y por lo tanto ha de entregarse a Dios o ser sacrificado. Como el sacrificio humano estaba prohibido, la Ley obligaba a realizar un cambio de manera que en lugar del niño se ofreciera un animal puro.

Se resalta el hecho de que Jesús ha sido "presentado al Señor", es decir, ofrecido solemnemente al Padre. El sentido de esta ofrenda se comprenderá solamente a la luz de la escena del calvario, donde Jesús ya no podrá ser sustituido y morirá como el auténtico primogénito que se entrega al Padre para salvación de los hombres.

Jesús ha sido ofrecido al Padre y el Padre responde enviando la fuerza de su Espíritu al anciano Simeón, que profetiza. En sus palabras se descubre que el antiguo Israel de la esperanza puede descansar tranquillo; su historia -representada en Simeón- no acaba en vano, ha visto al Salvador y sabe que su meta es ahora el triunfo de la vida. En esa vida encuentran su sentido todos los que esperan, porque Jesús no es sólo gloria del pueblo israelita, es luz y salvación para todos los hombres.

Estas palabras del himno del anciano Simeón son hermosas, sentimentalmente emotivas. Sin embargo, miradas en su hondura, son reflejo de un dolor y de una lucha. Por eso culminan en el destino de sufrimiento de María.

Desde el principio de su actividad, María aparece como signo de la iglesia, que llevando en sí toda la gracia salvadora de Jesús se ha convertido en señal de división y enfrentamiento.

La sabida de Jesús al templo ha comenzado con un signo de sacrificio (22-24), con signo de sacrificio continúan las palabras reveladoras de Simeón.

Desde este comienzo de Jesús como signo de contradicción para Israel (u origen de dolor para María) se abre un arco de vida y experiencia que culminará sobre el calvario y se extendería después hacia la Iglesia.

Todo el que escuche las palabras de consuelo en que Jesús se muestra como luz y como gloria (29-32) tiene que seguir hacia adelante y aceptarle en el camino de dureza, pasión y muerte.

En ese camino no irá jamás en solitario, le acompaña la fe y el sufrimiento de María.


 

7.- El niño crecía. El evangelio de la infancia pertenece al género midrásico, lectura en profundidad de la Escritura para detectar su sentido pleno. Cualquier acontecimiento incorporado a la historia de la salvación da a la revelación un aspecto nuevo, porque la biblia no es un acontecimiento momificado.

Jesús es la esperanza de Israel, que se ve colmada solemnemente en el episodio de la presentación en el templo. Simeón lo entiende así y puede morir satisfecho. Otros lo verán de distinta manera: unos para aceptar la piedra angular y otros para tropezar en ella. Semejante en todo a nosotros, Jesús se somete a la ley. Moisés dejó ordenado consagrar al Señor todo primogénito varón. La presentación en el templo era sólo una costumbre tardía después de la vuelta del cautiverio. Y se prescribía una ofrenda, cordero o paloma, que los padres de Jesús cumplen según las posibilidades de los pobres. La purificación causa extrañeza tratándose de María, pero era un rito más que quisieron cumplir según la costumbre. José y María saben bien que el niño pertenece a Dios.

GUILLERMO GUTIERREZ - PALABRAS PARA EL CAMINO - NUEVAS HOMILIAS/B
EDIT. VERBO DIVIN0 ESTELLA 1987.págs. 29 s.


 

8.-  LA PROFECÍA DE SIMEÓN.

J/SIGNO-DE-DIVISION: Cuando José y María presentaron al niño en el templo de Jerusalén, Simeón les bendijo y luego, bajo el impulso del espíritu profético, se dirigió a la Virgen con estas breves palabras: ''Este niño está destinado para ser caída y resurgimiento de muchos en Israel, será signo de contradicción, para que sean descubiertos los pensamientos de muchos corazones. Y una espada traspasará tu alma" (Lc 2,34-35). La realidad es que Jesús no fue un conformista dispuesto a darles la razón a todos, sus palabras y sus gestos obligaban a opciones concretas. en favor o en contra de él: "Quien no está conmigo está contra mí, y el que no recoge conmigo desparrama" (LC 11,23).

a) Otras voces del NT sobre Jesús como signo de división. Antes de entrar en un examen inmediato de la profecía de Simeón, escuchemos algunos otros ecos de la tradición neotestamentaria acordes con LC 2,3435 a la hora de presentar a Jesús como uno que provoca la disensión que suscita la adhesión o la repulsa.

