domingo, 15 de enero de 2012

1. LA BIBLIA : UN LIBRO QUE TRATA DE VERDADES ESENCIALES

1. LA BIBLIA : UN LIBRO QUE TRATA DE VERDADES ESENCIALES[1]

            1.0. Introducción

Mucha gente al leer la Biblia por primera vez, la cierra y se niega a tomar en serio una obra  que les parece estar  de afirmaciones que hace  tiempo fueron  echadas por tierra  por la ciencia moderna. Por ello, me ha parecido conveniente que, antes de iniciar la presente introducción, hay que tener en cuenta lo que no es la Biblia, antes de indicar lo que hemos de buscar en ella.

            1.1. Lo que no es la Biblia.

                        1.1.1. No es un texto de ciencias naturales.
 
Los autores sagrados (hagiógrafos) son hombres de una determinada época y cultura y desde ella expresan sus ideas religiosas. Tenemos tan sólo que conservar su mensaje. Pongamos un  ejemplo aclarador: en los orígenes de la tierra y del hombre que encontramos en el libro del Génesis, se afirma que el universo entero debe su realidad a Dios. El Génesis, anuncia con claridad, y para todas las épocas, que el mundo material  y la humanidad son solidarios de un mismo destino proyectado por Dios, Destino comprometido por la voluntad  libre del hombre que, desde el origen, se inclinó hacia el mal, empeñándose en ser totalmente autónomo.

                        1.1.2. No es un libro de historia universal

Los primeros capítulos del Génesis nos da ciertas indicaciones sobre el origen de las diversas razas y de los diferentes pueblos con los que Israel mantenía relaciones por esto tiende a indicar que la historia de Israel se inserta en un conjunto y que el pueblo elegido no fue escogido por Dios más que como vanguardia de la humanidad entera.

La historia que encontramos en la Biblia se localiza en espacios muy restringidos: el ambiente próximo del oriente, que es el único que conocen sus autores. No nos dice nada de las otras civilizaciones contemporáneas de la India, la China, de Japón, de los imperios africanos o americanos. Ignora la mayor parte de Europa. Sólo tratar de las relaciones que existen entre los imperios del próximo oriente antiguo ( Egipto, Asiria-Babilonia, Persia, Grecia y Roma) y el pueblo de Israel.

                        1.1.3. No es un libro de historia de Israel tal como entendemos la historia.

Los redactores finales de la Biblia, usan tradiciones a veces divergentes sobre los hechos que requieren. No buscan la armonización de los textos, ni suprimen las contradicciones que puedan encontrar. Lo conservan todo, en la medida que cada una permite expresar una toma de conciencia delante de Dios. Para que sea una historia de Israel, tendría que poner muchos acontecimientos que no aparecen en el texto sagrado.

                        1.1.4. No es un curso sistemático de religión o de moral.
           
Basta que nosotros leamos el A.T. y nos encontramos con algunas ideas de Dios que nos resultan extrañas; se le prestan intenciones, pasiones, decisiones, que nos chocan y hasta nos escandalizan. Se nos presenta al Señor terriblemente humano: se muestra a veces colérico; ordena la matanza de los enemigos  de Israel (como podemos observar la matanza que narran el libro de Josué)[2]. Algunos ritos nos saben a magia y no nos parecen expresar la fe en un Dios transcendente. Incluso algunas costumbres de los " testigos de Dios" nos parecen extrañas y hasta ridículas. ¡La historia santa, no es una historia de santitos!.

            1.2. La Biblia: una reflexión de fe sobre la historia de universal.

1.2.1. Un libro de recuerdos gracias a los cuales los hombres pueden comprender su destino.

Cuando buscamos comprender cómo hemos llegado hasta aquí, tendemos volver hacia nuestro pasado y reflexionar sobre ciertos momentos de nuestra vida. Lo primero que experimentamos que hay muchos recuerdos que son borrosos en nosotros, entonces empecemos por recurrir a ciertos testigos para recomponer algunos sucesos que tuvieron mucha importancia para nosotros,  pero ellos no siempre están conformes entre sí, pues cada uno  recuerda el pasado en función de su mentalidad y de sus intereses del momento. También podemos encontrar algunas huellas del pasado. No nos entregan directamente lo que pasó, pero por lo menos nos permiten encontrar algunos sentimientos interiores: fotografías,  poseías, poesía, cartas,...

