viernes, 20 de abril de 2012

COMENTARIO DOMINICAL DEL 22 DE ABRIL DEL 2012

JESÚS ESTA EN MEDIO DE NOSOTROS

1° LECTURA: .Hch 3, 13-15. 17-19: Mataron al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos.
SALMO:   Sal 4, 2.7.9. Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro. Señor.
2° LECTURA: 1Jn. 2, 1-5ª: El es victima de propiciación por nuestros pecados y también por los del mundo entero.
EVANGELIO: Lc. 24, 35-48: Así estaba escrito: el Mesías padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día.

 “Se presentó Jesús en medio de ellos”. Para medir esta afirmación, hay que recordar lo que acaban de vivir los disc-pulos: la muerte y la sepultura de Jesús. Al dejar el cadáver en su tumba, enterraban también su esperanza. ¡Y de pronto está allí!. El muerto, el crucificado, el enterrado, está allí. ¡Vive! “En medio de ellos”. Lo que hoy leemos quizás con demasiada tranquilidad es lo que ellos intentaron contarnos; y aquello no era fácil: “Se presentó”, dicen. No lo vieron llegar, no le oyeron llamar. Está allí, de pie, sonriendo, amable, aquél a quien habían desclavado de la cruz y dejado en un sepulcro. Se acuerdan de lo que pensaron entonces: “¡Es imposible!. Se trata de un fantasma de cualquier otra cosa menos del hombre que vimos morir”. ¡Menos mal que vacilan!. Menos mal que esas vacilaciones se nos muestran tal como fueron ya que todo se escribió para que reviviésemos lo mejor posible su experiencia pascual: “estaba muerto, ahora vive”. Jesús mide muy bien los pasos que sus discípulos tienen que dar, y nosotros detrás de ellos: “Si soy yo, pueden tocarme, no soy ningún fantasma”. Y como están locos de alegría pero todavía incrédulos, les da una prueba más. “Comió ante sus ojos”. Sus ojos son ahora los ojos de nuestra fe. Porque unos hombres, hace dos mil años, vieron a Jesús muerto y luego vivo, cuando creemos en sus ojos, entramos en la fe cristiana, Jesús es ciertamente  el Hijo de Dios hecho hombre, crucificado, sepultado y reconocido con vida el día de Pascua. Pero no vivo como Lázaro después de su resurrección. Lucas insiste en la “corporeidad” de Jesús resucitado para que no creamos que los apóstoles vieron visiones; experimentaron realmente “una” presencia de Jesús vivo. Eso es lo que  hay  que  creer, sin  intentar       imaginarse su cuerpo de resurrección”. Jesús pertenece en adelante al “otro mundo” nuestra mirada,  como la de los discípulos, no puede llegar allá. Con sus palabra, Lucas intenta decirnos lo indecible, la vuelta de Jesús a la vida. Sea cual fuere la nueva forma de esta vida, para seguir siendo humana es preciso que se realice en un cuerpo y mediante un cuerpo. A partir de aquí, todo es misterio y los autores del Nuevo Testamento emplean para expresarlo junto con su resurrección otra palabra: exaltación. O sea, una resurrección absolutamente única. Jesús volvió a una vida humana, pero una vida humana de otro modo, que puede alcanzar y salvar a todos los hombres. El que Lázaro volviera a la vida por algunos años, eso no cambió en nada el mundo ni nuestra vida. La resurrección-exaltación de Jesús hace en delante de él, no sólo el viviente sobre el que ya no puede nada la muerte, sino la fuente de la vida. ¿Qué vida?. La “vida eterna” dirá Juan: la vida misma el eterno, que Jesús resucitado puede en adelante comunicar a todos los hombres. Jesús está entre nosotros, en medio de nosotros, en nuestro mundo actual, presente por su acción, por los actos sacramentales, presente en nuestros hermanos. Presente en mí si lo quiero, hasta poder decir : “Mi vivir es Cristo”. No se trata de sueños piadosos ni de verdades etéreas, sino de experiencia que realizar, inmediatamente, experiencias de vida con el viviente.
Pbro. Roland Vicente Castro Juárez
rolancaju@gmail.com