Pedro advierte que a Cristo se le podía aplicar lo que decía /Is/08/14: "Él (el Señor de los ejércitos) será una piedra de tropiezo, una roca de escándalo para las dos casas de Israel, un lazo y una trampa para los habitantes de Jerusalén" (cf I Pe 2,6-8; cf también ICor 1,23-24).

Mateo pone estas palabras en labios de Jesús: "No penséis que vine a traer paz sobre la tierra; no vine a traer paz, sino espada. Porque vine a separar al hombre de su padre, a la hija de su madre, a la nuera de su suegra. Enemigos del hombre, los de su casa" ( /Mt/10/34-36).

La predicación de Cristo —señala Juan en tres ocasiones (Jn 7,43; 9,16; 10,19)— era motivo de cisma entre la gente, ya que daba lugar a pareceres discordes sobre su persona. El mismo Jesús (según Jn 9,39) lo reconoce sin medias tintas, cuando afirma: "Yo vine a este mundo para un juicio: para que los que no ven vean y los que ven se queden ciegos". El elemento discriminante de este juicio es Cristo-luz, es su palabra que revela al Padre (Jn 12,44-50). Esa palabra escudriña los corazones: "En efecto, quien obra mal odia la luz y no va a la luz, para que no se descubran sus obras. Pero el que obra la verdad va a la luz, para que se vean sus obras, que están hechas en Dios" (Jn 3,20-21).

El autor de la carta a los Hebreos (12,3) define la muerte de Jesús como una contradicción que los pecadores arrojaron contra él. Israel —comenta Pablo citando a Is 65,2— fue "un pueblo desobediente y rebelde" ( Rom 10,21: antilégonta).

Del conjunto de estas citas se deduce que la tradición evangélica junto con la petrina y la paulina, aun con la diferencia de los términos empleados, está sustancialmente de acuerdo. El evangelio de Jesús, como soplo acariciador e impetuoso al mismo tiempo, sacude al hombre desde dentro, lo provoca a una actitud. ¡Sí, la fe es una inquietud saludable! Lc 2,34-35 recoge el tema que hemos esbozado en esta rápida panorámica sobre el NT. Lo acoge, anticipándolo en la infancia de Jesús, como si se tratara de un presagio que tendrá la contrapartida en su ministerio público y en el de la iglesia apostólica.

El oráculo de Simeón, el santo anciano del templo, tiene dos aspectos: uno se refiere al pueblo de Israel y el otro a María. Veámoslo más en concreto.

b) Israel frente a Cristo. Respecto a todos los miembros del pueblo elegido (tal es el sentido de muchos en el v. 34, según las normas de la filología), Jesús está destinado a ser causa de "caída y resurgimiento". Con este binomio antitético, Simeón profetiza cuál será el éxito en conjunto de la misión de Jesús. Para quienes lo rechacen, es decir, para los que crean que están en pie fiándose de sus propias seguridades (cf Lc 14,9), él será piedra de tropiezo; pensemos, por ejemplo, en los escribas y fariseos, orgullosos de su ciencia (Lc 11,52-54); en el fariseo de la parábola (Lc 14,9-13.14b), en los invitados a la boda que declinan la invitación por tener otros intereses (Lc 14,16-21ab.24)... Por el contrario, Cristo será ocasión de salvación para cuantos se encuentran en un estado de miseria, de pecado, pero acogen su palabra; pensemos en el publicano (Lc 14,13-14), en Zaqueo (Lc 19,2-10), en los pobres, los cojos, los ciegos y los lisiados que sustituyen a los que fueron invitados primero a la boda (Lc 14,21-23)... Así pues, además de la acogida, Jesús conocerá la amargura y la tragedia del rechazo, será un "signo de contradicción", dice el anciano profeta.

Signo, en primer lugar: en efecto, en su persona Dios se hace manifiesto y cercano a su pueblo (cf Lc 1,68; 7,16), especialmente en la gran revelación pascual: "Como Jonás fue un signo para los ninivitas, así el Hijo del hombre lo será para esta generación" (Lc 11,30). Pero de contradicción; es decir, objeto de repulsa por parte de Jerusalén y del judaísmo oficial, que no reconoció los tiempos de la visita de Dios (cf Lc 19,44b-47; 29,9-18...). Se trata, por consiguiente, de un sendero lleno de espinas el que se perfila para Jesús. "Para que sean descubiertos los pensamientos de muchos corazones", añade Simeón (v. 35). La presencia de Cristo tendrá este efecto: revelar cuáles son las esperanzas de todos respecto a él: quién lo acoge y quién lo rechaza. El término pensamientos (gr. dialoguismói) es todavía genérico, sin ninguna cualificación positiva ni negativa. Se necesita un adjetivo, o bien el contexto, para determinar si se trata de intenciones rectas o condenables (cf Lc 1,29 [dieloguízeto]; 5,22; 6,8; 9,46.47; 24,38; además, Mc 7,21, Mt 15,19; Sant 2,4...).