Recorridos todos estos elementos, vemos que jamás vamos a reconstruir lo que objetivamente pasó, pero quizás logremos  comprender "lo que pasó en nuestra cabeza" y eso es lo  esencial. No pretendemos reconstruir la historia por la  historia, sino ver nuestra con claridad nuestra situación presente recordando las etapas de nuestra evolución interior. Eso es la Biblia traspuesta al nivel de un grupo.  

Cuando pretendemos recordar un suceso del pasado, nos preocupamos por descubrir la clave para "comprenderlos". Por tanto, vamos a intentar interpretarlo para  discernir su sentido. De acuerdo a la interpretación que le demos, vamos a destacar aspecto que sólo puedan ser comprendidos en determinadas circunstancias. Siempre se comprenden las cosas después.

Lo que nos va sucediendo a lo largo de nuestra existencia  trae continuamente una luz nueva sobre lo precedente. También la Biblia es un retorno continuo a ciertas intuiciones fundamentales recogidas sin cesar, reintepretadas si  fin a la  luz de acontecimiento nuevos. Para nosotros los cristianos, el  acontecimiento capital que arroja una luz decisiva sobre el pasado del pueblo de Dios es el advenimiento de Jesucristo.

                        1.2.2. La historia de la humanidad, una historia de amor

Desde el comienzo, Israel comprendió la historia como la  de un encuentro con Dios, el Dios que ama al hombre y lo llama para que se una con él. Encontrarse con uno en profundidad es una cosa difícil y que exige tiempo. Entrar en contacto con otro, puede generar una gran decepción, como puede ser también el descubrimiento de algo maravilloso que no nos imaginábamos. Así, pues, el amor  apasionado que arroja a dos seres uno en brazos del otro puede  dar lugar a continuación o bien al odio o bien a un amo más rico todavía. Sólo la historia nos dirá lo que ha ocurrido.

Pero, esta historia depende de nosotros. Podemos abrirnos o cerrarnos. Pues bien; esta la historia del pueblo de Dios, que nos cuenta la Biblia. Sus redactores nos ofrecen los documentos que van jalonando el desarrollo de un encuentro entre Dios y el hombre. Para el  hombre, este encuentro es difícil, pues se quiere hacer a la idea de un Dios que responda  a su deseo espontáneo. Le cuesta aceptar la aventura del descubrimiento del Dios verdadero.

La Biblia nos cuenta como el pueblo elegido, no cesa de apartarse de Dios, pero muestra también cómo el amor que Dios nos tiene es más fuerte que nuestra debilidad, viene continuamente a buscarnos, se deja descubrir a través de acontecimientos. Con una paciencia maravillosa va tejiendo esta  historia de amor, incluso cuando el hombre siente la tentación  de " dejarse caer " Manifiesta finalmente el esplendor de ese amor en Jesús, aquél Dios hace brillar plenamente su luz.

Por todo lo visto tenemos que afirmar: " La Biblia es un libro religioso ". En ella todo está centrado en Dios. Él es su personaje esencial, el que habla, con quien se habla, de quién se habla. La Biblia, tiene algo que la hace diferente a todos los   grandes libros de la espiritualidad de la humanidad ; en ella  la revelación divina se inscribe en el universo humano. No nos  traslada a un mundo distinto.

