domingo, 1 de abril de 2012

MONEDAS EN EL ORIENTE ANTIGUO.

MONEDAS EN EL ORIENTE ANTIGUO.


En el tiempo  prehistórico y  en el antiguo tiempo histórico la economía estaba basada en el cambio a través de especie. En su último estadio ciertos bienes, tales como pieles, ovejas o grano servían como unidades fijas de valor y formaron así la base de las más primitivas transacciones comerciales. Pero también muy pronto comenzó a introducirse los metales preciosos como garantía del precio de cambio. De hecho el Canaán tal como lo encontraron los israelitas se podía tener el doble sistema: por una parte prevalecía en los pueblos el sistema de intercambio, mientras en los puertos y en las ciudades grandes era usado el metal como instrumento de cambio. Nótese que ya aquí los metales eran pesados antes ya del advenimiento de la moneda.

El oro era raramente usado en las transacciones del oriente antiguo: la plata sin embargo era de uso común. Nótese que aunque normalmente lo que se traduce en la Biblia por " dinero" en realidad es kesef es decir plata. En Egipto los aros de plata constituían la unidad normal de pago, véase por ejemplo su influencia en Gen 24,22. El sistema babilonio de peso por escalas estaba muy extendido por todo el Asia occidental. El peso de la plata por Abraham con la compra del campo de Macpelá era común en la época. El sistema nos lo cuentan las cartas de EL-Amarna. El modelo consistía en tener dos modelos de peso, el ligero y el pesado, éste último con el doble de peso del ligero. El ligero caldeo maneh era de 16 1/2 onzas y el pesado de 32 1/4, pesos válidos para el oro y la plata. Puesto que la razón proporcional de uno y otro des de 13 1/2, se añadió 168 granos, de uno a otro metal con lo que  se pasó del 1:13 y medio a 1:10 y así por influencia egipcia se asumió el sistema decimal. El maneh cambió de equivaler 60 shekels a 50, y el kikar o talento de 3600 a 3000. Nos es desconocido cuándo se cambió del sh. de 168 al fenicio de 224 granos por sh de plata, pero parece ser tuvo lugar en torno a la entrada de los israelitas en Canaán. El shekel de plata se usó hasta el segundo templo, mientras las grandes  transacciones se hacían en kikars. En la Biblia se menciona poco el maneh y sí el shekel (Gen 37,28; Jc 17,2-4).

La más antigua moneda data de mitad del s. IV. En ésta época las autoridades judías locales emitieron pequeñas monedas de plata con la leyenda Yahud, nombre de la provincia de Judea en época persa.

Sin embargo la emisión de moneda en Palestina no es regular hasta pleno periodo helenístico. Alejandro el Macedonio estableció una ceca en Acco que produjo monedas de oro y plata. Ptolomeo II emitió en el periodo de cierta autonomía de la provincia ahora egipcio-griega de Judea pequeñas monedas con la inscripción "Yehuda". Los ptolomeos continuaron emitiendo en Acco y crearon otras cecas adicionales en Joppe, Askhalón y Gaza. Hubo permiso para emitir moneda con inscripciones hebreas y símbolos judíos en tiempos de Antíoco VII Sidetes a Simón el Sumo Sacerdote, es decir en tiempos de la dinastía asmonea-macabeos. Fue sin embargo Juan Hyrcano I quien hizo uso de tal privilegio, aunque ahora algunos creen que tal uso comenzó con Alejandro Janneo (103-76 a.C). Estas monedas tenían inscripciones tanto hebreas como griegas con el nombre del rey, su título y el del "Alto consejo de los judíos". La simbología común como el ancla, estrellas, hojas de palma, cornucopias o flores de granada. Hay respecto a las de  sus sucesores pequeña diferencia: Aristóbulo II, Juan Hyrcano II, y Antígono, aunque éste último dibujaba una menorah en algunas de las monedas. Todas las monedas asmoneas eran de bronce, excepto una temporal emisión de Janneo que eran de plomo.

La serie siguiente de monedas es la de la dinastía herodiana. Herodes el Grande (37-4 a.C) emitió moneda con inscripciones griegas y paganas y símbolos judíos. Sus inmediatos sucesores usaron series de símbolos como hojas de palma, anclas, racimos de uva, proas de galeras. Sólo Filipo cuyo reino allende el Jordán tenía  mayoría no judía pudo emitir moneda con las efigies de los emperadores así como de sí mismo. Herodes Agripa I (37-44 d.C) seguía una doble política, anexo completamente a los romanos acuñaba moneda de emperadores pero no en las partes de mayoría judía. Algunas emisiones políticas se observan en Agripa II (50-100), sus monedas eran emitidas sólo fuera del territorio de Judea.

Por otra parte, después de la deposición de Arquelao, el 6 d.C, Judea pasó a pertenecer completamente a los procuradores romanos. Sus monedas llevaban el nombre del emperador romano de turno (Augusto, Tiberio etc) y eran fechadas  por el número de años que llevaba reinando el emperador. La emisión de los procuradores continuó durante la primera revuelta judía. En ella, era la primera vez que las autoridades religiosas acuñaban moneda de amplia denominación en plata. Las monedas eran shekels (tetradracmas) y medios shekels (dracmas), pero en plata con pequeñas denominaciones en bronce. Las leyendas pertenecían a antiguas y ya anticuadas leyendas de inscripciones hebreas como " Jerusalén la Santa", "Shekel de Israel" " La libertad de Sión" o "de la redención de Sión", con fechas de la revuelta y símbolos tales como cálices, cubas de vino, ámforas, limones, hojas de palma o de árbol. Cuando fue aplastada la revuelta en torno al 70 d.C los Flavios acuñaron moneda para conmemoración la gran victoria sobre los judíos: estas monedas dibujan las cabezas de los respectivos emperadores y la diosa de la victoria con su respectiva corona triunfal. El sauce  bajo la rama de árbol con la inscripción Iudea Capta.

La última acuñación judía pertenece a la época de la segunda revuelta con Bar Kokba. Sus moneda de plata y bronce, lleva el nombre de sus cabecillas, Simon o Eleazar, con un slogan de guerra! Año uno de la Redención de Israel, Año dos de la Libertad de Israel así como símbolos como la fachada del templo herodiano ya destruído y otros ya en uso en la primera revuelta. En el periodo romano posterior el proceso iniciado en el periodo helenístico de instalación de cecas se aceleró. El levantamiento de un nuevo título de una población como colonia, metrópolis o polis era motivo suficiente para acuñar moneda. Estas tenían siempre la efigie del emperador de turno, con un símbolo referente a la ciudad o a su culto y su nombre por supuesto (cf. Cesarea por ejemplo). En el periodo bizantino no se acuñaron monedas si exceptuamos el periodo de Heraclio ( desde 614 d.C) con motivo del cerco de Jerusalén de manos persas.



Pbro. Roland Castro Juárez
rolancaju@gmail.com