En Lc 2,35 el sustantivo mencionado parece tener una función bivalente; es decir, designa las diversas actitudes, favorables u hostiles, frente a Cristo. Nos relacionamos entonces con el v. 34, en donde se dice que Jesús es motivo tanto de caída como de resurgimiento.

En versión eclesial, Lucas elabora además los mismos enunciados en el libro de los Hechos, donde entra en escena una iglesia que experimenta la contradicción que había padecido antes su Señor. En Iconio, por ejemplo, después de la predicación de Pablo y de Bernabé apoyada en signos y en prodigios (He 14,1-13), "la población de la ciudad se dividió: unos estaban con los judíos y otros con los apóstoles" (v. 4). Y hacia el final del libro

Lucas hace decir a los judíos convocados por Pablo: "Sabemos que esta secta (= cristianismo) encuentra oposición en todas partes (28,22: pantajou antiléguetai).

c) El alma de María traspasada por una espada. La persona y el mensaje de Jesús lleva a cabo un discernimiento dentro de Israel. Pero todo lo que ocurre en Israel como pueblo tiene una repercusión en María como persona: "... También a ti una espada te atravesará el alma" (Lc 2,35a).

Lo mismo que en el Magnificat, se observaba un paso de lo individual (María: Lc 1,46-49) a lo colectivo (Israel: Lc 1,54), así aquí se da una alternancia entre una comunidad (Israel) y una persona individual (María). Esto basta para concluir que también en este paso Lucas asocia a María a su pueblo; ella es hija de Sión.

ESPADA/SIMEON ESPADA/PD: Nos queda por preguntarnos ahora cuál es el significado más pertinente del término espada. Recorriendo la literatura judeo-bíblica, se ve que la espada es uno de los símbolos más frecuentes para designar la palabra de Dios. En el AT tenemos dos casos (Is 49,2 y Sab 18,15) Este mismo tipo de simbolismo aparece con frecuencia en los comentarios judíos a los textos bíblicos. También el NT, en siete ocasiones, recurre a este lenguaje: la palabra de Dios, que se identifica ahora con la palabra de Jesús, es comparada con una espada cortante de doble filo. Las referencias más abundantes nos las ofrece el Apocalipsis (1,16: "De su boca salía una espada aguda de dos filos": 2,12.16 19,15.21). Está asimismo la carta a los Efesios (/Ef/06/17: "Tomad también... Ia espada del Espíritu, que es la palabra de Dios"). Hay que dedicar una especial atención a la carta a los Hebreos (/Hb/04/12): "La palabra de Dios es viva y eficaz; ella penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y es capaz de distinguir los sentimientos y pensamientos del corazón".

Se notará fácilmente la gran analogía que hay entre Lc 2,35 y Heb 4,12. En ambos trozos se habla de espada que "penetra en el alma" y "revela-escudriña los pensamientos del corazón". Esta relación no se le escapó, por ejemplo, a san Ambrosio.

Una vez asentada esta ecuación simbólica espada = palabra de Dios, se asoma la hipótesis de que la espada a la que alude Simeón es figura de la palabra de Dios, tal como se expresa en la enseñanza de Jesús.

Efectivamente, esta descodificación del símbolo espada se armoniza muy bien con el contexto anterior. Poco antes, Simeón había celebrado a Jesús como luz de las gentes y gloria de Israel (v. 32). Sus palabras hacen eco a los poemas del Siervo de Yavé (Is 42,6; 49,6). Pues bien, precisamente uno de esos poemas (49,2) presenta al Siervo de Yavé como un profeta de cuya boca Dios ha hecho una espada afilada. La imagen, como hemos visto, fue recogida varias veces en relación con Cristo en el Apocalipsis ( I,16; 2,12.16; 19, 15.21). Pero también Simeón, al preconizar en Jesús al Siervo de Yavé por excelencia, parece decir que su palabra es semejante a una espada.