                        1.2.3. La Biblia propone reconocer a Dios en nuestra historia concreta

Mucha gente le cuesta aceptar que Dios, el Señor trascendente se diera a conocer a los hombres a través de una   historia terrenal y tan limitada como era el pueblo judío. Pero, este pueblo, es el reflejo de nuestra humanidad entera, la que está esperando ante todo, comer, beber, amar, vivir con un mínimo de libertad. Y a esta humanidad, esa la que Dios se dirige para invitarla a la plenitud de la vida. El Dios que encontramos en la Biblia, es el Dios amigo  del hombre, que se interesa por el más perdido, lo mismo que antes se interesó por unas cuantas tribus que erraban por el desierto o que estaban sometidas a las más duras condiciones de los trabajadores extranjeros. Por ello, pues, decimos que no es "el Dios de las  grandes religiones", ni el "Dios de los grandes pensadores".

La Biblia es escrita en una época distinta a la nuestra y por ello no puede contestar a todas nuestras situaciones concretas, ya que sus redactores no están en nuestro lugar; pero oyéndoles comunicar sus titubeos, sus dificultades, sus dudas y sus certezas repentinas, podemos nosotros mismos encontrar la luz en nuestro propio camino. Esta manera de entrar en contacto con ese Dios que nos da a conocer sus testigos, se llama gracia. La revelación de Dios les invita a hacer de su vida una historia parecida a la  de la Biblia: una aventura del descubrimiento de Dios en el amor. Y lo hace proponiendo entrar en diálogo con los hermanos,  unirse al pueblo que no cesa de meditar en la palabra.

            1.3. Orientación en el complejo mundo de la Biblia.

La palabra Biblia vienen del griego "biblion",( biblion) libro (otra traducciones: corteza de papiro, hoja o tira de ella, escrito, documento, carta, división de una obra). En la Iglesia  primitiva se le llamaba "Biblia hagia" (libro santos), la colección de escritos que se leían a lo largo de la celebración  litúrgica. Al pasar por el latín, se ha convertido en femenino  singular, la Biblia, pero en realidad este libro es una amplia  biblioteca[3]. La Biblia, no es un libro único, sino una colección de  libros recogidos en una sola obra.

                        1.3.1. Una distinción esencial a tener en cuenta : el A.T. y el N.T.

La palabra "Testamento" no tiene en la Biblia el sentido que el damos en general; un acto jurídico por el que alguien decide sobre la forma de repartir sus bienes entre sus herederos. La Palabra “Testamento” viene del latín testamentum  y traduce la palabra hebrea que significa alianza[4]. En el Antiguo Testamento, es la alianza entre Dios y los hombres tal como la descubrieron los hebreos y luego los judíos sus sucesores; por extensión es el conjunto de libros que expresan esta relación de alianza[5]. El Nuevo Testamento, es la nueva forma de relación con el Señor que descubrieron los creyentes a través de las  palabras y de la vida de Jesús; por extensión, esta expresión designa también los libros en que ellos atestiguaron su coción.

Esta primera distinción que hemos hecho a la palabra Testamento, nos ayuda a entender, por qué las ediciones judías no tienen el mismo contenido que las ediciones cristianas de la Biblia. Los cristianos añadieron a loa escritos judíos una colección de escritos suplementarios, el N.T., en el que dicen su nueva comprensión de la historia pasada, común a ambas religiones. La biblias judías, evidentemente, no comprenden más que el A.T.

                        1.3.2. Un índice de materias que difieren según las ediciones de la Biblia.       
Si compramos nuestras biblias, vamos a ver que el índice  de materias difieren una de la otra. ¿A qué se debe esto?... expliquémosle por una noción importante; la de la canonicidad.

Lo primero que podemos notar, es que hay una lista de títulos que se dividen en dos grupos: A.T. y N.T. El total del  primer grupo es de 46 volúmenes y el del segundo 27 volúmenes. A estas dos colecciones se les da el título de "CANON DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS".