Escogiendo esta orientación exegética (que, lejos de excluir a las demás, puede perfectamente integrarlas), la imagen de María sería la de una creyente que, lo mismo que todo Israel, su pueblo, tendrá que enfrentarse con la palabra del Hijo, simbolizada místicamente en la espada. Su alma se verá profundamente penetrada por ella. Efectivamente, siempre en el tercer evangelio vemos que ella acogía y guardaba los acontecimientos y las palabras de Jesús (Lc 2,19.51b; cf 8,19-21 y 11.27-28). Con una actitud sapiencial se esforzaba en sondear su alcance, incluso cuando le procuraban sufrimientos y no llegaba a comprender todo su sentido (L.c 2,48-51b).

Así pues, María hizo que sus pensamientos se aclarasen y se juzgasen a la luz de aquella palabra y se conformó a ella con un crecimiento constante. Esto suponía para ella gozo y dolor. (gozo, al ver los frutos copiosos que la semilla de la palabra evangélica producía en ella misma y en cuantos la acogían con un corazón "bueno y perfecto" (cf Lc 8,15). Dolor, cuando buscaba angustiada a Jesús en Jerusalén y no comprendió su respuesta: "¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que tengo que estar en la casa de mi Padre? Y ellos no comprendieron sus palabras" (Lc 2,49-50). Conservando en su corazón el enigma de esa frase, ella "avanzó en la peregrinación de la fe" (LG 58), no sin pruebas ni oscuridades. Pero el colmo de la aflicción inundó su espíritu cuando vio a su Hijo rechazado y crucificado. Obedecer a la voluntad del Padre (¡ella, la madre del ajusticiado!), permanecer fiel a las palabras del Hijo sobre todo en aquel momento de tiniebla (cf Redemptoris Mater 18): he aquí el punto crucial de la transfixión que esta palabra produjo en las fibras de María. Según esta exégesis, no sería lógico restringir solamente a la compasión de la Virgen al pie de la cruz la profecía de Simeón. Abarca más bien todo el arco de su misión de madre del Redentor y especialmente el drama del Calvario. ¿No decía acaso Jesús: "Si alguno quiere venir en pos de mi, niéguese a si mismo, tome su cruz de cada día y sigan" (Lc 9,23)?.

CONCLUSIÓN. M/ABRAHAN: Abrahán, nuestro padre en la fe, "obedeciendo la llamada divina, partió para un país que recibiría en posesión, y partió sin saber a dónde iba" ( /Hb/11/08). María, madre de los creyentes (cf Jn 19,26-27a), aceptó que su vida se plantease según la palabra del Señor que le había sido revelada por el ángel (Lc 1,38). Con su fiat se dispuso a salir de si misma para seguir los caminos de Dios, que "es más grande que nuestra conciencia y lo sabe todo" (1Jn 3,20). La Virgen llevaba a su Hijo en los brazos, pero no se negaba a dejarse conducir por el Hijo por un camino incierto y difícil; también para ella se hizo realmente ejemplar la frase de Jesús: "El que pierda su propia vida por mi, la salvará" (Lc 9,24; cf Mc 8,35; Mt 16,25; Jn 12,25). Contemplada en esta dimensión, MarÍa, además de madre, es hermana nuestra a la hora de compartir la gozosa fatiga de creer.

A. SERRA - DICC-DE-MARIOLOGIA. Págs. 335-339


 

9.- La perícopa evangélica de hoy insiste, en su inicio y en su final (vv. 22-24 y 3940), en que la familia de Nazaret se esfuerza en cumplir la Ley. Jesús es hijo de la Ley (cf. Ga 4,4). La Ley en el judaísmo contemporáneo de Jesús afectaba a diferentes realidades que en la actualidad tendemos a separar y a fragmentar: el orden social, las leyes civiles, las tradiciones populares, la historia de la nación, la revelación divina... Jesús nace en el seno de una familia, en el seno de una sociedad, de una tradición religiosa, en el seno de la historia de su pueblo, que no es sino una muestra de la amplia historia humana. Jesús, en su nacimiento y en su infancia, cumple la Ley.

Los vv. 25-38 están centrados en el acontecimiento pascual de muerte-resurrección presentado narrativamente en el encuentro de Jesús-niño con Simeón y Ana. Estos son dos ancianos, con el don de la profecía, que viven en actitud de esperanza y de confianza. Llenos de fe, ven que las promesas se cumplen en el recién nacido que llevan en brazos María y José. Él es el Mesías del Señor.