Canon, viene de la palabra griega que significa "medida”, “regla". Ahora bien, considerando a la Escritura como una regla  de la fe y de costumbres dadas por Dios, se llegó a hablar naturalmente del canon de la Escritura, designando con ello esa  regla de fe y de moral. De allí se pasó después a dar el nombre  de "Canon" al conjunto de esos libros. Por lo visto hasta ahora, podemos decir:
-          CANON BÍBLICO, es " la colección ( y secundariamente la lista ) de los libros inspirados por Dios, recogidos por la  Iglesia, y considerados por ella como "regla de verdad" en virtud de su origen divino".
-          CANONICIDAD, es "la propiedad que tienen los libros inspirados de ser destinados para la Iglesia y después ser reconocidos por ella como tales".
-          LIBROS CANÓNICOS, La palabra "canónico" en sentido activo subraya el valor regulador de la Biblia. La Biblia es canónica porque sirve de regla de verdad, de norma para fe y costumbre. La palabra "canónico" en sentido pasivo, es la cualidad que revela la Escritura al ser recibida oficialmente por la Iglesia".[6]

¿Cómo y cuando se fueron formando las colecciones de libros canónicos?.. éste es el objeto de la Historia del Canon.

                                    a) Las dos "cánones" de la Biblia judía.
 
A finales del siglo I d.C, después de la destrucción de Jerusalén y de la desaparición definitiva del estado judío, los responsables judíos se aseguraron la continuidad de la fe entre aquellos que en adelante se dispersarían por el mundo. Para ello comenzaron concretando oficialmente (canónicamente) la lista de obras en las que reconocían la fe de Israel. Tuvieron  sus dudas al momento de decidir cuáles eran  los  libros oficiales y cuáles no decidieron concretamente conservar tan  sólo como libros oficiales los que habían sido compuestos en    hebreo

Desde el siglo II, a.C. existía en Alejandría una famosa traducción griega de la Biblia. La llamaban de los Setenta (LXX)[7]. El apelativo se debe a que según una vieja tradición esta traducción había sido hecha por 70 sabios. Estaba destinada a los judíos dispersos por el mundo griego, a los judíos de la Diáspora. Esta versión traducía de un texto hebreos distintos del que se conservaba en la Biblia hebrea, se introducían ciertas variantes en el texto original a fin de adaptarla a la mentalidad de unos lectores marcados por una nueva cultura; conservaba también textos que se habían perdido en el original hebreo y añadían otros textos nuevos, escritos  directamente en griego, clasificaban finalmente, los libros en un orden distinto. Los judíos de Palestina rechazaron estas diferencias y estas novedades. Dice a propósito de esto, el Talmud, glosa de Meg Taân,50: “La publicación de los LXX fue para los judíos un día de ayuno y llanto, en “expiación” por el pecado cometido cuando la Torá se divulgó en la lengua de las naciones”.

                        b)  La Biblias cristianas.

Para los primeros cristianos cuyas comunidades nacieron antes de la redacción del "Nuevo Testamento", las "Escrituras" serán el A.T. Los que se quedaron en el mundo hebreo, adoptaron el canon hebreo, y los que vivían en el mundo griego y hablaban  el griego, cogieron la versión de los LXX. Los primeros cristianos, centrados en la ciudad de Antioquía, fijaron una regla que se llama "El Canon de Antioquía", mientras que los segundos, centrados en la gran capital intelectual que era Alejandría, en Egipto, adoptaron el "Canon de Alejandría" conforme con el de los LXX.

Estas diferencia ha continuado hasta hoy. Las Iglesias protestantes han recogido la tradición que conservaba tan solo el canon de Antioquía o primer canon. Por tanto, sus biblias solo citan las obras llamadas protocanónicas y consideran como apócrifos los textos suplementarios conservados en el segundo canon. La iglesias católicas, han conservado el segundo canon, por tanto las biblias de ellos, contienen las obras  deuterocanónicas.