El centro de la perícopa lo hallamos en el breve himno que el autor del tercer evangelio pone en boca de Simeón. Un himno inspirado en los cánticos del Siervo del Señor, del Deutero-Isaías. En él, Jesús aparece como el Salvador destinado a todos los pueblos, luz para las naciones paganas, gloria de Israel. Se puede captar inmediatamente el alcance universalista de la misión de Jesús, ya desde su infancia.

El tema de la pasión queda ya insinuado en la profecía de Simeón. La persona de Jesús será objeto de controversias y clave de discernimiento de los corazones de las personas. La imagen de la espada que traspasa el alma, también se utiliza en referencia a la Palabra de Dios, viva y eficaz, penetrante como una espada de doble filo, que se clava hasta lo más profundo para discernir los pensamientos y las intenciones de los creyentes (He 4,12). En este mismo sentido hemos de interpretarla aquí.

El misterio pascual de Cristo se revela ya desde su infancia. Él será luz y gloria para los creyentes de cualquier nación, pero también espada afilada que atravesará el corazón de María y del resto de los discípulos para discernir la calidad de la fe. Abrahán y Sara, Simeón y Ana, José y María son ejemplos de fe y de obediencia al Señor.

JORDI LATORRE - MISA DOMINICAL 1999, 16, 44


 

10.-  CLARETIANOS 2004

Queridos amigos y amigas: ¿Cómo se ve la salvación del Señor? ¿Cómo la reconocemos? Entre todos los niños presentados al templo, ¿cómo pudo Simeón reconocer al salvador? Es difícil poder contestar a estas preguntas, pero el Evangelio nos da unas pistas interesantes...


1) Simeón era un hombre “justo y piadoso”.

2) Simeón “esperaba la consolación de Israel”

3) En Simeón “estaba el Espíritu Santo”

4) Simeón había recibido una “revelación” por el Espíritu Santo

5) Simeón es un hombre “movido por el Espíritu Santo”


Como podemos ver Simeón era un hombre que tenía una relación muy estrecha con el Espíritu Santo: escuchaba, actuaba, vivía según el Espíritu y eso le permitía sí ser buena persona, pero sobre todo le permitía no perder la esperanza, le permitía vivir sabiendo que vería al salvador de Israel. Es fácil de suponer que movido también por el Espíritu cogiera al pequeño Jesús en sus brazos, le diera un achuchón y diera gracias a Dios como todos sabemos con su precioso cántico.

Ana es otro ejemplo de espera paciente y además dentro de una situación desesperante. El evangelista nos dice que era profetisa y posiblemente lo era tan solo con su forma de vida, no hacían falta palabras, bastaba con verla pegada y dedicada al único lugar desde donde sabía que le podía llegar la salvación. Eso sí, al igual que Simeón, no puede quedarse callada al ver al Salvador.


PROPUESTA DE CANTOS DE LA PRESENTACION DEL SEÑOR (CICLO C)

DOMINGO 2 FEBRERO 2025

 

01.- EL SEÑOR ES MI LUZ Y MI SALVACION

EL SEÑOR ES MI LUZ Y MI SALVACIÓN

EL SEÑOR ES LA DEFENSA DE MI VIDA.

SI EL SEÑOR ES MI LUZ, ¿A QUIÉN TEMERÉ?

¿QUIÉN ME HARÁ TEMBLAR?

 

1.- Una cosa pido al Señor;

habitar por siempre en su casa

gozar de la dulzura del Señor

contemplando su templo santo.

 

2.- No me escondas tu rostro, Señor,

buscaré todo el día tu rostro.

Si mi padre y mi madre me abandonan,

el Señor me recogerá.

 

3.- Oh, Señor, enséñame el camino,

guíame por la senda verdadera.

Gozaré de la dulzura del Señor

en la tierra de la vida

 

02.- EL SEÑOR ES MI LUZ (Alberto Taule)

EL SEÑOR ES MI LUZ Y MI SALVACIÓN

EL SEÑOR ES LA DEFENSA DE MI VIDA.

SI EL SEÑOR ES MI LUZ, ¿A QUIÉN TEMERÉ?

¿QUIÉN ME HARÁ TEMBLAR?

 

1.- Una cosa pido al Señor;

habitar por siempre en su casa

gozar de la dulzura del Señor

contemplando su templo santo.

 

2.- No me escondas tu rostro, Señor,

buscaré todo el día tu rostro.

Si mi padre y mi madre me abandonan,

el Señor me recogerá.

 

3.- Oh, Señor, enséñame el camino,

guíame por la senda verdadera.

Gozaré de la dulzura del Señor

en la tierra de la vida

 

03.- ESTA ES LA LUZ DE CRISTO

Esta es la luz de Cristo

yo la haré brillar [3 veces]

Brillará, brillará, sin cesar.

Amén, amén, amén, amén, amén

 

Soy cristiano y esta luz

yo la haré brillar [3 veces]

Brillará, brillará, sin cesar.

Amén, amén, amén, amén, amén

 

Daré luz a la ciudad

yo la haré brillar [3 veces]

Brillará, brillará, sin cesar.

Amén, amén, amén, amén, amén

 

Nunca la ocultaré

yo la haré brillar [3 veces]

Brillará, brillará, sin cesar.

Amén, amén, amén, amén, amén

 

Este amor que protegeré

y la haré brillar [3 veces]

Brillará, brillará, sin cesar.

Amén, amén, amén, amén, amén

 

Toma hermano esta luz

y hazla tú brillar [3 veces]

Brillará, brillará, sin cesar.

Amén, amén, amén, amén, amén

 

04.- QUE ALEGRIA CUANDO ME DIJERON (SALMO 121) (Miguel Manzano)

¡QUÉ ALEGRÍA CUANDO ME DIJERON:

"VAMOS A LA CASA DEL SEÑOR"!

YA ESTÁN PISANDO NUESTROS PIES

TUS UMBRALES, JERUSALÉN.

 

1.- Jerusalén está fundada

como ciudad bien compacta.

Allá suben las tribus,

las tribus del Señor.

 

2.- Según la costumbre de Israel

a celebrar el nombre del Señor;

en ella están los tribunales de Justicia,

en el palacio de David.

 

3.- Desead la paz a Jerusalén:

"Vivan seguros los que te aman,

haya paz dentro de tus muros,

en tus palacios de seguridad".

 

4.- Por mis hermanos y compañeros,

voy a decir: "La paz contigo"

Por la casa del Señor, nuestro Dios,

te deseo todo bien.

 

05.- ALELUYA GLORIA AL SEÑOR (Carmelo Erdozain)

Aleluya, Aleluya, Gloria al Señor

Aleluya (bis)

 

Aleluya, Aleluya, Gloria al Señor

Aleluya (bis)

 

A reclamar la verdad salió el sembrador

Hoy con nosotros esta, escuchemos su voz

 

Aleluya, Aleluya, Gloria al Señor

Aleluya (bis)

 

Aleluya, Aleluya, Gloria al Señor

Aleluya (bis)

 

06.- COMO LO HIZO MARIA

No sólo el vino y el pan, te venimos a ofrecer,

queremos darte algo más: Te entregarte nuestro ser.

 

Como lo hizo María que tu mensaje escuchó,

y dijo un sí generoso al aceptar su misión.

Como lo hizo María que tu mensaje escuchó,

y dijo un sí generoso al aceptar su misión.

Hoy quedan sobre el altar nuestras vidas, oh Señor.

Haz que sepamos luchar para conservar tu amor.

 

Como lo hizo María que tu mensaje escuchó,

y dijo un sí generoso al aceptar su misión.

Como lo hizo María que tu mensaje escuchó,

y dijo un sí generoso al aceptar su misión.

Como lo hizo María que tu mensaje escuchó,

y dijo un sí generoso al aceptar su misión.

Como lo hizo María que tu mensaje escuchó,

y dijo un sí generoso al aceptar su misión,

al aceptar su misión,

al aceptar su misión,

al aceptar su misión

 

07.- LLEVEMOS AL SEÑOR (Carmelo Erdozain)

1.- Llevemos al Señor

el vino y el pan.

Llevemos al altar

la viña, el trigal.

 

EL SEÑOR NOS DARÁ

ÉL NOS DARÁ SU AMISTAD [BIS]

 

2.- Llevemos al Señor

pureza y amor.

Llevemos al altar

justicia, hermandad.

 

3.- Llevemos al Señor

trabajo y dolor.

Llevemos al altar

ofrendas de paz.