Últimamente se han sentado católicos y protestantes para hacer una traducción ecuménica, y esta Biblia contiene todos los libros de los dos cánones, pero pone aparte los que no pertenecen al primero, al de Antioquía. Los católicos ponen todos los libros en el A.T. Así, pues, podemos entender las diferencias de contenido  de clasificación de nuestras biblias en lo que concierne al A.T.

El N.T. no ha planteado tantos problemas. Muy pronto los cristianos coleccionaron y difundiendo los primeros escritos en los que expresaban su novedad de fe. Seleccionaron las obras que parecían conforme al mensaje evangélico y las que contenían  elementos dudosos y francamente criticables. Las primeras fueron declaradas canónicas y las segundas quedaron apartadas como apócrifas. A veces se dudó a propósito de algunos textos; hoy el conjunto de confesiones cristianas aceptan la misma lista. 

1.3.3. La forma de clasificación.

Para el A.T. su forma de clasificación varía según las ediciones:

 

a) Pentateuco


Todas las biblias lo presentan al principio los cinco libros titulados, según la apelación griega: PENTATEUCO[8]. Son obras fundamentales del A.T., las que expresan la revelación esencial que nunca se deja de meditar y a la que se  refieren todos los demás libros.

                                    b) Los libros históricos.

En el sentido corriente de la palabra, no siempre son "históricos", pero presentan el descubrimiento de Dios a través  de una historia concreta, aunque sea del tipo del cuento. La   Biblia hebrea y otras traducciones le denominan a estos libros "los primeros profetas" que conducen a confusión. La apelación queda justificada por el hecho de que la dirección espiritual del pueblo se le confía a personajes expresamente suscitados por Dios (Josué, Samuel, David, y otros muchos más), por cuya boca habla Dios; en este sentido son ciertamente profetas.

En nuestras biblias católicas, los libros de Tobías, de Judit y de los Macabeos se ponen en el grupo de los llamados “históricos”; en las biblias protestantes por el contrario o no figuran o se agrupan al final del Antiguo Testamento.

                                   c) Los libros poéticos y sapienciales.

No se refieren a historias concretas, sino que recogen reflexiones, oraciones. En la Biblia hebrea se clasifican en ciertas versiones, bajo el título de "otros escritos".

Los libros de la Sabiduría y del Sirácida (o Eclesiástico que no ha de confundirse con Eclesiastés) son denominados por lso protestantes como Deuterocanónicos. En las biblias protestantes figuran al final del Antiguo Testamento.
           
                                   d) Los libros proféticos.

Reagrupan los discursos, las proclamas lanzadas al pueblo de Israel en determinados momentos cruciales de su historia por algunos personajes que demuestran una autoridad y una lucidez admirables(los profetas).

Se suele distinguir entre "profetas mayores" (su grandeza se considera ante todo en función de la longitud de sus escritos) y los "doce profetas menores". El libro del “profeta mayor” Daniel figura a veces entre los “otros escritos”. El libro de las lamentaciones antiguamente se le anexó a Jeremías.

                                   e) El Nuevo Testamento.

Para el N.T. se sigue siempre el mismo orden:
- Los cuatro evangelios.
- Los Hechos de los Apóstoles,
- Las cartas o epístolas de los diversos Apóstoles(empezando por las de Pablo, las más                numerosas)
- El Apocalipsis.

                        1.3.4. ¿Cómo orientarse en cada libro?.

Hemos visto a lo largo de este número, como se clasificó nuestra "biblioteca". Por ello, pues, disponemos de unas cuantas orientaciones para saber cómo buscar un libro. Pero, ¿cómo encontrar un pasaje determinado?... Desde el siglo XVI (gracias a Robert Estiene, impresor de griego y hebreo) disponemos de un sistema cómodo que nos permite hallar un pasaje determinado de la Biblia, sea cual sea  la edición, tanto antigua como moderna.

La Biblia, está dividida en capítulos numerados. Además dentro de cada capítulo, el texto ha sido subdividido (el número  del versículo está siempre al inicio del mismo).