 

08.- SI VIENES CONMIGO (Cesáreo Garabain)

SI VIENES CONMIGO Y ALIENTAS MI FE,

SI ESTÁS A MI LADO ¿A QUIÉN TEMERÉ?. (BIS)

 

1.- A nada tengo miedo, a nadie he de temer,

Señor, si me protegen tu amor y tu poder.

Me llevas de la mano, me ofreces todo bien.

Señor, Tú me levantas si vuelvo a caer.

 

2.- ¡Qué largo mi camino! ¡qué hondo mi dolor!

Ni un árbol me da sombra ni escucho una canción.

¿Será que a nadie puedo mirar ni sonreír?

Señor, Tú sólo quedas, Tú sólo junto a mí.

 

3.- En cosas que se mueren yo puse el corazón.

Fue tierra mi tesoro, fue vana mi ilusión.

En cosas que se mueren me voy muriendo yo,

Tú sólo vives siempre, Tú sólo, mi Señor.

 

09.- LA SAL Y LA LUZ (Brotes de Olivo)

El que me sigue en la vida

sal de la tierra será

más si la sal se adultera

los hombres la pisarán

 

QUE SEA MI VIDA LA SAL

QUE SEA MI VIDA LA LUZ

SAL QUE SALA, LUZ QUE BRILLA

SAL Y FUEGO ES JESUS

 

Sois como la luz del mundo

que a la ciudad alumbra

esta se pone en la cima

donde el monte se encumbra

 

QUE SEA MI VIDA....

 

Que brille así vuestra vida

ante los hombres del mundo

que pasen las buenas obras

de lo externo a lo profundo

 

QUE SEA MI VIDA...

 

SAL QUE SALA, LUZ QUE BRILLA

 

SAL Y FUEGO ES JESUS

 

10.- YA NO TEMO SEÑOR (J.A. Espinoza)

CRISTO ESTA CONMIGO,

JUNTO A MI VA EL SEÑOR

ME ACOMPAÑA SIEMPRE,

EN MI VIDA HASTA EL FIN.

 

Ya no temo, Señor, la tristeza,

ya no temo, Señor, la soledad

porque eres, Señor, mi alegría;

tengo siempre tu amistad.

 

ya no temo, Señor, a la noche

ya no temo, Señor, la oscuridad

porque brilla tu luz en las sombras

ya no hay noche, tú eres luz.

 

Ya no temo, Señor, los fracasos

ya no temo, Señor, la ingratitud

porque el triunfo, Señor, en la vida

tú lo tienes, tú lo das.

 

Ya no temo, Señor, los abismos

ya no temo, Señor, la inmensidad

porque eres, Señor el camino

y la vida, la verdad.

 

Ya no temo, Señor, a la muerte

ya no temo, Señor, la eternidad

porque tu estas allá esperando

que yo llegue hasta ti.

 

CRISTO ESTA CONMIGO,

JUNTO A MI VA EL SEÑOR

ME ACOMPAÑA SIEMPRE,

EN MI VIDA HASTA EL FIN.

 

11.- AMAOS (Kairoi)

COMO EL PADRE ME AMO, YO OS HE AMADO;

PERMANECED EN MI AMOR, PERMANECED EN MI AMOR. (BIS)

 

1.- Si guardáis mis palabras, y como hermanos os amáis,

compartiréis con alegría el don de la fraternidad.

Si os ponéis en camino, sirviendo siempre la verdad,

fruto daréis en abundancia, mi amor se manifestará.

 

2.- No veréis amor tan grande, como aquel que os mostré.

Yo doy la vida por vosotros. Amaos como yo os amé.

Si hacéis lo que os mando y os queréis de corazón,

compartiréis mi pleno gozo, de amar como Él me amó.

 

12.- MORADA DE LA LUZ

Celebremos unidos a la Virgen María

porque estábamos ciegos y nos dio a luz el día

porque estábamos tristes y nos dio la alegría.

 

Mujer tan silenciosa y encumbrada ahora más que el sol

tú nutres con la leche de tu pecho al que es tu creador.

 

Lo que Eva en una tarde misteriosa, buscando nos perdió.

Tu madre, lo devuelves florecido en fruto salvador.

 

Tu que eres blanca puerta del Rey sumo, morada de la luz

la puerta nos abriste de los cielos al darnos a Jesús.

 

13.- SANTA MARIA DEL CAMINO (J.A. Espinoza)

1.- Mientras recorres la vida,

tú nunca solo estás,

contigo por el camino

Santa María va.