Cualquier referencia por la que se remite el lector a un  pasaje determinado encierra tres datos:
- El nombre del libro.
- El número del capítulo.
- El número o los números de los versículos.

El nombre de los libros suele ponerse en abreviaturas.  Estas abreviaturas difieren una de otra de acuerdo a la edición pero la mayor parte de la veces, los editores indican al comienzo del volumen el sistema de siglas que utilizan. Conviene verlas cuando antes en el ejemplar de la Biblia que disponemos.[9]

Conclusión.

            Esta manera de clasificar los libros debe llevarnos a ver que la Biblia no debe leerse de seguido, desde el primer libro  hasta el último. Son muchos los modos como pueden leerse la Biblia  desde una lectura continuada hasta un mezclar todo. A lo largo del curso daremos algunas pautas en orden a hacer una lectura que  nos ayude a realmente comprender el  mensaje de Dios.

 Preguntas para el diálogo.

1. ¿Debemos creer lo que la Biblia nos dice al afirmar que la tierra fue creada en siete días, cuando la ciencia nos demuestra que no fue así?.
2. ¿Cómo creer en unos relatos que contienen contradicciones?.
3. ¿Cómo confiar en un Dios que se ha mostrado tan cruel con los enemigos del pueblo elegido?.
4. ¿Qué interés puede presentar un libro que nos cuenta una historia antigua a la que nos sentimos totalmente extraños?.
5. ¿Puede explicar que es una obra canónica, protocanónica, deuterocanónica, apócrifa?.
6. ¿Qué es un canon bíblico y libros canónicos?.
7. ¿Sabes lo que significa LXX?.
8. Realizar algunos ejercicios de búsqueda de textos.
9. Puedes distinguir los libros de los "profetas primeros" y los de los "profetas últimos”.

R.P. Roland Vicente Castro Juárez


[1] BAGOT, Jean-Pierre - DUBS, Jean- Claude;  Para leer la Biblia; Estela (Navarra), Verbo Divino 1987. Será el texto base en el presente capítulo pags. 11-15.
[2] Cfr. NUEVO CATECISMO PARA ADULTOS, Herder, Barcelona 1969, pag.62; donde nos narra una serie de acontecimientos  donde "se ven acciones rudas, inmorales para nuestro modo de sentir". Dios permite "por la dureza de corazón".
[3] HARRINGTON, Wilfrid, O.P Iniciación a la Biblia; Santander; Terrae 1963; pag.15; BAGOT-BUDS, OC. pag.17.
[4]  NADAL, Milagros, Curso de Iniciación al Antiguo Testamento y al Nuevo Testamento, Estella, Verbo Divino 1993, 10ss.
[5] HARRINGTON, o.c. pag.15 habla de contrato en el sentido que Dios se compromete a ser su Dios y ellos se comprometen aser fieles a El, el Dios verdadero. Hay un Dios fiel, junto a un pueblo que le traiciona constantemente.
[6] CARRILLO ALDAY, Salvador, M.SP.S; ¿ Qué es la Biblia ?; Misioneros del Espíritu Santo, Mexico 1981, pag 77-78
[7] La Bible d’Alexandrie : traduction du texte grec de la Septante. Sous la direction de Marguerite Harl. Paris, Éditions du Cerf, 1986. 
[8] Pentateuco (cinco vasijas) refleja el antiguo uso de escribir los textos extensos, no en libros, sino el rollos de papiros o piel, guardándolos en sus respectivas vasijas. Como un rollo sólo se puede manejar dentro de ciertos límites de volúmen, fue preciso parcializar la obra total. Parece que esta división fue relatívamente primitiva; se encuentra ya en los Setenta, la versión griega del AT (siglo III a.C.) y dio origen posteriormente a la división del salterio en otros cinco libros; cf.  SCHMIDT, Werner H.; Introducción al Antiguo Testamento, Sígueme, Salamanca 1990 (Edición alemana 1978), 62.
[9] BAGOT- DUBS, O.c. pags 17-26