 

Ven con nosotros a caminar

Santa María, ven.

Ven con nosotros a caminar

Santa María, ven.

 

2.- Aunque te digan algunos

que nada puede cambiar,

lucha por un mundo nuevo,

lucha por la verdad.

 

3.- Si por el mundo los hombres

sin conocerse van,

no niegues nunca tu mano

al que contigo está.

 

4.- Aunque parezcan tus pasos

inútil caminar,

tú vas haciendo caminos,

otros los seguirán.

 

14.- BENDITO, BENDITO (Grupo Trigo y Vid)

BENDITO, BENDITO, BENDITO SEA DIOS

LOS ÁNGELES CANTAN Y ALABAN A DIOS

LOS ÁNGELES CANTAN Y ALABAN A DIOS

 

Yo creo, Jesús mío, que estás en el altar

Oculto en la ostia te vengo a adorar

Oculto en la ostia te vengo a adorar

 

Espero, Jesús mío, que en tu suma bondad

Poder recibirte con fe y caridad

Poder recibirte con fe y caridad

 

BENDITO, BENDITO, BENDITO SEA DIOS

LOS ÁNGELES CANTAN Y ALABAN A DIOS

LOS ÁNGELES CANTAN Y ALABAN A DIOS

 

Por el amor al hombre moriste en una cruz

Y al cáliz bajaste por nuestra salud

Y al cáliz bajaste por nuestra salud

 

Jesús, rey del cielo, que está en el altar

Su cuerpo, su sangre nos da sin cesar

Su cuerpo, su sangre nos da sin cesar.

 

BENDITO, BENDITO, BENDITO SEA DIOS

LOS ÁNGELES CANTAN Y ALABAN A DIOS

LOS ÁNGELES CANTAN Y ALABAN A DIOS

 

Entre sus ovejas está el Buen Pastor

En vela continua lo tiene el amor

En vela continua lo tiene el amor

 

Oh, cielo, oh, tierra, canten a una sola voz

Bendito, bendito, bendito sea Dios

Bendito, bendito, bendito sea Dios

 

BENDITO, BENDITO, BENDITO SEA DIOS

LOS ÁNGELES CANTAN Y ALABAN A DIOS

LOS ÁNGELES CANTAN Y ALABAN A DIOS

 

15.- EN EL TRABAJO (Cesáreo Garabain)

EN EL TRABAJO DE CADA DÍA,

COMO VIVÍAS Y AMABAS TÚ,

QUEREMOS, MADRE, SERVIR AMANDO,

VIVIENDO SIEMPRE JUNTO A JESÚS (2)

 

En el silencio de aquella aldea,

la casa humilde de Nazaret,

se va empapando de tu ternura,

de tu trabajo, de amor y fe.

 

Tú te afanabas como mi madre

en mil trabajos que da tu hogar,

Mujer humilde de hermosas manos

encallecidas de trabajar.

 

Dios quiso honrarte como a ninguna,

con mil encantos enriquecer;

te hizo humilde, de gracia llena,

trabajadora te quiso hacer.

 

16.- NO FUE FACIL MARIA (Cesáreo Garabain)

NO FUE FÁCIL MARÍA, TU LARGO CAMINO.

PEREGRINA EN EL ALMA POR SENDAS OSCURAS.

NO FUE FÁCIL MARÍA, VIVIR EL MISTERIO,

LA FE Y EL ASOMBRO, LA CRUZ Y EL DOLOR.

 

Tu vida, tu Hijo, aceptas y crees en horas felices,

y al pie de la cruz.

El Padre tan solo, conoce a tu Hijo

y solo en la Pascua, nos llega la luz.

 

Te anunciaron la espada,

que hiere tu alma, y esa honda fatiga, de tu corazón.

Peregrina cansada de pie en el Calvario,

que triste y que lejos, de tu anunciación.

 

17.- FELICIDAD DE VIVIR EN TU CASA

FELICIDAD DE VIVIR EN TU CASA,

Y DE ALABARTE POR TODA LA VIDA (2)

 

¡Qué bueno es estar en tu casa! (Aleluya)

¡Padre mío y Dios mío! (Aleluya)

¡Cuánto anhela mi alma!, (Aleluya)

y que ardiente desea, (Aleluya)

habitar en tu templo (Aleluya)

Todo me alegra en ti, Señor.

 

FELICIDAD DE VIVIR EN TU CASA,

Y DE ALABARTE POR TODA LA VIDA (2)